El monólogo Lenguaje Español Monólogo de Segismundo El más famoso monólogo de los dramas españoles lo pronuncia Segismundo, al soñar con la vida y con su suerte. sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende. Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando; y este aplauso, que recibe prestado, en el viento escribe, y en cenizas le convierte la muerte, ¡desdicha fuerte! ¿Qué hay quien intente reinar, viendo que ha de despertar en el sueño de la muerte? Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, Calderón De La Barca, Pedro. La vida es sueño. Bogotá: Fondo Editorial Progreso, 1980. 1 11 Lenguaje 11 El monólogo Monólogo de Hamlet El más célebre de los monólogos del teatro inglés, lo pronuncia Hamlet, acosado por la vida entre vivir o no vivir. indigno, el paciente mérito recibe del hombre su reposo cuando uno mismo podría procurar rría llevar con un simple estilete? ¿Quién que o el peso tan duras cargas, gemir y sudar baj el temor de una vida afanosa, si no fuera por a ignorade un algo, después de la muerte (es a traspasar da región cuyos confines no vuelve de nuestra viajero alguno), temor que confun ellos mavoluntad y nos impulsa a soportar aqu nos a otros les que nos afligen, antes que lanzar a hace de que desconocemos? Así la concienci los primitodos nosotros unos cobardes; y así yan bajo tivos matices de la resolución desma y las emlos pálidos toques del pensamiento, tancia, por presas de mayores alientos e impor y dejan de esta consideración, tuercen su curso io!... ¡La tener nombre de acción… Pero ¡silenc ias acuérhermosa Ofelia! Ninfa, en tus plegar date de mis pecados. ué es más ¡Ser o no ser: he aquí el problema! ¿Q pes y darlevantado para el espíritu: sufrir los gol las armas dos de la insultante Fortuna, o tomar haciéndocontra un piélago de calamidades y, , dormir; les frente, acabar con ellas? ¡Morir… damos fin no más! ¡Y pensar que con un sueño les conal pesar del corazón y a los mil natura la carne! flictos que constituyen la herencia de apetecible! ¿He aquí un término devotamente soñar! ¡Sí, ¡Morir…, dormir! ¡Dormir! ¡Tal vez zoso que ahí está el obstáculo! ¡Porque es for pueden nos detenga el considerar qué sueños e, cuando sobrevenir en aquel sueño de la muert de la vida! nos hayamos librado del torbellino a tan lar¡He aquí la reflexión que da existenci antaría los ga al infortunio! Porque ¿quién agu injuria del ultrajes y desdenes del mundo, la congojas opresor, la afrenta del soberbio, las la justicia, del amor desairado, las tardanzas de ones que las insolencias del poder y las vejaci Shakespeare, William. Hamlet, príncipe de Dinamarca. En: William Shakespeare, Obras completas. Madrid: Aguilar S. A., 1951. 2