LA SIMPATECTOMÍA EN LA ENFERMEDAD HIPERTENSIVA 279 RESULTADOS ALEJADOS DE LA SIMPATECTOMÍA EN LA ENFERMEDAD HIPERTENSIVA P. Cossio * J. Berreta Entre los años 1945 y 1946, con el objeto de formarmos criterio personal sobre la eficacia de la simiatectomía amplia bilateral en el tratamiento de la hipertensión arterial esencial, ó sea la enfermedad hipertensiva, se sometieron a dicho tratamiento a 36 pacientes con la mencionada enfermedad, la gran mayoria conocidos de cierto tiempo atrás y con exámenes reiterados. MATERIAL Y MÉTODOS Las condiciones de los 36 pacientes, como los resultados inmediatos y aún alejados logrados, ya han sido considerados ampliamente en diversas oportunidades (Cossio y Rodas Ortiz 1; Padilia, Cossio, Berreta y Rodas Ortiz 2 ; Padilla, Cossio, Berreta y Alvarez 3). Ahora estamos en condiciones de ofrecer y analizar la evolución seguida en 29 pacientes entre dos y tres años después de la intervención quirúrgica - operación de Smithwick, 24 casos, operación de Adson, 4 casos y operación de Poppen y Lemon, 1 caso (cuadro 1): Material: 36 pacientes operados entre los años 1945 y 1946; mortalidad operatoria 5 (14%), depurada 3 (9%) 31 sobrevivientes, 29 seguidos durante los dos o tres años transcurridos y 2 perdidos de vista pocos meses después de la intervención. Operadores: 24 operados por A. Introzzi 8 operados por A. Albanese 2 operados por M. Petty 2 operados en otras partes. Tipos de operación: 28 operación de Smithwick 7 operación de Adson 1 operación de Poppen-Lemon. Trabajo presentado en la discusión del relato sobre tratamiento quirúrgico de la hipertensión arterial en el XIX Congreso Argentino de Cirugía. * Profesor Adjunto de Semiótica Médica en la Facultad de Ciencias Médicas, de Buenos Aires. 280 ARQUIVOS BRASILEIROS DE CARDIOLOGIA Se juzgará el fracaso ó la eficacia de la intervención de acuerdo a la sobrevida, la aparición ó desaparición de trastornos cardíacos, renales, cerebrales, fondo de ojo y finalmente los valores de la tensión arterial. Los pacientes han sido divididos en tres grupos - muy favorables, favorables y desfavorables para la intervención - teniendo como criterio la edad, la prueba de los sedantes, el fondo de ojo, y las alteraciones viscerales (cuadro 2) tal como lo aconsejan los autores con experiencia al respecto (Smithwick 4, Peet 5, Introzzi 6). Grupos Edad I Muy Favorable Hasta 40 afios II Entre 40 y 48 aflos Entre 47 y 54 afios Favorable III Desfavorable Función renal Retina Corazón Hasta Hasta Prueba amital Muy grado I1 grado II buena, Hasta Hasta Buena o grado III Hasta grado III Hasta Buena o regular grado III grado III mala Perfecta Buena Buena CUADRO 2 - Clasificación del material según las posibilidades quirúrgicas. Se consideraron muy favorables 8 pacientes, por tener menos de 40 años de edad, gran descenso y hasta normalización de la presión arterial por la prueba del sedante, falta de insuficiencia cardíaca, muy buena suficiencia renal y fondo de ojo no más de grado II. Se consideraron solamente favorables 17 pacientes, por tener entre 40 y 48 años de edad, franco descenso de la presión por la prueba del sedante llegando a veces hasta la normalización, buena suficiencia renal, fondo de ojo no más de grado III (cinco grado I, nueve grado II, dos grado III, uno desconocido). Se consideraron desfavorables 4 pacientes, por tener entre 47 y 54 años de edad, descenso franco ó sólo ligero de la presión con los sedantes, mediocre suficiencia renal y fondo de ojo grado II ó III. RESULTADOS En el grupo de los 8 pacientes considerados como muy favorables para ser sometidos a la simpatectomía, entre los dos y tres años de la misma no se produjo deceso alguno, y sólo uno empeoró algo por aparecer sobrecarga ventricular con los mismos valores de la tensión; dos mejorías, una fraca y otra mediana por descenso de la presión LA SIMPATECTOMÍA EN LA ENFERMEDAD HIPERTENSIVA 281 y disminución manifiesta de las alteraciones cardíacas existentes (ligera sobrecarga y agrandamiento cadíaco), y los cinco restantes permanecen en las mismas condiciones; es decir, mortalidad. 0%, empeoramientos 12.5%, mejorías 25% e iguales 62.5%. En. otras palabras, fracasos 75% y éxitos 25% (cuadro 3). Grupos Número de pacientes Muertos Empeorados I 8 0 (0%) 1 (12.5%) 5 (62.5%) II 17 III 4 Totales generales 29 Iguales Mejorados Resultados 2 (25%) 25% éxitos 75% fracasos 3 (15.3%) 15% éxitos 85% fracasos 1 (25%) 0 (0%) 0% éxitos 100% fracasos 11 (37.9%) 5 (17.3%) 17% éxitos 83% fracasos 6 (30.3%) 3 (15.3%) 5 (38.9%) 2 (50%) 1 (25%) 8 (27.5%) 5 (17.3%) CUADRO 3 – Resultados absolutos y por ciento En el grupo de los 17 pacientes considerados nada más que como favorables para la simpatectomía, a los dos ó tres años de la misma ocurrieron 6 decesos por accidentes vasculares cerebrales (tres casos), insuficiencia cardíaca (dos casos) y insuficiencia renal (un caso); 3 empeoraron por aparición de un accidente vascular cerebral (dos casos) ó sobrecarga ventricular (un caso); 3 mejoraron por ser significativamente menor la presión, pero solo en uno disminuyó la cardiopatía y los 5 restantes han permanecido igual; es decir, mortalidad 30.5%, empeoramientos 15.3%, mejorías 15.3%, iguales 38.9%. En otras palabras, fracasos 85.7% y éxitos 15% (cuadro 3). En el grupo de los 4 pacientes considerados como desfavorables para la simpatectomía, entre los dos y tres años de la misma se produjeron 2 decesos por insuficiencia renal y cardíaca (un caso) ó accidente vascular cerebral (un caso), 1 empeoramiento por accidente vascular cerebral y 1 se mantiene igual; es decir, mortalidad 50%, empeoramiento 25%, igual 25%. En otras palabras, fracasos 100% y êxitos 0%, (cuadro 3). Ante tales resultados, huelga toda discriminación tendiente a ponderar ó desacreditar las simpatectomías amplias, como tratamientos de la enfermedad hipertensiva. 282 ARQUIVOS BRASILEIROS DE CARDIOLOGIA COMENTARIOS Es evidente que en cuanto más avanzado es el estado de la enfermedad ó más progresiva es la evolución, mayores son los fracasos quirúrgicos y viceversa, tal cual acontece con el sin número de tratamientos médicos preconisados como efectivos, pero que luego el tiempo evidencía su ineficacia. Ayman 7, hasta el año 1930, recolectó en la literatura médica 200 tratamientos preconisados como efectivos, y si se agregan los nuevos aparecidos desde entonces hasta ahora, incluyendo los quirúrgicos, seguramente esa cifra se duplica ó triplica. Tres son los factores a los cuales se puede imputar esta falsa apreciación de los resultados en lo que respecta a la eficiencia de los tratamientos en la hipertensión arterial. Primero, juzgar la eficiencia de cualesquier tratamiento por los valores de la tensión, al ser esa la manifestación clínica más constante y ostensible de la enfermedad, aparte de ser la manifestación inicial. Su consabida variabilidad no sólo de un día para otro, sino en el mismo instante, resta todo valor a tal apreciación. En efecto, basta tomar la presión diez veces seguidas con un minuto de intervalo entre una y otra, para comprobar gandes oscilaciones; basta tomarla en el consultorio ó en el domicilio para encontrar marcadas diferencias, basta dejar reposar 15 a 20 minutos en un ambiente tranquilo para verificar descenso de 60 ó más milímetros para la sistólica y 40 ó más milímetros para la diastólica. La segunda causa de error es el insuficiente tiempo de observación y la personalidad del hipertenso. Generalmente se observa al paciente dos ó tres ó unos pocos dias más antes de someterlo al tratamiento, y estando ya advertido que se lo someterá a un nuevo tratamiento. Se toman en esas circunstancias las cifras tensionales como patrón, luego se aplica el tratamiento y el médico lo examina entonces diariamente con todo optimismo e interés por un tiempo largo. Basta todo eso para que las cifras anteriores sean mucho más altas que las subsecuentes, aún administrando simples placebos, como lo ha demostrado Ayman 8 . La tercera causa de error son los diferentes criterios que se utilizan para juzgar los resultados y también la diferente capacidad de los observadores que los aprecían. Solamente el internista que sigue por meses ó años un paciente con hipertensión arterial, se encuentra capacitado para juzgar la eficacia ó ineficiencia de un determinado tratamiento, y sobretodo si es una cuestión de grados ó matices, LA SIMPATECTOMÍA EN LA ENFERMEDAD HIPERTENSIVA 283 com es el caso de la hipertensión, en la cual solo se pretende mejorar y no curar, en el sentido estricto de la palabra. Se indica al internista como el más indicado, porque no creemos que un cirujano tenga conocimientos y experiencia suficientes sobre clínica cardiológica, renal, neurológica y oftalmológica, es decir gran parte de la patologia médica, para poder apreciar los resultados por si mismo ó con el accesoramiento de otros. Seria el mismo caso que un internista por el sólo hecho de tener al lado un cirujano para que lo accesore e indique lo que debe hacer, puede ya realizar una intervención quirúrgica. No hay que olvidar que la medicina, además de ciencia, es también arte. Así he visto aducir la mejoría de la situación renal después de la simpatectomía, por la desaparición de unos escasos eritrócitos que habían en el sedimento de la orina, y la enferma falleció un año y medio después, precisamente por insuficiencia renal. Así también se ilustra la mejoría de la situación cardíaca por modificaciones electrocardiográficas sin significación clínica ó debidas a artificios de técnica ó por la reducción espectacular de la imagen radiolégica cardíaca agrandada, sin reparar que tal agrandamiento se debía la existencia concomitante de un derrame pericárdico ó de un infarto del pulmón, existencias de otras causas. Desgraciadamente nuestra experiencia entre dos y tres años después de realizada la simpatectomía en un grupo de 29 pacientes seguidos durante ese tiempo es de lo más desalentadora, ocho muertos por la propia enfermedad (27.5%), cinco peores también por la propia enfermedad (17.3%), once iguales (37.9%), cuatro mejores (13.9%) y sólo uno mejor (3.8%), es decir, más ó menos el mismo porcentaje que hubiera suministrao sólo cuidados médicos bien dirigidos. REFERENCIAS 1. 2. 3. Cossio, P. y Rodas Ortiz, S. - Tatamiento quiúrgico de la enfemedad hipertensisva (hipertensión arterial esencial). Dia Méd., 18:1353-1362 (16 Septiembre) 1946. Padilla, T., Cossio, P., Berreta, J. A. y Rodas Offiz, S. - Tratamiento quirúrgico de la enfermedad cardíaca por hipertensión arterial (cardiopatia hipertensiva). Rev. Argent. Cardiol., 13:71-90 (Mayo-Junio) 1946. Padilla, T., Cossio, P., Berreta, J. A. y Alvarez, G. - La simpatectomía amplia en la enfermedad hipertensiva primaria. Medicina (Buenos Aires), 7:429-450 (Octubre) 1947. 284 4. 5. 6. 7. ARQUIVOS BRASILEIROS DE CARDIOLOGIA Smithwick, R. H. - Technique for splanchnic resection for hypertension; preliminary report. Surgery, 7:1-8 (Enero) 1940. Peet, M. M. y Isberg, E. M. - Surgical treatment of essential hypertension. J.A.M.A., 130:467-473 (23 Febrero) 1946. Introzzi, A. M. - Décimo Noveno Congreso Argentino de Cirugía, Buenos Aires, 1948. Ayman, D. - a) Evaluation of therapeutic results in essential hypertension: interpretation of symptomatic relief. J.A.M.A., 95:246249 (26 Julio) 1930; b) Evaluation of therapeutic results in essential hypertension: interpretation of blood pressure reductions. J.A.M.A., 96-20912094 (20 Junio) 1931. Las Heras, 2395 - Buenos Aires, República Argentina