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TESTIGOS DEL SEÑOR
SEGUNDO CATECISMO PARA LA INICIACIÓN CRISTIANA
DE NIÑOS Y ADOLESCENTES
Presentación
Este texto se enmarca en el proyecto de la Conferencia Episcopal Española de renovar sus
catecismos locales a la luz del Catecismo de la Iglesia Católica. Se trata del segundo catecismo
para la iniciación cristiana de niños y adolescentes, elaborado en orden a dar continuidad a la
catequesis en las etapas de la infancia adulta y de la adolescencia.
Testigos del Señor tiene como finalidad presentar con mayor profundidad los contenidos de la
fe que el primer catecismo para la iniciación cristiana, Jesús es el Señor (2007), ya ha
proporcionado en una primera síntesis. Este segundo catecismo contiene una más completa
síntesis de la fe, adecuada a los destinatarios y centrada en la experiencia cristiana vivida en
el seno de la Iglesia.
Algunas características fundamentales
1. Está destinado a niños y adolecentes de entre 10 y 14 años.
2. Consta de 50 temas, divididos en cinco partes:
I.
II.
III.
IV.
V.
Jesucristo es la Luz
Jesucristo es la Palabra
Jesucristo es la Verdad
Jesucristo es la Vida
Jesucristo es el Camino
3. Concluye con los apartados: «Fórmulas de fe» y «Oracional». En ellos se recogen las
principales fórmulas de la doctrina católica y las oraciones más comunes del cristiano
y de la tradición de la Iglesia en España.
4. Su estructura, la división en cinco partes y el contenido de las mismas, se inspira en el
Misterio de Cristo que la Iglesia celebra de modo singular en la Vigilia Pascual.
Reunión del Equipo de trabajo para la Guía del catecismo Testigos del Señor
17 de diciembre de 2013
Catecismos de la Conferencia Episcopal Española
El proyecto de catecismos de la Conferencia Episcopal Española para la iniciación cristiana de
niños y adolescentes contempla el proceso de transmisión de la fe en los momentos de
despertar religioso, catequesis para la iniciación sacramental y profundización y crecimiento
en la fe (mistagogía).
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Despertar religioso (0-6 años). Libro Los primeros pasos en la fe
Iniciación sacramental (6-10 años). Catecismo Jesús es el Señor
Mistagogía (10-14). Catecismo Testigos del Señor
Jesús es el Señor es el catecismo para la iniciación cristiana de los niños de 6 a 10 años,
destinado a hacer una primera presentación del conjunto de las verdades de la fe a los niños
que acuden a catequesis para comenzar o completar su iniciación.
Testigos del Señor profundiza en la gracia recibida en los sacramentos, propone la vida
cristiana y progresa en la presentación del «tesoro de la fe». Es un texto que desarrolla las
grandes líneas temáticas del catecismo Jesús es el Señor, a la vez que acentúa el carácter
mistagógico con una propuesta de crecimiento en la vida cristiana y, por tanto, de vinculación
a la vida de la Iglesia. Invita a seguir a Jesús y a acoger el estilo de vida cristiana para ser
testigos de Jesús en medio del mundo. De ahí su título.
Cada uno de los catecismos de la CEE tiene consistencia y entidad propia y, a su vez, los textos
forman una unidad para la iniciación cristiana de niños y adolescentes.
Destinatarios
Los destinatarios tienen edades comprendidas entre los 10 y los 14 años, ya han realizado los
primeros pasos en el proceso de iniciación y, en la mayoría de las diócesis, se disponen a
recibir el sacramento de la Confirmación.
Esta etapa está marcada por el paso hacia la adolescencia. En este sentido, atendiendo a las
indicaciones del Directorio General para la Catequesis en su número 1811, el texto presenta
los contenidos fundamentales de la fe de forma completa, sistemática y orgánica, a la vez que
ofrece orientaciones concretas para la vida cristiana de niños y adolescentes. Contempla dos
aspectos muy significativos en sus vidas:
−
La necesidad de adquirir nuevos conocimientos en todos los ámbitos, por lo que se les
proporciona una adecuada síntesis de fe, que ilumina las grandes cuestiones y
desafíos que les plantea su edad y el ambiente sociocultural, y que les ayuda a poder
dar razón de ella en su ambiente, que tantas veces la ve innecesaria, la contradice o la
niega.
“En las regiones, consideradas como desarrolladas, se plantea de modo especial el problema de la
preadolescencia: no se tienen en cuenta suficientemente las dificultades, necesidades y capacidades humanas y
espirituales de los preadolescentes, hasta el punto de poder afirmar en relación a ella que es una etapa ignorada
[…]. Actualmente, con frecuencia los catequizandos de esta edad, al recibir el sacramento de la Confirmación,
concluyen también el proceso de iniciación sacramental, pero a la vez tiene lugar su alejamiento casi total de la
práctica de la fe. Es necesario tomar en cuenta con seriedad este hecho y llevar a cabo una atención pastoral
específica, utilizando los medios formativos que proporciona el propio camino de iniciación cristiana” (DGC 181).
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El momento vital en el que se encuentran, decisivo en el proceso de maduración
personal. Por ello, requieren una mayor personalización de la fe, plenamente
vinculada a la vida y a la fe de la Iglesia, que les impulse a ser testigos de Jesús en el
mundo actual.
Estructura interna: el Misterio de Cristo que la Iglesia celebra de modo singular
en la Vigilia Pascual
El Directorio General para la Catequesis, marco para la elaboración de catecismos locales,
señala en el número 135:
“Se trata, ante todo, de elaborar verdaderos catecismos adaptados e inculturados (…) Atendiendo a
la estructuración de los contenidos, los diferentes Episcopados publican, de hecho, Catecismos con
diversas articulaciones o configuraciones. Como ya se ha indicado, el Catecismo de la Iglesia
Católica es propuesto como referente doctrinal, pero no quiere imponerse con él, para toda la
Iglesia, una configuración determinada de catecismo. Hay, así, catecismos con una configuración
trinitaria, otros se estructuran según las etapas de la Historia de la Salvación, otros siguiendo un
tema bíblico o teológico de gran densidad (Alianza, Reino de Dios, etc.), otros lo hacen según las
dimensiones de la fe, otros siguiendo el Año litúrgico”.
En este sentido, la Vigilia Pascual inspira la estructura del catecismo Testigos del Señor y
marca el ritmo sucesivo de los acontecimientos de la Historia de la Salvación y de la vida y
misión del cristiano. Los acontecimientos salvíficos son tratados en el ambiente
contemplativo que la misma Liturgia pascual propone, creando una dinámica interior que
haga pasar del hombre viejo al hombre nuevo, objetivo de toda catequesis.
Teniendo esto en cuenta, el catecismo Testigos del Señor, con su pedagogía mistagógica, narra
los acontecimientos de la Historia de la Salvación, en el hoy de la Liturgia, y presenta y
desarrolla la Historia de la Salvación desde la Creación a la Parusía, cuyo centro es Cristo,
presente hoy en la Iglesia por el Espíritu.
Como ya se ha indicado, consta de cinco partes, a saber:
I. Jesucristo es la Luz. Muestra el núcleo de la fe en Jesucristo vivida por la Iglesia en el
tiempo.
II. Jesucristo es la Palabra. Narra la historia de la amistad de Dios con los hombres desde
la Creación a la Alianza establecida con Israel.
III. Jesucristo es la Verdad. Expone la culminación de la Historia de la Salvación en Cristo,
centrada en su Misterio Pascual.
IV. Jesucristo es la Vida. Dedicada a señalar la continuidad de la obra salvífica de Dios en
Cristo, por el Espíritu, en la Iglesia. Centrada principalmente en los sacramentos.
V. Jesucristo es el Camino. Centrada en Cristo resucitado, presente en la Iglesia, que
alienta la vida y esperanza de los cristianos. Dedicada principalmente a la moral y a los
mandamientos vividos como Cristo los vivió.
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Testigos del Señor conserva las grandes orientaciones de los tres primeros pilares que ofrece
la articulación del Catecismo de la Iglesia Católica (símbolo, sacramentos y decálogo) e inserta
el cuarto pilar (la oración, el Padre nuestro) como elemento transversal a todos los
contenidos, dedicándole un apartado en cada uno de los temas.
“La exquisita fidelidad a la doctrina católica es compatible con una rica diversidad en el modo
de presentarla. Con esta articulación tradicional en torno a los cuatro pilares que sostienen la
transmisión de la fe (símbolo, sacramentos, decálogo, Padre nuestro), el Catecismo de la Iglesia
Católica se ofrece como referente doctrinal en la educación de las cuatro tareas básicas de la
catequesis y para la elaboración de catecismos locales, pero no pretende imponer ni a aquélla
ni a éstos una configuración determinada” (DGC 122).
Catecismo de la Iglesia Católica
Catecismo Testigos del Señor
La fe en Cristo
vivida en y por la Iglesia
Parte I. JESUCRISTO ES LA LUZ
Liturgia de la luz
Símbolo
Antigua Alianza
Parte II. JESUCRISTO ES LA PALABRA
Liturgia de la Palabra
Símbolo
Nueva Alianza
Parte III. JESUCRISTO ES LA VERDAD
Liturgia de la Palabra
Sacramentos
Parte IV. JESUCRISTO ES LA VIDA
Liturgia bautismal
Decálogo
Parte V. JESUCRISTO ES EL CAMINO
Liturgia eucarística
La oración del Señor
Contenido transversal de las Partes I /II/III/IV/V
Elementos que conforman la exposición de la fe
1. Cada una de las 5 partes comienza con una bella exposición, a modo de pregón, de la
liturgia de la Vigilia pascual que inspira el bloque de temas que la componen.
2. Así mismo, al inicio de cada una de ellas se plantean una serie de preguntas, de
carácter apologético, con la intención de provocar en el destinatario la reflexión y la
curiosidad por encontrar respuestas en el avanzar de las páginas.
3. Los 50 temas incluyen una narración que presenta, mediante un lenguaje bíblico o
doctrinal, el contenido fundamental.
4. A esta narración le siguen tres apartados que tienen la finalidad de profundizar en el
contenido bíblico, teológico, vital y oracional que la temática inspira y sustenta.
5. El cierre de cada tema lo constituye una cita patrística, del Magisterio o de algún santo
que, en la mayoría de los temas, resume el contenido esencial que se desea comunicar.
6. Además, a lo largo de las páginas pueden encontrarse recuadros explicativos de voces
o conceptos catequéticos, culturales o apologéticos.
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7. La imagen también constituye un contenido fundamental del catecismo, pues tiene la
finalidad catequética de reforzar o completar el mensaje del texto. Así, cada parte se
abre con un texto bíblico acompañado de una imagen (fotografía o reproducción de
una obra de arte). Igualmente se inicia cada tema. Grandes y pequeñas imágenes
tienen una importante presencia en casi todas las páginas.
Por otra parte, a lo largo del catecismo, diversas dobles páginas ilustradas sintetizan
la visión general de algún gran tema que el catecismo trata: Padre nuestro, el Año
litúrgico, los siete Sacramentos, la Historia de la Iglesia, etc.
Los 50 temas
En el suceder de los temas, de forma sistemática y orgánica, a la vez que progresiva, se van
exponiendo las verdades de la fe. Hay que tener en cuenta que el catecismo tiene una
estructura circular, no lineal, por lo que algunos contenidos se van mostrando
paulatinamente, completándose a medida que se avanza en los temas. Así lo ponen de
manifiesto algunos ejemplos sobre la cristología y la eclesiología que se adjuntan en los
Anexos 1 y 2 a modo de ejemplo.
«Fórmulas de fe» y «Oracional»
Al final del catecismo se incluye el apartado de «Fórmulas de fe» en el que, además de las
fórmulas de doctrina católica más comunes y tradicionales, hay 162 preguntas y respuestas.
Este apartado tiene el objetivo de ayudar a los niños a expresar la fe de forma concreta, y en
fidelidad a la Tradición, mediante el diálogo en forma de pregunta y respuesta.
El conjunto de las 162 preguntas y respuestas lo forman las 86 del primer catecismo, Jesús es
el Señor, ampliadas con 76 nuevas fórmulas, según el avance en el conocimiento de la fe que
Testigos del Señor proporciona.
El «Oracional» contiene las oraciones más comunes del cristiano, con la preocupación de que
no se pierda nada de aquello que hemos recibido de la Tradición de la Iglesia universal y de la
Iglesia en España.
Fuentes
-
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española (2011)
-
Catecismo de la Iglesia Católica (1992) y su Compendio (2005)
-
Catecismos aprobados por la Conferencia Episcopal Española:
o
o
Jesús es el Señor (2007)
Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia (1986)
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Contenidos
1. La profesión de la fe
Principalmente, los contenidos de la profesión de fe están recogidos entre la segunda y la
tercera parte del catecismo.
Siguiendo la misma pedagogía de Jesús, el catecismo muestra la vida íntima de Dios, a partir
de sus obras salvíficas en favor de la humanidad. «Las obras de Dios revelan quién es Él en sí
mismo y, a la vez, el misterio de su ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus obras» (DGC
100.2).
Se trata de un recorrido por la Historia de la Salvación que da a conocer las grandes etapas
del Antiguo Testamento; la vida de Jesús, el Hijo de Dios, encarnado en el seno de María, que
con sus hechos y enseñanzas llevó a plenitud la Revelación; y la Historia de la Iglesia,
transmisora de esa Revelación (cf. DGC 108.1).
Con ello, también se pretende ayudar a los destinatarios a «interpretar la vida humana actual
a la luz de las experiencias vividas por el pueblo de Israel, por Jesucristo y por la comunidad
eclesial, en la cual el Espíritu de Cristo resucitado vive y opera continuamente» (DGC 117).
En particular, respecto a la cristología, este catecismo habla de Jesús desde lo que la Iglesia
cree, por eso la exposición cristológica se hace partiendo de los títulos de Jesús. (cf. CEC 430455) El primer catecismo, Jesús es el Señor, abordaba la cristología desde los misterios de la
vida de Jesús. A pesar de darlos por supuestos, estos contenidos son retomados en diversos
momentos de los temas cristológicos de la tercera parte con la pretensión de ayudar a entrar
en la realidad más íntima del Misterio de Jesús.
Tal como nos indica el Directorio General para la Catequesis, «las obras y palabras de la
Revelación remiten al misterio contenido en ellas. La catequesis ayudará a hacer el paso del
signo al misterio. [...] La catequesis mostrará, así, el conocimiento propio de la fe, que es un
conocimiento por medio de signos» (DGC 108.2). En concreto, este catecismo dedica seis
temas a la cristología y, además, en el resto de los temas hay referencias específicamente
cristológicas, pues se lee desde Cristo el ayer, el hoy y el mañana del mundo y de la Iglesia.
2. La celebración del Misterio cristiano
Al estar el catecismo articulado en torno a la Vigilia Pascual, su mismo esquema remite a la
Liturgia. Además, hay siete temas dedicados a los sacramentos en la cuarta parte, Jesucristo
es la Vida.
El carácter histórico del mensaje cristiano obliga a la catequesis a situar los sacramentos dentro de
la Historia de la Salvación por medio de una catequesis mistagógica, que “relee y revive los
acontecimientos de la Historia de la Salvación en el “hoy” de la Liturgia”. Esta referencia al “hoy”
histórico-salvífico es esencial en esta catequesis. Se ayuda, así, a catecúmenos y catequizandos “a
abrirse a la inteligencia espiritual de la economía de la salvación” (DGC 108.3).
La primera parte del texto («Jesucristo es la Luz») vincula la oración diaria del cristiano con la
oración litúrgica de la Iglesia, centrada en el domingo como día del Señor, y en la pedagogía
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del año litúrgico. En la catequesis litúrgica, propiamente dicha, se hace «referencia a las
grandes experiencias humanas, significadas por los signos y los símbolos de la acción litúrgica
a partir de la cultura judía y cristiana» (DGC 117).
3. La vida en Cristo
Como ya hemos observado, este catecismo está destinado a fortalecer la identidad cristiana,
ofreciendo todo aquello que permita a los niños y adolescentes de hoy vivir como testigos de
Jesús en el mundo actual. Por ello, se considera de especial importancia el contenido moral.
La catequesis, y el catecismo como instrumento a su servicio, «al presentar en qué consiste la
vida digna del Evangelio y promover las bienaventuranzas evangélicas como espíritu que
impregna al decálogo, las enraizará en las virtudes humanas, presentes en el corazón del
hombre» (DGC 117.4).
Esta propuesta moral está contemplada sistemáticamente en la quinta parte del catecismo,
titulada «Jesucristo es el Camino», a través de una presentación de los Diez Mandamientos
leídos a la luz de las Bienaventuranzas, y de cinco santos testigos de la vida en Cristo.
Asimismo, esa vida según el Evangelio recorre transversalmente toda la propuesta del
catecismo, pues en la mayoría de los temas hay un apartado destinado a concretar en el día a
día aquello ha sido presentado.
4. La oración cristiana
Como ya se ha indicado, la primera parte del catecismo vincula la oración personal del
cristiano con la plegaria de la Iglesia. Sin embargo, la dimensión oracional está presente en
todos los temas. En cada uno de ellos se dedica un apartado específico a presentar las fuentes,
el camino y las expresiones de la oración cristiana tal como las expone el Catecismo de la
Iglesia Católica. Así, la oración constituye una dimensión transversal a todo el catecismo.
«Cuando la catequesis está penetrada por un clima de oración, el aprendizaje de la vida
cristiana cobra toda su profundidad» (DGC 85).
Si enseñar a orar es una tarea fundamental de la catequesis, el descubrimiento y el
aprendizaje de las principales fórmulas de la oración cristiana que se propone «alimentará el
vínculo de la unidad, creando la conciencia de pertenecer a una gran comunidad que ni el
espacio ni el tiempo pueden limitar» (DGC 106). Por ello, las últimas páginas del nuevo
catecismo contienen el Oracional.
5. Los testigos de la fe
Además de hacer referencia en cada tema a eminentes testigos de Cristo, en la cuarta parte
del catecismo se presentan la vida y las obras de algunos santos testigos. Estos han sido
seleccionados por destacar especialmente en alguna de las dimensiones de la fe y en el
contexto de la Historia de la Iglesia, especialmente en la de España.
En verdad, se pretende que en la catequesis esté presente la vida de todos los que han creído
y se han dejado conducir por el Espíritu Santo.
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Lenguaje
El catecismo es un texto de base y de carácter sintético, en el que se presentan, de manera
orgánica, sistemática y atendiendo a la «jerarquía de verdades», los acontecimientos y
verdades fundamentales del misterio cristiano. Presenta, en su organicidad, un compendio de
los «documentos de la Revelación y de la tradición cristiana», que son ofrecidos en la rica
diversidad de «lenguajes» en que se expresa la Palabra de Dios. (Cfr. DGC 132). El lenguaje de
los documentos de la fe es el tono principal del texto2.
En la explicación de los contenidos de la fe, diversos lenguajes enriquecen el catecismo
Testigos del Señor.
-
Lenguaje fundamentalmente adaptado a los destinatarios (de 10 a 14 años) de forma
que pueda ser leído sin necesidad de otras ayudas o explicaciones previas, tendiendo a
facilitar la comprensión y a sintetizar las ideas, acompañándolas con imágenes y frases
significativas.
A medida que avanzan la edad de los destinatarios y los temas, Testigos del Señor crece
con nuevos términos y con contenidos más complejos, de manera que se puede decir que
se progresa desde una presentación básica hacia una formulación más elaborada según el
lenguaje propio de los documentos de la fe.
-
Lenguaje bíblico. Muy presente en cada uno de los temas a través de los títulos, los
textos y las narraciones, animando a una catequesis más bíblica y con mayor presencia de
la Sagrada Escritura.
-
Las preguntas y respuestas. Lenguaje dialogal a la vez que sistemático, concreto y
conforme a la Tradición.
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Imágenes. Como ya se ha comentado, el lenguaje de las imágenes ha de ser entendido no
sólo como una forma de ilustrar el texto, sino también como parte del mismo lenguaje
catequético. Se sigue, por tanto, la línea comenzada en Jesús es el Señor.
La apertura de cada una de las partes y de cada uno de los temas serán, en su mayoría,
reproducciones de obras de arte de nuestras diócesis o, en otros casos, fotografías que
evoquen el contenido de fe. El objetivo es hablar de la fe desde la belleza y dejar que la
belleza ilumine la fe.
-
Conceptos. Los recuadros que se presentan en los márgenes de las narraciones
principales son importantes y diversos en su pretensión. Algunos están destinados a
ampliar las explicaciones del tema con nuevos contenidos o con textos que resumen
alguno de sus aspectos; otros, en cambio, responden a la necesidad de explicar términos
del vocabulario o aspectos culturales o históricos.
“Las fuentes de la catequesis tienen cada una su propio lenguaje, que queda plasmado en una rica variedad de
“documentos de la fe”. La catequesis es tradición viva de esos documentos: perícopas bíblicas, textos litúrgicos,
escritos de los Padres de la Iglesia, formulaciones del Magisterio, símbolos de fe, testimonios de santos, reflexiones
teológicas” (DGC 96.2).
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Colofón del Año de la fe
Este 2013, en pleno Año de la fe, tenemos la oportunidad de corresponder a la indicación de la
Congregación para la Doctrina de la fe de revisar y elaborar catecismos locales de
conformidad con el Catecismo de la Iglesia Católica
Así pues, la aprobación del segundo catecismo para la iniciación cristiana, que completa el
proyecto de catecismos para la infancia y adolescencia de la Conferencia Episcopal, es un gran
fruto del Año de la fe para la Iglesia de Dios que peregrina en España.
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