298505. . Primera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo CIX, Pág. 1883. LIBERTAD PERSONAL, SUSPENSION DE SU RESTRICCION (LIBERTAD CAUCIONAL). El artículo 172 de la Ley de Amparo, que forma parte del capítulo III de dicha ley, que se ocupa de la suspensión del acto reclamado en el juicio de amparo directo, define con toda precisión cuales son los efectos de aquélla, al prevenir que cuando la sentencia reclamada imponga la privación de la libertad, la suspensión surtirá el efecto de que el quejoso quede a disposición de la Suprema Corte de Justicia, por mediación de la autoridad que haya suspendido su ejecución; pudiendo la última ponerlo en libertad caucional si procediere. Hay que hacer notar que esta última condición pone de manifiesto que el efecto de una sentencia reclamada, que imponga al quejoso la pena de privación de la libertad es, legalmente, que se le prive de ella, a menos que proceda la caucional. Y sería un absurdo jurídico sostener que el efecto de la suspensión de una sentencia de última instancia contra la que se pide el amparo directo, que condena al procesado a ser privado de la libertad de que gozaba, sea que deba continuar gozando de ésta, cuando en casos de un simple mandamiento de autoridad judicial del orden penal que ordene la detención del acusado o que dicte un auto de prisión preventiva, la ley limita expresamente el efecto de la suspensión a ponerlo a disposición del tribunal que conoce del amparo quedando privado de la libertad, a menos que, como en el caso de la suspensión a que se refiere el artículo 172, proceda la caucional. Queja en amparo penal 276/51. Hernández González Jesús. 25 de agosto de 1951. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. -1-