COMUNIÓN: HÁGASE EN MI María, alégrate, el Señor se ha fijado en ti. La belleza de tu alma ha enamorado al Creador. No temas, tu gozo es Él. Su Espíritu desciende hoy y la gracia se derrama hasta llenar tu corazón. El mejor regalo es tu Sí, María. Hágase en mí (hágase en mí) según tu Palabra (hágase en mí). He aquí la esclava del Señor. (bis). Tu cuerpo, azucena en flor, da la carne al hijo de David. Eres madre porque nada hay imposible para Dios. La canción más bella es tu Sí, María. Hágase en mí (hágase en mí) Según tu Palabra (hágase en mí). He aquí la esclava del Señor. (bis). Llena de gracia, María, acoge a tu Señor. Llena de gracia, María, eres Madre de Dios. La oración más pura es tu Sí, María. Hágase en mí (hágase en mí) según tu Palabra (hágase en mí). He aquí la esclava del Señor. (bis). CANTO FINAL: MADRE DE LA COMPAÑÍA Hoy venimos ante ti, Madre de la Compañía, a ofrecer nuestra oración por las gracias recibidas, en la inmensidad del alma para hacer de estas tus Hijas seguidoras de Jesús. 8 María, guárdanos en tu regazo con abrazo maternal. acompaña nuestros pasos para poder caminar, siendo tú de Dios esclava nos enseñas a servir. CANTO: DAME DE COMER TU PAN Dame de comer tu pan. Dame de beber de Ti. Calma mi hambre y mi sed, que no yo no quiero morir. Dame de tu Ser, la luz y renovarás mi fe. Y en Espíritu y Verdad, Postrado, te adoraré. Corazón con cruz en el centro: Ofrecemos nuestro corazón Vicenciano. Queremos parecernos a nuestros Fundadores… y a tantos santos y santas que hicieron de Jesús su camino, que se dieron a los demás con un estilo de pequeñez y solidaridad. Sabemos que nos queda mucho por hacer: ayúdanos tú en esta tarea. Cometa: Queremos seguir siendo cometas que penden del hilo del Espíritu que nos impulsa a renovar cada día el amor, cometas que vuelan alto y sirven en la tierra entre los más pobres, pero bien enraizadas en Jesucristo. Cometas que dan color al cielo de la desesperanza, y de la noche oscura. Concédenos Señor hoy y cada día el don de la fidelidad. Pan y Vino: Tú eres nuestro centro y nuestra fuerza Señor. Que tu pan y vino sean nuestro verdadero alimento. Que desde ellos nos demos a los demás y construyamos nuestra parcela del Reino de Dios al estilo Vicenciano. Santo: Cantado 2 7 “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados” Recordamos a todos los que sufren, los enfermos, los hombres sin esperanzas, para que vean en sus dolores una participación en la pasión de Cristo y descubran en el horizonte de su vida el gozo de la Resurrección. Roguemos con María al Señor. MONICIÓN: “Donde dos o más estáis reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medios de vosotros”. Señor, te pedimos por nuestra Compañía de Hijas de la Caridad, especialmente por esta comunidad que hoy renueva su compro miso de entrega, para que, fieles al Carisma sepamos responder a tus designios de amor sobre el mundo. Roguemos con María al Señor. Durante este año, hemos hecho experiencia como consagradas, en el día a día, hemos sido alcanzadas por el amor de Jesús y esto nos impulsa a decir nuevamente Sí. Sí a Cristo, Sí a nuestra Compañía, Sí a la misión que la Iglesia nos encomienda, para unirnos más a Cristo Redentor, viviendo como Él en CASTIDAD, POBREZA, OBEDIENCIA y SERVICIO AL POBRE. “Seréis mis Testigos hasta los confines del mundo” “Recordemos en este momento a las Hijas de la Caridad que tra bajan en países de misión, en situaciones de falta de libertad, sin apenas medios. Recordemos con ternura a las hermanas fallecidas y a todas las hermanas que en medio de la enfermedad y del can sancio que se pega a la vida, dirán también a pesar de las limita ciones “Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad. Roguemos con María al Señor Como María, sencilla y abierta, peregrina del Reino de Dios. Como Ella, transparente y disponible al dar su SI. Como Ella, Señor, nuestra vida hoy, una vez más y de forma especial, quiere ser respuesta a tu llamada al Amor. Queremos que Ella sea nuestro modelo de confianza y fidelidad. Ella que se puso en tus manos y al servicio de los hombres, nos ayude de nuevo en nuestro compromiso y guiadas por sus manos de Madre, renovemos en el encuentro de esta Eucaristía nuestro HÁGASE y nuestro MAGNIFICAT. “Bienaventurados los Pobres, porque de ellos es el reino de los cielos” Por todas las personas que sufren las injusticias de las estructuras sociales, por los que sufren las catástrofes naturales, por aquellas que se ven asediadas por esta crisis mundial, por los Pobres a los que servimos y por todos los marginados, para que juntos encon tremos la solución a su situación y alivio en su dolor. Roguemos con María al Señor. Somos dichosas porque el Señor se ha fijado en nosotras. Esta elección ha resonado en nuestra vida y con gozo deseamos renovar nuestro Sí en nuestra Compañía de Hijas de la Caridad. “Yo estaré contigo hasta el fin del mundo” Por todos los que nos encontramos aquí reunidos; para que te niendo como modelo a María, sigamos con Fidelidad las huellas de Cristo. Roguemos con María al Señor. 6 CANTO DE ENTRADA: LOS PEQUEÑOS DE LA TIERRA Hoy está la puerta abierta, no cerremos más la Iglesia, que haya sitio para todos: vamos a poner la mesa. En el encuentro con Jesús no podemos olvidar a los pobres de la tierra, del silencio, de la espera, del sudor y de la cruz. 3 La esperanza de los pobres es una nación bendita, el pueblo que Él ha escogido para reinar con justicia, para amarnos sin medida, para recrearlo todo, para proclamar de nuevo que la Gracia ya llegó. En el salmo su autor no busca los ritos, ni el culto oficial. Aboga por una relación con Dios más directa. Y establece con sus palabra una excelente oración de gozo y de total acción de gracias a la generosidad del Señor. La Carta a los Hebreos nos va a contar como Cristo vino al mundo para hacer la voluntad del Padre, para glorificar al Padre y para llevar a cabo el proyecto de salvación del Padre. Sobresale, como no podía ser de otra forma, entre las lecturas de hoy, el relato de Lucas sobre la Anunciación a María. Debemos escuchar con mucha atención y discernir, cómo María fue libre para aceptar lo que le ofrecía Dios, por medio del ángel. No era una imposición divina. María uso de su libertad. Dios no se impone. Pide permiso. Y se lo pidió a María. Y nos lo pide cada día a nosotras. 4 s 7, 10-1 ra: I 1ª Lectu Te entregaré, Señor, todo mi ser contemplaré desde la fe y viviré en fraternidad poniendo en practica el amor tad l: tu volun ponsoria s r e e c R a o h Salm r, para oy Seño t s e í u q A 10 0, 41 b 8 :H ctura c 1, 26-3 e L ª 2 :L gelio Evan ya (bis lu ya, ale u l e l a , ya ) a, alelu Aleluy ORACIÓN DE LOS FIELES: “Yo os he destinado para que vayáis y deis fruto” Te pedimos Señor por el Papa, los Obispos, los Sacerdotes y toda la iglesia de Dios, para que podamos llevar todos los hombres el amor de Cristo que nos salva. Roguemos con María al Señor. “Que todos sean uno como el Padre y yo somos uno” Traemos a tu altar a todos los que gobiernan las naciones para que rijan a los pueblos por caminos de paz y de justicia buscando siempre el bienestar de todos los hombres por medio del amor mutuo. Roguemos con María al Señor. MONICIÓN A LAS LECTURAS: En esta primera lectura de la profecía de Isaías, Dios da a su pueblo una señal: una joven y su hijo. Dios cumple su promesa de acercarse y hacerse presente entre su pueblo a través del Emmanuel. Esta señal sólo es clara para los que esperan y la saben descifrar. 4 5