TEMA 13 La Historia de la Iglesia contemporánea viene marcada por la relación y rechazo de la Iglesia con la Ilustración. Ante las realidades del absolutismo, la revolución francesa, el liberalismo, entre otras, la Iglesia reaccionó convocando el Concilio Vaticano I como un intento de respuesta y superación de esta situación. En el último siglo la Iglesia se plantea una actitud más abierta de diálogo ante el mundo, que culminará en la celebración del Concilio Vaticano II. 1. INTRODUCCIÓN Comenzamos este período de la Iglesia con el fenómeno ilustrado que marcará toda la historia de la Iglesia contemporánea, así como la situación que surge fruto de los distintos movimientos y acontecimientos que van surgiendo tales como la revolución francesa o el liberalismo entre otros. El centralismo papal de esta época hace que se pueda casi identificar historia de la Iglesia con historia de los pontificados, por lo que haremos un seguimiento de los más importantes, marcando el ritmo los dos grandes concilios de la época contemporánea, a saber el Concilio Vaticano I, en el pontificado de Pío IX y el concilio Vaticano II, en los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI. 13.1 ESQUEMA DEL TEMA − Línea divisoria entre la Edad Moderna y Contemporánea. − La Ilustración y su relación con la Iglesia: aspectos negativos y positivos. − El absolutismo, la revolución francesa y el liberalismo, como realidades que afectaron profundamente a la vida de la Iglesia. − El Vaticano I como respuesta a la problemática creada por la Ilustración y sus consecuencias. − El Vaticano II, como culminación de una actitud de la Iglesia más abierta ante el mundo, en el siglo XX. 13.2 1. 2. 3. 4. 5. 13.3 1. • • IDEAS FUNDAMENTALES PARA EL DESARROLLO DEL TEMA Línea divisoria entre la Edad Moderna y Contemporánea. La Ilustración y su relación con la Iglesia: aspectos negativos y positivos. El absolutismo, la revolución francesa y el liberalismo, como realidades que afectaron profundamente a la vida de la Iglesia. El Vaticano I como respuesta a la problemática creada por la Ilustración y sus consecuencias. El Vaticano II, como culminación de una actitud de la Iglesia más abierta ante el mundo, en el siglo XX. DESARROLLO DEL FUNDAMENTALES TEMA CON ORIENTACIÓN SOBRE LAS IDEAS LÍNEA DIVISORIA ENTRE LA EDAD MODERNA Y CONTEMPORÁNEA (Hª Iglesia) Como verdadera y auténtica línea divisoria ente la E. Moderna y Contemporánea se considera la revolución francesa, que marca el comienzo o, mejor, la agudización de la descristianización. La religiosidad comienza a quedar reducida a un ámbito personal y privado. 13.1 • En esta línea divisoria intervienen también los otros movimientos: absolutismo y liberalismo. 2. LA ILUSTRACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA IGLESIA: ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS LA ILUSTRACIÓN La Ilustración es una actitud cultural, cuya característica fundamental es el racionalismo, es decir, el convencimiento de que el juicio de la razón humana es el único camino válido para la comprensión del hombre y para la construcción del mundo. Por lo que reconoce sólo a una Dios autor de la naturaleza, pero rechaza la revelación. El siglo XV es el siglo de la Ilustración por antonomasia y, aunque posteriormente surgieron fuertes corrientes de pensamiento contrarias, la Ilustración todavía está presente en la historia contemporánea, pues la cultura mundial, que hoy se extiende sobre nuestro planeta, impulsada por los avances prácticos en el campo de la ciencia, se basa, en definitiva, en la Ilustración del siglo XV. Como todos los grandes fenómenos históricos, también la Ilustración ejerció su influjo en la Iglesia, y según suele ocurrir, tuvo sus aspectos positivos y negativos. Entre los aspectos negativos, derivados de la insistencia exclusiva y obsesiva en la ideas fundamentales de la naturaleza y razón, hemos de señalar la aparición del deísmo1, es decir de la negación de lo sobrenatural y de todo aquello que supera la razón (milagros, profecías, etc). En consecuencia, se aceptaba una religión natural fundada en los principios no éticos, a saber la afirmación de un Dios arquitecto del universo, de la espiritualidad del hombre y de una inmortalidad no bien definida, aunque no ciertamente personal, y se combatían como superstición y antigualla toda religión revelada, y de modo particular el cristianismo. En este clima se encuadro la lucha que sobre todo los soberanos borbónicos mantuvieron con la Compañía de Jesús, considerada una verdadera potencia tanto cultural como política y económica, y un firme baluarte de aquella Iglesia a la que quizás se quería purificar, pero antes que nada someter, hasta inducir al papa Clemente XIV a suprimirla (1773) para evitar males mayores. Además se formularon críticas contra muchas formas de piedad y contra el excesivo número de fiestas religiosas porque limitaba el ya escaso lucro de los campesinos y de los obreros; contra el numero aún excesivo de conventos a pesar de las reducciones ya efectuadas por soberanos y papas, situación que empujaba al ocio y a la relajación mientras se propagaban tendencias antipapales y la aspiración a una Iglesia de Estado. Bajo el influjo iluminista se constituyeron, sobre todo en Austria y Alemania, “círculos de estudios en los que se discutían principios fundamentales destinados a influir, aunque no inmediatamente, en el futuro de Iglesia. Así la polémica sobre la liturgia en lengua vulgar, que tenía como finalidad hacerla más accesible al pueblo; la relativa a la exterioridad del culto, que debería ser sustituida por una vuelta a lo esencial del amor de Dios y del prójimo con numerosas iniciativas de caridad y la consideración de la Biblia como fuente primaria de la teología y de la predicación. También las grandes obras de erudición perteneces a este, contexto positivo de la Ilustración. 3. EL ABSOLUTISMO, LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y EL LIBERALISMO, REALIDADES QUE AFECTARON PROFUNDAMENTE A LA VIDA DE LA IGLESIA. 1 Doctrina religiosa que admite la existencia de Dios, pero no su intervención en los actos humanos, ni la revelación y que rechaza el culto externo. 13.2 EL ABSOLUTISMO2 El Absolutismo de los Estados europeos, en los siglos XV y XVI, ejerció una pesada tutela sobre la Iglesia. La concepción del rey investido por Dios de su autoridad no se ponía todavía en duda y, por ello, aquellos soberanos por derecho divino y, por tanto, independientes de cualquier otra autoridad, se mostraban firmes en sus pretensiones sobre la Iglesia y se apoyaban en ella como instrumento para mantener a sus súbditos en el respeto y la obediencia. Por otra parte se veían obligados a hacerlo, pues la unidad política tenía que fundarse en la religiosa. Debía haber un solo rey, una sola religión; de ahí la persecución inglesa contra los católicos o la francesa contra los hugonotes. El Estado se constituía en garante de la fe lo que permitía recurrir a tribunales estatales contra los decretos de la autoridad eclesiástica, el oponerse al nombramiento o elección de personas eclesiásticas no gratas, aunque se tratase del papa, hasta llegar a someter al nihil obstad soberano a todos los actos del papa y de los obispos. También la Iglesia, invocando viejos privilegios y estructurada ya como sociedad perfecta y jerárquica que tenía como vértice al papa, presentaba ante el Estado sus privilegios sobre todo en las inmunidades reales (exención de impuestos para los bienes eclesiásticos), locales (derechos de asilo) y personales substracción del eclesiástico culpable al juicio secular) . Fenómeno más destacado y resultante de una combinación del absolutismo con la Ilustración fue el llamado josefinismo3, consistente en una forma agravada de jurisdiccionalismo. Iniciado por María Teresa, quien tomó decisiones más importantes, muchas de las cuales comportaban aspectos positivos. Limitó el número de las peregrinaciones, de las procesiones y de los días festivos, abolió la cárcel monástica y fijo en los 25 años necesarios para emitir votos religiosos, fue continuado por su hijo José II. Comenzó sus reformas con la promulgación del edicto de tolerancia, que concedía iguales derechos a católicos, protestantes, ortodoxos y judíos. Dispuso la supresión de todas las órdenes contemplativas y mendicantes incautándose de sus bienes, que servirían para pagar la pensión a los ex-religiosos y dar un estipendio a párrocos y capellanes. Intervino también en la multiplicación de las diócesis, intentando que estas coincidieran con las fronteras del Estado, y lo mismo de las parroquias. Con ello contribuyó a hacer de la parroquia el centro de la vida pastoral, limitando las funciones de los conventos suprimidos. Erigió también casi tres mil parroquias, llamadas estaciones pastorales, que debían ser creadas siempre que la distancia de la Iglesia supusiese más de una hora de camino, donde la comunidad cristiana contase con más de setecientas personas y los caminos resultasen impracticables. Ordenó la abolición de todas las cofradías, exceptuada la del Santísimo Sacramento, destinando todos sus bienes a la asistencia. Ordenó la institución, de los seminarios generales, decisión que, si privaba al. obispo de la, formación del clero en el seminario diocesano, fue sin embargo beneficiosa en orden a la preparación cultural, entre otras cosas por la introducción en el plan de estudios de materias como la patrística, la pastoral y la histórica de la Iglesia. Tales decisiones aunque tomadas unilateralmente, respondían en gran parte a las nuevas exigencias. En cambio, José se creó una fuerte oposición entre el clero y el pueblo al decidir inmiscuirse de modo pedante en cuestiones especiales del culto, como prescribir la duración de los sermones o el número de velas que había que encender según las diversas celebraciones o intervenir en los reglamentos internos de los colegios prescribiendo el hábito y las horas de recreo. 2 Se llama así al sistema de gobierno en que el soberano es titular único y exclusivo del poder político que ejerce con carácter absoluto. 3 Sistema de gobierno y política que implantó la emperatriz María Teresa y siguió el emperador José II, una de cuyas características principales es la de someter la Iglesia al Estado. 13.3 LA REVOLUCI6N FRANCESA Y NAPOLEÓN En Junio de 1789, se reunieron en Francia los estados generales que establecieron la asamblea nacional constituyente, con la finalidad de dar a Francia una constitución. Junto a la elección de los diputados se habían recogido también las peticiones procedentes de los diversos. ambientes. En lo que respecta al clero se lamentaba el aumento de la congrua4, la acumulación de beneficios y las tarifas señaladas para matrimonios y sepulturas; y se pedía la elección de los obispos por parte del capítulo de la catedral, la supresión de varios conventos, la celebración de sínodos y, en menor medida, la supresión de los diezmos y la venta de los bienes del clero para sanear- el, déficit del Estado. Todo ello nos ayuda a comprender el desarrollo de los acontecimientos. En sus trabajos, la asamblea abolió los derechos feudales y promulgó la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. Con ella quedaban abolidas las discriminaciones de carácter religioso, se reiteraba el principio de que la soberanía residía esencialmente en la nación y que el rey era tal no por la gracia de Dios, sino por voluntad de la nación, y se concedía la libertad de opinión y de prensa, mientras que la propiedad era declarada derecho sagrado e inviolable. Siguió la nacionalización de los bienes del clero y la supresión de las órdenes religiosas no dedicadas a la instrucción ya la caridad. Por lo general el clero aceptó las disposiciones tomadas, y más de uno vio en ellas la realización de los principios evangélicos y una vuelta a la Iglesia primitiva. Una verdadera ruptura se produjo cuando se trató de votar la constitución civil del clero. Entre otras cosas, preveía un número de diócesis igual..al de provincias; la elección de los obispos y de los párrocos por parte. de los cuerpos electorales de los respectivos territorios; fijaba el número de las parroquias; establecía un consejo habitual y permanente del obispo; designaba los estipendios para obispos, párrocos y vicarios, .y se imponía la obligación de la residencia. Muchos de estos puntos respondían a peticiones del clero y habían sido ya puestas en práctica por soberanos jurisdiccionalitas; pero esta vez se fijaban en una ley fundamental, que hacía el sacerdote casi un funcionario del Estado. La mayoría del clero votó en contra pero la constitución marcó entre otras cosas una división dentro del mismo clero, que se constituyó en un ala constitucional o sacerdotes juramentados y un ala anticonstitucional o sacerdotes refractarios. Como la asamblea constituyente había agotado ya su función, se eligió la asamblea legislativa. En ella el peso del clero había disminuido notablemente. Se impuso el juramento cívico a todos los sacerdotes constitucionales o no; se aprobó un decreto según el cual todo eclesiástico denunciado por veinte ciudadanos debía ser deportado; se decretó la supresión total de las órdenes religiosas, prohibiendo a los sacerdotes refractarios vestir el hábito talar. Siguieron luego las matanzas provocadas por los jacobinos5 y no reprimidas por la autoridad, en las que fueron asesinados unos trescientos sacerdotes y más de treinta mil huyeron al extranjero. Antes de disolverse, la asamblea legislativa aprobó la creación de un estado civil laico sustrayéndolo a la Iglesia y considerando el nacimiento y no el bautismo, como primer acto que había que registrar, y el matrimonio como un contrato cualquiera. Era el principio de la des-cristianización. El siguiente paso fue la elección de la Convención nacional con el fin de preparar una nueva constitución. Su primer acto fue deliberar fin de la monarquía y la proclamación de la república siendo ajusticiado el rey. Se decidió no contar ya los años por el nacimiento de Cristo, sino a partir de la proclamación de la república; se cambiaron también los nombres de Los meses; se suprimió el domingo, sustituyendo la semana por un sistema..de décadas, y las festividades no fueron ya religiosas, sino civiles. Notre Dame se convirtió en el templo de la diosa razón, sustituido luego por 4 La porción de renta o fruto que se consideraba necesaria para el decoroso sustento de los ordenados in sacris. 5 Partido demagógico y sanguinario de Francia en tiempos de la revolución. 13.4 Robespierre por el culto al ser supremo, y asimismo se introdujeron. el matrimonio civil y el divorcio. La culminación de la fase persecutoria contra la Iglesia tuvo lugar durante el período del terror, al constituirse el comité de salud pública. Matanza de nobles, de obispos, de sacerdotes, de religiosos y religiosas estuvieron a la orden del día; luego -.se volvieron también contra la Iglesia constitucional. Tales medidas suscitaron una reacción armada contra el gobierno; se luchaba por Dios y por el rey. Con la condena a muerte de Robespierre y de sus amigos terminó la época del terror, iniciándose la del directorio. La Iglesia constitucional, dirigida por el obispo de París, aprovechó la relativa calma para reunirse en concilio. Entre las disposiciones que se tomaron observamos la prohibición simultánea de varias misas, la exhortación a predicar durante las misas dominicales, la introducción de la lengua vulgar en la liturgia, la recepción de la eucaristía por los fieles, excepto en caso de necesidad, durante la misa. La adhesión a la Iglesia constitucional del obispo de. París y de otros había sido la elección de un mal menor, a fin de pretextos a los perseguidores y para asegurar un servicio religioso. También la Iglesia refractaria6 intentará en este período reorganizarse. Como no eran muchos los sacerdotes, se organizaron las parroquias como en los territorios de misión, con un laico como cabeza de la parroquia.., encargado de presidir la asamblea de los fieles y de dirigir la oración en los días festivos. Por su parte, el sacerdote pasaría de cuando en cuando. Las relaciones de la Iglesia con el Estado en el período del directorio fueron las de un régimen de separación: no se pagó ya el estipendio ni siquiera a los sacerdotes constitucionales; los locales de culto se convirtieron en propiedad de los municipios, que los cedían en uso al párroco para las celebraciones litúrgicas; los sacerdotes no podían llevar ningún signo exterior que los distinguiese fuera de la Iglesia, y se proclamó la libertad de cultos. Pero no todo fue tranquilidad. Es verdad que no hubo ya más muertes de religiosos, pero fueron deportados hasta mil cuatrocientos por ser considerados antirrevolucionarios. La situación se complicó luego por las relaciones con el papa Pío VI. Este se había resignado a perder muchos de sus territorios, pero, al ser asesinado en Roma el general francés Duphot, el directorio hizo que se ocupara Roma y proclamó la república romana, deportando al pontífice, que tuvo que soportar el jurisdiccionalismo de José II y el espíritu laicista de la revolución francesa. Con la llegada de Napoleón (1799) se marca el fin de la persecución contra la Iglesia, aunque sus relaciones con el Estado no quedaron totalmente normalizadas. Así, en el concordato de 1801, se reconoce a la religión católica como la más practicada por los franceses, reservándose el derecho de nombrar a los obispos al primer cónsul, Napoleón._Se establece el placet para todas las disposiciones de la Santa Sede y una serie de disposiciones que suponen un retorno a la Iglesia galicana. En 1813 Pío VII fue obligado a firmar un concordato que le convierte en súbdito de Napoleón. Meses después muere Napoleón. LA RESTAURACIÓN Y EL ULTRAMONTANISMO7. La restauración es la vuelta a la situación anterior a la revolución francesa. El zar de Rusia, el rey de Prusia y el emperador de Austria, que representaban a las tres confesiones cristianas, se comprometieron, en el Congreso de Viena, a tomar como regla los principios cristianos ya procurarse recíprocamente ayuda y asistencia, asegurando el status quo en Europa en nombre del legitimismo. También otros soberanos, aún conservando el absolutismo, realizaron diversas reformas, hasta el punto de que, en el plano político, se podía considerar la restauración como una tercera edición del absolutismo ilustrado, pero no concediendo nada a los principios de la revolución. 6 La constituida por aquellos eclesiásticos que no juraron la constitución civil del clero dictada en tiempos de la revolución francesa. 7 Doctrina que defiende el más amplio poder del papa en el conflicto surgido entre el papa y el Estado civil. 13.5 La tarea más notable de este período fue el de la recristianización las masas, potenciando los seminarios, la creación de nuevas parroquias, la construcción de nuevas escuelas, etc.. También fueron numerosas las congregaciones de nueva fundación, creadas para responder a las necesidades locales, sobre todo de enseñanza y servicio a los enfermos y a los pobres. Se renovaron asimismo durante la restauración los estudios teológicos, a pesar del control gubernativo. Los jesuitas fundaron "La Civiltà Catiolica", donde se leía que la Iglesia es por institución divina irreformable, por lo cual no debía adaptarse a la civilización moderna, sino promover una vuelta de_~ sociedad al catolicismo y la instauración de una auténtica civilización católica. En el período de la restauración se produjo un notable florecimiento de los escritos8, de cuyos autores nacerán, por un lado el ultramontanismo y la intransigencia, y por el otro el catolicismo liberal. El período de la restauración está marcado por posiciones fideístas9 ~ universalistas', por ideales religiosos y cosmopolitas, por intransigencias espirituales, por nostalgias europeístas también frente a la sed de religiosidad de los decepcionados por el sensismo10 y por la fragmentariedad del enciclopedismo, por una mentalidad historicista frente a la abstracción del racionalismo iluminista. Una religiosidad en que cada vez más, desde Francia y Alemania, miraba al otro lado de los Alpes (de ahí la denominación del ultramontanismo) : a Roma, a la Iglesia jerárquica, al papa. EL LIBERALISMO. Del ultramontanismo, desarrollado en el clima de la restauración, algunos llegaron al liberalismo, o mejor al catolicismo liberal, como Lammenais. El motivo, la decepción por el comportamiento de los soberanos católicos, que apoyaban la religión hasta donde servía a sus fines, pero estaban prontos a retirar su apoyo y a proceder de modo jurisdiccionalistales cuando les parecía que era mejor para el Estado, mostrándose así dispuestos c pisotear los derechos de aquella Iglesia cuya alianza solicitaban. Los católicos liberales auspiciaban la separación de la causa de la Iglesia de la del rey, a fin de que la Iglesia pudiese conservar su libertad. Pedían la libertad de imprenta, de asociación, de la extensión del sufragio, de la abolición del sistema de centralización, de la enseñanza y el reconocimiento de los derechos de los organismos internacionales. Asimismo, se difundió un llamamiento a los sacerdotes para que renunciasen a su estipendio; una Iglesia pobre, cercana al pueblo, separada de los poderosos. Pero la proclamación de la separación de la Iglesia y de: Estado y las sucesivas y peligrosas demandas de libertad, al menos así las creían muchos, no agradaron a los obispos, ni al papa, Gregorio XVI, que condenará11 1as ideas expresadas por los liberales en el periódico L'Avenir¡ considerándolas fruto del indiferentismo y causa de graves males para la Iglesia y para la sociedad. Lammenais, lejos de someterse, publicará en respuesta “Las palabras de un creyente", en el que se pide la destrucciól de toda tiranía, contraponiendo el evangelio a la Iglesia romana y postula un cristianismo de la humanidad. Siendo condenado nuevamente en la encíclica Singulari nos affecerant gaudio12. Así también, el teatino Joaquín Ventura, convertido a las tesis de la democracia y de la autodeterminación de los pueblos, tuvo que exiliarse de Roma. 8 Los libros más leídos de entonces: “El papa” de De Maistre, “El genio del cristianismo” de Chateaubriand, y, “Ensayo sobre la indiferencia en materia religiosa” de Lammenais. 9 Seguidores de la doctrina que funda el conocimiento de las primeras verdades no en la razón, sino en la revelación o la fe. 10 Materialismo en cuanto a la noseología (sensación como origen del conocimiento). 11 Encíclica Mirari vos arbitramur (1832). Denz 1613-1616. 12 (1834) Denz 1617. 13.6 Ante las realidades del absolutismo, la revolución francesa, e- liberalismo, entre otras, la Iglesia reaccionó convocando el Concilio Vaticano I como un intento de respuesta y superación de esta situación. 4. EL CONCILIO VATICANO I COMO RESPUESTA A LA PROBLEMÁTICA CREADA POR LA ILUSTRACIÓN EL PONTIFICADO DE PIO IX. Apenas fue elegido, el papa Pío IX13, concedió una amnistía, extendida también a los prisioneros políticos; introdujo audiencias públicas semanales, instituyó la guardia cívica y reorganizó las estructuras del Estado pontificio, introduciendo en él un mayor número de laicos, como al laico Pellegrino Rossi. Todas estas medidas le procuraron las simpatías del mundo liberal. Bajo la presión de motines populares y siguiendo el ejemplo de los otros soberanos italianos, otorgó la constitución en 1848. Todo ello hizo que apareciera como un papa filoliberal, abierto a las ideas modernas. Acontecimientos históricos como el asesinato del primer ministro Pellegrino Rossi (1848) y la política antieclesiástica de la república romana harán madurar en Pío IX la convicción de que liberalismo y anticlericalismo, al menos en Italia, estaban entrelazados y que ningún, buen católico podía ser liberal. Así, Pío IX se mostró cada vez más intransigente en la defensa de los principios cristianos, en la condena del liberalismo y del laicismo14,. en la proclamación de la necesidad del poder temporal, en el que no sólo veía un reino que le había sido trasmitido legítimamente y que debía defender, sino también un baluarte para su libertad en un mundo que se alejaba de Dios. Condenó entonces los errores del racionalismo y del materialismo15. Creándose una comisión para la elaboración de un Sílabo16 que condenará muchas de las proposiciones de la sociedad moderna, además de formular el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María17 que serviría para recalcar los aspectos sobrenaturales del catolicismo, tales como el pecado original, la gracia y la salvación. No hay duda de que para los liberales el Sílabo18 constituyó la manifestación de los propósitos de la Iglesia, con los que nunca podrían estar de acuerdo, y para los católicos liberales la negación de sus ideales y de sus ilusiones de una posible conciliación entre la Iglesia y la sociedad contemporánea. EL CONCILIO VATICANO I (1869-1870) . Enumerados mediante el silabo los errores incompatibles con la doctrina común, pareció conveniente reunir un concilio ecuménico en Roma en 1869, el Vaticano I, a fin de aclarar en su conjunto la doctrina católica. Varias comisiones prepararon diversos esquemas. 13 Su pontificado es el más largo de la historia, 32 años. También el más contradictorio, creando dos mitos: El Pío IX liberal y el Pío prisionero. 14 Doctrina que defiende la independencia del hombre y de la sociedad y, más particularmente del Estado, de toda influencia eclesiástica o religiosa. 15 Doctrina de algunos filósofos antiguos y modernos que consiste en admitir como única sustancia la materia, negando toda creencia en la espiritualidad y la inmortalidad del alma humana, así como en la causa primera y las leyes metafísicas. 16 El Syllabus (Sílabo) tenía que trabajar sobre una base de 28 puntos relativos al panteísmo, al racionalismo, al kantismo, al emanacionismo, al despotismo y a la anarquía. 17 Proclamado el 8 de diciembre de 1854, en la bula Ineffabilis Deus. El 8 de diciembre de 1854 veía la luz la encíclica Quanta cura contra el naturalismo, comunismo y socialismo (Dezn 1688-1699), y el sílabo (o corrección de los errores modernos) (Dezn 1700-1780). 18 13.7 En este periodo, entre los católicos había comenzado una campaña encaminada a preparar la definición del privilegio papal de la infalibilidad. La Civiltá Cattolica, en 1867, había publicado un articulo, en el que se pedía a los fieles el tributo al papa del entendimiento, una , sincera sumisión a las declaraciones pontificias, consideradas infalibles. También en Francia había visto la luz una comunicación en la que se afirmaba que era deseo vivísimo de los católicos que en el futuro concilio se definiese por aclamación la infalibilidad del pontífice. También los que se oponían a la infalibilidad se habían movido, tanto por parte de teólogos católicos, teólogos protestantes e incluso el primer ministro_ bábaro por razones políticas. Los trabajos del concilio comenzaron con la discusión del esquema “Dei filiur”19 en el que se insistía en la condena del panteísmo, así como de Las tesis sobre la evolución de los dogmas, suscitada por el progreso científico, mientras se afirmaba que el hombre puede llegar .con su inteligencia a la afirmación de la existencia de Dios20. Por lo tanto,.no desvalorización de la razón, pero tampoco su constitución como criterio único y supremo de la conciencia. El esquema "De Ecclesia" no gustó a los padres por parecerles demasiado ascética y poco dogmática la concepción de la Iglesia como cuerpo místico de Cristo, que constituía su parte introductora, mientras que otros hubieran querido introducir la definición de la infalibilidad. Estos últimos presentaron al papa una petición. La discusión fue entonces vivísimas, y sirvió, entre otras cosas, para delimitar el ámbito de la infalibilidad. Pero el choque entre las dos tendencias se agudizó aún más cuando Pio IX quiso que se abandonase la discusión general del esquema y que se centrase en el capitulo once, que se refería al papa. Muchos padres no eran contrarios tanto a la infalibilidad en si cuanto más bien a una definición que estimaban inoportuna. Con la definición de la infalibilidad pontificia21 (cuando el papa habla "ex cathedra", o sea como maestro universal de los fieles y sobre temas relativos ala fe Ya la moral), y más aún, con la votación sobre el primado papal, que, sin embargo, no alcanzó entonces tanta resonancia,_se llevó el concepto de Iglesia a la plenitud de su contenido. Era una reacción que consolidaba el papado contra las tendencias a la formación de las Iglesias nacionales, acrecentándose igualmente la autoridad del gobierno del papa. La centralización de la potestad papal salvaba a la Iglesia de graves peligros y reforzaba la idea de la universalidad y la unidad de la Iglesia, auspiciada por muchos en un contexto cada vez más laicista. Sin embargo, el precio que hubo que pagar no fue de poca monta: disminución de la autoridad de los obispos, pérdida de preciosas fuerzas intelectuales y restricción de la libertad, suponiendo además una nueva complicación en las relaciones entre Iglesia y sociedad civil. Ejemplo de ello, será el resurgimiento de la cuestión romana y el Kulturkampfe22. LA CUESTIÓN ROMANA Para resolver la cuestión romana se habían presentado varios proyectos, desde una federación de estados con el papa al frente, a las que auspiciaban una Roma laica. Finalizada la segunda guerra de la independencia, las cámaras aprueban la formación del reino de Italia, y Victor Manuel II, en el discurso de su coronación, habla de proclamar capital a Roma. y así, una vez terminada la guerra franco-prusiana23 y por un decreto-ley del gobierno, se declaró a Roma y sus provincias parte integrante del reino de Italia, confirmando la inviolabilidad y las prerrogativas personales del papa 19 La fé. Dezn 1795-1800. 21 El Dezn 1837-1839. 22 “Batalla por la Civilización”, movimiento que combatía duramente a la iglesia y sus estructuras, alcanzó sus gran máximo en Alemania. De nada sirvió la encíclica Quod quamquam como oposición. Para evitar situaciones parecida Pío IX siguió una política concordataria, firmando concordatos con Rusia, España, Toscana, etc. Pero muchos de ellos fueron denunciados poco después. 23 Motivo por el cual Francia se vio obligada a retirar sus tropas de Roma, momento que aprovecharon los italianos para ocuparla. 20 13.8 garantizadas por una futura ley. Esta ley de garantías enumera los derechos del papa, privado el poder temporal, que incluye el usufructo de los palacios pontificios. Pío IX condenan a .los autores de la ley y defiende la necesidad del poder temporal24. Sin embargo sus peticiones no fueron atendidas, lo que dio como consecuencia, _la limitación de la acción social y un impedimento para la acción política de los católicos. Juntamente con la pérdida del apoyo de los Estados a la Iglesia, irán surgiendo las primeras asociaciones católicas laicales de forma y contenidos modernos. En el último siglo la Iglesia se plantea una actitud más abierta de diálogo ante el mundo, que culminará en la celebración -.del Concilio Vaticano. 5. EL VATICANO II, COMO CULMINACIÓN DE UNA ACTITUD DE LA .. IGLESIA MÁS ABIERTA ANTE EL MUNDO, EN EL S.XX DEL VATICANO I AL VATICANO II Después de la primera guerra mundial surge una nueva y vigorosa conciencia de la iglesia, que se pone de manifiesto tanto en la vida litúrgico-sacramental y en la actividad pastoral como en la reflexión teológica. La vida de la Iglesia se desarrolla como la de un ser vivo, en continuidad dinámica, por lo que el cambio en la realidad y la doctrina de la iglesia, tiene sus raíces en una serie de movimientos renovadores de la teología y de la pastoral iniciados con anterioridad. Los factores tanto eclesiales como extra eclesiales que contribuyen a la renovación son numerosos y diversos: − El despertar del sentido comunitario en la Iglesia, como una reacción al individualismo y al mecanicismo social que había penetrado en todos los campos del pensamiento y de la acción. − El movimiento de espiritualidad cristocentrica heredado del Vaticano 1º, que se inició a comienzos de siglo tanto en la teología como en la vida espiritual del cristiano y que encuentra apoyo en el magisterio de los últimos papas. − El despertar del laicado que toma conciencia de su responsabilidad en el terreno social. − La renovación litúrgica en la que la iglesia se expresa como misterio de fe. − La renovación de los estudios bíblicos que hacen de la Escritura el alma de la teología. − El movimiento ecuménico que permite recuperar aspectos olvidados de la eclesología. El despertar de la conciencia de la Iglesia, hacía prever que el concilio se orientaría hacia la profundización de la doctrina de la Iglesia. Y la realidad confirmó estas expectativas de tal forma que, en los días de la clausura del concilio, Kal Rahner pudo escribir “este concilio ha sido un concilio de la Iglesia sobre la Iglesia”. El concilio Vaticano II presenta una dimensión pastoral y ecuménica basada en la propia renovación. 24 Encíclica Ubi nos. 13.9 El aggiornamento, es la palabra clave pronunciada por Juan XXIII y repetida por Pablo VI en la Ecclesiam suam, traduce la necesidad de que esta labor de interiorización y de reflexión haga que el rostro de la Iglesia sea más claro para los fieles, más atractivo a los ojos de aquellos que, viven fuera de ella. JUAN XXIII: CONVOCATORIA DEL VATICANO II. Cuando Juan XXIII, elegido (1958) como pontífice de transición, anuncia a los pocos cardenales reunidos en una pequeña sala de la abadía su intención de celebrar un sínodo de la diócesis de Roma, de convocar un concilio ecuménico y de iniciar la reforma del código de derecho canónico, la sorpresa fue tal que los cardenales permanecieron mudos. En efecto varios de ellos conocían los intentos de Pío XI y Pío XII sobre el tema; algunos temían que el osado intento unionista pretendido por el papa pudiera acabar agravando aún más el aislamiento de la Santa Sede si las Iglesias separadas respondían negativamente a la invitación como había ocurrido en tiempo del Vaticano I, mientras que otros temían los debates que una situación tan crítica de la teología pudiera suscitar. Aunque el papa hablara de modo repentino e imprevisto propio de la inspiración, su iniciativa se encuadraba dentro de la gran tradición de la Iglesia. Fiel a la tradición y abierto a la innovación. Sólo así se puede explicar el enfoque tradicional de las comisiones preparatorias al mismo tiempo que la introducción en las mismas comisiones de peritos como el padre Congar o el padre De Lubac que habían sido objeto de ásperas críticas. Un salto adelante hacia una penetración doctrinal y una formación de las conciencias que esté en correspondencia más perfecta con la fidelidad a la auténtica doctrina, y al mismo tiempo, puesta al día de las estructuras eclesiásticas para hacer a la Iglesia “madre y maestra". Cuando al elegir a los miembros de las comisiones conciliares se descartó la lista preparada por la secretaría general, y se pidió, por boca del cardenal Lienart, que fuesen las conferencias episcopales nacionales las que prepararan las listas que se habían de votar, él vio en ello un signo de la voluntad de Dios y dio su asentimiento; y cuando, haciendo una excepción al reglamento, confirió el esquema de la revelación ala revisión de una comisión mixta compuesta por miembros de la teología y del secretariado para la unidad de los cristianos, hizo patente su ecumenismo. Pero todo esto, aunque estimable de suyo, retrasaría los trabajos y obligaría a cerrar la primera sesión, seguida muy de cerca por la muerte dei papa, sin que se hubiese aprobado un solo esquema. PABLO VI: CONCILIO Y POSCONCILIO. Le tocaría a su sucesor Pablo VI hacer avanzar el concilio, entre las crecientes dificultades, los temores y las esperanzas, hacia las metas. finales de la actualización de la doctrina y de las estructuras de la Iglesia y de su apertura a los hermanos separados y al mundo. Ciertamente si era común la inspiración e igualmente el deseo de renovación y de diálogo, era diferente la andadura del concilio, como era diferente la personalidad de los dos pontífices25. Si la primera sesión había sido de orientación, la segunda manifestará una crisis de crecimiento entre los padres al tomar mayor conciencia de su función y divididos ya en dos frentes casi netos, participando en el papel de moderador el mismo Pablo VI. Así, hizo retirar y luego replantear los cinco puntos orientados sobre la colegialidad episcopal y sobre el diaconado permanente; quiso igualmente eliminar del decreto sobre el ecumenismo el punto referido a los judíos, gesto que pareció dictado por consideraciones políticas y que llevará al final a la declaración sobre las religiones no cristianas. Los debates en el aula fueron vivos, sobre todo cuando se trataron los temas de la revelación, de la colegialidad episcopal en relación con el primado papal y de la Virgen. Al final se aprobó una constitución, la de la liturgia, y un decreto sobre las comunicaciones sociales. 25 Como se desprende de su primera encíclica Ecclesiam suma. 13.10 En la tercera sesión (1964) fueron varias las intervenciones de Pablo VI. Comenzando por una invitación no aceptada a aprobar el esquema sobre las misiones, que él estimaba ya completo, y cuya promulgación hubiera debido mostrar a las nuevas naciones de África y Asia un rostro nuevo de la Iglesia; pasando por una serie de sugerencias sobre el decreto del ecumenismo, acogidas algunas, pero otras no, por la comisión; hasta el aplazamiento del voto sobre el esquema de la libertad religiosa a pesar de las presiones del episcopado americano, y sobre todo la adición de la nota explicativa previa a la constitución dogmática Lumen gentium, aunque aprobada por una de las más amplias mayorías, nota que parecía limitar el alcance doctrinal de la colegialidad episcopal. Las modificaciones realizadas por el papa en los textos conciliares no rebasaron por lo general la medida de los retoques que también grupos restringidos de padres habían podido lograr a través de los llamados "modos " o propuestas de corrección . Las sucesivas iniciativas papales de la cuarta sesión (1965), tales como remitir a la debida comisión, por lo demás ya constituida por Juan XXIII, el problema de la regulación de la natalidad; pedir que las eventuales observaciones sobre el celibato sacerdotal las dirigieran los padres a él por escrito, sustrayendo así un candente debate a la curiosidad e indiscreción de los medios de comunicación, y aún las propuestas formuladas por él personalmente durante la discusión del esquema sobre la revelación, con lo que se desarrolló en este último caso y en otros de menor importancia un método de acuerdo colegial entre pontífice y obispos entran en el ámbito de la idea de que al obispo de Roma le competía la función de ser conciliador de contendientes, preocupado por la paz y la concordia del colegio episcopal. De hecho, las propuestas papales llegaron a la comisión antes de la votación final y fueron discutidas con franqueza, y a veces incluso modificadas y no acogidas. Aunque con tomas de posición distintas, debidas a las distintas circunstancias, a los diversos objetos de debate, además de a las distintas mentalidades, Juan XXIII y Pablo VI, el primero más con su dejar hacer y el segundo con sus intervenciones, consiguieron hacer del Concilio Vaticano II algo nuevo y homogéneo, destinado a marcar un cambio en la vida de la Iglesia aunque en medio de desilusiones y esperanzas, y también con verdaderas y auténticas contestaciones, tanto de la izquierda26 como de la derecha27. En este sentido la obra de Pablo VI fue verdaderamente fundamental. La fidelidad al Concilio será quizás la nota mas saliente de su pontificado. La reforma litúrgica, la internacionalización de la curia romana y del colegio cardenalicio, el rejuvenecimiento del cónclave, la vida interna de la casa pontificia simplificada con la abolición de usos y cargos, la celebración periódica del sínodo de los obispos, el comienzo de la reforma del código con un espíritu más pastoral, son algunas de las realizaciones conciliares más valientes. Realizaciones que el mismo Juan Pablo I continuará en los breves 33 días de pontificado, y que Juan Pablo II, el papa llegado del Este, con distinta mentalidad aunque con mayor gradación, perseguirá también con una verdadera y no evasiva fidelidad al espíritu del concilio. Los grandes objetivos del Vaticano II fueron: actualizar la doctrina y estructura de la Iglesia y abrir el diálogo intercristiano interreligioso con creyentes y no creyentes. Ecumenismo, libertad religiosa etc. Documentos y constituciones: Constituciones − Jumen gentium, sobre la Iglesia. − Dei Verbeun, sobre la divina revelación. 26 27 Ocupación de Iglesias, anticuaresmales, comunidades de base. Lefbvre, Maritain. 13.11 − Sacrosanctum concilium, sobre la sagrada liturgia. − Fadium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual. Decretos − Christus Dominus, sobre el oficio pastoral de los obispos. − Presbyterorum Ordinis, sobre el ministerio y la vida de los presbíteros. − Optatam totius, sobre la formación sacerdotal. − Perfectae caritatis, sobre la adecuada renovación de la vida religiosa. − Apostolicam actuositatem, sobre el apostolado de los seglares. − Orientalium Ecclesiarum,.sobre las Iglesias orientales católicas. − Ad gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia. − Unitates redintegratio, sobre el ecumenismo. − Inter. minifica, sobre medios de comunicación social. Declaraciones − Dignitatis humanae, sobre la libertad religiosa. − Gravisimum educationis, sobre la educación cristiana de la juventud. − Notra actate, sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Estos documentos del concilio, han sido los instrumentos básicos para la renovación de toda la Iglesia, en todas sus manifestaciones. 13.12