Prof. Dr. Manuel Benito de las Heras 7 de junio Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, UCM, Madrid ¿Es el tejido adiposo marrón en humanos un eslabón perdido? El tejido adiposo marrón es esencial en la termogénesis adaptativa, la cual permite activar los mecanismos termogénicos sin tiriteo en respuesta al frio o a la dieta hipercalórica. Tradicionalmente, el tejido adiposo marrón está muy activo en los recién nacidos, perdiendo su funcionalidad en el joven y en el adulto. Por el contrario, en los roedores dicha función permanece activa por el resto de la vida. Sin embargo este concepto sufrió un giro total en 2009. Cinco laboratorios de manera independiente publicaron sus estudios sobre la presencia de compartimentos de tejido adiposo marrón en humanos, gracias al uso de la tecnología PET combinada con la del RMN. Dichos laboratorios demostraron que el 5% de las poblaciones estudiadas conservaban un tejido adiposo marrón activo en la etapa juvenil y en el adulto, proponiendo que su función suponía una resistencia efectiva al desarrollo de obesidad en los mismos. El tejido adiposo marrón junto con los tejidos adiposos blancos constituye un órgano difuso denominado el “órgano adiposo”. Tradicionalmente, se distinguían dos tipos de adipocitos, los blancos con un alto contenido graso y pocas mitocondrias y el adipocito marrón con una distribución de la grasa de tipo multilocular y muy enriquecido en mitocondrias. Recientemente, se ha descrito un tercer tipo de adipocito denominado “beige cells”. Dicho adipocito comparte con el marrón su alto contenido en mitocondrias, la distribución de la grasa de tipo multilocular y la expresión de la proteína desacoplante responsable del fenómeno de disipación de calor que hace posible la termogénesis no asociada al ejercicio muscular. Sin embargo, su origen embrionario y su ubicación anatómica es diferente. Así el tejido adiposo marrón se organiza como un verdadero tejido con varias ubicaciones anatómicas precisas. Su origen son células mesenquimales. Las células “beige” se ubican fundamentalmente en el tejido adiposo blanco subcutáneo inguinal. Son células residentes que comparten un origen embrionario común con las células mesenquimales que derivan a adipocitos blancos. En consecuencia, no tienen una ubicación anatómica propia. Los “master genes” de ambos adipocitos marrones son los mismo: Genes tales como el gen PPARgamma, el gen PGC1alpha y el gen PRDM-16. Igualmente ambos tipos de adipocitos marrones comparten las señales del desarrollo que los desarrolla, tales como el factor de crecimiento FGF, la señal BMP-7, BMP-8b, el péptido natriurético, la orexina y la irisina. La irisina se induce en respuesta al ejercicio muscular y aumenta el fenómeno de marronización del tejido adiposo blanco inguinal en el Prof. Dr. Manuel Benito de las Heras 7 de junio Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, UCM, Madrid ratón. Ello supone un “link” entre la termogénesis por tiriteo asociada al ejercicio muscular y la termogénesis sin tiriteo. Se ha puesto en cuestión que la irisina se produzca en humanos. Sin embargo, hoy sabemos que se induce en humanos en respuesta al frio. El descubrimiento de la irisina abre la posibilidad de tratar a los pacientes obesos, diabéticos y no diabéticos, de manera que pueda resucitarse el tejido adiposo marrón o los adipocitos marrones residentes en tejido adiposo blanco inguinal con objeto de reducir su índice de masa corporal y consiguientemente paliar las complicaciones vasculares asociadas. D esta manera la terapia tisular con tejido adiposo marrón se erige en una gran esperanza para combatir la obesidad, el síndrome metabólico y sus complicaciones vasculares y no vasculares.