TRABAJO FIN DE GRADO Título La custodia compartida a la luz del art. 92 CC. y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio Autor/es Miriam Calvo Zubelzu Director/es Juan Manuel Murillas Escudero Facultad Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Titulación Grado en Derecho Departamento Curso Académico 2014-2015 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC. y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio, trabajo fin de grado de Miriam Calvo Zubelzu, dirigido por Juan Manuel Murillas Escudero (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright. © © El autor Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2015 publicaciones.unirioja.es E-mail: publicaciones@unirioja.es La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. Miriam Calvo Zubelzu Tutor: Dr. D. Juan Manuel Murillas Escudero TRABAJO FIN DE GRADO EN DERECHO CURSO 2014/15 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 ÍNDICE RESUMEN/ABSTRACT ............................................................................................. 1 LISTA DE ABREVIATURAS...................................................................................... 2 1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 3 2. ANTECEDENTES DE LA GUARDA Y CUSTODIA COMPARTIDA............... 3 2.1. Custodia monoparental ................................................................................. 3 3. EVOLUCIÓN LEGISLATIVA................................................................................ 6 3.1. Ley 15/2005, de 8 de julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio ..................... 7 4. CONCEPTOS .........................................................................................................10 4.1. Patria potestad .............................................................................................10 4.2. Guarda y custodia compartida .....................................................................11 4.3. Principio de corresponsabilidad parental .....................................................14 5. IGUALDAD DE LOS PADRES Y RESPONSABILIDAD PARENTAL ...........16 5.1. La igualdad entre los padres ........................................................................16 5.2. La responsabilidad parental .........................................................................17 5.2.1. Formas de adoptar la guarda y custodia compartida .............................18 5.2.1.1. La adopción de la custodia compartida a través de convenio..........18 5.2.1.2. Custodia compartida en supuestos de desacuerdo ...........................18 5.2.1.3. Custodia compartida no solicitada por los progenitores ..................19 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 5.2.2. Causas para solicitar la modificación de la guarda y custodia ..............20 5.2.2.1. El ejercicio inadecuado de la guarda y custodia de los hijos...........20 5.2.2.2. La obstaculización del régimen de comunicación y estancia ..........20 5.2.3. Las malas relaciones entre los progenitores ..........................................21 6. ART. 92.8 DEL CC SU ANÁLISIS Y PROBLEMÁTICA ..................................23 7. LA PROTECCIÓN DEL INTERÉS DEL MENOR Y SU DERECHO A SER OÍDO ...........................................................................................................................26 7.1. El interés del menor .....................................................................................26 7.1.1. Criterios aplicables para ponderar el interés del menor ........................28 7.2. Derecho del menor a ser oído ......................................................................29 8. LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA CUSTODIA COMPARTIDA .............33 8.1. Introducción .................................................................................................33 8.2. La violencia de género y la protección del interés superior del menor .......34 8.3. Aplicación del art. 92.7 CC .........................................................................36 8.4. La oposición a la guarda compartida, como forma de expresar posibles formas de violencia de género ..........................................................................39 9. ANTEPROYECTO DE CORRESPONSABILIDAD LEY SOBRE PARENTAL EN EL EJERCICIO CASO DE DE LA NULIDAD, SEPARACIÓN Y DIVORCIO DE 19 DE JULIO DE 2013 ....................................41 9.1. Violencia doméstica en el anteproyecto de ley ...........................................44 10. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA GUARDA Y CUSTODIA COMPARTIDA SEGÚN LA DOCTRINA ...............................................................46 10.1. Ventajas de la guarda y custodia compartida .............................................46 10.2. Desventajas de la guarda y custodia compartida .......................................48 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 11. CONCLUSIONES ................................................................................................49 BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................54 JURISPRUDENCIA...................................................................................................58 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 RESUMEN El presente trabajo tiene como objeto analizar la evolución jurisprudencial y legislativa a lo largo del tiempo de la guarda y custodia de los menores tras la ruptura matrimonial, contenida actualmente en el artículo 92 del Código Civil. El análisis se realizará desde el punto de vista de los padres y desde el de los hijos menores del matrimonio, asimismo, se analizarán las consecuencias de la violencia de género a la hora de atribuir la guarda y custodia de los hijos. Finalmente, se estudiará el Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. ABSTRACT The following essay analyzes the jurisprudential and legislative development over the time on the custody of children in matters of separation or divorce, which is now contained in the 92 article of the Civil Law. The analysis shall be carried out from the point of view of parents and from the perspective of children of the marriage, likewise, the consequences of gender violence in the granting of the custody of children in case of marital breakdown will be analyzed. Finally, there will be considered the Draft Bill on parental responsibility in case of nullity, separation and divorce. 1 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. LISTA DE ABREVIATURAS Art. Arts. AP CA CE CC CCAA CP DDFF Dra. Edit. INE LEC LO LOPJ Núm. Pág. Págs. RAE Rec. SAP SSAP SSTS STC STS TS UE Vid. Artículo Artículos Audiencia Provincial Comunidad Autónoma Constitución Española Código Civil Comunidades Autónomas Código Penal Derechos Fundamentales Doctora Editorial Instituto Nacional de Estadística Ley de Enjuiciamiento Civil Ley Orgánica Ley Orgánica del Poder Judicial Número Página Páginas Real Academia Española Recurso Sentencia de la Audiencia Provincial Sentencias de la Audiencia Provincial Sentencias del Tribunal Supremo Sentencia del Tribunal Constitucional Sentencia del Tribunal Supremo Tribunal Supremo Unión Europea Véase 2 2014/15 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 1. INTRODUCCIÓN Uno de los principales efectos que se produce tras la nulidad, la separación o el divorcio de un matrimonio es el cambio en las relaciones paterno-filiales, ante esta situación, debe determinarse la atribución de la guarda y custodia de los hijos menores fruto del matrimonio. Tradicionalmente, el cónyuge que ejercía la guarda y custodia normalmente era la madre y así el padre tenía atribuido el régimen de visitas al no obtener la guarda y custodia del menor. Esta decisión siempre debía ser tomada teniendo como referencia principal el interés de los hijos menores, aunque todas las resoluciones judiciales fallaban en el mismo sentido. Tras varias décadas aplicándose el modelo de custodia monoparental1, los constantes cambios y progresos en la sociedad (la incorporación de la mujer al mundo laboral y las políticas de igualdad de oportunidades) han ocasionado importantes cambios en la sociedad, en general, y en este ámbito, en particular. Además, en la actualidad, debido a la situación de crisis social y económica que está atravesando el país, las relaciones conyugales están sufriendo importantes cambios. A día de hoy, son muchos los casos en los que la mujer es quien trabaja y el hombre se encuentra en paro o con un trabajo temporal, del mismo modo que éste participa cada vez más en las tareas del hogar a diferencia de lo que sucedía hace escasos años. De ello, nace la necesidad de un régimen jurídico de guarda y custodia que se adapte a las exigencias de la sociedad actual2. 2. ANTECEDENTES DE LA GUARDA Y CUSTODIA COMPARTIDA 2.1. Custodia monoparental 1 Vid. R.A.E.: Dicho de una familia que está formada solo por el padre o la madre y los hijos. Es decir, en este modelo de custodia, el progenitor custodio asume toda la responsabilidad tanto personal como patrimonial respecto del menor, mientras que el progenitor no custodio se desentiende de los deberes inherentes a la patria potestad. 2 Vid. PÉREZ MARTÍN, A. J., “Reparto de la convivencia de los hijos menores con sus progenitores” en ZARRALUQUI SÁNCHEZ-EZNARRRIAGA, L., y otros (2002), “Los hijos menores de edad en situación de crisis familiar”, págs. 91 y 92, Editorial Dykinson, Madrid. 3 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Antes de entrar al análisis del art. 92 del CC que regula la guarda y custodia compartida en la actualidad, haremos un breve inciso para explicar el régimen legal de la guarda y custodia en el pasado a través de la custodia monoparental. Desde hace tiempo, la atribución de la custodia en exclusiva a uno de los progenitores se configuraba como el modelo general de atribución de la guarda y custodia en caso de separación o divorcio de los cónyuges. Sin embargo, no se descartaba la posibilidad de aplicar la guarda y custodia compartida, no obstante, ésta venía restringida por el amplio número de cautelas que se establecían al respecto 3. Es por ello, que su aplicación era prácticamente nula. Por lo tanto, podemos observar, que el art. 92 del CC, en su anterior redacción, no preveía el régimen de guarda y custodia compartida como opción principal pero tampoco la negaba. Por ello, como ya hemos manifestado anteriormente, la mayoría de las decisiones de los Juzgados y Tribunales eran partidarias de conceder la guarda y custodia a uno de los progenitores, rechazando así la opción de conceder la guarda y custodia compartida. Siguiendo esta línea de decisión se encuentra la SAP de Valencia el 2 de marzo de 1991 donde se establece que: “tratándose de una cuestión de derecho necesario, que facultaría incluso para resolver a los órganos jurisdiccionales ex officio e imperativamente, si es que así lo demandasen los intereses de los hijos menores de un matrimonio en crisis, lo cierto es que, planteada esa cuestión de guarda compartida... y, desde luego, nunca argumentable por el art. 14 de la CE4... Pero es que aparte de ello, desde los puntos de vista psicológico y pragmático, esta solución que ahora se patrocina, sería previsiblemente perjudicial para los menores, sometidos a toda inseguridad y abocados a una verdadera inestabilidad de vida y emocional, en función 3 Los principales argumentos a la hora de rechazar el modelo de guarda y custodia compartida eran los siguientes: por un lado, el constante cambio de vivienda por parte del menor, puesto que esto podría afectar a su estabilidad y tranquilidad. De modo que sólo se aceptaba si los padres vivían en el mismo barrio o calle, así el cambio de domicilio no supondría una ruptura del menor con su entorno habitual, ni supondría problemas para la asistencia del menor al colegio. (SSAP de Córdoba 14 de julio de 2003, de 12 de septiembre de 2005 y SAP de Valencia 2 de abril de 2003). No obstante, esto no significaba que el hecho de que los domicilios de los progenitores estuviesen próximos determinará la adopción de la guarda y custodia compartida. Por otro lado las discrepancias entre los progenitores era otro de los principales argumentos, pues se establecía que este sistema de guarda exigía una colaboración de los progenitores y que por ello más que imponerse por sentencia debía ser acordada por los cónyuges a través del convenio regulador. (SSAP Valencia de 25 de abril de 2001 y de 11 de mayo de 2001). 4 Igualdad ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. 4 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 de actitudes temporalmente coincidentes en cada uno de los padres sobre ellos y previsiblemente contradictorias de la autoridad del otro progenitor; agravado todo por la falta de concreción de las circunstancias bajo las que habría de ejercer esa custodia en cada momento y por ambos a la vez, o sucesivamente, y las de las sustituciones o limitaciones recíprocas que fueron convenientes”. Sin embargo, y aunque eran pocas las sentencias, algunas adoptaban de oficio la custodia compartida, este es el caso de la SAP de Valencia, de 22 de abril de 1999, según la cual “la regulación legal parece partir del criterio de atribución de la custodia sólo al padre o sólo a la madre, no a ambos conjuntamente. (...) Sin embargo, ningún precepto prohíbe aplicar soluciones distintas, es más, si las medidas judiciales sobre el cuidado y educación de los hijos han de ser adoptadas en beneficio de ellos, deberán los tribunales inclinarse por la que satisfaga esta exigencia mejor que las demás. Está claro que para decidir sobre todos los demás aspectos, ha de atenderse a las especiales circunstancias concurrentes en cada caso, pero en la línea que propugnamos resulta conveniente el análisis de posibles alternativas, como la que constituye la atribución de la custodia compartida a ambos progenitores”. Por su parte, un sector de la doctrina considera que la custodia monoparental ha tenido efectos negativos porque en la práctica la madre ha ejercido las funciones de la patria potestad y el padre ha quedado reducido a ser un simple visitador. De esta manera se ha infringido el art. 66 del CC que establece que “el marido y la mujer son iguales en derechos y deberes” y se ha limitado la educación del menor a la situación personal del progenitor que ostenta la custodia. En resumen, tradicionalmente, los tribunales entendían que cuando no existía acuerdo entre los progenitores, la única manera de asegurar la protección del interés del menor era acordando la guarda y custodia unilateral a favor de uno de los cónyuges, ya que ésta ofrecía al menor un ambiente más estable; sin olvidar la inestabilidad que causaba el constante cambio de domicilio por parte del menor. Sin embargo, con el paso de los años, la idea de que el menor debe relacionarse con ambos progenitores pese a la ruptura familiar, ha hecho que la guarda y custodia compartida se vea como la medida más beneficiosa para el menor. 5 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 En mi opinión, la legislación debe evolucionar de la misma manera que evoluciona la realidad social adaptándose a ésta. Por ello, tras los cambios que se están dando en la sociedad sobre la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres y sobre los roles de ambos (la madre tenía encomendada la labor de cuidar de la casa así como de la crianza de los hijos y el padre se encargaba con su trabajo del sostenimiento económico familiar), entiendo que debe partirse de la idea de que lo más beneficioso para el desarrollo integral del menor sería la posibilidad de una educación compartida por parte de ambos padres. No obstante, resulta imprescindible analizar las situaciones caso por caso para determinar cuál es la opción que más se ajusta a la necesidad de cada menor y por supuesto, no olvidar que la guarda y custodia compartida es muy difícil de llevar a cabo y exige un compromiso importante por parte de ambos progenitores. 3. EVOLUCIÓN LEGISLATIVA Hasta la entrada en vigor de la Constitución de 1978 coexistieron en España dos modalidades de matrimonio, la canónica y la civil, cada una de ellas contaba con su propio régimen normativo, efectos y jurisdicción, sin embargo, a los conflictos matrimoniales se les daba solución a través de la separación o la nulidad matrimonial, nunca por divorcio5. La incompatibilidad de esta situación con el mandato recogido en el art. 32 CE que regulaba la plena igualdad jurídica de los cónyuges originó la necesidad de reformar el CC6. Así, la ley debería tener en cuenta que el derecho a contraer matrimonio se configuraba como un derecho constitucional y que de la misma nacía una relación jurídica disoluble, por las causas que la ley dispusiera. 5 Extraído de la exposición de motivos del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio de 19 de julio de 2013 que más adelante será objeto de análisis. 6 Mediante la Ley 11/1981, de 13 de mayo, de modificación del CC en materia de filiación, patria potestad y régimen económico del matrimonio, la Ley 30/1981, 7 de julio, por la que se modifica la regulación del matrimonio en el CC y se determina el procedimiento a seguir en las causas de nulidad, separación y divorcio y la Ley 13/1983, de 24 de octubre, de Reforma del Código Civil en materia de tutela; que promovieron la dignidad de los cónyuges y procuraron el libre desarrollo de la personalidad de ambos a través del matrimonio. 6 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Por ello, la institución del matrimonio y por ende la de la guarda y custodia de los menores también han sufrido importantes modificaciones por la Ley 15/2005, de 8 de julio, por la que se modifica el CC y la LEC en materia de separación y divorcio. 3.1. Ley 15/2005, de 8 de julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio Tal y como recoge la Exposición de Motivos de la Ley 15/2005 de 8 de julio, la reforma pretende que “la libertad reconocida en nuestra CE como valor superior, tenga su más adecuado reflejo en el matrimonio”. Con este propósito, se pretende que “el respeto al libre desarrollo de la personalidad recogido en el art. 10.1 CE reconozca mayor transcendencia a la voluntad de la persona cuando ya no desea seguir vinculado con su cónyuge”. De este modo, la separación y el divorcio son dos figuras distintas y autónomas a las que cualquiera de los cónyuges, según sus intereses, puede acudir indistintamente para resolver sus diferencias. Así pues, basta con que uno de los dos o ambos deseen poner fin al matrimonio para poder solicitar el divorcio. La regulación de la guarda y custodia compartida, se introduce en nuestra legislación a través de la modificación que realiza la Ley 15/2005 de 8 de julio del art. 92 del CC. Así, viene a dar respuesta al incremento de demandas que se empiezan a recibir en los Juzgados y Tribunales solicitando la guarda y custodia compartida, debido a que hasta el momento ésta se atribuía de forma exclusiva a uno de los progenitores, generalmente a la madre. De esta forma, se pretende evitar que los menores no puedan tener una relación fluida con ambos progenitores y lograr que estos se involucren en su responsabilidad con los hijos con la misma intensidad que hasta entonces, siempre y cuando sea lo más beneficioso para el menor. De este modo, el art. 92 del CC establece que el juez podrá acordar el ejercicio de la guarda y custodia compartida de los hijos cuando así lo soliciten los progenitores en la propuesta de convenio regulador o cuando en el transcurso del procedimiento alcanzasen dicho acuerdo. No obstante, cuando no se dé el acuerdo entre ambos pero 7 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 uno de ellos solicite la guarda y custodia compartida, el juez podrá acordarla siempre que haya informe favorable por parte del Ministerio Fiscal7, pues sólo de esta forma se conseguirá proteger el interés superior del menor. Por lo tanto, a partir de ese momento, este tipo de custodia se acordaría cuando los progenitores la solicitasen y en aras del mayor bienestar, beneficio e interés superior del hijo menor de edad. Con ello, se pretende la libertad de los padres respecto al ejercicio de la patria potestad, pudiendo acordar mediante convenio regulador que el ejercicio se atribuya exclusivamente a uno de ellos o a ambos de forma compartida. Además también se establece la posibilidad de acudir a la mediación para la resolución de litigios familiares. Sin embargo, y a pesar de estar ya presente en nuestro ordenamiento, lo cierto es que en la práctica son muy pocos los casos en los que el juez la acuerda, debido a la dificultad de llevarla a cabo, ya que las crisis matrimoniales propician desacuerdos entre los cónyuges y más aún en cuestiones relativas a los hijos. No obstante, así sucede en la STS de 19 de julio de 2013 por la que se modifica la medida definitiva de guarda única por la custodia compartida, en contra de lo señalado en Primera y Segunda Instancia, así, los progenitores estarán con sus hijos durante quince días naturales en los cuales cada uno atenderá directamente sus necesidades alimenticias, siendo los gastos extraordinarios sufragados a medias por ambos progenitores. Esta decisión de la modificación de la guarda y custodia única por la compartida, se fundamenta en la existencia de un vínculo afectivo normalizado y positivo hacia sus progenitores, sin presentar preferencias por ninguno de ellos y sin que se adviertan obstáculos al hecho de que puedan vivir quince días con cada uno. Esta misma Sentencia refuerza la tendencia actual de la doctrina8 a favor de la custodia compartida con el argumento de que: “(...) prima el interés del menor y este interés, que ni el artículo 92 del Código Civil ni el artículo 9 de la LO 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, definen ni determinan, exige sin duda un compromiso mayor y una colaboración de los progenitores tendente a que este tipo de situaciones se resuelvan en un marco de normalidad familiar que saque de la rutina una 7 Años más tarde el término “favorable” será declarado inconstitucional, esto lo analizaremos en el apartado sexto del presente trabajo. 8 En la misma línea la STS 2 de julio de 2014. 8 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 relación simplemente protocolaria del padre no custodio con sus hijos que, sin la expresa colaboración del otro, termine por desincentivarla tanto desde la relación del no custodio con sus hijos, como de estos con aquel”. Así, la STS de 16 de febrero de 2015 determina que el objetivo consiste en “aproximar este régimen al modelo de convivencia existente antes de la ruptura matrimonial y a su vez garantizar a los padres la posibilidad de seguir ejerciendo los derechos y obligaciones inherentes a la potestad o responsabilidad parental y de participar en igualdad de condiciones en el desarrollo y crecimiento de sus hijos, lo que parece también los más beneficioso para ellos”. Asimismo, La SAP de Valencia de 22 de julio de 2005, estableció la guarda por meses alternos, aplicando ya el art. 92 del CC con su nueva redacción. Para ello se basa en los siguientes argumentos: que ambos progenitores están capacitados para ostentar la guarda y custodia de sus hijos, que ambos tienen estilos educativos adecuados y similares, que viven en domicilios cercanos9 y que es lo más beneficioso para el interés del menor. Como venimos observando, lo normal era conceder la guarda y custodia compartida en una sentencia, mientras tanto, lo más habitual a lo largo del procedimiento era conceder la guarda y custodia del menor a uno de los progenitores. No obstante, ha sido el Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Bilbao quien, en marzo de 2015, ha decidido otorgar la custodia compartida sin esperar al fallo judicial, como medida cautelar, así, nos encontramos ante un Auto novedoso y pionero que adopta dicha decisión en contra del criterio del fiscal y sin el informe del equipo psicosocial. Vamos a pasar a continuación a examinar los conceptos principales de la atribución de la guarda y custodia, para poder entender cómo se regula esta figura en nuestro ordenamiento. 9 Este criterio como único argumento para no conceder la guarda y custodia compartida ha sido rechazado por el Tribunal Supremo al entender que el cambio de domicilio es una consecuencia inherente tras la ruptura matrimonial (STS de 7 de julio de 2011). Sin embargo, lógicamente, la distancia excesiva entre los domicilios de los progenitores puede valorarse negativamente y justificar la denegación de la guarda y custodia compartida en algunas ocasiones: “los cambios de progenitor custodio comportarían cambio de domicilio de los menores de una a otra población y cambios de colegio, que harían inviable una guarda exclusiva por periodos alternos como propone el actos” (STS de 18 de noviembre de 2011). O cuando un progenitor vive en Salamanca y el otro en Toledo (SAP de Toledo de 29 de enero de 2008). 9 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 4. CONCEPTOS 4.1. Patria potestad La patria potestad es un Derecho subjetivo, constituida por una serie de derechos y deberes10 que tienen como finalidad la protección del menor en el ámbito personal y patrimonial11. Según lo establecido en los arts. 154 y 156 del CC, tanto la titularidad como el ejercicio de la patria potestad corresponderán a ambos cónyuges salvo en caso de separación o divorcio, en ese caso, se llevará a cabo por uno solo con el consentimiento expreso o tácito del otro. Asimismo, el art. 154 del CC establece que: “la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica y que dicha potestad comprende los siguientes deberes y facultades: 1. Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral. 2. Representarlos y administrar sus bienes”. Por lo tanto, el ejercicio de la patria potestad conllevará una serie de dificultades en caso de separación o divorcio de los cónyuges. Por ello, para que el progenitor que no convive con los hijos menores pueda seguir manteniendo el ejercicio de la patria potestad, el art. 90 del CC establece que son los padres mediante el convenio regulador quienes pueden acordar la modalidad de ejercicio de patria potestad a regir en una situación de separación o de divorcio, para ello, el convenio regulador debe contener: “El cuidado de los hijos sujetos a la patria potestad de ambos, el ejercicio de ésta y, en 10 De igual forma, según ALBALADEJO GARCIA, M. (2002), “Curso de Derecho Civil IV Derecho de Familia”, pág. 267, Editorial Librería Bosch, Barcelona: la patria potestad se encuentra configurada como derecho-deber. 11 Vid. CASTÁN VÁZQUEZ, J. Mª. (1960) “La patria potestad”, Revista de Derecho Privado, págs. 8 y 9, Editorial Reus, Madrid, sostiene que la patria potestad es: el conjunto de derechos y deberes que corresponde a los padres sobre la persona y el patrimonio de cada uno de sus hijos no emancipados, como medio de realizar la función natural que les incumbe de proteger y educar a la prole. 10 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 su caso el régimen de comunicación y estancia de los hijos con el progenitor que no viva habitualmente con ellos”. Igualmente, se prevé de conformidad al antepenúltimo párrafo del art. 90 del CC, que el convenio regulador tiene que ser aprobado por el Juez, salvo si es perjudicial para el menor. 4.2. Guarda y custodia compartida Como ya hemos visto antes, tradicionalmente, la guarda y custodia de los hijos se ha ejercido de forma unilateral, sin embargo, si este derecho-deber sobre los aspectos cotidianos de la vida y la convivencia de los hijos se distribuyen entre ambos cónyuges, estaremos ante la “guarda y custodia compartida”, “guarda y custodia conjunta” o “guarda y custodia alternada o sucesiva”, estas son las expresiones utilizadas por la jurisprudencia y la doctrina. La legislación positiva no define ninguno de estos términos, por ello, son utilizados de forma confusa para referirse a situaciones absolutamente diferentes12. Así sucede por ejemplo con la denominada “custodia compartida o partida” consistente en atribuir los hijos que tiene el matrimonio entre ambos cónyuges, separando así a los hermanos. La institución de guarda y custodia compartida, alterna o sucesiva surge de un intento de otorgar a ambas figuras parentales un mismo grado de igualdad en todos los aspectos relacionados con el cuidado y la crianza de los hijos. Así comienza en el año 1925 en el Derecho anglosajón a gestarse un lento y largo proceso de reformas legales. Es en este año cuando se promulga en Inglaterra la “The Guardianship of Infants Act”, es el primer texto legal que ofrece a la mujer los mismos derechos y posibilidades que al hombre de participar en la vida y cuidado de los hijos (ya que históricamente venían reconocidos al padre), también se presenta por primera vez el principio de velar por el bienestar de los menores como consideración suprema por parte de jueces y tribunales. 12 Así sucede en la SSAP de Soria de 29 de diciembre de 1997, de Valencia de 19 de mayo de 1999, de Girona de 27 de julio de 2000 y de Sevilla de 26 de septiembre de 2000 entre otras, dónde se utiliza la expresión custodia compartida para referirse a la distribución de los hermanos entre los progenitores. 11 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Podemos distinguir dos significados, en sentido estricto, la guarda y custodia de los hijos consiste en “el cuidado personal, directo, diario y continuo que se entrega al hijo a través de la convivencia”. Más ampliamente podríamos definirlo como “instituto que comprende el conjunto de prestaciones de carácter personal a través de las cuales se cumplen los deberes parentales, sin restringir su contenido al hecho de vivir con el hijo”13. En nuestro país, la patria potestad comprende tanto derechos de carácter personal como patrimonial. Cuando la situación matrimonial es normal, dicha patria potestad es ejercida por ambos de forma simultánea, sin embargo, cuando el matrimonio se rompe es cuando nacen los problemas. En tal caso, la patria potestad sólo podrá ser ejercida por uno de los progenitores aunque ambos conserven la titularidad. ROCA TRÍAS, E.14 define la guarda y custodia compartida, como aquella “situación, consecuencia del cese de la convivencia entre los progenitores, en la que ambos se hacen cargo de la atención diaria del menor de edad, asumen conjuntamente la responsabilidad parental y comparten las necesidades económicas del menor”. Asimismo, la SAP de Barcelona de 21 de febrero de 2007, la define como: “modalidad de ejercicio de responsabilidad parental, tras la crisis de la pareja, en la que tanto el padre como la madre están capacitados para establecer una relación viable entre ellos, basada en el respeto y en la colaboración, con el objeto de facilitar a los hijos comunes la más frecuente y equitativa comunicación con ambos progenitores, y de distribuir de forma justa y proporcional la atención de las necesidades materiales de los hijos, con la previsión de un sistema ágil para la resolución de los desacuerdos que puedan surgir en el futuro...”. Como he señalado anteriormente, la Ley 15/2005 no define el concepto de guarda y custodia compartida, además, no se utiliza de forma unívoca, lo cual ha creado un alto grado de confusión. 13 Vid. LATHROP GOMEZ, F. (2008), “Aspectos generales de la guarda y custodia compartida”, Custodia compartida de los hijos, pág. 276, Editorial La LEY, Madrid. 14 Vid. ROCA TRÍAS, E. (2012), “Libertad y Familia. Discurso leído el día 10 de diciembre de 2012 en el acto de su recepción pública como académica de número”. Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, pág. 149, Madrid. 12 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 El legislador, en el art. 92 del CC utiliza los términos “guarda y custodia compartida” y “guarda y custodia conjunta”, en un intento por aclarar la terminología utilizada por la reforma del 2005, se observa que “el art. 92 del CC habla de custodia <conjunta> cuando el juez es quien determina esta modalidad de cuidado, ya sea de oficio o, excepcionalmente, a instancia de una de las partes con Informe del Ministerio Fiscal (apartado octavo), o en aquellos supuestos en que no procede este tipo de custodia porque los padres están incursos en un proceso penal iniciado por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos que convivan con ambos (apartado séptimo). En cambio, el legislador hablaría de guarda <compartida> cuando son los padres quienes la solicitan en la propuesta del convenio regulador o bien la acuerdan en el transcurso del procedimiento (apartado quinto)”15. No obstante, todas estas expresiones utilizadas tanto por la ley, como por la jurisprudencia y la doctrina están íntimamente relacionadas con el principio general de corresponsabilidad parental. En este aspecto, algunos autores16 entienden que la guarda y custodia de los hijos siempre resultará compartida por ambos progenitores, sea cual sea la situación de estos, pues al fin y al cabo, ambos ejercen el cuidado personal del hijo, bien de forma simultánea o bien de forma alternada o sucesiva. Efectivamente, la adopción de la guarda y custodia compartida exige determinadas condiciones: 1. Cooperación entre los progenitores: es decir, que exista, a pesar de la ruptura y de la crisis matrimonial, una buena relación entre ambos, basada en el respeto y en la estabilidad emocional. 15 Vid. LATHROP GOMEZ, F. (2008), “Aspectos generales de la guarda y custodia compartida”, Custodia compartida de los hijos, pág. 283, Editorial La LEY, Madrid. 16 Vid. GODOY MORENO, A. (2003), “La guarda y custodia compartida. Guarda conjunta y guarda alternada”, Diez años de abogados de familia, pág. 324, Editorial La LEY, Madrid. PÉREZ MARTÍN, A. (1996), “Derecho de Familia. Tomo III. Divorcio y separación de mutuo acuerdo. El procedimiento de modificación de medidas”, pág. 93, Editorial Lex Nova, Valladolid en LATHROP GOMEZ, F. (2008), “Aspectos generales de la guarda y custodia compartida”, Custodia compartida de los hijos, pág. 279, Editorial La LEY, Madrid. 13 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 2. Que ambos residan en la misma población. 3. Que ambos lleven un modelo de vida semejante, una situación económica estable y valores similares a la hora de educar y criar a los hijos. 4. Que antes de la ruptura matrimonial, ambos hayan colaborado en la crianza de los hijos. 5. Que ambos progenitores puedan permanecer con los hijos durante el período que les corresponda. 6. El deseo de los hijos. En este aspecto, ROMERO COLOMA, A.Mª.17 determina que “la voluntad de los hijos, libremente manifestada, y siempre que estén en condiciones de madurez suficiente como para emitirla, tiene una importancia decisiva, en cuanto representa un factor esencial para su estabilidad emocional y afectiva”. 4.3. Principio de corresponsabilidad parental La Exposición de Motivos de la Ley 15/2005 de 8 de julio por la que se modifica el Código Civil en materia de separación y divorcio, establece como objetivo a perseguir “hacer que ambos progenitores perciban que su responsabilidad para con ellos continúa, a pesar de la separación o el divorcio, y que la nueva situación les exige, incluso, un mayor grado de diligencia en el ejercicio de la potestad”. Así, la SAP de Las Palmas de 17 de mayo de 2004 afirma que: no obstante la crisis familiar, “quiere la Ley que se cumplan, en la medida de lo posible, los fines asignados al núcleo familiar, entre ellos el del pleno desarrollo de la personalidad de 17 Vid. ROMERO COLOMA, A.Mª. (2013), “La guarda y custodia compartida no solicitada por los progenitores: la adopción de la medida y su problemática jurídica”, Actualidad jurídica Aranzadi, núm. 863/2013, pág. 3, Editorial Aranzadi, Pamplona. 14 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 sus miembros. Y el pleno desarrollo de los hijos menores de edad no se alcanza sin el mantenimiento del mayor contacto posible con ambos progenitores”. Por lo tanto, ante una situación de ruptura matrimonial, el objetivo a perseguir deberá ser el aseguramiento de un desarrollo armónico y equilibrado de los hijos, es por ello que esto deberá estar presente en cualquier resolución jurisdiccional sobre el cuidado de los hijos. Sólo cuando se logre garantizar dicho objetivo se podrá experimentar la satisfacción de haber paliado, en parte, las consecuencias que conlleva para unos hijos la ruptura de la convivencia entre sus padres. Señala DELGADO DEL RIO, G.18, que no es posible un desarrollo armónico y equilibrado del proceso de maduración personal de los hijos sin una permanente referencia a ambos progenitores. Y ello con independencia del sistema de guarda que se establezca en los casos de ruptura e incluso en el ámbito de una convivencia conyugal normal. El problema surge a la hora de hacer efectiva esta situación, es decir, a través de qué régimen de convivencia y comunicación lograríamos este resultado en la práctica. Como ya hemos podido observar en la Exposición de Motivos de la Ley 15/2005 de 8 de julio, ambos padres son responsables del cuidado y educación de sus hijos, así, deberán “con su buen hacer” inculcar los valores necesarios para su desarrollo integral e intentar en la medida de lo posible, que su crecimiento personal y su vida, en general, resulten afectadas lo mínimo posible por la ruptura matrimonial, procurando que ésta siga desarrollándose como venía produciéndose antes de la ruptura. No obstante y aunque en la teoría resulta muy fácil establecer estos objetivos, podemos observar en el día a día que su cumplimiento en la práctica no es nada sencillo, hasta el punto de que la implantación de un régimen de custodia compartida se considera como algo excepcional, privando así a los hijos de la presencia efectiva de ambos progenitores. 18 Vid. DELGADO DEL RÍO, G. (2010), “La custodia de los hijos, la guarda compartida: opción preferente”, pág. 221, Editorial Thomson Aranzadi, Cizur Menor (Navarra). 15 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 DELGADO DEL RIO, G.19 también establece que parece razonable que se subraye que la guarda y custodia compartida exige una <perfecta comunicación> entre los padres, capacidad en éstos de evitar conflictos y de llegar a acuerdos, que compartan <estilos educativos similares>, que acrediten <la plena voluntad de cooperación y disponibilidad interna>, que pongan a contribución la colaboración, la cordialidad y el sobreesfuerzo necesarios, que exista entre ellos un <buen y flexible entendimiento> o una <actitud positiva>, que se pueda constatar <la unidad en el régimen de hábitos, horarios y organización entre ambos progenitores o cuando menos una gran semejanza, o la existencia de unos horarios laborales que permitan a ambos cónyuges asistir a sus hijos en un ambiente familiar intacto, y equilibrado>, que entre ellos se aprecie <la inequívoca voluntad de mantener un marco de armonía y flexibilidad en todo lo que afecte al común descendiente>, que ostenten la <flexibilidad potencial para introducir cambios conforme varíen las necesidades educativas del hijo común>... Tanto la crianza como la educación de los hijos exigen a ambos progenitores ciertas capacidades y actitudes, muy diferentes en cada uno de ellos. Es obvio que lo mencionado en el párrafo anterior es necesario a la hora de otorgar una custodia compartida, sin embargo, no debemos olvidar que son condiciones que también deberían estar presentes en una situación matrimonial normal. En todo caso, podríamos exigir un mayor grado de diligencia en caso de ruptura. 5. IGUALDAD DE LOS PADRES Y RESPONSABILIDAD PARENTAL 5.1. La igualdad entre los padres A pesar de los cambios que se han producido y que se están produciendo en la estructura familiar en los últimos años, las familias españolas presentan grandes rasgos de tradicionalismo. La mayoría de estos cambios tienen como objetivo el cumplimiento del principio de igualdad y la autonomía de los padres tanto antes como después del divorcio. Tanto la igualdad como la autonomía de los cónyuges, sumada a la 19 Vid. DELGADO DEL RÍO, G. (2010), “La custodia de los hijos, la guarda compartida: opción preferente”, pág. 222 y 223, Editorial Thomson Aranzadi, Cizur Menor (Navarra). 16 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 implicación de ambos progenitores en la vida de sus hijos, son fundamentales para la protección del interés del menor. En la actualidad, la Ley 15/2005, reduce las exigencias legales previstas para obtener el divorcio respecto de la Ley anterior de 1981 y también concede una mayor capacidad a la pareja para regular la situación de conflicto20. Asimismo, en lo que a las relaciones paterno-filiales se refiere, la igualdad entre hombres y mujeres está muy lejos de consolidarse21, por un lado existen las desigualdades en el mercado laboral y los salarios, y por otro lado las desigualdades en el reparto de las cargas familiares y en el reparto doméstico. En definitiva, es necesario realizar cambios dentro de los hogares para alcanzar una igualdad real de derechos, para así lograr un equilibrio en el reparto de las tareas y las responsabilidades entre hombres y mujeres. 5.2. La responsabilidad parental El art. 39 de la CE establece que los poderes públicos aseguran la protección integral de los hijos e impone a los padres el deber de asistencia de todo orden a los mismos durante su minoría de edad y en los demás casos que en derecho proceda. Es decir, tal y como afirma la SAP de Barcelona de 16 de octubre de 2007, constitucionalmente se impone a los padres y a los poderes públicos el deber de dispensar una protección especial a quienes por razones de edad, no están en condiciones de valerse por sí mismos o de procurar su autogobierno, y es la patria 20 Concretamente, como analizamos en este trabajo, la Ley de 7 de julio de 1981 establecía la imposibilidad de solicitar el divorcio directamente. Así, el divorcio se presentaba como último recurso al que acogerse tras un largo período de separación y después de demostrar que se daban los requisitos exigidos y que la reconciliación no era posible. 21 Vid. MARTÍNEZ GALLEGO, E. Mª, (2006), “Las recientes reformas del Derecho de Familia”, El reto de la efectiva igualdad de oportunidades, pág. 265, afirma que: “…a nadie se nos escapa que aún se mantiene un modelo machista en el que las mujeres tradicionalmente asumen el rol de la custodia de los hijos una vez que se rompe la pareja, sea ésta o no matrimonial. Rol, que ha influido en los Jueces y Tribunales, que tradicionalmente han atribuido la guarda y la custodia de los hijos menores de edad a sus madres, convirtiendo a los padres en meros <visitadores> de fines de semana”. 17 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 potestad la institución protectora del menor por excelencia, que se funda en una relación de filiación, cualquiera que sea su naturaleza -matrimonial, no matrimonial o adoptiva-. La misma resolución establece que la patria potestad “...más que un poder de los progenitores, se configura y está orientada como una función establecida en beneficio de los menores, que se reconoce a los padres y que está en función de la protección, educación y formación integral de los hijos, cuyo interés es siempre prevalente en la relación paterno-filial. Se concibe, pues, como un derecho-deber o como un <derechofunción>...”. Como estamos viendo, la guarda y custodia compartida consiste en el cuidado y atención diaria al hijo la cual en situaciones de crisis matrimonial puede ejercerse de forma unilateral o compartida, una u otra modalidad pueden acordarse bien de forma consensual o bien de forma judicial. La custodia compartida deriva de la idea de corresponsabilidad parental, es decir, de la implicación de ambos padres, aún en situaciones de crisis matrimonial, en el cuidado y desarrollo de los hijos. 5.2.1. Formas de adoptar la guarda y custodia compartida 5.2.1.1. La adopción de la custodia compartida a través de convenio Consiste en que sean los propios progenitores, a través del convenio que regula los efectos de la disolución del matrimonio, quienes establezcan el lapso temporal que compartirán los menores con cada uno de ellos, así como la fijación de la residencia del menor. Por lo tanto, tal y como regula el apartado 5 del art. 92 del CC “se acordará el ejercicio compartido de la guarda y custodia de los hijos cuando así lo soliciten los padres en la propuesta de convenio regulador o cuando ambos lleguen a este acuerdo en el transcurso del procedimiento”. 5.2.1.2. Custodia compartida en supuestos de desacuerdo Tal y como establece la STS de 28 de septiembre de 2009, el juez puede adoptar la custodia compartida en dos casos: “a) cuando sea pedida por ambos progenitores y b) 18 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 cuando a pesar de no existir esta circunstancia, se acuerde para proteger el interés del menor de forma más eficaz. En cualquier caso, se debe recabar informe del Ministerio Fiscal, que debe ser favorable y se debe oír a los menores cuando tengan suficiente juicio, así como tener en cuenta el informe de los equipos técnicos relativos a <la idoneidad del modo de ejercicio de la patria potestad y del régimen de custodia>”. Además el art. 92.6 del CC establece que el juez debe “valorar las alegaciones de las partes vertidas en la comparecencia y la prueba practicada en ella, y la relación que los padres mantengan entre sí y con sus hijos para determinar su idoneidad con el régimen de guarda”. La STS de 19 de abril de 2012 destaca que: “un requisito esencial para acordar este régimen es la petición de uno, al menos de los progenitores: si la piden ambos, se aplicará el párrafo quinto, y si la pide uno solo y el juez considera que, a la vista de los informes exigidos en el párrafo octavo, resulta conveniente para el interés del niño, podrá establecerse este sistema de guarda. El CC, por tanto, exige siempre la petición de al menos uno de los progenitores, sin la cual no podrá acordarse”. 5.2.1.3. Custodia compartida no solicitada por los progenitores Hemos visto anteriormente la posibilidad de establecer la guarda y custodia compartida cuando ambos progenitores están de acuerdo o cuando uno de ellos la solicita, sin embargo, pasaremos a analizar si cabe la posibilidad de que el juez la decrete o la imponga de oficio sin ser ésta solicitada por los progenitores. La respuesta la encontramos en la SAP de Madrid de 15 de febrero de 2005, que tras estudiar los elementos personales, familiares, materiales, sociales y culturales de la familia y teniendo como objetivo el bienestar del menor y su desarrollo integral, decide establecer como régimen la custodia compartida, decretándola durante seis meses de forma alternada, aunque ésta no haya sido solicitada por ninguno de los progenitores22. 22 Por otro lado, la Sentencia del Juzgado de Primera Instancia de Tenerife de 2 de Marzo de 2005 también acuerda el establecimiento del régimen de custodia compartida cuando ésta no ha sido solicitada por los progenitores. Sin embargo, esta Sentencia es apelada por la madre solicitando que se acuerde la guarda y custodia unilateral a favor del padre, entendiendo que va a ser lo más conveniente para sus hijas 19 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 5.2.2. Causas para solicitar la modificación de la guarda y custodia En relación a los progenitores y al ejercicio de la guarda y custodia, podemos distinguir entre: 1) el ejercicio inadecuado de la guarda y custodia de los hijos y 2) la obstaculización del régimen de comunicación y estancia. 5.2.2.1. El ejercicio inadecuado de la guarda y custodia de los hijos En este aspecto, se recurre a la falta de asistencia del menor y a la conducta desordenada e irregular por parte del progenitor no custodio como causas de solicitud de modificación de custodia. 5.2.2.2. La obstaculización del régimen de comunicación y estancia Tiene especial importancia la obstaculización del régimen de comunicación y estancia por parte del progenitor guardador. Como venimos observando, el hijo tiene derecho a relacionarse con ambos padres, por ello, el ordenamiento jurídico regula diferentes mecanismos para garantizar este derecho. Así, el art. 776.3 de la LEC establece que: “El incumplimiento reiterado de las obligaciones derivadas del régimen de visitas, tanto por parte del progenitor guardador como del no guardador, podrá dar lugar a la modificación por el Tribunal del régimen de guarda y visitas”. En lo que respecta al cambio de custodia, la SAP de Madrid de 16 de abril de 2002 determina que: “debe recordarse, ante todo, que el citado art. 776.3ª, que la recurrente cita como infringido, no establece, de modo automático e imperativo, el cambio de custodia, en fase de ejecución de sentencia, ante el incumplimiento por el progenitor guardador del régimen de visitas, abriendo simplemente una posibilidad sustantiva al efecto que, por regla general, y a salvo de los supuestos de urgencia contemplados en el art. 158 del CC, habrá de discurrir por los trámites del art. 775, en su remisión al 771 de la referida Ley procesal, y en el que, en orden al cambio del y el padre solicitaba la custodia unilateral. Así, la Audiencia, declaró la revocación de la custodia compartida y se la otorgó de forma unilateral al padre, manifestando que el presunto interés de los hijos no es suficiente si no se acompaña de, al menos, la voluntad de uno de los progenitores. 20 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 sistema de guarda propugnado, habrá de ser ponderado no sólo el alegado incumplimiento de la visitas, sino también otros muchos factores, en forma tal que todos, en su conjunto, hagan necesario, o aconsejable, en bien de la prole, el cambio de entorno convivencial”. Por lo tanto, observamos que el progenitor no custodio tiene derecho a relacionarse con el menor y que el progenitor guardador tiene la obligación de hacer efectivo este derecho, permitiendo dicha relación y no estableciendo obstáculos ni impedimentos. Así, parte de la doctrina determina que el constante incumplimiento por parte del progenitor guardador respecto del progenitor no custodio, es causa suficiente para la modificación de la guarda y custodia, privándole de ésta a quien incumple y entregándosela a quien sí lo hace23. Incluso, se ha llegado a proponer una modificación del art. 94 del CC persiguiendo la modificación de custodia cuando el progenitor guardador prive dos o más veces el derecho de visita24. 5.2.3. Las malas relaciones entre los progenitores La conflictividad entre los progenitores es el principal motivo por el cual se deniega la guarda y custodia compartida en nuestros Juzgados y Tribunales, así una buena relación y un consenso entre ambos es fundamental para que se conceda dicha medida. Por lo tanto, es necesaria una colaboración entre ambos y dar prioridad al interés del menor posponiendo los problemas entre los progenitores, en aras del principio “favor filii”25. 23 Vid. REINA, V, y MARTINELLI, J.Mª. (1995), “Curso de Derecho Matrimonial”, pág. 657, Editorial Marcial Pons, Madrid. 24 Vid. CARRETERO SÁNCHEZ, A. (1994), “El nuevo planteamiento del régimen de visitas”, tomo 2, pág. 1024, Editorial LA LEY. 25 Principio reconocido en los Tratados y Resoluciones de las Organizaciones Internacionales, y que se proclama en la Declaración de Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1959 y, sigue en la Convención de las Naciones Unidas de los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989, la Resolución A3011722/1992 del Parlamento Europeo sobre la Carta de los Derechos del Niño de 19 de abril de 1996, y que se protege constitucionalmente en el art. 39.2 de nuestra Carta Magna, al establecer la obligación de los poderes públicos de asegurar la protección integral de los hijos, y en el apartado 3 del citado precepto, en el que se establece la obligación de los padres de prestar asistencia a los hijos, idea básica que recoge la LO 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, y que de nuevo inspira y está presente como en otro muchos preceptos del Código Civil en la Ley 15/2005, de 18 de julio. Como proclama la STS de 2 de diciembre de 1987, rigen en tal aspecto elementos de ius cogens, sobre la base del preponderante principio del favor filii, que permite al juzgador establecer los pronunciamientos 21 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 La SAP de León, el 22 de febrero de 2008 declaró que: “mediante la custodia compartida, los hijos mantienen la misma relación afectiva con ambos progenitores y crecen según un único y común proyecto educativo, lo que, sin duda, evidencia la absoluta necesidad de un elevado nivel de comunicación fluida, madurez y comprensión recíprocos entre los progenitores; en definitiva, un imprescindible espíritu de máxima y constante colaboración, de tal modo que este modelo de régimen de guarda y custodia debe ser completamente excluido en aquellas rupturas de parejas caracterizadas por la existencia de cierto grado de conflictividad y disparidad de criterios entre sus ex integrantes. Claro lo anterior, es, pues, comprensible que la necesaria concurrencia de tan fundamentales e infrecuentes premisas provoque que sean escasos los pronunciamientos judiciales sobre atribución del sistema de custodia compartida de los hijos a ambos progenitores en los procedimientos de ruptura matrimonial”. No obstante, la STS, de 29 de noviembre de 2013 ha declarado recientemente que las malas relaciones entre los cónyuges por sí solas no son relevantes ni irrelevantes para determinar la guarda y custodia compartida, teniendo sólo transcendencia a estos efectos cuando perjudiquen al interés del menor, esto sucederá en casos de conflictividad extrema entre progenitores, especialmente cuando existan malos tratos, por la continua exposición del niño al enfrentamiento. Por lo tanto, es evidente, que las malas relaciones deben influir de manera directa, clara y rotunda en perjuicio del interés del menor. La misma línea sigue la STS de 16 de febrero de 2015 al establecer que la adopción del sistema de custodia compartida no exige un acuerdo sin fisuras, sino una actitud razonable y eficiente en lo que respecta al desarrollo del menor, así como unas habilidades para el diálogo. Igualmente, declara que la custodia compartida conlleva que estime más adecuados para la protección de los prioritarios intereses de la prole, pudiendo rebasar, cualitativa o cuantitativamente, los pedimentos, o ausencia de ellos, de los litigantes, sin incurrir por ello en incongruencia. En la misma línea declara el Juzgado de Primera Instancia de Santander en su Sentencia de 28 de septiembre de 2012: “Hay que insistir en que cualquier medida que se adopte respecto de los hijos menores ha de venir condicionada por la perspectiva que permita dilucidar qué es lo más favorable para los mismos ("favor filii"), y por lo tanto prescindiendo de los particulares intereses de los progenitores contendientes, se trata en el caso de autos de decidir cuál es el ambiente más favorable para la hija”. Según el TC constituye “un estatuto jurídico indisponible de los menores de edad dentro del territorio nacional” y un “criterio básico y preferente” en los procedimientos en materia de familia que “debe inspirar la actuación jurisdiccional”. En la misma línea la STC de 29 de mayo de 2000, el Auto de 12 de febrero de 1986 y la STC de 14 de diciembre de 2009. 22 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 como premisa la necesidad de que entre ambos padres exista una relación de mutuo respeto, que permita adoptar actitudes y conductas que beneficien al menor, que no perturben su desarrollo emocional y que se mantenga un marco familiar que sustente un crecimiento armónico de su personalidad. Desde mi punto de vista resulta fundamental aclarar este aspecto, ya que uno de los principales motivos por los que se deniega la guarda y custodia compartida es, precisamente, la conflictividad entre los progenitores y ésta es muy habitual y normal tras las rupturas matrimoniales. Por ello, una interpretación estricta de este argumento, conllevaría a la desestimación de la concesión de la guarda y custodia compartida prácticamente automática. Asimismo, la determinación del interés del menor en un momento determinado no impide, en todo caso, su revisión en un procedimiento posterior de modificación de medidas del art. 775 LEC, cuando se produzca una alteración sustancial de las circunstancias inicialmente tenidas en cuenta, esto es “cuando se demuestre que ha cambiado la situación de hecho y las nuevas circunstancias permiten un tipo distinto de guarda o impiden el que se había acordado en un momento anterior”26. En este apartado estudiado anteriormente, hemos podido observar la necesidad de un informe favorable del Ministerio Fiscal cuando la guarda y custodia compartida es solicitada por un único progenitor. Este es un aspecto que ha generado mucha polémica y es por ello que antes de continuar con la protección del interés del menor y su derecho a ser oído, haremos un inciso para analizar la inconstitucionalidad del art. 92.8 del CC. 6. ART. 92.8 DEL CC SU ANÁLISIS Y PROBLEMÁTICA A tenor del presente artículo, el Juez podría acordar la custodia compartida a instancia de uno solo de los cónyuges siempre y cuando el informe del Ministerio Fiscal fuese favorable, si no lo era, el juez no debía acordarla. Sin embargo, ha sido el Tribunal 26 Vid. SSTS de 22 de julio de 2011, de 9 de marzo de 2012 y de 10 de enero de 2012. 23 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Constitucional quien recientemente ha declarado la inconstitucionalidad y la nulidad de dicho informe favorable del Ministerio Fiscal. Así, el requisito del informe favorable del Ministerio Fiscal, ha sido declarado inconstitucional y nulo por la STC de 17 de octubre de 2012, al considerar que es contraria a los arts. 24, 34 y 117 de la CE. Tal y como señala la sentencia, el apartado 8 del art. 92 es una norma de carácter excepcional, ya que como regla general para la adopción de la guarda y custodia compartida es necesario el acuerdo de ambos progenitores. De este modo, cuando este acuerdo no sea posible, solo cabrá acordarla si concurren los siguientes requisitos normativos: 1) la petición por parte de un progenitor, 2) el informe favorable por parte del MF y 3) la protección del interés superior del menor. Así, el legislador del 2005, autoriza la adopción de la guarda y custodia compartida pese a la oposición de uno de los progenitores quebrando así el principio general de pacto que inspira la reforma, siempre y cuando se den los requisitos mencionados. Respecto al segundo presupuesto exigido, el Tribunal declara en esta misma sentencia la inconstitucionalidad de la expresión “favorable”. De la misma manera, la STC de 17 de octubre de 2012, resuelve la Cuestión de Inconstitucionalidad planteada por la AP de Las Palmas mediante Auto de fecha de 13 de septiembre de 200627. La cuestión plantea la inconstitucionalidad del art. 92.8 del CC en relación con los arts. 14, 24, 39 y 17 de la CE, por el cual se condiciona la valoración jurisdiccional sobre la custodia compartida a petición de uno de los progenitores a la existencia de un informe favorable del Ministerio Fiscal y también declara inconstitucional el apartado octavo del art. 92. PEREZ MARTIN, L.A. y GARCÍA DE YZAGUIRRE, M.28 relacionan esta cuestión de inconstitucionalidad con la CE y el Derecho de Familia. 27 Más recientemente se planteó la inconstitucionalidad del mismo precepto por la AP de Navarra en el Auto de 20 de enero de 2010. 28 Vid. GARCÍA DE YZAGUIRRE, M. y PÉREZ MARTÍN, L.A. (2013), “STC nº 185/2012 sobre la necesidad de informe favorable del Ministerio Fiscal para la custodia compartida. Visión de los promotores de la cuestión de inconstitucionalidad”, Congreso Internacional de Constitución y Derecho de Familia, Facultad de Derecho de la UNED, Madrid. 24 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 En primer lugar y desde el punto de vista del Derecho Constitucional, se cuestiona el carácter imperativo del informe favorable del Ministerio Fiscal para que vincule a Jueces y Tribunales, ya que esta situación, puede colisionar con el contenido del art. 117.3 CE que establece que el ejercicio de la potestad jurisdiccional corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales. Por lo tanto, con ello, se afecta a la independencia judicial y a la separación de poderes, ya que el criterio del Ministerio Fiscal se impone al órgano jurisdiccional y a su vez queda afectada también la función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado y la tutela judicial efectiva. En segundo lugar y desde el punto de vista del Derecho de Familia, dicha situación puede influir directamente en el cumplimiento por parte del juzgador de aplicar el principio de la prevalencia de la protección del interés del menor, ya que en el caso de que el Ministerio Fiscal no emita informe favorable, los Jueces deberán denegar automáticamente, sin entrar a analizar el fondo del asunto, la petición de la parte. Además, la exigencia que establece la CE en su art. 120.3 respecto a la necesidad de que las sentencias sean siempre motivadas, no viene establecida al informe del Ministerio, es decir, no se exige su motivación. En cuanto a la posible vulneración de los arts. 14 y 39 CE, en los cuales se establece el principio de igualdad de los hijos ante la ley y el principio de protección de los niños, se establece un trato discriminatorio de estos desde el momento en el que en los apartados 5º y 6º del art. 92 CC permiten una valoración jurisdiccional de la custodia compartida si la solicitud la hacen ambos progenitores (sin necesidad de informe favorable por parte del Ministerio Fiscal), mientras que como venimos observando, en el apartado 8º no se permite dicha valoración jurisdiccional si el informe del Ministerio Fiscal no resulta favorable. Así la STC de 15 de enero de 2001, en su Fundamento Jurídico Cuarto, determina lo siguiente: “...a juicio de esta Sala la exigencia en el precepto cuestionado de contar con informe favorable a la custodia compartida del Ministerio Fiscal para poder acordar este régimen supone indefectiblemente que un informe contrario a la custodia compartida, como es el caso del presente rollo, impide al Juez o Tribunal entrar en el fondo del asunto”. “No se satisface así la tutela judicial, puesto que la presentación de la parte sobre la custodia compartida de la hija menor común no va a ser objeto de análisis en la resolución judicial y va a ser directamente desestimada por 25 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 la falta de concurrencia de un requisito que impone en este caso la Ley, como así lo fue en la primera instancia...”29. Así, el TC concluye que: “A juicio de este Tribunal Constitucional, el régimen de custodia, sea o no compartida y exista o no acuerdo parental, debe adoptarse siempre, considerando cuál sea la situación más beneficiosa para el niño; y si bien se confiere a los progenitores la facultad de autorregular tal medida y el Ministerio Fiscal tiene el deber de velar por la protección de los menores en este tipo de procesos, sólo al órgano judicial le corresponde la facultad de resolver el conflicto que se plantea, pues exclusivamente él tiene encomendada constitucionalmente la función jurisdiccional”. 7. LA PROTECCIÓN DEL INTERÉS DEL MENOR Y SU DERECHO A SER OÍDO 7.1. El interés del menor Como hemos podido observar a lo largo del trabajo, el interés del menor es el elemento principal a tener en cuenta a la hora de determinar el tipo de guarda o custodia a otorgar tras una ruptura matrimonial30. Tanto si ambos progenitores solicitan la custodia compartida como si es solo uno de ellos quien la solicita, el Juez siempre deberá respetar y valorar qué es lo que resulta más beneficioso para el interés del menor. 29 A este respecto, es necesario destacar que en el Encuentro de Abogados, Fiscales, Secretarios y Jueces de Familia organizado por la Asociación Española de Abogados de Familia y el Consejo General del Poder Judicial en el año 2005, se estableció lo siguiente: “El informe desfavorable del Ministerio Fiscal no impedirá, en todo caso, al Juez aprobar la guarda y custodia compartida, si entiende que es lo más adecuado para el menor, porque, de estimarse lo contrario, ello podría ser inconstitucional al limitar la condición decisoria del juez. Si bien se estima conveniente suprimir que el informe del fiscal tenga que ser favorable, limitándose a indicar, como en el caso de la custodia compartida por acuerdo de los progenitores, que es necesario el previo informe del Ministerio Fiscal, con independencia del sentido del mismo”. 30 SAP de León de 22 de Febrero de 2008 establece que“... el <interés del menor> constituye el límite y punto de referencia último de la institución de la guarda y custodia y de su propia operatividad y eficacia”. Así, la SAP de Barcelona del 15 de febrero de 2008 determina que “el interés del menor” actúa como “... un principio fundamental y básico, orientador de la actuación judicial que compagina con el constitucional de protección integral de los hijos”. 26 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Por lo tanto, en el ámbito de la guarda y custodia de los hijos, se hace constantemente referencia al interés del menor a la hora de atribuir la custodia de los hijos, por ello, es indudable su relevancia y su aplicación. Sin embargo, si nos referimos al término, es un término relativamente nuevo y de ello deriva su falta de concreción a la hora de definirlo. La American Psychologial Association31 en 1994 estableció lo siguiente sobre el interés del menor: “debe atender a las necesidades del menor, la capacidad de sus padres y el ajuste final entre ambas, lo que requiere: a) una evaluación de las capacidades de los padres que incluye conocimientos, atributos, destrezas y habilidades disponibles o la carencia de las mismas; b) una valoración del funcionamiento y necesidades psicológicas de cada niño, así como de sus deseos siempre que proceda, y c) una evaluación de la habilidad funcional de cada padre para satisfacer estas necesidades que incluye un análisis de la interacción entre cada adulto y el menor. Criterios que, en cuanto responden al beneficio y bienestar del menor, son los únicos que deberían entrar en juego aun en situaciones de desacuerdo”. Además, la SAP de Barcelona de 12 de enero de 2006, establece que conceptos como los de <estabilidad emocional>, <equilibrio psicológico>, <formación integral> solo pueden delimitarse caso a caso, atendiendo a la situación personal y familiar de cada niño. Determina que pueden establecerse diferentes criterios favorecedores de un sistema de guarda y custodia compartida como la ausencia de conflictividad entre los progenitores, disponibilidad laboral de horarios de ambos padres para la atención de los menores, cercanía de los domicilios de ambos progenitores... pero estos deben ser criterios orientativos para determinar el modelo de guarda y custodia más beneficiosos para el menor. En cuanto al interés del menor como criterio prevalente sobre cualquier otro, resulta necesario observar las circunstancias de cada caso, pero siempre tomando la decisión más favorable para el menor y para el desarrollo integral de su personalidad. Es 31 Vid. DOMINGO MONFORTE, J. (2007), “Custodia compartida disensual. Rara avis”, Revista de Derecho de Familia, nº 37, pág. 286. 27 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 por ello que, en caso de existir intereses opuestos, debe prevalecer siempre el interés del menor. En la jurisprudencia, hay una vertiente clara sobre la prioridad del criterio del interés del menor en situaciones de crisis familiar, así lo establece el Auto de la AP de Badajoz de 30 de junio de 1994, determina que en caso de discrepancia entre padres e hijos prepondera el beneficio del menor, en función del principio “favor filii” que debe prevalecer. Por lo tanto, el interés del menor debe prevalecer a los intereses de sus progenitores, así lo determina la STS de 22 de julio de 2011 al establecer que: “En cualquier caso, debe repetirse, como ya lo ha hecho esta Sala en anteriores sentencias32 que lo que importa garantizar o proteger con este procedimiento es el interés del menor, que si bien es cierto que tiene derecho a relacionarse con ambos progenitores, esto ocurrirá siempre que no se lesionen sus derechos fundamentales a la integridad física y psicológica, libertad, educación, intimidad... De donde todos los requerimientos establecidos en el art. 92 CC33 han de ser interpretados con esta única finalidad. (…) De aquí que las relaciones entre los cónyuges por sí solas no son relevantes ni irrelevantes para determinar la guarda y custodia compartida. Solo se convierten en relevantes cuando afecten, perjudicándolo, al interés del menor”. Por su parte, la STS de 27 de septiembre de 2011 considera que: “La guarda y custodia compartida no está pensada para proteger el principio de igualdad entre ambos progenitores, porque la única finalidad que persigue es que se haga efectiva la mejor forma de procurar la protección del interés del menor, exigencia constitucional establecida en el art. 39.2 CE”. 7.1.1. Criterios aplicables para ponderar el interés del menor 32 STS 11 de febrero de 2011. Así, la STC de 17 de octubre de 2012, de conformidad con el principio del interés del menor establece que, el art. 92 CC regula las relaciones paterno-filiales basándose en: 1) el mantenimiento de las obligaciones de los padres para con sus hijos y 2) el beneficio e interés de los hijos, de forma que la decisión del Juez sobre su guarda debe tomarse tras valorar las circunstancias que concurren en los progenitores, buscando siempre lo que estime mejor para aquéllos. 33 28 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 El TS, previo examen del derecho comparado, ha establecido los criterios que deben tenerse en cuenta para ponderar el interés del menor a la hora de adoptar un régimen de guarda y custodia compartida: “Es cierto que en materia de guarda y custodia compartida, el CC contiene una cláusula abierta que obliga al juez a acordar esta modalidad siempre en interés del menor, (…) y que resulta muy difícil concretar en qué consiste este interés a falta de una lista de criterios, como ocurre en algunos ordenamientos jurídicos, que si los especifican (…) del estudio del derecho comparado se llega a la conclusión de que se están utilizando criterios tales como la práctica anterior de los progenitores en sus relaciones con el menor y sus aptitudes personales; los deseos manifestados por los menores competentes, el número de hijos; el cumplimiento por parte de los progenitores de sus deberes en relación con los hijos y el respeto mutuo en sus relaciones personales y con otras personas que convivan en el hogar familiar; los acuerdos adoptados por los progenitores; la ubicación de sus respectivos domicilios, horarios y actividades de unos y otros; el resultado de los informes exigidos legalmente, y, en definitiva, cualquier otro que permita a los menores una vida adecuada en una convivencia que forzosamente deberá ser más compleja que la que se lleva a cabo cuando los progenitores conviven”34. No obstante, estos criterios no pueden entenderse como una lista cerrada, ya que en cada caso será el Juez quien deberá atender a los nuevos elementos que surjan y será la jurisprudencia la encargada de ir dotándolos de contenido. 7.2. Derecho del menor a ser oído El derecho del menor a ser oído es un derecho fundamental reconocido en el art. 24 de la carta de los DDFF de la UE35 y también en la LO de Protección jurídica del menor de 1996. 34 En la misma línea: SSTS de 8 de octubre de 2009, de 10 de enero de 2012, de11 de marzo de 2010, de 10 de marzo de 2010, de 9 de marzo de 2012 y de 7 de julio de 2011. 35 Asimismo, el derecho del menor a ser oído ser reconoce en el art. 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 del que España es parte. 29 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Además, el art. 92.2 del CC establece que: “el Juez, cuando deba adoptar cualquier medida sobre la custodia, el cuidado y la educación de los hijos menores, velará por el cumplimiento de su derecho a ser oídos”. Asimismo, el art. 154 del CC establece que si los hijos tuvieren suficiente juicio deberán ser oídos siempre antes de adoptar decisiones que les afecten. Por otro lado, la Ley de Enjuiciamiento Civil, reconoce el derecho del menor a ser oído tanto en los procesos matrimoniales de común acuerdo (art. 777.5 LEC) como en los procedimientos contenciosos (art. 770.4 LEC). Por lo tanto, es evidente que el ordenamiento jurídico reconoce el derecho del menor a ser oído36. Con esto se procura dar audiencia al menor para poder defender sus intereses, y poder ayudar así al Juez o al Tribunal a adoptar la decisión más acorde al interés del menor, sobretodo, cuando éste tenga suficiente juicio. No obstante, esto no significa que el Juez deba tomar la decisión que el menor desee, sino la que sea más beneficiosa para el menor. Así lo establece la SAP de Baleares de 29 de junio de 2005: “por ello los Tribunales deben tratar de indagar cuál es el verdadero interés del menor, aquello que le resultará más beneficioso no sólo a corto plazo, sino lo que es aún más importante, en el futuro y en esta búsqueda de lo beneficioso para el menor debe tomarse en consideración que aquello que el niño quiere no es, necesariamente, aquello que le conviene, ni tiene por qué coincidir lo adecuado con su opinión”. En la misma línea resuelve la SAP de Cádiz de 24 de abril de 2007: “...se hace preciso atender a los elementos personales, familiares, materiales y sociales, o culturales, que concurren en la familia, buscando lo que se entiende mejor para los hijos, su desarrollo integral, su personalidad, su formación psíquica y física, teniendo presente las necesidades de atención, de cariño, de sosiego y de tranquilidad que debe 36 Sin embargo, no se viene garantizando en España, esto se advierte tanto en el art. 92.5 del CC como en el art. 777.5 de la LEC los cuales hablan de “oír a los menores que tengan suficiente juicio cuando se estime necesario de oficio o a petición del Fiscal, partes o miembros del Equipo Técnico Judicial, o del propio menor”. Así, ambos preceptos pueden declarase insuficientes como garantía del menor a ser escuchado y a ser tenidas en cuenta sus opiniones. 30 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 proporcionarse a los menores, y ello en relación con las posibilidades para ofrecer todo lo que materialmente y en el ámbito de la educación exigen dichos menores, pues es transcendental encontrar un clima de equilibrio personal y familiar y psicológico, procurando pautas de conductas adecuadas, en el entorno de los menores y el de sus progenitores. En este sentido, y para resolver la cuestión planteada, se ha de entender prioritariamente al beneficio de los menores, adoptando las medidas que menos perjudiquen a los menores. Por ello, es necesario destacar que el deseo de los hijos no es el factor determinante en esta materia sino su beneficio máxime”. CASTILLEJO MANZANARES, R.37 expresa que la audiencia del menor tiene una doble finalidad, por un lado, ofrecer una mejor información directa al órgano judicial y por otro lado, conocer la voluntad del menor en los procesos que le afectan de manera directa e inmediata. Y es por ello, por lo que entiende que debe ser oído siempre que por su madurez de juicio y por su edad pueda entenderse que tiene criterio de decisión suficiente y que su opinión es su deseo personal, natural y libre y no está manipulada. El principal problema se plantea a la hora de determinar si un menor tiene o no suficiente juicio y más en una situación de ruptura matrimonial en la que es muy frecuente que existan conflictos entre las partes. Esta es la situación que presenta la SAP de Valencia de 19 de mayo de 1999 que determina lo siguiente “poniendo de manifiesto las no pacíficas relaciones entre los esposos hoy separados y su repercusión especial sobre el hijo mayor Iván, como punto de partida, hemos de destacar el fracaso de ambas partes para reconducir su relación por unos cauces, si no amigables, sí civilizados, aunque tan sólo fuera en atención a sus hijos, judicializando su vida separada, y entrecruzándose respectivamente denuncias que lo único que conseguían era empeorar su relación, y evidentemente causar un perjuicio a sus hijos, especialmente a Iván que por su edad es consciente del enfrentamiento de sus padres obligándolo a tener que elegir entre uno u otro progenitor, situación que se ha mantenido durante un largo período de tiempo, ya que, de hecho, han sido varias las 37 Vid. CASTILLEJO MANZANARES, R. (2007) “Guarda y custodia de los hijos menores. Las crisis matrimoniales y de parejas de hecho”, Editorial Práctica La Ley, Madrid; en ROMERO COLOMA, A. Mª. (2011), “La guarda y custodia compartida, una medida familiar igualitaria”, pág. 53, Editorial Reus, Madrid. 31 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 ocasiones en la que bien como juez civil, bien como juez penal, he tenido la obligación de hablar con el menor y, en virtud de la misma, estimo que, a pesar de que Iván cuenta tan sólo con siete años, su voluntad de residir con su padre no puede dejar de reconocerse, estimando que tal preferencia no es fruto de una relación pasajera ni de una influencia por parte del padre, sino que es una decisión clara y contundente y expresada por el menor ya hace tiempo con una madurez muy infrecuente en su edad, razón por la que estimo que los términos del convenio deben alterarse en tal punto”. Por lo tanto, aunque lo dicho por un menor no sea vinculante para los Jueces, es importante tenerlo en cuenta y no menospreciar sus deseos. Continuando con el principal problema de esta cuestión consistente en determinar cuándo un menor tiene o no suficiente juicio y la veracidad y precisión de sus declaraciones, ya que son personas que alteran sus recuerdos y resultan especialmente influenciables38, el primer deber del órgano jurisdiccional consistirá en determinar la veracidad y credibilidad de las declaraciones realizadas por el menor. Para ello, tal y como recoge ROMERO COLOMA, A.Mª.,39 será necesario analizar los movimientos fisonómicos del menor, la entonación de la voz, la actitud, la seguridad con la que habla y la rapidez en la declaración (que puede indicar que se está mintiendo). Es importante también, la forma de interrogar al menor, es importante no atemorizarles y tener en cuenta que los menores de edad son altamente influenciables y maleables, por ello será necesario extremar las cautelas. En cualquier caso según la SAP de Barcelona de 18 de noviembre de 200640 el Juez “debe valorar todos los elementos de prueba que se hayan aportado, conjuntamente con la exploración, debiendo cerciorarse de que la voluntad del menor o de la menor, manifestada en la exploración, haya sido correctamente formada, que el menor o la menor no se encuentre condicionado o presionado por uno de sus progenitores o por ambos y valorar su opiniones dentro del contexto en el que nos 38 Vid. IBÁÑEZ, E. y GARZON, A. (1981) “Amnesias desde un punto de vista cognitivo”, Valencia en ROMERO COLOMA, A. Mª. (2011), “La guarda y custodia compartida, una medida familiar igualitaria”, pág. 56, Editorial Reus, Madrid. 39 Vid. ROMERO COLOMA, A. Mª. (2011), “La guarda y custodia compartida, una medida familiar igualitaria”, pág. 58, Editorial Reus, Madrid. 40 En la misma línea la SAP de Navarra de 17 de noviembre de 2006, 32 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 encontramos, es decir, en el contexto de un procedimiento contencioso en el que el menor puede y suele encontrarse inmerso en un conflicto de lealtades”. En mi opinión, el menor muchas veces se deja influir por el progenitor más permisivo, sin tener en cuenta si realmente es lo más beneficioso para él. Son edades en las que la personalidad no está desarrollada completamente y en la que no son capaces de diferenciar lo que les conviene de lo que no, simplemente se centran en sus propios deseos. Sin embargo tal y como establece la SAP de A Coruña de 11 de septiembre de 2007: “la práctica y la experiencia judicial demuestran que no puede sentarse una regla general en cuanto a la edad a partir de la cual deba ser oído el menor, pues ello dependerá de su madurez psicológica y desarrollo intelectual y emocional. Por esta razón es razonable que el legislador no tenga en cuenta el dato objetivo de la edad del menor que va a ser explorado y que atienda al criterio susceptible de ponderación judicial de la suficiencia del juicio. Es claro que el caso objeto de litis, la menor posee un grado de madurez, independencia y criterio propio para formar una voluntad razonada y razonable y que es capaz de expresarla con coherencia”. 8. LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA CUSTODIA COMPARTIDA 8.1. Introducción Son los movimientos feministas a partir de los años 80 quienes vienen denunciando un aumento en la violencia de género contra las mujeres, y por ello, resulta necesario observar sus efectos tanto en las relaciones de pareja como en lo que respecta a los hijos de éstos. Tras muchos años de lucha social, es la Ley 1/2004 contra la violencia de género la que regula de forma integral la violencia machista en las relaciones de pareja, sin embargo, es importante destacar que mientras ésta y otras leyes contra la violencia doméstica tienen en cuenta dicha situación en las rupturas familiares, nuestra legislación civil se decanta por una regulación más neutral y laxa. 33 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Hasta el año 2004, la violencia de género quedaba reducida al problema de la violencia familiar, por lo tanto, no se le daba un tratamiento específico y esto conllevaba muchos problemas. La Ley 1/2004 ha venido a dar solución a dichos conflictos y a reconocer los efectos de la violencia de género en el ámbito civil. Entre las novedades más significativas que incluye la presente ley se encuentran: la relación existente entre la violencia a la mujer y cómo afecta directa o indirectamente a los hijos del matrimonio, la creación de juzgados específicos para tratar la violencia sobre la mujer y la posibilidad de suspender la patria potestad, la guarda y custodia o el régimen de visitas para el inculpado por violencia de género. La custodia compartida como criterio prioritario, es una idea relativamente reciente en nuestro ordenamiento jurídico, a continuación observaremos cómo afecta la violencia de género a la hora de decretar la custodia compartida. 8.2. La violencia de género y la protección del interés superior del menor La legislación específica sobre violencia de género ha reconocido claramente que la protección del interés superior de los menores es incompatible con la violencia de género y por lo tanto debe tener unos efectos claros en la guarda y custodia del cónyuge que ejerce la violencia. Como venimos observando, el actual art. 92 del CC establece como prioridad la custodia compartida en caso de ruptura matrimonial independientemente de si hay acuerdo entre las partes o existe conflictividad entre ellas41. Sin embargo, el apartado séptimo establece que no se aceptará la custodia compartida cuando exista cualquier tipo de delito o violencia contra los menores o contra la pareja42. 41 Peter Jaffe: “Un principio esencial de los divorcios conflictivos es que la custodia compartida y los planes parentales compartidos no son una solución viable (…) Una de las más conocidas autoras en este campo, la Dra. Janet Johnston, ha escrito extensamente sobre las necesidades específicas de las relaciones familiares donde se da una alta conflictividad. Ella sugiere que se debe abandonar en esos casos cualquier noción de custodia compartida y reemplazarla por una clara custodia, limitando la posibilidad de nuevos conflictos que pueden comprometer que las/los hijos se adapten a la situación de separación” (Jaffe, P., Lemon, N., Poisson, S. 2003, Child custody and domestic violence, Londres, Sage), en PICONTÓ NOVALES, T. (2012), “La custodia compartida a debate”, Cuadernos Bartolomé de las Casas, pág. 137, Editorial Dykinson, Madrid. 42 No obstante, la STS de 7 de julio de 2011, en su fundamento séptimo afirma lo siguiente: “Por ello, la interpretación del art. 92. 5, 6 y 7 CC debe estar fundada en el interés de los menores que van a quedar 34 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Por consiguiente, tanto el CC43 como la normativa autonómica44 prohíben la atribución de la custodia compartida o unilateral al progenitor incurso en un proceso penal por violencia doméstica y también cuando el juez advierta por las alegaciones de las partes o las pruebas practicadas indicios fundados de violencia doméstica. Aunque las normas autonómicas son más precisas, ambas presentan importantes problemas a la hora de ser interpretadas y aplicadas. En el primer supuesto, el CC exige como requisito que el progenitor esté “incurso en un proceso penal” pero no añade nada más, no obstante, la Fiscalía del Estado entiende que no basta con la existencia de una denuncia sino que son necesarios indicios de criminalidad; lo mismo sucede con la normativa autonómica, que exige una resolución judicial motivada en la que consten indicios fundados y racionales de criminalidad. Tal y como estima RUIZ DE LA CUESTA FERNANDEZ, S. 45: “tal resolución puede identificarse con todo auto que conlleve (orden de protección, de prisión provisional, de transformación del procedimiento abreviado, y similares, de procesamiento, etc.) y me parece dudoso que se pueda atribuir el mismo valor a los actos informales de imputación, si bien es cierto que nuestra doctrina judicial se muestra, en general, poco formalista en este aspecto y parece bastar la existencia del proceso penal, al margen del estado en que se encuentre, para invocar la aplicación del afectados por la medida que se deba tomar, que se acordará cuando concurran alguno de los criterios antes explicitados y que la redacción de dicho artículo no permite concluir que se trate de una medida excepcional, sino que al contrario, debería considerarse la más normal, porque permite que sea efectivo el derecho que los hijos tienen a relacionarse con ambos progenitores, aun en situaciones de crisis, siempre que ello sea posible y en tanto en cuanto lo sea”. Sin embargo, podemos observar que la interpretación realizada por el TS sobre el artículo 92 del CC es muy forzada, sobretodo, en lo que al apartado séptimo se refiere. En caso de violencia familiar, nunca podríamos considerar favorable al interés del menor la custodia compartida, ya que resulta totalmente contraria tanto al interés del menor como a la protección de los derechos del menor, que la persona que ejerza violencia familiar o de género pueda disfrutar de una custodia compartida. 43 Vid. art. 92.7 CC. 44 Ley aragonesa 2/2010 de 26 de mayo, de igualdad en las relaciones familiares ante la ruptura de convivencia de los padres: art. 66; Ley Foral de Navarra 3/2011 de 17 de marzo sobre custodia de los hijos en los casos de ruptura de la convivencia de los padres: art. 3.8; Ley 5/2011 de 1 de abril de la Generalitat Valenciana sobre relaciones familiares de los hijos e hijas cuyos progenitores no conviven: arts. 5 y 6. 45 Vid. RUIZ DE LA CUESTA FERNÁNDEZ, S. (2013), “La atribución de la custodia compartida en supuestos de violencia intrafamiliar”, Práctica de Tribunales, nº 100, pág 100. A 112, Sección Informe de Jurisprudencia, Editorial LA LEY. 35 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 art. 92.7 CC. En todo caso, no son infrecuentes las fórmulas en las que la denegación de la guarda conjunta se justifica alegando que, al margen de si procede aplicar o no el art. 92.7 CC, la litigiosidad existente entre las partes y sus malas relaciones, evidentes a partir de la existencia de un proceso penal, hacen imposible la atribución de esa modalidad de custodia”. En el segundo supuesto, se establece como requisito la existencia de indicios fundados de violencia doméstica, por lo tanto, en este caso, el progenitor no está incurso en un proceso penal sino que será el juez civil que está conociendo del proceso de familia quien advierta de estos indicios46. Si a estas actuaciones no les sigue un proceso penal, el juez civil tendrá que decidir sin tomar en consideración los supuestos indicios, sin embargo, tal y como advierte RUIZ DE LA CUESTA FERNANDEZ47, S. “no será extraño que se acuda a la socorrida fórmula de alto nivel de conflictividad entre los progenitores o a valorar negativamente la relación existente entre ellos como argumentos para denegar la modalidad de custodia compartida”. Así se pronuncian la STS de 7 de abril de 2011, la SAP de Girona de 30 de enero de 2008, y la SAP de Toledo de 29 de enero de 2008. 8.3. Aplicación del art. 92.7 CC En cuanto a la aplicación del artículo, se presentan dudas sobre si se entiende que son normas imperativas y deben aplicarse automáticamente o si por el contrario, cabe la discrecionalidad del juez quien debe aplicar la norma atendiendo a los hechos y circunstancias concretas. 46 El art. 49 bis 2 de la LEC establece lo siguiente: “(...) tras verificar que concurren los requisitos del art. 87 ter 3 LOPJ, deberá inmediatamente citar a las partes a una comparecencia con el Ministerio Fiscal que se celebrará en las siguientes 24 horas a fin de que éste tome conocimiento de cuantos datos sean relevantes sobre los hechos acaecidos. Tras ella, el Fiscal, de manera inmediata, habrá de decidir si procede, en las 24 horas siguientes, a denunciar los actos de violencia de género o a solicitar orden de protección ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer que resulte competente. En el supuesto de que se interponga denuncia o se solicite la orden de protección, el Fiscal habrá de entregar copia de la denuncia o solicitud en el Tribunal, el cual continuará conociendo del asunto hasta que sea, en su caso, requerido de inhibición por el Juez de Violencia sobre la Mujer competente”. 47 Vid. RUIZ DE LA CUESTA FERNÁNDEZ, S. (2013), “La atribución de la custodia compartida en supuestos de violencia intrafamiliar”, Práctica de Tribunales, nº 100, pág. 100 a 112, Sección Informe de Jurisprudencia, Editorial LA LEY. 36 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 A diferencia de la normativa valenciana o catalana, las cuales permiten expresamente la posibilidad de entrar a valorar la situación, la redacción del CC no nos da a entender que exista la posibilidad de discrecionalidad por parte del juez. Es por ello que la mayoría de las resoluciones aplican automáticamente el art. 92.7 al encontrarse con una situación de violencia de género, así puede observarse en la SAP de Girona, de 30 de enero de 2008, SAP de Barcelona de 18 de julio de 2008 y la SAP de Castellón de 25 de enero de 2008. Sólo en contadas ocasiones el juez entiende que la norma no puede aplicarse automáticamente y entra a valorar las circunstancias para determinar el modelo de custodia que proteja mejor los intereses del menor, en este sentido véase la SAP de Santa Cruz de Tenerife de 15 de octubre de 2007 y la SAP de La Coruña de 12 de febrero de 2007. Resultan de gran interés las alegaciones de la Fiscal Delegada de Tenerife, incorporadas a la Memoria de la Fiscalía General del Estado del año 2012, que determina que cada vez son más los casos en los que a pesar de ser denegado el modelo de custodia compartida cuando uno de los progenitores está imputado por delito de violencia sobre la mujer, se determinan regímenes de visita tan amplios que casi igualan el tiempo de estancia con el progenitor custodio; configurando así una casi custodia compartida, supuestamente, en beneficio del menor. La misma Memoria analiza la situación existente cuando ambos progenitores están imputados en un procedimiento penal por agresión mutua, así, la sentencia emitida por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer núm.1 de Zaragoza y al que remite el informe establece lo siguiente: “(...) no estaba en la mente del legislador el supuesto de indicios racionales de agresiones recíprocas entre ambos progenitores, pues el precepto habla “de uno de los progenitores” a quien no se puede atribuir de manera individual ni compartida la guarda y custodia. Tratándose a través del precepto legal de erradicar toda forma de violencia doméstica o de género, no se estima que estuviera en la intención del legislador la de privar civilmente del derecho-deber de la custodia de los hijos comunes a ambos progenitores, llamando a la familia extensa a través de una supuesta suspensión de la autoridad familiar48, pues ello comportaría sacar al menor 48 Arts. 91.1 d) y 85 a 88 del Código de Derecho Foral. 37 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 de su ambiente y entorno familiar habitual, quien de esa manera perdería sus referentes paternos cotidianos automáticamente y por imperativo legal. Resulta obvio que de encontrarnos ante hipótesis de violencia habitual ejercida en presencia de la menor por ambos progenitores, la solución pasa precisamente por sacarla de su entorno, pero en tal caso, no es fruto de un imperativo normativo, sino que el interés prevalente de la menor lo exige. Por ello, siendo que no cabe ninguna duda que en el Código de Derecho Foral como en toda la normativa del sistema positivo español, el criterio rector de cada decisión que afecta a un menor de edad es el interés prevalente de éste, habrán de analizarse las circunstancias específicas de cada caso concreto para elegir cuál es el régimen de custodia procedente”. De formar similar se pronuncia la SAP de Málaga de 3 de julio de 2007 cuando ambos progenitores han resultado condenados por un delito del art. 153 CP: “(...) condena que, si bien es verdad que afecta a ambos cónyuges veta ya legalmente la posibilidad de su guarda compartida, en la medida que, dadas las malas relaciones entre los progenitores, ello no vendría a constituir sino una fuente de conflictos entre los padres, lo cual, obviamente, no redundaría en beneficio de los menores por ello, el interés supremo de los niños, que es el que ha de ser tutelado con preferencia, aconseja que la guarda y custodia de los mismos, sin perjuicio de que la patria potestad sea ejercida de forma conjunta por ambos progenitores, sea atribuida, como con acierto resolvió la juzgadora a quo, a la madre, la cual, desde que nacieron, se ha venido dedicando de forma exclusiva al cuidado y atención de los niños, y del hogar, lo que, unido a la edad de los niños, aconseja que la guarda y custodia sobre los mismos sea encomendada a la madre, pues es dicha solución la que mejor atiende al interés preferente de los niños”. Por lo tanto, observamos, que sí cabe un margen de discrecionalidad y de valoración para el juez cuando son ambos progenitores los imputados en un procedimiento penal, pues se considera que la privación de custodia a ambos progenitores es contrario al interés del menor. En este caso, tras ponderar los hechos y las circunstancias, se considera que la madre es apta para llevar a cabo la guarda y custodia del menor. No obstante, que en la situación descrita pueda llevarse a cabo una labor de valoración por parte del juez y que, sin embargo, no pueda realizarse cuando 38 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 uno de los progenitores sea el imputado en un procedimiento penal atenta directamente contra el principio de igualdad. Desde mi punto de vista el juez debe valorar las situaciones caso por caso, indiferentemente de si es uno o son ambos los progenitores imputados en un procedimiento penal, no obstante, como norma general considero que para el menor no es adecuado un ambiente violento, por lo tanto descartaría la custodia a favor de una persona imputada en un proceso penal. 8.4. La oposición a la guarda compartida, como forma de expresar posibles formas de violencia de género Pese a las continuas campañas y ayudas ofrecidas a las víctimas de violencia de género, todavía son muchas las que por miedo toman la decisión de no denunciar, es por ello, que muchas de ellas ven como única salida a esa situación el romper con su pareja. Por lo tanto, si partimos de la idea de que muchas rupturas esconden violencia doméstica, debemos valorar también la posibilidad de que muchas de las personas que se oponen a la custodia compartida, pueden expresar mucho más que un conflicto de intereses y pueden ser víctimas de violencia de género. El hecho de que nuestro ordenamiento jurídico de preferencia a la guarda compartida, incluso en los casos en los que no existe acuerdo, puede hacer que se perpetúe la situación de violencia tras la ruptura. Así lo denuncian las asociaciones que trabajan en la lucha contra la violencia machista en las relaciones de pareja, la ASOCIACIÓN TAMAIA hace una interesante apreciación al respecto: “La aplicación de la custodia compartida ha de ser coherente con cada situación familiar concreta, ha de partir del entendimiento y de la buena predisposición de los progenitores para cuidar de la hijas e hijos y para hacerlo de forma conjunta. La custodia compartida en las relaciones donde hay violencia en la pareja, es una opción que no tiene en cuenta a las víctimas de abuso, sean éstas las mujeres o las hijas e hijos. No los tiene en cuenta porque hace invisible la violencia que padecen 39 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 (psicológica, económica, física...) ignorando los principios que rigen la violencia: el abusador es priorizado en todo momento, inflige daño a las personas cercanas más vulnerables, erigiéndose en un lugar de poder y no haciéndose responsable de los daños que ocasiona. Nuestra larga experiencia con madres que han vivido la violencia en su relación de pareja, nos muestra cómo muchos maltratadores, que hasta el momento de la separación no se hacían cargo de sus hijas/os, comienzan a luchar como si fueran los mejores padres, por tener la custodia compartida, y cómo los servicios a los que se dirigen los creen, por la buena voluntad que muestran. No ven que detrás de esta máscara frecuentemente no hay un interés real del progenitor, sino que es una manera de continuar teniendo el poder en la relación demostrando a la mujer, que tienen la moneda de cambio que más aprecia, su descendencia. De esta manera, la custodia compartida se convierte en una medida de presión, de coacción, de amenaza, en un instrumento para seguir maltratando a la mujer a través del daño a la hijas e hijos49”. En este último apartado, me parece muy interesante la apreciación que se hace sobre el uso del menor por parte del progenitor maltratador para coaccionar a la mujer. Lamentablemente podemos observar noticias en las cuales los progenitores maltratadores han asesinado a sus hijos con el único objetivo de causar el mayor daño posible a su ex-cónyuge50. Cierto es, que nuestro ordenamiento ofrece un completo sistema de denuncia y protección para las víctimas de violencia de género, no obstante, tal y como señalan los datos de las encuestas de victimización o los datos sobre las mujeres asesinadas, la mayor parte de las mujeres que sufren violencia no denuncian a sus agresores. Por ello, es necesario no olvidar que tras una ruptura matrimonial puede esconderse una situación de maltrato no denunciada y que a través de esta normativa, la legislación civil ignora dichos signos. 49 Entrevista a la asociación TAMAIA Viurse sense Violència, marzo de 2011, en PICONTÓ NOVALES, T. (2012), “La custodia compartida a debate”, Cuadernos Bartolomé de las Casas, págs. 144 y 145, Editorial Dykinson, Madrid. 50 En este aspecto podemos mencionar el caso de José Bretón, quien en octubre de 2011 aseguró haber perdido a sus hijos en un parque de Córdoba y finalmente aparecieron sus rastros quemados en una hoguera en una finca propiedad de los padres de éste, el móvil fue la venganza de Bretón a su ex-mujer y madre de Ruth y José tras romper ésta con la relación. 40 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 En 2013 se inscribieron en el Registro como víctimas de violencia de género y doméstica, 34.376 personas, un 6,2% menos que en 2012. De éstas, 31.612 fueron mujeres y 2.764 hombres51. Atendiendo al tipo de relación existente entre la víctima y el denunciado, en el 27,0% de los casos la víctima y el denunciado eran cónyuges y en el 7,2% ex cónyuges. Por su parte, el 22,9% mantenían una relación de pareja de hecho y el 20,7% eran ex pareja de hecho52. 9. ANTEPROYECTO DE CORRESPONSABILIDAD LEY SOBRE PARENTAL EN EL EJERCICIO CASO DE DE LA NULIDAD, SEPARACIÓN Y DIVORCIO DE 19 DE JULIO DE 2013 51 En 2013 se registraron 31.375 infracciones penales imputadas a los denunciados de asuntos de violencia de género inscritos ese año, un 6,9% menos que en 2012. El número medio de infracciones penales por denunciado fue de 1,2, el mismo que en el año anterior. Del total de infracciones penales imputadas se contabilizaron 28.824 delitos y 2.551 faltas. Los delitos más frecuentes fueron los relativos a Lesiones (56,7% de los delitos), Amenazas (19,6%) y Torturas y otros delitos contra la integridad moral (14,5%). 52 Extraído de www.ine.es 41 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Debido a la constante necesidad de adaptar la legislación a la realidad social, nace el Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio de 19 de julio de 2013. Tal y como refleja en su Exposición de Motivos, podemos distinguir cuatro etapas en lo referente a la guarda y custodia de los hijos: La primera de ellas anterior a la Ley 11/1981 de 13 de mayo en materia de filiación, patria potestad y régimen económico del matrimonio y a la Ley 30/1981 de 7 de julio, que modifica la regulación del matrimonio en el CC y determina el procedimiento a seguir en los casos de nulidad, separación o divorcio, basaba la obtención de la guarda o custodia, en caso de separación o nulidad, en un premio o castigo según la culpabilidad o inocencia de los cónyuges. En este aspecto, el TS, ha señalado reiteradamente que la guarda y custodia compartida se concibe como una forma de protección del interés de los menores cuando sus progenitores no conviven conjuntamente, no como un sistema de premio o castigo al cónyuge por su actitud en el ejercicio de sus obligaciones paterno-filiales, así podemos observarlo en las SSTS de 7 de julio de 2011, de 21 de febrero de 2011, de 10 de diciembre de 2012 y de 7 de junio de 2013. La segunda etapa, posterior a las reformas de 1981, se desprendía de esta idea de culpabilidad o inocencia, y basaba el divorcio en el cumplimiento de dos requisitos, 1) el cese efectivo de la convivencia conyugal y 2) el transcurso de unos plazos determinados (arts. 81 y 86 CC). Sin embargo, en la práctica la mayoría de sentencias, a la hora de otorgar la guarda o custodia, seguían basándose en el elemento culpabilístico de las partes. A su vez, se partía de la idea de una patria potestad ejercida por ambos progenitores aunque el art. 92 del CC establecía la posibilidad residual de ejercer la guarda y custodia de los hijos de forma unilateral cuando fuese más conveniente para estos. Sin embargo, y pese al carácter residual de esta modalidad, se convirtió en la forma usual de resolver el presente conflicto, otorgando la guarda y custodia de los hijos en la mayoría de los casos a la madre. 42 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 La tercera etapa, la actual, se identifica por los cambios producidos en el CC y la LEC por la Ley 11/1990, de 15 de octubre, por la vulneración que venía produciéndose del principio de igualdad entre las personas de distinto sexo, y por la Ley 15/2005, de 8 de julio, en lo referente a la separación y el divorcio. Tal y como afirma el propio Anteproyecto, la doctrina más común y la jurisprudencia han venido limitando los supuestos de guarda compartida basándose en una interpretación restrictiva del art. 92.8º CC ya visto, sin embargo, es la STS de 8 de octubre de 2009 la que establece que: “el CC contiene una cláusula abierta que obliga al juez a acordar esta modalidad siempre en interés del menor, después de los procedimientos que debe seguir según los diferentes supuestos en los que puede encontrarse la contienda judicial, una vez producida la crisis de la pareja y que resulta muy difícil concretar en qué consiste este interés a falta de una lista de criterios, como ocurre en algunos ordenamientos jurídicos, que sí los especifican”. Por lo tanto, el informe del Ministerio Fiscal no tendrá carácter vinculante. La cuarta y última etapa, es la que se pretende con el Anteproyecto y la que pretende dar solución a los problemas actuales que suscita la guarda y custodia de los hijos, para su redacción se han tenido en cuenta tanto la jurisprudencia del TS como la normativa vigente en cada CA53. A lo largo de todo el Anteproyecto, podemos observar que se pretende la desaparición de la custodia monoparental como opción preferente, pero sin decantarse por la custodia compartida como solución prevalente; debiendo ser el Juez en cada caso y atendiendo siempre al interés del menor quien determine el régimen más conveniente. Así, el nuevo artículo 92 bis, en su primer punto indica que será el Juez quien acordará, siempre en interés de los hijos, que la guarda y custodia “sea ejercitada por uno solo de los progenitores o por los dos, de forma compartida”. Por otro lado, se observa un intento de concienciar a los progenitores sobre la importancia de pactar en estos casos un plan de ejercicio de la patria potestad. También 53 En este caso diferencia las que se decantan por la guarda o custodia compartida salvo que sea más conveniente para el hijo la custodia unilateral (Aragón y Valencia) y las CCAA que no se posicionan por ningún modelo de custodia, sino que da plena libertad a Jueces y Tribunales para decidir caso por caso y en interés de los hijos menores la más conveniente (Navarra y Cataluña). 43 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 tiene especial importancia la protección del interés superior del menor, que consistirá en asegurar el respeto completo y efectivo de todos los derechos del niño, así como su desarrollo integral. A su vez, incorpora la posibilidad de acudir en cualquier momento a la mediación familiar para resolver las diferencias entre los progenitores, evitando así la litigiosidad y fomentando el ejercicio consensuado de la corresponsabilidad parental. En cuanto a la patria potestad, su ejercicio será conjunto (corresponsabilidad parental), con lo que no cambian las responsabilidades de los padres respecto a los hijos. Elimina el concepto de visitas por considerarlo obsoleto, ya que la reforma pretende dar relevancia al contacto cotidiano y frecuente entre los progenitores con sus hijos. También plantea el efecto que tendrá este nuevo régimen en la contribución al sostenimiento de las cargas familiares, en el derecho de alimentos, en el uso de la vivienda familiar y en la liquidación del régimen económico matrimonial. 9.1. Violencia doméstica en el anteproyecto de ley La Exposición de Motivos del Anteproyecto afirma que “regula (…) la guarda y custodia compartida, no como un régimen excepcional, sino como una medida que se puede adoptar por el Juez, si lo considera conveniente, para la protección del interés superior del menor, tanto cuando lo solicitan los progenitores de mutuo acuerdo o uno con el consentimiento del otro, o cuando, no mediando acuerdo, cada uno de ellos insta la custodia para ambos o exclusiva para sí”. Según el informe sobre el Anteproyecto de Ley que elimina la Excepcionalidad de la Custodia Compartida colgado en la página web de La Moncloa54 establece que “atendiendo al compromiso asumido por los poderes públicos para prevenir, erradicar y castigar la violencia doméstica y de género, y con la finalidad de proteger a todas las víctimas de esos delitos, especialmente a los menores, la Ley55 prevé expresamente, por primera vez, que no se otorgará la guarda y custodia al progenitor contra quien exista sentencia firme56 por este tipo de delitos. 54 Extraído de: www.lamoncloa.gob.es Vid. art.1.4 del Anteproyecto de Ley, a través del cual se añade el art. 92 bis. 56 No procederá atribuir la guarda y custodia de los hijos, ni individual ni compartida, ni un régimen de estancia, relación y comunicación respecto de ellos, al progenitor que haya sido condenado penalmente por sentencia firme, por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos que convivan con ambos hasta la extinción de la responsabilidad penal, tras lo cual será el Juez quien deba valorar si procede tal concesión, atendiendo a los criterios señalados en los apartados anteriores y, singularmente al delito cometido, 55 44 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Entre las causas de exclusión de la guarda y custodia figura, además, la existencia de una resolución penal por haber indicios fundados de la comisión de dichos delitos57 y que en el procedimiento civil el juez aprecie indicios fundados58 de que se ha podido cometer alguno aunque no exista denuncia”. Esta regulación nace de la necesidad de proteger a los hijos e hijas de la pareja frente a la violencia del cónyuge maltratador, no podemos olvidar que los menores están en peligro directo en los casos de violencia doméstica. Así se advierte en el siguiente gráfico recogido en el Informe especial del Defensor del Menor de Andalucía59. En cuanto a la privación de todo tipo de relación por parte del progenitor condenado con los hijos del matrimonio, sucede lo mismo que con la medida de duración de la pena, reincidencia y reinserción del progenitor. Excepcionalmente, el Juez podrá establecer, si lo considera conveniente para la protección del interés superior de los menores, atendiendo a los criterios anteriores y a la peligrosidad del progenitor condenado, un régimen de estancia, relación y comunicación respecto de ellos. 57 No se le atribuirá la guarda y custodia, ni individual ni compartida, cuando esté incurso en un proceso penal iniciado por la presunta comisión de violencia doméstica, de género o de cualquiera de los atentados antes referidos, y se haya dictado resolución judicial motivada en la que se constaten indicios fundados y racionales de criminalidad. La Sentencia absolutoria o el sobreseimiento libre firme dictado en el referido proceso penal será causa de revisión del régimen de guarda y custodia a petición de parte. 58 Y tampoco procederá cuando el Juez del procedimiento civil advierta, de las alegaciones de las partes y las pruebas practicadas, la existencia de indicios fundados de la comisión de tales hechos por el progenitor, siempre que el delito no estuviera prescrito 59 Vid. menores expuestos a violencia de género: víctimas con identidad propia http://www.defensordelmenordeandalucia.es/sites/ default/files/menores-expuestos-violenciagenero/files/assets/downloads/Menores_expuestos.pdf 45 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 alejamiento en el ámbito penal60, ambas se imponen de forma automática y no se entra a valorar la situación concreta. Por lo tanto, siguiendo la misma línea, podríamos determinar que es necesario escuchar tanto a la víctima como a los hijos e hijas de ambos para precisar en cada caso concreto el régimen más conveniente. No obstante, es frecuente que la persona que maltrata a su pareja, maltrate también a sus hijos o que la persona que maltrata a sus hijos maltrate también ocasionalmente a su pareja, sin embargo, existen casos en los cuales los hijos no resultan afectados y es por ello por lo que resulta necesario analizar cada situación. Así, podemos distinguir situaciones en las cuales la víctima cree que el agresor es un gran peligro para sus hijos y otras en las cuales la víctima está convencida de que el agresor quiere a sus hijos y no les hará ningún daño. Por ello, y porque cada caso es diferente, es necesario analizar cada situación para decidir cuál es la opción correcta. 10. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA GUARDA Y CUSTODIA COMPARTIDA SEGÚN LA DOCTRINA 10.1. Ventajas de la guarda y custodia compartida61 60 Así, en opinión de DAZA BONACHELA, Mª (2013): “Comentario victimológico al Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio”, Diario de Ley, pág.3, núm. 8214, Editorial LA LEY: “El alejamiento automático en vía penal es un error, como lo sería (más grave) que no se acuerde cuando una víctima lo solicita. Debería acordarse siempre que lo pida la víctima, cualquiera de las víctimas afectadas por la situación de violencia, o, en defecto de su solicitud, incluso contra su criterio, cuando razones fundadas indiquen que puede/n continuar siendo violentada/s y existe un riesgo grave de victimización, que se pongan de manifiesto a la autoridad judicial a lo largo del proceso o durante el juicio”. 61 La SAP de Barcelona de 20 de febrero de 2007 señaló que con la custodia compartida: · se garantiza a los hijos la posibilidad de disfrutar de la presencia de ambos progenitores, pese a la ruptura de las relaciones de pareja, siendo tal presencia similar de ambas figuras parentales y constituye el modelo de convivencia que más se acerca a la forma de vivir de los hijos durante la convivencia de pareja de sus padres, por lo que la ruptura resulta menos traumática: · se evitan determinados sentimientos negativos en los menores, entre los cuales cabe relacionar los siguientes: miedo al abandono; sentimiento de lealtad; sentimiento de culpa; sentimiento de negación; sentimiento de suplantación, etc.; · se fomenta una actitud más abierta de los hijos hacia la separación de los padres, que permite una mayor aceptación del nuevo contexto, y se evitan situaciones de manipulación consciente o inconsciente por parte de los padres frente a los hijos; 46 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 1. Es la modalidad que más se ajusta a los principios de corresponsabilidad familiar y derecho a la coparentalidad62. 2. Se mantiene la referencia de dos adultos en una situación de igualdad, manteniéndose inalterada la situación del menor con ambos padres. 3. Es el método que más se asimila a la situación previa a la ruptura matrimonial63, al garantizar una convivencia no simultánea pero sí alterna del menor con su padre y su madre. 4. La custodia compartida disminuye el sentimiento de pérdida por parte del menor hacia el progenitor no custodio. 5. Evita alteraciones a nivel psicológico. · se garantiza a los padres la posibilidad de seguir ejerciendo sus derechos y obligaciones inherentes a la potestad o responsabilidad parental y de participar en igualdad de condiciones en el desarrollo y crecimiento de sus hijos, evitando, así, el sentimiento de pérdida que tiene el progenitor cuando se atribuye la custodia al otro progenitor y la desmotivación que se deriva cuando debe abonarse la pensión de alimentos, consiguiendo, además, con ello, una mayor concienciación de ambos en la necesidad de contribuir a los gastos de los hijos; · no se cuestiona la idoneidad de ninguno de los progenitores; · hay una equiparación entre ambos progenitores en cuanto a tiempo libre para su vida personal y profesional, con lo que se evitan de esta manera dinámicas de dependencia en la relación con los hijos, pues en ocasiones el dolor y vacío que produce una separación se tiende a suplir con la compañía del hijo o hija que se convierte así en la única razón de vivir de un progenitor; y · los padres han de cooperar necesariamente, por lo que el sistema de guarda compartida favorece la adopción de acuerdos, lo que se convierte, asimismo, en un modelo educativo de conducta para el menor. 62 La SAP de Ciudad Real de 3 de mayo de 2004 señala que: “hoy se tiene a la custodia compartida como mejor forma de implicación de los padres en el desarrollo de sus hijos, sin que éstos se vean perjudicados por tal régimen”. SAP de Valencia de 1 de septiembre de 1997 afirma que la guarda y custodia compartida: “no pretende por más que intentar favorecer del modo más razonable posible la íntima y necesaria relación del menor con cada uno de sus progenitores” (asunto que llega al TC sentencia núm. 4/2001 de 15 de enero de 2001). 63 Principio de continuidad: consiste en el contacto directo y regular entre el hijo y el progenitor no custodio. 47 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 6. Favorece el desarrollo de su personalidad y las relaciones con la familia extensa de ambos progenitores. 7. Evita conflictos entre los ex cónyuges, en los procesos de separación y divorcio, en los que pretenden obtener la custodia unilateral. 8. Evita los comportamientos extremadamente permisivos por parte del progenitor no custodio, frente a la autoridad parental a la que va ligada necesariamente el progenitor custodio por la convivencia con el menor. 9. Evita el incumplimiento de las obligaciones económicas por parte del progenitor no custodio, al producir la custodia compartida una mayor satisfacción y compromiso a la hora de cumplir con las responsabilidades tanto personales como patrimoniales. 10. Favorece la adaptación por parte de los hijos a las nuevas parejas de sus progenitores. 10.2. Desventajas de la guarda y custodia compartida La principal desventaja de este modelo de guarda y custodia es la inestabilidad física, afectiva y emocional en la vida del menor. La seguridad del menor se verá afectada por no contar con un punto de referencia estable y por la imposibilidad de contar con unos criterios educacionales uniformes, así como por los continuos cambios en el ámbito familiar, en los hábitos, costumbres, relaciones sociales... Por lo tanto, el grado de estabilidad dependerá de, entre otros factores, el grado de semejanza entre los dos ambientes en los que convive el hijo, los modelos de educación y los valores inculcados por ambos progenitores64. 64 La SAP de Barcelona, Sección 18ª de 20 de febrero de 2007, señaló como inconvenientes: · · la posible inestabilidad de los menores producida por los continuos cambios de domicilio; los problemas de integración o adaptación a los nuevos núcleos familiares que se vayan creando: 48 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 No obstante, la necesidad del continuo cambio de domicilio por parte del menor para llevar a cabo la guarda y custodia compartida, presenta ciertos inconvenientes, así lo manifiesta la SAP de Valladolid de 13 de julio de 2004: “No nos imaginamos a la menor pasando una semana con el padre y otra con la madre, o un mes con cada uno de ellos; desde el punto de vista psicológico estamos seguros de que no sería bueno para Lena, porque nunca llegaría a centrarse, por lo que esta solución la rechazamos”. Así, la SAP de Córdoba de 16 de diciembre de 200465 descarta dicha posibilidad por la situación irregular que representaría para la niña el no tener un domicilio estable, sino dos, al considerar que la estabilidad en la vida, hábitos y costumbres de la niña son absolutamente esenciales. Asimismo, la SAP de Albacete de 1 de diciembre de 2003 66 estimó que la custodia compartida no podía adoptarse por el evidente trastorno vivencial que supondría la dificultad de adaptación al continuo cambio de hogar. 11. CONCLUSIONES Como hemos podido observar a lo largo del trabajo, uno de los principales problemas tras una ruptura matrimonial es la atribución de la guarda y custodia de los hijos menores. Tradicionalmente se ha optado por atribuírsela a la madre de forma unilateral y así, el padre ha quedado reducido a un simple visitador. Por consiguiente, la posibilidad de obtener un régimen de guarda y custodia compartida era prácticamente nula, los principales motivos de su rechazo eran la inestabilidad que provocaba el cambio de vivienda del menor y las discrepancias entre los progenitores. Tras observar las consecuencias negativas de esta decisión y en aras de la igualdad entre los progenitores y con el objetivo de causar el menor perjuicio posible al menor la Ley 15/2005 viene a modificar el art. 92 del CC e intentar introducir un modelo de guarda y custodia compartida. Así, se basa en la corresponsabilidad parental, · 65 66 y las dificultades para unificar criterios en las cuestiones más cotidianas de la vida de los menores. En el mismo sentido, la SAP de Asturias de 20 de mayo de 2005. En el mismo sentido, la SAP de Barcelona de 30 de septiembre de 2004. 49 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 es decir, en la implicación de ambos padres en el cuidado y desarrollo de los hijos a pesar de la ruptura, tras entender que lo más beneficioso para el desarrollo del menor es, sin duda, el mantenimiento del mayor contacto posible con ambos progenitores. Este modelo de custodia se acordará cuando los progenitores la soliciten y siempre teniendo como principal objetivo el mayor bienestar, beneficio e interés superior del menor. Sin embargo, y a pesar de estar ya presente en nuestro ordenamiento, son pocas las situaciones en las que se adopta la guarda y custodia compartida, debido a la dificultad de llevarla a cabo. Así podemos observarlo en los siguientes gráficos67: En 2012 la custodia de los hijos menores fue otorgada a la madre en el 75,1% de los casos. En el 9,7% de los procesos la custodia la obtuvo el padre, en el 14,6% fue compartida y en el 0,6% se otorgó a otras instituciones o familiares. 67 Extraídos de www.ine.es 50 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Sin embargo en 2013 la custodia de los hijos menores fue otorgada a la madre en el 76,2% de los casos, cifra superior a la observada en el año anterior (75,1%). En el 5,5% de los procesos la custodia la obtuvo el padre (frente al 9,7% de 2012), en el 17,9% fue compartida (frente al 14,6% del año anterior) y en el 0,3% se otorgó a otras instituciones o familiares (0,6 el año anterior). Por lo tanto, podemos observar, que pese a los continuos cambios e intentos de igualar los derechos de ambos cónyuges tras la ruptura, y aunque cada vez se adopte más la medida de la guarda y custodia compartida, sigue predominando claramente la adopción de la guarda y custodia unilateral a favor de la madre. Por otro lado, es importante destacar un tema tan presente en la actualidad como es la violencia de género en relación con la guarda y custodia de los hijos menores. En este aspecto, la legislación se ha decantado claramente por la incompatibilidad entre la protección del interés superior del menor y la violencia de género, así, el art. 92.7 del CC deniega la posibilidad de acordar la guarda y custodia compartida cuando exista cualquier tipo de delito o violencia contra los menores o contra la pareja. 51 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 Tras analizar la situación de la guarda y custodia de los menores tanto en el pasado como en el presente, es fundamental destacar el Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. Este Anteproyecto viene a dar respuesta a los constantes cambios que se producen en la sociedad, así, pretende la desaparición de la custodia monoparental como opción preferente pero sin establecer el modelo de custodia compartida como opción prevalente, por lo tanto, será el juez quien basándose en el interés del menor decidirá el tipo de guarda y custodia a adoptar en cada caso. Desde el punto de vista de la violencia de género, el Anteproyecto condena radicalmente estas actuaciones, así, determina que no se otorgará la guarda y custodia al progenitor contra quien exista sentencia firme o una resolución penal por indicios fundados por la comisión de este tipo de delitos y cuando en el desarrollo del procedimiento civil el juez aprecie indicios fundados pese a no existir denuncia. Finalmente, tras analizar las ventajas y desventajas de la guarda y custodia compartida, podemos observar que la guarda y custodia compartida ofrece al menor la posibilidad de disfrutar de ambos progenitores pese a la ruptura matrimonial adaptándose con mayor facilidad a la nueva situación y que garantiza la igualdad de los padres evitando así los conflictos entre ambos. Sin embargo, también presenta aspectos negativos, así, la mayor desventaja sería la inestabilidad física, afectiva y emocional que provocan en el menor los constantes cambios de domicilio y de hábitos. En definitiva, considero que, la guarda y custodia compartida es el modelo a perseguir tras una ruptura matrimonial por los beneficios que ésta ofrece al menor, sin embargo, es necesario tener en cuenta las dificultades para llevarla a cabo, partiendo de los conflictos existentes entre los ex-cónyuges. Por ello, creo que sería necesario concienciar a los padres de la necesidad de dejar sus problemas personales a un lado y llegar a un acuerdo común por el beneficio de su hijo, pues éste es siempre quien soporta las consecuencias de la ruptura. Finalmente, respecto a la inestabilidad que provocan los constantes cambios de domicilio, creo que sería una alternativa interesante la opción de que sean los progenitores quienes cambien de domicilio y no el hijo menor. Es cierto, que esta medida puede ser complicada de llevar a cabo, por un lado, por cuestiones económicas, la necesidad de que ambos progenitores tengan su propio 52 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 domicilio y los conflictos que puede ocasionar el reparto de los gastos de la vivienda en la cual vive el menor, por último por la dificultad de los progenitores a la hora de rehacer sus vidas. No obstante, sigo defendiendo esta opción ya que como venimos resaltando a lo largo de éste trabajo, lo realmente importante es tomar la medida que más beneficie al interés del menor pues al fin y al cabo no es el responsable de la situación y generalmente es quien más perjudicado resulta por las decisiones tomadas por sus progenitores. 53 La custodia compartida a la luz del art. 92 CC y del Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. 2014/15 BIBLIOGRAFÍA ALBALADEJO GARCIA, M. (2002), “Curso de Derecho Civil IV Derecho de Familia” Editorial Librería Bosch, Barcelona. ÁLVAREZ ÁLVAREZ, H. (2013), “La custodia compartida: cuestiones controvertidas”, Congreso Internacional de Constitución y Derecho de Familia, Facultad de Derecho de la UNED, Madrid. BERCOVITZ RODRIGUEZ-CANO, R. 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