CUESTIONES DE LENGUA PROCEDIMIENTOS DE COHESIÓN TEXTUAL Múltiples y muy variados procedimientos. Señalamos sólo algunos de los más frecuentes: LA RECURRENCIA(repetición de un elemento lingüístico a lo largo del discurso). Recurrencia léxica. Repetición de una palabra en diferentes enunciados: Había una mujer misteriosa en la sala. La mujer bebía absorta un refresco de cola. A veces no se repite la misma palabra, sino alguna otra relacionada léxicamente con ella (derivada o compuesta): No seas imbécil, hombre. La imbecilidad es de seres inferiores. Recurrencia semántica. Reiteración de términos que están relacionados por su significado. Distintos tipos: - Sinonimia: Había algunas estatuas en el jardín. Eran esculturas modernas. - Antonimia: A él le gustaban los coches caros. Ella prefería, en cambio, los baratos. - Hiperonimia: Llevaba unas rosas en la mano. Las flores eran hermosas de verdad. - Hiponimia: Este calzado me aprieta. No vuelvo a comprarme este tipo de zapatos. - Paráfrasis: Núñez Feijoo visitó la ciudad de A Coruña. El presidente de la Xunta prometió mejoras en los accesos. - Asociaciones pragmáticas (conexión entre los referentes): Un coche... su conductor... aparcamiento... tráfico intenso... Recurrencia sintáctica (paralelismo). Repetición de una misma construcción sintáctica. Recurrencia fónica. Repetición de fonemas (rima), acentos de intensidad, esquemas tonales. SUSTITUCIÓN Ya hemos visto algún tipo de sustitución: sinónimos, hiperónimos... Otro recurso es el uso de proformas: palabras de significado ocasional o muy general. Por ejemplo: - Pronombres (sustitutos de sustantivos o de segmentos de oración). Establecen relaciones anafóricas y catafóricas: Ayer hablé con la abuela. La encontré un poco baja de moral. // Eso es lo que vale: que te pongas a estudiar en serio. // Begoña y Manuel se presentaron a la misma oposición. Ella aprobó, pero él no consiguió plaza. // Apenas comía para estar delgado. Por eso enfermó gravemente. - Pro-adverbios (adverbios de significado ocasional que sustituyen a elementos con función adverbial): Fuimos al campo. Una vez allí nos vimos rodeados por ultras. // Dieron las tres. Entonces se marchó. - Proformas léxicas (palabras de significado muy amplio: comodines: hacer, pasar, suceder, cosa, persona...): Tengo un dolor de cabeza tremendo. ¡Qué cosa más desagradable! // Yo estudio siempre los sábados por la mañana, pero mi hermana no lo hace. ELIPSIS Omisión de algún elemento por haber aparecido previamente en el discurso. - Nominal: Yo aviso a los alumnos de 4º, tú avisa a los de 3º. - Verbal: Yo aviso a los alumnos de 4º, tú a los de 3º. - Oracional: Le rogó que no se quedara con él, pero ella no quiso. EL ORDEN DE LOS CONTITUYENTES ORACIONALES Es habitual que en los enunciados la información conocida (tema o tópico) preceda en la oración a la información nueva (rema o comentario). MARCADORES DEL DISCURSO Establecen relaciones de las ideas con el contexto y con la situación comunicativa. Dos tipos: - Marcadores de función pragmática (se refieren a los elementos de la comunicación implicados en el texto: intención o actitud del emisor, quién es el destinatario, asegurar el canal...): vocativos, apelaciones (mira, ya está llegando), función fática (bueno, a mí me gustaría un helado, ¿no?), comentarios oracionales (por fortuna, no pasó nada grave. // Sinceramente, no lo entiendo). - Marcadores de función textual o conectores supraoracionales (establecen conexiones formales y de significado entre enunciados). Son muchos y variados: adición, oposición, causalidad, reformulación, orden del discurso... PERÍFRASIS VERBALES Las perífrasis verbales son construcciones sintácticas constituidas por dos o más verbos, de los que al menos uno es auxiliar, y el último, auxiliado (o principal). Éste ha de aparecer en infinitivo, gerundio o participio. Pero lo importante de una perífrasis verbal es que todos sus verbos forman un solo núcleo del predicado. La unión del verbo auxiliar con el auxiliado puede ser directa o indirecta. Cuando es indirecta, esta unión se realiza mediante preposiciones o la conjunción que. En una perífrasis verbal puede haber un solo auxiliar: Tengo que trabajar, o un conjunto de auxiliaridad: Pronto tendremos que volver a empezar a trabajar. A veces una misma construcción puede ser perífrasis o no; el contexto lo aclara. Ejs. Pedro va a trabajar todos los días al colegio / Calla, que Pedro va a trabajar un rato. En las perífrasis verbales, lo verbos principales (infinitivo, gerundio, participio) no se pueden sustituir por otros elementos equivalentes (oracionales o no) sin que cambie el significado del llamado auxiliar. Ejemplos: Tengo que comprar un piso (no se dice: *lo tengo, *tengo eso). Andan pensando en hacer una casa (no se dice: *andan así). Las perífrasis verbales no admiten estructuras enfáticas de relativo o ecuacionales: Tengo que ir a tu casa (no admite: *ir a tu casa es lo que tengo). En cambio, “Quiero ir a tu casa” sí admite: Ir a tu casa es lo que quiero. Las perífrasis verbales no admiten cambios en la persona o en el verbo principal: “Debo estudiar” no admite *Debo que tú estudies; en cambio, “Quiero estudiar” sí admite “Quiero que tú estudies”. CLASES DE PERÍFRASIS: Según cual sea el verbo principal, pueden ser: de infinitivo, de gerundio y de participio. Atendiendo al significado pueden ser: ASPECTUALES: informan sobre el desarrollo de la acción verbal. Perfectivas: terminación o interrupción de una acción o proceso verbales: - Acabar de + infinitivo: Ya he acabado de leer el libro. Te acaban de llamar por teléfono. - Dejar de + infinitivo: Si no cambias, dejarás de hacer muchas amistades. No dejes de llamarnos. - Dejar de + participio: Dejamos dicho que no nos esperaran. - Tener + participio: Tengo jugado mucho en ese campo. - Llevar + participio: Esa tienda lleva cerrada más de un año. - Llegar a + infinitivo: Llegó a tener tres casas. Incoativas o ingresivas: referidas al principio de la acción o a la inminencia de este principio. - Ir a + infinitivo: María va a hablar. - Estar para + infinitivo: Está para llover. - Estar a punto de + infinitivo: Está a punto de llover. - Empezar a + infinitivo: Empezó a llover a las tres. - Ponerse a + infinitivo: Se puso a llover de repente. - Echarse a + infinitivo: El niño se echó a llorar. - Explotar (romper) a + infinitivo: El niño explotó (rompió) a llorar. Iterativas y frecuentativas: las primeras se refieren a la mera repetición de la acción y las segundas, a que se repite con frecuencia. - Soler + infinitivo: Suele hacer esa pregunta. - Volver a + infinitivo: Volví a casarme. Durativas: muestran la acción en su transcurso. - Estar + gerundio: Está lloviendo desde las tres. - Andar + gerundio: Andan diciendo que voy a ser el alcalde. - Seguir (continuar) + gerundio: Sigo estudiando. - Llevar + gerundio: Llevo estudiando varios días seguidos. MODALES: informan sobre la actitud del hablante ante la acción verbal. De obligación: - Tener que + infinitivo: Tengo que marcharme. - Haber de + infinitivo: Hemos de marcharnos ya. - Haber que + infinitivo: Habrá que marcharse ya. - Deber + infinitivo: Debemos marcharnos. De posibilidad o probabilidad: - Poder + infinitivo: Puede llover mañana. - Deber de + infinitivo: Deben de ser las tres. - Tener que + infinitivo: Tienen que ser ya las tres. - Querer + infinitivo: Hoy quiere llover. De aproximación: - Venir a + infinitivo: Esto viene a costar diez mil euros. - Venir + gerundio: Esto viene costando veinte euros. De capacitación: - Poder + infinitivo: Ya puedo trabajar. De predicción: - Haber de + infinitivo: Conmigo la has de pasar bien. LOCUCIONES VERBALES Una locución verbal es un conjunto de palabras, de las que al menos una es un verbo, que funciona como un solo núcleo del predicado: caer en la cuenta, echar de menos, echar en cara, hacer añicos, tener en cuenta, darse cuenta, sacar de quicio, dar la nota, poner de vuelta y media, dar de lado... Hay locuciones formadas por dos verbos, el segundo de los cuales aparece en forma no personal: echar a perder, dar a conocer, dar a entender... Pero estas locuciones no deben confundirse con las perífrasis verbales por las siguientes razones: - En las locuciones no hay verbos auxiliares ni principales: es todo el conjunto el que selecciona sujetos y complementos. En las perífrasis selecciona el principal (o auxiliado): “se echó a llorar”, sólo puede tener sujeto humano, pues sólo lloran los humanos. - La conexión entre los dos verbos de una locución es íntima, pues la forma no personal no es sustituible por otras en el mismo conjunto: echar a perder (no *echar a ganar). - La locución verbal normalmente equivale a una sola idea que puede proyectarse en un solo verbo: echar a perder = estropear; dar de lado = marginar ... ESTILÍSTICA DE LAS FORMAS VERBALES Las formas verbales, además de su empleo recto, es decir, con su significado gramatical propio de tiempo, modo y aspecto, tienen otros usos que llamamos desviados o estilísticos. Estos usos también son correctos y sirven para dar realce expresivo a la oración y al texto. Veamos algunos. PRESENTE DE INDICATIVO (canto, temo, parto). Expresa tiempo presente y aspecto imperfecto, es decir, acción no acabada. Sus usos más importantes son: - Presente actual: la acción coincide con el momento del habla: Coge carrerilla, salta y se cae. - Presente intemporal o gnómico: se utiliza en la exposición de conocimientos científicos, definiciones, refranes...: Doce y trece suman veinticinco. - Presente durativo: expresa una acción que dura en el tiempo: Estudio segundo curso de bachillerato. - Presente habitual: señala acciones que ocurren habitualmente: Me levanto todos los días a la siete de la mañana. - Presente histórico: narra hechos ocurridos en el pasado con el fin de acercarlos al lector u oyente: Cervantes nace en Alcalá de Henares en 1547. Ayer salgo a la calle, compro el periódico y ¡zas!, ahí está la noticia. - Presente por futuro: refuerza la certeza de la realización de la acción: Este año apruebo todas. Mañana voy al cine. Si me llamas, voy contigo. - Presente de mandato: se emplea en la lengua coloquial: Ahora no sales, por chulito. ¡Tú te callas! PRETÉRITO IMPERFECTO (cantaba, temía, partía). Expresa tiempo pasado y aspecto imperfecto, es decir, una acción que dura en el pasado sin indicar su final. Muy usado en las descripciones. En las narraciones se alterna con el perfecto simple. Otros empleos son: - Imperfecto de cortesía: en lugar del presente para pedir o preguntar amablemente: ¿Qué deseaba usted? Quería saber si tenían gafas de sol graduadas. - Imperfecto por condicional: muy empleado en el habla coloquial: Si me ofreciera ese trabajo lo aceptaba de inmediato. - Imperfecto de contrariedad: Hoy que me sabía la lección, no me la preguntan. - Imperfecto de conato: acción que se intenta, pero no llega a consumarse: Ya iba yo a fregar los platos. Me encuentras por casualidad, porque ya me iba. - Imperfectos de apertura y cierre en narraciones: combinado con el perfecto simple: Conducía con la vista fija en la carretera (...) nos detuvimos en una gasolinera, más tarde en una cafetería; por fin, a las siete, llegábamos a Mérida. PRETÉRITO PEFECTO SIMPLE (canté, temí, partí) y PRETÉRITO PERFECTO COMPUESTO (he cantado, he temido, he partido). Ambos tiempos expresan tiempo pasado y aspecto perfecto. Pero con el perfecto simple se señalan acciones realizadas fuera de la unidad de tiempo en la que se encuentra el hablante, mientras que con el perfecto compuesto se indican acciones realizadas dentro de la unidad de tiempo en la que se encuentra el hablante. Ayer empecé el curso / Hoy he comprado los libros. Muchas veces, no se hace precisión explícita de tiempo; pero el hablante se siente instalado en una unidad temporal precisa, y decide entre una y otra forma del modo indicado. Gané la apuesta / He tenido mucha suerte. - Perfecto compuesto por futuro: es un futuro presentado como ya acontecido, porque se desea que acontezca: No te preocupes, mañana ya han vuelto. Espera, en un instante he terminado. FUTURO IMPERFECTO (cantaré, temeré, partiré). Expresa tiempo venidero y aspecto imperfecto, es decir, acción no acabada. Las lenguas románicas no heredaron el futuro latino (cantabo), sino que lo formaron con la perífrasis infinitivo + haber (cantar he) procedente del latín vulgar, que significaba la obligación de cantar (tengo que cantar). Se debió, quizá, a que los hablantes evitaban cantabo, que implicaba hacer predicciones, siempre inseguras. Esto mismo sucede hoy en español. No vemos el futuro con naturalidad, y preferimos sustituirlo por perífrasis que significan obligación, intención... (cantaré, tengo que cantar, voy a cantar...). - Futuro de mandato: Te tomarás el jarabe esta noche. Irás y hablarás con ella. - Futuro de probabilidad o conjetura: Eso costará unos treinta euros. Begoña tendrá unos dieciséis años. - Futuro de incertidumbre: ¿Quién llamará a estas horas? - Futuro de atenuación: Te diré que no estoy muy contento con tu respuesta. - Futuro de cortesía: Ustedes me dirán en qué puedo servirles. FUTURO PERFECTO (habré cantado). Expresa tiempo futuro y aspecto perfecto. Es forma relativa (ha de relacionarse con otro tiempo), e indica acción futura pero acabada y anterior a otra acción futura: Cuando llegues, yo ya habré terminado el trabajo. - Futuro de conjetura o probabilidad: Supongo que ya habrá llegado. CONDICIONAL (cantaría, temería, partiría). Funciona como futuro del pasado. También se usa en la proposición principal de las oraciones condicionales: Me prometiste que me regalarías ese libro / Si fueras al cine, te acompañaría. - Condicional de cortesía: Podría decirme la hora, por favor. - Condicional de conjetura o probabilidad: Cuando ocurrió eso, tendría unos veinte años. CONDICIONAL PERFECTO (habría cantado ...). Indica una acción futura y acabada respecto de un momento del pasado: Te habría comprado el coche si me hubiera tocado la lotería. También puede expresar probabilidad: Si me hubieras llamado, habríamos podido ir al cine. PRETÉRITO PLUSCUAMPERFECTO (había cantado ...). PRETÉRITO ANTERIOR (hube cantado...). Ambos expresan una acción anterior a otra también pasada y son de aspecto perfecto. Su diferencia es muy sutil: Nos fuimos cuando había acabado el acto / Nos fuimos cuando hubo acabado el acto. El pretérito anterior expresa un matiz de inmediatez que no tiene el pluscuamperfecto. Pero esta diferencia es apenas perceptible y puede expresarse también con adverbios (apenas, tan pronto como...). Con estos complementos, basta con el perfecto simple. De ahí que hube cantado haya desaparecido del idioma hablado, y casi del escrito. FORMAS DEL SUBJUNTIVO. Los valores temporales de las formas verbales de subjuntivo no son tan claros y precisos como los del indicativo, sino que dependen del significado de otras palabras que se hallan en la oración o del contexto o situación en que hablamos. Así: PRESENTE (cante, tema, parta). Hace referencia a una acción presente (es conveniente que te quedes) o futura (es necesario que vayas mañana a la reunión). No se refiere nunca al tiempo pasado. Se emplea en lugar del imperativo para el mandato en forma negativa (no salgáis sin paraguas). El pretérito perfecto expresa acción realizada en una unidad de tiempo pasado (espero que hayas preparado ya ese examen) o futuro (cuando hayas preparado el examen, avísame). IMPERFECTO (cantara o cantase...).Puede indicar presente (si tuviera tiempo (ahora), me iba al cine); pasado (tu aviso logró que me pasara el fin de semana pendiente del teléfono) y futuro (me dijeron que volviera el mes próximo). El pluscuamperfecto expresa acción realizada en una unidad de tiempo que ya ha concluido para el hablante. Por mi gusto, yo hubiera sido torero. Si hubiera preparado más ese examen, otro gallo hubiese cantado. FUTURO (cantare..., hubiere cantado...). Expresan la eventualidad. Cantare señala aspecto imperfecto y hubiere cantado implica el final de la acción. Apenas se usan (se prefieren el presente y el pretérito imperfecto), pero aún se emplean en texto jurídicos y permanecen vivas en zonas de América. Si me llegare algún telegrama, recójamelo (futuro). Si hubiere alguien aguardando, que pase (presente). Si alguien lo hubiere visto, lo diría (pasado). Si para entonces hubiere recibido noticias, se las comunicaría (futuro). El presente cante y el imperfecto cantara o cantase cubren, como hemos visto, una misma zona temporal: la del presente y la del futuro. ¿Cuándo se emplean una u otras formas? En muchos casos, no puede elegirse pues dependen del verbo principal: Me dicen que venga / Me decían que viniera. Me han dicho que venga / Me dijeron que viniera. Me dirán que venga / Me dirían que viniera. Me habrán dicho que venga / Me habrían dicho que viniera. Pero en algunas ocasiones sí puede optarse: Aunque me escriba, no le contestaré / Aunque me escribiera, no le contestaría. En estos casos, con el presente se considera la eventualidad como más probable. Ocurre lo mismo cuando la opción se establece con el presente de indicativo: Si me escribe, no le contestaré / Si me escribiera, no le contestaría. En ocasiones, el imperfecto de subjuntivo es usado como pluscuamperfecto de indicativo: No era esa la ciudad que él dejara (había dejado, dejó) años atrás. Y es que en latín cantaveram pertenecía al indicativo (había cantado), tal como se ha conservado en el gallego. En castellano conviene no usar cantara con el valor de había cantado o de cantó. EL SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS Las palabras son signos lingüísticos compuestos por dos elementos asociados de forma convencional: una expresión o significante y un contenido o significado. Unas palabras (sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios) tienen significado léxico: con ellas nombramos las entidades de carácter concreto o abstracto -los referentes- que integran la realidad; otras palabras (preposiciones, conjunciones, pronombres, determinantes) tienen significado gramatical: permiten hacer referencia a las palabras de significado léxico, establecer relaciones entre ellas o matizar sus significados. Las palabras tienen un significado primario (significado denotativo) al que se añade un significado secundario (significado connotativo). El significado denotativo es la parte estable del significado, la que se recoge en los diccionarios, la que está formada por el conjunto de propiedades distintivas del referente. Tigre: mamífero felino, salvaje, de piel rayada. El significado connotativo procede de las asociaciones que los hablantes establecen con otros significados o de los valores afectivos que añaden a los significados denotativos. Tigre: persona cruel. Las connotaciones pueden ser positivas o negativas: perseverancia/obstinación; audacia/temeridad; pacto/componenda; progresista/conservador; izquierda/derecha … Las palabras que comparten algún rasgo de significado pueden agruparse en campos semánticos. Son campos semánticos, por ejemplo, el de los vehículos, el de las profesiones, el de los colores, el de los animales salvajes… Las palabras no son entidades aisladas, sino que establecen relaciones semánticas. Son fundamentalmente de tres tipos: de semejanza, de oposición y de inclusión. La relación de semejanza recibe el nombre de sinonimia. Se establece entre palabras que comparten uno o varios significados. Puede ser parcial, cuando las palabras coinciden únicamente en algunos de sus significados, y total, cuando una palabra puede ser sustituida por otra en cualquier contexto. Son sinónimos totales o absolutos acabar/terminar, terco/obstinado, médico/doctor, dentista/odontólogo… Los sinónimos parciales son los más frecuentes: ingenuo/inocente, presumido/chulo, feliz/alegre… La relación semántica basada en la oposición de significados se denomina antonimia. Hay varias clases de antónimos: los complementarios, los inversos o recíprocos y los de grado. Los antónimos complementarios son aquellas parejas de palabras con significados incompatibles entre sí, de manera que la afirmación de uno supone la negación del otro y viceversa. Muerto/vivo; encendido/apagado; homogéneo/heterogéneo… Dentro de este grupo se encuentran los llamados antónimos de negación, que se forman mediante la adición de un prefijo de valor negativo, como in-, des-, a- : mortal/inmortal; motivado/desmotivado; social/asocial… Los antónimos inversos o recíprocos son palabras que se exigen mutuamente, una necesita de la otra para existir, al sustituir una por otra es obligatorio cambiar el orden sintáctico en que aparecen las cosas o personas relacionadas: tío/sobrino; comprar/vender; suegro/yerno; amo/criado… Los antónimos de grado representan los extremos opuestos de una escala en la que hay grados intermedios: frío/caliente (templado, fresco, tibio); alto/bajo; gordo/delgado… La relación de inclusión recibe el nombre de hiponimia. Esta relación se produce cuando el significado de una palabra está incluido en el significado de otra: furgoneta/vehículo; rojo/color; alegría/sentimiento… A la inversa, cuando el significado de una palabra incluye el significado de otra, hablamos de hiperonimia: vehículo/furgoneta; color/rojo; sentimiento/alegría… Al término incluido se le llama hipónimo y al término que lo incluye hiperónimo. Otros dos fenómenos que afectan a las palabras son la homonimia y la polisemia. Dos palabras son homónimas cuando tienen la misma forma: se pronuncian igual (homófonas) o se escriben igual (homógrafas), pero poseen significados y orígenes diferentes: haya (árbol) / haya (verbo); llama (combustión) / llama (animal); vaca (mamífero) / baca (coche)… La polisemia es un fenómeno que afecta a una sola palabra. Una palabra es polisémica cuando tiene varios significados. Entre estos significados hay algún tipo de relación pues son fruto de modificaciones o extensiones metafóricas o metonímicas de un único significado básico. Víbora tiene los significados de culebra y de persona con malas intenciones. Pico, banco o pluma son otros ejemplos.