DOMINGO XVIII TIEMPO ORDINARIO AÑO IX – nº 454 – 3 / 8 / 2014 Liturgia y vida El hombre y la mujer del siglo XXI están sedientos y hambrientos de sentido y felicidad. El profeta Isaías invita a beber y a comer de balde. ¿Quién es el que nos da de beber y de comer?: el propio Dios que abre su mano y nos sacia de favores (Salmo). Siempre me ha impresionada el capítulo 8 de la Carta a los Romanos: “nada, ni nadie podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro. Dios quiere estar con nosotros, quiere ser “nuestro alimento vital”.El texto del evangelio está cargado de simbolismo. El milagro de la multiplicación de los panes está en los cuatro evangelistas. El número de cinco panes y dos peces (5 + 2 = 7) significa la plenitud del don de Dios. Y las «doce canastas» de sobras están significando la superabundancia de los dones de Dios. El número 5.000 representa simbólicamente una gran muchedumbre. Los apóstoles, acomodando a las gentes, repartiendo el pan y recogiendo las sobras, hacen referencia a la Iglesia, dispensadora del pan de los pobres y del pan de la Palabra y la Eucaristía. Jesús une la palabra y el pan. La Iglesia, si quiere ser fiel a Cristo, ha de unir a la palabra el pan de la caridad. Si mi prójimo dice: «tengo hambre», es un hecho físico para el hermano y moral para mí. Basta que pongamos nuestros cinco panes y dos peces. Y estos cinco panes y dos peces pueden ser quizá mis muchas o pocas virtudes, mis logros, triunfos pero también mis caídas y fracasos. En definitiva, basta que nos abramos completamente a Jesús y le demos todo lo que tengamos, sea poco o mucho, de esto Él se encarga. Los pastores de la Iglesia han de dar ese pan y ayudarnos a compartirlo. Deben ayudar a que llegue a todos, el pan material que acaba con el hambre del cuerpo, y el pan de la palabra y la Eucaristía, que sacia el hambre más existencial del hombre. La lacra del hambre es consecuencia de nuestro pecado, pues Dios ha puesto los bienes del mundo al servicio de todos, no de unos pocos. Nosotros podemos saciar el hambre, Jesús nos lo pide: "Dadles vosotros de comer". Son muchos los proyectos, acciones, actividades y servicios que realiza nuestra parroquia. Necesitamos tu ayuda: En este milagro de la multiplicación de los panes se ven como diseñadas las tareas pastorales de la Iglesia: predicar la palabra, repartir el pan eucarístico y servir el pan a los pobres. Este relato evangélico tiene un significado profundamente eucarístico. Después de alimentarse del "pan de la Palabra", la multitud se alimenta del "pan de la Eucaristía". El hambre de verdad y plenitud sólo puede saciarla Dios. La Eucaristía más que una obligación es una necesidad. Aquí venimos a saciar nuestra hambre, a celebrar nuestra fe, a saciarnos de los favores de Dios. Seríamos necios si no aprovecháramos este alimento que nos regala. Vivamos con intensidad cada gesto, cada palabra de la Eucaristía con actitudes sinceras de agradecimiento, alabanza, perdón, petición de ayuda y ofrecimiento de nuestra vida. ¿Hay algo más maravilloso en nuestro mundo? Y no nos reservemos para nosotros la gracia recibida. Son doce los cestos sobrantes, somos nosotros ahora los discípulos de Jesús, invitemos a todos a saborear y a vivir el gran don de la presencia de Dios entre nosotros. JOSÉ MARÍA MARTÍN, OSA - Con tu oración y/o tu tiempo compartido - Con tu aportación económica en el buzón de DONATIVOS, entregando relleno tu boletín de SUSCRIPCIÓN o en la cuenta de la parroquia en el Banco Popular ES72 0075 1214 8906 0017 6654 1 Palabra de Dios PRIMERA LECTURA Lectura del Profeta Isaías. Is 55, 1-3 Esto dice el Señor: -Oíd, sedientos todos; acudid por agua también los que no tenéis dinero; venid, comprad trigo; comed sin pagar, vino y leche de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta? ¿Y el salario en lo que no da hartura? Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos. Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David. SEGUNDA LECTURA Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos. Rm 8,35. 37-39 Hermanos: ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿La aflicción? ¿La angustia? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada? Pero en todo esto vencemos fácilmente por Aquél que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Mateo. Mt 14, 13-21 SALMO RESPONSORIAL Sal 144, 8-9. 15-16. 17-18. R./ Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores. En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquillo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: -Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer. Jesús les replicó: -No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer. Ellos le replicaron: -Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces. Les dijo: -Traédmelos. Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas su criaturas. Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo; abres tú la mano y sacias de favores a todo viviente. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. LECTURAS DE LA MISA PARA LA SEMANA Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado 2 4 5 6 7 8 9 San Juan María Vianney Ded. Basílica Santa María La Transfiguración del Señor San Sixto II, papa Santo Domingo de Guzmán Santa Teresa Benedicta de la Cruz Jer 28, 1-17 / Sal 118 / Mt 14,22-36 Jer 30,1-2.12-15.18-22 / Sal 101 / Mt 14, 22-36 Dn 7,9-10.13-14 / Sal 96 / Mt 17,1-9 Jer 31, 31-34 / Sal 50 / Mt 16, 13-23 Nah 2, 1.3; 3,1-3.6-7 / Sal: Dt 32,35-41 / Mt 16,24-28 Os 2,16b.17b.21-22 / Sal 44 / Mt 25,1-13 Esta es nuestra fe… HISTORIA DE LA IGLESIA Siglo XX Edad Contemporánea: Primera y Segunda Guerra Mundial (XIX) Viene de la semana pasada… Pío XI se las tuvo que ver con Adolfo Hitler y el nazismo. Hitler intentó un aparente acercamiento a los católicos por mediación de su vicecanciller, el conservador católico Von Papen, y solicitó la estipulación de un concordato con la Santa Sede. Y lo pidió al cardenal Pacelli, secretario de estado, que conocía bien los asuntos de Alemania pues había sido durante diez años nuncio apostólico en Baviera. Esta petición planteó inmediatamente el problema de la oportunidad de dicho concordato, pues la Santa Sede debería firmar un acuerdo con un régimen que violaba gravemente los derechos de la persona humana y manifestaba en su programa principios evidentemente anticristianos y antirreligiosos. Un concordato hubiera significado un acercamiento entre la iglesia y el régimen nazi, precisamente cuando crecían cada día más las hostilidades contra la Iglesia y contra los católicos, a la vez que se intensificaba la legislación antihumana con la ley del 14 de julio de 1933 relativa a la esterilización de las personas taradas y de los enfermos mentales. Un eventual rechazo hubiera supuesto un ulterior endurecimiento de los nazis en sus relaciones con la iglesia, mientras eran muchos los católicos que esperaban en la eficacia de un instrumento jurídico para defender a la iglesia y al hombre de las violencias, por lo menos en algunos ámbitos. Por otra parte, la Santa Sede no podía rechazar un concordato en cuanto el III Reich se había convertido en un estado unitario. Berlín tenía mucho interés de firmarlo y por ello las negociaciones fueron rápidas y las presiones numerosas. Pero deberían resolverse algunas cuestiones fundamentales como el futuro de las asociaciones católicas profesionales y la prohibición a los sacerdotes de inscribirse en los partidos. Von Papen insistió en limitar las asociaciones a las que eran de tipo puramente religioso y con finalidad exclusivamente religiosa, cultural y caritativa. Pío XI mostró resistencia porque temía que la iglesia quedara relegada a las sacristías, pero consiguió proteger a las asociaciones católicas que tenían finalidades sociales y profesionales y éste fue el mayor logro del concordato. En cuanto a la prohibición a los sacerdotes de adherir a partidos políticos, se convirtió en un arma contra los mismos nazis, que quisieron destruir el Zentrum, ya que el clero, apoyándose en el artículo que les prohibía militar en los partidos, evitaron inscribirse en el partido nazi. la Iglesia de regular libremente sus propios asuntos. A la Santa Sede le fue reconocida plena libertad para comunicarse con los obispos. En el ejercicio de su ministerio los eclesiásticos gozaban de la protección del estado, lo mismo que los funcionarios civiles. Los obispos prestarían juramento de fidelidad con la fómula: “Juro y prometo, como conviene a un obispo, fidelidad al Reich germánico y al Estado y trataré de impedir cualquier daño que pueda amenazarlo”. La enseñanza de la religión católica sería materia ordinaria en los planes docentes y las escuelas confesionales católicas tendrían garantizada su libertad. Se harían oraciones especiales por el Reich germánico. Gozarían de protección civil las asociaciones católicas que tuvieran finalidades exclusivamente religiosas, culturales y caritativas; lo mismo que las asociaciones que tuvieran finalidades sociales, siempre que dieran garantías de no desarrollar actividades de partido. A los eclesiásticos se les prohibió militar en los partidos políticos o desarrollar actividades a su favor. El concordato con Alemania por parte de la Santa Sede fue ante todo un concordato defensivo, pues el Papa Pío XI quería ahorrar a los católicos “en la medida humanamente posible las situaciones violentas y las tribulaciones que, en caso contrario, se podían prever con toda seguridad según las circunstancias de los tiempos”, como diría la encíclica Mit brennender Sorge, número 4. Desgraciadamente no pasó mucho tiempo para que Hitler demostrara lo que pensaba de esas garantías que dio a la Iglesia y cuál sería su actitud ante el catolicismo. La ejecución de dirigentes de las juventudes católicas durante la “Noche de los cuchillos largos” y el asesinato del canciller austriaco Dollfuss en el verano de 1934 fueron una señal más que suficiente. A partir de 1935, después del plebiscito sobre la cuenca del Saar, se desencadenó la campaña contra el clero y contra las asociaciones católicas. P. ANTONIO RIVERO, LC El concordato entre el Reich y el Vaticano se firmó el 20 de julio de 1933. La iglesia quería salvar lo salvable. En este concordato el Reich garantizó la libertad de la profesión y del ejercicio público de la religión católica y el derecho de RASTROLIBRO Fuente: Catholic.net Continúa… Parroquial benéfico Pásate por el “garaje” los domingos o pregunta en el despacho p. 3 AVISOS Inscripción Catequesis Horario de Verano Lotería de Navidad de la Parroquia 64.853 Ya podéis adquirirla en la Sacristía o en los horarios del Despacho Parroquial. Desde el lunes 16 de Junio hasta el 29 de Agosto, el horario de Misas de Verano es: Lunes a Viernes: 10 h. Sábados:11 h. y 20 h. (víspera) Domingos y festivos: 9 h., 10 h. (club social “La Berzosa”), 12 h. y 20 h. El Despacho Parroquial abre: Jueves de 19,30 h. a 21 h. y Sábados de 11,30 h. a 13h. Os informamos de que el plazo de inscripción para la catequesis de niños, adolescentes, jóvenes y adultos del curso 2014/15 ha comenzado. Podéis hacerla en los horarios del Despacho Parroquial. INTENCIONES DE MISA: DOMINGO LUNES MARTES MIÉRCOLES JUEVES VIERNES SÁBADO DOMINGO 3 4 5 6 7 8 9 10 9:00 - DIF. FAM. BENDITO CAÑIZARES, DIF. FAM. NAVAS MENDEZ, DIF. FAM. MARTINEZ POLO; 10:00 La Berzosa- EMILIO,GABRIEL, SARA, PACO Chiarri, LALI, HERLINDA Romero; 12:00 – POR EL PUEBLO; 20:00 10:00 - HERLINDA Romero, MARIANO, AURORA, JESÚS Brox, DIF. FAM. BROX HUGUET, DIF. FAM. BLANCO RODRÍGUEZ 10:00 - HERLINDA Romero, PAQUITA, DIF. FAM. VALDIVIESO DOMÍNGUEZ, ROSA ELENA, JUAN JOSÉ, Mª LUISA Y FAM. 10:00 - HERLINDA Romero, BARTOLOMÉ, CARLOS 10:00 - HERLINDA Romero, DIEGO, MARÍA, DIF. FAM. CUESTA, DIF.FAM.DE LA TORRE FDEZ 10:00 - PACO Chiarri, HERLINDA Romero, LUCHO, LUIS, ANGEL 11:00 - HERLINDA Romero, DIEGO, MARÍA; 20:00 - EUSEBIO, AMALIA 9:00 - DIF. FAM. BENDITO CAÑIZARES, DIF. FAM. ROCHE, DIF. FAM. ESCOBAR, DIF. FAM. ANDRADE; 10:00 La Berzosa- EMILIO, CONCHITA, TOMÁS, HERLINDA Romero; 12:00 – POR EL PUEBLO; 20:00 - Para interiorizar… FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR Esta semana, el día 6 de agosto, celebramos la Transfiguración del Señor, fiesta conocida por el célebre pasaje del Evangelio en el que se narra dicho episodio y sin embargo no tan conocido el mensaje y contenido que se nos ofrece. Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a un monte alto, y se transfiguró ante ellos, de modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestidos blancos como la luz. En esto se le aparecieron Moisés y Elías hablando con Él (Mt 17, 1-3). Esta visión produjo en los Apóstoles una felicidad incontenible; Pedro la expresa con estas palabras: Señor, ¡qué bien estamos aquí!; si quieres haré aquí tres tiendas: una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías (Mt 17, 4). Estaba tan contento que ni siquiera pensaba en sí mismo, ni en Santiago y Juan que le acompañaban. San Marcos, que recoge la catequesis del mismo San Pedro, añade que no sabía lo que decía (Mc 9, 6). Todavía estaba hablando cuando una nube resplandeciente los cubrió con y una voz desde la nube dijo: Éste es mi Hijo, el Amado, en quien tengo mis complacencias: escuchadle (Mt 17, 5). El misterio que celebramos no sólo fue un signo y anticipo de la glorificación de Cristo, sino también de la nuestra, pues, como nos enseña San Pablo, el Espíritu da testimonio junto con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos también herederos: herederos de Dios, coherederos de Cristo; con tal que padezcamos con Él, para ser con Él también glorificados (Rom 8, 16-17). Y añade el Apóstol: Porque estoy convencido de que los padecimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria futura que se ha de manifestar en nosotros (Rom 8, 18). Cualquier pequeño o gran sufrimiento que padezcamos por Cristo nada es si se mide con lo que nos espera. El Señor bendice con la Cruz, y especialmente cuando tiene dispuesto conceder bienes muy grandes. 4 Si en alguna ocasión nos hace gustar con más intensidad su Cruz, es señal de que nos considera hijos predilectos. Pueden llegar el dolor físico, humillaciones, fracasos, contradicciones familiares... No es el momento entonces de quedarnos tristes, sino de acudir al Señor y experimentar su amor paternal y su consuelo. Nunca nos faltará su ayuda para convertir esos aparentes males en grandes bienes para nuestra alma y para toda la Iglesia. ¿Qué será el Cielo que nos espera, donde contemplaremos, si somos fieles, a Cristo glorioso, no en un instante, sino en una eternidad sin fin? El recuerdo de aquellos momentos junto al Señor en el Tabor fueron sin duda de gran ayuda en tantas circunstancias difíciles y dolorosas de la vida de los tres discípulos. San Pedro lo recordará hasta el final de sus días. En una de sus Cartas, dirigida a los primeros cristianos para confortarlos en un momento de dura persecución, afirma que ellos, los Apóstoles, no han dado a conocer a Jesucristo siguiendo fábulas llenas de ingenio, sino porque hemos sido testigos oculares de su majestad. El Señor, momentáneamente, dejó entrever su divinidad, y los discípulos quedaron fuera de sí, llenos de una inmensa dicha, que llevarían en su alma toda la vida. “La transfiguración les revela a un Cristo que no se descubría en la vida de cada día. Está ante ellos como Alguien en quien se cumple la Alianza Antigua, y, sobre todo, como el Hijo elegido del Eterno Padre al que es preciso prestar fe absoluta y obediencia total” (Juan Pablo II, Homilía 27-II-1983), al que debemos buscar todos los días de nuestra existencia aquí en la tierra.