VOTODECOVADONGA TereFernándezCanedo Covadonga, 29 de mayo de 2016 En nombre de todos los miembros de la IT en Europa, agradezco al Gobierno General, la oportunidad de poder estar aquí para cumplir con el deseo de san Pedro Poveda. Y estar con representantes de otros continentes, viviendo así una experiencia universal en la Institución Teresiana. Gracias al sector de España que nos acoge. El Papa Francisco en su visita a Méjico este año, nos invitaba a tener la osadía, la audacia de mirar a la Virgen y de dejarnos mirar por Ella. Mirar de verdad, seguramente es una experiencia profunda y comprometida, requiere ver no tanto con los ojos del cuerpo sino desde la profundidad de nuestro ser viendo así en cada rostro un hermano y en cada grupo humano una familia. Mirar así supone y conlleva una transformación, un cambio, de ahí la expresión del Papa, "tener la osadía". El pueblo de Europa humildemente hoy viene a los pies de la Santina con esa osadía de querer mirar y dejarnos mirar por Ella. Nos apoyamos en un ejemplo: San Pedro Poveda, tuvo esa osadía. Un día de febrero de 1905, salió de una tierra de cerros y cuevas y se puso en camino, en su noche, hacia la luz que le esperaba aquí, en otra cueva. Nosotros también venimos de nuestras noches, de nuestras “cuevas multicolores” europeas, buscando esa luz. En esta montaña de Covadonga, en esta cueva, Pedro Poveda vivió y atravesó la experiencia de mirar y dejarse mirar por la Virgen. 1. ¿Que traía Pedro Poveda en sus claras y limpias pupilas? ¿Qué traemos nosotros?¿Que vio Sta. María de Covadonga en los ojos de Poveda?¿Que verá en los nuestros? Seguramente la Virgen vio: ü -Rastros de primavera...esa energía sana y pura de inicio de proyectos que para otros y con otros había pensado e iniciado dando solución a los problemas que con su mente y corazón atisbó en el momento que le tocó vivir…Santa María, mira hoy todos los proyectos, iniciativas nuevas de este continente pero sobre todo la ilusión, esperanza, confianza y trabajo escondido de muchas personas… ü -Rastros de verano, cosecha abundante de esos proyectos, formación que transformó a los individuos en personas de verdad....Mira hoy María, todos los frutos visibles e invisibles de una formación dada en muchos lugares y de distinta formas 1 y maneras en el suelo europeo, siguiendo el estilo de Poveda… ü -Rastros de otoño, rastros de una sabiduría serena y temprana que da haber experimentado el dolor, en otros y en él mismo, …Mira hoy María, a una Europa sangrante, experimentando el golpe fuerte del sinsentido, de la pobreza, la violencia y el terrorismo... ü -Finalmente, vio en sus pupilas, rastros de invierno, esa mezcla de confianza y esperanza firme que le daba el saber de quién se había fiado, convencido de que era dichoso porque Dios le regaló una memoria agradecida para recordar “rosas en diciembre” y que el rosal seguiría floreciendo…Míranos hoy María, en un invierno en salida, queriendo compartir con otros un estilo de vida como los primeros cristianos, siendo luz y sal, rompiendo fronteras y abriendo caminos nuevos… 2.- Y Pedro Poveda miró a la Virgen como ya lo había hecho en Guadix. ¿Qué vio Poveda en los ojos de María? La Virgen también le devolvió las estaciones....”Hágase”, “Haced lo que El os diga”, “Estaba junto a la cruz”, “Magníficat”… Nosotros también te hemos mirado en muchas “cuevas” del territorio europeo donde tú, ¡te has hecho incluso presente! Pedro Poveda, en el silencio de esta Cueva, contempló largos ratos a la Santina. Seguramente en su noche, le repitió muchas veces: "Muestra tus ojos misericordiosos". Nosotros hoy nos unimos a su plegaria. Santa María de Covadonga, mira nuestras pupilas...reflejan también muchas estaciones, muchos siglos de existencia,...muchos sueños, desgaste, pero sobretodo mucha esperanza y confianza... Necesitamos que poses tus ojos misericordiosos sobre este pueblo europeo para que se imprima en él, tu gracia. Venimos con el corazón y la mente en este momento presente que nos toca vivir. Un momento difícil para este rico continente que en su afán de bienestar y riqueza ha olvidado de dónde viene, quién es y a dónde va. Ayúdanos a recobrar el sentido de la vida. Tú que huiste a país extranjero, enséñanos a saber acoger en este continente, donde llegan hoy a sus puertas, a sus playas, a sus vallas y muros, hermanos nuestros buscando una vida mejor. Ayúdanos a que estas realidades, estas imágenes no dejen de conmover nuestras entrañas. Enséñanos a poner más sitios y platos en la mesa común, ayúdanos a llenar más tinajas de agua, a multiplicar el pan. 2 Tú que enseñantes a hablar a Jesús en el hogar de Nazaret, enséñanos el vocabulario del amor, de la misericordia, de la compasión, de la honestidad, del compartir. Enséñanos ese vocabulario que todos entendemos más allá del idioma que hablemos. Tú que cuidaste a una familia, enséñanos a crear ambientes de hermandad, donde cada persona tiene su sitio que es único y especial y donde todos son corresponsables del bien común. Tú que has inspirado a santos, poetas y artistas, a compositores y escritores, a teólogos y filósofos europeos a plasmar la belleza que viene de Dios, continúa derramando ese don para hacer cercana, tangible la presencia divina en nuestro pueblo. Creemos que es posible "nacer de nuevo", que esta vieja Europa renazca de forma creativa y siga siendo recuerdo vivo de valores cristianos. Necesitamos florecer de nuevo, que tu presencia y la de Jesús, no se queden solo en las magníficas catedrales sino que sepamos encarnarlas en las múltiples realidades de este continente. No nos falta la esperanza de que la fuerza del Altísimo cubrirá con su sombra nuestro continente para proclamar que “El hace nuevas todas las cosas”. (Ap.21.5) Santa María de Covadonga, muestra tus ojos sobre esta realidad europea, sobre la familia IT en este continente, sobre el sector Ntra. Sra. de Covadonga en España, sobre el sector Ntra. Sra. de la Asunción en Italia, sobre el sector Primeros Cristianos: Inglaterra, Alemania, Bélgica, Irlanda, Francia Luxemburgo, Portugal. Préstanos tu mirada para que tengamos la audacia y la osadía de mirar de verdad y nuestras entrañas y acciones derramen tu misma misericordia. Que como san Pedro Poveda, después de mucho mirarte, acojamos y compartamos con muchos “la idea buena” con la sencillez y asombro de una nueva primavera. Santa María de Covadonga, muestra tus ojos misericordiosos. Amen. Teresa Fernandez-Canedo 3