Este artículo es una publicación de la Corporación Viva la Ciudadanía Opiniones sobre este artículo escribanos a: semanariovirtual@viva.org.co www.viva.org.co ¿Emociones de censura? Óscar Ortiz González Abogado Constitucionalista Una alteración de ánimo intensa y pasajera causó la semana pasada tanto la divulgación de que el Congreso había aprobado una reforma constitucional (Acto Legislativo) atinente a la moción de censura, como las expresiones de su inconveniencia y, sobre todo, de sorpresa por su expedición. Este asunto tiene dos aspectos que se han mezclado inadecuadamente, y que se deben tratar por separado para no caer en emociones de censura. Por una parte, la acción u omisión del gobierno frente a reformas constitucionales. Y por otra, el contenido mismo de los cambios introducidos a la moción de censura. Sobre la actitud en relación con la agenda constitucional en el Congreso hay que decir que el gobierno expidió, como es su obligación, no uno, sino dos decretos el pasado 7 de marzo con el contenido de dos proyectos de reforma constitucional sobre la moción de censura aprobados en primera vuelta durante el 2006. Luego no hay justificación para declararse sorprendido. Las reformas constitucionales no pueden ser súbitas. Exigen ocho debates y aprobaciones, en dos periodos distintos y consecutivos, así como la publicación por parte del ejecutivo de lo aprobado en primera vuelta, entre otras normas especiales que hacen más riguroso y público su trámite que el de una ley. Ahora bien, respecto del contenido de la reforma aprobada a la moción de censura debemos tener en cuenta cuál fue el diseño institucional que la Asamblea Nacional Constituyente concibió para esta figura. Una de las causas para proponer la “Séptima Papeleta” como camino político y jurídico para habilitar la convocatoria de un cuerpo distinto al Congreso para expedir la Constitución de 1991 fue precisamente la falta de credibilidad en el parlamento. Este factor fue tenido en cuenta por la Constituyente y por ello realizó una serie de reformas para generar condiciones que, dentro de una separación de poderes renovada, propiciaran la construcción de legitimidad para el cuerpo colegiado nacional de elección popular. Los criterios orientadores de las modificaciones al Congreso fueron la eficacia, la representatividad, la responsabilidad y una mayor capacidad deliberativa, desde luego, en el marco de una democracia participativa. 1 Para nadie es un secreto que una de las principales funciones de los cuerpos colegiados de elección popular es ejercer control político. Esta función fue robustecida con la creación de una moción de censura a la colombiana que tuvo en cuenta experiencias de otros países para evitar abusos, aprobaciones con mayorías transitorias, votaciones con cabeza caliente y repeticiones por los mismos hechos. La nuestra se caracterizó por establecerla sólo para los Ministros. Tener como referencia de discusión las funciones del cargo y la no concurrencia a debate sin excusa aprobada por la respectiva cámara. Para su proposición exigió una décima parte de los miembros de la Cámara o del Senado. Estableció que debía adelantarse un debate con audiencia del Ministro respectivo. Para enfriar la cabeza dispuso que se votara entre el tercer y el décimo día siguientes a la terminación del debate. Para ser aprobada exigió, como mínimo, la mitad más uno de los votos en cada una de las Cámaras. ¿Cuáles son los cambios que introduce en la moción de censura el Acto Legislativo 1 de 2007, o reforma constitucional expedida por el Congreso? 1. Amplía el abanico de servidores públicos susceptibles de ser citados a control político y separados del cargo. Ya no son sólo los Ministros. Ahora también lo serán los Directores de Departamento Administrativo y los Superintendentes. 2. La decisión corresponde a la Cámara en que se presentó la moción de censura y no a las dos cámaras. 3. Permite que la moción de censura se vote a pesar de la renuncia al cargo. 4. Asignó expresamente la facultad de control político a las corporaciones de elección popular departamentales y municipales. 5. Creó la moción de censura en cabeza de las Asambleas Departamentales y los Concejos Distritales y Municipales de los municipios capitales de departamento o con población superior a 25.000 habitantes. 6. En los municipios con población inferior a 25.000 habitantes creó la moción de observación que no tiene el efecto de separar del cargo al secretario respecto del cual se aprueba. Como dato: la moción de observación es una figura tomada del régimen jurídico de Bogotá y se aprobó sólo en un caso desde su vigencia en 1993. 7. Los servidores públicos sujeto de moción de censura en los departamentos y municipios son sólo los Secretarios. 8. En las Asambleas la iniciativa debe ser presentada mínimo por la tercera parte de los Diputados, y para ser aprobada se exigen las dos terceras partes de los integrantes de la corporación. 9. En los Municipios aumenta la proporción para presentar la iniciativa a la mitad más uno de los Concejales, y para aprobación de la moción de censura exige las dos terceras partes, al igual que en las Asambleas. Para el caso del Congreso Nacional el hecho de que la decisión de aprobar o no la moción de censura se haya radicado en la cámara que presente la iniciativa, y ya no se requiera la mayoría absoluta de la otra, no parece que 2 aumentara el riesgo de servidores públicos separados del cargo porque las mayorías que construyen los gobiernos se hacen en cada una de las cámaras con las alianzas de bancadas. Lo que eventualmente puede ser nocivo es que este régimen genere un incentivo para una competencia entre Senado y Cámara para ver quién es más censurador. Asunto que podría ser compensado por una competencia por quién es más responsable. La ampliación del abanico de servidores públicos del orden nacional con los Directores de departamento administrativo tiene algún sentido pues ellos, al igual que los Ministros, junto el Presidente forman el Gobierno Nacional y asumen esa responsabilidad. Cuestión que no se aplica para el caso de los Superintendentes, razón por la cual no parece muy apropiado haberlos incluido. La gran novedad es la creación de la moción de censura en cabeza de Asambleas y Concejos. Los medios de comunicación y la ciudadanía, que en el ámbito nacional están atentos y morigeran parcialmente apetitos burocráticos pantagruélicos de los congresistas, si no refuerzan su acción en lo local pueden dejar en desventaja a Gobernadores y Alcaldes que, en todo caso, serán responsables si reparten puestos y contratos para anestesiar mociones de censura como opción alternativa a la persuasión vía argumentos. La extirpación de las votaciones secretas de los políticos ahora se vuelve más relevante y urgente. Como se requieren dos terceras partes de los miembros que integran la corporación respectiva para aprobar una moción de censura en lo territorial, estas seguramente sólo pasarán con la voluntad de las coaliciones de gobierno, cuestión que no deja en condiciones de vulnerabilidad o inestabilidad irracional a los secretarios. Seguramente esta figura la estrenarán los Diputados y los Concejales con los Gobernadores y Alcaldes que se posesionen el próximo primero de enero de 2008. El mismo día en que entran en vigencia estas normas. Todos debemos arribar a conclusiones propias sobre esta remozada moción de censura. Los que no tienen tanta libertad para emitir emociones de censura sobre este asunto, son quienes se autoproclaman partidarios de los regímenes parlamentarios en los que los congresistas eligen y relevan del cargo a los Presidentes. oortiz@cable.net.co Julio 6 de 2007. 3