PREPARANDO UNA CESTA DE PROVISIONES PARA

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Tesoro de la Juventud
PREPARANDO UNA CESTA DE
PROVISIONES PARA EXCURSIONES
CAMPESTRES
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Permitido el uso sin fines comerciales
Tesoro de la juventud
PREPARANDO UNA CESTA DE
PROVISIONES PARA EXCURSIONES
CAMPESTRES
Del libro de los juegos y pasatiempos
PARA esta clase de excursiones, es conveniente llevar la comida de manera que pese
poco, pues de lo contrario cansa a quien la lleva. Con una cesta de mimbre ligera, y
cajitas de cartón, llevaremos la comida; los platos de porcelana se substituyen por los de
cartón o papel, las servilletas de tela, se substituyen por las de papel de seda, etc., etc.
Llevaremos los cuchillos, tenedores y cucharas, en la menor cantidad posible.
Una o dos cucharitas para remover el azúcar del café, son suficientes pasando de mano en
mano. Las tazas de papel, substituyen a las de porcelana y vidrio.
Los manjares hay que escogerlos apropiados, que no se estropeen ni apelotonen;
excluiremos, desde luego, frutas blandas. Pero, por si acaso, póngaselas en lo más alto de
la cesta. Plátanos, y melocotones, albaricoques, naranjas y manzanas se llevan muy
fácilmente y no corren peligro. La comida se hará sencilla, si vamos con niños; pero si se
lleva algún invitado, debe ser más suculenta.
Vamos a planear una comida sencilla. Huevos duros, pan y manteca satisfacen, nutren y
son muy fáciles de llevar. Se hierven los huevos durante cinco minutos y luego se ponen
en agua fría para que se endurezcan más aún. Se envuelven uno por uno en papel, y,
colocados en una caja, se guardan en la cesta. No se olvide tampoco de llevar un poco de
sal en un papel, como también manteca y pan; éste en rebanadas delgadas, que untaremos
de manteca y, si gusta, se pueden espolvorear con mostaza. También podemos añadir
ensalada de lechuga y olivas y algunos sandwiches que se envolverán en un papel untado
de aceite. Éstos pueden ser de filete, jamón, etc. También es a propósito para llevar al
zampo, el chocolate crudo, que seguido de un par de plátanos, resulta sabrosísimo.
Llevaremos, asimismo, bizcochos y pasteles; agua encontraremos seguramente en
cualquiera casa cercana. Estas comidas se hacen muchas veces a escote, o sea, poniendo
cada cual su parte; pero en algunos sitios, es costumbre invitar a dichas giras pagándolo
todo el que la organiza.
Supongamos ahora una comida más suculenta en la que incluiremos pollo y langosta, para
lo cual forzosamente necesitamos cubiertos.
Dividiremos el ave y la langosta antes de meterlos en la cesta, no olvidando poner
lechuga que va muy bien para ambas cosas. Los cuchillos los limpiaremos antes de
llevarlos a casa, clavándolos varias veces en la tierra.
Si nos hallamos próximos a un bosque de donde poder sacar leña, haremos fuego en el
que asaremos unas patatas o haremos café con un infiernillo de alcohol, llevado de intento
para este fin. En invierno, sobre todo, es muy agradable hacer fuego en el campo.
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W. M. JACKSON Inc., Editores
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