Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Cartas al Editor / Med Clin (Barc). 2011;137(3):139–142 grave a terceras personas es la causa que justificarı́a una excepción al deber de secreto, constituyendo también un eximente de responsabilidad penal (estado de necesidad). Con una mayor riqueza en matices, estarı́a la justificación de evitar un daño grave al propio paciente. La consideración de la sociedad hacia el menor ha variado a lo largo del tiempo y la tendencia de la actual legislación es favorecer la doctrina del ‘‘menor maduro’’. Nuestra responsabilidad es la de determinar los casos donde estamos realmente ante menores informados capaces de asumir su autonomı́a de decisión para poder conjugar el respeto a sus decisiones con la protección de su salud. Bibliografı́a 1. Sánchez M. El menor maduro. Bol Pediatr 2005;45:156–60. 2. American Academy of Pediatrics. Model act providing for consent of minors for health services. Pediatrics 1973;51:293. 3. Pérez M. The adult age in the medical field. Rev Clin Esp 2010;4:185–7. 141 4. Ley 41/2002, de 14 de noviembre, Básica Reguladora de la Autonomı́a del Paciente y de Derechos y Obligaciones en Materia de Información y Documentación Clı́nica. BOE, 15 de Noviembre de 2002. 5. Simón Lorda P, Rodrı́guez Salvador JJ, Martı́nez Maroto A, López Pisa RM, Júdez Gutiérrez J. Patients’ capacity for decision making. Med Clin (Barc) 2001;117: 419–26. 6. La persona menor de edad en el ámbito de la salud. Comité de Bioética de Catalunya (CBC) 2009 [consultado 25/08/2010]. Disponible en: http://www.gencat.cat/salut/depsalut/html/es/dir89/menorsalutesp.pdf 7. Pérez-Cárceles MD, Pereñiguez JE, Osuna E, Pérez-Flores D, Luna A. Primary care confidentiality for Spanish adolescents: fact or fiction? J Med Ethics 2006; 32:329–34. 8. Agencia Española de Protección de Datos. Informe 409/2004 sobre el acceso por el titular de la patria potestad a las historias clı́nicas de los menores [consultado 25/08/2010]. Disponible en: https://www.agpd.es/ Ana M. Peiró Presidenta del Comité de Bioética Asistencial, Departamento de Salud 19, Hospital General Universitario de Alicante, Alicante, España Correo electrónico: peiro_ana@gva.es (A.M. Peiró). doi:10.1016/j.medcli.2010.09.036 Hierro y riesgo cardiovascular en pacientes con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana Iron and cardiovascular risk in HIV-infected patients Sr. Editor: La publicación en Medicina Clı́nica de un trabajo original por Gallego et al1 y un editorial de Negredo y Rey-Joly2 acerca del riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) en pacientes con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), en los que se justifica y propone la intervención en los factores modificables como las dislipidemias1, la alerta ante la aparición de otras comorbilidades (enfermedades hepática, renal, ósea y oncológica) y la necesidad urgente de modificar la actitud ante los factores de riesgo cardiovascular (RCV) en esta población2, nos hace plantear la consideración de que el hierro (Fe), y su sobrecarga, puede ser otro factor implicado en la ECV y que las intervenciones preventivas o terapéuticas sobre el metabolismo del Fe pueden ser útiles, tanto para mejorar la evolución de la misma infección, como para alcanzar determinados objetivos terapéuticos en la ECV3. Nuestro conocimiento de la influencia del Fe en la infección por VIH, ası́ como su discutida función como factor de RCV se basa, entre otros, en los siguientes avances: 1. Estudios clı́nicos y experimentales han confirmado que el Fe aumenta el riesgo de infecciones virales y, aunque en contraste con hongos, protozoos y bacterias, los virus per se no necesitan Fe, las células del huésped sı́ lo necesitan para catalizar la sı́ntesis de las partı́culas virales4. 2. En la infección por el VIH, el Fe se acumula en macrófagos, microglia, células endoteliales y miocitos, y en las células infectadas por el VIH, el exceso de Fe aumenta la actividad de la transcriptasa inversa4. 3. La proteı́na Nef del VIH-1 reduce el 90% de la expresión de la proteı́na HFE en el macrófago, duplicando el Fe intramacrofágico y aumentando la sı́ntesis de VIH5. 4. La proteı́na Nef y el gen que la codifica (nef) podrı́an ser la conexión molecular entre el paciente infectado por VIH y la sobrecarga asociada de Fe6. 5. La sobrecarga de Fe en VIH, conocida como respuesta proinflamatoria, se asocia con mayor mortalidad y peor pronóstico y podrı́a en parte estar causada por algunos virus que infectan selectivamente células sobrecargadas de Fe que lo captan a través del receptor 1 de la transferrina (RTF1)7. 6. En las distintas comorbilidades en pacientes con VIH, descritas en el editorial2, la sobrecarga de Fe es un factor asociado a enfermedad, demostrando los recientes estudios clı́nicos y genéticos conexiones entre los metabolismos del Fe y el de los lı́pidos y la glucosa, ası́ como con la obesidad, diabetes e hipertensión8. 7. Desde que en 1981 Sullivan elaboró la ‘‘hipótesis del hierro’’ para justificar las diferencias entre sexo y RCV de tal manera que la menstruación en las mujeres condicionarı́a un escaso reservorio corporal de hierro y por tanto un menor RCV9, se discute la función del hierro y su sobrecarga como factor de RCV. Se propone que, cuando los factores de riesgo o enfermedades se asocian con sobrecarga de Fe, se realice la depleción de los excesos en los depósitos de Fe, incluso si son leves o moderados, para proteger frente al aumento del RCV que provocan estos depósitos elevados8. La depleción debe ser exclusivamente de los excesos de Fe depositados debido a que, por otra parte, la anemia ferropénica es un factor de riesgo independiente de ECV10. A la espera de estudios definitivos y con el fin de contrarrestar la acción del VIH, evitar el atesoramiento de Fe y mejorar el RCV en estos pacientes, proponemos asociar dietas que eviten los suplementos de Fe, tan habituales en ciertos productos alimenticios, y favorecer el consumo de alimentos que eviten su absorción intestinal (utilizar menos carne y más vegetales). Si se demuestra sobrecarga de Fe en estos pacientes por estudios analı́ticos (Fe, ferritina, ı́ndice de saturación de transferrina y receptor sérico de transferrina) ası́ como de imagen (resonancia magnética nuclear hepática), se deben indicar sangrı́as terapéuticas, o eritroaféresis, o el empleo de quelantes de Fe bien por vı́a parenteral (deferoxamina), bien oral (deferasirox). Por tanto, nos permitimos sugerir la valoración del metabolismo del Fe en los pacientes con infección por el VIH, pues los hallazgos de depósitos aumentados de Fe son criterios de peor pronóstico y mayor mortalidad y pueden favorecer el riesgo de ECV. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 142 Cartas al Editor / Med Clin (Barc). 2011;137(3):139–142 Bibliografı́a 1. Gallego M, Palacios R, Olalla J, Orihuela F, Roldán J, Santos J, et al. Colesterol ligado a lipoproteı́nas de baja densidad en una serie de pacientes con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Med Clin (Barc) 2010;135:202–4. 2. Negredo E, Rey-Joly C. Riesgo cardiovascular e infección por el virus de la inmunodeficiencia humana: un nuevo reto clı́nico. Med Clin (Barc) 2010;135: 209–11. 3. Del Castillo Rueda A, Khosravi Shahi P. Papel del hierro en la interacción entre el huésped y el patógeno. Med Clin (Barc) 2010;134:452–6. 4. Weinberg ED. Iron availability and infection. Biochim Biophys Acta 2009;1790: 600–5. 5. Drakesmith H, Chen N, Lederman H, Screaton G, Townsend A, Xu XN. HIV-1 Nef down-regulates the hemochromatosis protein HFE, manipulating cellular iron homeostasis. Proc Natl Acad Sci USA 2005;102:11017–22. 6. Asztalos BF, Mujawar Z, Morrow MP, Grant A, Pushkarsky, Wanke C, et al. Circulating Nef induces dyslipidemia in simian immunodeficiency virusinfected macaques by suppressing cholesterol efflux. J Infect Dis 2010;202: 614–23. 7. Drakesmith H, Prentice A. Viral infection and iron metabolism. Nat Rev Microbiol 2008;6:541–52. doi:10.1016/j.medcli.2010.07.027 8. Toxqui L, De Piero A, Courtois V, Bastida S, Sánchez-Muniz Vaquero MP. Deficiencia y sobrecarga de hierro; implicaciones en el estado oxidativo y la salud cardiovascular. Nutr Hosp 2010;25:350–65. 9. Sullivan JL. 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