343479. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo CV, Pág. 168. SOCIEDADES MERCANTILES NULAS POR FALTA DE FORMA, LIQUIDACION DE LAS. La Suprema Corte de Justicia ha resuelto que las sociedades nulas por defecto de forma, deben liquidarse, y a la misma conclusión se llega si se examina el punto con arreglo a la ley o a la doctrina. El Código de Comercio no determina cuáles son los efectos de la declaración de nulidad de una sociedad mercantil, por omisiones formales o porque su objeto sea ilícito; por lo que la cuestión debe resolverse acudiendo a la ley civil, como supletoria de la mercantil. El artículo 2222 del Código Civil de mil ochocientos ochenta y cuatro establecía lo siguientes: "Si se formare de hecho una sociedad que no pueda subsistir legalmente, los socios tendrán en todo tiempo la facultad de pedir que se liquiden las operaciones anteriores y que se les devuelvan las cosas que hayan llevado". Es evidente que con arreglo a este artículo, una sociedad nula, que por serlo no puede subsistir, deberá liquidarse; si la nulidad es absoluta, porque tenga su causa en la violación de una ley de interés público, cualquiera de los socios puede pedir su liquidación. Por otra parte, la Ley General de Sociedades Mercantiles vigente no establece principio alguno general relativo a la situación jurídica que se produce por virtud de un fallo ejecutoriado que declara la nulidad de una sociedad mercantil. El único artículo que contempla esta situación, es el tercero de dicha ley; pero los artículos 234 y 244 de la misma, disponen que disuelta una sociedad, se pondrá en liquidación, lo que pone de manifiesto que la ley de referencia no excluye la liquidación a ninguna sociedad, bien sea por disolución o por declaración de nulidad. En consecuencia, ora por la aplicación analógica del artículo 3o., de la ley de sociedades, ora por el acatamiento del derecho común, debe concluirse que se impone la liquidación de una sociedad mercantil declarada nula. Es cierto que el artículo 2226 del Código Civil vigente en el Distrito y Territorios Federales establece que "La nulidad absoluta, por regla general, no impide que el acto produzca provisionalmente sus efectos, los cuales serán destruidos retroactivamente cuando se pronuncie por el Juez la nulidad. De ella puede prevalerse todo interesado y no desaparecer por la confirmación o la prescripción"; pero también lo es que debe tenerse en cuenta no sólo lo que dicho precepto previene, sino lo que ordenan los artículos 2239 y 2240 del propio código, disposiciones que respectivamente son del siguiente tenor: "La anulación del acto obliga a las partes a restituirse mutuamente lo que han recibido o percibido en virtud o por consecuencia del acto anulado". "Si el acto fuere bilateral y las obligaciones correlativas consisten ambas en sumas de dinero o en cosas productivas de frutos, no se hará la restitución respectiva de intereses o frutos, sino desde el día de la demanda de nulidad. Los intereses y los frutos percibidos hasta esa época se compensan entre sí". Analizando el contenido de estos preceptos, se llega a la conclusión de que lo que en realidad ordenan es que se practique una liquidación de las operaciones efectuadas por la sociedad, cuando se trata de la nulidad del pacto social, porque la restitución mutua de lo percibido o recibido de los frutos y de los intereses, constituye notoriamente una liquidación judicial. Por lo que toca al artículo 1680 del Código Civil de mil ochocientos ochenta y cuatro, que dispone que "Declarada la nulidad del contrato, cada uno de los contratantes recobrará la cosa que hubiere prestado con sus frutos o el valor de éstos, y el que aquélla tenía cuando se perdió, con los intereses, si no fuere posible la restitución en especie", debe decirse que lo que en realidad previene esta disposición, es que se liquide la situación de hecho creada por el acto nulo, pues a tal cosa equivale que las partes se devuelvan lo que hayan aportado, con motivo de dicho acto, con sus frutos o el valor de ellos. En resumen, debe establecerse que ante el silencio de la ley mercantil sobre la forma de liquidar una sociedad declarada nula, se impone admitir su procedencia, por analogía o por mayoría de razón, con la ley civil. Por lo demás, los -1- 343479. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo CV, Pág. 168. jurisconsultos están de acuerdo en que las sociedades nulas y las de hecho, deben liquidarse, y lo único que discuten es la forma en que ha de practicarse la liquidación, si de acuerdo con la ley o con los estatutos (Lyon-Caen Renault, Tomo II, página 785; Rodolfo Rousseau. Tratado Teórico y Práctico de las Sociedades Mercantiles, Tomo I, páginas 82 y 83; J. Hermmard, Teoría y Práctica de Nulidad de Sociedades y de las Sociedades de Hecho, páginas 71, 73, 86, 108, 214, 126, 329, 321, 388, 570, 656, 774, 775, 787 y 788). Amparo civil directo 94/49. Rodríguez Pedro y coagraviados. 6 de julio de 1950. Mayoría de tres votos. Disidentes: Roque Estrada e Hilario Medina. Ponente: Carlos I. Meléndez. -2-