Análisis Legal Semanal Nº 178 - Año 5 Viernes 23 de enero de 2015 Edición Semanal Análisis Legal Semanal NULIDAD DE CONTRATO DEMANDADA POR UN TERCERO Federico Escóbar Klose Asesor Legal FEPC Cuando en la celebración de un contrato no se han observado las normas que regulan la actividad contractual o los requisitos de formación o de validez de los contratos, se puede interponer una acción de nulidad, con la finalidad de que se declare la nulidad del contrato, consecuentemente la invalidez del mismo. El artículo 551 del Código Civil sostiene: “La acción de nulidad puede ser interpuesta por cualquier persona que tenga un interés legítimo”; en ese sentido, ¿quién puede tener interés legítimo en demandar la nulidad de un contrato?; en primer lugar y de forma obvia, cualquieras de las partes que han intervenido en la celebración del contrato que adolece de nulidad, están legitimadas (legitimación activa) para demandar la nulidad del mismo; también los causahabientes o herederos de las partes contratantes, toda vez que se presume que quien contrata lo hace para sí y para sus herederos y causahabientes conforme manda el artículo 524 del Código Civil; finalmente, también es posible que la nulidad de un contrato pueda ser solicitada por un tercero que no fue parte de la relación contractual que se pretende invalidar, siempre que tenga interés legítimo. Entonces, el interés legítimo configura la legitimación activa para poder demandar, configurándose esa legitimación en un presupuesto de admisibilidad de la demanda que debe ser analizada por los Jueces al momento de admitir la demanda. En ese sentido, el interés legítimo debe ser demostrado al momento de presentar la demanda y los Jueces tienen el deber de exigir dicha prueba a tiempo de admitirla porque de ella depende la acreditación de la legitimación activa del actor, que constituye presupuesto de admisibilidad como se señaló. Dicho razonamiento se encuentra contenido en el Auto Supremo N° 664/2014 emitida por la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia en fecha 6 de noviembre 2014. En dicha resolución se sostiene que el interés legítimo, normado en el artículo 551 del Código Civil, de quien pretenda la nulidad de un contrato en el que no es parte, presupone la titularidad de un derecho subjetivo cuya eficacia dependa real y directamente de la invalidez del contrato que se demanda su nulidad, es decir, los efectos generados por el contrato deben estar en pugna con el derecho subjetivo del cual es titular la persona que demanda. Por ello, lo dispuesto por el artículo 551 del Código Civil, solo otorga legitimación activa o la calidad de accionante a quien tenga interés legítimo probado, y no está abierto a todas las personas estantes del Estado. Si el tercero, al momento de demandar no prueba su interés legítimo en la nulidad del contrato, el demandado puede oponer la excepción perentoria de falta de acción o derecho o legitimación para obrar.