TRATAR A TODOS POR IGUAL Esta historia gira en torno a una familia de condición económica alta y de un jovencito que había vivido siempre de la caridad de los moradores en una parroquia. Una adolescente inexperta al salir embarazada y por temor a las críticas y mantener su posición social dejó a su niño en un parque al nacer y viajó a otro país para olvidarse del hecho. Pasó el tiempo, se casó, tuvo tres hijos pero enviudó muy pronto. Llena de fortuna decidió regresar a su país. Más aún su conciencia no le permitía tener tranquilidad interior y siempre era presa de una gran nostalgia por su pena decisión en su juventud. Compró una casa cerca de su vecindad, la acondicionó llamando la atención de todos no con la intención de ello pero si para que sus hijos tuvieran mejores comodidades y no extrañaran su país de origen. Asistían a la misa dominical pero como en la vecindad sólo había una pequeña capilla, tenían que asistir allí. Las niñas eran muy caritativas, les gustaba ayudar en la parroquia al párroco y así se hicieron amigas de Juan, el jovencito que acompañaba siempre al sacerdote. Sin embargo, ello no sucedió con Nicolás, el mayor de los tres hermanos, que cada vez que acompañaba a la familia y veía a Juan, le mandaba indirectas y buscaba siempre la oportunidad para menospreciarlo. Después de la misa, a pesar del sermón del sacerdote, Nicolás esperaba a Juan para recriminarle, pero este nunca le trató con indiferencia, siempre le respondía con prudencia; pero si le comunicaba al sacerdote el proceder del joven. Juan había aprendido a perdonar a la mujer que un día lo había abandonado, amaba al sacerdote por lo mucho que le había dado y siempre le obedecía , no hacía caso de la actitud de Nicolás, quienes siempre era excusado por sus hermanas presentando sus disculpas por su proceder. A la par la madre de los jóvenes había contratado un detective para saber el paradero del hijo que un día abandonó, pues sabía que pronto dejaría este mundo y no quería irse sin remediar su error. Grande fue su sorpresa cuando el detective le informó que el hijo perdido estaba cerca de ella, en la parroquia. Sufrió un infarto por ello, fue conducida a la clínica más cercana y al tener cerca de sus hijos pidió que llamaran a Juan. Nicolás no entendía el proceder de su madre, se negó a compartir la sala con él pero al verla tan delicada aceptó. Al llegar Juan en compañía del sacerdote amigo, les reveló a sus hijos su más grande secreto, pidió perdón al hijo por haberlo abandonado. Juan no dudó en hacerlo. Dirigiéndose a Nicolás le pidió que viera a Juan como el hermano y que siempre se mantuvieran unidos como en esos momentos. La rebeldía de Nicolás fue fuerte pero después entendió su error y aceptó a Juan como lo que era, pero sobre todo supo valorar el verdadero sentido de la valía del hombre, que se debe mirar no por las apariencias sino por los actos concretos de la vida. ENSEÑANZA: Seamos responsables de nuestros actos y asumamos las consecuencias de los mismos, No le demos más valor a la riqueza material que a la espiritual. A la larga la corta los errores se evidencian. Lo valiente está en enmendarlos y sabernos perdonar a nosotros mismos y a los demás. Integrantes 5TO “A” CUNIAS VÁSQUEZ, MARÍA ESQUIVEZ HUANCAS, GRACIELA CHOZO BRAVO, PAOLA CARHUAJULACA SILVA, ESTHER CHINGEL DELGADO, CATHERIN SÁNCHEZ SUCLUPOE, FIORELA QUISPE FLORES ,SONIA TESÉN RAMÍREZ, CECILIA