LOS DELITOS EN MATERIA DE DROGAS EN EL CODIGO PENAL Licda. Virginia Arango de Muñoz Investigadora Universidad de Panamá El Código Penal vigente (1) que rige desde el mes de marzo del presente año, introduce una serie de cambios sustanciales en la materia referente a los delitos de co m drogas. En primer lugar, es necesario señalar que el código actual unifica la materia bajo un solo texto legal, ya que con anterioridad estos delitos estaban regulados en tres leyes am a. especiales: La Ley 59 de 1941 (2); la Ley 23 de 1954 (3) y la ley 66 de 1947(4). ur pa n Los delitos en materia de drogas están ubicados en el capítulo V del Título VII, bajo el epígrafe de “Delitos contra la seguridad colectiva”. en j En cuanto a las innovaciones que contiene el código vigente, llama poderosamente la atención a la definición que ahora trae respecto a lo que debemos w .p entender por “drogas” (Art. 256) eliminando así la gran variedad y disparidad de w términos que eran utilizados con anterioridad a la vigencia de este texto legal (5). w El nuevo Código Penal por otro lado, instituye nuevas figuras delictivas tales como la extradición de drogas o sustancias narcóticas o estupefacientes (Art. 257); el Publicado en el Boletín de Informaciones Jurídicas de la Faculta de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá, Año IX, julio-diciembre, No. 19, 1983, págs. 32- 34. 1 Ley No. 18 de 22 de septiembre de 1982. (Por la cual se adopta el Código Penal de la República de Panamá). G.O. No. 19.667 de 6 octubre de 1982. 2 Ley 59 de 1941. (Por la cual se establecen penas para posesión, uso y tráfico ilícito de “drogas heroicas”). G.O. No. 8531 de 10 de junio de 1941. 3 Ley 23 de 1954. (Por medio de la cual se reglamenta la importación, manejo y uso de las drogas enervantes y estupefacientes y narcóticos y productos de patente, que las contengan y se disponen sanciones para los infractores de las mismas). 4 Ley 66 de 1947. (Por lo cual se aprueba el Código Sanitario). G. O. No. 10467 de 6 de diciembre de 1947. 5 Ley 23 de 1954. (Se refiere a “drogas enervantes, estupefacientes o narcóticos, mientras que la ley 59 de 4 de junio de 1941 “drogas heroicas”, “sustancias venenosas por su propia naturaleza” y por último, el Código Sanitario que se refiere a drogas enervantes, estupefacientes y sustancias narcóticas, etc. 2 destinar un establecimiento narcóticas o estupefacientes (Art. 252) el proporcionar a otra persona un inmueble a sabiendas de que aquélla se propone elaborar, almacenar, expender, cultivar o permitir el consumo de las drogas (Art. 262); el suministro de drogas en receta o en dosis mayores que las necesarias; así como también el suministro de drogas por el que está autorizado en cantidades que exceden la recetada (Art. 259) y por último, el cultivo de drogas en sentido general. Sin lugar a dudas, una de las innovaciones de mayor relevancia es la referente a la posesión y adquisición de drogas por dependientes de drogas en “cantidad escasa para consumo personal”. En efecto, el artículo 258 y 260 establecen una medida de seguridad que consiste co m en el internamiento en un establecimiento especial, con una duración máxima de veinte años, sujeta a ser eliminada y modificada de acuerdo con el dictamen de los peritos. am a. Decimos que constituye una innovación, puesto que la doctrina moderna es partidaria de la no incriminación del dependiente de drogas, siempre y cuando concurran las circunstancias antes mencionadas (6). ur pa n Respecto a la pena, es necesario señalar, que además de las penas privativas de libertad y de interdicción de funciones, el artículo 262 prevé una serie de circunstancias agravantes, que tienden a elevar la pena de una tercera parte o de una cuarta parte a la a) en j mitad atendiendo a los siguientes requisitos: De acuerdo con el sujeto activo laboratorista, médico o persona Por razón del sujeto pasivo (si es un menor de 18 años, se prevé un w b) w .p autorizada la que realiza cualquiera de las conductas descritas; c) w aumento de la pena); Por razón del lugar donde se realice el delito (establecimiento escolar o la introducción de drogas al territorio nacional para la venta o consumo local); d) Por la peligrosidad y potencialidad del daño físico de las drogas; y e) Por último de acuerdo con la cantidad de sustancias tóxicas que posee el individuo al momento de ser sorprendido por las autoridades. 6 José María Rodríguez Devesa, Derecho Penal Español. Parte Especial. Artes Gráficas Carasa. Madrid, 1983, p. 1074 y ss.; Agustín FERNANDEZ ALBOR. “reflexiones jurídicas, criminológicas en materia de drogadicción, en Delitos contra la salud pública. Tráfico ilegal de drogas tóxicas o estupefacientes, Universidad de Valencia, Valencia, 1919, pp. 187 y ss.; César MARTÍNEZ BRUGOS. Las drogas ante la ley, Imprenta casado, León, 1973, p. 60. 3 Para terminar, si bien consideramos que el código introduce una serie de cambios sustanciales en esta materia, especialmente en lo relativo a las medidas de seguridad, por otro lado, es necesario insistir una vez más en la edificación (7) de los establecimientos especiales para los dependientes de drogas; puesto que la experiencia muestra “que incluso leyes que nacieron con aspiraciones elevadas y se basaron en los postulados científicos más avanzados se convirtieron por inexistencia de esta w w w .p en j ur pa n am a. co m infraestructura en una normativa inaplicada”.(8) 7 “No existe en la actualidad un centro especial de rehabilitación para los dependientes de drogas aún cuando la ley 23 de 1954 en su Art. 4 aludía lo mismo”. Cfr. “En torno al problema de las drogas” en Revista LEX, No. 3, enero-abril 1976, y ss.; Carlos E. MUÑOZ P. Introducción a los delitos en materia de drogas, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Universidad de Panamá, Panamá, 1976, pp.40 y ss.; Carlos PEREZ CASTRELLON, “Aspectos generales del Libro Primero del Código Penal y sus Antecedentes” en Boletín de la Académica Panameña de Derecho No. 1, Año L, Panamá, 1983, p. 52. 8 Cfr: Marino BARBERO SANTOS. “La marginación ante la Ley Penal”. La Ley española de peligrosidad y rehabilitación social de lege ferenda en Marginación social y Derecho Represivo, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1980, pp. 151- 152.