CALIDAD DEL AIRE versus AISLAMIENTO ACÚSTICO Patología ambiental de edificios actuales en climas urbanos cálidos Don Manuel Martín Monroy Doctor Arquitecto. Profesor Titular Interino de Universidad Departamento de Construcción Arquitectónica Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. España RESUMEN Este estudio analiza las necesidades contradictorias de acondicionamiento ambiental de edificios actuales en climas urbanos cálidos y ruidosos, evaluando las necesidades de ventilación y renovación de aire (disipación de calor, vapor de agua y olores) y su compatibilidad con un adecuado aislamiento acústico del ruido exterior. Se analizan sistemas de ventilación alternativos a través de conductos, señalando las ventajas de la ventilación mecánica por impulsión, que garantizan una elevada calidad ambiental con un coste de instalación y mantenimiento reducido, y permite una regulación automática o directa por el usuario. 1 - ANTECEDENTES Las Islas Canarias, situado en el Atlántico a 28º de latitud norte, tiene un clima subtropical con temperaturas templadas o cálidas durante todo el año (18º a 26ºC en la costa) y muy estables (+/- 3ºC de variación diaria), pero con una elevada humedad relativa (70% media). Las Palmas de Gran Canaria es la mayor ciudad del archipiélago canario, con unos cuatrocientos mil habitantes y más de cien mil vehículos, y tiene una estructura urbana bastante colapsada por el incremento de su densidad en los últimos decenios. Su clima urbano está afectado por un elevado ruido ambiental en general. Estas condiciones ambientales urbanas son representativas de las principales poblaciones canarias y de muchas ciudades iberoamericanas. De la condición de clima subtropical se deriva la necesidad imprescindible de ventilar enérgicamente todos los locales habitables, para disipar el exceso de calor y el vapor de agua, pero esta estrategia entra en grave contradicción con la necesidad de aislar acústicamente los huecos exteriores mediante una considerable estanqueidad en las carpinterías, consecuencia del clima acústico agresivo. Para ello se estudia la normativa ambiental vigente en España, comparada con las de otros países, diagnosticando si son adecuadas para edificios actuales en ciudades canarias o iberoamericanas, poniendo en evidencia las contradicciones de aplicar unas normas con criterios ambientales orientados al ahorro de energía de calefacción, para condiciones de invierno continental, y a la estanqueidad acústica, sin evaluar las necesidades de renovación y ventilación en regiones o épocas cálidas. El resultado real es una patología ambiental por exceso de estanqueidad de los edificios modernos, que incomoda a los usuarios, física y psicológicamente, ante el dilema de elegir entre el ruido y el calor. En este estudio se sintetiza el resultado de los diferentes análisis de la calidad ambiental (aire versus ruido), y se desarrolla una estrategia de diseño constructivo adecuado para garantizar la calidad del aire y el aislamiento acústico de edificios en condiciones urbanas cálidas. 2 - EL RUIDO URBANO La transformación de la ciudad vecinal en capital metropolitana, en los últimos decenios, ha afectado negativamente en la calidad ambiental. El crecimiento de la ciudad en altura se ha caracterizado por el estrechamiento relativo de las calles respecto a la altura de las fachadas, siendo frecuentes calles con proporción 2:1 (fachadas de seis plantas para calles de 10 metros), al tiempo que se ha multiplicado la densidad de tráfico en toda la ciudad y el nivel de ruidos. El aumento de densidad también ha afectado a la altura relativa de los patios, pasando de los patios en casas terreras a los patios de edificios plurifamiliares, donde se vierten el aire viciado y los ruidos de numerosas familias en un espacio reducido, ya que se han tolerado relaciones de altura/ancho de hasta 6:1 (seis plantas de altura con 3 m de ancho). Sin entrar en detalles, el clima acústico urbano se puede caracterizar por sus elevados niveles de ruido. Aunque la valoración subjetiva está directamente relacionada con la percepción de comodidad/agresión acústica, la evaluación objetiva o instrumental del ruido es compleja por la variación temporal y espectral del ambiente sonoro. Los parámetros más interesantes, ponderados en dBA, son el nivel L90 o ruido de fondo, el nivel L10 o ruido pico, para valorar el rango de variación en el tiempo, y sobre todo el Nivel Equivalente Leq. Como referencia para evaluar los niveles de agresión puntual será conveniente considerar los niveles acústicos picos, que en nuestro país se pueden equiparar a los niveles máximos permitidos por la normativa española, que oscilan entre 82 dBA para turismos, 86 dBA para motocicletas, y hasta 91 dBA para autobuses y vehículos de transporte. Valores similares se pueden tomar como niveles Leq en calles de tráfico ligero, medio o pesado respectivamente, considerando la coincidencia de vehículos y las reflexiones en fachadas. Los niveles acústicos interiores en viviendas, según recomendaciones de la normativa española, no deberían superar los 45 dBA en estancias de uso diurno ni los 30 dBA en dormitorios por la noche. En conclusión, serían recomendables los siguientes valores de aislamiento global (muro + ventana) en fachadas de habitaciones. AISLAMIENTO Estancias 45 dBA Dormitorios 30 dBA Trafico día noche Ligero 82 dBA 37 dBA 52 dBA Medio 86 dBA 41 dBA 56 dBA Pesado 91 dBA 46 dBA 61 dBA 3 - NORMATIVA ACÚSTICA La Norma Básica Española de Condiciones Acústicas en los edificios NBE-CA-83 determina que "El aislamiento acústico global mínimo a ruido aéreo Ag exigible a las fachadas en cada local de reposo (dormitorios) se fija en 30 dBA. En el resto de los locales (salón, despacho), excluidos los de servicio (cocina y baño), se considera suficiente el aislamiento acústico proporcionado por ventanas con carpinterías de clase A-1 como mínimo”. Para que la fachada de una habitación típica de 10 m2, con una ventana de 1.5 m² en una fachada de 9 m², tenga un aislamiento global de 30 dBA se precisa que el aislamiento de la ventana sea superior a 23 dBA, lo cual sólo es posible con una carpintería estanca de clase A-2, ya que la carpintería A-1 sólo garantiza un aislamiento de 15 dBA. Por supuesto, cualquier conducto de ventilación conectado directamente al exterior disminuirá drásticamente el aislamiento global. Por ejemplo, un cerramiento de 9 m² con una rejilla de 10x10 cm (0.01 m²), por muy aislante que sea el muro, jamás alcanzaría un aislamiento global de 30 dBA. En conclusión, se precisan fachadas con una elevada estanqueidad y sin conductos para garantizar los niveles de aislamiento mínimo a que obliga la norma (30 dBA en dormitorios), siendo necesarias soluciones acústicas extremas para alcanzar los niveles de aislamiento deseables en calles urbanas (52 a 61 dBA en dormitorios). 4 - NORMATIVA TÉRMICA La Norma Básica Española de Condiciones Térmicas en Edificios BBE-CT-79 limita la permeabilidad al aire de la carpintería de los huecos exteriores, en función de las temperaturas exteriores en invierno, expresadas en grados/día anuales en base 15-15ºC: Zonas climáticas AyB CyD Grados/día anuales Menos de 800 ºC Más de 800 ºC Infiltración Carpintería Clase A-1 Clase A-2 con presión [Kg/m2] 1 5 11 [m³/h m²] 32 [m³/h m²] 4.5 [m³/h m²] 13 [m³/h m²] Por consiguiente, todas las ventanas exteriores deben ser bastante estancas. Por el contrario, no existe ninguna norma que garantice la renovación del aire en el interior de las viviendas, excepto las normas de habitabilidad mínima que obligan a que los huecos exteriores tengan un área practicable de 1/20 de la superficie del local, y que los locales de servicios interiores dispongan de conductos de extracción pasiva (chimeneas o shunt). Como contraste, la normativa francesa (decreto de 22/10/69) obliga a una renovación a la hora del aire de las habitaciones principales (dormitorios y salón), tomando aire directamente del exterior por conductos, y extrayéndolo a través de las habitaciones de servicio (baños y cocina) por medios mecánicos. Sin embargo, esta norma está orientada solo para condiciones de invierno, no siendo obligatoria en regiones templadas (altitud inferior a 200 m) ni para viviendas unifamiliares. Además, su aplicación penaliza el aislamiento acústico en edificios urbanos. La normativa española sería incluso más rigurosa que la normativa sueca, que limita una exfiltración máxima total de 3 renovaciones a la hora para una sobrepresión interior de 5 Kg/m², mientras que una vivienda típica española de 100 m² (300m³), con una superficie total de 15 m² de carpintería y sin otros conductos, renovaría: Carpintería Clase A-1 Clase A-2 Caudal [m³/h] total con 15 m² de ventana con presión [Kg/m2] 1 5 165 480 68 195 Renovaciones/hora con 300m³ de volumen con presión [Kg/m2] 1 5 0.55 1,6 0.22 0.65 Sin embargo, todo este caudal sólo se evacuaría si fuera introducido por algún mecanismo de impulsión, como un ventilador mecánico. Si la renovación fuera provocada por la acción del viento, el caso más favorable sería el de una ventilación cruzada, con las ventanas repartidas en dos fachadas opuestas y transversales a la dirección del viento. En el supuesto de ventilación cruzada, y para que la presión diferencial en cada ventana fuera de 5 Kg/m², la presión eólica total entre las dos fachadas debiera ser de 10 Kg/m², equivalente a una velocidad de 41 Km/h (viento muy fuerte). El caudal entraría por la mitad de la superficie de huecos de la vivienda y saldría por la otra mitad (7.5 m²), y la renovación sería la mitad de la calculada anteriormente (0,8 y 0.32 Ren/h para carpinterías A-1 y A-2 respectivamente). Con un viento medio de 18 Km/h, la presión máxima en cada ventana sería de 1 Kg/m² (2 Kg/m² en total), y el caudal de renovación sería de solo 0,27 y 0.11 Ren/h para carpinterías A-1 y A-2 respectivamente. 5 - OTRAS NORMATIVAS Habría que considerar, sin embargo, que la inmensa mayoría de las viviendas españolas están preparadas para usar gases combustibles en cocina, lo que les obliga a disponer de un conducto directo al exterior de mas de 200 cm², próximo al suelo, además de una salida de humos similar si utilizan calentador de agua o calefacción individual por combustión. En el caso de existir baños y aseos interiores es obligatorio disponer de conductos de extracción pasiva. En edificios multifamiliares se permite ventilar hasta 7 plantas de altura con un único conducto tipo Shunt con dos bocas por planta. En la practica, estos dispositivos suelen tener un funcionamiento bastante deficiente por su elevado rozamiento y la ausencia de una fuerza eficaz que impulse el aire, teniendo incluso un tiro inverso en horas de calor. 6 - NECESIDAD DE RENOVACIÓN Los sistemas de ventilación de viviendas deben cumplir conjuntamente tres funciones: la introducción de aire nuevo, la correcta circulación del aire dentro de la vivienda, y por último, la evacuación del aire usado hacia el exterior. Como convenio para esta exposición, se utilizará el término renovación (de nuevo) para el caudal de aire que entra y sale (m³/h o Ren/h), y el término ventilación (de viento) para la velocidad del aire que circula (m/s o Km/h). La atmósfera de una vivienda debe renovarse para asegurar a sus ocupantes las adecuadas condiciones de higiene y confort del aire. El hombre necesita un suministro de aire fresco, ya que al respirar desprende una cantidad de anhídrico carbónico, vapor de agua y olores; por otra parte, la cocina y los aparatos sanitarios también desprenden vapor y olores que deben ser evacuados. Además, el caudal de aire debe situarse dentro de ciertos límites. En toda época, no debe descender por debajo del valor mínimo necesario para la extracción de los contaminantes generados por los habitantes y los aparatos. En invierno, el caudal no debe ser excesivo para evitar demasiadas pérdidas de energía y el enfriamiento por ventilación. Por consiguiente, el ideal consiste en garantizar la continuidad un caudal mínimo en función de las necesidades básicas. En el caso de periodos o regiones calurosas, la renovación es un mecanismo muy eficaz (a veces el único) para expulsar el calor y el vapor de agua del interior de los edificios, con tal que el aire exterior sea más fresco y seco que el aire interior. Además, una renovación enérgica aumenta la velocidad del aire o ventilación, acelerando el enfriamiento de los ocupantes por convección y evaporación de la transpiración, al tiempo que favorece la creación de una sensación subjetiva de frescor. 7 - EVALUACIÓN DE LA NECESIDAD DE RENOVACIÓN Diferentes normas recomiendan un suministro mínimo de aire, como los criterios del ASHRAE Standard 62-1989 con 25 m³/h por persona en edificios residenciales, o la norma francesa con 1 Ren/h de las habitaciones principales. Como ejemplo característico vamos a considerar una habitación de 9 m² y 25 m³ con una temperatura de 24 ºC y 70% de HR, con un ocupante en reposo que disipa 95 Kcal/h, de las cuales 35 Kcal/h corresponderían a la evaporación, equivalentes a 35 / 0.59 = 60 g/h de vapor, que aportados a 25 x 1.2 = 30 Kg de aire supone un incremento de la humedad absoluta de 2 gva/Kg a la hora. Este aporte de vapor, si no se considera el calentamiento y la renovación, incrementaría la humedad relativa del 70% al 80% durante la primera hora, al 90% en la 2ª hora y se alcanzaría la saturación en la 3ª hora. Un caudal de aire de 25 m³/h (1 Ren/h) introducido a 24 ºC y 70% de HR estabilizaría la humedad interior con un incremento de 2 gva/Kg, equivalente al 80% de HR. El aporte de calor sensible de 60 Kcal/h, si fuera absorbido exclusivamente por los 30 Kg de la masa de aire, supondría un aumento de 60 / (30x0.24) = 8.3 ºC. En la práctica, la mayor parte de la energía la absorben los cerramientos por radiación, con lo que el incremento de temperatura no debería superar los 3 ºC. En el presente caso, la combinación de calor sensible y latente (convección, respiración y transpiración) podría provocar un ambiente a 27 ºC y 70% de humedad relativa. Además, al aumentar la temperatura, la persona aumentaría el aporte de vapor hasta 3 gva/Kg a la hora, disipando igual calor por evaporación como por convección mas radiación, empeorando las condiciones ambientales interiores. Como resumen, si se considera que en las habitaciones, además de ocupantes, suele existir un aporte de energía luminosa (es igual que sea natural que artificial) y algunos aparatos eléctricos, se llegaría a la conclusión que en condiciones de calor (T > 23 ºC) conviene aumentar la renovación hasta 50 e incluso 75 m³/h o más por persona, o al equivalente de 2 o 3 Ren/h. 8 - CAUDAL DE RENOVACIÓN CON LAS VENTANAS CERRADAS La renovación natural de habitaciones correctamente aisladas del ruido urbano será siempre insuficiente, ya que las condiciones acústicas impiden la apertura de ventanas y conductos al exterior. El calculo optimista del caudal para un viento de 18 Km/h sería entre 4.5 y 11 m³/h m² para ventanas tipo A-2 y A-1 respectivamente, estanqueidad mínima para habitaciones de reposo (dormitorios) y de uso diario. Con una relación de ventana del 15% de la planta, solo nos podemos garantizar entre 0.22 y 0.55 Ren/h, que son valores irrelevantes. Será imprescindible introducir o extraer el aire por conductos interiores. Un caudal de 50 m³/h se puede suministrar por una rejilla de solo 10x10 cm con una velocidad de 5 Km/h (1.4 m/s), o un conducto de Ø 15 cm con una velocidad de 3 Km/h (0.8 m/s). Pero es evidente que estos conductos no pueden estar conectados directamente al exterior, porque reduciría el aislamiento por debajo de 27 dBA. Será también imprescindible el recurrir a un sistema mecánico de impulsión o extracción, que garantice el caudal de renovación mínimo, siendo interesante poder modular su potencia para satisfacer los caudales puntas demandados en periodos críticos de calor o humedad. Todo el mundo es de la opinión que el caudal de renovación debe fluir de las habitaciones principales hacia los locales de servicio, para su expulsión. Pero existe un dilema fundamental entre impulsar aire fresco a las habitaciones, extraer el aire viciado de los servicios, o ambas cosas simultáneamente. La impulsión mecánica suele crear una ligera sobrepresión que provoca la fuga del aire interior (caliente y húmedo) a través de cerramientos permeables, espacios técnicos (desván, cámara bajo edificio) o locales secundarios (garaje, galería), lo cual puede provocar condensaciones en zonas frías, pero ello no es ningún inconveniente no en zonas cálidas, que incluso puede disipar calor de cerramientos y espacios soleados. La extracción mecánica en locales de servicios crea una ligera depresión que provoca la entrada pasiva del aire exterior, pero sin garantizar el paso del aire por las habitaciones principales, especialmente si existe rejillas de gas o salidas de humos en cocinas, o ventanas exteriores en los baños: cualquier abertura a barlovento puede introducir un caudal muy superior al de extracción. Además, en condiciones de calor, cualquier habitación que tenga la ventana abierta puede provocar un cortocircuito que desequilibre el esquema de presiones diferenciales. La impulsión y extracción mecánica es la solución ideal, al crear un flujo equilibrado y simultáneo en todo el edificio, permitiendo incluso la recuperación del calor en climas fríos, pero el incremento de calidad se ve penalizado con un coste doble de ejecución y mantenimiento, que no compensa en climas cálidos, siendo el autor partidario de la primera solución. 9 - TOMA E IMPULSIÓN MECÁNICA DE AIRE FRESCO EN HABITACIONES La toma exterior debe ser desde una zona limpia, fresca y seca. La cubierta es una solución universal. Las fachadas traseras de edificios de gran altura o con patio de manzana permiten la toma en viviendas con sistemas individuales. El sótanos o cámara bajo el edifico es una solución interesante en viviendas unifamiliares. El ventilador puede servir a todo un edificio, a una vivienda o una habitación puntual, y conviene instalar un filtro para mejorar la calidad del aire. Los conductos de distribución se dimensionan según caudal y la velocidad, manteniendo una cierta correspondencia, aunque la velocidad del tramo final no conviene que pase de 2 m/s por ruidos, ni de 1 m/s por ahorro de energía en uso continuo. La rejilla de soplado debe poder regular el caudal, interesando una alta velocidad de salida para crear una buena difusión, pero sin pitos. El local quedará en ligera sobrepresión (0.20.3 Kg/m²), exfiltrando aire por las carpinterías y enviando el aire hacia las zonas de servicios (cocina, baño...) para su expulsión. 10 - RETORNO Y EXTRACCIÓN La sección del camino de retorno del aire impulsado, hasta su extracción por los locales de servicio, debe ser bastante superior al de la rejilla de impulsión, para evitar elevadas velocidades y excesivas pérdidas de presión. En todo caso es interesante expulsar el aire que se estratifica cerca del techo, al ser el más húmedo y cálido. La solución más primaria, y con frecuencia más eficaz, es un paso directo desde la habitación al pasillo o distribuidor, conectado a su vez con los locales de servicio. Se suele utilizar una holgura entre la puerta y el suelo (75 x 1.3 cm = 100 cm²), una rejilla en la puerta (5 x 20 cm = 100 cm²), o mejor, un conducto empotrado en lo alto del tabique (Ø15 cm = 175 cm²). En el caso de querer preservar la intimidad de las habitaciones hay que garantizar el aislamiento acústico, pudiendo extraer el aire por el falso techo del distribuidor, por el interior de un armario, o por un conducto insonorizado. También es muy interesante zonificar la vivienda, independizando la zona de noche (entradas por dormitorios y salida por baños) de la zona de día (entrada por salón y salida por cocina) si el diseño lo permite. La salida del aire al exterior puede ser directa por conductos, rejillas o ventanas en cocinas, baños y otros locales húmedos (cuarto de lavado). En condiciones normales puede ser suficiente la salida pasiva del aire por la sobrepresión de las habitaciones principales, sin perjuicio de poder utilizar extracción mecánica de apoyo (campana de cocina, baño interior durante su uso) que mejoraría la renovación general de toda la vivienda. En condiciones rigurosas, como edificios de gran altura o elevada ocupación, zonas ventosas, usos contaminantes o elevada exigencia ambiental, se puede mejorar el circuito de renovación con una extracción mecánica compensada con el flujo de impulsión. Esta solución es típica de climas fríos con recuperador de calor. 11 - CONTROL Y REGULACIÓN Por razones de economía y comodidad acústica, el ventilador debe ser elegido entre los de alto rendimiento y baja sonoridad, ya que algunos no superan los 20 dBA. La toma de aire y el conducto de impulsión debe estar diseñado y ejecutado para absorber los ruidos del exterior y el ventilador, y para no trasmitir ruidos entre locales. La regulación de caudal se puede realizar modulando la potencia del ventilador central, entre un caudal mínimo (típico del 30%) y un caudal punta (100%). En instalaciones centrales para varias viviendas se puede regular el caudal con varios ventiladores en cascada, controlados por temporizadores, o automatizados en función de la temperatura exterior, de la temperatura o la humedad del aire de retorno, etc. En el caso que se permita al usuario regular el caudal en cada local se puede instalar bocas de salida con persianas, pero hay que adaptar el caudal central para mantener la presión constante, lo cual se puede automatizar con un presostato. En instalaciones unifamiliares se pueden emplear ventiladores de potencia variable, con controles que el usuario puede regular manualmente, o automatizados por temporizador diario y/o con botón de caudal punta durante un cierto periodo (20 minutos por ejemplo). Existe una amplia literatura relativa al ahorro de calefacción en instalaciones de ventilación en climas fríos, basada fundamentalmente en intercambiar el calor del aire expulsado para calentar el aire introducido. Esta estrategia no es válida en climas cálidos porque el aire expulsado siempre será más cálido que la temperatura media exterior, salvo que se use refrigeración mecánica. Sin embargo, una estrategia interesante es captar el aire desde un espacio subterráneo, a temperatura constante, o incluso utilizar almacenamiento estratificado de calor en grava, para impulsar el aire con un desfase de 12 horas respecto a la temperatura exterior. Existe un sistema de ahorro de energía basado en extraer, mediante una bomba de calor, el calor sensible y latente del aire expulsado, para caldear el agua caliente sanitaria consumida en la vivienda. La alternativa en zonas o épocas cálidas sería refrigerar y deshumedecer el aire de impulsión, y transmitiendo el calor al agua caliente. Se obtendría un rendimiento COP=2.0 o doble de un calentador eléctrico, lo que amortizaría el equipo, y la refrigeración con deshumidificación sería gratuita.