2.a Conceptos básicos del tema. Bien: el bien para Tomás de Aquino es Dios, por esta razón el mal se considera una imperfección de ser, propio de seres contingentes. De ese bien participamos todos cuando realizamos un esfuerzo racional. No obstante, la razón en el entendimiento agente debe ser guiada por la revelación divina, por la fe, puesto que si no es así el hombre accederá a un bien imperfecto. Aunque podemos entender lo bueno en sentido sensible como lo apetecible, puesto que lo primero a lo que tiene acceso el ser humano es a su experiencia y lo sensible identifica lo bueno con los deseos o apetitos. El ser humano debe guiar estos deseos a través de las virtudes que pueden ser racionales (templanza, fortaleza, prudencia y justicia) o teologales (fe, esperanza y caridad). Naturaleza: la naturaleza posee un orden intrínseco, posee una ley. Esta ley natural se muestra al ser humano a través de su razón, como dirá Agustín: “está inscrita en los corazones de los hombres”. La ley natural es la ley moral y remite según santo Tomás a la ley eterna. La ley natural guía las leyes humanas (ley escrita o costumbre) y permite que las normas morales sean universales y objetivas. No obstante, la ley natural por sí misma puede equivocarse y, por esta razón, debe remitirse a la ley eterna que nos es revelada por Dios. Podríamos decir de forma simplona que la ley eterna remite al decálogo, dado por Dios a Moisés en el monte Oret. La ley natural se encuentra en el alma humana, en la parte esencial del ser humano y este alma ha sido creada por Dios, por lo que el alma puede acceder a través de la gracia divina a la ley eterna. Ley natural. Expuesto en naturaleza. Naturaleza humana: la naturaleza humana para santo Tomás es una naturaleza dual y compuesta. Es curioso que en el Nuevo Testamento no se presente esta dualidad. De hecho la dualidad cuerpo y alma aparece en relación con los Apologistas y los Padres de la Iglesia y en su intento de relacionar las teorías filosóficas griegas y el Cristianismo. La naturaleza humana por lo tanto, consta de cuerpo mortal y material y un alma inmortal. Tanto el cuerpo como el alma son creadas por Dios. Los seres humanos son contingentes, poseen una esencia separada de su existencia, eso convierte al hombre en un ser necesitado e incompleto, que posee una existencia potencial frente a Dios que sería una existencia actualizada. La forma humana es el alma inmortal y origen del conocimiento y la vida. Vía de la fe: según Tomás de Aquino la fe es un modo de conocimiento al igual que lo es la razón. Evidentemente la fe es el criterio de autoridad, es decir, la fe es revelada por Dios, viene de Dios y, puesto que Dios es perfecto, la fe es un conocimiento perfecto. En consecuencia, toda verdad revelada es una verdad absoluta e incuestionable. Sin embargo, Tomás no estará de acuerdo con San Agustín en que la fe sea el único modo válido de conocimiento, al menos a la hora de conocer la realidad física. De hecho, su concepción se asemeja a la de Averroes, según el cual existen dos modos de acceder a la verdad, a través de la fe y a través de la razón. Aquellos que no sean capaces de acceder a la verdad a través de la razón, tendrán que servirse exclusivamente de la fe. Así pues, existe una vía racional de acceso a las verdades físicas y lógicas y una vía de la fe que nos lleva a verdades reveladas. En caso de conflicto, Tomás siempre atenderá a la revelación y dejará de lado lo que defienda la razón. No obstante, hay que reconocerle a Santo Tomás el intento de racionalizar algunos aspectos de la verdad revelada1 como la demostración de la existencia de Dios. Entendimiento en Tomás se encuentra en el alma humana, creada por Dios. Existen dos tipos de entendimiento al igual en Aristóteles, el entendimiento paciente y el entendimiento agente. El entendimiento paciente es aquel capaz de abstraer el concepto de los objetos físicos y el agente el que, con ayuda de la gracia divina, llega a la forma o las ideas que se encuentran en la mente de Dios. El entendimiento debe realizar un esfuerzo de abstracción continua y debe partir de los datos ofrecidos por la experiencia. Inclinación o apetito tiene que ver con los deseos humanos. Lo primero que el hombre conoce son esos deseos o apetitos y cómo controlarlos a través de la virtud de la templanza o moderación. El ser humano tendrá que servirse de su conocimiento para acceder a las virtudes morales racionales como prudencia, que impondrán el término medio a todos lo deseos. No obstante, esta inclinación debe estar guiada, en último término, por las virtudes provenientes de la revelación divina, puesto que es el único medio del que dispone el hombre para acceder al bien. Recordemos que el ser humano 1 Intento de racionalizar el criterio de verdad. participa de Dios, del Bien y tiende a él con el esfuerzo de su razón ayudada por la fe. Razón práctica o la capacidad del hombre para hacer el bien y, como sostendrá santo Tomás conocerlo. El ser humano tiene acceso al bien porque puede conocer a Dios a través de la fe. Dios se muestra a todo ser por la gracia, pero el individuo debe querer aceptar esa gracia, debe plegar su razón a la fe. La capacidad para el bien viene dada por la razón y el conocimiento de las virtudes y de la ley natural y eterna, así como por el conocimiento del orden en el mundo y en el tiempo. En último término, la razón práctica guía a la razón especulativa, puesto que todo el sistema tomista tiende a un mismo fin, la liberación del hombre por Dios y su acceso al Bien y la felicidad. Orden práctico es el ámbito de conocimiento que se relaciona con la ética y la política frente al ámbito especulativo que estudia la realidad y se basa en los principios lógicos y la revelación divina. El orden práctico se liga a la ley eterna, a la ley de Dios. Esta ley defiende la existencia del bien en el mundo, el problema es que en el mundo reina el caos o el mal. Para sortear este problema, santo Tomás defenderá que el bien se va desarrollando a lo largo de la historia, de tal modo, que Dios proveerá. Esto cobra sentido en la idea que surge ligada a san Agustín y Tomás de que no hay mal que por bien no venga, que significa que el mal actual tendrá una consecuencia positiva en un futuro. Dios: Santo Tomás defenderá que Dios es infinito, por esta razón la esencia (definición de Dios) no puede recortar la existencia. Pongamos en claro que la existencia es infinita y que todos los seres creados y contingentes están limitados por su esencia. No obstante, si la esencia de Dios es infinita, es imposible que su existencia se limite. Por eso decimos que Dios es el único ser en el que coinciden esencia y existencia, es el único ser que posee una existencia actualizada. Además Dios es el creador del mundo de la nada y posee una serie de atributos, a saber es eterno, es perfecto, omnisapiente, omnipotente, está en todas partes y es el Bien supremo y la Verdad. 2. c. Justificación del tema (parte onto-epistemológica) El conocimiento humano comienza por la experiencia, porque lo primero que conocemos son los objetos concretos de la experiencia. Nuestra alma racional, usando el entendimiento paciente, abstrae de estos objetos concretos de la experiencia el concepto general. Dicho concepto general por un proceso de abstracción llegará hasta la esencia (ideas platónicas) gracias a que nuestra alma racional se servirá del entendimiento agente. El entendimiento agente actualiza el concepto, lo perfecciona, porque este entendimiento se encuentra iluminado por la luz divina. Así pues el hombre debe realizar un esfuerzo constante para acercarse a la verdad que se encuentra en la mente divina y que son las Ideas. A este esfuerzo Tomás le llamará participación del entendimiento humano en la luz divina, en la esencia o ideas. Ya que Dios no es lo primero que conocemos debemos probar la existencia de Dios no desde la lógica, sino desde la experiencia. Por esta razón, todas las vías para probar la existencia de Dios parten de la experiencia y van ascendiendo racionalmente hasta llegar a Dios. Para Tomás de Aquino una cosa es la Teología y otra la Filosofía, ambas poseen ámbitos diferentes, sin embargo existen algunos aspectos de la fe que pueden ser explicados por la razón humana, uno de ellos es poder probar la existencia de Dios. Para Tomás lo único real es Dios, porque no necesita de nada para existir y además no ha sido creado, es eterno, es todopoderoso, lo sabe todo, está en todas partes, es uno, es perfecto y es el Bien. Todo esto son atributos de Dios, pero no son Dios. A Dios no podemos conocerlo, porque no podemos abstraer o separar la esencia de la existencia. Y sabemos de su existencia, porque aparece en la Biblia, en el libro del Éxodo. En Dios coinciden esencia y existencia, ya que Dios posee una existencia infinita y la esencia no puede recortar a Dios. Los seres no pueden existir sin la sustancia primera o Dios, porque todos los seres que existen son contingentes. La contingencia está relacionada con lo accidental y concreto, es decir, existe en un momento (tiempo) determinado y en lugar concreto (espacio). Además lo contingente es algo que existe, pero no tiene por qué existir. Es decir, contingente se opone a necesario. Un ser es contingente porque está compuesto. La composición de los seres es de esencia y existencia. La esencia es lo que recorta y define la existencia, es decir, la esencia limita la existencia. La existencia es lo que es o existe. La esencia es el universal que abstraemos o separamos usando la razón, ese universal posee una existencia separada, puesto que la esencia de las cosas se encuentra en la mente de Dios y posee el nombre de Ideas. Dios no posee una esencia separada de la existencia, ya que Dios es el creador de las cosas y los seres. Para poder crear es preciso poseer una existencia ilimitada o infinita y si la existencia de Dios es infinita, eso significa que la esencia de Dios no puede limitar su existencia. Por lo tanto, en Dios esencia y existencia coinciden. La esencia representa en los seres creados el acto y la existencia la potencia. La potencia es una posibilidad de existir, no es algo negativo. La esencia es el acto, el motor de la existencia en los individuos creados. El único ser que es en acto es Dios, posee una existencia actualizada, el resto de criaturas posee una existencia potencial y limitada (primera vía). La realidad o el mundo en Tomás está jerarquizada, es decir, ordenada desde el Ser supremo o Dios hasta la materia. En primer lugar, los ángeles no poseen materia, porque no tienen cuerpo. Sin embargo, Tomás no puede aceptar que los ángeles sean iguales a Dios. Por esta razón, aunque sean Formas puras, los ángeles no poseen identidad entre la esencia y la existencia. Un ángel representa una especie completa por sí mismo, pero no es Dios, no posee la existencia por sí mismo, necesita ser creado por Dios. En segundo lugar, el ser humano está compuesto de materia y forma. La forma es su esencia y en el caso del ser humano su forma o esencia es su alma inmortal y racional. La materia en el hombre es el cuerpo que está sujeto al cambio y es mortal. En tercer lugar, los animales y objetos físicos poseen una materia o cuerpo y una forma o esencia general que los seres humanos podemos abstraer con ayuda de nuestra razón. La forma es el motor de la materia, lo que hace que el cuerpo cambie, se transforme. La forma actualiza la materia, porque provoca el cambio en la materia. El ser primordial es Dios, el Acto Puro, el Primer Motor, el Ser. Dios crea el mundo, pero de forma ordenada y lo crea en relación con su conocimiento. Cada una de las inteligencias o formas son motores intermedios entre los seres inferiores y Dios (vía cuatro).Por otro lado, Dios es una inteligencia pura y las inteligencias poseen en sí el conocimiento. El acto de la creación es un acto de conocimiento, por eso los seres más cercanos a Dios poseen inteligencia y los más alejados no la poseen. Sin embargo, como Dios crea el mundo ese mundo se parece a Dios y por eso todos los seres que existen participan de algún modo de Dios. 2. c. Justificación del tema (parte ético-política) La ética tomista se debe a la agustina, es decir, Tomás parte de la unión que hace el de Tagaste2 entre el mensaje mesiánico y el eudemonismo naturalista. Recordemos que la ética de San Agustín parte de la búsqueda de la felicidad que se encuentra inscrita en la razón humana y necesita de la fe para llegar a vivir rectamente (conocer las normas divinas: el amor a Dios y al prójimo) y alcanzar esa felicidad. Ahora bien, para San Agustín lo primero que conocemos es a Dios, pero para Santo Tomás es la experiencia. Por esta razón, el recorrido en la ética es inverso al agustiniano: no deseamos la felicidad y actuamos; conocemos las normas humanas y actuamos, es decir, lo que mueve al hombre es el deseo de conocer3 y ese deseo forma parte de la búsqueda de la felicidad. Santo Tomás ha cambiado la concepción del bien, que ya no vamos a alcanzar con la voluntad y el amor sino con el conocimiento de la verdad. Para entender la ética y la política del aquinate, debemos estudiar los actos, las virtudes y la ley. Los actos son el producto de una actuación y, según el de Aquino, este quehacer es guiado por la esencia, por la naturaleza4 de los seres. En el caso del ser humano es la voluntad5 y la conciencia los que dirigen toda actuación, con lo que nos caracterizamos por ser dueños de nuestros actos ¿Por qué somos dueños de nuestro modo de actuar? Porque poseemos la capacidad de pensar y razonar y eso nos hace libres. El no saber lo que somos nos permite no estar delimitados de forma natural y poder perseguir un fin en todos nuestros actos. La consecuencia es que todos nuestros actos son en potencia, porque se busca un fin último y este fin solo puede ser Dios. Aquel que conoce a Dios participa de la felicidad y la perfección. Pero dijimos que Tomás parte en su ética de la idea contraria a San Agustín, porque parte de la experiencia. En la ética partir de la experiencia es partir de aquello que conocemos en primer lugar y eso son los deseos 2 Se refiere a San Agustín que como ya sabemos nace en Tagaste. Cuando hablamos de conocimiento nos referimos al conocimiento lógico. 4 Se identifica con la razón y, por lo tanto, con la ley natural 5 La voluntad no guiada por el amor como en San Agustín sino por la razón y el deseo de conocer. 3 o apetitos. Para controlar los apetitos tenemos necesidad de las virtudes, que como en San Agustín pueden ser racionales y teologales. Las virtudes racionales son la templanza, la fortaleza, la prudencia y la justicia. Estas virtudes resultan insuficientes sin que Dios ilumine nuestra alma con las virtudes teologales, a saber, fe, esperanza y caridad. Para alcanzar una buena vida necesitamos que Dios ilumine nuestra razón con su sabiduría, sólo así podremos poner medida a nuestro apetito, llegar al justo medio y obrar por nosotros mismos y no por conseguir algo externo. Podemos decir que es pecado todo aquello que nos deshumaniza por alejarnos de la ley eterna. Según Santo Tomás existen tres tipos de leyes: la ley humana que es imperfecta y persigue la paz y el orden social, la ley eterna que es fundamento extrínseco de la ley humana. La ley humana es la ley escrita, el Derecho que en Tomás se encuentra relacionado con el derecho romano. El derecho puede ser natural, de gentes y civil. El objeto del derecho es la justicia. Con la ley eterna Santo Tomás intenta dar un fundamento racional al criterio de autoridad y construir una moral objetiva en la que exista un bien universal. Para poder conectar la ley humana y la ley eterna, Tomás crea un principio que se encuentra inscrito en los corazones de los hombres y que se llama ley natural. La ley natural posee unos principios que todos conocemos y que están inscritos en los corazones de los seres humanos y gracias a ellos la razón humana puede reflexionar sobre la ley natural. Para que la ley pueda darse en el mundo es preciso que exista el orden, sólo si el mundo está ordenado, podremos conocerlo y conocer su ley. De hecho sólo si es posible el conocimiento de la ley es posible la ética y el conformar nuestra vida respecto a sus preceptos. Debemos recordar que el concepto de orden viene dado desde el mundo griego en relación con la jerarquía en el ser o existencia. En este sentido, el orden que propone Santo Tomás se pliega a la posibilidad del conocimiento, puesto que Dios creó el mundo en un acto de conocimiento. Como consecuencia, el ser humano posee un conocimiento teórico que estudia el orden subyacente a los objetos físicos y cómo ese orden puede ser descubierto por la razón, gracias a la lógica. Los principios lógicos están sujetos a la razón natural y ésta busca las causas, unas intrínsecas (materia y forma) y otras extrínsecas (agente y final). Tomás de Aquino sintetiza en el concepto de naturaleza el ser aristotélico (materia y forma) y el concepto de devenir de los profetas bíblicos (causa agente y final), para que el mundo imperfecto y desordenado en el que tiene cabida el mal, pueda revertir ese mal y transformarlo en bien. Será este último aspecto, la causa agente y final relacionada en Dios y con la providencia, la que permita el triunfo del bien en el mundo. El triunfo del bien o de Dios se produce por el conocimiento de la ley eterna que nos es revelada y por el conocimiento de la ley natural que nos ayuda a alcanzar la vida buena y la felicidad. 3. Compara el tema del texto con otra corriente filosófica o las ideas de otro autor. Vamos a comparar las ideas de Tomás en este texto con la posición filosófica platónica. En primer lugar en lo que respecta al conocimiento debemos reseñar que en tanto Platón cree que el origen del conocimiento se encuentra en la razón en Tomás puede hallarse en la fe o en la razón. Para Tomás de Aquino como para Aristóteles todo conocimiento comienza por la experiencia, lo que va contra Platón que supone que la experiencia nos engaña. Por esta razón, el aquinate6, en las cinco vías para demostrar la existencia de Dios, comienza por los datos perceptibles. El conocimiento racional, según el santo, es la capacidad humana de abstraer la forma de los objetos y seres del mundo físico. En Tomás existe un entendimiento paciente y un entendimiento agente. El entendimiento paciente abstrae el concepto en tanto el entendimiento agente consigue llegar a la forma por la gracia divina. En el caso del ateniense7 el conocimiento racional puede ser discursivo o dialéctico. El primero es un conocimiento imperfecto y matemático y el segundo es el conocimiento de las ideas. De algún modo, se parecen estos dos tipos de conocimiento, a saber, el conocimiento discursivo al entendimiento paciente y el conocimiento dialéctico al entendimiento agente. La razón de que se parezcan tanto se debe a que Santo Tomás sintetizó las ideas de Aristóteles y las ideas platónicas recibidas a través de la tradición patrística. Recordemos la teoría de la iluminación agustina8 basada en el conocimiento del alma por la gracia de Dios. Dios ilumina el alma y le permite a través de la fe alcanzar la verdad. Esta idea la asume 6 7 8 Se refiere a Tomás de Aquino Se refiere a Platón. Se refiere a San Agustín Tomás, pero sólo después de que el alma o entendimiento realiza un esfuerzo de abstracción será cuando, si es iluminada por la gracia alcance la verdad o las ideas. La iluminación se encuentra en relación con el “Símil del Sol” platónico, recordemos que la idea de bien se semeja al Sol y como este ilumina el alma o la razón. Es por la luz del sol que el hombre llega al conocimiento de las ideas. La realidad se pliega en Tomás a Dios que es Verdad, Ser, dador de existencia. Dios es infinito y en él se identifican esencia y existencia. No obstante, para Platón dios se identifica con el Demiurgo y este no es la Verdad ni el Ser ni es infinito. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el Dios de Tomás nace del Demiurgo y la idea de bien platónica, puesto que en el neoplatonismo se comienza a dar el concepto de un dios trascendente por debajo del cual se encuentran las ideas. No obstante, para los neoplatónicos, dios no crea el mundo de la nada. San Agustín introdujo las ideas en la mente de Dios para conseguir que Dios pueda crear de la nada. Esta idea será la que admita Tomás de Aquino. Por otro lado, la realidad tomista se encuentra jerarquizada y se ordena al igual que la realidad platónica. Las diferencias son el grado ocupado por cada una de las realidades. Así todos los seres son contingentes respecto a Dios. En el caso de Platón el grado de ser no se produce respecto a Dios sino respecto a la idea de bien que es la idea primera. Por debajo de la idea primera se encuentra el resto de ideas ordenadas y por debajo se encuentra el ser humano y por último los seres sensibles. En caso de Tomás por debajo de Dios se hallan los ángeles o inteligencias puras, en el peldaño inferior está el hombre y, por último, encontramos a los animales y seres sensibles. Es evidente que Platón no habla de ángeles como Tomás. En lo tocante al ser humano, veremos que Platón defiende una dualidad antropológica (cuerpo y alma) al igual que Tomás. La diferencia la hallamos en que para Platón el alma se reencarna y para Tomás no, el alma es inmortal pero no se reencarna, es creada directamente por Dios. Tanto para Platón como para Tomás el cuerpo es material y sensible y mortal. El orden impuesto a nivel histórico y temporal y basado en el concepto de providencia divina no aparece en Platón, para Platón y el mundo griego en general el orden temporal es circular, no lineal y liberador. El orden griego se basa en una especie de eterno retorno de lo mismo, de ahí la rencarnación a nivel personal y la idea de fin y nuevo comienzo del mundo. La historia para los griegos es degenerativa y decadente, la idea de un progreso y una liberación surge en relación con el pensamiento judeo-cristiano. Opinión personal. (Opción onto-epistemológica) Las pruebas para demostrar la existencia de Dios, hoy día no son aceptadas en filosofía, puesto que se identifica a Dios a con lo irracional. Digamos que el pensamiento moderno se adhiere a la concepción tardomedieval (Ockam o Escoto) que defienden que dios es incomprensible para la razón humana (Voluntarismo) y separa definitivamente lo estudiado por la razón y comprensible para la mente humana de la fe. Es decir, la fe ya no es un modo de conocimiento. Por esta razón, en la actualidad no se estudia teología en las universidades de Filosofía sino que se estudia teodicea, dicho de otro modo, se estudia la necesidad de creer del ser humano, la fenomenología de lo religioso. En lo que respecta a los argumentos contra la existencia de Dios podemos concluir que la idea de la existencia del mal en el mundo y su incongruencia respecto de la existencia de un ser todopoderoso y bueno, ha servido como argumento para posturas ateas, tenemos un ejemplo en Schopenhauer. Opinión personal. (Opción ético-política) La idea de un derecho natural o ley natural es aceptada y mantenida hasta el siglo XIX en el que entran en juego posturas como el positivismo. El positivismo defiende que el derecho natural permite una interpretación de la ley y como tal es subjetivo. El positivismo sostiene la objetividad de la ley, porque es el modo de evitar la injusticia, puesto que en tal caso no se trata a todo el mundo por igual. Aun así, el positivismo legal también tiene sus fallos, puesto que la ley escrita no puede adherirse a todos y cada uno de los casos particulares que pueden presentarse y entonces precisa una interpretación de la ley. En la actualidad, las teorías pretenden aunar la posibilidad de interpretar la ley y el positivismo a través del diálogo racional y el consenso.