348984. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXXXIV, Pág. 2241. CONTRATO CONSIGO MISMO, CON LA REPRESENTACION DE TUTOR DE UN INCAPACITADO (TUTORES, SERVICIOS PROFESIONALES PRESTADOS POR LOS). En nuestra legislación no se encuentra precepto alguno que reconozca los contratos que alguien celebre consigo mismo, con la representación de tutor de un incapacitado. Planiol y Ripert sostienen que interpretando algunas disposiciones especiales, que supediten al contrato consigo mismo a diversas precauciones, en doctrina debe limitarse el alcance de este contrato a aquellos casos en que un precepto legal lo permite. A su vez, Von Thur dice que el contrato consigo debe estar autorizado de un modo expreso, a menos que su naturaleza no ofrezca el menor peligro. Estos autores opinan que cuando se trate de representación legal de los incapaces, la forma del contrato consigo mismo está prohibida, y el tutor debe hacerse sustituir en la representación del pupilo, por un tutor ad-hoc, salvo los casos de excepción que se señalan en beneficio del pupilo. Ahora bien, en nuestro derecho positivo, las disposiciones de los artículos 520, 523, 529, 547 y 548 del Código Civil del Distrito Federal de mil ochocientos ochenta y cuatro dan una idea clara de la intención del legislador, de prohibir toda relación de negocios entre el tutor y el tutoreado, a fin de evitar el conflicto que pudiera suscitarse entre el interés personal del primero y su deber como representante del segundo; por lo que si la autoridad responsable resolvió que el quejoso, tutor de un incapacitado, no podía celebrar con éste contrato de prestación de servicios profesionales, ni de otra naturaleza, es de estimarse que tal resolución, se encuentra arreglada a derecho. Por otra parte, es indudable que para el pago de honorarios por servicios profesionales prestados por algún abogado, en favor de un incapacitado, ya se trate de un abogado extraño a la tutela o del mismo tutor, si este fuere abogado, se necesita autorización judicial, por entrañar ese pago un gasto extraordinario; en el concepto de que tratándose de un litigio en contra del incapacitado o de algún otro caso urgente en que pudieran ocasionársele perjuicios por falta de defensa oportuna, el tutor puede solicitar, desde luego, los servicios de un abogado que lo patrocine, si el mismo tutor no pudiere hacerlo, sin perjuicio de que luego gestione del Juez respectivo autorización para el pago de los honorarios correspondientes. Amparo civil directo 912/39. Canale Aurelio D. 13 de junio de 1945. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. -1-