Desde el año 2006 Nicaragua se convirtió en uno de los poquísimos países del mundo que prohíbe y penaliza el aborto en cualquier circunstancia. Desde esa nefasta decisión política y hasta el día de hoy hemos mantenido abierto un debate que ha impedido dar por cerrado el caso. 24 nicaragüenses hablan en estas páginas desde perspectivas y experiencias distintas, con planteamientos diversos, con argumentos sólidos, sobre la gravedad de la penalización del aborto terapéutico. Sus voces quieren representar las de tantas mujeres anónimas, las de tantas niñas, que en toda Nicaragua, conscientes o no, han sido despojadas de un derecho fundamental a la vida, a la salud, a la libertad, a la dignidad. Entrevistas: Juan Carlos Ampié Edición: María López Vigil Revisión Técnica: Marta María Blandón Diseño Gráfico: Verónica Aburto I. / ECO, S. A. Retoque fotográfico: Wladimir Ruiz Rivas Correspondencia: Ipas Centroamérica Managua, Nicaragua Apartado Postal # 1833 informacion@ipas.org www.ipas.org Cita sugerida: López V, María. Aborto Terapéutico, 24 Voces. Diciembre 2012. Managua, Ipas Centroamérica. Índice 8 Adilia Amaya 68 Enrique Picado 12 Cirilo Otero 72 Marissa Olivares 16 Eliett Cabezas 76 José Pallais 20 Gabriel Álvarez 82 Blanca Cortés 26 Mirna Cunningham 86 Joseph Mulligan, SJ 30 Irwin Dávila 90 Mónica Zalaquett 34 Jamileth Bonilla 94 Alejandro Aguilar 38 Manuel Ortega 98 Violeta Granera 42 Josefina Vijil 102 Roberto Calderón Boniche 46 Auxiliadora Marenco 106 María Dolores Alemán 52 Más voces 114 Guillermo Rothschuh 56 Hernaldo Zúñiga 114 Chisthian Santos 60 Clara Grun 115 Uriel Pineda 64 Eduardo Galeano 115 Yunaisy García Cuesta Yunaisy García Cuesta Comunicadora Social Egresada de la carrera de Comunicación Social de la UCA, con 25 años de edad, parte del equipo de TV Noticias de Canal 2. Antes de hacer televisión realicé prácticas profesionales en prensa escrita y radio. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Creo que el aborto terapéutico es una opción de vida para las mujeres cuyo embarazo las pone en riesgo. Y sobre todo, lo es para las mujeres, las adolescentes y las niñas que quedan embarazadas en contra de su voluntad. No conozco a nadie, pero si en algún momento tuviera la oportunidad de conocer a alguna amiga, a una familiar, a una conocida, me atrevería a darle mi opinión. Le diría que si su vida está en riesgo su prioridad debería ser salvar su vida. Hay algunas personas que identifican el aborto terapéutico con el aborto por elección y dicen que lo de terapéutico es para disfrazar la palabra. Me parece ilógico pensar así porque hay muchos casos en que el aborto terapéutico es una opción para las mujeres con un embarazo que pone en riesgo su vida. Yo no creo que ninguna mujer embarazada quiera abortar. Me parece inconcebible que una mujer quiera deshacerse de su hijo sólo porque no lo quiere y punto. Creo que reflexiona, y que si lo decide lo hace porque su vida está en riesgo, porque piensa que tiene un esposo, otros hijos, una familia, porque tiene padres y hermanos que van a sufrir por su ausencia. Porque sabe que un hijo se puede concebir en cualquier momento. Yunaisy García Cuesta / 24 Voces • 9 ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Sí, debe ser legal. Debe serlo cuando la mujer tiene un embarazo riesgoso que pone en peligro su vida. Y debe serlo cuando una niña, una adolescente o una mujer están embarazadas en contra de su voluntad. En esos casos creo que la mujer tiene derecho a decidir sobre su propia vida. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Jamás, jamás. Me parece inhumano que el Estado de Nicaragua haya decidido penalizar el aborto terapéutico y recetar cárcel a la mujer que tiene en riesgo su vida y decide salvarla interrumpiendo el embarazo. Creo también que esa decisión no la debe tomar sola la mujer, creo que debe haber una evaluación médica previa que le informe a la mujer, que le pregunte qué quiere hacer, que le pregunte también a la familia. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Es un debate complejo. Como ciudadana, creo que en Nicaragua no hemos debatido nada sobre el aborto terapéutico. Lo que hay son posiciones encontradas de grupos radicales y una clase política influenciada por el poder religioso. Lo que hay es una clase política doble moralista que quiere tener un ticket directo a la Presidencia o a algún cargo público y que porque teme perder ese cargo público decide respaldar al poder religioso. Hay doble moral: no creo en lo que los políticos dicen frente a una cámara. No creo que digan lo que sienten. Dicen lo que les conviene para no perder poder político, el que les da el apoyo de la iglesia católica. Y no sólo la iglesia católica. La gente también. Porque el poder religioso tiene mucho efecto en la gente, y los políticos temen perder el apoyo de la gente influenciada por la iglesia. 10 • Aborto Terapéutico Yo creo que si no engañamos a la gente con falsos conceptos, si le explicamos a la gente qué es el aborto terapéutico, creo que haciendo una encuesta veremos que la opinión de muchos nicaragüenses va a cambiar. Creo que debemos comenzar a tener un debate serio sobre el aborto terapéutico. Hasta el momento no lo hemos tenido. A veces tenerlo me parece algo utópico. Y pensarlo así me entristece muchísimo. Tenemos una clase política que no quiere debatir y tenemos un poder religioso que está cerrado en su concepto. ¿Qué podemos hacer los ciudadanos? Y tenemos que hacer algo. Porque sabemos que la penalización del aborto terapéutico tiene consecuencias. El MINSA no tiene cifras claras sobre las muertes maternas. La última vez que yo abordé el tema como periodista, la ministra de salud dijo que la incidencia de mujeres muertas durante su embarazo o después del embarazo no había aumentado. Pero hay otras cifras que sí son reveladoras: el alto índice de niñas y adolescentes madres. En Centroamérica y en América Latina, Nicaragua sobresale terriblemente en esa estadística. Yo creo que eso es lo peor que tenemos como sociedad: negarle a la juventud una educación sexual abierta, sin doble moral, no facilitarle los métodos anticonceptivos, no informarle sobre las relaciones sexuales, para que sepan que no son nada del otro mundo, no decirles, sobre todo a las muchachas, que tienen derecho a decidir sobre sus propias vidas. Yunaisy García Cuesta / 24 Voces • 11 Enrique Picado Trabajador Social Fundador del Movimiento Comunal Nicaragüense. Estudié Ciencias Sociales. Me ubico más como un luchador por los derechos de la gente en la comunidad; desde la gente, con su protagonismo. Especializado por años en la promoción de la salud desde los principios y valores de la Estrategia de Atención Primaria; en ello, la defensoría y promoción integral de los derechos sexuales y reproductivos y la animación y creación de redes comunitarias, he participado en diversos espacios intersectoriales en pro de los derechos humanos y el desarrollo comunitario integral. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es la interrupción del embarazo cuando la mujer tiene complicaciones graves en su salud y su vida está en peligro. Se practica por recomendación médica y por decisión de la mujer. Sí, conozco mujeres que han tenido que hacerlo. Es un dilema difícil, entre la vida del ser que tienen en su cuerpo y su propia vida. En el dilema influyen elementos de orden externo, opiniones familiares, y en algunos casos criterios religiosos. Pero lo que yo he percibido es que la mujer defiende su vida, cuida su vida. Cuando el aborto se decide tempranamente es más fácil. Y si la decisión es de la pareja, si se toma en familia, mejor todavía. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Claro que sí. Haberlo eliminado es un atropello a los derechos humanos de la mujer y de la familia. Restaurarlo, y ésa es nuestra lucha, sería una demostración de democracia y de respeto a la vida y a la dignidad de las mujeres. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No. Del todo. En absoluto. ¿Por qué? Es su derecho. Nadie es quien para juzgar a una mujer que lo decide. Además, sería una decisión clasista. Sólo las mujeres pobres serían las señaladas, porque las mujeres de clase media o de clase alta van a clínicas privadas o se van al extranjero y nadie dice nada. Enrique Picado / 24 Voces • 13 El aborto terapéutico debe ser legalizado para evitarle a la mujer que está con complicaciones ese temor, ese miedo, ese estrés. Para evitárselo también al hombre, cuando es consciente de la situación. Para evitárselo al núcleo familiar. Porque eso provoca un estrés familiar, colectivo. Hoy, por temor, por estrés, por la prohibición, la mujer no acude al centro de salud o al hospital cuando tiene alguna complicación en su embarazo. Y ese temor está afectando seriamente desde el punto de vista emocional y espiritual a las mujeres y a las familias. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? El aborto es un tema de Derechos Humanos, de democracia, de la capacidad de decidir sobre la vida. Por tanto, es un tema profundamente político. Desgraciadamente, se partidarizó con una connotación electoral. Cada vez que tenemos “zafra electoral”, competencia electoral, aflora el tema. Pienso que sólo el hecho de desempolvarlo en esas épocas violenta los derechos de las mujeres. Este tema merece un debate de ideas para contrastar posiciones y sacar consensos, para argumentar en una vía y en la otra, para esclarecerlo desde el punto de vista profesional, médico, jurídico. Hay que sacarlo del ámbito religioso. Creo que los políticos, al carecer de suficientes argumentos, se valen de principios religiosos, que yo respeto, pero en este caso vale el dicho que dice “zapatero a tu zapato”. Digo eso porque la institución religiosa y algunos sacerdotes, que no tienen nada que ver con la procreación y con la reproducción en la familia, opinan, toman posición y hasta tienen capacidad de veto. Yo respeto a la iglesia, pero la iglesia debe respetar otras posiciones y respetar los derechos y la vida de las mujeres. Las mujeres deben tener derecho a decidir. También la pareja, también la familia. Yo creo que esta decisión debe ser de la mujer, del hombre, de los hijos. Si está en peligro la vida de mi madre, de mi hermana, de mi tía, también yo debo discutir sobre eso. Además, si nuestro país es democrático, ¿por qué no discutir un tema que está ahí, en el tapete? 14 • Aborto Terapéutico Tengo la esperanza de que nuestro país y su clase política avancen y logremos restaurar el aborto terapéutico. Eso fortalecería la democracia. Para lograrlo debemos hacer más conciencia entre la gente, con un debate de altura y comunicando información seria a la gente, con un trabajo persona a persona, hablando de esto en la familia, en la comunidad, en el andén, en la comarca, en la esquina, en un barrio, en el campo, en la ciudad, en la universidad, en el mercado, en la parada de buses, en cualquier lugar… Tenemos el derecho de opinar sobre este tema y nadie puede ser descalificado por debatirlo. Creo que el tema ha ido ganando terreno socialmente. No es lo mismo ahora que hace seis años, sobre todo entre la juventud, que por su naturaleza es proclive a estos temas, aun cuando no lo acepten de entrada. Éste es un país de gente joven y debemos aprovechar esa puerta de entrada. También debemos hablar con la clase política. Sé que hay funcionarios y líderes electos por el voto popular muy sensibles al tema, que en lo personal están de acuerdo con que se restituya el aborto terapéutico, que conocen a alguna mujer que tuvo dificultades, pero que callan por la prohibición institucional. En esta lucha tenemos un reto de largo plazo, porque un cambio tiene mucho que ver con la educación del pueblo. Nicaragua no es una isla y ha firmado convenios internacionales por los derechos de las mujeres. Sin embargo, creo que lo fundamental para el cambio será lo que los nicaragüenses, mujeres y también hombres, hagamos para revertir esta situación. Lo que hoy tenemos es un aumento de los abortos clandestinos, que los hace cualquiera y en cualquier lugar, cuando es el sistema de salud el que tiene que darle respuesta a las mujeres. Lo que hoy tenemos es un ambiente de miedo y de estrés, tanto entre las mujeres con complicaciones como entre los trabajadores de la salud. Pero también hoy tenemos más conocimientos sobre el tema, se han aclarado conceptos, se ha despejado la diferencia entre aborto terapéutico y aborto electivo. El tema es ya de debate nacional, está en la agenda pública. Creo que el nivel de conocimiento que la gente va teniendo sobre el aborto terapéutico va a incidir para que la clase política tome una decisión y se revierta la penalización. Eso es lo que pretendemos para que Nicaragua se alce en el concierto de las naciones como un país de avanzada en el respeto a los derechos de las mujeres. Enrique Picado / 24 Voces • 15 Marissa Olivares Socióloga Profesora Universitaria Feminista, docente universitaria e investigadora. Me he sumado a las voces, luchas, dolores y alegrías de las mujeres que en el mundo buscamos recuperar nuestros cuerpos, nuestras vidas y nuestros placeres. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es la interrupción de un embarazo antes de que culmine por razones médicas, cuando el desarrollo del embarazo pone en peligro la vida de la mujer. Conozco a una mujer que casi se muere porque no le quisieron hacer un aborto terapéutico. Y conozco a mujeres que se han hecho abortos porque así lo decidieron. La mujer que casi se muere tenía unos quistes en la matriz que dificultaban su embarazo. El feto iba a fallecer y ella estaba falleciendo, pero los médicos no quisieron intervenir hasta que el feto falleciera. Esa espera le produjo a ella una infección muy fuerte. Los médicos sabían que el feto iba a morir, pero no actuaban, y eso tuvo consecuencias muy serias para ella. ¿Qué siente una mujer ante un aborto terapéutico? Deben ser muchos los sentimientos. Aunque en el proceso de creación de una nueva vida intervienen tanto el hombre como la mujer, como es la mujer la que porta esa vida, ella se siente con más responsabilidad. Y si es ella la que tiene obstáculos lo siente como una especie de culpa porque falló ante un compromiso, ante una responsabilidad que siente es principalmente de ella. Tanto nos han dicho a nosotras que nuestra principal función, que nuestra razón de ser, que nuestro principal valor, es la maternidad, que eso afecta. Más en Nicaragua, donde ser madre no es una opción, es una obligación. A ninguna nos dicen: “Vos podés ser madre si querés”. A todas nos dicen: “Vos tenés que ser mamá”. Yo no me he visto ante esa experiencia, pero me imagino la carga que sentirá esa mujer, por cómo hemos sido educadas. Me imagino que debe ser un dilema más difícil si tiene la idea de que ser madre es su obligación. Si vive su maternidad como una opción no será una situación tan traumática. Pensará que su organismo no está preparado y eso no significa que sea menos mujer. Marissa Olivares / 24 Voces • 17 ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Sí, debe ser legal. Creo que el aborto terapéutico es un derecho de las mujeres que tienen en peligro su vida. Estoy a favor de que el aborto terapéutico sea una práctica médica normal, común, habitual, cuando la situación de la mujer lo requiera. Y pienso que no sólo debe legalizarse el aborto terapéutico. Tener un hijo o una hija debe ser una elección. Tristemente, en Nicaragua tenemos el índice más alto de embarazos adolescentes de América Latina, porque ninguna de esas muchachas se cuestiona si puede o no ser mamá, sino que simplemente asume que debe ser mamá, no importa a qué edad. Siente que es irrelevante si es a los trece, a los quince, a los dieciocho, porque al fin y al cabo ser mamá es lo que ella tiene que ser. Creo que el aborto es un derecho para esas adolescentes hasta que sean personas con capacidad para ser madres. En este país, con tantas dificultades y limitaciones para ser autónomas, independientes, autosuficientes, debe respetarse ese derecho. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No. Las leyes se establecen para regular determinadas conductas y prácticas que la sociedad cree no deben realizarse. Pero eso no significa que todas las leyes sean correctas. Las leyes son acuerdos de la sociedad sobre los límites permitidos y si alguien rompe esos límites estará en problemas con la ley. Pero en esos acuerdos siempre intervienen intereses. Creo que la ley no es justa si impone límites que arriesgan la vida de las personas. No es justo que una mujer o un médico estén en peligro de ir a la cárcel o tengan ese temor por no poder tomar decisiones que son importantes para sus vidas. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Me molesta que el debate sobre la vida de las mujeres, sobre los derechos de las mujeres, caiga en el escenario de la política y se utilice con el interés de ganar votos. Aunque, obviamente, este debate 18 • Aborto Terapéutico no es sólo médico. Es político porque tiene que ver con la vida de las personas. Creo que es urgente debatir sobre el tema del aborto terapéutico, pero no sólo del aborto en solitario. Porque el aborto forma parte de una cadenita de temas que en Nicaragua no se discuten: cómo vivimos la sexualidad, el derecho a la maternidad por opción, el abuso sexual… Hay muchas niñas en nuestro país obligadas a ser madres por un abuso sexual. Son temas de debate importantes y urgentes. El aborto nos conecta con temas vinculados a ideas y creencias que limitan una vida más plena, más placentera, más humana. Es sano debatir sobre el aborto superando ideas religiosas que generan sentimientos de culpa, tan negativos. Hay teólogas feministas que han abordado el tema de otra forma, de forma positiva. Las ideas no matan. Y nadie puede matar una idea. Es sano para cualquier sociedad discutir sobre las diferencias que tenemos, sobre las distintas perspectivas que tenemos. Hay que poner las diferencias en agenda. Siento que, a veces, los nicaragüenses no tenemos capacidad para escuchar ideas distintas y llegar a un consenso. Siento que en este tema muchas cosas se han complicado por falta de una discusión más amplia, más seria y más profunda. Recientemente se hizo una encuesta en la universidad y se vio que entre la gente joven la idea de que el aborto es un pecado moral está muy arraigada. El juicio religioso se antepone al juicio científico, al juicio médico. Hay mucha desinformación, falta información veraz, seria, profunda y amplia. Hay creencias que están bloqueando la posibilidad de cambiar la perspectiva. Ante ese panorama resultará complejo revertir la penalización. A pesar de la penalización, los abortos seguirán realizándose. Porque siempre hay dificultades en la vida y siempre hay riesgos en los embarazos. Y mientras se limite la posibilidad de hacerle frente a los riesgos y de dar respuesta a las dificultades, que siempre han ocurrido, que están ocurriendo y que seguirán ocurriendo, las mujeres estarán expuestas a perder sus vidas y a afectar su salud. Hay un gran esfuerzo que hacer. Pienso que el gremio médico debía cerrar filas y afirmar que esto es un problema de salud pública que debe resolverse. Políticamente no hay una correlación de fuerzas favorable, ni en la Asamblea Nacional ni en el Ejecutivo ni en otras instituciones del Estado. Sin embargo, hay que seguir abriendo espacios, sobre todo en la sociedad. Marissa Olivares / 24 Voces • 19 José Pallais Abogado Ex-Diputado por el PLC Comprometido con la defensa de los Derechos Humanos. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? El aborto terapéutico se interpreta en el Derecho nicaragüense como la terapia necesaria para ponerle fin al embarazo cuando se pone en riesgo la vida de la madre. Hasta que este indicador terapéutico se suprimió, el Código Penal nicaragüense permitía esa interrupción con la autorización de dos facultativos cuando existía peligro de que la madre muriera a causa del embarazo. Se trataba de proteger el bien jurídico que es la vida de la mujer. Me gusta asimilar la decisión de practicar el aborto terapéutico a lo que en Derecho es la legítima defensa. La legítima defensa me permite que si alguien atenta contra mi vida, si intentan asesinarme, ante un intento de homicidio, tengo el derecho de matar a quien quiere matarme, para salvar mi vida. Lo mismo sucede con el aborto terapéutico, están en juego los mismos elementos. Sí, conozco a mujeres que han vivido esa traumática experiencia. Es una decisión en conciencia ante un riesgo: ¿qué es mejor: salvar una vida o perder dos vidas? Más aún cuando no sólo son dos vidas las que se pierden si no se interviene, si no se hace nada, sino que se perjudica a toda una familia, porque si la madre tiene otros hijos, esos hijos se verán afectados al perder a su madre. Muchas vidas dependen de esa decisión. En esta situación entra en contradicción el derecho de la mujer a tener un hijo, que es un derecho y un deseo intrínseco a la mujer su voluntad y decisión de ser madre, con el derecho de proteger su propia vida. Creo que en esa situación debe prevalecer, y de hecho prevalece, el deseo de salvar la vida. Creo que salvar su vida es también un deber de la mujer que tiene una familia, que tiene otros hijos, que tiene la posibilidad de embarazos exitosos en el futuro. Creo que es un derecho de la mujer decidir por su vida, y a mi juicio, creo que también está obligada a preservarla. José Pallais / 24 Voces • 21 ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Definitivamente debe ser legal por razones médicas cuando está en riesgo la vida de la mujer. Algunos dicen que médicamente ya no existen casos en que haya riesgo para la mujer porque la medicina ha avanzado tanto que permite, con atención y medicamentos, preservar la vida de cualquier mujer sin necesidad de interrumpir el embarazo. Creo que esto es un absurdo. Yo he conversado con muchísimos médicos que no se atreven a garantizar eso en la Nicaragua de hoy, en la Nicaragua rural, en la Nicaragua pobre, donde nuestro sistema de salud y los avances no crean condiciones ni siquiera comparables con las que hay en Estados Unidos o en Alemania. Quienes deben decidir son los médicos y no los legisladores o alguna autoridad. El aborto terapéutico es una decisión médica. Todo médico tiene la obligación de salvar vidas. El aborto terapéutico es una herramienta en defensa de la vida, y de una vida tan importante como es la de la mujer, la de la madre. Soy de los que creo que debe dotarse a las mujeres de mecanismos que le permitan ejercer su derecho a salir embarazadas, a planificar su familia, sin tener que llegar al aborto. Estoy en contra del aborto como un mecanismo de planificación familiar. Estoy a favor del derecho a la vida. Creo que avanzar en esto tiene mucho que ver con la educación que se les dé en las escuelas a nuestros hijos, con la educación y las opciones que se les den a las mujeres. No estaría a favor de una despenalización total del aborto porque defiendo la vida del que está por nacer. Y asimismo, estoy en contra de que no exista la posibilidad de interrumpir el embarazo para salvar la vida de la mujer si está en riesgo. 22 • Aborto Terapéutico ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Definitivamente no. Creo que si acaso llegara a conocimiento de los jueces un caso de este tipo deben fallar no sólo pensando en que ya no existe en el Código el indicador terapéutico. Deben hacer un análisis comprensivo de toda nuestra legislación, y pensar que no pueden ellos sancionar, castigar, a una mujer que defiende su vida. Si lo hacen, sancionarían y castigarían a quienes siegan otra vida por defender la propia. Por eso me gusta hacer siempre la comparación con el derecho a la legítima defensa. Yo no he visto aún en Nicaragua ningún juicio que se haya generado por la aplicación de la norma que penaliza el aborto terapéutico. Y creo muy difícil que vaya abrirse una causa por esa aplicación. Pero, al haber suprimido el indicador terapéutico se les niega a las mujeres la oportunidad de ir a un hospital con una complicación, se les niega ese acceso a la salud. Creo que hoy son las mujeres pobres de los lugares más recónditos del país las que están muriendo por esta prohibición. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? El debate legislativo ha sido un debate hipócrita. Muchísimos de los que votaron para que se suprimiera del Código Penal el indicador terapéutico no creen en eso. Fue un debate fruto de la incultura, de la confusión de términos, donde pesaron razones políticas, donde pesó el temor a enfrentarse a la opinión de algunas autoridades de las diferentes iglesias cristianas en Nicaragua, tanto católicas como evangélicas. Eso llevó a una mayoría de legisladores a apoyar una medida absurda, sin ningún sentido. Considero incluso que lo que ocurrió fue una estupidez. En Nicaragua tomamos el indicador terapéutico del Código español del siglo 19 y lo mantuvimos durante más de cien años en nuestra legislación. Y yo me pongo a pensar: si en la España católica del siglo 19, cuando existía un Concordato con el Vaticano, y en Europa se criticaba a España por tener a un gobierno defensor José Pallais / 24 Voces • 23 de la fe cristiana, nunca se prohibió el aborto terapéutico, nuestro retroceso de ahora me parece enorme. Si hasta los católicos españoles, recalcitrantes y ortodoxos, lo permitieron en el siglo 19, ¿nosotros venimos ahora a decir que debe prohibirse, que debe castigarse? Es una incoherencia absoluta, un gran retroceso, una falta de conocimiento de lo que implica este tema. Debemos seguir debatiendo sobre este tema. Definitivamente, tenemos que hacerlo. Y tenemos que hacerlo viéndolo como un tema de derechos humanos. Ahora que se habla tanto de los derechos de las mujeres, que mucha gente se desgalilla reclamando los derechos de las mujeres, debemos pensar que el derecho más importante que tienen las mujeres es el derecho a su vida. No podemos poner en riesgo sus vidas suprimiendo el aborto terapéutico. Y las más afectadas son las mujeres pobres. Porque una mujer con posibilidades, ¿qué es lo que hace? Se va ahí nomás a Costa Rica y ahí nomás resuelve si el marido o la familia o ella misma tienen recursos con que sufragar. Ahí veo la hipocresía. En una de las votaciones en la Asamblea Nacional a mí me decían algunos: “A mí qué me importa, porque si me pasa con mi hija o con mi mujer yo la mando a Costa Rica”. ¿Y la mujer del campesino? ¿Y las que no tienen recursos? ¿Y las que sólo llegan a los hospitales públicos y los médicos se niegan a atenderlas por temor? ¿No les estamos negando los derechos humanos? Después de la penalización, un grupo de veintiún diputados de diferentes tendencias, de diferentes partidos, menos del partido Frente Sandinista porque nadie de ellos quiso acompañarnos, hicimos una iniciativa de ley para restablecer nuevamente el indicador terapéutico. Y en la ley enfrentamos la excusa que había movilizado a mucha gente y que permitió manipular el tema: que en algunas clínicas y centros, principalmente en las ciudades más grandes, se simulaba el aborto terapéutico, pero se trataba de abortos voluntarios. Ésa fue la justificación para la penalización total: que se estaba abusando del indicador. Por eso, nosotros propusimos en esta iniciativa que se permitiera el indicador terapéutico, pero que se castigara al médico que faltara a la ética simulando las condiciones de un aborto terapéutico para indicarlo cuando no lo era. Con esto se salvaba la inquietud que muchos tenían, aunque yo no me atrevería a decir si era una inquietud razonable o inventada. Pero nuestra iniciativa no fue adelante. 24 • Aborto Terapéutico Revertir la situación actual es urgente. Aunque no son casos muy frecuentes, porque los protocolos del Ministerio de Salud indican los casos en que debe interrumpirse el embarazo, creo que sí ha habido más muertes de mujeres después de que se suprimió el indicador terapéutico de la legislación. En teoría, si se presenta un caso en el que hay un peligro de muerte de la mujer, el protocolo obliga al médico a interrumpir el embarazo. Pero ahí viene el problema: el médico se pone a valorar si sigue el protocolo médico o si sigue el Código Penal. ¿Y qué es lo grave? Que la gran mayoría de los médicos dice: No me arriesgo, prefiero no arriesgarme. Entonces, lo más probable es que esa mujer que llegó a un hospital público y no la atienden recurra a un aborto clandestino poniendo en riesgo su vida. Creo que las estadísticas que nos indicarían lo que está pasando desde que se suprimió el indicador terapéutico están falseadas. No creo que respondan a la realidad, porque muchísimos casos se encubren y no permiten a la sociedad nicaragüense apreciar la dimensión real del problema. Creo que son muchísimos los casos graves. Para mí, un solo caso que fuera al año, una sola vida que se perdiera, es tan importante que requiere una reacción, una respuesta de la sociedad nicaragüense, del Estado nicaragüense. Es una respuesta que está pendiente en un tema que es fundamental por ser de derechos humanos y de defensa de la vida. José Pallais / 24 Voces • 25 Blanca Cortés Educadora, Teóloga Pastora Evangélica Msc., 47 años, feminista, con muchos años en formación bíblica a mujeres. Apasionada por el diálogo, intercambio de experiencias especialmente con grupos vulnerados, todos aquellos que tienen menos oportunidades como mujeres y niñez. Creo en la educación como espacio de liberación, en el que cada persona va encontrándose desde su propia reflexión. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es un aborto inducido cuando hay problemas de salud y, por ello, la vida de la mujer está en peligro. El aborto terapéutico es un derecho que tenemos las mujeres. Es el derecho a la vida, el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y a ser respetadas. Como ciudadanas de un estado laico nuestra salud debe ser garantizada sin prejuicios religiosos ni morales. Conozco a más de una mujer que ha enfrentado esta situación y sé que es compleja, que desencadena una serie de emociones y sentimientos y, por eso, amerita consideraciones responsables. Sienten frustración, miedo, confusión, y eso se complica todavía más cuando no hay seguridad de ser atendidas ante la incertidumbre: Y si me muero, ¿quién va a cuidar de mis hijos, de mi pareja, de mi familia? Es una experiencia muy fuerte para cualquier mujer. A ninguna mujer le provoca placer acudir a practicarse un aborto. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Por supuesto. No sólo lo creo, sino que como ciudadana exijo que se legalice el aborto terapéutico. El aborto terapéutico es un derecho de las mujeres porque somos sujetas de derecho. Somos personas, tenemos derecho a la vida, a la salud emocional y física. Tenemos derecho a la seguridad y derecho al bienestar. Y la legalidad del aborto terapéutico nos garantiza atención médica y protección a nuestra vida. Cuando hay otros hijos en la familia, ellos también tienen derecho a disfrutar de seguridad y de protección. Blanca Cortés / 24 Voces • 27 ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? De ninguna manera. Condenar a una mujer a la cárcel por abortar implica, entre otras cosas, tener una visión distorsionada y corta de lo que significa esta situación. Es asignar únicamente a la mujer la responsabilidad por un acto que ha sido compartido. Condenando a la mujer se invisibilizan de forma deliberada las causas más profundas que provocaron que ella tomara esa decisión. Bajo ninguna circunstancia la decisión de abortar es placentera. Es una alternativa por la vida en el marco de los derechos de la mujer a tomar su decisión. Si la mujer es encarcelada legitimamos la irresponsabilidad de la sociedad, que ha obviado la importancia de una educación sexual clara, científica, respetuosa. A muchas mujeres la experiencia de un aborto las hace sentirse culpables. Desde la religión se sienten condenadas, desde la moral se sienten culpables. Desde distintos ámbitos se les niega el ejercicio pleno de su libertad y de su decisión. Por eso, la ley que penaliza el aborto me parece una ley que daña la integridad y la dignidad de toda mujer. Llevarla a la cárcel es encarcelar su dignidad y su integridad. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Siendo un tema tan sensible no ha sido debatido con la profundidad que amerita. Abogamos por una discusión sobre este tema para que se escuchen las diversas voces. Es urgente rescatar esa reflexión, sacándola del escenario manipulado en el que la han ubicado. La restitución del derecho al aborto terapéutico es una urgencia y es importante que en todos los espacios sociales discutamos sobre esa urgencia. En ese debate las mujeres debemos ser las primeras escuchadas. Hoy, van las mujeres a los hospitales públicos con este problema y les dan la espalda y postergan atenderlas. Conozco a mujeres que han llegado a los hospitales con complicaciones por su embarazo y han sido totalmente ignoradas, esperando que sus cuerpos reaccionen solos, por sí mismos. No las 28 • Aborto Terapéutico atienden. ¿En qué país estamos, donde la salud de las mujeres no cuenta? Es uno de los daños que está causando esta ley equivocada. La penalización del aborto terapéutico se generó en un contexto muy anómalo. Y, por eso, es imprescindible que pongamos el tema en la mesa de la discusión ciudadana, para que toda la sociedad civil, los medios de comunicación y las iglesias debatamos, para que se debata desde los espacios religiosos y desde los espacios educativos. Yo no me he sentido representada. Desde mi experiencia de mujer de fe, yo no conozco de ningún espacio al que hayamos sido convocadas para decir una palabra sobre este tema. Fue una ley que nació en un contexto de campaña política, que surgió de negociaciones entre la jerarquía religiosa y la clase política. Por eso, como mujer, y como mujer de fe, no me siento representada, no fui consultada. Ése es un vacío que debe ser llenado. Por eso, me apunto a un debate abierto, participativo, profundo, honesto, respetuoso, donde todos y todas podamos ser escuchados: la clase médica, la sociedad en general. Y sobre todo, las mujeres. Las mujeres tienen que estar informadas y educadas acerca de lo que implica la derogación del aborto terapéutico y no seguir siendo desinformadas ni manipuladas a partir de nuestras creencias religiosas. Somos ciudadanas de un Estado que se proclama laico. Debemos apelar a ese compromiso de laicidad. Blanca Cortés / 24 Voces • 29 Padre Joseph Mulligan Sacerdote Jesuita Nacido en EEUU. He trabajado en Nicaragua desde 1986 en comunidades pequeñas en diferentes barrios de Managua y también con personas con discapacidades. Durante muchos años me he dedicado a la defensa del derecho a la vida -- protestando contra las guerras e intervenciones de los EEUU (especialmente la agresión contra el gobierno revolucionario sandinista de los años 80), las armas nucleares, la pena de muerte, la injusta distribución de los recursos de la tierra. En los últimos años he investigado y escrito sobre la cuestión del aborto terapéutico. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es un aborto para salvar la vida de la mujer que está en peligro. Ésa para mí es la mejor definición, la más adecuada, para calificar un aborto como terapéutico. También se puede definir más ampliamente: es un aborto ante un embarazo indeseado. Esa definición incluiría todos los abortos. Para decidir si está o no en peligro la vida de la mujer, hay que tener en cuenta las posibilidades médicas de cada país. Aquí en Nicaragua, o en otros países de América Latina, en comparación con Cuba, Estados Unidos o Canadá, hay menos posibilidades de garantizar la vida de la madre porque hay menos tecnología médica. Con el obispo auxiliar emérito de Detroit hemos escrito tratando de explicar que la doctrina de la iglesia católica lo que prohíbe es el aborto directo. Es importante esa palabra: directo. El procedimiento médico en caso de embarazos ectópicos, por ejemplo, la iglesia católica los considera como abortos indirectos. Son abortos en los que, como efecto secundario, muere el embrión. En los hospitales católicos de Estados Unidos se hacen procedimientos de aborto indirecto con la total aprobación de la jerarquía católica. Está también el caso del cáncer de útero, por ejemplo. En los hospitales católicos de Estados Unidos la práctica habitual es hacer todo lo necesario para atender el cáncer. En esos casos, la doctrina de la iglesia católica no prohíbe la radiación, la quimioterapia, la cirugía. La muerte del embrión o del feto no es el efecto deseado y si muere se considera un aborto indirecto. Incluso algunos ginecólogos no consideran este procedimiento un aborto, puesto que la intención no es abortar sino tratar la enfermedad de la madre. Es una cuestión muy importante establecer en qué momento el cigoto, el embrión, el feto, es ya un ser humano. Aunque ahora la posición oficial de la jerarquía católica, la posición del Vaticano, afirma que eso sucede en el mismo momento de la concepción, no siempre ha sido ésta la doctrina. En la Edad Media, Santo Tomás de Aquino pensaba que se comenzaba a ser humano después de unas Padre Joseph Mulligan / 24 Voces • 31 semanas de gestación en el caso de que fuera un varón y después de algunas semanas más en el caso de que fuera una mujer. Esta teoría era, obviamente, de una época pre-científica. Ahora, la opinión de la iglesia está muy influenciada por el hecho científico de que desde el momento de la concepción existe ya un código genético único. Pero para algunas personas ese dato científico no resuelve la cuestión y piensan que el cigoto tiene que desarrollarse más para empezar a ser una persona humana. ¿Qué pensar, por ejemplo, en los casos en que el cigoto se divide en dos para producir gemelos idénticos? Personalmente, no he conocido ningún caso de alguna mujer que haya optado por un aborto. Pero he leído muchos relatos, muchas historias. Es difícil hablar en nombre de las mujeres que están en esa situación. Los sacerdotes debemos escucharlas y conocerlas, con respeto y compasión, para ayudarles a formar su conciencia y a que lleguen a una decisión adecuada. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Una iglesia puede estar convencida de su creencia sin tener la obligación de imponer esa creencia a todo el mundo en una sociedad pluralista. Veamos el caso del divorcio, por ejemplo. La iglesia católica no está a favor del divorcio, tampoco de un segundo matrimonio, pero la iglesia católica no aboga para que se imponga esa idea a toda la sociedad y para que esa posición se refleje en la legislación. Es importante respetar el pluralismo de opiniones en la sociedad y respetar la conciencia de cada persona. Es importante recordar la importancia que tiene en la doctrina de la iglesia católica la necesidad de formar la conciencia individual y la libertad de decidir en conciencia, con una conciencia formada e informada. Para opinar sobre la legalidad o no del aborto terapéutico, creo que hay que definir mejor qué es aborto terapéutico, definir si es verdaderamente terapéutica la interrupción del embarazo. Creo que mujeres y hombres, mamás y papás, tienen que discernir muy cuidadosamente su decisión. Creo que siempre hay que analizar si hay posibilidades de salvar a la madre y al hijo. Y creo que al final debe ser siempre una decisión de la persona, de la pareja. Teniendo todo esto en cuenta, 32 • Aborto Terapéutico me inclino a creer que una decisión de conciencia no debe enfrentar una penalidad, un castigo legal. Creo que siempre tenemos que ser fieles a nuestra conciencia. En algunos casos pagaremos las consecuencias negativas de lo que decidimos, pero no creo que esa consecuencia deba ser el castigo de la sociedad a través de una ley. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No. Si ella, analizando sus circunstancias, concluye que necesita un aborto, creo que no debe ser castigada por la ley, especialmente en los casos de un aborto verdaderamente terapéutico. La cárcel u otro castigo físico no es una respuesta muy cristiana, especialmente para una persona que hace algo en fidelidad a su conciencia. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Creo que debemos debatir con buenos argumentos. Los sacerdotes y los fieles católicos debemos conocer la posición de la iglesia católica, que está en contra del aborto directo. Esa definición ya abre las puertas a un discernimiento, a un debate, sobre lo que es aborto directo y lo que es aborto indirecto. Estamos obligados a formar la conciencia con información de la biología, la embriología, la ginecología y la filosofía para esclarecer los diferentes aspectos de este tema. La ley anterior a la penalización era muy amplia y, por eso, era muy difícil para la jerarquía de la iglesia católica aceptar tanta amplitud. Porque aborto terapéutico era cualquier aborto ante un embarazo no deseado, incluso por razones sicológicas de la mujer. Creo que si se define bien el procedimiento médico que interrumpe un embarazo por razones de salud se lograría un consenso. Creo que un aspecto que hay que considerar en este debate es que muchas mujeres buscarán solución a los embarazos no deseados con personas no profesionales y así arriesgan su salud y hasta pueden morir. Y mientras todo aborto esté penalizado, buscarán esas salidas, tan dañinas para ellas. Padre Joseph Mulligan / 24 Voces • 33 Mónica Zalaquett Periodista, Socióloga, Psicóloga Directora del Centro de Prevención de la Violencia (CEPREV) Nacionalizada nicaragüense, nacida en Chile en 1954. Como reportera cubrí las vicisitudes de la guerra y conviví con los campesinos en las mismas zonas del enfrentamiento militar en la década de los ochenta. Actualmente dirijo en Managua un organismo dedicado a la prevención de la violencia intrafamiliar y juvenil y a la construcción de una cultura de paz, que hace énfasis en la transformación de los roles de género en mujeres y hombres. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es un aborto necesario para atender la salud de la mujer embarazada, que está corriendo peligro por una situación inmanejable si mantiene su embarazo. Ante eso se recomienda médicamente practicar el aborto. Personalmente no conozco a nadie que se lo haya tenido que practicar, pero sí he escuchado a algunas mujeres. Sienten una frustración tremenda, un dolor inmenso, una sensación de pérdida muy profunda, algo bastante terrible. Yo tuve una pérdida. Se murió el bebé en mi vientre a los tres meses del embarazo y me tuvieron que aplicar un legrado cuando ya estaba muerto. Fue terrible. Por eso, me imagino lo dolorosa que es esa experiencia. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Sí, creo que sí. Debe ser legal porque debe dársele a la madre la opción de elegir si quiere arriesgar su vida por su bebé o si quiere preservar su vida porque tiene otros hijos, porque desea seguir viviendo, por lo que sea. Es su derecho a optar. Creo que es importante que sea la madre la que decida y no que otras personas decidan por ella. Claro que los médicos deben decidir, pero la decisión final debe ser de la madre. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? ¿A la cárcel? No puede ir a la cárcel, no debe ir a la cárcel. En todo caso, quien en realidad debe ir a la cárcel es quien se lo practica clandestinamente porque está violando las leyes. ¿Por qué la mujer? Pero yo quiero ir al trasfondo del asunto: mi preocupación principal no es el aborto sino la causa de esos embarazos. No me quiero centrar en el aborto, porque el aborto me parece la peor culminación de un embarazo. Y porque pienso que recurrir al aborto dice mucho de lo que está pasando en nuestra sociedad con las relaciones sexuales, en las que abunda la doble moral, mucho se tapa, mucho se Mónica Zalaquett / 24 Voces • 35 encubre y hay mucho tabú. Yo no quiero hablar de si hay que meter presa o no a una mujer porque se hizo un aborto. Yo quiero hablar de por qué esa mujer se embarazó. Y quiero hablar, sobre todo, del abuso sexual, que es una de las principales causas de los embarazos de niñas y adolescentes. Y son esas adolescentes embarazadas las que más frecuentemente se practican abortos. En nuestra sociedad la mayor parte de los abortos se practican porque se quiere ocultar el embarazo. ¿Y por qué se quieren ocultar? Porque son fruto de un abuso, de una violación. O se quieren ocultar porque las chicas temen las creencias religiosas de la familia. A lo mejor el novio le dijo a esa muchacha: “Dame la prueba de amor” y ella tuvo relaciones con él por aquel intercambio habitual de “yo te doy sexo, tu me das amor”. Muchas niñas y adolescentes carenciadas de afecto consiguen el afecto que necesitan cediendo a la presión para tener una relación sexual con un adolescente y se embarazan. Esa realidad es la que verdaderamente me parece más preocupante para nuestra sociedad. Falta educación sexual, falta todo lo que debería existir en la familia, en la escuela, en la comunidad, en las mismas iglesias para enfrentar esta realidad. Hay que educar a las adolescentes y a los adolescentes para que tengan relaciones sexuales a la edad que corresponde, relaciones seguras, positivas, buenas, sanas para ambos. Para superar así lo que está ocurriendo: delitos de orden sexual que ni siquiera se penalizan. Me contaban de un hombre que en el Atlántico Norte había embarazado a tres hijas y el juez lo absolvió porque allí la costumbre es que los padres embaracen a sus hijas. Es una realidad muy frecuente, pero no la ven como un delito. En muchos casos los embarazos no deseados vienen del padrastro, del padre, de un familiar, de un vecino. Y esos embarazos se tratan de ocultar con un aborto. Ése es para mí el problema de fondo. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Hemos visto marchas en contra del aborto terapéutico y marchas a favor. Pero no he visto multitudes en las calles protestando por la violación sistemática de los derechos de la niñez, protestando contra la violencia sexual contra la niñez. Y esa violencia nos debería horrorizar a todos y a todas. No debemos volver la mirada a otro lado y decir: “No me meto en eso, es algo muy delicado”. 36 • Aborto Terapéutico Deberíamos protestar porque diariamente los niños y las niñas están sufriendo abuso sexual. Y el aborto tiene que ver con esa realidad. Y yo me pregunto: ¿Por qué no se produce en Nicaragua un debate tan candente sobre un tema tan sensible como es la violencia sexual contra la niñez? Yo creo que este tema hay que hablarlo y hay que debatirlo con más sinceridad, con menos intereses políticos y con más corazón. Tenemos que dar un gran cambio en la manera en cómo estamos enfrentando la violencia sexual que hay en nuestra sociedad. Actualmente se finge demencia, la gente mira para otro lado, no quiere enfrentar este problema, no quiere abordarlo. También la trata de personas, el problema de la explotación sexual con fines comerciales tiene que ver con casos de niños y de niñas que fueron abusadas desde muy pequeñas en sus hogares, en su entorno familiar, en su entorno escolar. Llevo quince años trabajando en prevención de la violencia, impartiendo talleres y conozco la magnitud que tiene en nuestra sociedad la violencia sexual, especialmente contra las niñas y los niños. De esa realidad se desprende otra: la cantidad de embarazos adolescentes. Y otra: la cantidad de abortos. ¿Por qué presentar el problema del aborto sólo como un problema de mujeres adultas? A mí me preocupa más ese montón de niñas que están teniendo hijos a los doce, a los trece años. ¿Qué va a pasar con la vida de esas niñas embarazadas? Hemos atendido muchos casos de personas que son hijos e hijas de violación y su vida ha sido terrible, una vida de violencia sistemática, de tortura sistemática. ¿Quién garantiza que el niño que nace de una violación va a tener una buena vida? Y no estoy diciendo que necesariamente ese niño deba ser abortado si su madre lo quiere. Eso hay que respetarlo. Pero si la madre tiene diez, once, doce años, ¿quién decide por ella? ¿A esa edad esa niña puede decidir qué va a pasar con su vida? El debate sobre el aborto terapéutico nos remite al problema del abuso sexual generalizado que hay en nuestra sociedad, el abuso sexual practicado sistemáticamente en un altísimo porcentaje de hogares. Hay que debatir porque no se quiere enfrentar el problema de fondo que hay detrás del aborto: el problema de los delitos sexuales que se cometen puertas adentro de los hogares. Es un delito que se comete masivamente, es el delito más extendido y más tapado en Nicaragua. Se debate del aborto, pero no de sus causas. Ésa es mi gran preocupación. Mónica Zalaquett / 24 Voces • 37 Alejandro Aguilar Abogado, Académico Asesor, consultor y profesor de universidad. Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Americana, UAM. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es el que se practica cuando los médicos deciden que interrumpir el embarazo es la única manera de proteger la vida de la mujer. Asocio el aborto terapéutico básicamente con una cuestión de salud pública. Sí, conozco a algunas mujeres que han vivido eso. Pero, como los hombres no nos embarazamos, ¿cómo saber lo que siente una mujer ante esa situación? Debe ser sumamente difícil si quería tener a ese hijo. Me imagino que debe ser un gran conflicto tener que decidir entre continuar con el embarazo o interrumpirlo, sobre todo si tiene otros hijos. Debe ser dramático aceptar que interrumpir el embarazo es el mejor camino. Me imagino que es un drama personal sumamente complicado y profundamente doloroso para ella y también para las personas que la rodean. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Creo que sí porque es un problema de salud pública. Lo que ha sucedido en Nicaragua me sorprende. Me parece uno de esos graves retrocesos que se producen en la historia de la humanidad. Sucedió cuando parecía que ya había un consenso mundial de que era un asunto de salud pública. Creo que aquí se alinearon varios hechos y hubo varias coincidencias lamentables. Por esa decisión nos han hecho críticas en todos los foros internacionales en donde hemos estado. Y la cuestión no es si la mayoría está de acuerdo o no está de acuerdo. Los derechos humanos no son un asunto de levantar la mano y ver quiénes están de acuerdo en respetarlos y quiénes no. El aborto terapéutico es un tema de derechos humanos. Y Nicaragua deberá decidir, como otros países en esa misma situación, afortunadamente muy poquitos, si va a seguir penalizando un asunto de salud pública y de derechos humanos. Si decide seguir penalizándolo no dejará de ser señalada por hacerlo y por hacerlo en pleno siglo 21. Creo que en algún momento Nicaragua tendrá que reconsiderar esta decisión y sacarla del terreno político, en donde nunca debió meterse. Alejandro Aguilar / 24 Voces • 39 ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Por supuesto que no. Ni aunque el aborto esté ilegalizado. Lo que sucede hoy en Nicaragua es una contradicción enorme entre una sociedad patriarcal que pretende que ninguna mujer pueda interrumpir su embarazo por ninguna razón, ni siquiera por una razón médica, pero que sabe que tiene un problema que no quiere enfrentar: varios miles de niñas y adolescentes, de doce, catorce, quince años, que salen embarazadas, como lo ha demostrado el informe de desarrollo humano del PNUD. Esta sociedad no persigue a quienes han violado a esas niñas, los deja en libertad y quiere obligar a esas niñas a parir, a pesar de lo riesgoso que es el embarazo y el parto a esas edades. Esta sociedad deja la resolución de este problema a una negociación silenciosa entre los familiares de la niña víctima y el victimario. ¿Qué sociedad es la nuestra, que no es capaz de proteger a sus niñas y adolescentes, y que además de no protegerlas, cuando salen embarazadas producto de una agresión sexual, las obliga a convivir con el resultado de esa agresión por el resto de sus vidas? ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Este tema jamás debió politizarse. Fue desafortunado el momento en que se politizó. Teníamos más de un siglo de aceptar el aborto terapéutico sin mayor controversia. Y de repente fue utilizado como un arma política. Y una vez que los partidos políticos se dieron cuenta de que era un arma que podían explotar muchísimo, un arma muy valiosa para obtener réditos políticos, el tema se salió completamente de control y quienes habían estado esperando muchísimo tiempo para poder imponer de nuevo su visión al resto de la sociedad encontraron el momento oportuno para hacerlo. Fue profundamente desafortunado que el tema se politizara y que el Parlamento se dejara instrumentalizar ideológicamente y volviéramos a la época en la que se legislaba con criterios estrictamente religiosos. 40 • Aborto Terapéutico Estamos obligados a debatir sobre esta decisión equivocada. En primer lugar, porque estamos enviando a las mujeres a morir, les estamos diciendo a las mujeres que su vida no nos importa, que no nos importa que su vida corra peligro. Eso es lo que les estamos diciendo. Les estamos diciendo que si su embarazo fue producto de una violación o de un incesto, tampoco nos importa. Que no nos importa que sus cuerpos revienten, que aun así deben de parir. Es un mensaje criminal, cruel. Y completamente incomprensible porque quienes tomaron esa decisión y mandan ese mensaje tienen hijas y esposas, tienen madres. ¿Se habrán puesto a pensar lo que significa que ellos les impusieran esa decisión a sus hijas, a sus esposas o a sus madres? Por todo eso la sociedad nicaragüense tiene que continuar debatiendo sobre este tema. Y habrá que intentar reconducirlo a donde siempre debió estar: en el plano médico, en el plano de la salud, de la salud pública. Tiene que ser reconducido ahí porque actualmente cualquier médico se siente profundamente intimidado por la normativa que le prohíbe practicar un aborto terapéutico. El personal de salud está completamente inhibido cuando se le presentan mujeres o niñas con riesgo de aborto. No se atreven a actuar porque hay una cierta cacería de brujas, el temor a que los señalen, el temor a arruinar su carrera profesional. Nunca los legisladores debieron decidir sin tener en cuenta la opinión del gremio médico. Creo que lo que tenemos que lograr es que el tema deje de ser un arma en manos de los políticos y que pase a las manos de dos sectores que me parecen claves: el gremio médico y las organizaciones de derechos humanos. Me parece que son dos actores claves que tienen que levantar su voz y participar activamente hasta que saquemos el tema del terreno político y lo enrumbemos al terreno de la salud pública. Creo que si todos los nicaragüenses nos empeñamos en que deje de ser un arma política, lograremos replantear el debate. Hay que seguir debatiendo para que la sociedad acepte que no tiene el derecho a decirle a ninguna mujer, con su vida en peligro, que tiene que arriesgar su vida y seguir adelante con ese peligro, aun cuando ella o sus médicos consideren que correr ese riesgo no es el camino correcto. Tenemos que seguir debatiendo sobre este tema. Es un error pretender que se trata de un asunto ya cerrado. Alejandro Aguilar / 24 Voces • 41 Violeta Granera Socióloga Defensora de los Derechos Humanos y promotora de un Estado y cultura democrática en el país. Comprometida con el diálogo entre los sectores de la sociedad civil y una convencida del valor del respeto y la tolerancia a la diversidad de ideas y pensamientos. He dirigido organismos de DDHH, de promoción de la democracia, como el grupo FUNDEMOS, de espacios de diálogo público/privado, como el Consejo de Planificación Económica Social. Actualmente soy la Directora Ejecutiva del Movimiento por Nicaragua, con la misión de construir, fortalecer y defender, con amplia participación 42 • Aborto Terapéutico ciudadana, la democracia, la libertad y el bienestar del pueblo de Nicaragua. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Según la definición que había en el artículo 165 del Código Penal, aborto terapéutico era la interrupción del embarazo en casos excepcionales cuando lo dictaminaba así una junta de médicos y era consentido por la madre. Me parece una definición apropiada. Creo que interrumpir el embarazo en esos casos excepcionales es un asunto de salud pública. Esa norma del Código Penal estuvo vigente durante un siglo y no fue reformada hasta el año 2006. En aquella oportunidad no encontré ninguna evidencia de que la legislación vigente hubiera tenido alguna incidencia en abusar del aborto. Era una medida que protegía a la madre y también a su familia. Yo no conozco directamente a nadie que se haya practicado un aborto terapéutico. Pero puedo entender perfectamente la situación dolorosa que vive una mujer que tiene que tomar esa decisión para salvaguardar su vida. Yo soy mamá de cinco hijos y sé perfectamente cuánto quiere uno a sus hijos desde el momento en que sabe que va a tenerlos. Así que me puedo imaginar muy bien el dolor al que se enfrenta una madre que tiene que tomar esa decisión. No creo que ninguna mujer que desea tener un hijo, pero que no puede tenerlo por circunstancias excepcionales, tomará esa decisión a la ligera. Eso no es decidir si ir a un baile o no. Es una decisión muy seria, muy profunda y con consecuencias importantes. Por eso, creo que es una irresponsabilidad y un abuso permitirle al Estado tener injerencia en una decisión que toca las fibras más íntimas de la mujer. Decidir el aborto terapéutico debe ser muy difícil y es una decisión absolutamente personal. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Sí. Cuando se reformó el Código Penal, como no soy especialista en el tema me informé, hablé con varios médicos y concluí que el aborto terapéutico debía permanecer como estaba normado en el Código Penal e hice pública mi posición. El Código Penal era respetuoso y sensible ante la realidad de las mujeres nicaragüenses. Aunque el Código Penal no especificaba las situaciones excepcionales, investigué cuáles eran, cuáles debía certificar una junta de médicos. Los médicos a los que consulté me explicaron que hay casos en donde el riesgo para la vida de la madre, y en muchos casos también para la vida del feto, es altísimo. Esto sucede en casos de embarazos ectópicos, en casos de eclampsia, Violeta Granera / 24 Voces • 43 de diabetes severa, cuando hay embarazos provocados en circunstancias no seguras que llegan a infectar al feto, cuando hay enfermedades terminales como la leucemia y otras, que hacen absolutamente inviable la sobrevivencia de la madre y del niño. En todos esos casos se debe practicar el aborto terapéutico. Yo no soy partidaria del aborto en seco, pero sí creo que en estos casos es absolutamente legítimo dejar en manos de la madre tomar la decisión, porque es a ella y a su familia a quienes les afecta. Más allá de las consideraciones éticas o religiosas que se hayan podido dirimir en su momento por quienes estaban a favor de penalizarlo, creo que es una decisión que debe basarse totalmente en la conciencia individual de cada mujer según su caso particular. Creo que cada situación es distinta. Y por las condiciones en las que viven la mayoría de las mujeres nicaragüenses, creo que es una decisión de conciencia que debe quedar abierta y debe dejarse en manos de cada mujer. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No, absolutamente no. Sería una consecuencia de la barbaridad que se hizo al penalizar el aborto terapéutico. En las circunstancias en las que viven la mayoría de las mujeres en Nicaragua, penalizar el aborto terapéutico y castigarlo con la cárcel es una doble penalización de la pobreza. Porque son las mujeres pobres las que se exponen a abortos inseguros, a ir a la cárcel por eso, o lo que es peor, a ir a la muerte. Y son las familias pobres las que conocen mejor y las que sufren más las consecuencias de estos dramas. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Independientemente del respeto que se merecen los argumentos éticos, médicos y religiosos que levantan quienes aprueban la penalización, la reforma al Código Penal se hizo sin un debate amplio e informado, con una ligereza que no se corresponde con la seriedad que merecía el tema. La decisión se tomó por razones electoreras, sin ninguna información pública, sin ninguna posibilidad de escuchar a las mujeres, de escuchar a la sociedad, poniendo el interés electorero por encima del interés común y hasta por encima del sentido común. Por encima de los intereses de las mujeres y hasta por encima de los intereses de nuestro país, que se alejó de la aspiración de 44 • Aborto Terapéutico modernizar sus políticas públicas. Fue un retroceso democrático muy importante, que se inscribe en el actual proceso de involución democrática que experimentamos desde hace varios años. La tradición arcaica prevaleció sobre la mentalidad moderna, en una corresponsabilidad nacional que resultó desalentadora. Éste es un tema que hay que debatir a fondo para revertir la decisión que se tomó. Hasta hoy no entiendo cómo fue posible que nuestra sociedad no haya podido debatir este tema con más responsabilidad y profundidad. La sociedad tiene que tomar conciencia del impacto que una ley como ésta puede tener en la vida de las familias. Me parece que si logramos un debate de altura, con información y dejando a un lado los prejuicios, es posible encontrar consenso, incluso con las autoridades religiosas. Yo soy católica y creo que, tanto en mi religión como en otras religiones que hay en Nicaragua, existen posibilidades de encontrar un consenso para proteger la vida de las mujeres. La penalización del aborto terapéutico ha tenido al menos dos efectos devastadores. Se le ha enviado a las mujeres un mensaje que las desvaloriza. Se desvalorizan sus derechos y sus sentimientos. Hace cien años el Estado era mucho más sensible a las realidades de las mujeres. El otro efecto lo vemos en el sistema de la salud pública, en el temor que ha provocado entre las mujeres y entre los profesionales de la salud. Tenemos el caso emblemático de una mujer de Condega, en el que funcionarios del Ministerio de Salud grabaron la entrevista donde ella hablaba de su expediente médico y la usaron para abrirle un juicio. Es un ejemplo que demuestra el miedo que la penalización está provocando, no sólo entre las mujeres, también entre los funcionarios de la salud pública, imponiéndoles límites a su deber de salvar vidas. Hay que revertir lo que hicieron los políticos. Me parece que la ruta mejor es trabajar más en el ámbito de la ciudadanía para desarrollar un compromiso amplio con el objetivo de revertir la penalización. Hay que priorizar un debate en la sociedad. Un debate en el que llevemos información con datos duros y hagamos una reflexión seria a todos los niveles, con sectores organizados y no organizados, con mujeres y también con hombres, porque este asunto trasciende los derechos de las mujeres y tiene mucho que ver con los derechos de la familia. Hay que enfocarse en conseguir ese debate para lograr una masa crítica de mujeres que se involucre en la incidencia política para lograr un mayor compromiso de toda la sociedad y así cambiar la desfavorable correlación de fuerzas que existe ahora entre la sociedad y la clase política. Violeta Granera / 24 Voces • 45 Roberto Calderón Boniche Ginecobstetra con especialización en Medicina Perinatal Actualmente Presidente de la Sociedad Nicaragüense de Ginecología y Obstetricia (SONIGOB) y miembro activo de las Federaciones de Gineco-obstetricia (FECASOG, FLASOG y FIGO), del Colegio Americano de Gineco-obstetricia (ACOG), Vice-presidente de la Asociación Nicaragüense de Gineco-Obstetras Ecografistas (ANGOE), Federación Latinoamericana de U.S. (FLAUS) y la Asociación Nicaragüense de Climaterio y Menopausia (ANCYM). ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? El término aborto terapéutico no es muy adecuado para definir la intervención médica que realizamos. Como bien dicen algunos colegas, el aborto no es terapéutico. El término correcto debería ser interrupción del embarazo por causa médica. La interrupción por causa médica es una decisión que tomamos los médicos y existen protocolos a nivel internacional, con diagnósticos y situaciones específicas del embarazo, que nos indican esa intervención. La interrupción del embarazo por causa médica es muy diferente a la interrupción voluntaria del embarazo. A veces se confunden ambos términos o se entremezclan y quien no es un profesional de la salud puede equivocarse. Claro que conozco casos. He tenido pacientes que me ha tocado ver, cuyo diagnóstico está dentro de los protocolos internacionales que indican esa intervención médica. Se trata, por ejemplo, de malformaciones del feto incompatibles con la vida, lo que significa patologías fetales o defectos congénitos fetales. O se trata de circunstancias propias de un embarazo que no van a permitir que llegue a término, porque el feto va a fallecer en el útero o porque su malformación o su defecto significan una discordancia con la vida y al nacer puede morir a los pocos minutos. Lo que he notado en estos casos es frustración, porque la mujer, la pareja, deseaban ese embarazo, lo planificaron y desde el momento de la concepción comenzaron ya a tener sentimientos hacia esa Roberto Calderón Boniche / 24 Voces • 47 criatura. Y lógicamente, al encontrarse con un diagnóstico –generalmente lo hacemos ecográficamente– que les dice que hay una malformación o un defecto que indica que ese bebé puede morir durante la gestación o inmediatamente al nacer, es lógico el sentimiento de tristeza, de frustración. A veces llega a ser como un duelo. Más fuertes son esos sentimientos en dependencia de la edad gestacional en que se les dé el diagnóstico. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Efectivamente. Se trata de una intervención médica que hacemos los gineco-obstetras. Los protocolos internacionales que nos indican realizarla ya están establecidos en la mayoría de los países del mundo. Son pocos los países donde se penaliza la interrupción de un embarazo en base a un diagnóstico específico hecho por ecografía prenatal o la interrupción que busca salvaguardar la salud materna. Uno de los casos más claros es el de un bebé con anencefalia, al que le falta el cráneo, el cerebro, lo que significa un daño severo del sistema nervioso central. Ese embarazo puede llegar perfectamente a término y el bebé puede nacer, pero ya sabemos que va a morir en horas o en los días siguientes. Esos diagnósticos los podemos hacer perfectamente desde antes de las doce semanas, antes de los tres meses de la gestación. Y ahora, con las técnicas de la ecografía tridimensional, tenemos una imagen bastante cercana a lo que vamos a mirar cuando el niño nazca. Una interrupción en esa primera etapa de la gestación puede causar menos problemas de salud a la mujer, también menos problemas emocionales. Explicándoles el diagnóstico la mayoría de los padres entiende y la mujer sabe que posteriormente puede tener un bebé sano, normal. Lo que sucede actualmente con la penalización es que la paciente se ve obligada a llevar ese embarazo hasta el final, y conociendo la situación de su bebé y viendo los ultrasonidos, sabe que ese bebé nacerá y morirá pronto. Emocionalmente es una situación bastante desagradable llevar hasta el final una gestación conociendo el pronóstico, ver nacer al bebé y verlo morir enseguida. 48 • Aborto Terapéutico Está también el caso del hidrops fetal, un feto que tiene defectos cromosómicos severos. Están también los casos de malformaciones graves, generalmente cardíacas, que hacen que el bebé se va llenando de líquido. Esos bebés, si no llegan a término, mueren intra útero. Y mientras más avanzada sea la semana de gestación en que se dé la muerte fetal es más complicado inducir el parto en la paciente. Si el bebé fallece a las veintidós o veintitrés semanas de la gestación es más difícil proceder a la evacuación uterina que cuando el diagnóstico lo hacemos en el primer trimestre de la gestación y se procede de inmediato. Está también el caso de la ruptura prematura de la membrana antes de la viabilidad fetal, antes de que el bebé pueda sobrevivir extrauterinamente. Una ruptura de membrana en las dieciséis o dieciocho semanas de gestación es un problema grave. El bebé no es viable y los protocolos nos dicen que lo que hay que hacer de inmediato es evacuar el útero para evitar la infección materna. Si esto no se hace, la mujer puede perder su útero y hasta su vida. Es la intervención inmediata la que evita esa grave complicación. Sin embargo, tal como está planteada la ley, con lo de los derechos del no nacido, si esperamos a que el bebé fallezca espontáneamente, esa muerte puede tardar un día, una semana, aumentando el riesgo de infección, aunque utilicemos antibióticos. ¿Por qué no actuar de inmediato si ese bebé tarde o temprano va a morir? Hay países en donde el síndrome de Down está contemplado dentro de la interrupción por causa médica. Otros países no lo permiten. A criterio de los médicos, se han definido específicamente cuáles son los diagnósticos en los que procede la interrupción médica de la gestación y excluyen el síndrome de Down porque hay muchos niños con síndrome de Down que viven y se desarrollan durante años con su familia y la familia convive bien con ellos. El síndrome de Down es uno de los casos en donde se produce un punto de conflicto entre dos opiniones. El abanico de posibilidades para interrumpir el embarazo es amplio. Y es en los hospitales públicos, donde el volumen de pacientes es mayor, donde se presentan más casos en los que se hace necesario intervenir. Roberto Calderón Boniche / 24 Voces • 49 ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Ninguna mujer que ha vivido estas circunstancias, antes o después de la penalización en Nicaragua, puede ver la interrupción de su embarazo como un delito. La mujer lo que ve es un diagnóstico que hasta ahora estaba protocolizado y una acción médica que hasta ahora no estaba penalizada por la ley y hoy ve que esa acción está penalizada y los médicos no pueden proceder a hacer nada, sólo esperar a que se desarrolle la gestación, y en caso de que el bebé fallezca durante el transcurso del embarazo, hacer la inducción del parto. Y si no fallece, esperar a que nazca y esperar las consecuencias posteriores a los defectos detectados en la criatura. Eso no es correcto: para efectos de la salud de la mujer no es lo mismo interrumpir una gestación en una semana temprana que hacerlo cuando el bebé tiene veinte semanas o más. Es más complicado inducir un parto en esas etapas. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? En el seno de la Sociedad Nicaragüense de Ginecología y Obstetricia, nosotros, como profesionales de la salud, discutimos a lo interno cuando supimos que se iba a penalizar la interrupción del embarazo por razones médicas. Había colegas totalmente a favor de la penalización, pero la mayoría de los colegas estaban claros que se trata de una intervención médica adecuada y correcta. Recuerdo que esa discusión se hizo en todo el país y se consultó a todos los gineco-obstetras. Nosotros no fuimos llamados a la Asamblea Nacional para exponer lo que teníamos que exponer. La opinión del gremio médico no fue considerada y debió haber sido tomada en consideración. Porque quienes realmente hoy se ven ante una situación más complicada y difícil somos los ginecoobstetras. Ninguna otra especialidad médica se ha visto tan trastocada, tan acorralada y puesta entre la espada y la pared como la nuestra, porque es a nosotros a quienes nos toca ver a pacientes en circunstancias que ameritan la interrupción de su embarazo. 50 • Aborto Terapéutico Por eso pienso que es necesario un debate más amplio, tomando en consideración todos los puntos de vista, porque todos son respetables. Un debate profundo tomando en consideración, tanto los aspectos legales como los aspectos éticos y morales, y también los aspectos científicos y los aspectos profesionales del quehacer diario de nuestra especialidad. Es necesario un debate que permita tomar una decisión verdaderamente aplomada y acertada. Roberto Calderón Boniche / 24 Voces • 51 María Dolores Alemán Abogada, Politóloga Ex-Diputada por el PLC 40 años. Ex-Presidenta de la Comisión de la Mujer de la Asamblea Nacional, Licenciada en Ciencias Políticas en la Universidad de Xavier, Cincinnatti, Ohio, Estados Unidos y Master en Relaciones Internacionales en la Universidad Centroamericana, (UCA). Las áreas de mayor interés para mí, son la mujer y la educación. Desde mi posición política he impulsado diferentes iniciativas que• Aborto 52 garanticen Terapéutico el respeto de los Derechos Humanos de las mujeres en Nicaragua. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Cuando la vida de la madre y la vida del feto no pueden sobrevivir, cuando ninguno de los dos sobrevivirían si no se elimina el feto, se aplica el aborto terapéutico. Son situaciones extremas. Yo creo que la medicina ha venido avanzando muchísimo y en muchísimos casos estas situaciones se puede solucionar, pero hay casos en que no, en que la vida de la mujer está en riesgo si no se interrumpe el embarazo. Sí, conozco casos. En el caso de una amiga percibí que estaba devastada. Tuvo un embarazo en las trompas de Falopio y tuvieron que intervenirla de emergencia. A ella le había costado muchísimo salir embarazada y fue mucha la angustia y la tristeza. El costo emocional fue enorme. Y es que la mujer que se hace un aborto terapéutico está perdiendo algo de sí misma. No hay que creer que es algo alegre. Elimina algo que lleva en su vientre, algo que quiere, pero sabe que si no se lo elimina puede morir y dejar a sus otros hijos. Todas las mujeres que conozco que han tenido que realizarse un aborto terapéutico lo hacen con el corazón en la mano porque están perdiendo parte de su vida. Es diferente una mujer que decide hacerse un aborto y lo hace consciente, y con leyes o sin leyes, igual lo va a hacer. Ésa es una decisión muy personal. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Creo que sí. El problema es que aquí en Nicaragua no entienden el término aborto terapéutico y lo confunden con aborto voluntario. Hasta que no se aclare eso y hasta que la población no maneje bien María Dolores Alemán / 24 Voces • 53 el concepto de aborto terapéutico va a ser bien difícil legalizarlo. Lo tuvimos permitido en nuestra legislación por más de cien años, creo que por el afán que tuvieron entonces de querer llevar a Nicaragua a una modernidad, de querer avanzar más a nuestra población. Y ahora lo hemos perdido. Debería permitirse cuando la vida de la madre o la vida del feto no pueden conservarse si no se interrumpe el embarazo. En esa situación estás salvando una vida, no estás matando. Yo no soy médico, pero sé que hay cuatro o cinco razones médicas para un aborto terapéutico. Hay que pensar también que en Nicaragua, los índices de natalidad son altísimos. Y una mujer que muere porque no le interrumpieron su embarazo a tiempo deja en promedio unos tres hijos en el abandono. Tres hijos que quedan a cargo del padre. Y sabemos que en Nicaragua los hombres no son las personas más responsables. Ese hombre se volverá a casar y si se casa con una mujer responsable puede ser que esos tres niños tengan una buena vida. Pero si no, quedarán tirados ¿Quién los criará? ¿Una abuela que se quiera hacer cargo, una tía, una vecina? O pasarán a la calle. No se trata sólo de salvar la vida de la mujer, es también un problema que involucra a toda la familia. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Creo que en Nicaragua hay mucha doble moral. Creo que hay muchos que quieren quedar bien con la iglesia católica y con la sociedad. Creo que no se conoce bien lo que es el aborto terapéutico. Confunden los términos y confunden a la población. Pero si a una persona se le explica que si a una mujer en riesgo no se le interrumpe el embarazo, la mujer muere y hasta el feto también va a morir, porque no puede sobrevivir con dieciocho o veinte semanas, entonces esa persona te dirá que está 54 • Aborto Terapéutico a favor del aborto terapéutico. Creo que el debate debe brindar conocimiento, información. Tristemente, aquí al aborto terapéutico lo han satanizado y el debate lo han politizado. Eso genera posiciones bien incómodas y al final las únicas que salen perdiendo son las mujeres. Creo que la gente tiene que ser honesta y hablar con la verdad. Aquí hay mucho material sobre la mesa y si vas a hablar sobre el aborto terapéutico tienes que informar claramente, específicamente, de qué se trata. Los movimientos feministas quieren mezclar las dos cosas: aborto terapéutico y aborto voluntario y eso hace que la iglesia se levante. Y por eso vimos manifestaciones de kilómetros de gente rezando y diciendo: “Te vas a condenar, te vas directo al infierno”. Y como la población es todavía bien ignorante y bien analfabeta para poder manejar temas de este tipo la confunden. Si queremos promover un debate sobre el aborto terapéutico, tenemos que ser claros, tenemos que ser honestos con la gente, tenemos que explicarlo lo más sencillo posible. Los médicos deben explicar esto con un lenguaje que la gente entienda, un lenguaje profesional. En la situación actual veo bien difícil que la ley que penaliza el aborto terapéutico se revierta. Es necesaria una campaña de concientización y que los movimientos sociales se levanten. Muchas veces se le echa la culpa a los diputados de la Asamblea, pero aquel momento fue muy difícil cuando veíamos cuadras de gente manifestándose… Los diputados somos hombres y mujeres políticos que llegamos a la Asamblea por el voto de la población. Y si vemos un kilómetro de personas pidiéndonos que votemos en contra, no los podemos rechazar, más aun si quienes nos piden lo contrario no llenan ni una cuadra. Por todo eso, yo creo que hay que abrir el debate, informar, involucrar a la población hasta que sea la misma población la que pida que se revierta esa ley. Hay que seguir debatiendo. No podemos avanzar en un país donde hay doble moral. La realidad es que los abortos terapéuticos se siguen practicando a diario en los hospitales porque existe un protocolo médico que los autoriza. El problema es que los médicos no se sienten con libertad de poder actuar profesionalmente: tienen un protocolo médico que los ampara y una ley que los condena. Hasta que no hablemos el mismo idioma no se va a poder componer esta situación. María Dolores Alemán / 24 Voces • 55 Guillermo Rothschuh Investigador de la Comunicación Académico He dedicado mi vida a la academia como profesor universitario, soy fundador de la Facultad de Comunicación de la UCA, del Centro de Investigación de la Comunicación (CINCO), y autor de más de una veintena de libros. Director de Observatorio de Medios-CINCO, articulista de Confidencial e invitado permanente del programa televisivo Esta Noche. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es la interrupción voluntaria del embarazo por razones curativas o preventivas cuando la mujer se encuentra en riesgo de perder su vida. Cuando fui miembro del jurado del premio “Conchita Palacios” en su primera edición, me sorprendió la historia de vida que contó la periodista Leslie Briceño. Le habían diagnosticado un embarazo ectópico, pero los médicos en el hospital continuaban casi obligándola a que continuara con el embarazo a riesgo de su propia vida, hasta que un médico decidió proceder de inmediato. El relato es muy dramático porque ella tiene un hijo que iba a quedar en la orfandad. Es el caso más cercano que he conocido, pero sé que es una situación muy dramática que han vivido muchas otras mujeres en Nicaragua. Cuando el embarazo es deseado es más difícil la decisión. Es un momento límite: la mujer quiere tener este hijo, pero no lo puede tener. Ese dilema nos demuestra que no es como muchos dicen: que es una especie de afición de las mujeres, como un deporte… Es todo lo contrario: son situaciones límite. Si en esa situación ellas deciden preservar su vida, esa decisión debe respetarse. Guillermo Rothschuh / 24 Voces • 57 ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Desde luego. En situaciones de riesgo para las mujeres. Es la mujer la que debe decidir. No permitírselo se considera una violación a los derechos humanos. Así lo considera Naciones Unidas, así lo considera Amnistía Internacional, así lo considera la Organización Mundial de la Salud. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No, de ninguna manera. En Nicaragua es ilegal todo tipo de aborto. Pero recordemos que no necesariamente lo legal es lo justo o lo indicado. Sin hacerle una apología al aborto, está claro que debe ser legal para preservar la salud y la vida de las mujeres, más si la mujer tiene otros hijos. Lo que también creo es que, si por cuestiones religiosas, una mujer decide no interrumpir ese embarazo, hay que respetarla. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Creo que en Nicaragua no ha habido un debate político sobre este tema y eso es lamentable. Lo que ha habido son manifestaciones de ciertos grupos que están totalmente en contra del aborto terapéutico. Es condenable la actitud que ha tomado la clase política, porque hay un sinnúmero de propuestas que han hecho las organizaciones feministas, que deben de tomarse en consideración para que se inicie un debate serio, postergado a riesgo de todas las implicaciones que tiene para la salud pública. Es urgente ese debate. 189 de los 193 países que están en Naciones Unidas mantienen el aborto terapéutico en su legislación. Si en el actual gobierno hay voluntad de restituirles a las mujeres algunos derechos políticos, sería muy significativo restituirles este derecho. 58 • Aborto Terapéutico En los medios de comunicación ha habido apertura a los temas de las mujeres, especialmente en todo lo que se refiere a la violencia intrafamiliar. Pienso que hay que debatir desde otras perspectivas. Los políticos tienen que mostrarse lo suficientemente flexibles y las mujeres deben ser más beligerantes exigiéndoles. La actual ilegalidad no debe postergarse indefinidamente. Muchos políticos hacen gárgaras con una serie de temas y éste es un tema que ha causado impacto en la agenda internacional referida Nicaragua, porque implicó un retroceso enorme para las mujeres. Recordemos que anualmente mueren en América Latina muchas mujeres por abortos clandestinos. Cuando se ilegaliza el aborto terapéutico se lanza a las mujeres a una situación de semiclandestinaje porque no les queda otra opción. Algunos dicen que la legalización serviría de pretexto para que algunos médicos multipliquen los abortos. Creo que no es una razón de peso. En cualquier legislación, todos lo sabemos, se corren ciertos riesgos, pero no creo que ningún médico se afane en practicar abortos a troche y moche. Me pareció importante la información que dio una médico, que dijo que desde la penalización hasta hoy 117 mujeres han muerto por razones del embarazo. En su diagnóstico científico, 12 pudieron salvarse con un aborto terapéutico. La muerte de una sola de esas mujeres convierte este tema en una urgencia. Es un problema de salud pública que debe ser prioritario en la agenda nacional. Guillermo Rothschuh / 24 Voces • 59 Christian Santos Poeta, Escritora, Periodista Profesora de talleres de creación literaria. Seis libros publicados, y dirigido cinco revistas. He presentado mi obra en varios países de Europa, en ciudades de EEUU, de México, Centroamérica, y Suramérica, donde he recibido premios y distinciones en congresos literarios y universidades. A nivel nacional e internacional mi obra se ha incluido en valiosas antologías, se han publicado comentarios en libros, diarios y revistas: ensayos, críticas literarias y entrevistas; y ha sido traducida al italiano, inglés, alemán, portugués, 60 • Aborto Terapéutico búlgaro, francés y lengua miskita. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es una práctica médica que se hace cuando el embarazo o el parto representan un riesgo gravísimo para la vida de la madre o para su salud física o mental. En Río San Juan, en los momentos más críticos de la guerra de los años 80, conocí a Teresa, una muchacha que trabajaba en la casa donde vivíamos. Un día se agravó con una fiebre altísima y tenía todos los síntomas de un trastorno en su embarazo. Yo no hallaba qué hacer. Al fin logré conseguir un doctor que, a pesar del fuego cruzado que se escuchaba en algunos sectores del río, llegó en una panga. Revisó a Teresa y me dijo: “Es una infección que puede matar al niño, que ya puede estar muerto, y que la puede matar a ella si no le hacemos ahora mismo un aborto”. Ella lo escuchó y gritó: “¡Hágamelo por favor, yo tengo cinco niños!”. Fue una experiencia durísima. Al día siguiente llegó su marido en una panga con las cinco criaturas para llevársela a su casa. Hace poco fui a leer poesía al puerto de San Carlos y encontré a la Teresa en el mercado, vendiendo frutas de su finquita y cuidando a sus nietos. Nos abrazamos con lágrimas de ternura. Christian Santos / 24 Voces • 61 Momentos como ésos colocan a una mujer en una situación desesperada. Nosotros vivimos ese caso, y yo pienso que cuando eso sucede la mujer defiende su derecho indiscutible a la vida y su obligación de madre de garantizarle la sobrevivencia y el bienestar al resto de sus criaturas. Si no lo hiciera, sería un crimen. Yo tengo cuatro hijas y no hubiera permitido jamás que una hija mía muriera por salvar un feto que aún no tiene vida propia. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Por supuesto que sí. Más aún ahora, con la vigencia de la nueva Ley 779 contra la violencia hacia las mujeres. La ley que nos quitó el derecho a la vida con el aborto terapéutico debe eliminarse. Es lo justo y lo compasivo. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? ¡Jamás! ¡Nunca! En estos momentos ya sería una violación a la Ley 779 porque, sin lugar a dudas, la vida de una mujer es más importante que una ley “sacada de la manga”. La justicia es una práctica humanista. La compasión y el derecho de una mujer a sobrevivir son más imperativos que cualquier ley injusta. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Hay que revisar punto por punto los artículos de la Ley 779, ya que su vigencia justifica la no penalización del aborto por causas médicas. 62 • Aborto Terapéutico Penalizando el aborto terapéutico hemos retrocedido, se han violentado nuestros derechos. Por eso tenemos que debatir y revertir lo mal hecho, pues es contra la ley violentar, arrebatar impunemente la salud y la vida de las mujeres. Con la promulgación de la Ley 779 regresaremos al derecho, a la práctica de un proceso legal mundialmente reconocido. Christian Santos / 24 Voces • 63 Uriel Pineda Abogado con Maestría en Derechos Humanos Originario de Matagalpa. Realicé mis estudios de Licenciatura en Derecho en la UCA entre el 2003 y 2007 y mis estudios de Maestría en Derechos Humanos en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México entre 2010 y 2012. De igual manera, fui abogado del área de defensa y denuncia del CENIDH entre 2008 y 2010. Por otra parte, en el año 2007 me afilié a la juventud del Partido Conservador y además soy colaborador de la columna de opinión de El Nuevo Diario sobre temas de juventud, política y derechos humanos desde el año 2009. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es la interrupción del embarazo por causas médicas. Es importante que la población distinga entre el aborto por elección y la interrupción del embarazo por causas médicas, a fin de que la discusión se realice de manera informada. De ahí, la necesidad y la obligación del Estado de realizar campañas educativas que aclaren los conceptos. Yo no conozco ningún caso, pero creo que no es tan relevante el hecho de conocer o no a alguien que se haya practicado un aborto terapéutico para saber que es un procedimiento necesario. Que desde finales del año 2006 esté penalizado en Nicaragua no ha traído como resultado que las mujeres dejen de acudir a este procedimiento. Lo que ha sucedido es que lo realizan de forma clandestina y guardan silencio. Sí conozco a varias mujeres que se han practicado legrados recientemente, un procedimiento que implica extraer el producto una vez que la mujer tuvo un aborto espontáneo. Sin ese legrado la vida de la mujer estaría en riesgo. Y no hay una distinción significativa entre el legrado y la interrupción del embarazo por causas médicas. Creo que si un médico le comunica a una mujer que su vida o su salud están en riesgo por estar embarazada, y si además le dice que él no puede hacer nada para ayudarla por temor a ir a la cárcel, esa mujer debe experimentar una sensación de impotencia y de frustración muy grande viendo que el sistema de salud pública está de manos atadas para garantizarle su derecho a la vida. Más que nuestras propias creencias ante esta situación, lo importante es que cada quien tenga libertad para decidir. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Es un absurdo que la interrupción del embarazo por causas médicas sea ilegal en Nicaragua y sea castigado con la cárcel. Eso es equivalente a criminalizar a la mujer por el hecho de ser mujer. Uriel Pineda / 24 Voces • 65 Es necesario que exista al menos un marco de excepciones: el caso de un grave riesgo para la vida o para la salud de la mujer, el caso de embarazos producto de violaciones, el caso de malformaciones graves en el feto. Lo importante es que la mujer tenga libertad para tomar la decisión y que el marco de excepciones sea determinado con criterios razonables y objetivos y no pretendiendo universalizar criterios morales. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? El que hoy en Nicaragua una mujer pueda ir a la cárcel por interrumpir su embarazo, aun cuando amenace gravemente su salud o su vida, es un hecho notoriamente injusto. La penalización del aborto niega derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida y a la salud, y también el derecho del médico a la libertad en el ejercicio de su profesión. Penalizar la interrupción del embarazo por causas médicas es una política criminal incongruente, ya que esa interrupción obedece a un estado de necesidad, lo que significa que, si bien es cierto que el Estado debe garantizar la vida de los niños por nacer, también debe garantizar la salud y la vida de la mujer embarazada. En consecuencia, si una mujer decide interrumpir su embarazo por los riesgos que implica no debe ser encarcelada. Tampoco el médico, que debe tener libertad para ejercer su profesión y no debe estar amenazado con la cárcel por ejercerla. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? La clase política le ha fallado a los nicaragüenses porque toda política pública debe obedecer a criterios objetivos. Y en la penalización de la interrupción del embarazo por causas médicas ese requisito no se cumplió. Desafortunadamente, los diputados y el señor Daniel Ortega criminalizaron el aborto terapéutico basados en criterios morales. Esto implica que no han cumplido con la función de la representación incluyente que debe caracterizar la vida en democracia. 66 • Aborto Terapéutico Después de ese fallo de los políticos, la sociedad debe seguir debatiendo sobre este tema, pero con dos condiciones. Que el debate esté acompañado de una campaña informativa. Y que la discusión pública no sea encabezada por religiosos y políticos oportunistas y manipuladores, sino por académicos y expertos en Derecho Penal, en Derechos Humanos y en Políticas Públicas de Salud. La clase intelectual de nuestro país está en la obligación de guiar y orientar a la población sobre la pertinencia de que en Nicaragua la mujer tenga la libertad, si lo desea, de interrumpir su embarazo si amenaza gravemente su salud o su vida sin que esta decisión la lleve a la cárcel. Creo que a la par del debate debe existir una estrategia integral que involucre una comunicación efectiva, la búsqueda de aliados y el cabildeo. Debe haber una buena campaña de información sobre este tema. Deben involucrarse expertos para que exista un debate a la altura de las circunstancias y se dimensione la gravedad del problema. Y, a pesar de la alta concentración de poder del señor Daniel Ortega y la polarización existente en la clase política, es necesario desarrollar una estrategia de incidencia con un permanente cabildeo con los tomadores de decisiones. La penalización de la interrupción del embarazo por causas médicas ha provocado una privatización de este servicio de salud, la negación del derecho a la salud de la mujer y el incremento del riesgo en la práctica médica. Es ingenuo pensar que una mujer que enfrenta un riesgo de muerte por continuar con su embarazo se quedará de brazos cruzados. Buscará asistencia médica fuera del sistema de salud pública, lo que evidentemente tiene un costo. Resultado: se ha privatizado ese servicio. La penalización ha negado el derecho a la salud de las mujeres en el sistema de salud pública, en donde también ha sido afectado el libre ejercicio de la profesión del médico. Y al privatizarse, ese servicio de salud entró a la dinámica de la oferta y la demanda, lo que implica que las mujeres con menores recursos económicos se practicarán el procedimiento en donde les cobren más barato, no necesariamente en el lugar más seguro, más higiénico o con mayor experticia. Resultado: se ha incrementado significativamente el riesgo para las mujeres. Todo esto debe ser analizado y debatido. Uriel Pineda / 24 Voces • 67 Adilia Amaya Psicóloga Directora Ejecutiva del Instituto de Promoción Humana-Managua, Fundadora de la Coordinadora de ONG que trabajan con la niñez y la adolescencia y actualmente integrante del Consejo de Coordinación. Luchadora en primera línea por los derechos humanos de las niñas y adolescentes, involucrada 68 • Aborto Terapéutico en la elaboración de leyes y políticas públicas en el ámbito social nicaragüense. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es una técnica médica para poder salvar una vida o para evitar una situación de dolor. Es la posibilidad de encontrar una solución a una situación que una mujer no quiere vivir. Sí, conozco casos en que una mujer vive la experiencia de decidir un aborto ante un embarazo no deseado. Pienso que cuando el embarazo es deseado la mujer está más anuente a arriesgarse más. Es distinto cuando el embarazo no es deseado. La mujer se siente agredida por ese embarazo, es algo que no quiere tener, algo que no esperaba, algo que no buscó. Si tiene que asumirlo y no encuentra salida lo siente como una agresión. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? El aborto terapéutico debería ser un mecanismo legal al que podamos recurrir las mujeres cuando lo necesitemos. Las mujeres recibimos dos grandes regalos en la vida: uno es la vida misma, y otro es la libertad para poder decidir. Dios nos regaló la libertad para tomar nuestras decisiones. Y cuando no tenemos un mecanismo que respalde nuestra decisión nos sentimos amarradas, sin opción. ¿Qué recursos tiene una mujer para tomar una decisión sobre un embarazo no deseado? Sabemos que toda decisión que tomamos tiene consecuencias en el presente y en el futuro, sabemos que a veces nos equivocamos y a veces acertamos. Legalizar el aborto terapéutico nos permite decidir en libertad. Adilia Amaya / 24 Voces • 69 ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No. ¿Cómo va a ser posible que la juzguemos y la castiguemos por recurrir a un aborto ilegal cuando no tuvo opciones de hacerlo legalmente? La actual legalidad, que penaliza el aborto terapéutico, violenta la decisión personal de las mujeres. Deberíamos tener un marco legal que le dé posibilidad a las mujeres de tomar sus propias decisiones. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? El debate actual está muy sesgado, muy envuelto en ideologías religiosas. Y, aunque las propias creencias te empujan o te detienen, siempre debe respetarse la decisión personal. Aquí en la Casa de las Niñas hemos visto chavalitas de doce años que nos llegan con unas panzas… Alguien abusó de ellas, las violaron. Y no tienen idea de lo que ese embarazo va a repercutir en sus vidas, apenas están empezando ellas sus propias vidas. Chavalitas embarazadas, desnutridas, golpeadas emocionalmente por haber vivido en un ambiente de violencia, por la incertidumbre que les dejó esa violencia, por la incertidumbre de lo que les va a pasar. Cuando nace la criatura, al principio la ven como un juguete nuevo. Pero después las vemos venir aquí durante años. No saben qué hacer, no saben cómo educar… Sienten a su hijo como un estorbo, porque son niñas y apenas empiezan a vivir y ahora tienen que enseñar a otra persona y no tienen capacidad, no tienen habilidades para esa tarea. Aquí atendemos también a las mamás de esas niñas. Y muchas nos dicen: “Yo sé que abortar es pecado, pero yo no quisiera que mi niña tenga ese niño”. Sé sienten culpables, pero lo dicen claramente: “Mi niña no debería tener ese niño. ¿Qué hago?” Debe existir una opción que tenga en cuenta esto. Otras mamás nos dicen: “No sé qué hacer, yo no puedo seguir cuidando otro niño, tengo otros hijos ¿Cómo lo vamos a mantener?” Cuántas niñas y niños no deseados andan después deambulando por las calles. Ésa es la realidad que vemos a diario. Y ante esa realidad debe existir una opción. 70 • Aborto Terapéutico Hay que debatir sobre la ley que penalizó el aborto terapéutico porque la violencia sexual en nuestro país es muy grande. Y esa violencia es fundamentalmente contra las niñas. Sabemos que son muchas niñas las que han quedado embarazadas por la violencia sexual y se ven obligadas a enfrentar un embarazo y ni siquiera se imaginan lo que eso significa ni para ellas ni para quien va a nacer. Debe haber una oportunidad para abrirles opciones, para que decidan. El aborto ha sido siempre en nuestro país un tema tabú. Ha sido visto como un pecado, como algo malo. No se ha visto desde otros aspectos. Tenemos una visión muy prejuiciada. Creo que una decisión de tanta trascendencia no debería verse sólo desde el plano moral, sino desde el plano de lo que más conviene a la mujer ante su embarazo, de lo que más conviene a la niña. Creo que a este debate hay que ponerle números, los números de la violencia sexual contra las niñas y las adolescentes. Tengo estadísticas del Instituto de Medicina Legal que informan que en sólo un año fueron abusadas sexualmente cuatro mil niñas y adolescentes menores de dieciocho años. Las estadísticas de la Policía coinciden, son cifras oficiales. Lo que no tenemos son cifras oficiales de cuántas de estas niñas quedaron embarazadas. La falta de esa cifra es un gran vacío. Yo pienso que hay que seguir debatiendo. Debemos encontrar un consenso. En este tema nuestro país está partido entre los que sí están de acuerdo y los que no lo están, entre los que dicen que es malo y los que dicen que no lo es. Pero el problema de la violencia sexual es un problema de todo el país. Pienso que al debate se le debe quitar el sello religioso. La religión católica prohíbe el aborto, pero hay otras religiones que no cierran esa opción. Si encerramos el debate sobre el aborto en el terreno del pecado, de la culpa, de la prohibición, ¿cómo podremos caminar y avanzar para dar respuesta a la realidad de la violencia sexual, que está minando nuestra sociedad? Adilia Amaya / 24 Voces • 71 Cirilo Otero Sociólogo Egresado de la Universidad Centroamericana UCA. Comprometido con los movimientos sociales y gremiales. Nací en León de Nicaragua. Actual Presidente del Centro de Iniciativas de Políticas Ambientales, 72 • Aborto Terapéutico CIPA. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es la decisión técnica y científica de suspender un proceso de embarazo, de creación de un nuevo ser. Sí, conozco a varias mujeres que han vivido esa experiencia. Lo que he observado es una alta frustración, un dolor muy grande, un dolor ético, fundamentalmente sentimental. Me imagino que también es un dolor físico. Cirilo Otero / 24 Voces • 73 ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Sí, debe ser legal de acuerdo a las necesidades que se presentan y a las circunstancias que cada mujer pueda tener. Debe ser legal, sobre todo porque es una decisión personal y no debe incluirse en un marco jurídico o religioso. Es una decisión estrictamente personal. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No, no me parece. La ley que lo penaliza es una ley equivocada porque la decisión de un aborto es una decisión personal, es una decisión que toma una mujer en base a sus creencias religiosas y a sus convicciones éticas y morales. Además, a las que se penaliza es a las mujeres pobres. Las mujeres ricas no aparecen por ningún lado, como si nunca se practicaran un aborto. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Tengo la impresión de que quienes discuten son las personas menos apropiadas y menos informadas alrededor del tema. Creo que a este tema debería de dársele muchísima más vuelta, partiendo de que los niveles de educación en Nicaragua están muy por debajo del promedio que se espera para tener una sociedad en concordancia con el desarrollo, partiendo también de que tenemos problemas culturales muy serios y creencias y mitos muy arraigados. 74 • Aborto Terapéutico El debate es necesario porque con debate se puede transformar el conocimiento y el pensamiento, tanto de las personas que toman decisiones, como de toda la sociedad. Con el debate se puede llegar a posiciones y a actitudes más razonadas y más informadas. El debate debe aportar mayor información, más investigación. Es necesario sacarlo de la discusión entre personas o grupos de poder o de presión. En una sociedad con muy poca experiencia de debatir sobre estos temas necesitamos información técnica y científica y un enfoque humano. Cirilo Otero / 24 Voces • 75 Eliett Cabezas Gestora Cultural Licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México y Master en Periodismo por la Universidad de Barcelona. He trabajado como periodista, productora de noticias, relacionista pública y gestora cultural en España, México y Nicaragua. En 2007 creé la guía cultural de Managua, Patadeperro, y durante dos años fui su editora y productora. Actualmente trabajo para la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo como responsable de programación del Centro Cultural de España en Nicaragua, donde estoy a cargo de impulsar diversos proyectos culturales que generen desarrollo en el país y que fortalezcan los vínculos entre España y Nicaragua. Desde mi adolescencia me he involucrado en distintas organizaciones y movimientos sociales de Nicaragua como activista voluntaria. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es la intervención en un embarazo por razones médicas, porque la madre o el producto están en riesgo, sobre todo la madre. Yo nunca me he visto en esa encrucijada, pero conozco un caso muy de cerca y sé que es una crisis, un duelo. Esa mujer que conocí no vivía en Nicaragua y pudo interrumpir el embarazo. Eso eso me hizo reflexionar mucho acerca de la penalización que tenemos aquí. Fue una situación muy dolorosa para ella, porque ella y el padre deseaban ese embarazo, pero a los cuatro meses, en una de las revisiones, los médicos le dijeron que veían problemas para su salud y le sugirieron el aborto terapéutico. Para ella fue dolorosísimo. Y es un dolor que irradia a los más cercanos. Lo hizo y después de unos meses se volvió a embarazar y tuvo un embarazo y un parto sin problemas y hoy está feliz con su niña. Elliett Cabezas / 24 Voces • 77 ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Creo que debe ser legal en las condiciones para las que está pensado. Debe ser legal porque es importantísimo que las mujeres tengamos derecho a la salud y derecho a elegir lo que conviene a nuestros cuerpos. Tenemos también derecho a una sociedad que sea responsable con nuestros derechos. Creo que las mujeres tenemos derecho a decidir en qué momento quedar embrazadas. Tenemos derecho a tener salud para poder dar vida y poder cuidar y ser responsables con aquellos a quienes damos vida. Creo que si una niña es violada y embarazada no puede ser que esa niña decida sola qué hacer. Debe decidir acompañada por quienes la tutelan y quienes la tutelan deben actuar con responsabilidad y ser conscientes de lo que significa que una niña violada tenga un hijo. Creo que en esos casos el aborto terapéutico debe ser legal. Igual en el caso de una situación médica complicada en donde está en riesgo la vida de una mujer que tal vez ya es madre y va a dejar huérfanos a sus hijos. 78 • Aborto Terapéutico ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Lo que creo es que el aborto no debería ser ilegal. No estoy a favor de que alguien ande cometiendo ilegalidades y saltándose la ley. Estoy a favor de que haya justicia para todos, de que haya leyes acordes con las necesidades de los seres humanos y con las necesidades de la sociedad, de que haya leyes que nos protejan, de que haya leyes que respondan a todos por igual, a hombres y a mujeres. Creo que la legalización del aborto terapéutico debería interesarle también a los hombres porque a ellos también les afecta. Yo no quisiera estar nunca en la situación de un embarazo de riesgo con el aborto terapéutico penalizado, como es ahora en Nicaragua. Me siento privilegiada porque tengo una situación económica que me permitiría recurrir a ese procedimiento médico y lo haría legalmente en otro país o ilegalmente en Nicaragua, porque todos sabemos que se sigue haciendo. Lo triste es que a quienes afecta la ilegalidad es a las mujeres más vulnerables ante la justicia de este país, a las mujeres del campo, a las más olvidadas, a las que no tienen información, a las que no tienen recursos, a las que viven en el desamparo, desamparadas por la violencia que sufren, desamparadas en su salud, desamparadas de la ley. Y a las niñas violadas y embarazadas. ¿Cómo vas a pedirle a una niña de once, doce años que sea madre? ¿Y que sea esta ley la que decida por ella? No es justo, no es justo. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Porque la penalización del aborto terapéutico se politizó. Creo que el Frente Sandinista lo penalizó en 2006 como un mecanismo para asegurarse el ganar las elecciones de ese año. En los años de la Revolución el Frente Sandinista apoyó mucho a las mujeres. En esos años no necesariamente nació un hombre nuevo, pero sí una mujer nueva. Y esa mujer nueva aprendió a poner límites, a exigir sus derechos, a hacer valer su voz, a ocupar un rol activo en la sociedad. En aquellos años se atendían las Elliett Cabezas / 24 Voces • 79 necesidades de salud de las mujeres. Es irónico que el Frente Sandinista, que entonces defendió a las mujeres y les dio su lugar en la sociedad, cambiara años después para lograr un acuerdo con la iglesia y así obtener más votos. Para mí, que algún día creí en la Revolución, esto es dolorosísimo. Es muy indignante, es una puñalada. Me indigna que hoy, en el siglo 21, las mujeres seamos utilizadas con un objetivo político. Quienes legislaron así no pensaron en la mayoría de las mujeres nicaragüenses. Nicaragua, un país tan pequeño, que estuvo a la vanguardia en tantas cosas, ha retrocedido ahora. Y retrocede con el único afán de satisfacer a la jerarquía católica. Es denigrante que a las mujeres se nos imponga la creencia religiosa de que el aborto terapéutico es un pecado. ¿Por qué esa creencia la debemos asumir todas las mujeres? ¿Por qué tenemos que plegarnos a la creencia de una religión? Tenemos derecho a escoger nuestras creencias y a garantizar nuestra salud. Por todo esto, creo que debemos debatir sobre el aborto terapéutico en un debate en el que se expongan ideas fundamentadas, con argumentos sólidos, con investigaciones sobre las experiencias de otros países. Hay que debatir sobre el aborto terapéutico porque hay que informar a la población sobre el impacto de mantenerlo penalizado, clandestino. Hoy, con el aborto terapéutico penalizado, todos estamos siendo cómplices de la muerte de mujeres, de las situaciones duras, tristes y dolorosas que están viviendo muchas mujeres, situaciones que atentan contra su salud, su sicología, su libertad, su dignidad. Todos estamos siendo cómplices de lo que está sucediendo desde que el aborto terapéutico fue penalizado. Hay que debatir desde lo social, desde lo antropológico, desde lo médico, desde lo religioso, desde lo sicológico. Es importante debatir porque sólo al compartir ideas podemos reflexionar y analizar, acercándonos a otros puntos de vista. Si no cuestionamos nuestros puntos de vista y nos enfrentamos a otros puntos de vista no podremos entender el alcance que tiene la penalización del aborto terapéutico. Este debate debe ser un tema de agenda compartida. No sólo de la agenda de las feministas. Éste es un tema de salud pública y debería estar en la agenda de los medios y de las universidades. 80 • Aborto Terapéutico ¿Están las facultades de medicina debatiendo sobre este tema? No solamente las iglesias tienen derecho a hablar de esto en sus misas y sus cultos. Éste debe ser un debate de toda la sociedad, de mujeres, de hombres, de la juventud. Este tema debería estar también en la agenda del Parlamento Centroamericano. Es necesario un debate público a todos los niveles porque es un tema que nos incumbe a todos. Me incumbe a mí. Desde que se penalizó el aborto terapéutico yo me siento desprotegida. Tengo la fortuna de contar con recursos si me veo ante una situación así, pero eso me hace sentir muy avergonzada por vivir privilegiadamente si me comparo con la vida de la gran mayoría de las mujeres de Nicaragua. Elliett Cabezas / 24 Voces • 81 Gabriel Álvarez Abogado, Académico PhD. de la Universidad de Barcelona, Profesor de Derecho Constitucional, UNAN León. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es la interrupción del embarazo por causas que van más allá del deseo de la mujer, causas básicamente de orden médico y científico. Porque está en peligro la vida de la mujer o para evitar el nacimiento de un niño con una enfermedad congénita o genética que es fatal o que le condena a padecimientos o discapacidades muy graves. O incluso, en aquellos supuestos en que el embarazo no atenta directamente contra la salud física de la mujer o contra su vida, sino contra su dignidad o contra su salud sicológica o emocional, como es el embarazo producto de una violación. Todas estas realidades, podrían, dentro de condiciones estrictamente reguladas, considerarse razonablemente causales de aborto terapéutico. No conozco ningún caso personalmente. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Sí lo creo. Yo respeto mucho a quienes le dan a este tema un enfoque religioso. Pero, de lo que no me cabe la menor duda es que las creencias religiosas no deben determinar las políticas públicas. Para mí no tiene ningún sentido penalizar el aborto terapéutico por razones religiosas. Las políticas públicas deben ser laicas y deben de decidirse desde la salud pública. Y ése debe ser el enfoque en el aborto terapéutico. Gabriel Álvarez / 24 Voces • 83 Hay circunstancias para el aborto terapéutico que las tengo más claras. En otras pienso que hay que debatirlo. Lo que siento es que cuando está en juego la vida o la salud de la mujer, su integridad física, el aborto terapéutico es indiscutible. También cuando se trata de un embrión inviable o para evitar el nacimiento de un niño con enfermedades genéticas fatales o que le condenan a padecimientos o discapacidades muy graves. Hay otros casos que pueden ser más discutibles, pero me parece que es razonable plantearlos. Por ejemplo, los casos de embarazo fruto de la violación a una menor. Tal vez aquí haya que tomar en cuenta otro tipo de circunstancias o factores no estrictamente científicos-sanitarios y tal vez también haya que ser más riguroso en la reglamentación de esos casos. Pero creo que no deben descartarse a priori como causal legitima de interrupción del embarazo. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Por supuesto que no. Me parece una crueldad tremenda. Y me parece que si sucediera dice muy mal de la sociedad nicaragüense, donde no pudimos en su momento evitar la penalización del aborto terapéutico, medida tomada por razones meramente electoreras, que también se explica por una cierta concepción fundamentalista. No creo que sea cristiano ni socialista ni solidario, menos aun ético o humanista, poner en la cárcel a una muchacha porque se hizo un aborto terapéutico. Creo que la penalización del aborto terapéutico es una de las decisiones más abominables, una de las expresiones más brutales de la descomposición ideológica del partido de gobierno. 84 • Aborto Terapéutico ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? En principio, pienso que cualquier tema de importancia social debe debatirse. En sí mismo, el debate es algo positivo. Pero creo que en este tema concreto el debate se ha manipulado mucho y que algunos medios han sido frívolos a veces, o por razones políticas o por concepciones religiosas, o por construir simpatías o por no meterse a problemas con sectores que tienen una importante incidencia en este país. Por ejemplo, me pareció grosera y deplorable la instrumentalización política que sobre el aborto terapéutico hizo un candidato presidencial en las elecciones de 2011. Creo que eso contamina el debate. Es necesario un debate de otra naturaleza, más sano, más serio. Siento que no tenemos todavía madurez política y cultural para debatir adecuadamente. Los estadios de desarrollo sociocultural y económico que permitirían un debate político sano para llegar a conclusiones con consenso no existen aún en nuestro país. De todas formas, creo que es muy importante debatir porque la penalización del aborto terapéutico es un estigma para la sociedad nicaragüense. Creo que las fuerzas sociales nicaragüenses deberíamos ser capaces de revertir esa ley. Para revertirla es necesario cambiar el estado de opinión y para lograr eso el primer paso será siempre debatir, desmitificar el tema, discutirlo desde el punto de vista científico, humano, jurídico, económico. Es imprescindible un debate así para lograr revertir la situación actual. Si no se debate, si no se platica, si no se discute, esta situación injusta perdurará. Sin ser un experto en el tema y sin manejar datos y números, me parece que la penalización del aborto terapéutico produce un estado de precariedad absoluta en términos de las garantías jurídicas mínimas que deben tener las ciudadanas nicaragüenses en el ámbito de la salud pública. Imagino que el impacto negativo de esta ley lo han sufrido con más contundencia, sin lugar a dudas, las familias más pobres. Gabriel Álvarez / 24 Voces • 85 Mujer del pueblo indígena Miskitu de la comunidad de Waspam situado en las márgenes del Río Wangki en Nicaragua. Después de estudiar para Maestra de Educación Primaria regresé a mi comunidad de origen a trabajar como maestra. Salí nuevamente a estudiar medicina y cirugía a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, siendo la primera mujer miskita médica. Regresé a trabajar en el Hospital Misionero de la Iglesia Morava como médica general y posteriormente como cirujana, labor que combinaba con trabajo de salud pública en las comunidades del Río Coco hasta 1979. Soy Presidenta del Centro para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas- CADPI que es una organización que trabaja en áreas de comunicación intercultural, revitalización cultural, derechos de las Médica mujeres indígenas, cambio climático y su impacto sobre pueblos indígenas y he establecido un observatorio de la autonomía regional multiétnica en Nicaragua. En septiembre de 2010, obtuve un Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, siendo la primera vez que la UNAM otorgó tal reconocimiento a una mujer indígena. En mayo del 2011 fui electa Presidente del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas para el periodo 2011-2012 y actualmente soy miembro del Foro Permanente. Mirna Cunningham ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Aborto terapéutico es poner término a un embarazo por razones médicas. ¿Por qué razones? Porque la vida de la mujer o la vida del producto están en riesgo y, por lo tanto, es necesario tomar la decisión de salvar la vida de la mujer. No he conocido aquí en Nicaragua a mujeres ante esa decisión. Sí en otros países. Enfrentan una situación de mucho conflicto. Naturalmente, el conflicto depende del contexto y de los conceptos culturales que haya alrededor de la mujer y de su embarazo. Hay mujeres que deciden tener un bebé, se preparan para tenerlo, crean las condiciones, y encontrarse con el enorme problema de tener que deshacerse de ese producto porque su vida está en peligro, debe generarles muchas contradicciones entre su sueño de tener un bebé y su deseo de seguir viviendo. En las comunidades indígenas del Caribe nicaragüense las muchachas tienen que tener hijos para poder ser consideradas personas adultas. La graduación de una joven como adulta es tener un niño o una niña. Es un elemento cultural importante: decidir no tener al niño o a la niña es seguir siendo un cero a la izquierda en la vida comunitaria y en la vida familiar. La pérdida de un producto en gestación también tiene connotaciones culturales en las comunidades indígenas. Se piensa que está asociada a la acción de distintos espíritus que entran en el cuerpo de la mujer. Elementos de este tipo juegan un papel fundamental en la decisión que la mujer tiene que tomar. Obviamente, en nuestro país pesan también mucho las creencias de las religiones, que establecen el rol que debe jugar una mujer. Y generalmente ese rol es el de la reproducción. En la decisión juegan muchos elementos y esto hace que la decisión sea siempre muy difícil para las mujeres. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Creo que debe haber posibilidades de legalizar el aborto terapéutico. Creo que las mujeres tienen que tener la posibilidad de salvar sus vidas si así deciden hacerlo. Y si un aborto terapéutico les va Mirna Cunnigham / 24 Voces • 87 a garantizar seguir viviendo debe ser legal. Conozco a gente que sufrió muchísimo porque su mamá falleció dando a luz a uno de sus hijos. Tal vez esa mujer ya tenía cuatro, cinco hijos y los que quedaron huérfanos tuvieron que criarse con hermanos mayores en condiciones complejas, muy difíciles. Hay mucho sufrimiento en las familias que viven esto. Definitivamente, creo que el aborto terapéutico como medida médica, como protocolo médico, debe de asegurarse y debe ser legal. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? No, ninguna mujer que se haya practicado un aborto ilegal debe ir a la cárcel si acudió a esa medida para salvar su vida. Lo que pasa ahora es que, por ser ilegal, ningún médico quiere aplicar el aborto terapéutico. Ni siquiera quieren acercarse a lo que podría ser una situación de emergencia que pudiera terminar en un aborto terapéutico. El personal médico tiene mucho temor. Y las mujeres tienen mucho temor. Eso no es bueno. Para nuestra cultura indígena, la cárcel es un concepto totalmente occidental. En nuestra cultura la sanción no es la cárcel. Lo que busca el sistema de administración de justicia de los pueblos indígenas es la sanación, la reparación, la restauración del equilibrio entre quienes han tenido un problema. En un caso de aborto hablar de cárcel no tiene mucho sentido para nosotros, porque significaría sancionar nuevamente a alguien que ha sido víctima porque la sociedad le negó la posibilidad de tomar una decisión que la beneficiaría. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? En el debate alrededor del aborto terapéutico hay muchas confusiones. Se ha separado el debate sobre el aborto terapéutico del debate sobre la salud sexual y reproductiva. El aborto es un problema de salud pública en todos nuestros países y se debe abordar cuando se debate sobre la salud materna. Obviamente, no se puede hablar de salud materna si no hablamos de los derechos sexuales y de los derechos reproductivos de mujeres y de hombres. Debatiendo específica y únicamente sobre el aborto terapéutico se pierde una visión más amplia de un problema real que tenemos: altas tasas 88 • Aborto Terapéutico de mortalidad materna, que afectan principalmente a las mujeres que no tienen acceso a servicios de salud, a las que viven en zonas aisladas. Creo que el debate no debe perder de vista una visión integral. Creo que al convertirlo en un debate político, no vinculado a los derechos y al poder de las mujeres, sino a las negociaciones y a las cuotas de poder entre sectores ajenos a las mujeres, también se pierde el foco. Son sectores negociando sobre los derechos de las mujeres sin que nosotras las mujeres estemos participando plenamente. ¿Nosotras les hemos dado el consentimiento para que hablen sobre nuestros derechos? ¿Nos han consultado? ¿Dónde, cuándo? ¿Qué papel estamos jugando nosotras las mujeres en ese debate? Me parece que un debate en el aire, desvinculado de las mujeres que están en las comunidades, de las mujeres que son las que están sufriendo, no tiene mucho sentido. Creo que las nicaragüenses y los nicaragüenses debemos debatir sobre las causas de la mortalidad materna, y una de las causas de la mortalidad materna es el aborto inseguro. Debemos debatir por qué hemos llegado a este punto, a que un derecho conquistado desde hace tanto tiempo lo hayamos perdido. Es importante, sin embargo, que la penalización del aborto terapéutico en Nicaragua y algunos casos específicos fueran colocados en el ámbito internacional porque esto sirvió de base para que la Comisión que aborda el tema de la tortura en el Sistema de Naciones Unidas concluyera que negarle a una mujer un aborto terapéutico es un acto de tortura. Creo que debemos comprometernos en una campaña nacional para reducir la mortalidad materna. Son muy altas las tasas de mortalidad materna en Siuna, en la Cruz de Río Grande, en el Río Coco… No debemos aceptar que en estos lugares haya todavía mujeres que se están muriendo a causa de sus embarazos. Si asumiéramos este compromiso, comprobaríamos que el aborto inseguro es una de las causas de la muerte de muchas mujeres. Hay que debatir, pero creo que el debate sobre el aborto terapéutico, del modo en el que se ha llevado, nos ha dividido a las mujeres en Nicaragua. Creo que ha sido un factor de desunión y no ha sido un debate de base, un debate popular. Hasta la penalización, las mujeres habíamos desarrollado mecanismos de articulación y de incidencia de forma conjunta y con mucha fuerza. Este tema nos ha dividido. Creo que debiéramos de pensar cómo lograr rearticularnos. Hay tantos problemas que nos afectan que debemos hacer ese esfuerzo. Mirna Cunnigham / 24 Voces • 89 Irving Dávila Abogado y Notario Especialista en temas de gobernabilidad y voluntario de organizaciones de la sociedad civil y coordinador de la Comisión de Gobernabilidad de la Coordinadora Civil (CC). ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es el permiso que da la ley para que una mujer pueda practicarse un aborto por razones médicas, tal como lo establecía desde inicios del siglo 20 el artículo 165 del Código Penal. Desde que estudié Leyes, hace más de treinta años, conocí de esta norma. Durante más de un siglo se practicó en Nicaragua como una solución a los problemas que se les presentan a las mujeres en sus embarazos. Durante más de un siglo las mujeres, las familias y los médicos tenían ese instrumento legal para tomar una decisión. Conozco mujeres que se han practicado un aborto terapéutico. Es una decisión traumática, pues en la etapa previa la mujer desarrolló afecto hacia el hijo que lleva en sus entrañas. Saber que hay graves complicaciones para tenerlo debe causar una tristeza profunda, hasta un estado de depresión. Y, por supuesto, eso afecta todo su entorno: al cónyuge, a otros hijos, a sus hermanos, a su madre. Toda la familia se vuelca sobre la mujer que debe realizarse un aborto terapéutico. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Creo que se debe retomar exactamente como estaba en el Código Penal antes de que lo reformaran, cuando se establecía la norma de permitirlo con la opinión de tres médicos y la opinión de un familiar. Esta norma se reformó manipulando el concepto del nonato, del por nacer, del no nacido, con criterios religiosos, pero el aborto terapéutico es un problema de salud y hay que decidir más allá de los prejuicios religiosos. Irving Dávila / 24 Voces • 91 ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Por supuesto que no. Sería como un triple martirio para la mujer: no tiene ya a su hijo, se tuvo que hacer una intervención traumática sicológica y corporalmente, ¿y además la cárcel? Eso es martirizar tres veces a la mujer y a su entorno familiar. Penalizar el aborto terapéutico fue un error histórico. Fue una triple penalización o un triple castigo emocional para las mujeres: pierde a su hijo, pasa riesgos en la intervención quirúrgica, ¿y encima de eso le agregamos la prisión? ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? El aborto terapéutico se penalizó por razones políticas y electorales. Somos el sexto país del mundo con ese absurdo legal. El debate se dio en el plano de la politiquería. Y lo más insólito fue que un partido que se dice revolucionario, el Frente Sandinista, un partido que propugnó por las libertades, por los derechos de las mujeres, se prestara a penalizar el aborto terapéutico. Se hizo por razones electoreras, para anunciar la “conversión religiosa” del marxista y ateo Daniel Ortega y de Rosario Murillo, a quienes no les importó qué medios usar para regresar al gobierno. Le ofrecieron esa concesión a la iglesia católica. La injerencia del cardenal Obando y Bravo en todo esto fue decisiva. El Frente Sandinista buscó el respaldo político de un sector de la iglesia católica aprovechando la coyuntura electoral. Eso es politiquería. Los pensamientos reaccionarios y retardatarios de la iglesia católica coincidieron con la voluntad política de un caudillo que quería regresar al gobierno a costa de lo que fuera. Ortega instrumentalizó las ideas religiosas de la población para conseguirlo, negoció con la iglesia católica más reaccionaria para conseguirlo. Fue una vil manipulación religiosa y política en detrimento de la vida y de la salud de las mujeres de nuestro país. Por pinche politiquería estamos en la situación que estamos. Creo que vale la pena seguir debatiendo sobre este tema. Necesitamos un debate en el que no se trate de quién vence a quién, sino de cómo todos contribuimos a una solución para las mujeres, para 92 • Aborto Terapéutico nuestras madres, nuestras hijas, nuestras hermanas. Creo que ese debate debe estar al margen de fanatismos religiosos. Éste es un problema legal y de salud pública y hay que abordarlo desde esas perspectivas. Cuando se tiñe de fanatismo religioso todo se complica. En Nicaragua unas personas son creyentes, otras no lo son, pero todas tenemos derechos ciudadanos. Hay que abordar este problema sin apasionamiento. Es sano dotar de información a la sociedad, porque en la medida en que una sociedad esté más informada y sea más culta, el carácter ideológico o político de este tema se pondrá a un lado y se abordará en su verdadera naturaleza, en su verdadera dimensión. Creo que si lo hacemos así, el resultado no significará un trauma, ni tampoco será una sociedad partida en dos, unos que sí y otros que no. Hoy, con la penalización, lo que está pasando es que se siguen realizando abortos, pero clandestinos, sin la seguridad y la asepsia necesarias, lo que representa un gran riesgo para las mujeres. La penalización no tuvo el resultado que pretendía. Se siguen practicando abortos y se realizan en un entorno inseguro y de temor. Ninguna mujer tiene responsabilidad en que su embarazo tenga problemas. ¿Por qué tienen que vivir la búsqueda de una solución a esos problemas como una condena, como un castigo? Irving Dávila / 24 Voces • 93 Jamileth Bonilla Abogada y Notaria Ex-Diputada por el PLC Posgrado en Administración Funcional de Empresas e Instituciones. Fui concejal del municipio de Managua, Ministra de Acción Social y Diputada de la Asamblea Nacional, ocupando diferentes cargos en comisiones específicas. También ejercí el cargo de Ministra del Consejo de Integración Social Centroamericano, Vicepresidenta de la Red Interamericana de Asunto de Descentralización y Desarrollo de América Latina, y miembro de la Red Iberoamericana de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es la interrupción de un embarazo cuando está en peligro la vida de una mujer y esa interrupción es la única manera de salvarle la vida. He conocido casos en las visitas que he hecho a algunos municipios. Y he visto que a las mujeres les ha sido bien difícil contar con la aprobación de su esposo y de su familia. A veces lo han tenido que hacer a escondidas. Después de la penalización, las mujeres se han encontrado con la negativa de los equipos médicos de los centros de salud y de los hospitales. Imagino que es una situación muy difícil, dolorosa. Pero si la mujer encuentra comprensión y tiene información suficiente, sabe que tiene que hacerlo para vivir para sus otros hijos y sabe que puede planificar un nuevo hijo. En nuestro país deben existir condiciones para que las mujeres tengan información sobre la planificación de los hijos y para que se les preste el servicio del aborto terapéutico si tienen complicaciones. Jamileth Bonilla / 24 Voces • 95 ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Debe ser legal, primera y únicamente, cuando se trata de salvarle la vida a una mujer. Creo que hablar de la legalidad del aborto terapéutico es como hablar de si es legal el derecho a vivir. Es lamentable que en nuestro país los parlamentarios hayan legislado sobre el derecho a la vida y se hayan arrogado el derecho de quitar la vida. Porque cuando legislaron en contra del aborto terapéutico, cuando lo penalizaron, legislaron a favor de la muerte de las mujeres. Además, la vida de una mujer no es solamente la vida de ella, es la vida de sus otros hijos. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Como ahora el aborto terapéutico es ilegal, si una mujer lo necesita lo buscará, tiene ese derecho. Pero hacerlo ilegalmente puede ser muy delicado para su salud, puede tener complicaciones si no lo hace con personal médico capacitado. Por supuesto, no debe ir a la cárcel, sería un crimen. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? El aborto terapéutico es un derecho. No debe contaminarse con la política. Cuando era diputada en el período anterior, un grupo de diputados presentamos una iniciativa de ley para restaurar el derecho al aborto terapéutico, una iniciativa que no llegó al plenario, que aún está ahí, esperando que pueda ser retomada por los parlamentarios actuales. En esa ocasión muchos diputados me decían que era un tema que no debíamos abordar porque íbamos a período electoral y nos harían una campaña negativa si estábamos a favor del aborto. Me decían que la mayoría de la población rechaza el aborto. Pero eso no es cierto. Hay diputados que se arrogan la facultad de decir qué quiere o no quiere el pueblo. Nosotros hicimos una investigación sobre educación sexual y comprobamos 96 • Aborto Terapéutico que la educación sexual evita los abortos. Vivimos en un estado laico. Creo que el actual gobierno ha adquirido un compromiso con la iglesia católica, que lo ha llevado a esta situación extrema. Este tema tiene que salir del ámbito de la religión, de todas las religiones, y del ámbito de la política. Éste es un problema de salud pública y la penalización afecta muchísimo más a las mujeres más pobres, a las que viven en el campo. Pienso en Bilwi, uno de los departamentos con mayor tasa de mortalidad materna, donde una mujer que está con un embarazo delicado llega al hospital a hacerse un examen importante y le llegan los resultados cuando ya murió… El Estado tiene la obligación de dar información a las mujeres, debe facilitarles el acceso a anticonceptivos, tiene el deber de orientar a su personal médico en todos los puestos de salud, hasta los del último rincón del país. Hay que hacer más incidencia en la Asamblea con los nuevos diputados. Y desde fuera de la Asamblea debe haber una estrategia de toda la sociedad civil, en alianza con los parlamentarios y con los organismos de cooperación internacional, hasta que todos entiendan que legalizar el aborto terapéutico es beneficioso para la población. Mientras más voces se sumen a este debate explicando los puntos de vista científicos, explicando el punto de vista de los derechos de las mujeres, va a haber más comprensión y volverá a legalizarse el aborto terapéutico. Jamileth Bonilla / 24 Voces • 97 Manuel Ortega Sociólogo Escritor nicaragüense, he sido investigador y Director del Centro de Análisis Socio Cultural (CASC) de la UCA de Nicaragua durante 17 años. Investigador asociado del CASC-UCA, del Instituto de Historia de Nicaragua y Centro América (IHNCA-UCA) y Miembro de la Junta Asesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCA. Cuento con más de cincuenta libros publicados en autoría o coautoría sobre diversos temas socioculturales. Actualmente Vicepresidente del Centro Nicaraguense de Escritores (CNE) y Vice Presidente de la Academia de Ciencias de Nicaragua. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? El aborto terapéutico es un procedimiento indicado para casos extremos, cuando hay graves alteraciones en el embarazo. En esos casos se recomienda interrumpir el embarazo, sea porque puede provocar graves daños de salud a la mujer o incluso poner en peligro su vida. En esos casos el aborto terapéutico es una prescripción científica y médica debidamente establecida. Me parece importante recordar que hace más de 170 años nuestros abuelos permitieron el aborto terapéutico en consonancia con el resto del mundo. Y hoy sólo cinco países en el mundo, incluyendo el Vaticano y Nicaragua, han prohibido el aborto bajo cualquier circunstancia. Ésa fue la sabiduría de nuestros antepasados. Y no es cierto que hoy se haya avanzado tanto que ya no sea necesario el aborto terapéutico. Si hoy se mantiene su prescripción en la mayoría de los países, incluyendo los países más avanzados, que cuentan con toda la tecnología, eso nos indica precisamente que siempre se presentan situaciones extremas en las cuales debe de permitirse ese procedimiento médico. No conozco directamente a nadie que se haya practicado un aborto terapéutico, pero indirectamente sí conozco casos. Sin tener la experiencia concreta de conocer directamente a alguna mujer en esa situación, por toda la literatura, por todo lo que he visto y escuchado, sé que el aborto siempre es un drama. No creo que sea algo agradable para ninguna mujer, no creo que haya mujer que goce haciéndose un aborto terapéutico. Creo que, de alguna manera, es una experiencia que queda permanentemente en la vida de la mujer. Y por eso no debe ser tratado como un delito. Es un drama humano que nos es difícil de imaginar a los hombres. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Coincido con el Consejo Nacional de Salud de Nicaragua, coincido con las asociaciones científicas y médicas obstétricas de Nicaragua, que en su momento hicieron pronunciamientos muy claros, recomendando a la Asamblea Nacional que mantuviera legalizado el aborto terapéutico. Creo que los científicos que tienen que ver con estas situaciones son los más indicados para hablar. Manuel Ortega / 24 Voces • 99 Coincido totalmente con su recomendación. Hay circunstancias que aconsejan el aborto terapéutico y que están muy claramente determinadas en la ciencia médica: embarazo ectópico, embarazo molar… Hay otras causas más sicológicas, más sociales, que en el siglo pasado no eran consideradas porque el avance de la ciencia en estos otros campos no era tan grande y las secuelas en términos sicológicos, siquiátricos, incluso sociales, no estaban tan claras. Pero un conocimiento cada vez más profundo de la persona humana como un ente integral, no solamente biológico o fisiológico, ha llegado a agregar otras razones que tienen que ver con el equilibrio de la salud mental de las mujeres. Se han agregado también algunos condicionantes sociales. Por ejemplo, los efectos que puede tener en los hijos que quedan huérfanos la muerte de su madre, que murió por un aborto no practicado. Pienso, pues, que hay razones no sólo biológicas o fisiológicas, sino razones de derechos humanos, que tienen que ver con una concepción integral del ser humano, en este caso de la mujer. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Pienso que no. La concepción de que el aborto es un delito deja en la oscuridad lo fundamental: que el aborto es un procedimiento ante un problema que la ciencia médica resuelve de esa manera. No es recomendable simplificar un problema convirtiéndolo en delito cuando es un problema sumamente complejo, en donde hablan la ciencia médica, las ciencias de la salud en general y también las recomendaciones y consideraciones de los científicos sociales. Hoy vemos el aborto como un problema complejo. Considerarlo como un delito es una simplificación extrema. Es algo absolutamente poco recomendable en las condiciones del conocimiento actual. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? Me parece que el debate político que se dio cuando se penalizó el aborto terapéutico perdió de vista todas las recomendaciones de las distintas ciencias, no solamente las de las ciencias médicas. Se simplificó totalmente el problema por intereses estrictamente políticos. En las condiciones del país y en las condiciones del mundo actual los políticos no pueden simplificar problemas tan complejos buscándoles soluciones tan simples. Menos pueden imponer ese tipo de soluciones a toda la población. 100 • Aborto Terapéutico La penalización del aborto terapéutico es una decisión política que debe revisarse. El aborto terapéutico es un tema que afecta a todos los nicaragüenses y nadie está exento de tener una opinión. Por eso debemos debatir. No obvio decir que el aborto es un tema polémico, controversial, en el que no hay consenso ni en Nicaragua ni en el mundo. Sin embargo, está claro que sí existe en el mundo un consenso generalizado de que el aborto terapéutico sí debe permitirse. En Nicaragua el debate se hace absolutamente imprescindible porque es necesario informar a la población y a las familias de los distintos puntos de vista que hay sobre el tema, de los criterios científicos. La población debe estar informada sobre decisiones que afectan sus vidas, sus familias. Necesitamos escuchar a los políticos y a las iglesias, pero también a los obstetras, a los ginecólogos, a los científicos sociales, a los siquiatras, a los sicólogos, a los filósofos, a los teólogos, con una gran amplitud de mente. Y luego del debate, con esa información, dejar la decisión a la pareja o a la mujer. Y si eso no es posible, porque las circunstancias no lo permiten, dejarlo en manos de comisiones científicas interdisciplinarias con profesionales debidamente acreditados en el campo médico y en el campo social. Creo que este tema debe mantenerse en la agenda pública porque la penalización está afectando todos los días la vida de alguna mujer, porque los abortos en condiciones inseguras ponen en peligro todos los días al menos a una o a dos mujeres en nuestro país. Y eso tiene enormes consecuencias para toda la sociedad. Creo que las estadísticas oficiales no nos están reflejando exactamente cuáles están siendo las consecuencias de mantener la prohibición del aborto terapéutico. Lo que está claro es que en los países en donde se ha prohibido el aborto terapéutico las consecuencias han sido negativas, tanto para la salud física de las mujeres como para su salud mental. También hay consecuencias sociales. Lo que está demostrado es que con la muerte de la madre los hijos pequeños tienen más problemas en su desarrollo. La familia sufre cuando falta la madre. Lo que está probado es que, aun con el aborto penalizado, las mujeres acuden al aborto de forma clandestina y en muchos casos se los practican en condiciones inseguras, sin la asepsia fundamental, lo que pone en peligro su vida y su salud y cuando acuden al sistema de salud pública con la complicación que les ha producido ese aborto inseguro se incrementan los costos de su atención por no haber actuado a tiempo y legalmente. Manuel Ortega / 24 Voces • 101 Josefina Vijil Educadora Soy Doctora en Ciencias de la Educación, con especialidad en Didáctica de las Ciencias Sociales, por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Tengo quince años de trabajar en la formación inicial y en servicio de docentes de educación básica, media y universitaria; en la asesoría pedagógica a centros educativos; en el apoyo a los docentes rurales en trabajo de aula; y en la elaboración de materiales educativos. Mi pasión es la docencia y la investigación en educación. ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? Es un procedimiento que interrumpe el embarazo por razones de peligro de muerte para una mujer. Conozco casos. Si el embarazo es deseado y hay que interrumpirlo es una tristeza profunda. Es una sensación de pérdida muy grande, con afectaciones sicológicas. Nunca es una situación fácil, es muy difícil cuando es la propia vida la que está en riesgo. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? Claro que sí. No sólo debe ser legal, sino que debe estar garantizado en una política pública de salud y estar debidamente respaldado por todas las instituciones de salud pública del país. Si no es así, la vida de muchas mujeres estará en riesgo. Ya sabemos que son muchas las mujeres que mueren por no tener acceso a un procedimiento seguro de aborto terapéutico. Josefina Vijil / 24 Voces • 103 ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? Claro que no. Hoy ese procedimiento es ilegal para la mujer que tiene que acudir a él y para los médicos que lo practican. Eso es un absurdo. Y es una expresión muy grave de la doble moral que existe en este país. El aborto terapéutico debería ser considerado en la legislación no sólo como un derecho de las mujeres, sino como una obligación que tiene el Estado de proveer ese servicio, tal como estaba contemplado en la legislación nacional antes del año 2006. ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? El debate político sobre este tema me parece una manifestación muy clara del espíritu clientelista que prevalece en la política nacional. Los políticos sacrificaron la vida de las mujeres para obtener unos cuantos votos más, para lograr alianzas políticas con sectores muy conservadores, que tienen derecho a estar en contra del aborto terapéutico, pero que no tienen derecho a imponernos su moral al resto del país. Si estos sectores creen que el aborto no se debe practicar, tienen derecho a no practicarlo, pero no tienen derecho a imponerle a todas las mujeres de Nicaragua una penalidad que puede poner en riesgo sus vidas. Este tema debe ser objeto de debate. Lo debe debatir toda la sociedad y especialmente los jóvenes. Pienso que es uno de los temas que puede convertirse en una veta educativa que podemos aprovechar, ya que discutiendo este tema pueden surgir muchos otros temas que tienen que ver con la tolerancia, con el respeto a las ideas diferentes, con los derechos, con los diferentes modos de pensar y con el valor que tiene aceptarlos. Sería muy beneficioso para el país debatir este tema sin manipulación política. El aborto terapéutico ha sido abordado en campañas electorales y quienes han tenido la valentía de defender el aborto terapéutico en sus campañas han sido condenados políticamente. Es necesaria una discusión pública con todos los sectores de la población. 104 • Aborto Terapéutico El movimiento de mujeres, actualmente uno de los movimientos sociales más activos de Nicaragua, tendría que liderar esa discusión, una discusión en la que todas las posiciones tengan cabida. El objetivo de ese debate nacional sería que el Parlamento revirtiera inmediatamente esa cláusula legal, que pone en riesgo la vida de las mujeres. Por supuesto, no la de las mujeres con recursos, que pueden irse a otro país donde la ley no prohíba el aborto terapéutico. En la realidad, a quienes se ha penalizando es a las mujeres pobres. Y a los profesionales de la medicina, porque se les está impidiendo cumplir con su juramento y con su misión de salvar vidas. Hay que debatir esto. Hay que revertir esto. Hemos retrocedido. No se ha respetado la laicidad en las políticas públicas, que deben basarse en los avances de la ciencia y no deben estar supeditadas a las ideas religiosas de algunos grupos, sino al interés general de toda la sociedad. Aunque una creencia religiosa sea la de la mayoría, en una democracia la minoría también tiene derechos que deben respetarse y es por eso que el Estado debe ser laico, para que las ideas religiosas, sean de la mayoría o sean de una minoría, no afecten los derechos de todos. Josefina Vijil / 24 Voces • 105 Auxiliadora Marenco Psicóloga Clínica con experiencia en Psicología de la Sexualidad Master en psicología educativa, licenciada en psicología y psicopedagogía, docente de pre y post grado (UNAN y UCA), psicóloga clínica con experiencia en manejo de grupos organizacionales, empresas, educación y terapia de grupo, pareja y adolescentes. Miembro clínica de la Asociación Latinoamericana de Análisis 106 • Aborto Terapéutico Transaccional. “ A la edad que tengo y por los años que acompañé tanto dolor de mujeres que se equivocaron teniendo hijos no deseados, cada vez me convenzo más que es mejor suspender la reproducción de unas células fecundadas, que buscar respuestas imposibles a las angustiosas preguntas de un niño que no pidió ser traído al mundo para cargar con los errores de otros. Me gusta la sexualidad responsable, sana, libre, respetuosa y gozosa. Creo en eso desde hace muchos años y que no me canso de enseñar o predicar, que es hacia eso donde ella tiene su sentido y su acomodo. Cuando se sufre por, durante o después de un encuentro sexual, ya no es su sentido, ni su explicación. Hijos no deseados, enfermar, dejar de gozar o mirar la sexualidad como una carga, es la parte oscura que todos, responsablemente debemos trabajar para evitar.” ¿Qué entiende por aborto terapéutico? ¿Conoce alguna mujer que lo haya decidido? El aborto es la interrupción de un proceso de embarazo. Puede ser voluntario e involuntario. Es voluntario cuando la persona decide interrumpirlo y es involuntario cuando el producto se desprende solo. Cuando es voluntario la mujer decide interrumpirlo por las razones que ella estime conveniente. Si le ponemos el apellido terapéutico es porque la mujer está corriendo un riesgo grave para su vida y, acompañada del médico, decide interrumpirlo. Un embarazo deseado es una ilusión y una alegría, genera un sentimiento hermoso de concretar un plan de vida con el nacimiento de un hijo. Pero darse cuenta de que continuar con ese proceso pone en peligro la vida, obviamente es una frustración, un sentimiento de pérdida, un dolor. Sin embargo, estar ante la amenaza de la muerte lo cambia todo. Nadie se quiere morir. Auxiliadora Marenco / 24 Voces • 107 Y si alguien desea morir es porque no es consciente del significado de la muerte o porque está gravemente deprimido, enfermo de la mente. El instinto de la vida nos lleva a conservarla. Un embarazo de riesgo coloca a la mujer ante el dilema de continuar el embarazo y morir o interrumpirlo y salvar su vida. Es un mínimo derecho que cualquier ser vivo puede reclamar. ¿Cree que el aborto terapéutico debe ser legal? ¿En qué situaciones? El aborto terapéutico debe ser legal sin el menor cuestionamiento. ¿Cómo es posible que se discuta si una mujer debe vivir o no? ¿Acaso su cuerpo es sólo un estuche para producir niños? La vida no se cuestiona, se salva. Existe una enorme cantidad de circunstancias en que un embarazo significa un grave peligro de muerte para la madre. En relación a la salud física, se trata de problemas cardíacos, de embarazo extrauterino, de hemorragias, de ruptura de la placenta, de muchos padecimientos. Hay otros casos en que el aborto terapéutico se impone por razones de ética y respeto: mujeres que, por razones de enfermedad mental no pueden cuidar ni de ellas mismas. También están los casos de fetos que vienen con malformaciones que harán infeliz su vida y la de todos los que lo rodeen. También están los casos de embarazos producto de una violación sexual. Lo que yo me pregunto es si Nicaragua estaba preparada para una legislación como la que penalizó el aborto terapéutico cuando su población no tiene ni educación sexual ni educación familiar. Sin esa educación, nuestra población es especialmente vulnerable a enfocar inadecuadamente la sexualidad por ignorancia en asuntos tan elementales como anticoncepción, prevención y derechos, y por prejuicios y actitudes provenientes de una formación religiosa muy conservadora, que considera como pecado incluso manejar esa información y ejercer el derecho a usarla. En estas circunstancias la gente queda en manos del destino o de quienes quieran manipular cualquier asunto según su conveniencia y creencias. 108 • Aborto Terapéutico Nicaragua tiene una población joven, el 70% menor de 30 años. Vivimos en un clima caliente y existen pocas ofertas de recreación, de culturización, de uso del tiempo libre. Eso provoca la disposición a relaciones sexuales activas y frecuentes. Ser ignorante sobre cómo canalizar una fuerza tan grande como es el instinto sexual lleva a la gente a satisfacerlo de manera imperativa pasando por encima de sus consecuencias. Por otro lado, los prejuicios y prohibiciones que vienen de la formación religiosa obstaculizan que la gente reciba una información y una educación que le ayuden a ver la sexualidad con naturalidad y con respeto. Esta ignorancia y los preceptos morales afectan también a los más “letrados”. Hay que tener en cuenta que la vida sexual de cada individuo se proyecta en la vida social. Lo que sucede en la intimidad de una persona marca su salud mental, su conducta y las maneras de integrarse en la vida comunitaria. El sexo privado se vuelve sexo público y lo que la mayoría sintió, vivió y creyó sobre lo que de manera individual le sucedió se vuelve creencia social. Si, por ejemplo, todos creen que la mujer debe tener todos los hijos que Dios le manda, porque así les ha enseñado la iglesia, esa creencia se convierte en “mandato” social que debe cumplirse a cualquier costo. Lo que la mujer quiera, pueda, necesite u opine no se analiza ni se visualiza el costo emocional y económico que implica cumplir con ese mandato. No se analiza ni siquiera desde el punto de vista de la salud personal: muchos hijos, incompatibilidad sanguínea, enfermedades incompatibles con el embarazo, violación sexual, embarazo ectópico... Tampoco se analiza desde el punto de vista de la salud pública: número de hijos nacidos vivos, capacidad de brindar atención prenatal y postnatal, enfermedades infantiles, inversión social en educación, erradicación de la pobreza… Nadie analiza tampoco qué pasará con los hijos que queden huérfanos si muere su madre o con el mismo niño nacido de ese parto cuando crezca y se dé cuenta de que por darle vida se sacrificó la de su madre. Si un legislador, educador, líder político o líder religioso sucumbe a sus creencias morales o religiosas, o peor aún, a los intereses partidarios, desde su ignorancia creerá con firmeza que su obligación es difundir esas creencias, establecerlas y validarlas, para que todas las personas se adapten a ellas. Creerá en la errada certeza de divulgar una falsa verdad y hará todo lo contrario a lo que debería Auxiliadora Marenco / 24 Voces • 109 hacer: estudiar los fenómenos sexuales con objetividad suficiente para entenderlos y para entender las consecuencias y efectos que lo que sucede en la vida privada tendrá en la vida pública y en el desarrollo futuro de la sociedad a la que pertenece. Terminará difundiendo la ignorancia y legitimándola desde la ley. Cuando se legisla sobre la vida de un pueblo se deben considerar por igual los derechos de hombres y de mujeres, por un sentido mínimo de justicia y equidad. Dejar por fuera a las mujeres sólo provoca una mayor profundización de la ignorancia e invariablemente de la ignorancia se pasará a la miseria. Desde su ideología caracterizada por la ignorancia y por los prejuicios, los dirigentes políticos y religiosos establecen los parámetros de quién y cómo se ejercerán los derechos humanos. Si desde el punto de vista religioso, el sexo sólo es válido para la procreación, impondrán la procreación sin mediar libertades. Y como la mujer es la portadora del producto de la reproducción, deberá cumplir con esa misión, tal como lo hacen las hembras de otras especies animales. Como autoridad teórica y moral, la iglesia arma sus premisas y, consciente del poder que tiene el instinto sexual, se ve obligada a regularlo o a reprimirlo imponiendo normas de control. Pero esas normas escapan de sus manos y a lo largo de la historia de la humanidad es ese instinto el que salta y asalta la política de la prohibición y del castigo. Imponer creencias incuestionadas durante miles de años provoca ignorancia y miseria, hace a los seres humanos infelices y los hace irresponsables del futuro que heredarán a las siguientes generaciones. Por todo esto, creo que el aborto terapéutico debe ser legal. Y creo también que debería ser legal el otro aborto. Cuando corre peligro la vida de la mujer, cae por su propio peso interrumpir ese embarazo. No hay lugar a discusión. ¿Cómo salvar la vida del feto, que todavía no existe, sin que importe la vida de la mujer? Eso significa un total desprecio por la vida de la mujer. El otro aborto debe ser legal siempre. Es un derecho de la mujer porque es ella quien debe decidir si quiere o no tener un hijo. Cualquier persona puede cometer un error y en muchas ocasiones no es voluntad de la mujer salir embarazada. Aun tomando medidas de prevención, puede fallarle 110 • Aborto Terapéutico el método y embarazarse accidentalmente, sin desearlo. En esos casos debe tener el derecho de interrumpir ese embarazo no deseado. No debe quedar condenada por la biología y ver reducida su voluntad a cargar con un hijo que no quería. La maternidad es algo muy serio. No es sólo tener el hijo y ya. Después de tenerlo comienza un proceso en donde somos responsables de un ser que nace indefenso y que va a crecer, que va a tener sentimientos y pensamientos, que nos va a preguntar cosas y que va a resentir cuando sienta, a través del tratamiento que le damos, si fue deseado o no. Peor aún, si siente abandono y maltrato. La mujer debe ser responsable y decidir si está lista o no para la maternidad. Debe traer hijos a este mundo haciéndose responsable de ellos, asumiéndolos con todo el amor que un niño se merece. Toda mujer debe cuestionarse con seriedad y responsabilidad si puede asumir la maternidad. Y como ciudadana y ser humano con derechos, debe decidir si acepta o no esa responsabilidad. Y hay que respetarla si dice: “No, no quiero tenerlo porque no estoy lista, porque no es el momento, porque no es el hombre con quien quiero tener un hijo”. Tener un hijo fruto de una violación es uno de los costos emocionales más grandes que existe para una mujer. No tenemos ni estadísticas ni hemos calculado el efecto que tiene en la salud mental de una mujer y en la del hijo nacido de esa circunstancia. Que una mujer termine amando el producto de lo que significó un ultraje es una fantasía inventada por quienes nunca vivieron esa experiencia. Obligar a la mujer a parir ese hijo es imponer de manera despótica un valor social por encima de la propia dignidad de la mujer. La gran pregunta es: ¿Cómo se hace más daño, interrumpiendo un proceso o afectando la vida emocional de un ser consciente que crecerá y vivirá marcado por su origen no deseado? Yo creo que las leyes deberían estar hechas para proteger el bienestar de los miembros de una sociedad, no para reforzarles los traumas que el vivir en esa sociedad les provocó. Justificar un aborto por motivo de violación ni siquiera debería plantearse. Es simplemente un derecho elemental. El mismo hecho de tener que recurrir a ese ejemplo para defender el aborto terapéutico habla de la manera reduccionista en que el valor social se impone sobre la lógica humanista. Auxiliadora Marenco / 24 Voces • 111 La idea que está detrás es que la mujer, la que da la vida, debe pagar con su propia vida porque su pecado consistió en yacer con un hombre, voluntariamente o no, mientras el hombre queda sin responsabilidades y sin consecuencias. ¿Cree que una mujer que aborta debe ir a la cárcel? De ninguna manera. ¿Hizo algo ilegal? La palabra ilegal significa que ella ha ofendido a la sociedad o a otras personas. ¿A quiénes ha ofendido esa mujer? Ella puede tener motivos de salud, emocionales, sociales, económicos, circunstanciales, para decidir interrumpir el embarazo. Y todos esos motivos sólo le conciernen a ella. La palabra ilegal la ponen quienes no han vivido su circunstancia, quienes desde fuera la juzgan. ¿Por qué lo hizo? Yo ni siquiera me atrevería a juzgar a una mujer que tiene un niño y lo deja en el parqueo del hospital o lo tira a un basurero. Ni siquiera a ésa la puedo juzgar. ¿Qué sé yo lo que hubo detrás de esa decisión? ¿Y quién juzga al hombre que engendró ese niño? No hay ninguna ley que condene al hombre que engendra y abandona. El juicio siempre cae sobre la mujer. Es ella la que aborta, es ella la que va a la cárcel. ¿Y el hombre? ¿Por qué a él no lo castigan también? A lo mejor ella tomó esa decisión desesperada, porque está sola y porque el hombre le dijo: “Es tu problema, mirá vos qué haces”. Nadie lo juzga a él. También hay mujeres que dicen: “Yo no necesito ningún hombre, yo lo voy a tener y mi niño va a tener todo, porque para eso yo trabajo”. Me parece una soberbia pretender que sola va a poder hacer el papel de padre y de madre. Lo que soluciona esta cadena de problemas es ofrecer una educación sexual que cree conciencia de lo que significa ser hombre o mujer, que enseñe a ser responsable de los actos y de sus consecuencias, que proclame el respeto como un principio básico para el desarrollo de una comunidad y de un país. Con una educación sexual así despejaríamos los siglos de atraso y de ignorancia con los que han sido traídos al mundo tantos hijos no deseados, protagonistas de la sociedad en la que hoy todos estamos inmersos. 112 • Aborto Terapéutico ¿Por qué cree que hay que debatir sobre la penalización del aborto terapéutico? El debate que hubo en Nicaragua se redujo al campo político. Fue una lucha por imponer un criterio que antes ya se había negociado por razones ajenas a los intereses de las mujeres. A los políticos sólo les interesa repartir cuotas de poder. La suerte y el bienestar de los nacidos o de los que van a nacer no les interesa. Si una mujer tiene cinco o seis hijos y si muere por concebir fuera del útero o porque su corazón no resistió el embarazo les trae sin cuidado. Ellos están muy lejos de entender el drama de una mujer desesperada que llega sangrando a un hospital y tiene cinco niños hambrientos en la casa. Ellos juzgan sin argumentos serios a la mujer que acudirá a una curandera a hacerse un aborto porque ellos prohibieron que en el hospital, con mejores condiciones, se atendiera a esa mujer. Y, paradójicamente, al Estado le cuesta el triple atender a una mujer moribunda por una interrupción mal hecha fuera de los hospitales que interrumpir ese embarazo en condiciones clínicas adecuadas. Son elevadísimos los costos de recuperar a una mujer que se hizo un aborto por su cuenta, que se está desangrando, que pierde su aparato reproductor, que se escapa de morir. A mí me parece absurdo que un país civilizado, un país que tiene conciencia de defender los derechos humanos, debata sobre el aborto terapéutico. Yo propondría que se suspenda todo debate y que se recupere el viejo principio de que el aborto terapéutico se hace para salvar la vida de la mujer. No tengo una propuesta legal porque no soy abogado, pero no se necesita serlo para saber que salvar una vida no se cuestiona. Simplemente se procede, como un deber natural. Auxiliadora Marenco / 24 Voces • 113 Más voces… Otro tema de debate: El aborto…. …Creo que es la mujer en última instancia quien debe determinar que hacer con su embarazo. Aquí en Nicaragua está penado todo tipo de aborto. …Me han dicho que si es violada [la mujer] no puede abortar… es aberrante. No soy un agente que promueve la idea del aborto, que es un episodio horrible y traumatizante para cualquier mujer, pero yo tendría que ser mujer para poder sentir y vivir… Nunca me lo habían preguntado, ni lo había externado, no por pudor sino porque nunca me lo habían preguntado, pero creo que ahí se tiene que normar tomando muy en consideración casos específicos y siendo laxos, por al final del día es la mujer y sus circunstancias los que deberían determinar. Eso es lo que ocurre en el derecho comparado de los países desarrollados. Hernaldo Zúñiga G. Canta-autor nicaragüense. Extracto de entrevista realizada por Fabián Medina, Magazine, agosto 2012. Para muchas mujeres no llega esa felicidad cuando quedan embarazadas. ¿Tu participación en campañas a favor de la despenalización del aborto es un compromiso tuyo? El Estado no puede adueñarse del cuerpo de la mujer aún cuando las mujeres no tengan otras alternativas. Clara Grun, canta-autora nicaragüense. Extracto de entrevista realizada por Róger Almanza G. La Prensa, 07 de octubre 2012. Abril 27 Las vueltas de la Vida: El Partido Conservador gobernaba Nicaragua cuando en este día de 1837 se reconoció a las mujeres el derecho de abortar si su vida corría peligro. Ciento setenta años después, en ese mismo país, los legisladores que decían ser revolucionarios sandinistas prohibieron el aborto en cualquier circunstancia, y así condenaron a las mujeres pobres a la cárcel o al cementario. Eduardo Galeano. Escritor Uruguayo. Extracto de su última obra “Los Hijos de los días”. 24 Voces • 115