TOMA DE CONCIENCIA E INCLUSIÓN SOCIAL EN UNA SOCIEDAD QUE ENVEJECE Martín Hopenhayn Director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL SSegundo Foro Internacional sobre los Derechos Humanos de las Personas Mayores, d F I t i l b l D h H d l P M Ciudad de México, 3 al 6 de junio de 2014 1. CONTEXTO, CONCIENCIA, INCLUSIÓN, DIGNIDAD CONTEXTO (1) • Crece la proporción de adultos mayores, y crece, con los niveles de desarrollo, el consumo relativo de los adultos mayores, tanto en relación a su consumo previo (y por tanto a otros grupos etarios) como en relación a su aporte productivo. • Esto plantea un signo de interrogación sobre la solidaridad intergeneracional a lo largo del ciclo de vida, hacia delante y hacia atrás, lo cual presiona sobre la toma de conciencia para avanzar en pactos sociales y fiscales, y en instrumentos vinculantes que plasmen sustancial e instrumentalmente los derechos de las personas mayores. • Así, por ejemplo, el derecho a la seguridad social, a la salud (y en su contexto, al cuidado), y a un ingreso digno para solventar necesidades vitales entre adultos mayores no se da en el vacío, sino en el contexto de los puntos anteriores, que lo problematizan. • La pugna distributiva que lo anterior plantea ocluye otros grandes desafíos de un enfoque de derechos, como son la dignidad, autonomía y participación de la población de edad, respecto de los cuales es fundamental la relación toma de conciencia‐inclusión social. • En un análisis de información sobre 34 países respecto de asuntos que más preocupan a gobiernos y oficinas de DDHH HH en este tema, la falta de toma de conciencia sobre realidad y derechos de adultos mayores aparece como segundo problema más importante. CONT XTO ( ) CONTEXTO (2) • Auspiciosamente Auspiciosamente, el enfoque de derechos en el desarrollo parece estar viniendo para quedarse. • Entre sus signos visibles en la región están las reformas pro‐adultos mayores: pilar solidario en pensiones y jubilaciones, el derecho a la salud o la salud como derecho. • Menos auspicioso para la plena realización de los derechos de los adultos mayores son en ALC: ‐ el bajo compromiso estatal y de la sociedad civil en provisión de cuidados (y su solución vía familia y mercado); ‐ la poca adecuación de la vida colectiva a los requerimientos de adultos mayores (infraestructura, (i f trabajo, b j protagonismo); i ) ‐ la estratificación de la calidad de vida entre adultos mayores más allá de las condiciones endógenas (efecto arrastre en el ciclo vital); poca p preparación p en recursos humanos y en cultura p para “recepcionar” p una ‐ la p sociedad envejecida. TOMA DE CONCIENCIA E INCLUSIÓN SOCIAL (1) • Los grupos definidos por corte etario son los últimos en llegar a la mesa del reconocimiento de exclusiones, inclusiones y derechos. • El desafío es identificar y crear conciencia respecto de los factores que durante la vejez constituyen riesgo, obstáculo o facilitador de la inclusión social, y que no son los mismos que afectan o benefician a otros grupos sociales. • La toma de conciencia es indispensable para pasar de la norma específica de protección de los derechos de las personas mayores a las garantías y mecanismos institucionales para el complimiento de los derechos. • Falta avanzar en identificar obligaciones y sujetos obligados para que los derechos sean protegidos. A esto se suma las dificultades de acceso de las personas mayores a la j justicia. TOMA DE CONCIENCIA E INCLUSIÓN SOCIAL (2) • Problemas Problemas en reconocer a las personas mayores como titulares de derechos : irrupción en reconocer a las personas mayores como titulares de derechos : irrupción tardía como sujetos diferenciados; identificación con rasgos que connotan marginación; carencia de un modelo social de atención que favorezca su autonomía; y reacciones adversas frente a supuestos privilegios de los que gozan. • Los estigmas del envejecimiento (miseria, enfermedad, soledad, deterioro) producen círculos viciosos de auto‐invisibilización‐falta de reconocimiento‐falta de toma de conciencia por parte del conjunto de la sociedad. conciencia por parte del conjunto de la sociedad. • La conciencia crece con la “mochila demográfica”, o sea, cuando el problema ya es grave en términos de fiscalidad y solidaridad intergeneracional. • Los adultos mayores se agrupan más en “derechos” que en “carencias”, en “edad” más que en “necesidad” como criterio de demandas por recursos. La reacción del resto de g p p la sociedad no es necesariamente “amigable” con esta perspectiva. Cuestión de dignidad (1) • Promover y proteger la “dignidad” de las personas de edad y sus “derechos” ((resolución 67/139 / de Naciones Unidas aprobada p en diciembre de 2012). ) ¿Qué Q significa promover y proteger su dignidad? • La dignidad supone una noción de plenitud del sujeto‐ciudadano, mientras que al adulto mayor se lo construye culturalmente desde el lado del déficit, déficit la merma de plenitud, la carencia. • La juvenilización del ideal social degrada la imagen del envejecimiento, en una sociedad que mitifica la plasticidad adaptativa, la productividad laboral, la vitalidad física y la lozanía. • La dignidad en la fragilidad es un concepto que debe ponerse en el centro de la toma de conciencia. • El trato a las personas fragilizadas por el envejecimiento suelo disociar fragilidad física de fragilidad emocional, o bien identificar ambas formas de fragilidad. Ambos revelan falta de conciencia y lesionan la dignidad. Cuestión de dignidad (2) • La dignidad está fuertemente asociada a la autonomía. La autonomía tiene su dimensión funcional y su dimensión moral. No hay un debate público claro y visible sobre cómo se relacionan y problematizan ambas dimensiones de la autonomía con el envejecimiento, y con la progresividad del envejecimiento. • Una sociedad de derechos es una sociedad donde la pertenencia se funda en los derechos, pero también donde el derecho a la pertenencia es fundamental. Esto es clave en materia de envejecimiento y en toma de conciencia respecto de los derechos de los adultos mayores: pertenencia a una sociedad productiva, pertenencia a vínculos de aprendizaje continuo, pertenencia a las redes ampliadas de comunicación, pertenencia a comunidades afectivas. • Los modelos biomédicos de atención y construcción de identidad del adulto mayor lo infantilizaron, al aplicar el mismo modelo que a población infantil y juvenil, en lugar de empoderarlos. Incluso en estados de bienestar avanzados, si bien los adultos mayores cuentan con redes más robustas de seguridad social y atención en salud, le están vedadas otras dimensiones de la ciudadanía como la autonomía y la participación (Etxeberría, 2008). Esto complejiza, a su vez, los sesgos en la toma de conciencia sobre derechos de los adultos mayores. DISPERSIÓN ETARIA EN INTENSIDAD Y RITMO DE ENVEJECIMIENTO: UN DESAFÍO DE ADAPTACIÓN DE POLÍTICAS Y DERECHOS • No es sólo que pasaremos en 40 años de 10 a 25 mayores de 60 por cada 100 habitantes en A. Latina (2012‐2050), sino que también aumenta la proporción de los más envejecidos (sobre 80). • La toma de conciencia debe contemplar la creciente diferenciación interna de la población de adultos mayores, vale decir, una gama más pormenorizada en niveles de autonomía, disposición a mantenerse dentro del “universo de los productivos”, rango de discapacidades y su variada exacerbación por historias de vida. La “fragilización” parece ubicarse con fuerza en el umbral de los 80. • Por lo mismo, pensar y normar derechos de los adultos mayores supone un equilibrio dinámico entre derechos asociados a la autonomía y participación, a la inclusión social, y a los cuidados. • La vejez se define a partir de los 60 a 65 años pero el envejecimiento es muy dispar entre las personas, mientras las categorías demográficas, sanitarias, legales y de responsabilidades sociales son más estancas. Esto produce asincronías cada vez mayores (entre edad sentida e imputada) a medida que se amplía la dispersión en ritmos de envejecimiento sin que se adecúe la construcción cultural. 2. ENVEJECIMIENTO Y DISCAPACIDAD: DE LA ASOCIACIÓN ESTIGMATIZANTE A LA CONJUGACIÓN DE ENFOQUES DE DERECHOS Evolución del concepto de discapacidad en la Convención sobre los derechos puede ser útil en el ámbito de los adultos mayores Modelo biomédico Consecuencias de la enfermedad como un problema “personal” M d l social Modelo i l Las consecuencias no son un atributo de la persona, sino un conjunto de alteraciones en la interacción de la persona y su medio Facilitar la adaptación de la persona a su situación Integración g social de las personas que sufren las consecuencias de una enfermedad Rehabilitación y cuidado de las necesidades diarias Fortalecimiento de las capacidades id d para lla funcionalidad Modelo de la autonomía funcional Las consecuencias de la enfermedad se consideran como una interacción compleja entre alteración de la salud y factores de contexto Tratamientos individuales y acción social que buscan cambios personales y cambios en el entorno Asistencia y apoyo de calidad para garantizar el derecho a ejercer la autonomía personal El concepto de discapacidad se está desplazando desde un modelo bio‐médico (donde la incapacidad queda circunscrita a la enfermedad como problema personal y al cuidado de necesidades diarias) hacia un modelo social (con énfasis en la interacción enfermedad como problema personal y al cuidado de necesidades diarias), hacia un modelo social (con énfasis en la interacción de las personas con el medio y la procura de mayor inclusión social de personas con discapacidad) y hacia un modelo de autonomía funcional que busca ampliar lo más posible la autonomía de las personas con discapacidad (o dilatar lo más posible la pérdida de autonomía) y mejorar la relación entre estas personas y su entorno. Se está cuestionando la tradicional “narrativa individualista” de la discapacidad para entender las relaciones fuertes entre discapacidad y exclusión social. En América Latina, los problemas de la visión y la movilidad tienen mayor prevalencia y aumentan con la edad… La prevalencia de la discapacidad es más elevada en los países donde el envejecimiento de la población está más avanzado Mayor concentración de personas con discapacidad en poblaciones de más edad con menos ingresos Envejecimiento y discapacidad: relaciones indispensables La Convención sobre los derechos de personas con discapacidad es un p p referente importante para la toma de conciencia e inclusión social de las personas de edad, pues la incidencia de discapacidades aumenta con la edad, y de manera notoria con el envejecimiento p , j g En más de la mitad de los países de América latina, las mujeres registran una tasa de prevalencia mucho más alta que la de los hombres, especialmente al llegar a los 60 años y más. p p p La prevalencia de la discapacidad es más elevada en los países donde el envejecimiento de la población está más avanzado. Ls brechas de discapacidades en la población más envejecida aumentan con la edad entre distintos niveles socioeconómicos. Las situaciones de dependencia y vulnerabilidad están potenciadas por las barreras físicas y sociales y pueden llevar a la exclusión. Por esto es clave la toma de conciencia para la inclusión social. TOMA DE CONCIENCIA E INCLUSIÓN SOCIAL EN UNA SOCIEDAD QUE ENVEJECE Martín Hopenhayn Director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL SSegundo Foro Internacional sobre los Derechos Humanos de las Personas Mayores, d F I t i l b l D h H d l P M Ciudad de México, 3 al 6 de junio de 2014