Introducción La presente investigación pretende estudiar el principio de capacidad económica y específicamente su aplicación en la Ley del Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de los Programas de Vivienda, No. 8683. La vida en sociedad, conlleva la creación de estructuras para la convivencia y el progreso de los ciudadanos. Calles, escuelas, alumbrado público, agua potable, servicios básicos, burocracia entre otros, necesitan una fuente de donde nutrirse para poder existir. Estos gastos públicos deben ser sufragados por todos aquellos que tengan acceso a ellos. Desde la existencia de un Estado moderno, los príncipes han visto la necesidad de obtener de sus súbditos esa relación de poder mediante la cual pueden exigir prestaciones a su favor para el mantenimiento de esa estructura, a través del tributo. Es así como prestación nace el pecuniaria derecho que tributario, deben 1 hacer a los raíz de esa sujetos que conforman una sociedad estatal para el mantenimiento de los gastos que conlleva la subsistencia de toda esa estructura. Como base de todo sistema legal, el derecho constitucional sienta los pilares sobre los cuales se erigen las dos grandes ramas del derecho: público y privado. El derecho público es la rama que regula las relaciones entre los sujetos privados y la gran figura que llamamos Estado, es en ella donde se encuentra el derecho tributario. Es así como el derecho tributario tiene sus fundamentos sobre el derecho constitucional, en virtud de que la Constitución de un Estado es la norma suprema de todo ordenamiento jurídico para la construcción del mismo, si hablamos de un derecho que tiene el soberano para exigir a sus administrados un pago por los servicios o bienes públicos, indudablemente las bases del derecho tributario las encontramos ahí. Son varios los principios constitucionales tributarios reconocidos por la doctrina, entre ellos los más usuales son 2 a) Generalidad y Justicia Tributaria, b) Igualdad Tributaria, c) Progresividad, d) Principio de reserva de ley, y e) Principio de capacidad económica tributaria. El principio de capacidad económica o capacidad contributiva según el autor Héctor Villegas, constituye el límite material en cuanto al contenido de la norma tributaria, garantizando su “justicia y razonabilidad”.1 La autora García Vizcaíno señala sobre este principio que la capacidad contributiva también llamada “capacidad de pago” (traducción habitual del inglés “ability to pay” y del alemán “Leistungsfähigkeit”), consiste en la aptitud económico-social para contribuir al sostenimiento del Estado. Si bien se la vincula con el principio del sacrificio, puede enfocársela también considerando las posibilidades de un individuo, más que su sacrificio.2 1 Villegas, Héctor. (2001). Curso de Finanzas, Derecho Financiero y Tributario.7ma. Edición. Editorial Depalma. Buenos Aires, Argentina. 2 García Vizcaíno, Catalina. (1996). Derecho Tributario, Tomo I, Parte General. Editorial Depalma. Buenos Aires, Argentina. 3 La Ley No. 8683, denominada Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de los Programas de Vivienda, nace como una iniciativa de la Administración Arias-Sánchez de financiar los programas públicos dirigidos a dotar a familias en condiciones de extrema pobreza, de una vivienda digna. Según la exposición de motivos del proliferación condición de de Ejecutivo para asentamientos tugurio, y impulsar en este precario situaciones de y proyecto, la viviendas en extrema pobreza contrastan radicalmente con el amplio desarrollo inmobiliario de altísimo valor económico.3 Aunque se crea que un criterio indicador de capacidad contributiva puede determinarse simple y llanamente por el valor de un inmueble, es importante destacar que este principio va más allá de esa simple y aparentemente fácil determinación. La capacidad económica, como se verá, se logra determinar a raíz de varios factores que pueden incluir como parte de ellos un nivel elevado de patrimonio, por ejemplo poder establecer que ese patrimonio sea neto, es decir libre 3 Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica. Proyecto de Ley Expediente No. 16328 Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de Programas de Vivienda. 4 de pasivos para poder establecer si puede contemplarse como un indicador de capacidad económica, dentro de muchos otros. Es por esto que ha surgido la inquietud de determinar si esta nueva ley popularmente referida como “Impuesto a las casas de lujo” contempla el principio de capacidad económica y si lo hace correctamente. Como explica el autor Juan Martín Queralt que hay que aceptar el denominado principio de normalidad, según el cual el legislador, está atendiendo a un supuesto que, normalmente, es indicativo de capacidad económica. Lo cual no quiere decir que en todos los casos dicho supuesto sea realmente indicativo de capacidad contributiva. Pero, como es lógico y de acuerdo con la nota de generalidad predicable en la Ley, el legislador no puede formular una casuística que atienda a los supuestos en que un mismo hecho es o no es indicativo de esa capacidad económica. configurado Esto como es, podrán hecho darse imponible, casos en no sea que un hecho, indicativo de capacidad económica. Es ya clásico preguntarnos cuál es la 5 capacidad económica de quien, agobiado por la necesidad, se ve obligado a vender su casa. Efectivamente, en tal supuesto no existe capacidad económica y, sin embargo, en todos los sistemas tributarios la venta de un inmueble está configurado como hecho imponible generador de deudas tributarias, tanto para el adquirente como para el transmitente.4 Por ser entonces una ley relativamente reciente, cuya aplicación sigue encontrando tropiezos, y por tratarse de un tema que no ha sido analizado a fondo en nuestro país, se pretende analizar este tributo, determinar si efectivamente contempla este principio constitucional y en caso de que no sea así, qué reformas deben realizarse para que el tributo se ajuste a los principios constitucionales tributarios. Asimismo, se pretende en este trabajo determinar la naturaleza del impuesto, estudiar el indicador de riqueza que la normativa alega indica una habilidad adicional de pago, para todos aquellos sujetos pasivos que deban contribuir con el impuesto. 4 QUERALT, Juan Martín. (2008). Derecho Tributario. 13ra. Edición. Editorial Aranzadi. Navarra, España. 6 El Objetivo General del presente trabajo es estudiar el principio constitucional tributario de capacidad económica a la luz de la jurisprudencia constitucional, desarrollar una definición doctrinal, y posteriormente realizar un análisis de la Ley del Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de Programas de Vivienda, No. 8683 para determinar la existencia o inexistencia de ese principio en la ley. Se han trazado varios Objetivos Específicos con el fin de delimitar el campo de estudio del presente trabajo, los cuales son: a. Analizar la doctrina y fallos jurisprudenciales de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia relativos al tratamiento los principios constitucionales tributarios. b. Estudiar derecho jurisprudencia comparado constitucional sobre el capacidad económica. 7 principio nacional y tributario del de c. Estudiar la doctrina sobre el tratamiento hecho a los principios constitucionales tributarios con especial énfasis en el principio de capacidad económica, para compararlos con los que se encuentran en el ordenamiento costarricense. d. Analizar detalladamente los motivos, contenido, fin que impulsó la creación de la Ley del Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de los Programas de Vivienda y poder determinar su verdadera razón de existencia. e. Establecer comparaciones entre el impuesto y otros tributos similares de la legislación costarricense, así como tributos de similar naturaleza en legislaciones extranjeras. f. Aplicar económica el en concepto la Fortalecimiento Ley de del del los principio Impuesto Programas 8 de Solidario de capacidad para Vivienda el para establecer su existencia o no dentro de dicha pieza legislativa. Con base en el análisis teórico que se realizará, la hipótesis del trabajo versa sobre la idea de que la Ley del Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de los Programas de Vivienda no fue concebida bajo una correcta interpretación entendimiento del principio de capacidad contributiva, en sentido estricto. Cuando se revisen los conceptos doctrinarios y jurisprudencia relacionada, se podrá delimitar el alcance del principio de capacidad esencia contributiva del Ley y del determinar Impuesto si realmente Solidario es para la el Fortalecimiento de los Programas de Vivienda, tal y como lo predica su exposición de motivos. Sobre la metodología a utilizar es importante señalar que la presente investigación es una investigación documental bibliográfica, ya que se basa en la recolección, revisión y 9 análisis de artículos de investigación, legislación comparada y nacional, doctrina jurídica en torno al tema del principio constitucional tributario. “Una investigación primarias de es documental información documentos están si sus fuentes constituidas (bibliográficos, por iconográficos, fonográficos), es decir si con la información básica con que trabaja ha levantada e impresa.” Es importante sido previamente recolectada o 5 mencionar que para analizar la información recolectada, se utilizará el modelo de análisis de contenido de la Baptista información, (2003) el cual, consiste en según que Hernán, una vez Fernández revisada y la información, se escogen sus elementos más relevantes para el estudio en cuestión, y se crean categorías que permitan su descripción y análisis precisos. 5 Gallardo Martínez, Helio. Elementos de Investigación Académica Rodríguez. San José, Costa Rica, Editorial UNED. 1991, página 170. 10 Para cumplir con los objetivos de esta investigación, se seguirán una serie de pasos que están descritos en el cronograma; los mismos buscan llegar a la conclusión de si la Ley del Programas Impuesto de Solidario Vivienda para contempla el o Fortalecimiento no el de principio constitucional de capacidad económica, o en caso contrario, qué modificaciones resultan necesarias para la aplicación de ese principio general. Para lograr esta sistematización, se debe que recopilar la información a través de citas bibliográficas, resúmenes y opiniones sobre lo anteriormente publicado. Una vez estudiados los votos constitucionales, doctrina y resoluciones administrativas y recopilado todo lo que se considere necesario para el desarrollo del tema, podremos comprobar si nuestra hipótesis es cierta o falsa. 11 La presente investigación consta de cuatro capítulos divididos en tres o más secciones para mejor comprensión del tema. En el primer capítulo, se tratará el tema de la potestad impositiva del Estado, pasando por las nociones generales de la imposición de tributos, la clasificación de los tributos y los límites que encuentra esa potestad. En un segundo constitucionales capítulo, se tributarios analizarán los principios reconocidos por la jurisprudencia y por la doctrina, estudiando los principios materiales y un principio formal integrador de todo sistema tributario cual es el principio de reserva de ley. En el tercer capítulo, se abordará detenidamente el principio de capacidad económica tributaria, la forma de esclarecer las diferencias que da, tanto la doctrina como la jurisprudencia, entre los conceptos de capacidad económica y capacidad contributiva, el análisis de la capacidad contributiva en los 12 ordenamientos extranjeros, jurisprudencia el constitucional tratamiento al dado principio; por la luego la conceptualización doctrinaria del tributo; se continuará con una sección capacidad dedicada al económica, estudio para de terminar los con el indicadores de análisis del patrimonio como un indicador de capacidad económica. En el cuarto capítulo, se elaborará un análisis jurídicotributario de la Ley del de los Programas Fortalecimiento analizando proyecto desde de Asamblea ley su Impuesto génesis presentado Legislativa; la por Solidario de Vivienda, exposición el Poder posteriormente, se de para No. 8683, motivos Ejecutivo el a efectuará y la un análisis de la Ley que se encuentra vigente, se dedica una sección para comparar del impuesto solidario con otros tributos nacionales. En otro apartado se realiza al análisis comparativo de este tributo con otros impuestos similares en el extranjero, existencia o y finalmente inexistencia se del hará un principio análisis de de la capacidad económica en la Ley No. 8683, mediante el capítulo quinto y final. 13 CAPÍTULO I POTESTAD IMPOSITIVA DEL ESTADO Sección I. Nociones generales de la tributación Para la consecución de fines sociales en comunidad, los seres humanos han propuesto siempre la creación de infraestructuras necesarias para el sostenimiento de la vida en sociedad. Estas corresponden a la burocracia, las obras públicas, la educación, la defensa nacional, el mantenimiento del orden público, la salud pública, entre muchos otros encargos del Estado moderno; desde luego que para ello requieren de fuentes de financiamiento. Al respecto, la autora García Vizcaíno explica que los gastos que imponían las nuevas necesidades militares (ejército permanente, uso creciente de cañones y armas de fuego), la naciente burocracia (jerarquía de autoridades, ordenada de modo regular, según competencias claramente delimitadas y con funcionarios dependientes), especializados la estables administración 14 de y económicamente justicia, la gran extensión de los territorios, etc., exigían la organización centralizada de la adquisición de los medios necesarios, dando lugar a una distinta administración de las finanzas. La permanencia del Estado moderno reclamaba, por ello, un sistema tributario bien reglamentado, a fin de disponer de ingresos suficientes para sostener al ejército, la burocracia y las demás funciones que debe cumplir el Estado.6 Esto indica que el estatal debe quienes deben ser mantenimiento de todo el conglomerado financiado contribuir al por alguien. sostenimiento Está de claro estos que ahora llamados gastos públicos son aquellos que se benefician de los mismos, es decir, los habitantes de ese Estado que les brinda seguridad, educación, infraestructura, administración de justicia, entre otros. Por no ser un aspecto en el que se pretende ahondar en la presente investigación, basta decir que en las distintas facetas que puede tomar un Estado las funciones o servicios que brinde a los administrados aumentarán o disminuirán según sea la ideología (liberal, intervencionista, direccionista o neoliberal) 6 en la cual se García Vizcaíno, Catalina. Derecho Tributario Tomo I, Parte General, 2da edición. Editorial Depalma, p. 6. 15 quiera encajonar la política estatal. Tenemos entonces que el surgimiento del Estado moderno trae consigo la aparición de los tributos como los conocemos hoy. La pregunta es, ¿qué son los tributos? tributo es La toda autora García prestación Vizcaíno obligatoria, nos dice en dinero que el o en especie, que el Estado exige, en ejercicio de su poder de imperio, en virtud de ley.7 Por su parte señala el autor Martín Queralt, que el tributo es un instituto pecuniaria jurídico exigida por que una consiste en Administración una prestación pública como consecuencia de la realización del supuesto hecho al que la Ley vincula el deber de contribuir, con el fin primordial de obtener los ingresos necesarios para el sostenimiento de los gastos públicos. Sección II. Potestad Tributaria La facultad del Estado para crear e imponer tributos ha sido referida en la jurisprudencia y la doctrina como poder de 7 Op. cit., p. 41 16 imposición, potestad impositiva, potestad tributaria, entre otros. Independientemente de la denominación que se le asigne, al ocuparse de su estudio, debe esta facultad debe caracterizarse tenerse claro que inicialmente como una típica manifestación del poder o potestad de imperio del Estado. La noción de poder Administrativo, de imperio es propia como Derecho rama del derecho que por ser reguladora de la actividad interna del Estado, tiene Estatal del sujeto regulado, y a la Administración puede definirse como el conjunto de poderes pertenecientes a la institución como tal (poderes, prerrogativas y actividad estatal), cabe y funciones que entenderse se adaptan resultado a la de la soberanía del Estado. En este sentido, la Administración o el Estado está dotado de un poder superior de imperio que le otorga supremacía frente a los particulares. Con esto, El Estado y sus órganos, no desempeñan sus funciones en 17 un plano de igualdad con respecto a sus administrados, sino que por lo contrario las relaciones se caracterizan por una evidente divergencia que se deriva de su posición soberana de gobierno. Con estas mismas particularidades de poder de imperio, se define la potestad tributaria del Estado, que no es más que una manifestación de la potestad de imperio de la administración que permite al Estado crear unilateralmente tributos y recaudarlos de los sujetos que se encuentran sometidos a su competencia o poder. Como bien lo ha explicado Massone, la potestad tributaria es la facultad de instituir impuestos y tasas, como también deberes y prohibiciones de naturaleza tributaria; y es, en otras palabras, el poder general del Estado aplicado a un sector determinado de la actividad estatal: la imposición8. 8 MASSONE F. Pedro. Principios de Derecho Tributario. Edeval, Valparaíso, 1975, pág. 28, citando a Antonio Berliri y Albert Hensel. 18 Esta definición del poder tributario, involucra tanto la supremacía del Estado como creador y recaudador de impuestos, como la correspondiente sujeción de los individuos contribuyentes, en un plano inferior, a las disposiciones dictadas por el ente superior. Como se indicó antes, este concepto de potestad tributaria del Estado, guarda una estrecha relación con la noción de soberanía del Estado; entendiendo que dicho concepto implica tanto independencia en lo externo de sus fronteras, como supremacía en lo interno de ellas. En ese sentido, la soberanía indica la posición del Estado con respecto de otros sujetos, que importa por un lado, independencia de otros ordenamientos externos al territorio estatal, y en lo que aquí interesa supremacía sobre los individuos que existen a lo interno de su territorio. La posibilidad del aparato estatal de crear reglas y gobernar sobre los individuos sujetos a su jurisdicción, es entonces una clara manifestación de soberanía en la forma de 19 poder de imperio sobre sus administrados. Sainz de Bujanda afirmaba que el poder tributario, como parte del poder financiero no es otra cosa que la manifestación del concepto mismo de soberanía aplicado al campo de las finanzas públicas9. Ahora bien, es de importancia rescatar que esta soberanía del Estado, que se ve manifestada en la potestad del Estado de exigir contribuciones de sus administrados, se presenta rara vez de forma integrada o indisoluble en la ejecución de sus fines. En palabras de Ferreiro Lapatza: “La soberanía financiera no tiene por qué ser siempre, bloque, forzosamente, de forma considerada unitaria, a la como un hora de determinar quién debe ejercerla. La soberanía financiera encierra, por lo contrario, dentro de sí, distintos elementos o, si se quiere, puede tener diversas manifestaciones. Así, respecto de los tributos, la doctrina alemana 9 SAINZ DE BUJANDA, Fernando. Lecciones de Derecho de Financiero. 10° Edición, Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1993, página 75. 20 distingue tres diversas manifestaciones o elementos de la soberanía financiera: soberanía legislativa, soberanía administrativa y soberanía sobre las sumas recaudadas.” Resulta importante aquí distinguir al titular de la potestad tributaria, identificado como aquel que ostente el poder de establecer impuestos, el sujeto activo de la obligación tributaria, que vendrá a ser el acreedor o recaudador de la respectiva deuda impuesta y por último las entidades que se verán encargadas de la administración de aquellos fondos que se recauden a través del poder tributario del Estado. La manifestación anterior también se presenta en la conceptualización que realiza la Sala Constitucional de la potestad tributaria. Mediante voto 6103-2001, la Constitucional apunta: «La doctrina más importante en la materia, en forma generalizada, ha señalado 21 que el "PODER Sala TRIBUTARIO" -potestad impositiva, consiste poder en de tributaria, imposición, "...la potestad entre facultad de otrosaplicar contribuciones (o establecer exenciones)...", con otras palabras, "...el poder de sancionar normas jurídicas de las cuales derive o pueda derivar, a cargo de determinados determinadas individuos categorías de o de personas, la obligación de pagar un tributo..." Paralelamente al "PODER TRIBUTARIO", se reconoce, también, la facultad de ejercitarlo en el plano material, a lo cual se denomina la "COMPETENCIA TRIBUTARIA", de modo tal que ambas potestades pueden coincidir, pero no de manera obligatoria, pues se manifiestan en esferas diferentes, de modo que puede haber tributaria y órganos dotados carentes de poder de competencia tributario. El poder de gravar, como se apuntó, es inherente al Estado y no puede ser suprimido, delegado ni cedido; mas el poder de hacerlo efectivo, en el plano material, puede transferirse y otorgarse a entes paraestatales o privados. Las diferencias 22 entre ambos conceptos han sido puestas de manifiesto, en nuestro medio, al establecerse la separación entre el sujeto activo de la potestad tributaria y el sujeto activo de la obligación del tributo…” Visto lo anterior, el poder tributario no sólo encierra la posibilidad del Estado de crear tributos, sino que también se extiende a la posibilidad del Estado de viabilizar el cobro o recaudación de los tributos que bajo su potestad fueron creados, y por último planificar su utilización. Lo anterior toma importancia en la medida que, aunque el poder tributario como concepto se encierra en un plano abstracto, entendido estrictamente como la facultad que tiene el aparato estatal administrados, sus de exigir resultados teórico. 23 no la se contribución limitaran de al sus plano Más allá de trascenderá su el poder conceptualización, soberano de el poder imposición y, estatal una vez empleado, llegará a convertirse en una situación jurídica en la cual el Estado será titular de un derecho subjetivo de crédito y los administrados estarán jurídicamente obligados a cumplir la prestación el Estado les exige. La potestad tributaria como poder general sobre los individuos, se podrá transformar en un verdadero derecho de crédito contra contribuyentes determinados, y empleará medios reales para obtener las prestaciones debidas, que puede incluso valerse de medios coactivos. En este sentido, el poder tributario se materializa y, para ello, deja de ser un bloque de poder indeterminado y se organiza de manera tal que logre ejercitar efectivamente sus atribuciones, organizando su poder con mecanismos determinados y a través de instituciones competentes, que le permitan ingresar a la esfera jurídica del administrado y requerir la recaudación de las contribuciones pretendidas. 24 Ahora bien, considerando la potencial extensión dela potestad estatal de imperio, y particularmente de la potestad tributaria, resulta imperioso que esta relación de supremacía pueda ser encausada y restringida, a fin de no violentar los derechos que corresponden a los administrados. Dicho lo anterior, la potestad tributaria debe regularse en contraste con los derechos del individuo contribuyente o sujeto a derechos tributarios, de manera tal que no atente contra los principios característicos de un Estado Moderno de Derecho. Sección III. Límites a la potestad impositiva Como se ha visto en la primera sección de este capítulo, el poder tributario es una derivación de esa potestad de imperio del Estado de exigir de sus integrantes, la participación en el sostenimiento de las cargas públicas. Sin embargo, como ocurre con cualquier otro derecho, no es un derecho absoluto, ya que resultaría impráctico dejar que El Estado impusiera 25 cualquier clase de impuestos sin importar las posibilidades y/o capacidades de sus contribuyentes, cayendo ahí mismo en la arbitrariedad. De ahí que es necesario que ese poder cuente con un margen de aplicación que permita al Estado actuar dentro de un marco de legalidad y legitimidad. efecto al autor Jarach señala que el tributo es Al una prestación coactiva. Pero esta coerción no deriva de una manifestación de voluntad de la administración pública, la cual a su iniciativa, tenga el derecho de imponerla a los sujetos particulares. Esto pudo ser verdad en alguna época histórica, pero no lo es más en el Estado moderno de derecho, en el cual legalidad de está la sentado el prestación principio tributaria, fundamental de la contenido en el aforismo latino “mittumtributum sine legge”. La fuente de la coerción es, pues, exclusivamente la ley.10 Los límites del poder tributario son determinados entonces por la normativa expresada por el pueblo mismo, es decir mediante la ley. El legislador establece sobre que bases ha de crear los tributos para que los particulares contribuyan 10 JARACH, Dino. El Hecho Imponible, p. 11. 26 al mantenimiento y soporte del Estado. Se trata casi de una autoimposición mediante el pueblo mismo a través de la Asamblea Legislativa, la que crea las normas tributarias. En ese sentido nos dice el autor Mario Augusto Saccone que en los Estados modernos de Derecho, el poder coercitivo estatal se ejerce a través de la ley, como expresión del poder legislativo y como norma jurídica que define exhaustivamente los supuestos objetivos y subjetivos de la pretensión del Estado y de la obligación correlativa del contribuyente.11 Adicionalmente Saccone nos termina enlazando la idea de Jarach y nos dice que de ahí, concluye Jarach (11), que la administración fiscal no posee poderes discrecionales y la ley determina precisamente cuando, en cuales casos, y en cual medida ella puede recaudar un tributo sobre la riqueza privada; por ello, la autoridad fiscal actúa con la finalidad de aplicar las leyes impositivas y erraría quien creyese que aquélla (la administración) está instituida para hallar dinero para el fisco, conformándose a los preceptos que las leyes han establecido al respecto.12 11 SACCONE, Mario Augusto. Manual de Derecho Tributario, p. 3. Ibid, p. 3. 12 27 La necesidad de regular el derecho abstracto que tiene el Estado para exigir de sus administrados las contribuciones para el mantenimiento de las cargas públicas es lo que genera estos límites. Así, nos señala el autor Villegas cuando dice que tal potestad no es omnímoda sino que se halla limitada en los modernos Estados de derecho. En su origen el tributo significó violencia del Estado frente al particular y aún siguió confiada teniendo ese carácter cuando su aprobación quedó a corporativas” los e “consejos incluso del reino”, “asambleas “representaciones populares”. Mal podía hablarse de “garantías” de los súbditos cuando la aprobación se otorgaba en forma genérica y sin normas fijas destinadas a regular los casos individuales. El cambio fundamental se produce cuando los modernos Estados constitucionales deciden garantizar los derechos de las personas resolviendo que la potestad tributaria sólo puede ejercerse mediante la ley. La potestad tributaria –entonces- se transforma. La facultad estatal de crear unilateralmente tributos se convierte en la facultad de dictar normas jurídicas objetivas que crean tributos y posibilitan su cobro a los obligados.13 13 VILLEGAS, Héctor. Curso de Finanzas, Derecho Financiero y Tributario, p. 187. 28 Se ha establecido entonces que la ley genera los límites principales a la potestad impositiva, ya que es en ella donde se sientan las bases jurídicas para delimitar el campo de acción del Estado para hacer valer sus derechos de exigir el pago de tributos de conformidad con las condiciones que establece la norma. Sin embargo, no se puede ignorar que existe una norma superior que regula todas las demás y es el pilar sobre el cual se fundamenta la misma creación de las leyes, es decir la constitución. Es por eso que la doctrina reconoce el llamado derecho constitucional tributario, que sienta las tributaria impregnadas bases y por todas de los las las que se debe regir normas de esta rama postulados la materia deben constitucionales. En estar ese sentido, dice Villegas que el derecho del Estado a establecer los casos y circunstancias en que podrá pretender el tributo y con qué límites, así como el deslinde y compatibilización de las potestades tributarias, cuando en un país ellas son plurales, constituyen objeto de estudio de ese conjunto de normas, denominado “derecho constitucional tributario”. Según el autor, este derecho estudia las formas fundamentales que disciplinan el ejercicio de la potestad tributaria y que se encuentran en las cartas constitucionales en aquellos países 29 en que éstas existen. En otras palabras y al decir De la Garza: Normas que especifican quiénes ejercen la potestad tributaria, en qué forma y dentro de qué límites temporales y espaciales.14 A partir de la norma constitucional, se deben nutrir las normas legales que crean los tributos, ya que es aquí donde se cimentan las bases para poder crear otras normas que se apeguen absolutamente a la legalidad y sobre todo a la legitimidad, en el tanto toda aquella cuyo fundamento básico sea un precepto constitución constitucional refleja las normas y aduciendo más que la elementales de construcción de un determinado Estado de derecho, esa ley aparte de ser legal y constitucional se encuentra plenamente legitimada su existencia ya que responde a ese espíritu de la norma superior de la que todas las demás normas deberían encontrar su fundamento. Por otro lado, debe tomarse en consideración que por tratarse de un derecho o un poder del Estado, sea el poder tributario, debe con mucha más razón tener sus límites y pautas generales en la norma por virtud 14 Ibid, p. 185. 30 de la cual es creado, es decir la Constitución; ya que se está siempre dentro de la esfera del derecho público. Es así como el constitucional autor Villegas tributario es dice una que parte el derecho del derecho constitucional que sólo puede considerarse “tributario” por el objeto al cual se refiere. Sobre su pertenencia al derecho constitucional, poca duda cabe. Su tarea es la de las normas del derecho constitucional: regular el poder de imperio estatal. En este caso, en una de sus manifestaciones más típicas, cual es la potestad tributaria.15 Queda claro tributos a entonces sus que la administrados potestad dentro estatal del de ámbito imponer de su soberanía espacial y temporal, debe hacerse mediante la ley, pero que además esas leyes deben contener principios y preceptos que emanan de la constitución, por tratarse de una norma superior y que regula el actuar del Estado en todas sus aristas. De ahí que el legislador, a la hora de impulsar una 15 Op. Cit., p. 185. 31 ley, debe considerar estos principios a efecto de no contravenir estas reglas básicas del Estado de derecho y de esta forma asegurarle a los administrados un ámbito de seguridad, con respecto a los tributos que se les exigen. De esta forma, señala la autora García Vizcaíno que el Congreso no puede establecer cualquier contribución, sino que ella debe estar sujeta a otros principios de carácter sustancial en cuanto al generalidad, equidad, contenido razonabilidad, proporcionalidad, de no las 16 Op. Cit., p. 270. 32 como confiscatoriedad, además indirectamente de la C.N.16 normas, de otros que los de igualdad, derivan CAPÍTULO II LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES TRIBUTARIOS Nota Introductoria En todo sistema constitucional, se forma la jerarquía de normas que ha de regir el orden jurídico. Como norma suprema, la Constitución viene a sentar las bases para la creación del régimen del Estado, y para su desenvolvimiento y desarrollo. El pueblo otorga en los legisladores constituyentes la tarea de sentar los pilares sobre los cuales ha de levantarse toda la organización, forma, distribución de poderes, potestades, del aparato estatal. Esta legislatura se da en un momento histórico determinado –o determinante- que responde al clamor social o mejor aún, a la opinión popular de cómo ha de construirse un Estado de Derecho. Sin embargo, tal y como señala el autor Rodolfo Piza, la Constitución, por su carácter general y abstracto, y aunque solo fuera apertura por la parquedad lingüística, no de su puede 33 texto ser y su necesaria aplicada sin interpretarla, integrarla, delimitarla y, mucho menos, sin acudir a descubrir y aplicar los criterios que la articulan y que le dan sentido. El texto constitucional es, y solo puede ser, una parte esencial del Derecho de la Constitución, pero no la única.17 Es así como se entiende que la norma Constitucional responde a una opinión elementos a un culturales, entendimiento sociales que general están de valores, intrínsecamente incorporados en los textos normativos, tanto desde la norma de rango superior como la Constitución como hasta la Ley. Las normas entonces, y principalmente las constitucionales por tratarse de normas tan generales, están impregnadas de ideales implícitos que son el fundamento de su creación, es gracias a ellos que las mismas surgen. Piza Rocafort aclara esto y nos dice que esos criterios que la articulan, que la explican, que le dan sentido y que permiten su operatividad, son los principios constitucionales o, si se quiere, los 17 PIZA ROCAFORT, Rodolfo E. Principios Constitucionales y Justicia Constitucional en Principios Constitucionales, p. 177 34 principios generales del Derecho de naturaleza constitucional.18 En la misma línea, el gran jurista y juez constitucional Rodolfo E. Piza Escalante (q.d.D.g.) detalla más sobre los principios y al efecto dice que los principios, entendidos como conceptos o valores materiales que se inducen de los propios textos expresos, del contexto en que estos se articulan, de la lógica del sistema jurídico como un todo, de la experiencia de los operadores del Derecho, del recto entendimiento humano o de la intuición común de la justicia, el orden, de la libertad, si se quiere condicionados –aunque no tanto- por la Historia, por la cultura o por la misma Geografía.19 Es así como se entiende que los principios emanan de las normas que forman el Ordenamiento, y correlativamente estas normas responden a estos principios. 18 PIZA ROCAFORT, op. cit., p. 177. PIZA ESCALANTE, Rodolfo E. Los Principios en la Interpretación Constitucional en Principios Constitucionales, p. 41. 19 35 Particularmente sobre el tema de la Constitución Política, en muchos casos ha sido la tarea interminable de la Sala Constitucional, la interpretación del texto de la Carta Magna para desentrañar los principios que se encuentran en él. No es sino a través de su jurisprudencia que muchos de los principios que la doctrina ya conoce y acepta como válidos, han encontrado su legitimidad, mas no por ello su existencia, ya que ello depende de la creación de la norma como se observa arriba. El autor Fajardo Salas al respecto indica que nuestra CP vigente no desarrolla, con propiedad, los denominados principios constitucionales de la tributación, ni siquiera el deber de contribuir, que le sirve de fundamento al poder tributario de establecer los tributos. Se puede afirmar que esa omisión no es casual, sino que resulta reiterada en forma histórica en jurisprudencia principalmente, constituciones de la nuestra que ha previas (…) Sala permitido ha sido la Constitucional, elaborar una sólida doctrina sobre tales principios, extrayendo esos postulados 36 de normas constitucionales generales (…) El papel preponderante de la Sala Constitucional debe ser, como se considera que lo ha logrado, salvo en algunos casos, el de servir de garante de las normas y principios constitucionales y con ello, asegurar su vigencia. Porque la garantía del administrado frente al poder público se realiza tanto cuando más se le facilita constitucional. su acceso Particularmente, el a la Juez jurisdicción Constitucional imparte justicia, cuando desentraña el sentido histórico de la norma y la evolución de las circunstancias, especialmente en los valores y principios que encierra la norma Constitucional, individualmente analizada y en su conjunto con las demás.20 En lo que respecta a los principios constitucionales tributarios, como primer punto de aclaración debe entenderse que existen dos grandes clasificaciones de los mismos; a saber, los principios que se refieren al contenido mismo de las normas tributarias, llamados “principios de justicia tributaria material” y los que se aplican a la formación de 20 FAJARDO SALAS, Gonzalo. Principios Constitucionales de la Tributación, p. 30. 37 estas normas que son conocidos por la doctrina como “principios de justicia tributaria formal”. En esta línea es que se ha conducido la Sala Constitucional, como manifiesta en el Voto 2657-2001 cuando dice: “Desde el punto de vista de la Doctrina del Derecho Tributario, los principios jurídicos más importantes son: a) el de legalidad tributación, conocido también ley; que lo o lo es como mismo de la reserva de la exclusiva regulación de la actividad tributaria por ley formal; b) el principio de igualdad ante el impuesto y las cargas públicas, que alude a la necesidad de asegurar el mismo tratamiento a quienes se encuentren en análogas circunstancias (concepto relacionado más con la materialidad, que con la formalidad); este principio permite la formación de distintas categorías, en la medida de que éstas sean razonables, lo que a su vez exige que discriminaciones sea con total arbitrarias; 38 exclusión de c) de el se generalidad, que implica que no deben resultar afectadas con el tributo, personas o bienes determinados singularmente, pues en tal supuesto los tributos adquieren carácter persecutorio o de discriminación odiosa o ilegítima. Dicho en otra forma, el tributo debe estar concebido de tal forma que cualquier persona, cuya situación coincida con la señalada como hecho generador, será sujeto del impuesto.” A este respecto, la Sala en esta oportunidad deja de lado principios de igual importancia como son el de progresividad, de no confiscatoriedad, y el de capacidad económica o contributiva, este último en particular la Sala a lo largo de diferente jurisprudencia desarrolla ampliamente, como se verá más adelante. Sección I. Principio de Generalidad Tributaria Este principio establece la prohibición al poder impositivo de dictar o sancionar tributos que apliquen a una determinada 39 parte de la población o, en sentido contrario, que se dicten normas para crear exenciones a determinados sujetos pasivos. Es así como el autor Jiménez González indica que el principio de generalidad porta un mandato para el legislador, a efecto de que configure los supuestos de causación de los tributos a partir de hechos contributiva, tributaria que vinculando respecto a sean el todos reveladores surgimiento los que se de de capacidad la obligación hallen en dicho supuesto. El principio de generalidad en la tributación no entraña la exigencia de que los tributos; para responder a ella, deban afectar a todos los que integran una comunidad. En materia tributaria, la generalidad se realiza de la misma manera a como se hace respecto a la ley. Una ley, para ser general, no debe necesariamente afectar o proyectar sus efectos respecto a todos los integrantes de la sociedad, la generalidad de la ley se da cuando las consecuencias de los diversos supuestos legales se proyectan por igual respecto a todos los que caen en el mismo.21 21 JIMÉNEZ GONZÁLEZ, Antonio. Lecciones de Derecho tributario, p.202. 40 En otras palabras, los tributos deben crear el hecho generador como un supuesto indeterminado y en el caso de que los sujetos pasivos caigan dentro de ese supuesto deberán “contribuir” según lo determine la norma. La Constitución Política de Costa Rica, en su artículo 18, manda a que todos están obligados a contribuir para el sostenimiento de los gastos públicos. Inicialmente se habla de los costarricenses, sin embargo se ha entendido por la jurisprudencia y la doctrina que “todos”, ello incluye a extranjeros –físicos o jurídicos- que realicen actividades económicas en este país. Es así como el autor Fajardo señala que si se relaciona el ya mencionado cardinal 18 con el siguiente 19, los extranjeros tienen los mismos deberes y derechos individuales y sociales que los costarricense, entonces debe entenderse, sin lugar a dudas, que los habitantes de la República –integrada por nacionales y extranjeros-, es decir, “todos”, tienen el deber de contribuir para los gastos públicos.22 El jurista Juan Martín Queralt lo define aún más cuando dice que el principio constitucional de generalidad constituye un 22 Op. Cit., p. 217. 41 requerimiento directamente dirigido al legislador para que cumpla con una exigencia: tipificar como hecho imponible todo acto, hecho o negocio jurídico que sea indicativo de capacidad económica. El principio de generalidad pugna así contra la concesión de exenciones fiscales que carezcan de razón de ser. Este constituye uno de los campos en el que más fecundo se manifiesta dicho principio.23 En palabras de la autora Catalina García Vizcaíno el principio de generalidad se refiere al carácter extensivo de la tributación, de modo de no excluir de su ámbito a quienes tengan capacidad contributiva (apreciada razonablemente), por lo cual las leyes no pueden establecer privilegios personales, de clase, linaje o casta a fin de salvaguardar la igualdad (…) El límite de la generalidad está dado por las exenciones y los beneficios tributarios, que se basan en el art. 75, inc. 18, de la C.N., y deben ser conferidos por razones económicas, privilegios sociales personales o o de 23 políticas, clase.24 (Los pero nunca por artículos que QUERALT, Juan Martín y Otros. Derecho Tributario, p. 54. GARCÍA VIZCAÍNO, Catalina. Derecho Tributario, Consideraciones Económicas y Jurídicas. Tomo I, Parte General, p. 279. 24 42 menciona la autora son de la Constitución de la Nación Argentina) En el caso de Costa Rica, tal y como lo señala el autor Fajardo Salas, el principio ha existido desde sus orígenes ya que la Constitución de Cádiz de 1812, aplicable supletoriamente en Costa Rica de 1821 a 1823, disponía que TODO ESPAÑOL –y los costarricense éramos reconocidos como tales por esa Constitución DISTINCIÓN ALGUNA Estado. esencia En deben esa en cuanto contribuir misma a los para redacción los se deberes- SIN gastos del mantuvo en el Primer y Segundo Estatuto Político de Costa Rica de marzo y mayo de 1823, respectivamente. En esta misma línea, la Constitución Federal de Centroamérica de 1824 fue más determinante en cuanto a la reafirmación del principio de generalidad, cuando expresó que los habitantes de Centroamérica están obligaos a contribuir para los gastos públicos SIN EXENCIÓN NI PRIVILEGIO Constituciones de 1825, 1835 y 1841 no 43 ALGUNO. Las hacen referencia a dicho principio. La (Constitución) de 1844 explicita ese principio, cuando en su artículo 15 dispone, que el Poder Legislativo no puede hacer “pesar el gravamen sobre determinadas personas”. Y reafirma, esa misma Constitución dicho principio, cuando en su artículo 63 dispone que “todos los habitantes del Estado, sin distinción ni excepción alguna están obligados”, entre otros deberes, a contribuir a los gastos públicos. En los mismos términos de esta última Constitución, la de 1847 recoge el señalado principio en su artículo 35. Por su parte la Constitución de 1848, en materia tributaria, en una escueta redacción no explicita el señalado artículo de generalidad, al igual que ocurre con la Constitución de 1949 que nos rige. El inciso 2° del artículo 6 de esa Constitución del 48, se limita a expresar que son deberes de los costarricenses “Contribuir para los gastos públicos” -al igual que lo hace el artículo 18 de la Constitución vigente- y el inciso 4°, artículo 53, cuando dispone como una atribución exclusiva del Congreso: “Establecer los impuestos y contribuciones nacionales”, que se mantiene en la actualidad el inciso 13 del artículo 121 CP. Con Comisión el comentado designada por agregado la hecho, Junta 44 de a iniciativa Gobierno del de la 48: “y autorizar los municipales”. Esa redacción se conserva prácticamente invariable en las Constituciones de 1859, 1869, 1871 y 1949, con el aludido añadido hecho al inciso 13 del artículo 121 en esta última. La de 1917 varía la redacción de las Constituciones anteriores en cuestiones de forma, pero no menciona ni expresa, ni implícitamente el señalado principio de generalidad, el cual desapareció, como principio explícito de la Constitución, a partir de la Carta Política Fundamental de 1848, hasta nuestros días.25 Queda claro que este principio lo que busca es que los habitantes de la República en términos generales, contribuyan en forma igual al sostenimiento de las cargas públicas. Cuando se dice iguales, no debe entonces malinterpretarse que se trata de que todos deben contribuir de la misma forma, en la misma manera y con la misma proporción; sino que deben hacerlo conforme a su capacidad contributiva si y solo si incurrieron en un hecho generador debidamente tipificado en la Ley. Es claro que el principio pretende sólo gravar a aquellos que caigan en el supuesto establecido objetivamente 25 Op. cit. p, 217. 45 en la norma, pero además es un mandato al legislador para que apruebe dicha norma de una forma objetiva, imparcial, que no vaya dirigida a cierto grupo de individuos (por ejemplo, un impuesto a la inválido ya que panaderos). La elaboración afectaría norma del pan sería directamente debe ser una al absolutamente gremio conducta de los claramente identificable, realizable por una generalidad (ese es el caso del impuesto sobre la renta, si un individuo indistintamente de su profesión genera renta debe pagar al Estado tributos por esa renta producida o generada). Además de ello, la norma no debe crear exenciones a determinados individuos por sus condiciones particulares, ya que ello caería en privilegios o beneficios que no alcanzarían a toda la población en general e iría en claro detrimento del principio. El autor Fajardo Salas brinda una sencilla pero muy precisa definición que abarca la finalidad de este principio dada por el maestro Fernando Sáinz Financiero” de Bujanda recolectadas a través por un de “Notas grupo estudiosos donde el maestro español nos dice: 46 de Derecho distinguido de “El principio de generalidad significa que todos los ciudadanos han de contribuir al levantamiento de las cargas públicas. Esto no supone que todos deben efectivamente pagar tributos, sino que deben hacerlo todos los que, a la luz de los principios constitucionales y de las normas ordinarias que los desarrollen, tengan la necesaria capacidad contributiva. Es decir, no se puede eximir a nadie de contribuir por otras razones que no sean la carencia de capacidad contributiva. generalidad únicamente tanto, relación en El es con principio de comprensible, por el de capacidad contributiva. En definitiva, este principio de generalidad lo que prohíbe fiscales, es como la los existencia que existían de en privilegios el Estado absolutista, en el que ciertas clases sociales estaban exoneradas de contribuir a las cargas públicas. Por eso es comprensible que cuando más enérgicamente se sintió en 47 la necesidad de consagrar constitucionalmente este principio fue en el momento de la instauración del régimen constitucional(…)”26 El autor, a raíz de estas consideraciones así como la de otros autores de renombre, plantea una cuestión de si se trata de un mismo principio entre el de generalidad y el de igualdad, o si se trata de dos principios íntimamente vinculados entre sí, o que el de generalidad se deriva del principio de igualdad o, agrega el autor, que si el principio de generalidad es la primera condición para realizar la igualdad. En el apartado dedicado al principio de igualdad, se dedicará una sección a estos argumentos una vez que ya se haya explicado detalladamente, baste por ahora decir que son principios que se hayan interrelacionados uno con el otro y forman parte de un mismo cuerpo. En lo relativo a lo señalado por la jurisprudencia constitucional costarricense, en torno a este principio, se 26 SEMINARIO DE DERECHO FINANCIERO, Notas de Derecho Financiero, Tomo I, Director Fernando Sáinz de Bujanda, Universidad de Madrid, Facultad de Derecho, 1967, p. 184, citado por FAJARDO SALAS, Op.Cit. p, 215. 48 echa mano a la sentencia número 5398-94, donde se presentó una acción de inconstitucionalidad por el Consejo Nacional de Cooperativas contra el párrafo cuarto aparte primero del inciso c) del artículo 23 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, número 7092, del veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho, reformado por la ley número 7293, del treinta y uno de marzo de mil novecientos noventa y dos y la interpretación que hace el Ministerio de Hacienda del párrafo segundo aparte primero del inciso c) del artículo 23 de la Ley. El Consejo lo que alega en su recurso es que el en dicho párrafo se principio infringe de el igualdad artículo tributaria 11 constitucional que se deriva y el del 33 constitucional, ya que el Ministerio de Hacienda interpretó que se puede retener el ocho por ciento sobre las rentas que producen los títulos valores en los cuáles invierten las asociaciones cooperativas, siendo que las mismas están facultadas para emitir títulos valores, persiguen fines sin lucro -al igual que el Banco Popular y de Desarrollo Comunal y el Sistema Financiero Nacional para la Vivienda-, y se encuentran exentas del impuesto de la renta, según disposición expresa de la misma ley. En lo relativo a este 49 principio, la Sala externó en su considerando primero donde se refiere a la potestad tributaria del Estado, lo siguiente: “Los tributos deben emanar de una Ley de la República, no crear discriminaciones en perjuicio de sujetos pasivos, deben abarcar integralmente a todas las personas o bienes previstas en la ley y no sólo a una parte de ellas y debe cuidarse de no ser de tal identidad, que viole la propiedad privada (artículos 33, 40, 45, 121 inciso 13.) de la Constitución Política). En este sentido cabe recordar reconoce que la nuestro potestad ordenamiento tributaria del jurídico Estado a nivel constitucional, de manera que corresponde a la Asamblea "Establecer Legislativa los impuestos la y facultad de contribuciones nacionales, ..." (artículo 121 inciso 13.) de la Constitución obligación Política), para los constituyendo costarricenses pagar así, las cargas públicas establecidas por el Estado para contribuir con los gastos 50 públicos, obligación que tiene rango constitucional en los términos del artículo 18 Constitucional, y que en virtud del principio artículo de 33 excepciones igualdad, Constitucional, ni establecer consagrado no en cabe el hacer situaciones de privilegio por la que se establezcan exenciones de pago de los correspondiendo al recaudación las de impuestos Poder Ejecutivo rentas establecidos, disponer nacionales la (artículo 140 inciso 7.) de nuestra Carta Magna).” Dicha posición fue reiterada en las sentencias 143-94 y 645594. Ahora, sobre la violación a este principio, la Sala en su sentencia número 5749-93 de las catorce horas treinta y tres minutos del nueve de noviembre de mil novecientos noventa y tres donde la Sala falla una acción de inconstitucionalidad presentada por la entonces Financiera Elca, S.A., Banco del Comercio, Banco Interfin, Banco Banex y otros bancos contra el artículo 15 inciso a) de la Ley 5694 del 9 de junio de 1975, por considerar que dicha norma viola los artículos 33, 40, y 45 de la Constitución Política ya que establecía que el 51 impuesto de financieras patentes se municipales calculaba sobre para sus las entidades ingresos brutos, resultando según los bancos accionantes, un tributo altamente confiscatorio, porque otras empresas comerciales e industriales, incluso de mayores ingresos, pagan un tributo menor, calculado según el artículo 14 de la misma ley. En dicha oportunidad, la Sala señaló en lo que interesa para dar un concepto más concreto del principio de generalidad: “V. Sobre la discriminación del impuesto: Como se ha dicho, el principio de igualdad en materia tributaria implica que todos deben contribuir a los gastos capacidad del Estado económica, en de proporción manera tal a su que en condiciones idénticas deben imponerse los mismos gravámenes, lo cual no priva al legislador de crear categorías especiales, a condición de que no sean arbitrarias y se apoyen en una base razonable. De manera que resulta contrario a la igualdad, a la uniformidad y a la imparcialidad, el establecimiento de un impuesto que no afecta a 52 todas las personas que se encuentran en la misma situación, sino que incide en una sola clase de personas, ya que se está infringiendo la obligación constitucional, de extenderlo a todos los que están en igualdad principio de igualdad principio administrativo de supuestos. constitucional de El genera el ante las igualdad cargas públicas, sea dar el mismo tratamiento a quienes se excluyendo contra encuentran todo en afectadas posible, consecuencia o o no tributos o deben pues injusto categorías bienes singularmente, los análogas, arbitrario personas personas determinados situaciones distingo determinadas personas, en resultar que si de fueren eso tendrían fuera carácter persecutorio o discriminatorio. La generalidad es una condición esencial del tributo; no es admisible que se grave a una parte de los sujetos y se exima Constitución deben a otra. establece contribuir a los El que artículo los gastos 18 de la costarricenses públicos, y el artículo 33 constitucional consagra el principio 53 de igualdad, de discriminación manera contra que la no dignidad podrá hacerse humana.” (La negrita no es del original) En definitiva, la finalidad de este principio es sentar las bases para que el sistema tributario sea aplicable a todos los administrados y no a unos pocos, y que tampoco eso de cabida a exenciones basadas en cualidades particulares de algún grupo de sujetos. La obligación constitucional de contribuir a las cargas públicas entonces debe aplicar en términos generales a todos los habitantes de la República – claro está que debe ser en un plano general- y en caso de que la ley sancione una conducta como un hecho generador de una obligación tributaria; es ahí cuando los administrados que deseen o deban seguirla se les obligue al pago del tributo. Sección II. Principio de Igualdad Tributaria El principio de igualdad es la base de todo sistema jurídico “justo”. igualdad. Esto La por cuanto Constitución no puede Española 54 haber en su justicia artículo sin 31.1 señala: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica, mediante un sistema tributario justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”. Ahora bien, esa igualdad que se acepta tiene ciertos matices y aspectos que deben ser tomados en consideración. La frase ya conocida de que “debe tratarse igual a los iguales” es el punto de partida para el análisis de este principio. La igualdad debe entenderse, en principio, como la obligación de aceptar a todas las personas como seres iguales ante la ley tal y como lo expresa el artículo 33 constitucional. Debe partirse de esta idea de igualdad para encontrar que esta no siempre será absoluta, es claro que deben permitirse distinciones que hagan una diferenciación entre unos y otros, y luego aplicar la regla de igualdad a aquellos que son iguales en un grupo e iguales en otro. La premisa elemental del artículo 33 sería que la Ley no puede ni debe discriminar en forma alguna a ninguna persona ya que son iguales todos, pero como se verá más adelante, esta debe matizarse de forma 55 tal que deba solo aplicarse a aquellos que realmente lo sean. En otras palabras, no está absolutamente prohibido que se hagan distinciones, pero estas distinciones deben obedecer a criterios objetivos, razonados, razonables y justos. Ante sujetos que se encuentren en igualdad de condiciones, debe dárseles el mismo tratamiento, ese es el fundamento que inspira el principio. El autor Fajardo Salas en su obra, cita a uno de nuestros más distinguidos juristas constitucionales el Dr. Rubén Hernández Valle quién da un concepto integral del principio cuando dice: “Igualdad significa que varias personas en número indeterminado, que se encuentran en una misma situación, tengan la posibilidad y la capacidad de ser titulares de las mismas obligaciones y derechos que dimanan de ese estado. La diversidad de las situaciones depende obviamente de la diversidad de actos que realicen los sujetos, los cuales a su vez están condicionados por factores políticos, económicos, sociales, etc. (…) 56 más (…) La igualdad ante la ley es un principio general que condiciona estructura todo el objetiva. prohíbe que directa o la ley Es ordenamiento decir, emane una indirectamente, disparidad de tratamiento jurídicas independientemente de calificación de los la vida que, a una justificada a semejantes, naturaleza sujetos su principio disciplina dé no situaciones dicho en a los y de la cuales se refiere. Por ello a situaciones diversas se deben aplicar regulaciones diversas. No obstante, la valoración de la diversidad de las situaciones corresponde realizarla exclusivamente que valoración esa al legislador, resulte salvo arbitraria o contraria a otros preceptos constitucionales. Por ello la ley debe asegurarle a cada uno igualdad de tratamiento, siempre que sean iguales las condiciones subjetivas y objetivas a las cuales se refiere la norma en su aplicación. De donde se 57 deduce que el principio de igualdad se viola cada vez que una ley, sin un motivo racional, otorga un tratamiento diverso a los gobernados que se encuentran en situaciones iguales. Es decir, las regales o las idénticas para regulaciones la misma tienen que ser categoría de administrados o para situaciones análogas, ya que el principio en cuestión significa igualdad del número y de la naturaleza de las situaciones jurídicas de todos los administrados: igualdad de derechos, de obligaciones, de poderes. Sólo la desigualdad de capacidades puede crear desigualdades”27 Es así como se entiende que el trato de las leyes tributarias debe ser el mismo para todos aquellos sujetos pasivos que se encuentren en igualdad de condiciones o de supuestos. Las desigualdades que puede generar el legislador deben tener un fundamento razonado y justificado y no pueden ser impuestas 27 HERNÁNDEZ VALLE, Rubén. Las Libertades Públicas en Costa Rica, Editorial Juricentro, San José, Costa Rica, 1980 p. 170-171 citado por FAJARDO SALAS Op. cit. p. 238-239 58 subjetivamente y sin su debido razonamiento. La idea de que esto sea así se basa también, para algunos autores y para la jurisprudencia, en otro principio que vale la pena destacar por tratarse de un tema de interés en esta tesis: el principio de capacidad contributiva. Para que la ley pueda crear desigualdades y diferenciaciones, debe tomar como base la capacidad contributiva de los sujetos pasivos y así, en diferencias de capacidad contributiva establecerse tratos desiguales, mas si deben y pueden se habla de otras justificaciones del legislador para establecer diferencias, podrían no ser estas razonables o justificadas. En este sentido, el autor Héctor Villegas, indica que en conclusión, esta contribuyente discriminatorio que y garantía se de igualdad considere perjudicial, objeto que no defiende de se un funde a todo distingo en una diferente capacidad contributiva. De la misma manera, podrá invocarse que está violado el principio de igualdad si se estima que hay diversidad de capacidades contributivas, no obstante lo cual, el tratamiento impositivo es igual. Un claro ejemplo de esto sería 59 el caso de los impuestos inmobiliarios con mínimos desmesuradamente altos, que en definitiva, al igualar a quienes tienen distinta capacidad contributiva, violan el principio de uniformidad.28 Entonces, la igualdad en materia tributaria demanda que, en situaciones que contribuyentes de sean la iguales, misma se manera, debe tratar siempre y a los cuando la capacidad contributiva que se esté manifestando sea la misma. Si un contribuyente posee mayor capacidad de tributar que otro, bajo esta perspectiva, ese contribuyente debe pagar más que lo que debe pagar el otro. En ese sentido, la jurisprudencia constitucional ha esgrimido esta posición en diversas oportunidades, en la sentencia 12191-01 donde la Sala entra a conocer un recurso de amparo planteado por la Estación de Servicio Servicentro Río Blanco, S.A. contra la Municipalidad de Pococí, en virtud de que esta última aprobó el cobro de los impuestos de patente municipal contra 28 la gasolinera, fundamentando VILLEGAS, Héctor. Op. cit., p. 205. 60 el cálculo de dicho patente en los ingresos brutos provenientes de la venta de los combustibles que se expenden en su Estación de Servicio la Sala sobre el principio de igualdad estableció: “II.- Sobre una situación similar a la que se plantea en el presente asunto, esta Sala en la sentencia 2000-08857 de las quince horas cincuenta y siete minutos del quince de octubre del dos mil, en lo conducente indicó: "... en razón de que la actividad de expendio de combustible, por su naturaleza, se encuentra regulada por el Estado, ello implica entonces que los expendedores de combustible se encuentran en una situación particular que es diferente a la del resto de los comerciantes por cuanto su margen de utilidad está previamente determinado por el Estado a través de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, lo que no ocurre en la gran mayoría de las actividades comerciales. Tal situación lleva a concluir que el trato que se le ha de dar a este sector de la economía nacional, 61 respecto del pago de los impuestos objeto de este recurso, debe situación ser diferente particular. recordarse diferentes lo En dispuesto ocasiones en razón ese por respecto de sentido esta del su debe Sala principio en de igualdad: "El principio de igualdad tal y como lo ha sido entendido por el Derecho Constitucional, hace que todos los hombres deban ser tratados igualmente por el Estado en cuanto a lo que es esencialmente igual en todos ellos, esto es, en los llamados derechos fundamentales que están contemplados en nuestra Constitución. En cambio, deben ser tratados desigualmente en todo aquello que se vea substancialmente afectado por las diferencias que naturalmente median entre los ciudadanos." (ver sentencia número 4829-99). También ha establecido este Tribunal que: "El concepto Constitucional, que no contiene impide el la artículo 33 diferencia de tratamiento, sino solamente aquella que resulte 62 irrazonable decir o que arbitraria; es con esto se constitucionalmente quiere posible reconocer diferencias entre personas o grupos de ellas, a fin de proveer consecuencias jurídicas distintas para cada uno, al amparo del principio que permite tratar de manera igual a los iguales y de forma desigual a los desiguales. Las reglas precitadas obligan a las autoridades encargadas de la emisión de normas jurídicas, no a evitar la categorización, sino a efectuarla con respeto de los principios de racionalidad, proporcionalidad, en procura del equilibrio jurídico entre los administrados" (ver sentencia número 832-98). V.-En razón de lo afirmado anteriormente, se tiene que el principio de igualdad en materia tributaria implica que todos deben contribuir a los gastos capacidad situación del Estado económica, particular, o en proporción bien, de de modo a acuerdo tal a que su su en condiciones idénticas deben imponerse los mismos gravámenes, lo cual no priva al legislador de 63 crear categorías especiales, a condición de que no sean arbitrarias y se apoyen en una base razonable. Desde esta perspectiva, la situación de los expendedores de combustible es precisamente diferente por cuanto su margen de utilidad Estado está y por previamente tal razón, determinado no es por el razonable ni proporcionado que además de soportar esa carga, se les obligue a tributar en igualdad de condiciones como si se tratara de cualquier otro tipo de resulta actividad comercial. contrario a razonabilidad y la De este igualdad, modo, a proporcionalidad, la el establecimiento y aplicación de un impuesto que si bien puede es ser igual para exigido en todas las igualdad personas, de no condiciones respecto de los expendedores de combustible. La Sala plasmadas entonces por el reconoce legislador que sobre puede la haber base de diferencias que pueden crearse diferencias sobre argumentos razonables como en este 64 caso la imposición de un impuesto a los expendedores de combustible que su utilidad ya es previamente fijada por el Estado a diferencia de los otros comerciantes. Sección III. Principio de Progresividad El principio de progresividad debe entenderse o aplicarse a todo el sistema tributario de un Estado. La finalidad de este principio es procurar un fin más social que fiscal, sea, que contribuya más quien más tiene para contribuir, y es en esa premisa que deben asentarse los pilares de toda estructura fiscal de un Estado social de Derecho. Desde esta artículo perspectiva, 31, sostenimiento exige de los la que los gastos tributario justo que esté Constitución ciudadanos públicos Española, en su contribuyan al mediante un sistema inspirado en los principios de igualdad y progresividad, pero que además no debe tener nunca ese sistema un alcance confiscatorio. 65 Además, podría inclusive acuñarse la frase del autor Lejeune de que “la progresividad del sistema tributario no es más que una exigencia del principio de igualdad.”29 En este país, la progresividad ha sido desentrañada de la Constitución Política por nuestra Sala Constitucional estableciendo, como se verá más adelante, la colusión de varios principios y normas de donde se puede extraer el principio. El autor nacional Fajardo Salas dice: “(…) En Costa Rica no existe norma constitucional o legal general alguna, que establezca como uno de los principios materiales fundamentales de la tributación, el principio de progresividad.30 De esta forma, no se puede pretender aplicar el principio de progresividad a cada uno de los tributos que integran el sistema, sino que el sistema debe procurar una progresividad como un todo, permitiendo esto que puedan existir impuestos un tanto o completamente regresivos en el sistema sin que ello quebrante el principio constitucional. 29 LEJEUNE citado por ALVARADO JIMENEZ (Clara). Principios de Justicia Tributaria a la luz de la doctrina y la Ley del Impuesto sobre la Renta, Tesis para optar por el título de Licenciado en Derecho, Facultad de Derecho, de la Universidad de Costa Rica, 1999, p. 75. 30 Ver FAJARDO SALAS, op.cit., p. 263. 66 En otras palabras, el hecho de que un tributo creado por el legislador violente sea el tributario, regresivo principio ya que la no significa de progresividad existencia de que por ello del ese se sistema tributo esta complementada con otros tributos que procuran el reparto de la riqueza. Sobre el particular el Dr. Fajardo dice: “Debe acotarse igualmente, que el principio de progresividad no es referible a cada tributo, individualmente considerado, sino al sistema tributario de un país como un todo. Al establecerse en un texto constitucional, como ha ocurrido en España en 1978, se está erigiendo como un parámetro general, que como aspiración de una sociedad, debe ser observado por el legislador al momento de establecer Constitucional, cuando los de tributos juzgar la y ley por Ibíd. 67 Tribunal creadora tributo en el contexto del sistema tributario.”31 31 el de un Para reforzar esta posición, el autor Martín Queralt indica que “La progresividad del sistema tributario, es una manera de ser del sistema, que se articula técnicamente de forma que pueda responder a la consecución de unos fines que no son estrictamente recaudatorios, sino que trascienden dicho plano para permitir la consecución de unos fines distintos, como pueden ser la distribución de la renta o cualquiera de los fines previstos en el propio artículo 40 de la Constitución. La progresividad, por imperativo constitucional, tiene un límite infranqueable en la no confiscatoriedad”32 Teniendo claro que la progresividad se trata de un asunto más de política fiscal y/o economía financiera que jurídica y que además debe analizarse este principio como parte de todo el sistema y no de cada tributo por aparte, surge otro aspecto que requiere ser mencionado aquí: el principio de progresividad sólo estará presente en el sistema tributario si así lo quiere el legislador o la administración estatal que esté en vigencia; se trata entonces de pura política fiscal, si se toma el camino de cargar el ordenamiento con 32 Ver QUERALT, op.cit., p. 61. 68 gran cantidad de tributos regresivos o si por el contrario se inclina el Estado por promover un sistema progresivo donde quien debe pagar más es quien más tiene. En ese sentido el autor Fernando Pérez Royo señala que “En la doctrina más antigua se había planteado la cuestión de la congruencia entre la existencia de impuestos con tarifas progresivas y el criterio de contribución en proporción a los haberes o a la capacidad económica, establecido generalmente en los textos constitucionales y que se identificaba como un mandato de proporcionalidad, opuesto al de progresividad. En los momentos actuales no hace falta detenerse en esta cuestión, que, costarricense, por ha lo sido que concierne zanjada de manera al ordenamiento expresa por el propio texto constitucional. La cuestión desde el punto de vista jurídico y político, es más bien la contraria: hasta qué punto puede afirmarse que el legislador y los poderes públicos en general son obedientes progresividad del constituyente. 69 al mandato de En relación a esto debe ponerse de relieve que la progresividad es un carácter que afecta, no a cada figura tributaria singular, sino al conjunto del sistema. Lo cual exige lógicamente que en éste tenga un peso suficientemente importante los impuestos con carácter progresivo. Además, es necesario que la progresividad de estos impuestos no se reduzca a la letra de la ley, sino que sea hecha efectiva en la práctica, conteniendo dentro de límites razonables el fraude fiscal”33 Una vez aclarado el punto anterior, se observa cómo existe un alto nivel de complejidad para determinar la progresividad del sistema, por tratarse de un aspecto como se ha dicho, más de política fiscal que jurídico. Ahora bien, hay un análisis importante que también debe hacerse con respecto a la progresividad y este es, si esta debe ser medida tomando en consideración solamente los tributos en los cuales se refleja la capacidad económica de 33 PÉREZ ROYO (Fernando) citado por FAJARDO SALAS, op.cit., pp. 263-265. 70 los sujetos pasivos, o si por el contrario, se debe analizar tomando en consideración todos los tributos del ordenamiento. Lo anterior toma importancia por cuanto pueden existir tributos que sean altamente regresivos, pero que el sistema debe equilibrar -o el legislador- con la creación de impuestos progresivos. Sobre el particular señala el doctor Fajardo Salas que “el análisis de la progresividad, como creemos rebasa la esfera jurídica para ubicarse, mucho más, en el campo de la política fiscal y la economía financiera. Ello a los fines de desentrañar si la progresividad del sistema, se debe alcanzar con relación al conjunto de los tributos que lo integran, en los cuales es posible medir la capacidad contributiva de los sujetos pasivos, como los que gravan la renta personal. O si, igualmente, se debe analizar la progresividad del sistema en el contexto de la tributación al consumo, al capital y a la renta, es decir, a la totalidad de la imposición de un país. Porque podría ocurrir, y razonablemente 71 ello sucede en prácticamente todas las naciones del mundo, que un singular tributo sea consumo, regresivo, pero como resulta suelen ser corregido los con impuestos otros al altamente progresivos, como acontece con los impuestos sobre las rentas personales.” 34 Este principio debe ser analizado tomando como referencia el sistema impositivo en su totalidad, estudiándose cada uno de los tributos que lo componen para determinar su progresividad o regresividad según sea el caso, y con esto concluir si el grueso de la contribución fiscal total del Estado se da gracias a uno u otro, lo que llevaría a establecer si el sistema contempla o no este principio. Definido el criterio de cómo abordar el estudio de este principio, surge ahora un punto esencial a señalar. Si se ha dicho que este principio debe analizarse en relación con la totalidad de los tributos para verificar que efectivamente se cumpla la función redistributiva que se busca con la progresividad, ha de plantearse la inquietud de cómo puede controlarse la observancia a este principio, tanto por las 34 Ver FAJARDO SALAS, op. cit.,p. 265 72 autoridades jurisdiccionales correspondientes a quienes les compete vigilar su debido cumplimiento, como a los administrados que se sientan agraviados por el quebranto del mismo. En relación con este tema, el autor Fajardo Salas señala que “por razones de legitimación del derecho de un sujeto particular a plantear la acción de inconstitucionalidad o de amparo –porque en estas materias no existe la acción popular, creemos, si no imposible, sí remoto, que una persona –o una colectividad de personas agremiadas por un interés comúnpuedan demostrar que un conjunto de tributos del sistema tributario violentan el principio de progresividad, si tal evento no se hace descansar en la infracción a los principio de igualad y de capacidad económica. Y, en tal hipótesis, la ilicitud estaría no en la transgresión del principio de progresividad tributaria, sino en la violación al principio de igualdad y de capacidad económica por cuanto se tendría que probar la lesión individualizada. (...) tenemos serias dudas de que el Juez Constitucional en Costa Rica pueda enjuiciar si un tributo individualmente considerado y en el 73 contexto principio de nuestro de sistema progresividad tributario, tributaria. viole o ¿Cuáles no son el los parámetros objetivos que tendría el Juez Constitucional para efectuar esa verificación? ¿Puede un sujeto, o una entidad colectiva representativa de intereses generales o difusos, estar legitimado para alegar la violación del principio de progresividad y que de ella se afectan sus derechos individuales?”35 Como se asidero señaló legal al ni inicio, este constitucional principio no expreso, cuenta sino que con se encuentra implícitamente incorporado al texto constitucional e interpretado y reconocido por la Sala. Dicho lo anterior y en concordancia con lo mencionado líneas arriba, jurisprudencial solo se han planteado tres a nivel acciones de inconstitucionalidad (las cuales se acumularon) en relación con el principio de progresividad tributaria. Se trata de la impugnación de dos impuestos, a saber, uno que gravaba la producción de café, establecido en la Ley No. 1411 del 19 de enero de 1952; y otro a la exportación del café, creado 35 Ver FAJARDO SALAS, op.cit., pp.266,268. 74 mediante la Ley No. 5519 del 24 de Abril de 1974. Este último se trataba de impuestos ad valorem sobre la exportación del mencionado grano. Los recurrentes alegaban que ambos tributos tenían un impacto directo en el precio final del café al productor nacional, ya que se gravaba de igual forma quienes obtenían ingresos bajos o altos. Dice la Sala: “(…) También, impuestos ad alegan los valorem y recurrentes el que que los grava la producción de café no son adecuados para lograr la progresividad, pues se grava en igual forma a quienes obtienen ingresos bajos y altos y mediante tipos progresivamente mayores. Si bien es cierto la progresividad constituye uno de los rasgos característicos de un sistema tributario moderno y debe ser utilizada como un instrumento para respetar el principio de igualdad, en tanto es un medio, también, de redistribución de la renta y concreción del principio de justicia material, eso no significa que la ausencia de progresividad en todo el sistema tributario o en parte de él, constituya, indefectiblemente, una 75 a infracción constitucional, por quebranto a los principios aludidos. sistema tributario operan esquemas Por ejemplo, en costarricense, tributarios nuestro existen en los y que prácticamente se halla ausente la progresividad, verbigracia, en los que se emplean los llamados impuesto indirectos, a saber, el selectivo de consumo y el aplicados, de ventas, los válidamente, que pueden siempre y ser cuando respeten la igualdad y la capacidad contributiva de los contribuyentes. De modo que, en el evento de que tarifas se concluyera establecidas, cuestionados, no son técnicamente para los que las impuestos aquí progresivas o que las tarifas progresivas, en su caso, no concretizan el factor de redistribución, no podría por sólo este hecho considerarse infringida la norma constitucional.”36 36 Sala Constitucional, Voto No. 5652-97 de las 16:03 horas del 16 de setiembre de 1997. 76 Como nota adicional a la jurisprudencia transcrita, parece importante señalar un error del órgano jurisdiccional. Cuando dice “la ausencia de progresividad en todo el sistema tributario o en parte de él, constituya, indefectiblemente, una infracción constitucional, por quebranto a los principios aludidos”. Yerra la Sala al decir que la ausencia de progresividad en todo el sistema no constituye una infracción al principio aludido. Si bien es cierto, la coexistencia de impuestos progresivos y regresivos en un sistema tributario es permitida y aceptable, no se puede aceptar que en todo el sistema haya una ausencia de progresividad en todos los tributos que lo conforman, ya que de lo contrario no habría progresividad alguna en dicho sistema. A manera de cierre de esta sección, parece relevante brindar al lector una perspectiva de un ex Magistrado Constitucional, Eduardo Sancho González, citado por el Dr. Fajardo 77 Salas quien nos habla en su artículo al respecto de este principio. Señala Sancho González: “11. Sobre la progresividad, su concepto jurídico no ofrece, en teoría, mayor dificultad: conforme aumenta la riqueza del sujeto pasivo, aumenta la contribución, es decir, los que tienen más contribuyen en proporción superior a los que menos tienen, lo que es en esencia misma la función de la redistribución de la riqueza, en los términos del artículo 50 constitucional, al decir que el “Estado procurará el mayor bienestar a todos organizando y estimulando la producción riqueza”, y el más adecuado posiblemente en el reparto sentido de la que el constituyente Rodrigo Facio le quiso dar a su intervención sobre el contenido del artículo 45 constitucional referido a la propiedad, al expresar que al introducir el Capítulo de las Garantías Sociales en la Constitución de 1871, lo que ocurrió en el año 1943 y luego conservado en la Constitución actual, “se admitió así que a 78 la propiedad se le pueden imponer ciertas limitaciones por causas de interés social, y al hacerlo, implícitamente establecido también propiedad habido desde momento, ese que perdido el también en Costa quedó Rica la constitucionalmente, carácter absoluto, que tuvo en épocas anteriores, cuando el liberalismo económico y el individualismo manchesteriano estaban en su apogeo (…) En otras palabras, termina diciendo Sancho González en ese apartado de su exposición- nuestro sistema tributario, derivado de los postulados constitucionales, se encuentra el principio de la progresividad, de la lectura de los principios y valores contenidos en los artículos 1, 33, 50 y 74 de la Constitución Política.”37 Finalmente, valga rescatar lo que al inicio de este apartado se señalaba en cuanto el principio de progresividad; si bien tiene 37 una función redistributiva y de brindar SANCHO GONZÁLEZ citado por FAJARDO SALAS, op.cit., pp. 267-268. 79 un mayor bienestar según lo dispone el artículo 50 Constitucional, el mismo tiene límites, los cuales vienen dados por otro principio de igual importancia que la doctrina reconoce como tal, y este es el de la no confiscatoriedad que veremos seguidamente. Sección IV. Principio de no confiscatoriedad En el capítulo primero de este trabajo, se habla de la potestad de imperio que tiene el Estado para exigir el pago de tributos por parte de los sujetos pasivos. Ahora, tal y como se ha indicado a lo largo del presente capítulo, dicho poder tiene límites para evitar abusos y arbitrariedades de parte de los poderes públicos. El principio de no confiscatoriedad o confiscación lo que procura es que el Estado no contemple la creación y/o recaudación de impuestos que tengan un matiz confiscatorio para el contribuyente. Puede verse como el contrapeso del anterior principio perspectiva de su de progresividad, función visto redistributiva 80 este de desde la riqueza. Al respecto señala el autor Rodolfo Spisso que: “De la debida articulación e interacción del derecho de propiedad con los demás derechos y preceptos constitucionales, se deduce, sin mayor esfuerzo, que aquel no implica un valladar que ponga al individual a resguardo de la obligación constitucional de contribuir al sostenimiento del Estado. Tampoco, el derecho del Estado de apropiarse de la riqueza privada, mediante el establecimiento de tributos, es ilimitado, ya que ello implicaría desconocer el derecho de propiedad. De ahí que el principio de la no confiscatoriedad de los tributos fluya, en forma explícita (en nuestro caso implícita) de la misma Constitución.”38 (El paréntesis no es del original) El autor Héctor Villegas dice que, para el caso de la legislación argentina, “la Constitución nacional asegura la inviolabilidad de la propiedad privada, su libre uso y disposición, y prohíbe la confiscación (arts. 14 y 17).39 La 38 SPISSO, Rodolfo. Derecho Constitucional Tributario, Buenos Aires, Editorial Depalma, 1993, p.34. 39 Los artículos 14 y 15 de la Constitución de la Nación Argentina disponen: “Art. 14 - Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y 81 tributación no puede, por vía indirecta, hacer ilusorias tales garantías constitucionales.”40 De esta forma, jurisprudencia contribuciones la Corte sobre sean la Suprema Argentina imposibilidad confiscatorias. Ha ha de sentado que dispuesto las que un tributo es confiscatorio cuando absorbe una parte sustancial de la propiedad o de la renta.41 La cuestión a determinar es que se considera una parte sustancial. Esta misma posición, como se verá más adelante, es adoptada por la Sala Constitucional costarricense. En el caso de Costa Rica, el principio no se encuentra, al igual que Constitución muchos otros, Política, sino expresamente regulado en la que extraído por la ha sido aprender. Art. 17 - La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley. La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada. Sólo el Congreso impone las contribuciones que se expresan en el art. 4°. Ningún servicio personal es exigible, sino en virtud de ley o de sentencia fundada en ley. Todo autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término que le acuerde la ley. La confiscación de bienes queda borrada para siempre del Código Penal Argentino. Ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones, ni exigir auxilios de ninguna especie. 40 Ver VILLEGAS, op.cit., p. 206. 41 En este sentido ver, Ibíd., p. 207. 82 jurisprudencia de la Sala Constitucional a partir de la relación de los artículos 18, 40 y 45 Constitucionales. Al respecto la Sala en su Voto No. 5944-99 de las 16:24 horas del 18 de agosto de 1999, señala: “Si la Constitución en su artículo 45 establece que la propiedad es inviolable, y en su artículo 40 que nadie confiscación, puede ser garantías. será es indudable tal Lo sometido que que que haga debemos a el pena de tributo ilusorias entender por no tales parte sustancial de la propiedad o de la renta, es algo que no puede establecerse de manera absoluta; el componente de discrecionalidad o de razonabilidad concreto, de debe manera valorarse en cada circunstancial, caso según las necesidades de hecho, las exigencias de tiempo y lugar, y la finalidad económica-social de cada tributo. Pero principio, gravamen que que sí se se considera exceda la puede establecer confiscatorio capacidad 83 como económica el o financiera impuesto del contribuyente, absorbe una parte o bien, si el sustancial de la operación gravada, y corresponderá al Juez en cada caso, analizar estas circunstancias, que serán lógicamente, variables, y lo correcto es analizar esas situaciones en forma concreta.”42 (El subrayado no es del original) De lo anterior se desprende que la determinación de la confiscatoriedad de un tributo no es tan fácil de determinar, por el contrario concreto, tomando requiere en de la valoración consideración distintos de cada caso aspectos del mismo. Sin embargo, la Sala sí ha dejado claro, que se debe entender como confiscatorio todo aquel tributo que exceda la capacidad económica del contribuyente, dejando la posibilidad de analizar las distintas cargas que conforman el sistema y sus respectivas determinar económica si del bases imponibles violentan sujeto de pasivo manera y y tarifas genérica a la consecuentemente efecto capacidad el de confiscatoriedad. 42 Sala Constitucional, Voto No. 5749-93 de las 14 horas 33 minutos del 09 de noviembre de 1993. 84 de no Con respecto a la clasificación como principio y determinación de la naturaleza de la confiscatoriedad la Sala ha mencionado: “El principio de confiscatoriedad constituye, al igual que los ya mencionados, un límite sustancial al poder tributario del Estado, pues establece que el derecho lesionado si el Estado de propiedad absorbe una se ve parte sustancial de la renta o del capital gravado de una actividad razonablemente explotada. Es por ello que la doctrina mayoritaria, en esta materia, sostiene que la finalidad confiscatoria de un tributo, solo resulta legitima si de algún modo deja al contribuyente una cuota de la base imponible, razonablemente individualizada, es decir, que permita el efectivo goce de ésta, no obstante la aplicación del impuesto.”43 43 Sala Constitucional, Voto No. 5652-97 de las 16 horas 03 minutos del 16 de Setiembre de 1997. 85 Por otro principio lado, la Sala constitucional también ha tributario determinado que este o está desciende íntimamente ligado con el principio de inviolabilidad de la propiedad privada, según se extrae del ya mencionado artículo 45 constitucional. Es así como debe entenderse que el legislador encuentra un límite en su función, ya que no puede aprobar tributos que contravengan el principio de inviolabilidad de la propiedad privada, o al menos debe respetarse este último antes de aprobar gravámenes que puedan tener un vicio constitucional en ese sentido. De esta forma la Sala ha dicho: “En múltiples ocasiones ha correspondido a este Tribunal referirse al Principio de no confiscatoriedad en materia tributaria. Así, se ha establecido que esta norma no escrita del Derecho de la Constitución, viene a limitar el llamado Poder Tributario –véase sentencia numero 1341-93 de las diez horas treinta minutos del 86 veintinueve de marzo de mil novecientos noventa y tres- Además, se ha dicho que tal Principio Constitucional tiene su sustento en el Principio de Inviolabilidad igualmente Sentencia tres de la de raigambre número 2359-94 minutos del Propiedad Privada, constitucional. de diecisiete novecientos noventa y cuatro-.” las de quince mayo – horas de mil 44 Adicionalmente, la Sala ha señalado que para la determinación de la violación de este tributo deben tomarse en cuenta aspectos o parámetros trascendentales que han de contener todas las normas contempladas en el Ordenamiento, específicamente las normas tributarias. Los parámetros que deben respetarse al momento de crear las cargas para los contribuyentes son la razonabilidad y proporcionalidad que debe contener cada pieza jurídica. En el caso de los tributos y en función del principio de no confiscatoriedad, la Sala ha dicho que para considerar un tributo como confiscatorio el 44 Ibid, Voto No. 5374-03 de las 14 horas 36 minutos del 20 de junio del 2003. 87 mismo debe ser irrazonable y desproporcionado. De esta forma ha señalado al respecto lo siguiente: “VIII).- El artículo Política dispone costarricenses públicos, lo 18 que de es Constitución obligación contribuir que la para significa que de los tal los gastos deber se cumple por medio de los tributos que el Estado establezca o autorice, según sea el caso y que en todo caso, deben fundamentarse en los principios generales del Derecho Tributario, que están implícitos en esa norma. Por ello se dice que el tributo contribución debe de ser todos justo, basado según su en la capacidad económica y debe responder a los principios de igualdad (…) y progresividad. Este ultimo principio responde a una aspiración de justicia, que se refleja en la máxima de que pague proporcionalmente más impuestos quienes cuentan con un mayor nivel de renta, 88 lo que lleva implícito, desde luego, el principio de la interdicción del tributo confiscatorio.”45 “En el caso que nos ocupa, para la mayoría de la Sala, no se tiene a la vista prueba suficiente para tener por demostrada la alegada confiscatoriedad. No se tiene a la vista prueba alguna que acredite que con el ajuste temporal y extraordinario en la carga tributaria de los accionantes, introducida por la norma impugnada, se absorba generada una con parte su entenderse, como Tribunal, que desproporcionalidad sustancial trabajo. lo estima exista en la Menos la de la aún renta podría mayoría del una manifiesta carga tributaria establecida, en la medida en que, consideradas las tasas del impuesto al salario actualizadas mediante el Decreto (…) y las extraordinarias definidas por la norma impugnada, en total, la carga tributaria no excede el 20% anual, carga 45 Sala Constitucional, Voto No. 4788-93 de las 8 horas 48 minutos del 30 de setiembre de 1993. 89 impositiva que no luce cuantitativamente confiscatoria para la mayoría del Tribunal”46 En resumen, el principio de no confiscatoriedad es un claro límite a la potestad impositiva del Estado y paralelamente un derecho del contribuyente tutelado a nivel constitucional. Por otro lado, también queda claro que el principio de confiscatoriedad que debe contener cada tributo está ligado a otros principios tales como el que de informan el progresividad, ordenamiento igualdad tributario y capacidad económica. Principalmente constituye el límite al deber de progresividad del sistema ya que aunque debe procurarse un mayor reparto de riqueza no puede violentarse la propiedad privada de los administrados, es decir, que existe un límite a la creación de tributos, los cuales deben siempre permitirle al contribuyente una cuota de la base imponible para su uso y disfrute. 46 Véase supra, nota 38, p.46. 90 Finalmente, los confiscatorios tributos deben razonabilidad y absorban parte una para además no ser contemplar proporcionalidad, sustancial de del considerados parámetros manera capital de tal que no la renta a o gravar. Sección V. Principio de Reserva de Ley en Materia Tributaria Como se ha venido indicando, los principios constitucionales son límites claros de la potestad impositiva del Estado. Tienen una condición adicional de verse como garantías para los administrados toda vez que no permiten que la imposición del Poder Soberano extraiga arbitrariamente de su riqueza. Ahora bien, la mayoritaria47, doctrina así como la jurisprudencia, ha dispuesto que los principios de justicia tributaria principios se clasifican materiales que en se dos grandes relacionan con grupos: el los contenido propiamente de las normas tributarias dentro de los cuales se encuentran los ya estudiados (generalidad, igualdad, progresividad, no confiscatoriedad) y el que se estudiará más 47 Ver en ese sentido, TORREALBA NAVAS (Adrián). Derecho Tributario. Tomo I: Derecho Material, Editorial Jurídica Continental, 2009. 91 delante de capacidad económica por ser el eje de la presente investigación, y los principios formales que son aquellos que tienen un impacto tributarias, tal es sobre el la caso formación del de siguiente las normas principio, la reserva de ley en materia tributaria. El principio de reserva de ley en materia tributaria es uno de los límites fundamentales a todo sistema tributario de un Estado de Derecho. Se trata de un principio cuya génesis se da desde épocas remotas como la mismísima Alta Edad Media. Es a partir de la decisión del pueblo de limitar los poderes absolutos del principio. ingleses monarca, Desde veían el sus que año empieza 1209 tierras y a tomar en Inglaterra sus riquezas forma los este barones impuestas de tributos arbitrarios al Rey Juan Sin Tierra, quien gravaba a sus súbditos con altos tributos para mantener sus guerras y conflictos con la Iglesia Católica. Los barones, terratenientes y señores feudales por excelencia, se tornaron en rebelión contra el Rey para reclamar la imposición de tributos sin un consenso de los habitantes del Reino. 92 Es así como en el año 1215, obligaron al Rey a estampar su Sello en el documento titulado en ese entonces como los “Artículos de los Barones” conocido hoy como la Carta Magna. Es ahí donde se establece la primera noción del principio de reserva de ley estableciendo el documento que “No scutage or aid may be levied in our Kingdom without its general consent” (Ningún pago en dinero ni auxilio (en inglés de la época el término scutage era entendido como impuesto) será impuesto en nuestro Reino salvo por el consenso común del Reino). En otras palabras, el Rey debía consultar con sus barones, quienes según otras disposiciones de la Carta debían nombrar a unos cuantos para observar que todas las normas ahí establecidas se cumplieran, antes de imponer un nuevo tributo al pueblo inglés. Posteriormente, conforme el principio de reserva de ley naciente adquiría fortaleza en el Reino Inglés en el año 1297 cuando el Rey Eduardo I emite la Confirmatio Cartarum (Confirmation of Charters o Confirmación de la Carta) donde se reafirmaban los postulados de la Carta Magna sellada por debidamente el Rey Juan, constituido en y ya esa 93 existiendo monarquía, un Parlamento especificaron y reforzaron la idea del principio al establecer que la imposición de impuestos directos sin el debido consentimiento de los representantes del pueblo en el Parlamento Inglés era contrario a la misma letra de la ley.48 Posteriormente, con la aprobación del Bill of Rights de 1689 en Inglaterra donde ya claramente se establece el sistema de Monarquía Parlamentaria del Reino y es donde el Parlamento adquiere un poder mayor sobre el Rey para gobernar la nación, es donde ya nace propiamente el principio cuando se establece que “That levying Money for or to the use of the Crown by pretence of prerogative, without grant of Parliament, forlonger time, or in other manner tan the same is or shall be granted, is illegal” (Que recaudar dinero para el uso de la Corona por pretexto de prerrogativa, sin el consentimiento del Parlamento, por un largo tiempo, o que en otra se otorgue, es ilegal). Finalmente como antecedente del derecho anglosajón los colonos americanos acuñaron la famosa frase de “No taxation without representation” 48 (No imposición sin PERRY (Richard L.) citado por GÓMEZ SOLERA (Juan Manuel). El principio de reserva de ley en materia tributaria teoría y práctica. Tesis para optar al grado de Licenciado en Derecho, Facultad de Derecho, de la Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica, 1974, p. 14. 94 representación) para establecer que si las trece colonias americanas no tenían representación en el Parlamento Inglés para poder hacer valer sus derechos como ciudadanos ingleses (ya que para poder aprobar impuestos se requería el consenso del Parlamento), entonces no había derecho del Rey de cobrarles impuestos. Autores contemporáneos han aceptado el uso de la frase latina nullum tributum sine lege, al decir que no pueda haber tributo alguno, sin ley que lo imponga como tal. Los tributos por tratarse de exacciones en virtud del poder de imperio del Estado de la riqueza particular o privada deben ser establecidos mediante una decisión del pueblo, a través de sus representantes elegidos, y no por una decisión del Estado o el Poder Central ya que se trata de una materia de intromisión o invasión del Poder Estatal en la esfera privada de los administrados, pero para la consecución del bien común ya que se trata para sufragar los gastos públicos necesarios para toda gestión de una Administración. 95 En ese sentido, señala el autor García Belsunce que el principio de legalidad (a nuestro criterio debería llamarse reserva de ley y no legalidad) constituye una garantía esencial en el derecho constitucional tributario, en cuya virtud se requiere que todo tributo sea sancionado por una ley, entendida ésta como la disposición que emana del órgano constitucional que tiene la potestad legislativa conforme a los procedimientos establecidos por la Constitución para la sanción de las leyes, y que contiene una norma jurídica.49 Si bien la obligación general de todos de contribuir para los gastos públicos es la base de todo sistema tributario, debe tenerse claro que este principio de reserva de ley establece una protección al derecho de propiedad de los ciudadanos y por lo tanto debe ser aprobado por ellos mismos quienes son sus propios soberanos para establecerse la forma, el monto, y el fin para el que quieren tributar. 49 GARCÍA BELSUNCE citado por VILLEGAS (Héctor), op.cit., p. 190. 96 Así, señala Villegas que este principio haya su fundamento en la necesidad de proteger a los contribuyentes en su derecho de propiedad, por cuanto los tributos importan restricciones a ese derecho, ya que en su virtud se sustrae, en favor del Estado, algo del patrimonio de los particulares. En el estado de derecho ello no es legítimo si no se obtiene por decisión de los órganos representativos de la soberanía popular. En otras palabras, se trata de invasiones del poder público en las riquezas particulares, y en los estados de derecho estas invasiones pueden hacerse únicamente instrumento legal, o sea, la ley.50 50 VILLEGAS, op.cit., p. 191. 97 por medio del CAPÍTULO III EL PRINCIPIO DE CAPACIDAD ECONÓMICA Nota Introductoria A través de las últimas páginas, ha quedado claro que el legislador tributario no goza de plena libertad en la fijación de las cargas tributarias. Por el contrario, en un Estado democrático de Derecho la fijación de cargas tributarias se ve limitada, en su plano material y formal, por una serie de preceptos constitucionales que garantizan el justo establecimiento de las cargas tributarias. El principio de capacidad económica, como concepto que envuelve la mayoría de los principios de justicia tributaria, ha sido objeto de desarrollo doctrinario por la mayor parte de los tributaristas y podría parecer fácilmente asimilable. No obstante, su concepto ha figurado en muchas discusiones dentro de la doctrina y su contenido ha sido fuertemente debatido. La dificultad de su 98 precisión ha generado una diversidad de conceptualizaciones y ponencias que dificultan la tarea de concretar su aplicación en las normas. De previo a profundizar en el estudio del principio, repasar su presencia nacional y en su distintas tratamiento legislaciones, doctrinario, jurisprudencia resulta necesario realizar una aclaración. A pesar de que esta tesis se podrá referir en algunas ocasiones de forma genérica al “principio de capacidad económica”, la “capacidad económica", de manera amplia, no comparte el significado que la legislación y la doctrina otorgan a la "capacidad contributiva" como tal, aspecto que se analizará con más detalle a lo largo del presente capítulo. Sección I: Diferencias entre el concepto de capacidad económica y concepto de capacidad contributiva La diferencia que existe entre la capacidad económica y la capacidad contributiva resulta fundamental para la comprensión integral del principio de capacidad económica y 99 de esta tesis. Se ha reconocido que existe una diferencia entre la capacidad económica y la capacidad contributiva, indicando incluso una relación de interdependencia entre ambos conceptos. Es decir, que la capacidad contributiva está condicionada a la existencia de una determinada capacidad económica. individuo garantiza No obstante, posea un y en índice indudablemente sentido de que contrario, capacidad posea que un económica, no también capacidad contributiva, como se verá más adelante. Franceso Moschetti ofrece una acertada diferenciación indicar: “Capacidad contributiva no es, por tanto, toda manifestación de riqueza, sino sólo aquella juzgarse gastos potencia económica idónea para públicos, a fundamentales concurrir la exigencias 100 que luz debe a los de las económicas y al sociales acogidas por nuestra Constitución51” (el subrayado es nuestro) La capacidad contributiva está condicionada a una premisa lógica: debe existir capacidad económica; es decir, un índice de riqueza manifestado, un sustento económico. La capacidad económica, en su sentido amplio, ha sido también denominada, en la doctrina italiana, como capacidad económica absoluta, lo cual indica un índice o un parámetro de riqueza, que puede o no resultar en la obligación de contribuir, según resulte de la valoración del legislador. Ahora bien, la capacidad económica, entendida en un sentido estricto, es referida por la doctrina italiana como capacidad económica relativa, y es esta la que determina la aptitud de contribuir con los gatos públicos, es decir una capacidad contributiva, que demuestre una 51 verdadera capacidad del Moschetti, Francesco. El principio de capacidad económica. Instituto de Estudios Fiscales. Madrid, 1980. Pág. 276. 101 administrado para contribuir con el gasto público, una capacidad latente, existente y real. La capacidad contributiva presupone la existencia de una capacidad económica, pero no sucede lo mismo en el sentido contrario; por ello no pueden entenderse ambos conceptos como sinónimos. Más adelante se verá, que la dificultad de definición del concepto de capacidad para contribuir desde un punto de vista tributario, reside precisamente en demarcar el límite entre una capacidad económica que alcanza para el sufrago de los gastos propios del administrado, y el momento en que esta da cabida a la capacidad para contribuir además a los gastos públicos. Es menester aclarar al lector, que cuando se refiera aquí al principio como “principio de capacidad económica” se pretende apuntar a la capacidad económica en sentido estricto – según 102 se explicó anteriormente - es decir, a la capacidad contributiva. El a veces impreciso principio de capacidad económica, se refiere en realidad a un principio de capacidad contributiva, en el entendido que la capacidad económica es sólo el primer paso para determinar, y no implica por sí misma el grado de capacidad contributiva que corresponda a un ciudadano. Analizadas las diferenciaciones anteriores sobre el concepto y la terminología del principio de capacidad económica/contributiva, se pasa a hacer un análisis detallado de dicho principio en el derecho comparado, para entender su desarrollo y creación en las diferentes legislaciones y formar un criterio y contrastarlo con la realidad jurídica, desde el plano doctrinal y el jurisprudencial. 103 Sección II: El principio de capacidad contributiva en ordenamientos extranjeros. Si se estudian los antecedentes del principio de capacidad contributiva, podrá observarse que sus orígenes se remontan a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa del 26 de agosto de 1789, que contenía el principio que estudiamos, al señalar en su artículo XIII: “Pour l’entretien de la force publique, et pour les dépenses d’administration, une contribution commune est indispensable. Elle doit être également répartie entre tous les Citoyens, en raison de leurs facultés” (el resaltado y subrayado no es del original). Lo que la frase anterior dice es que para el mantenimiento de la fuerza pública (el órgano de control social) y para los gastos administrativos (la burocracia y organización y administración del Estado), una contribución es indispensable. La misma debe ser distribuida equitativamente entre todos los ciudadanos, en razón de sus facultades. 104 Estando recogido en esta Declaración el precepto de que las contribuciones para el sufrago de lo público, deban ser distribuidas equitativamente entre los ciudadanos de acuerdo con sus facultades, capacidad derecho puede contributiva universal de afirmarse desde los vieja hombres, que el data y principio tiene por rango ende de de debería encontrarse contemplado en la mayoría de las legislaciones, o al menos aquellas que han sido impregnadas del derecho francés. Al observar otras fuentes del derecho comparado, se encuentra que efectivamente en muchos de los distintos países se ha incluido dicho precepto como límite a la imposición en sus cartas constitucionales. En el caso de la Constitución Italiana de 1947, por ejemplo, en su artículo 53 incluye el principio “Tutti sono tenuti a concorrere alle spese pubbliche in ragione della loro capacità contributiva. Il sistema tributario è informato a criteri di progressività” (el resaltado y subrayado no es del 105 original). En otras palabras, todos estarán obligados a contribuir a los gastos públicos en proporción o en razón de su capacidad contributiva. El sistema tributario estará informado por el criterio de progresividad. Por otro lado, ya antes se ha podido revisar que también en la reiteradamente citada Constitución Española de 1978 en su artículo 31.1 contempla la existencia de este principio, señalando que: “todos contribuirán al sostenimiento de los gastos mediante públicos un de sistema acuerdo con tributario su capacidad justo, económica, inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio” (el resaltado y subrayado no es del original). Para mayor amplitud, el Tribunal Constitucional Español ha señalado que el principio de capacidad contributiva: “opera como un límite al poder legislativo en materia tributaria. Aunque la libertad de configuración del legislador – continúa señalando el TCE- deberá, en todo caso, respetar los límites 106 que derivan de dicho principio constitucional, que quebraría a aquellos supuestos en que la capacidad económica gravada por el tributo sea no ya potencia, sino inexistente y ficticia.”52 La Constitución de la República Federativa de Brasil de 1988 incorpora en el parágrafo primero de su artículo 145 el principio de capacidad contributiva, indicando “Sempre que possível, os impostos terão caráter pessoal e serão graduados segundo a capacidade econômica do contribuinte, facultado à administração tributária, especialmente para conferir efetividade a esses objetivos, identificar, respeitados os direitos individuais e nos termos da lei, o patrimônio, os rendimentos Siempre que e as sea atividades posible econômicas los do impuestos contribuinte”. tendrán carácter personal y serán clasificados según la capacidad económica del contribuyente, facultando a la Administración Tributaria para darle efectividad a esos objetivos, identificando y respetando los derechos individuales en los términos de la 52 Tribunal Constitucional Español. Sentencia número 221 emitida el 11 de diciembre de 1992. 107 ley, el patrimonio y los rendimientos, y las actividades económicas del contribuyente. Cabe aquí resaltar que el precepto constitucional no indica la aplicación del principio en forma incondicional, sino que aclara “siempre que sea posible”, en otras palabras, si es aplicable al impuesto, este deberá necesariamente ser graduado según la capacidad económica del contribuyente. Lo anterior deja abierta la posibilidad de que existan impuestos que, por su naturaleza, no se fundamenten en el principio de capacidad contributiva. De este tipo de impuestos se hará referencia más adelante. En los casos de las legislaciones vistas arriba, se ha visto que las constituciones hacen referencia explícita a la capacidad económica. No obstante, en muchas constituciones vigentes, el principio se encuentra incluido únicamente de manera implícita. Tal es el caso de la constitución peruana, que lee en su artículo 74: 108 “Artículo 74°.- (…) Los Gobiernos Regionales y los Gobiernos Locales pueden crear, suprimir contribuciones exonerar de éstas, jurisdicción, y con modificar y tasas, dentro los y o de su límites que señala la ley. El Estado, al ejercer la potestad tributaria, debe respetar los principios de reserva de la ley, y los de igualdad y respeto fundamentales tributo de de la puede los persona. tener derechos Ningún carácter confiscatorio. (…) No surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el presente artículo.”(Negrita y subrayado no son del original) Aunque en referencia la norma expresa constitucional al principio mencionada de no capacidad se hace económica, resulta fácilmente deducible de su redacción. Como se indicó al inicio de esta sección, 109 el principio de capacidad económica recoge materiales que la aplicación rigen en manera de los demás tributaria, principios dándoles un carácter operativo. En este sentido, al establecer que los tributos deben configurarse de conformidad con los principios materiales de igualdad y no confiscatoriedad, así como que debe respetar presupone que los derechos fundamentales no deberán exceder la de la cantidad persona, que el contribuyente esté posibilitado a pagar, o alcanzar un monto que perjudicara sus derechos individuales patrimoniales. En otras palabras, capacidades de deben pago, los por tributos el guiarse principio de por sus capacidad contributiva. Este es el caso de la Constitución de la Nación Argentina, que de una manera más clara indica en su artículo cuatro: “Art. 4º.- El Gobierno federal provee a los gastos de la Nación con los fondos del Tesoro nacional, formado del producto de derechos de importación y exportación, del de la venta o locación de tierras de 110 propiedad nacional, de la renta de Correos, de las demás contribuciones que equitativa y proporcionalmente a la población imponga el Congreso General, y de los crédito para empréstitos que decrete urgencias empresas negrita de y el de y operaciones el mismo la de Congreso Nación, o para utilidad nacional.”(La subrayado no son del original) Al igual que en los dos casos anteriores, en este país, el principio de capacidad contributiva no se encuentra de manera explícita ni claramente definido en la Constitución Política. Por el contrario, al enunciarse en su artículo 18 el deber de los costarricenses de contribuir al sostenimiento de gastos públicos, la Constitución dicta de manera lacónica: “Artículo 18.- Los costarricenses deben observar la Constitución 111 y las leyes, los servir a la Patria, defenderla y contribuir para los gastos públicos.” No obstante, la jurisprudencia constitucional ha extraído del texto constitucional la referencia que se hace a principios materiales reguladores de la imposición tributaria, potestad que encuentra sustento en este artículo. La aplicación de todos esos principios cuantificación de la tributarios deuda materiales tributaria supone conforme a la las circunstancias y capacidad del contribuyente; es decir, de conformidad con su capacidad económica. De este modo, aunque no se encuentre indicado el principio mencionado expresamente en la norma, este nace a la vida con la aplicación de los principios materiales que el Tribunal Constitucional ha encontrado en la Carta Magna y que ha desarrollado amplia jurisprudencia junto con el de capacidad económica, como se observará en la siguiente sección. 112 Sección III: Tratamiento del principio en la jurisprudencia constitucional costarricense. Como bien se dijo en el apartado anterior, el principio de capacidad contributiva no está contenido de manera expresa en el texto constitucional costarricense. De la misma manera, se señalaba que a pesar de que la Constitución Política no lo reconozca aunque de no manera explícita, estuviese sería reconocido por absurdo la afirmar que jurisprudencia constitucional, este no resultare exigible para todos los tributos del ordenamiento tributario costarricense. En la Constitución Política de este país, como se ha visto, el artículo 18 dispone como deber de los costarricenses contribuir para los gastos públicos, lo cual significa que tal obligación debe ser cumplida por medio de los tributos que, a tenor de lo dispuesto en el artículo 121 inciso 13 de la Constitución, la Asamblea Legislativa, como máximo representante de la voluntad popular, fije. Pero, tal y como se ha visto en los capítulos anteriores, todos los tributos 113 deben ordenarse en virtud y concordancia con los principios generales del Derecho Tributario, reconocidos por la doctrina y la jurisprudencia tanto local, como extranjera. Así, la capacidad económica de cada individuo, se entenderá como la medida con la que se establece el monto o la proporción en que cada persona se llame a contribuir de conformidad con sus posibilidades reales y que no representen una parte sustancial de su patrimonio. El contenido del principio es fácilmente deducible de los demás principios tributarios expresa o tácitamente contenidos en el texto constitucional, que se han venido estudiando hasta ahora. Se verá que, al referirse a los principios materiales de justicia tributaria, se hará en la mayoría de los casos, alusión al principio de capacidad contributiva. Es así como, nuestra Sala Constitucional, órgano que por mandato constitucional y legal, es el encargado de desarrollar la interpretación de la Carta Magna y los principios que la informan. 114 De este modo, el principio de capacidad económica se encuentra ampliamente desarrollado e interpretado por parte de la jurisprudencia de nuestra Sala Constitucional. Mediante voto artículo 18 4788-93, de la la Sala expresó lo siguiente: Constitución Política dispone "El que es obligación de los costarricenses contribuir para los gastos públicos, lo que significa que tal deber se cumple por medio de los tributos que el Estado establezca o autorice, según sea el caso y que en todo caso, deben fundamentarse en los principios generales del Derecho Tributario, que están implícitos en esa norma. Por ello se dice que el tributo debe ser justo, basado en la contribución de todos según su capacidad económica y debe responder a los principios de igualdad… y progresividad. (…)53” Indica también en el texto de dicho voto que “doctrinalmente, el principio de capacidad contributiva se entiende como aquella aptitud del contribuyente para ser sujeto pasivo de 53 Sala Constitucional. Voto 4788 de las ocho horas con cuarenta y ocho minutos del treinta de setiembre de mil novecientos noventa y tres. 115 obligaciones tributarias, aptitud que viene a ser establecida por la presencia de hechos reveladores de riqueza que luego de ser sometidos a una valorización por el legislador y conciliados con los fines de naturaleza política, social y económica, son elevados al rango de categoría imponible.” Del voto anterior se pueden extraer varios elementos fundamentales. En primer lugar, admite que el artículo 18 de la Carta Magna, debe llevar implícitos los principios generales del derecho tributario, los cuales dictan que cada costarricense estará llamado a contribuir de conformidad con los más altos conceptos de la justicia tributaria, que suponen la contribución de cada uno según sea su capacidad económica. En segundo lugar, establece que la capacidad contributiva que corresponda a cada uno, será establecida por la existencia de hechos reveladores de riqueza, que deben necesariamente ser una manifestación de riqueza real y efectiva, mismos que se contemplarán en las leyes tributarias previa valoración del legislador y su correspondiente conciliación con los fines políticos, económicos y sociales del Estado. Ello sugiere que el legislador tenga un papel 116 activo en la apreciación de la riqueza y en el “diseño” del grado de justicia de un régimen tributario. Según se indica en el voto constitucional de cita, los hechos reveladores de riqueza deben ser evaluados de forma tal que presupongan de forma indubitable para la Administración que allí hay capacidad contributiva y por tanto debe gravarse determinado hecho. Si bien la apreciación que realice el legislador puede variar según el tiempo y el momento histórico, pero en todo momento queda limitado por las garantías correspondientes a los derechos individuales. En este sentido, Constitucional mediante indica que “el voto 5749-1993,54 impuesto es un la medio Sala de política económica, que debe armonizarse con el gasto público y la coyuntura económica, y su límite es la capacidad tributaria del particular. La ordenación de los impuestos debe basarse en los principios de generalidad y equitativa 54 Sala Constitucional. Voto número 5749 del año 1993. 117 distribución de las cargas públicas. La aplicación del principio de igualdad, se refiere a la proporcionalidad de los impuestos, producir debiendo sacrificios ser iguales, las cuotas desiguales de manera que exista para una igualdad relativa respecto de la capacidad de pago, es decir, debe considerarse la capacidad económica del sujeto que debe pagar.” Es preciso diferencias consideración el texto entre de al señalar contribuyentes. la capacidad que En existirán este contributiva siempre sentido, supone la una “personalización” o “subjetivización” del impuesto, que exige al legislador una aproximación, en la mayor medida posible, a las circunstancias personales del contribuyente. El mismo texto, refiriéndose al principio de no confiscatoriedad dicta: “Si la Constitución en su artículo 45 establece que la propiedad es inviolable, y en su artículo 40 que nadie será sometido a pena de confiscación, es indudable que el tributo no puede ser tal que haga ilusorias tales 118 garantías. Lo que debemos entender por "parte sustancial de la propiedad o establecerse de de la renta", manera es algo absoluta; el que no puede componente de discrecionalidad o de razonabilidad debe valorarse en cada caso concreto, de manera circunstancial, según las necesidades de hecho, las exigencias de tiempo y lugar, y la finalidad económico-social de cada tributo. Pero sí se puede establecer como principio, que se considera confiscatorio el gravamen que exceda la capacidad económica o financiera del contribuyente, o bien, si el impuesto absorbe una parte sustancial de la operación gravada, y corresponderá al Juez, en cada caso, lógicamente, analizar variables, estas y lo circunstancias, correcto es que serán, analizar esas situaciones en forma concreta.” (La negrita y el subrayado no son del original) En este caso, la Sala Constitucional hace referencia a un control posterior a la ley, admitiendo que resulta imposible fijar, de manera absoluta, todos aquellos casos en que la norma tributaria aplicada resultará patrimonio del contribuyente. 119 en la lesión del Lo anterior implica una limitación a la subjetivización del tributo que se mencionó antes. Si bien el ideal tributario es adecuar los tributos, en la mayor medida posible, a la capacidad económica de cada contribuyente, resulta ilusorio pretender que la norma logre siempre este resultado en la práctica. La norma debe tributarios pretenda necesariamente materiales garantizar contribuyente. No y las partir de configurarse de garantías obstante, una los principios manera tal constitucionales norma que contemple que del los principios tributarios materiales en su redacción, puede, al momento de su aplicación, no resultar en su perfecto cumplimiento, en algunos casos particulares. Pero no por ello podría categorizarse la norma de inconstitucional, pues no resulta exigible la previsión de todos estos casos en la norma tributaria. Continúan manifestando los magistrados en el voto que “el principio de igualdad en materia tributaria implica que todos 120 deben contribuir a los gastos del Estado en proporción a su capacidad económica, de manera tal que en condiciones idénticas deben imponerse los mismos gravámenes, lo cual no priva al legislador de crear categorías especiales, a condición de que no sean arbitrarias y se apoyen en una base razonable. De manera que resulta contrario a la igualdad, a la uniformidad y a la imparcialidad, el establecimiento de un impuesto que no afecta a todas las personas que se encuentran en la misma situación, sino que incide en una sola clase de personas, ya que se está constitucional, de igualdad supuestos. de infringiendo extenderlo a El todos la los principio obligación que de están en igualdad constitucional genera el principio administrativo de igualdad ante las cargas públicas, sea dar el mismo tratamiento a quienes todo se encuentran distingo en arbitrario situaciones o injusto análogas, contra excluyendo determinadas personas o categorías de personas, en consecuencia no deben resultar afectadas personas o bienes que fueren determinados singularmente, tendrían pues carácter si eso fuera persecutorio posible, o los tributos discriminatorio. generalidad es una condición esencial del tributo; 121 La no es admisible que se grave a una parte de los sujetos y se exima a otra.” Visto todo lo anterior, los principios de igualdad y generalidad que lleva implícitos el nombrado principio de capacidad contributiva, no descartan la posibilidad de que el legislador establezca categorías de contribuyentes, siempre y cuando, dicho impuesto grave a todos los contribuyentes que se encuentren en la misma situación. Es decir, que los principios de generalidad e igualdad aplicados al sistema tributario, no suponen una tributación extendida sin posibilidad de sistematizaciones; sin embargo, una vez que el legislador resuelve gravar una determinada manifestación de riqueza, el principio de igualdad y generalidad implícitos en el principio de capacidad económica, impiden cualquier medida discriminatoria que desfigure dicha medida y resulte en gravar una manifestación de riqueza distinta. Es admisible, principios, sin fijar que se tributos consideren dirigidos 122 infringidos a ciertos estos grupos, siguiendo métodos razonables, pero ello no debe extender la carga tributaria Esta posibilidad, de manera discriminatoria nuevamente, demuestra o inquisitiva. que el derecho tributario se construye con ciertos matices políticos. La Sala Constitucional deja ver que el principio de capacidad contributiva constituye un precepto operativo, que se configura a través de la aplicación de todos los principios tributarios materiales protegidos constitucionalmente, los cuales pretenden establecer tributos que se ajusten en la mayor medida posible a las posibilidades particulares de cada individuo, y se completa en concordancia con los fines sociales, políticos y económicos del Estado. Aunque en algunos indeterminación casos jurídica, parece no emerger niega una nunca Constitucional, el carácter vinculante y preceptivo cierta la que Sala le merece al principio de capacidad contributiva; de modo tal, que los impuestos que no contemplen su aplicación, deberán tenerse como inconstitucionales y por ende inaplicables. 123 Sección IV. Conceptualización doctrinaria del principio de capacidad contributiva Como se ha económica venido tratando, encuentra financieras del su el principio fundamento Estado, y la en relativa de las capacidad necesidades obligación de sus administrados, de contribuir con el gasto público. Como regla de principio, todo ciudadano está obligado a contribuir con el gasto público, en proporción con su capacidad económica, con el fin de sufragar los gastos en que incurre el Estado en el financiamiento de las necesidades públicas. Para fácil comprensión, en algunos textos tributarios, se ha empleado una contributiva analogía y el entre concepto el de principio sacrificio, de capacidad ilustrando el principio como la posibilidad para un ciudadano de renunciar a un determinado goce, sin que esta renuncia implique un resultado insoportable o insostenible para sí. Así, el “sacrificio” que un ciudadano deba realizar para contribuir con el Estado, fundamentales de debe igualdad sustentarse y justicia 124 en los principios tributaria que han venido repasándose, observando siempre las posibilidades reales que su capacidad económica admite. El tributarista analogía para Pérez Royo, explicar la ofrece también relación una existente didáctica entre la capacidad económica y el deber de contribuir, indicando que es comparable a la relación existente entre la capacidad física y el deber de la defensa de la Patria, mediante la prestación personal obligatoria, no patrimonial, del servicio militar55. Todo esto contribuir implica con el que el gasto deber público de del los ciudadanos Estado, no de debe significar un aporte invariable para todos; por el contrario, debe tratarse de una contribución justa y proporcional. Lo anterior pues el aporte que realice un ciudadano para contribuir con los gastos públicos, en la misma situación, para otro puede representar un sacrificio desmedido, según sean sus circunstancias. 55 Perez Royo, Fernando. Derecho Financiero y Tributario. Parte General. Ed. Civitas, Madrid, 2000, décima edición, pág. 35. 125 Un sistema tributario proporcionalidad, tributarios que al se racional, igual han que venido buscará todos que los analizando, esta principios se encuentre presentes en todos sus tributos. Cabe aquí indicar que el concepto de racionabilidad tributaria se encuentra referido en numerosa literatura sobre el tema. En su renombrada obra, Hacienda y Derecho, el maestro Sainz de Bujanda se refiere a las diferencias entre un sistema tributario racional y uno histórico, resaltando que el elemento racional en los sistemas tributarios juega un papel muy pequeño frente a otros factores como la política y la recaudación56. No obstante, admite que los elementos histórico y racional actúan juntos en los sistemas fiscales, y debe puntualizarse qué papel juega cada uno en la creación de impuestos. Para tal efecto, cita a Schmolders, quien dice: “Un sistema es racional o teórico cuando el legislador deliberadamente es la quien armonía 56 entre crea los Saínz de Bujanda, Fernando. Hacienda y derecho. Estudio de derecho financiero, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1962. Vol II, pp. 254-258. 126 objetivos que se persiguen y los medios empleados; es, por el contrario histórico, cuando esa armonía se alcanza a través de la espontaneidad de la evolución histórica. Pero ambos artesanos -aclara Schmolders– tienen buen cuidado de precisar los cometidos y los efectos de las diversas contribuciones57” El trasfondo histórico, sin lugar a dudas, tiene un rol sustancial en la creación de impuestos. Como se vio antes, los impuestos son el resultado de la evaluación que haga el legislador de los índices de riqueza, y la conciliación que logre entre económicos estos del y Estado, histórico en que el los fines políticos, sociales los cuales dependerán del y momento legislador realice su valoración. No obstante, no puede dejarse de lado la necesaria presencia de un nivel de racionabilidad. Así, no resultará racional que todos los ciudadanos estén llamados a contribuir con los gastos públicos del Estado en el mismo quantum, aún cuando determinadas circunstancias históricas 57 parezcan tornarlo Das Deutsche Steuersystem. Le sisteme fiscal allemand, p. 661. Citado por Saínz de Bujanda, op. Cit. Nota 2, pp. 254-258. 127 razonable. Por lo contrario, debe observarse un principio de proporcionalidad e igualdad en las cargas públicas, entendida la igualdad no desde un punto de vista cuantitativo, sino más bien como una igualdad personal cualitativa, que tome en consideración la realidad económica de cada individuo contribuyente. La capacidad contributiva viene aquí identificada como una posibilidad económica personal, que permite a cada individuo soportar las cargas públicas en mayor o menor grado. El autor Spisso58 señala que el concepto de capacidad contributiva denota una aptitud de las personas para pagar los tributos, en otras palabras, posesión de riqueza en la medida suficiente para hacer frente a una obligación fiscal. En la misma línea el profesor Héctor Villegas ha definido la capacidad tributaria como: "La capacidad llamada contributiva, ‘capacidad de 58 Spisso, op.cit. 128 pago’ también por los anglosajones (ability to pay), puede ser entendida como la aptitud los miembros de la económica de comunidad para contribuir a la cobertura de los gastos públicos"59. Asimismo, en un desarrollo más concreto del concepto, indica que el principio debe entenderse también como un límite material que restringe la norma tributaria, para lo cual explica: "La generalidad (salvo tengan igualdad motivos la no razonables) capacidad exención de quienes contributiva; requiere arbitrarios tengan exige que distingos, fundados en no se sino la la hagan los que capacidad contributiva (salvo fines extrafiscales); la proporcionalidad garantiza contra progresividades que no se adecuan a la capacidad contributiva graduada según la 59 Héctor Villegas, op.cit., p. 203. 129 magnitud del sacrificio que significa la privación de una parte de la riqueza; la confiscatoriedad se produce ante aportes tributarios que posibilidad de exceden la colaborar público; la equidad y la razonable al gasto razonabilidad desean la justicia en la imposición y tal concepto está expresado por la idea de que cada cual responda según su aptitud de pago60". Resulta de interés, la consideración realizada por Villegas al referirse a los impuestos que pudieran tener fines extrafiscales. En la doctrina se sostiene que la función del tributo no sólo reside en la recaudación, sino que los impuestos realizan también la función de motivar o promover ciertas conductas. Se trata de una doble función del impuesto: la recaudatoria y la extrafiscal. Es decir que, además de lograr recolectar fondos para el sufrago de los gastos públicos, los tributos pueden funcionar como armas eficaces de políticas estatales. 60 Héctor Villegas, op.cit., p. 254-255 130 Aunque la finalidad de recaudación del impuesto será siempre inherente a su concepto, podrán encontrarse aquellos que se han configurado con un propósito adicional o más elaborado que la simple recaudación. Ahora ¿es posible suponer que estos fines adicionales pueden eliminar la necesidad de observar principios de capacidad económica? La doctrina del profesor Dino Jarach, en este sentido, señala que la capacidad contributiva como base del impuesto, no desaparece por su finalidad extrafiscal, y agrega que, el principio objetiva de de valoración capacidad la riqueza política de contributiva de la los "no es una contribuyentes, misma. La valoración medida sino una política implica crear el impuesto sobre la base de los valores que conforman la ideología del gobierno. Con ello no se reduce el principio a corresponde un cascarón precisamente vacío a los de contenido, fines y ya que propósitos éste de política fiscal"61. 61 Jarach, Dino. Finanzas Públicas y Derecho Tributario, Ed. Abeledo-Perrot, Bs. As., 1999, p.331. 131 la Lo anterior determinado integran implica que gobierno, el los en concepto de fines y determinado capacidad objetivos momento económica. de un histórico, Según esta proposición, el principio es provisto de significado a través de las políticas gubernamentales de un determinado Estado. Es decir, el contenido del principio en cuestión puede ser definido en función de la época, la geografía y la ideología vigentes. No obstante, como se resaltó líneas atrás, el carácter histórico de las cargas en su configuración. Ello hace incrementar la dificultad de definir el contenido del principio con precisión, al dejar que su contenido sea integrado por las consideraciones oscilantes de la política. Parece ineludible la tarea de trazar al menos algunos criterios, generales y concretos, que permitan determinar la existencia del principio de capacidad contributiva, desatendiendo las tendencias de la política. Si bien los distintos autores coinciden en que el principio de capacidad contributiva se sustenta en una aptitud real de 132 los contribuyentes para sobrellevar la imposición tributaria, subsiste siempre la dificultad de definir cuál será el contenido de esa aptitud para contribuir. Sección V: Indicadores de capacidad económica Debe considerarse aquí, que la realidad económica de una persona no se manifiesta en un hecho único, sino en varios que son indicadores de su existencia y magnitud. Catalina García Vizcaíno expone que la capacidad contributiva puede medirse por (gastos, índices índices salarios o (patrimonio, pagados, indicios que renta) transacciones, sean considerados o por indicios etc.) 62. Estos indicadores de riqueza serán los que despierten el llamado a contribuir. Por este motivo, es trascendental que dichos indicadores revelen una riqueza efectiva, real y excluyan la posibilidad de gravar una riqueza presunta o artificial. Igualmente indica el autor Francisco Cañal García, que el límite de la capacidad económica debe analizarse en el hecho imponible, que ha de ser índice revelador de riqueza.63 62 García Vizcaíno, op.cit., p. 55. Francisco Cañal García, Revisión crítica del principio de capacidad contributiva y de sus distintas formulaciones doctrinales, Revista de la Facultad 63 133 En el mismo sentido, Herrera Molina dice que el impuesto debe gravar la riqueza, pero “la riqueza obtenida efectivamente”, porque la capacidad económica exige gravar los rendimientos reales, y no aquellos meramente ficticios o nominales64. El principio obligación de por capacidad parte contributiva del conlleva legislador, de una gravar manifestaciones de riqueza que sean presentes, suficientes, concretas y realmente y efectivas, en la que permita proporción al obligado correcta, su afrontar deber de contribuir. Cabe aquí citar la sentencia de la Cámara Peruana Nacional de Apelaciones en los Contencioso Administrativo Federal, que reza: “El concepto denota una de capacidad aptitud de las contributiva personas de pagar los tributos que es la posesión de riqueza en medida suficiente para hacer frente a la obligación fiscal, pues no de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis - Potosí, México, Nº 4, 1996. p. 50 y SS. 64 Herrera Molina, Pedro Manuel. Capacidad Económica y sistema fiscal. Ed. Fundación Oriol-Urquijo y Marcial Pons, Madrid, 1998, pág. 118. 134 toda situación económica posee aptitud para ser gravada con tributos, sino sólo aquellas que ponen de manifiesto la existencia de recursos útiles y escasos que están disponibles a título definitivo.65” Lo anterior señala una nueva dificultad: podrán encontrarse indicadores que, aunque parezcan evidenciar un grado de capacidad económica, no revelen la aptitud real del sujeto para contribuir con el gasto público. Entonces ¿Qué deberá entenderse por riqueza real y efectiva? El Diccionario de Hacienda de Canga Arguelles brinda la siguiente definición sobre la riqueza: “Es la posesión de las cosas útiles; es decir, de los objetos capaces de cubrir nuestras necesidades. El trabajo, agente de la riqueza, aplicado a los objetos que 65 Sentencia de Sala V, 17 de Septiembre de 2001 (caso Recurso de Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal nº 30.237/99 del 17 de Septiembre de 2001.) 135 nos presenta la naturaleza, produce un capital; abundancia el cual, en por su escasez proporción de o las necesidades, crea los valores, los cuales forman la riqueza, que se compone de los valores que las diversas circunstancias dan a los capitales.66” La mayoría de los autores y la legislación sostienen que la riqueza puede presentar tres formas: la renta, el consumo y el patrimonio. García Mullín señala: “Tres son los índices básicos de la capacidad contributiva: la renta que se obtiene, el capital que se posee y el gasto o consumo que se realiza”67. De este modo, los tributos podrán calificarse según cuál de estos indicadores definan como hecho generador del impuesto, pudiendo al mismo tiempo clasificarse 66 como impuestos que Canga Arguelles, José. Diccionario de Hacienda. Tomo II. Imprenta de Don Marcelino Carrero y Portocarrero, Madrid, 1834. Ed. Instituto de Estudios Fiscales, ministerio de Hacienda, 1986, página 465. 67 García, Mullín Roque. Impuesto a la renta. Teoría y técnica del impuesto. Santo Domingo. Instituto de Capacitación Tributaria, página 5. 136 gravan manifestaciones directas de capacidad contributiva o manifestaciones indirectas de ella. Como impuestos directos, la doctrina reconoce incluido los impuestos sobre la renta y el patrimonio. El concepto de renta ha sido objeto de amplio desarrollo doctrinario, y ha pasado por varias etapas y escuelas. Para estos efectos y a muy grandes ingresos que rasgos, obtiene la renta o genera vendrá una entendida persona de como una los fuente permanente y durable. En este país, como en la mayoría de los sistemas tributarios, el impuesto sobre la renta se reviste de suprema importancia, y puede considerarse la fuente primordial de recaudación. En Costa Rica, dicho impuesto grava las utilidades generadas por cualquier actividad o negocio de carácter lucrativo, que realicen las personas físicas o jurídicas en el territorio nacional, todo de conformidad con lo establecido con la ley del impuesto imponible se sobre basa la en renta los y su ingresos reglamento. netos; es La decir, base los ingresos brutos menos las deducciones permitidas por la ley, los cuales estarán constituidos por las entradas económicas y 137 los beneficios obtenidos en el país durante el año contributivo e incluyen los beneficios procedentes de bienes inmuebles, actividades la inversión de empresariales. patrimonio, a excepción capital y productos de demás No contempla aumentos en de aquellos que puedan no el justificarse por los ingresos declarados o registrados. Por su parte, corresponde el al consumo valor de como todas indicador las de compras de riqueza, bienes o servicio que realicen los contribuyentes. Los impuestos que gravan este tipo de riqueza, a diferencia de aquellos que gravan la renta y el patrimonio, han sido denominados por la doctrina como indirectamente impuestos en la indirectos; capacidad pues económica recaen de los contribuyentes, gravando sus gastos o consumos, o en otras palabras, su manera de invertir la renta personal. No obstante, particular para efectos importancia el de esta estudio indicador de riqueza. 138 tesis, del resulta patrimonio de como Sección VI: El patrimonio como indicador de capacidad económica El patrimonio manifestación es concebido directa de la en la capacidad doctrina como económica. una Lozano Irueste, al referirse al concepto de riqueza, lo concreta sobre la idea de patrimonio, definiéndolo como el “conjunto de bienes económicos útiles, escasos e intercambiables”68. La tenencia de un determinado patrimonio está definida como hecho generador de obligaciones en la mayoría de los sistemas tributarios modernos. No obstante, para ello resulta precisa una clara determinación del concepto de patrimonio que será utilizado como fuente de obligaciones tributarias. Haciendo referencia al impuesto sobre el patrimonio español, Francisco Escribano afirma: “El patrimonio sólo es concebible como concepto jurídico 68 en cuanto sea Lozano Irueste, Jose María. Glosario de Términos de Economía y Hacienda (con aplicación a España) Tomo II. Imprenta de don Marcelino Calero y Portocarrero. Madrid, 1834. Ed. Instituto de Estudios Fiscales, Ministerio de Hacienda, 1968, pág. 465. 139 predicable de un sujeto, es decir, jurídicamente no es concebible de forma definitiva un patrimonio si no es como atributo de un sujeto específico y ese derechos adquiere conjunto concreto de su y bienes y delimitación jurídica en la medida en que se predica de un sujeto constituye respecto en la del medida cual se de su solvencia69.” Lo anterior alude a una necesaria subjetivización del patrimonio como hecho generador de cargas tributarias. De la lectura del párrafo anterior, parece indiscutible el carácter personal que atañe a los impuestos que gravan el patrimonio. Como se indicó párrafos atrás, al repasar el principio de capacidad contributiva, el ideal tributario es adecuar los tributos, en la mayor medida posible, a la capacidad económica de cada contribuyente. En este sentido manifiesta García Etchegoyen: 69 Perez de Ayala, Jose Luis. Fundamentos de derecho Tributario. EDERSA. Madrid, 2000, página 72. 140 “la subjetivización produce cuando del los cuantificación tributo, elementos de se de la deuda tributaria, base imponible, deducciones y tipo de gravamen- circunstancias se acomodan personales del a las sujeto obligado.70” En esta misma línea, al igual que es aplicable a todos los impuestos, como una exigencia del principio de capacidad económica, debe existir un nivel de personalización en los impuestos aplicados al patrimonio. Por lo tanto, un impuesto aplicado a esta necesariamente manifestación que el patrimonio de riqueza, sea observado requiere como una globalidad, que incluya tanto su valor real como sus cargas. En aras de observancia alcanzar esta pura máxima y subjetivización, del principio y por de ende la capacidad contributiva, al referirse al patrimonio como un indicador de capacidad económica, no debe hacerse referencia simplemente a 70 García Etchegoyen, Marcos. El principio de capacidad contributiva, Ábaco, Buenos Aires, 2004, pag 249. 141 los activos patrimonio que lo neto. conforman, Este debe sino debe incluir, hablarse de naturalmente, un los activos, pero debe también permitir la deducción de deudas y obligaciones que se encuentres vinculados a ellos. En este sentido, indica José Luis Pérez de Ayala: “…solo poseen aptitud de ser gravadas por un impuesto, económicas que existencia de aquellas ponen unos de situaciones manifiesto recursos útiles la y escasos que están disponibles a título definitivo para alguien. Son las siguientes (…): a) La existencia de una renta neta a lo largo de un determinado período de tiempo. b) La existencia de un patrimonio neto en una determinada fecha. c) El gasto por el que se dispone en un determinado momento de parte de una renta o de un patrimonio por quien los 142 posee, para comprar con su renta o patrimonio otros bienes”71 En la misma línea de pensamiento, Francesco Moschetti realiza las siguientes consideraciones, que resultan necesarias para gravar tanto la renta como el patrimonio: “1. Eximir en todo caso una parte correspondiente al mínimo vital personal y familiar; 2. Tener en cuenta todos aquellos gastos y elementos pasivos que aún cuando siendo inherentes a la producción de la renta, influyen en cualquier caso sobre la situación económica del contribuyente72” Analizado lo anterior, si bien los ingresos por sí solos no definen la capacidad contributiva del individuo, en la medida en que ellos pueden generar pérdidas y gastos que excedan su cuantía; del mismo modo, los activos no constituyen por sí 71 Pérez de Ayala, Jose Luis. Fundamentos de derecho tributario , EDERSA, Madrid 2000. Página 72. 72 Op cit.Moschetti, Franceso. Pág 266. 143 solos un índice inequívoco de capacidad contributiva, toda vez que mayores. los pasivos Si se diera vinculados la a situación ese activo anterior, podrían el estaría gravando una riqueza inexistente, o pasada. 144 ser impuesto CAPÍTULO IV ANÁLISIS JURÍDICO-TRIBUTARIO DE LA LEY DEL IMPUESTO SOLIDARIO PARA EL FORTALECIMIENTO DE PROGRAMAS DE VIVIENDA, NO. 8683 Nota introductoria Toda la investigación hasta ahora realizada a este apartado del presente trabajo de investigación con el cual se culmina. Se ha estudiado desde la génesis del poder tributario del Estado, hasta sus constitucionales límites tributarios. dados por los Particularmente principios se dedicaron espacios a la tarea de ahondar en el principio de capacidad contributiva que análisis ha se aplicación y reúne hecho o con verificación agrupa la en a los demás. intención un de particular Todo llevar ese a su impuesto de conjunto legislativo, el ya popular Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de los Programas de Vivienda o cómo le llaman el famoso “impuesto a las casas de lujo”. Como se dijo en la parte introductoria de este trabajo, la intención es demostrar la existencia capacidad contributiva o en inexistencia este del impuesto. principio Para ello, de se realizará un cuidadoso análisis del tributo como tal, desde 145 sus orígenes en el seno del Poder Ejecutivo bajo la Administración Arias Sánchez (2006-2010) hasta su efectiva aprobación por la Asamblea Legislativa en el año 2008. Se estudiarán detenidamente todos los elementos del impuesto, su hecho activo y generador, pasivo, tarifa, cálculo base del imponible, impuesto, los sujetos exenciones, entre otros. Adicionalmente, se verá cómo se ideó en un primer momento el tributo y el desarrollo de las discusiones legislativas que le fueron dando forma al mismo para definir su redacción final. Se establecerá una comparación del tributo con otros similares en el exterior que sean enfocados a la imposición sobre el patrimonio, y también se hará el debido análisis comparativo entre este impuesto solidario con dos tributos nacionales: el impuesto sobre bienes inmuebles, y el ya derogado impuesto a los activos. Finalmente, se estudiará la aplicación del principio de capacidad contributiva en el tributo; además es necesario determinar si existe o no el principio en el impuesto en 146 cuestión para descubrir un posible quebranto del Ordenamiento constitucional, y eventualmente encontrar las bases suficientes para declarar su inconstitucionalidad. Como último, reforma será del revisado impuesto –en si caso existen posibilidades de necesarias- ser de para adaptarlo a la legislación vigente y que la Ley se encuentre libre de vicios. Sección I. Proyecto Análisis de Ley No. de la Exposición 16328 “Impuesto de Motivos Solidario y para del el Fortalecimiento de Programas de Vivienda” El Impuesto Solidario para el Fortalecimiento a los Programas de Vivienda fue sometido a conocimiento de la Asamblea Legislativa por el Poder Ejecutivo mediante el expediente legislativo número 16.328 en la segunda legislatura del período 2006, en fecha 10 de agosto de ese mismo año. Según la exposición de motivos presentada por la Administración Arias Sánchez, la situación fiscal y financiera en que se encontraba el país, cuando iniciaron 147 su gestión no era prometedora. Según la Administración, la capacidad de gestión del Estado costarricense es deficiente para atender todos los proyectos y planes que se desean implementar. El Ejecutivo manifestaba que Costa Rica tiene un alto problema para el manejo de sus gastos contra sus ingresos. Al efecto señala: “En Costa Rica no hemos sido históricamente responsables en el manejo de nuestras finanzas públicas, puesto que hemos venido ingresos gastando tributarios más que disponibles los y al igual que la familia que gasta más de lo que gana, nos hemos venido endeudando para mantener un nivel de vida que no corresponde con nuestros ingresos.”73 Como es bien sabido y así se detalla con respecto a la Administración de un Estado, si este tiene un gasto público mayor que sus ingresos tributarios, se produce algo que se 73 Exposición de Motivos de proyecto de Ley No. 16.328, p. 3 148 conoce como déficit, y ello tiene un impacto directo en los programas públicos, toda vez que el Estado se verá obligado a contraer deuda pública para mantener ciertos gastos que no pueden ser desatendidos o que puede simplemente eliminarse, tal y como son los salarios, pensiones, ayudas sociales, educación pública, seguridad, entre otros rubros que consumen parte importante del presupuesto nacional. El problema que se ha suscitado, según lo indica el Poder Ejecutivo, es que esa deuda se ha elevado a montos desproporcionales y el dinero que ingresa con los tributos que recauda el Fisco se utiliza en gran parte para el pago de la deuda pública y los resultantes elevados intereses. El país se ha endeudado tanto en Administraciones pasadas, que ahora el gasto debe destinarse en gran medida a reducir la deuda, con el fin de evitar que esta continúe incrementándose hasta llegar a niveles inaceptables, que puedan incluso llevar a una suspensión de pagos, lo que traería consigo una crisis en todos los niveles de la estructura estatal, desde un plano social hasta un plano económico insostenible. El pago de los intereses y de 149 la deuda y tratar de irla mitigando poco a poco es lo que pone al Gobierno en aprietos a la hora de presupuestar sus gastos en salud, obras públicas, educación, seguridad y demás rubros que deberían tratar de realizarse con ingresos ordinarios frescos a través de los tributos que se recaudan. En otras palabras, debe tratar de llevarse de la mano una planeación del pago de la deuda y sus intereses junto con una cuidadosa distribución de los recursos para todos los sectores de la economía. El problema que genera una deuda tan elevada es que el financiamiento de los gastos se ve cada vez más comprometido y esto tiene un impacto directo sobre el desarrollo económico y social del país, ya que el gobierno no puede obviar el pago de la deuda y sólo destinar sus ingresos a sus gastos internos ya que eso simplemente generaría más deuda y que la situación se agrave aún más. En palabras del Gobierno: “El déficit crónico en que hemos caído provoca un aumento de la deuda pública y constituye 150 el más serio obstáculo al desarrollo económico y social de nuestro país, ya que la misma se ha convertido en una suma enorme, que crece cada año en virtud de la acumulación histórica y el aumento de nuevos déficits. Este endeudamiento acarrea gastos por concepto de intereses, lo cual compromete la capacidad del Gobierno para invertir en programas de desarrollo. Es decir, al haberse endeudado el país en el pasado, hoy en día una parte importante de su gasto esta comprometido con esa deuda.”74 El problema más grave es que la amortización de la deuda y el pago de intereses de la misma consume más de la mitad de los ingresos que el Gobierno presupuesta, entonces el remanente que queda es relativamente muy poco para invertir en todos los rubros fundamentales en los que debe atender el Gobierno y se ve atado de manos, al tener poco margen para repartir entre tantas necesidades que tienen los administrados. Todo lo hasta ahora externado, que ha sido tomado de lo que señaló el entonces Gobierno del ex presidente Arias, parece válido y certero. Ahora bien, lo que debe interesar al lector 74 Op.Cit., p. 3. 151 es la propuesta de la Administración para paliar esa situación fiscal que exponen con tan meridiana claridad. Según el Ejecutivo, existen dos formas para “atacar” el déficit fiscal: la primera que debe haber una reducción del gasto público, lo cual debería ser la principal, aunque como se verá el Gobierno hace un planteamiento para dejar esta como secundaria, y por otro lado el aumento de los ingresos. Si bien esta última parece necesaria conforme se incrementen los beneficios o retribuciones públicas a los administrados, no debe ser la única y debería procurarse mejor una eficiente y austera gestión pública, regulando el gasto y cortándolo donde a todas luces sea necesario. La excusa principal del Ejecutivo para decir que la reducción del gasto no debe ser lo principal es que es altamente inflexible, y si se reduce el gasto de forma tal que tenga un impacto significativo en el déficit fiscal se podría estar reduciendo financiamiento a programas de inversión como justicia, seguridad ciudadana, salud, solidaridad social, infraestructura entre otros.75 Bien parece que el punto de vista del Estado es un poco laxo ya 75 Op.cit., p. 4 152 que ven todos los rubros cómo gastos generales y no buscan la forma de reducir gastos superfluos que pueden estar en la gestión pública. Un ejemplo corresponde a la infraestructura vial del país, si bien hay un alto atraso en esta materia, si el gobierno tratase de reducir gastos innecesarios como personal adicional, horas extra, convenciones colectivas en contra de los intereses públicos y el erario público, rubros que ahogan el presupuesto de una institución y sobre todo el Estado no toma medidas reales para la reducción del mayor problema que se suscita en la función pública, la corrupción. Bajo la perspectiva del Gobierno, es más fácil elevar la carga tributaria a los administrados en lugar de buscar maneras de contención del gasto. No sólo se ha mantenido el financiamiento a gastos también se han mantenido necesarios del Gobierno sino que gastos que podrían recortarse y tratar de cuidar más el tesoro público en lugar de permitir un alto despilfarro de recursos 153 que podrían inclusive destinarse al pago de la deuda y sus costosos intereses. Aunado a esa problemática constante de la renuencia de los gobiernos de turno de reducir el gasto, hay dos grandes problemas más: una recaudación más eficiente y herramientas o mecanismos legales que brinden mayor capacidad a Hacienda para hacerlo. Si los impuestos se recaudaran de manera adecuada y se combatiera con más fuerza la evasión y el fraude fiscal, podrían elevarse los recursos del Estado. En lugar de estar creando nuevos impuestos, el Estado debería replantearse los ya existentes y el legislador debería corregir aquellas disposiciones legales que dan pie a la evasión y además brindarle más potestades y atribuciones a la Administración Tributaria para que realice mejor su trabajo a la hora de recaudar. Al abordar el tema en particular este momento existe una reforma legal discutiéndose en el seno del Poder Legislativo, parece que efectivamente el sistema tributario costarricense requiere una reforma, pero más enfocada en la adecuación de los impuestos actuales para traerlos a la realidad presente y se permita que las autoridades fiscales puedan velar por su 154 efectivo cumplimiento, en lugar de estarse planteando soluciones con la creación de nuevos tributos que ahogan más a los que efectivamente ya están pagando sus impuestos como la Constitución manda. En fin, el Estado resume en su exposición de motivos que hay una situación fiscal delicada sobre la cual debe trabajarse para que el Gobierno recupere la capacidad de gestión que tanto necesita para enrumbar al país hacia el desarrollo. Es verdad, según lo indicado en la exposición de motivos, que las demandas de servicios y utilidades públicas cada vez son mayores, por lo que el gasto cada vez aumenta y el ingreso al contrario se mantiene o disminuye según el panorama económico, sin embargo parece que para tratar de balancear el déficit, lo ideal es tratar de contener el gasto a través de medidas correctivas únicamente crear adicionales nuevos a tributos, las ya cuando existentes; se y justifique sustancialmente su necesidad de existencia en el tanto se llegue a un punto en que el gasto no se pueda reducir más. 155 Según el Gobierno, la propuesta que ellos tienen para ayudar a sanear la política hacendaria, se basa en tres ejes temáticos que para efectos de este trabajo sólo se estudiará el que interesa para dicho efecto, y que el Ejecutivo llama como “Equidad, Progresividad y Suficiencia Recaudatoria en el diseño de los impuestos”. El Ejecutivo apunta algo que se debe rescatar aquí y parece curioso señalar: “el diseño de los impuestos con los que un país financia sus cargas públicas debe caracterizarse por implementar los principios de justicia, suficiencia recaudatoria y generalidad (…) Los pilares fundamentales que en el mundo se han definido como los impuestos principales de un sistema tributario son los impuestos sobre la renta, con elementos de progresividad que permiten hacer una justa distribución de las cargas, y los impuestos al consumo, que se caracterizan por una gran eficiencia recaudatoria”76 76 Op.cit., p. 7 156 De lo anterior se concluye que el Estado tiene esos dos principales tipos de impuestos, renta y consumo, que según se observa tienen una gran eficiencia recaudatoria. Lo que hace plantear la pregunta, ¿si los impuestos sobre la renta y el consumo tienen una gran eficiencia recaudatoria, cómo es que el Ejecutivo dice que cómo están diseñados actualmente esos impuestos se abren portillos para la evasión? Pareciera un tanto contradictorio el postulado del Gobierno en este punto. El Estado atinadamente señala que entonces la reforma tributaria debe pasar por una revisión del diseño actual de esos tributos, pero inmediatamente dice que el desequilibrio fiscal y la tardanza de implementar políticas correctivas para mitigar los efectos plantearse una posible adicionales que contengan del mismo solución –según obligan de al crear palabras del Estado a impuestos Ejecutivo- “preferiblemente elementos de generalidad y progresividad que admitan mantener un esquema solidario en materia de contribución tributaria”. En virtud de lo anterior, es que proponen junto a otros impuestos dos nuevos impuestos 157 y la reformulación del impuesto de ventas por el impuesto al valor agregado (IVA) el impuesto solidario para el fortalecimiento de programas de vivienda. Más adelante el Ejecutivo hace un detalle más específico relativo a la intención de crear el impuesto. Sostiene que el aumento de personas y/o familias viviendo en condición de pobreza en tugurios y precarios contrasta mucho con la del desarrollo inmobiliario de mucho valor que en ese momento (2006) se estaba dando dentro de un boom inmobiliario que existía en el país. Alegan que por la solidaridad que siempre ha caracterizado a los costarricenses, la realidad de que los precarios y tugurios sigan teniendo una tendencia a la alza debe ser atacado por el Estado, de forma tal que el derecho a la vivienda digan es un Derecho Humano consagrado no solo en la Constitución Política sino también en los Instrumentos Internacionales relativos a esa materia. Termina diciendo el Ejecutivo que: 158 “Tomando como punto de partida los principios de solidaridad y capacidad contributiva consagrados en nuestra Constitución Política, se ha pensado en este impuesto, el cual se ha construido con una técnica de absoluta progresividad y con una contribución que se define en torno al principio de capacidad económica, por medio del cual se pretende destinar más recursos fortalecer al los Banco Hipotecario programas de de la vivienda en Vivienda los para términos señalados.”77 (La negrita y el subrayado no son del original) Como se analiza en este capítulo final, el impuesto solidario corresponde al patrimonio (aunque técnicamente mal diseñado, ya que como se verá solamente está dirigido a una parte del patrimonio, por cuanto está encaminado al valor bruto de las viviendas es decir a los activos, sin contemplar las cargas o gravámenes del inmueble, en otras palabras los pasivos) que, como se observa más adelante, capacidad económica, mas capacidad contributiva y no es pueden ser un reflejo de necesariamente un reflejo de ahí donde parece haber una confusión del Ejecutivo y que posteriormente se reafirmó en 77 Op.cit., p.13 159 el Congreso; es decir, la verdadera finalidad de los tributos es gravar al contribuyente según sus capacidades de contribuir al sostenimiento de las cargas públicas. Finalmente, es importante destacar de todo lo externado por el Ejecutivo, la exposición de la finalidad extrafiscal por la que se crea el impuesto, cual es la necesidad de palear un poco la desigualdad que existe actualmente entre los grandes desarrollos inmobiliarios de alto valor económico versus los precarios y/o tugurios donde vive una parte de la población nacional. Una vez analizada la motivación con la que el Ejecutivo presenta el proyecto a la Asamblea Legislativa, el presente trabajo de investigación se enfoca en la tarea de analizar el producto final de No. 8683, República dicho por proceso, la que solidario. 160 cual se es la instaura Ley el de la impuesto Sección II. Análisis de las características y elementos del Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de Programas de Vivienda, Ley No. 8683 Finalidad del impuesto La Ley No. 8683 del 19 de noviembre de 2008, estableció la creación del impuesto solidario. La norma establece que se crea este impuesto con la finalidad de financiar los programas públicos para dotar de vivienda digna a personas que se encuentren en condición de pobreza y pobreza extrema. Como se mencionaba arriba, esta finalidad del tributo es su fin extrafiscal, cual es ayudar a través de un impuesto a las viviendas o inmuebles de uso habitacional, para que el Estado tenga dinero para promover la creación de viviendas de bien social y se erradiquen los tugurios. La Ley contempla además que los ingresos fiscales que genere este impuesto, deberán destinarse a los programas de vivienda del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi), pero limitándolo para que sólo se destine un 7% de esos recursos en gastos administrativos. El impuesto no se crea inicialmente para ingresar recursos frescos para el gasto estatal burocrático, sino que tiene un 161 fin determinado cual es la dotación de vivienda a las personas de bajos recursos económicos, para las cuales el Estado destina parte de sus recursos o ingresos ordinarios para el sostenimiento de dichos programas habitacionales, tratando, de esta forma, que ese proyecto sea sustentado o financiado con permitiendo recursos al los ingresos entonces que percibidos el sostenimiento Gobierno del gasto por este destine público tributo, los demás restante, incluido el déficit fiscal, dejando de lado los recursos que genere este tributo por cuanto tienen un destino específico. Hecho generador El segundo punto de análisis de este tributo debe hacerse con miras a uno de los elementos trascendentales de la obligación jurídico-tributaria, el hecho generador. El artículo 2 de la Ley establece que la propiedad o titularidad de un derecho de uso, goce o disfrute de un bien inmueble de uso habitacional, al primero de enero de cada año, ubicado en el territorio nacional y utilizado en forma habitual, ocasional o recreo, tanto las instalaciones fijas como las permanentes. 162 de Se tienen entonces varios elementos para detallar. El primer punto del hecho generador es la propiedad o titularidad de un derecho de uso, goce o disfrute de un bien inmueble de uso habitacional. Es decir, todo aquel sujeto pasivo que sea el propietario de un inmueble inscrito en el Registro Inmobiliario o un titular de derecho de uso, usufructo, goce o disfrute será sujeto de este impuesto si dicho inmueble es de uso habitacional. Como segundo elemento de este hecho generador, se encuentra el factor temporal, es decir, la propiedad o titularidad de un derecho de ese inmueble al primero de enero de cada año, sobra decir que si antes de esa fecha la propiedad del bien es traspasada o el derecho es cedido, con ello se traspasa la condición de sujeto pasivo de la relación tributaria. Como tercer elemento está el factor espacial, es decir, la ubicación del inmueble de uso habitacional, según la norma citada debe encontrarse en el 163 territorio nacional –valga decir- que el mismo artículo señala, es lo que dispone la Carta Magna, es decir, lo que señala el artículo 5 de la Constitución Política. El cuarto elemento corresponde a la forma en que dicho inmueble se utilice, ya se sabe que debe ser un inmueble de uso habitacional, pero la norma además señala que a ese inmueble debe dársele una utilidad, y detalla que el mismo debe ser en forma habitual (como es el caso de las casas de habitación donde continua o habitualmente reside uno o varios individuos), continuamente ocasional pero (es decir siempre que conserve no su se utilice carácter de habitacional, como puede ser una vivienda de alquiler o una segunda vivienda que posea un individuo) y finalmente contempla aquellos inmuebles que se utilicen de recreo (es decir inmuebles habitacionales que se utilicen para la recreación humana tales como cabinas, villas, suites, entre otros). 164 Como último elemento del hecho generador del tributo, el legislador señala un detalle más del inmueble en cuestión, cuando indica que sea utilizado en las formas que se acaba de detallar, pero tanto las instalaciones fijas como las permanentes, es decir: áreas de esparcimiento, piscinas, instalaciones deportivas, ranchos, vías de acceso, parqueos, entre otras. Para la Dirección General de Tributación, el bien a gravar lo define como: “todo terreno, urbano o rural, que contenga una o más construcciones e instalaciones fijas y permanentes, utilizadas como vivienda habitual, ocasional o de recreo, que constituya una unidad habitacional, aunque esté ubicado en fincas independientes o en edificios parcialmente ocupados por locales destinados a otros usos, de tal manera que exista integralidad funcional entre el terreno y las construcciones e instalaciones fijas y permanentes, cuando corresponda.”78 78 Página web de la Dirección General de Tributación, consultada el 13 de marzo de 2012, vínculo: http://dgt.hacienda.go.cr/tiposdeimpuestos/Paginas/Impuestosolidarioparaelfortale cimientodeprogramasdevivienda.aspx. 165 Se tiene entonces que el tributo recae sobre los sujetos que reúnan las características establecidas arriba lo que los hace deudores ex lege de este impuesto. Sujeto Pasivo Como se ha venido indicando, el impuesto recaerá sobre los sujetos que cumplan el hecho generador de la ley. Para el caso del impuesto solidario, el artículo 3 de la establece que: “Serán sujetos título de pasivos de contribuyentes, este los impuesto, a propietarios o titulares de derechos sobre los bienes indicados en el artículo concesionarios, 2 de los esta Ley, así permisionarios como los y los ocupantes de la franja fronteriza de la zona marítimo-terrestre o de cualquier otro inmueble otorgado por el Estado o sus instituciones. De conformidad con este artículo, la definición del sujeto pasivo no 166 prejuzga sobre la norma titularidad imposición. del bien inmueble sujeto a En caso de conflicto, la obligación tributaria se exigirá al sujeto que, de acuerdo con el Registro Nacional, conserve el usufructo del bien inmueble.” De la redacción anterior se debe distinguir en primer término que se contemplan varias personas las cuales puedan ser sujetas a este impuesto, esto por cuanto indica el legislador que serán contribuyentes tanto propietarios como titulares de derechos, o concesionarios, permisionarios y ocupantes de la franja fronteriza o de la zona marítimo-terrestre. Sobre el caso particular, resulta confuso sobre a quién debe la Administración Tributaria notificar cualquier actuación o requerimiento de pago del tributo, puesto que existen diversidad de posibles o potenciales sujetos, de lo que se podría entender tiene discrecionalidad la Administración de elegir sobre cuál de ellos hacer recaer la obligación tributaria. Sin embargo, el legislador inmediatamente hace la 167 salvedad de que la definición del sujeto pasivo no prejuzga sobre la titularidad del bien objeto del impuesto, de manera tal que indistintamente de la elección que se haga sobre a cuál sujeto pasivo cobrar el impuesto, la titularidad del bien siempre recaerá sobre su propietario. Pero, eso no resuelve el problema que suscita la pluralidad de sujetos pasivos presentes en el texto normativo, de ahí que sea necesario establecer un orden excluyente o al menos un criterio de elección para que la Administración cobre adecuadamente a quién efectivamente debe cancelar el tributo. Es por esto que el legislador, previendo un eventual vacío legal, establece que si llegase a haber un conflicto sobre quién debe soportar el gravamen, la obligación se le exigirá al sujeto que, de conformidad con el Registro Nacional, conserve el usufructo de la propiedad. Con esto el legislador resuelve el problema ya que indica claramente quién, en última instancia, deberá pagar el tributo, el usufructuario; sin embargo, vale la pena detenerse a pensar que en caso de inmuebles arrendados, el impuesto indirectamente el propietario lo traslada al arrendatario, aún y cuando no 168 tenga un derecho real propiamente reconocido por el ordenamiento. En el caso de un sujeto que ostente, según el Registro Nacional, la condición de propietario y que al mismo tiempo conserve el dominio del bien, conforme lo dispone el numeral 264 del Código Civil es simultáneamente el titular del derecho de usufructo, por cuanto este último está comprendido en aquél, de ahí que el tributo recaería sobre el mismo propietario. Sobra decir, que en caso de que uno o varios sujetos ostenten además del entiéndase propietario de habitación, un derecho, usufructo, siempre de recaerá de la posesión, el pago clase de de que uso, la sea, o de obligación únicamente sobre uno de ellos, el que ostente la condición o el derecho de usufructuario. Base imponible Según lo que dispone el artículo 4 de la Ley, la base imponible para que la Administración Tributaria realice el cálculo del tributo es el valor fiscal del inmueble el cual, 169 debe ser determinado por el sujeto pasivo conforme a los criterios técnicos Dirección General de de valoración establecidos Tributación, según lo por la dispone el artículo 10 de la misma Ley. En dicho numeral se establece que para la valoración, actualización o depreciación de los inmuebles sujetos al impuesto debe hacerse mediante el Manual de Valores Base Unitario por Tipología Constructiva, esto para el caso de las construcciones y las instalaciones fijas o permanentes (tanto la vivienda, como las áreas de esparcimiento como ya mencionábamos puede enmarcarse obras como piscinas, acceso, terrenos instalaciones parqueos, debe entre utilizarse deportivas, otras), para y el ranchos, para cálculo el caso los vías de modelos de los de valoración (mapas y matrices de valores por zonas homogéneas para la valoración de terrenos) que tiene establecida la DGT. Adicionalmente la norma establece condiciones particulares para bienes destinados a uso habitacional que reúnan ciertas características. Para el caso de los bienes en condominio, por ejemplo, cada eventual sujeto pasivo debe adicionar al valor de la finca filial, el valor que le corresponda proporcionalmente sobre las áreas comunes. Para el caso de unidades habitacionales independientes que se ubiquen en una 170 misma finca, como es el caso de los edificios o complejos de apartamentos, la base imponible deberá ser calculada en relación con cada unidad, y al igual que en el régimen de condominio deberá el potencial contribuyente adicionarle el valor proporcional de las áreas e instalaciones comunes. Un punto importante de señalar aquí es la forma de actualización del valor fiscal del inmueble sujeto al impuesto solidario. Según establece el mismo artículo 4 de la Ley, dicho valor se actualizará automáticamente por las mismas causales que indica el artículo 14 de la Ley No. 7509 (Impuesto sobre los bienes inmuebles) y dicho valor regirá a partir del período fiscal siguiente. particular que Parece recae importante sobre bienes porque inmuebles este que tributo reúnan ciertas características, utiliza muchos de los parámetros que establece la Ley del impuesto a los bienes inmuebles, por lo que podría suponer una doble imposición al hablar de tributos similares en algunos de sus elementos configurativos. El Reglamento a la Ley, Decreto Ejecutivo No. 35515 del 18 de setiembre de 2009, en su artículo 6 que trata sobre la base imponible de este tributo, introduce además una situación 171 particular que la Ley no contempla, cual es el caso de las unidades habitacionales que se ubiquen en dos o más fincas o fincas filiales, siempre y que cuando sean dichas colindantes fincas y/o superpuestas, pertenezcan a un mismo propietario o que sea un mismo titular de derechos (en caso que el sujeto pasivo a determinar sea un usufructuario o un usuario según lo dispone la Ley), la base imponible deberá calcularse sumando los correspondientes valores de terreno y construcción y acumularlos en una sola declaración, siempre y cuando su generador uso de coincida la ley, con lo establecido en según el artículo y 2, el a hecho su vez conformen una sola unidad habitacional. Esto es un vacío que la ley no contempló de forma tal que el Ejecutivo vino a cerrar el portillo que pudiese existir de dividir un inmueble inscrito impuesto en dos fincas debiese independientes, calcularse según y las alegar que el construcciones destinadas a uso habitacional de cada una. Finalmente, hay reglamento, sí que son señalar claros al que tanto indicar la que ley las como áreas su del inmueble que se destinen a usos distintos de los gravados por 172 este impuesto tales como actividades agrícolas, comerciales, industriales o servicios, no deberán ser tomados en consideración para el cálculo de la base imponible, más el reglamento dispone que eso deberá demostrarse a satisfacción de la Administración Tributaria. Tarifa del impuesto Según lo que dispone el artículo 5 de la Ley, una vez que se determine la base imponible sobre la cual se debe calcular el impuesto, se establece una tarifa escalonada que para el período 2012 es la siguiente: Valor Tarifa a) Hasta ¢277.000.000,00 0,25% b) Sobre el exceso de ¢ 0,30% 277.000.000,00 y hasta ¢555.000.000,00 c) Sobre el 555.000.000,00 exceso de ¢ 0,35% y 173 hasta ¢832.000.000,00 d) Sobre el exceso de 832.000.000,00 ¢ 0,40% y hasta ¢1.109.000.000,00 e) Sobre el exceso de 1.109.000.000,00 ¢ 0,45% y hasta ¢1.386.000.000,00 f) Sobre el exceso de 1.386.000.000,00 ¢ 0,50% y hasta ¢1.665.000.000,00 g) Sobre el exceso de ¢ 0,55% 1.665.000.000,00 La Ley establece que estos tramos deben actualizarse en el mes de diciembre de cada año por el Poder Ejecutivo, debiendo basarse en la variación que experimente el índice de precios al consumidor Estadística y (IPC) Censos que el (INEC) Instituto determine, Costarricense debiendo de hacerlo tomando en consideración los 12 meses inmediatos anteriores contados entre el 1 de diciembre del año anterior y el 30 de noviembre del año en curso. 174 Sección III. Comparación del Impuesto Solidario con otros tributos nacionales Siguiendo el análisis doctrinario y jurisprudencial que se ha realizado hasta ahora, quedó bien establecido que el Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de los Programas de Vivienda constituye un impuesto que grava el patrimonio como índice de capacidad contributiva. En el apartado anterior, se estudió con detalle el hecho generador del impuesto y, se dejó claro que el legislador admite la existencia de una capacidad adicional de pago en los sujetos cuyas propiedades tengan las características, valor y destino que describe el hecho generador. Ahora bien, parece acertado, en la tarea de detectar la aplicación del principio de capacidad contributiva, realizar una comparación entre el impuesto en cuestión y otro tributo que guarda amplias similitudes con dicho tributo: El Impuesto sobre los Bienes Inmuebles. 175 Del mismo modo, habiendo clasificado a este impuesto como uno que grava al patrimonio, se realizará un contraste con uno impuesto de la misma categoría cuya constitucionalidad fue cuestionada y que el órgano jurisdiccional supremo terminó por eliminar de la legislación tributaria: El Impuesto a los Activos de las Empresas creado mediante el artículo 88 de la Ley del Impuesto sobre la Renta. Comparación entre el Impuesto Solidario (ISO) y el Impuesto Sobre los Bienes Inmuebles (ISBI) El Impuesto sobre Bienes Inmuebles fue establecido en 1995 mediante ley número 7509. Son objeto de este impuesto los terrenos, las instalaciones o las construcciones fijas y permanentes que allí existan. En esencia, el impuesto se aproxima en gran medida al ISO. Por este motivo, es oportuno señalar sus diferencias y similitudes, y así determinar si ellas suponen o descartan la existencia de una doble imposición, o bien, si ello afecta el principio de capacidad contributiva en la configuración del impuesto que ocupa esta tesis. 176 Como primera diferencia, mediante el ISBI se crea un impuesto sobre los bienes inmuebles y a favor de las Municipalidades, mientras que en el del ISO se establece un impuesto sobre bienes inmuebles de uso habitacional que superen el mínimo exento establecido, diferencias pero a favor fundamentales: el del BANHVI. sujeto activo Hay dos y las características del bien a gravar. En el caso del ISBI se establece en su artículo 3 de la Ley que lo crea, que las municipalidades tendrán el carácter de administración tributaria, mientras que para el caso del ISO la encargada de recaudar el tributo es la Administración Central (la Dirección de Tributación Directa en este caso) por tratarse de un impuesto destinado al financiamiento de los programas de vivienda nacionales administrados por el BANHVI. Se tiene entonces que las Municipalidades actúan como sujeto activo en el ISBI, mientras que en el ISO es la DGT. Aunque esto constituye una diferencia fundamental en la estructura del impuesto, ello no varía el impacto que el cobro del impuesto pueda tener en la esfera contribuyente, como se analizará más adelante. 177 económica del Como segunda diferencia, el ISO se limita a gravar inmuebles de uso habitacional que excedan el valor establecido por ley. Esto implica que existirá un número de bines inmuebles, que por su valor y destino, no se verán incluidos dentro de la ley del impuesto solidario. Sin embargo, existirá una masa de bienes que se verá afectada por este impuesto. En el ISBI son objeto de impuesto todos terrenos como permanentes destino que las que le instalaciones existan den los bienes inmuebles, tanto los en los o ellos, construcciones sin contribuyentes, importar fijas el uso entendiéndose y o que todos los bienes ya sean para uso agrícola, habitacional, comercial, industrial, están sujetos al impuesto. A diferencia de lo que sucede con el ISO, pues son objeto de este tributo sólo los bienes inmuebles que sean destinados por sus propietarios o titulares a uso habitacional, contemplando eso sí una característica también presente en el ISBI, sus construcciones y edificaciones fijas y permanentes, pero además la Ley establece una característica singular, cual es que estos bienes habitacionales sean utilizados en forma habitual, ocasional o de recreo. 178 Destaca entonces propiedad distinto ha al que, escogido si dar habitacional, el a titular su aun bien cuando de un inmueble su valor derecho un de destino exceda en sobremanera el valor mínimo exento, no se verá afectado por este impuesto. En el caso del ISBI, el destino que tenga el inmueble resulta indiferente y este se verá siempre gravado por el impuesto. Otra diferencia encontrada es que para el caso del ISBI las Municipalidades sólo pueden gastar un 10% del monto recaudado en gastos administrativos, mientras que en el ISO el BANHVI (quién actúa como beneficiaria de lo recaudado, aunque lo pagado va directamente a la caja única del Estado) solo puede gastar un 7% para gastos administrativos del monto que el Gobierno Central le gire. Esto, sin embargo, no guarda relevancia para los propósitos de esta tesis. En la misma línea de característica, mediante el ISBI se le otorga crédito a las Municipalidades tributario a la aquellas 179 potestad de instituciones otorgar un públicas o privadas y sin fines de lucro que cumplan con objetivos sociales en su territorio. En el ISO, la Ley no autoriza a la DGT a otorgar ningún crédito tributario a los contribuyentes. Con respecto a los bienes exonerados, 4 establece que los el IBSI en su artículo inmuebles del Estado, las municipalidades, las instituciones autónomas y semiautónomas que por ley gocen de exención, los inmuebles que constituyan cuencas hidrográficas o que hayan sido declarados por el Poder Ejecutivo como reserva forestal, indígena o biológica, parque nacional o similar, los bienes de las instituciones públicas de educación y de salud tal como hospitales, escuelas, clínicas, entro otros; además los bienes inmuebles de las iglesias y organizaciones religiosas pero sólo aquellos inmuebles que se dediquen al culto, los bienes de las Temporalidades Conferencia de Episcopal, la Iglesia los de Católica, la los Arquidiócesis de y la las diócesis, los inmuebles de las sedes diplomáticas, casas de los agentes diplomáticos y consulares, los de los organismos internacionales, los de la Cruz Roja y del Benemérito Cuerpo de Bomberos, los bienes de 180 uso común de las personas jurídicas amparadas a la Ley No. 3859 que se refiere a aquellas entidades que se dediquen en el país al desarrollo de la Comunidad, los inmuebles que pertenezcan a asociaciones declaradas de utilidad pública, los de las Juntas de Educación y las Juntas Administrativas de las instituciones oficiales de enseñanza, los inmuebles que pertenezcan al Hospicio de Huérfanos de San José en el tanto los bienes estén dedicados al fin de la institución. Pero además la Ley contempla como bienes no sujetos aquellos que sean o constituyan el único bien de los sujetos pasivos (personas físicas) y que tengan un valor máximo equivalente a cuarenta y cinco salarios base, pero estableciendo que el impuesto deberá pagarse sobre el exceso de esa suma, es decir, la municipalidad exonera hasta ese monto y es sobre el exceso que puede gravar el inmueble con el impuesto. En el ISBI inscrito, son sujetos propietarios pasivos sin propietarios título, con título concesionarios, permisionarios u ocupantes de la franja fronteriza o de la zona marítimo-terrestre, pero sólo con respecto a las construcciones fijas y permantes, y los parceleros del IDA. 181 En el ISO son sujetos pasivos el propietario, o titulares de derechos así como concesionarios, permisionarios u ocupantes de la franja fronteriza o de la zona marítimo-terrestre. De las diferencias establecidas, quizá una de las más relevantes es la que se refieren a la base imponible. En el ISBI la base imponible se calcula con base en el valor fiscal del inmueble registrado en la Municipalidad al primero de enero. En el caso del ISO la base imponible también está constituida por el valor fiscal del inmueble pero se establece que la misma debe ser determinada por el sujeto pasivo, usando los criterios de valoración que establece la DGT según lo dispuesto en el artículo 10, norma que a su vez establece que para que el sujeto pasivo puede calcular el valor de su inmueble, debe utilizar el Manual de Valores Base Unitario por Tipología Constructiva que la DGT prepara en virtud de lo que dispone el artículo 12 de la Ley del ISBI que establece que debe existir el Órgano de Normalización Técnica (ONT), que publica el Manual. 182 Para efectos de valoración de los inmuebles sujetos a estos dos impuestos, se utiliza el mismo sistema, y esto evidencia una importante similitud en lo que corresponde al diseño de ambos impuestos. Ambos grava los inmuebles gravan bienes indistintamente inmuebles, mientras pero uno el otro se dedica a gravar inmuebles destinados a uso habitacional de cierto valor. Sin embargo, los que excedan el valor mínimo establecido en la ley y se destinen al uso contemplado en la ley, ya habrían pagado además el impuesto dirigido a gravar la propiedad del mismo, existiendo efectivamente una doble imposición sobre un mismo indicador de capacidad económica. Aunque se encuentran diferencias práctica puede hablarse estudian casos concretos. de una Aunque en el impuesto, en la doble imposición si se ambos impuestos no son idénticos en todos sus elementos, no puede obviarse que sus evidentes equivalencias afectan la capacidad contributiva del sujeto pasivo al ser recaudados. 183 Ambos impuestos terminan por gravar el mismo patrimonio en los casos en que confluyen. Descartar un supuesto de doble imposición, por ejemplo, solo por existir un ente recaudador distinto, llevaría al absurdo de argumentar que, siempre y cuando existan distintos entes recaudadores detrás de impuesto, este dejaría de violar la prohibición de imposición, un doble aunque recaiga siempre sobre un hecho generador idéntico. De lo anterior se desprende que el ISO, para los casos en que se genera, implica una doble imposición para el contribuyente. Como se profundizará al final, se considera que el ISO asume la existencia de una capacidad adicional de pago, casos no en necesariamente los cuales, por presente, valores eligiendo y determinados característica, se termina por gravar dos veces un mismo indicador de capacidad económica. Si bien el legislador tiene un marco de libertad para la creación de impuestos, pudiendo elegir como hecho generador 184 de cargas tributarias- en este caso- la titularidad de un derecho de propiedad- no parece válido que utilice el mismo hecho generador para establecer una carga tributaria adicional, no fundamentada en la propiedad como tal, sino aduciendo una capacidad económica o solvencia superior a otros contribuyentes que pudieran en realidad tener la misma capacidad de pago. Los sujetos pasivos del ISO ya se habrán visto sujetos al pago de un impuesto por la titularidad de sus inmuebles y, por haber decidido capitalizar sus rentas en bienes de determinadas características, el legislador atribuye una capacidad adicional de pago, eleva su tributaria más allá del pago del impuesto les carga por sus propiedades, con fundamento en la solidaridad social y una presunta capacidad contributiva superior. Comparación del Impuesto Solidario con el Impuesto a los Activos de las Empresas (ISA) creado mediante el artículo 88 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR) Mediante la Ley de Ajuste Tributario No. 7543 del 14 de setiembre de 1995, se adicionó un artículo 73 a la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR) No. 7092, el cual establecía un 185 impuesto del 1% al valor de los activos (ISA) propiedad de los sujetos pasivos contemplados en los artículos 2 y 3 de dicha Ley, cuando el valor de dichos activos superase los treinta millones de colones. Ese monto debía ser actualizado por el Poder Ejecutivo en cada período fiscal, de conformidad con las variaciones que tuviera el índice de precios al por mayor que mantenía el Banco Central de Costa Rica. Se inicia aquí por el punto Establecía el ISA que los de los sujetos pasivos. contribuyentes de este tributo serían los mismos que los contribuyentes del ISR. Según los artículos 2 y 3 de la Ley 7092, establecen que serían sujetos pasivos del ISR (consecuentemente del derogado ISA) todas las empresas públicas o privadas que realizaran actividades o negocios de particular carácter de lucrativo aquellos en el contribuyentes país, que para sean el caso personas jurídicas independientemente de su nacionalidad domicilio, de su lugar de constitución, o del lugar de reunión de sus juntas directivas o de celebración de contratos, con las particularidades que establece dicha Ley. 186 Se tenía entonces que los sujetos pasivos de este impuesto serían las empresas, entendidas estas como personas jurídicas legalmente constituidas, sociedades de hecho, empresas del Estado, cuentas en partición, sucursales, agencias y otros establecimientos de empresas domiciliadas en el país, confianza, sucesiones, que estén independientemente de fideicomisos empresas responsabilidad limitada y físicas extranjeras y personas no encargos de individuales de empresas individuales, personas domiciliadas su o en nacionalidad, la los República profesionales liberales, las universidades privadas independientemente de la forma jurídica que adopten, y en forma genérica todas aquellas personas físicas o jurídicas que no estén en los incisos de la ley pero que realizaran actividades lucrativas en el país. El derogado impuesto sigue la línea de impuestos al patrimonio derogados también en otras legislaciones, mediante los cuales se pretendía incluir dentro de los gravámenes al impuesto sobre la renta, los bienes que podrían ser fuente de ella. Como se verá más adelante en el análisis de impuestos 187 similares a este en legislaciones extranjeras, la inconstitucionalidad de este tributo reside precisamente en gravar no los beneficios de la renta sino su fuente. Las diferencias encontradas entre el impuesto en cuestión y el derogado ISA son manifiestas, pues el primero pretende gravar un patrimonio potencial generador de renta. El ISO pretende gravar una capacidad adicional de pago que se presume de la titularidad de un determinado bien. No hace referencia este impuesto a ninguna relación existente entre estos bienes inmuebles y la potencial generación de renta a partir de ellos, pues el impuesto es absolutamente autónomo al impuesto de renta, o a la generación de beneficios. Para el ISA el hecho generador lo habría constituido la titularidad de activos por parte del sujeto pasivo a la fecha en que termine el período fiscal. En el caso del ISO el hecho generador se limita a la la titularidad de un derecho de uso, o propiedad de un bien inmueble de uso habitacional, que 188 podría considerarse como parte de un patrimonio, más no se constituiría un activo generador de renta. Otro elemento importante en la comparación de estos tributos es la base imponible. Para el caso del ISA, la base imponible está configurada por el valor total del activo cuyo titular sea el sujeto pasivo, menos la suma de los siguientes rubros: valor del activo circulante, los aportes en otras compañías de las cuales el sujeto pasivo sea socio, y las inversiones en títulos valores u otros activos cuyas rentas no estuvieran sujetas al impuesto sobre las utilidades. Es decir, se habla de un activo neto. En lo que respecta al ISO, como se ha visto en un apartado anterior, la base imponible la constituye el valor fiscal del bien inmueble de uso habitacional que el sujeto pasivo registre ante la DGT conforme los criterios técnicos. Se reitera entonces que, la mayor diferencia del impuesto derogado se encuentra en que el ISO grava bienes inmuebles de 189 uso habitacional generar derogado independientemente beneficios, ISA ganancias establecía una o de su rentas, carga a los aptitud para mientas que activos de el las empresas o personas físicas con actividades lucrativas que se utilizaran para la generación de renta, lo que no sucede en el caso en estudio. Visto lo esencia anterior, diferentes, los y impuestos los en motivos comparación que llevaron son en a la inconstitucionalidad de uno, resultan inaplicables al otro. El impuesto que ocupa a esta tesis no se encuentra de ningún modo ligado considerarse al impuesto confiscatorio sobre la renta, bajo los supuestos y no en calificaba de tal modo al impuesto sobre el activo. 190 puede que se Sección IV. Comparación del Impuesto Solidario con tributos extranjeros al patrimonio En el apartado anterior se estableció una comparación entre dos tributos que, podría afirmarse, comparten características con el impuesto en cuestión, uno de ellos de declarada inconstitucionalidad. Siguiendo con el contraste de este impuesto con los impuestos que gravan al patrimonio, en este capítulo se estudiarán dos impuestos extranjeros, ambos de elaboración más compleja, que gravan el patrimonio. A diferencia del Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de los Programas de Vivienda, los impuestos que se revisarán se enfocan en gravar el patrimonio de los contribuyentes de manera global, o la totalidad de los activos, y no se limitan a uno de los bienes integrantes de dicho patrimonio. 191 Resulta de particular interés aquí indicar, que la única forma de detectar real capacidad contributiva, tomando como base el patrimonio, tal y como se defendió al inicio de esta tesis, es entendiendo que el patrimonio se integra no solo por activos sino también por pasivos que afectan su valor. Amén de lo anterior, el análisis de estas legislaciones hace notar además que, aún concebido el patrimonio de esta manera, los impuestos que lo gravan pueden encontrar obstáculos para gravar efectivamente una capacidad contributiva real y presente. Para estos efectos se revisarán el Impuesto sobre el Patrimonio Español y el Impuesto Temporal sobre los Activos Netos aplicable en la legislación peruana. El Impuesto sobre el Patrimonio Español El impuesto sobre el patrimonio español se estableció por primera vez con carácter excepcional y transitorio mediante 192 la ley 50/1977 del 14 de noviembre sobre medidas urgentes de reforma fiscal. En su exposición de motivos se mencionaba incluso, que este quedaba pendiente de una configuración definitiva. Con el fin de darle carácter de permanencia, tuvo una nueva regulación impuesta mediante ley 19/1991 de 6 de junio. Con esta nueva ley se propone dar cumplimiento a lo que llamaron los fines primordiales de equidad que motivaron la normativa, con el fin de gravar la capacidad de pago adicional que la posesión del patrimonio supone, según lee su exposición de motivos. Se hablaba de un triple propósito de la ley: efectuar una función de carácter censal y de control del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas; conseguir una mayor eficacia en la utilización de los patrimonios y la obtención de una mayor justicia redistributiva complementaria de la aportada por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. 193 No obstante, la ley 19/1991 tuvo aplicación solo hasta la entrada en vigor de la ley 4/2008, mediante la cual se suprimió el impuesto sobre el Patrimonio, se generalizó el sistema de devolución mensual en el Impuesto sobre el Valor Añadido y se introdujeron normativa tributaria. otras embargo, desde establecimiento, las las el momento de su transformaciones, mismas modificaciones introducidas en el tributo, han hecho que pierda su capacidad para alcanzar de forma eficaz los objetivos para los que fue diseñado. En el actual resulta necesario suprimir el derivado fórmula la al impuesto al patrimonio: tanto del entorno económico internacional como en En la exposición de motivos de esta última ley, se dice con respecto “Sin modificaciones de más este impuesto idónea para contexto, gravamen mediante la asegurar su eliminación efectiva e inmediata. Dicha eliminación del gravamen se produce tanto 194 para la obligación obligación real personal consecuencia, el de como para la contribuir. En precepto que modifica determinados artículos de la Ley 19/1991, al igual que la derogación que afecta a otras disposiciones de dicha Ley, tiene por objeto eliminar el gravamen por este impuesto(…)79” No obstante, mediante Real Decreto-ley 13/2011, de 16 de septiembre se restablece el Impuesto sobre el Patrimonio, con carácter temporal. El Impuesto sobre el Patrimonio se plantea como un impuesto estrictamente individual sobre las personas físicas, en el que se excluye cualquier alternativa de imposición familiar conjunta. 79 Exposición de motivos. Ley 4/2008 del 23 de diciembre. Publicado en Boletín Oficial del Estado número 310 de 25/12/2008. 195 Su primer artículo, que se refiere a la naturaleza y objeto del impuesto, indica: “Artículo 1. Naturaleza y objeto del impuesto. El Impuesto sobre el Patrimonio es un tributo de carácter directo y naturaleza personal que grava el patrimonio neto de las personas físicas en los términos previstos en esta Ley. A los efectos constituirá el de este patrimonio impuesto, neto de la persona física el conjunto de bienes y derechos de contenido económico de que sea titular, con deducción de las cargas y gravámenes que disminuyan su valor, así como de las deudas y obligaciones personales de las que deba responder.” Por otra parte, con respecto a su base imponible, reza el artículo nueve: 196 “Artículo 9. Concepto. 1. Constituye la base imponible de este impuesto el valor del patrimonio neto del sujeto pasivo. 2. El patrimonio neto se determinará por diferencia entre: a. El valor de los bienes y derechos de que sea titular el sujeto pasivo, determinado conforme a las reglas de los artículos siguientes, y b. Las cargas y gravámenes de naturaleza real, cuando disminuyan el valor de los respectivos bienes o derechos, y las deudas u obligaciones personales de las que deba responder el sujeto pasivo. 3. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, no se deducirán para la determinación del patrimonio neto las cargas y gravámenes que correspondan a los bienes exentos. 197 4. En los supuestos de obligación real de contribuir, cargas y bienes solo serán gravámenes y deducibles que derechos afecten que las a los radiquen en territorio español o puedan ejercitarse o hubieran de cumplirse en el mismo, así como las deudas por capitales invertidos en los indicados bienes.” Algunos autores indican que para principal no recaudación es la recaudatoria, obtenida el este impuesto la finalidad es fin considerando marginal. del impuesto Se la por lo contrario, que recopilar información control y para la unificación de los valores para efectos que funciones es indica, que complementar y tanto como forma de tributarios. Los defensores de este impuesto sobre el Patrimonio aducen además que promueve la utilización eficiente del capital. Lo anterior debido a que, la posesión de un patrimonio inactivo 198 y ocioso, al verse gravado con impuestos, contribuiría a su empobrecimiento cada año. Por otra parte, desde un punto de vita de equidad, argumentan que la mera tenencia de riqueza material implica una mayor capacidad de pago. Como se ha venido sosteniendo en esta tesis y se continuará manifestando, este último argumento se aleja de la realidad en muchos casos. En lo que respecta a la finalidad censal del impuesto, si bien resulta de utilidad para la Administración Tributaria de un país la patrimonios recopilación de sus de información administrados, referente ello no a los implica incondicionadamente que dichos patrimonios deban ser gravados con un impuesto adicional al que hayan podido estar sujetos las rentas que hayan terminado por generarlo. Ahora, el argumento de desincentivar a los ciudadanos la tenencia de un patrimonio pasivo, como una suerte de obligación al uso eficiente de los capitales, peca de ser una política absolutamente antiliberal. Admitir este argumento 199 como válido, significaría aceptar que el Estado, a través de su política fiscal, debe indicar a los ciudadanos cómo utilizar sus rentas. Y lo que es aún peor, el impuesto al patrimonio representaría de algún modo, una penalización por no invertir sus dineros de manera conveniente. La opinión predominante entre los tributaristas es que, desde el punto de vista de la eficiencia, el Impuesto sobre el Patrimonio resulta contraproducente. No obstante lo anterior, es oportuno analizar si, más allá de un asunto de eficiencia, el impuesto al patrimonio español lesiona el principio de capacidad contributiva al que se ha venido haciendo referencia. Siguiendo la lógica de este impuesto, el mero hecho de poseer un patrimonio material denota una capacidad contributiva superior. De modo tal que si dos personas perciben la misma renta, pero una de ellas, además, ha acumulado o adquirido un determinado patrimonio, esta última tiene por lo tanto mayor 200 capacidad de pago que la primera, y estará obligada en virtud de ello a soportar una carga impositiva mayor. El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Cabrillo, alega que dicho razonamiento ignora principios económicos fundamentales de la valoración de activos, en un análisis del impuesto sobre el patrimonio español señala: “El valor de un activo viene determinado por su capacidad de generar beneficios. Y esto es cierto para cualquier activo, sea éste un bono, un inmueble o el capital humano. El capital humano permite obtener en el mercado de trabajo ingresos superiores a los de una persona que no tenga cualificación alguna, por lo que la mayor parte de los sueldos y salarios son pagos por la inversión en capital humano que han realizado los trabajadores a lo 201 largo de sus vidas. Por lo tanto, dos personas que sostienen los ingresos, tienen la misma pago, aunque sus mismos capacidad de orígenes sean diferentes. En realidad, si quisiéramos calcular con precisión el patrimonio de una persona tendríamos que ir mucho más allá de lo que el impuesto hace, pues habríamos de incluir en él desde el valor actual a fecha de hoy de las pensiones que cobrará a partir hasta el humano. del momento valor de de su su jubilación propio Afortunadamente, ni capital la más concienzuda Administración Tributaria ha intentado, hasta ahora, algo similar. Pero no cabe duda de que el gran objetivo de este impuesto –como el del que grava las herencias y las donaciones– es lograr una distribución más igualitaria de la renta y de la riqueza, 202 elevando la presión tienen fiscal activos que soportan distintos quienes de su propio capital humano. Es bien conocido el hecho de que la distribución de la riqueza tiene mayor grado de desigualdad que la de la renta. Y parte de la doctrina fiscal defiende, al menos desde la obra de John Stuart Mill, que la concentración de riqueza es per se inconveniente para el buen funcionamiento de una sociedad libre, ya que puede dar excesivo poder de decisión a las personas o a los grupos sociales más opulentos. Pero es posible que dos personas tengan la misma renta y distinto patrimonio simplemente porque una de ellas sea más ahorradora que la otra. Es muy discutible, por tanto, que convenga transferir recursos de quien ha ahorrado a quien no lo ha hecho con base en el argumento de la equidad. En efecto, la riqueza fue gravada ya en el momento de obtener la renta 203 que, al no ser gastada, pasó a convertirse en capital, por lo que un impuesto a la mera propiedad de este capital eleva aún más la carga fiscal soportada. Y ésta será aún mayor si existen, además, impuestos específicos sobre sucesiones y donaciones.80” Esta tesis comparte las opiniones anteriores, todas cuales resultan ajustables a la Ley del Impuesto Solidario para el Fortalecimiento de los Programas de vivienda que ocupa esta tesis. No obstante, existen claras diferencias entre la ley española y la ley que aquí se analiza. La primera característica fundamental y impuesto analizado en esta tesis del que diferencia al impuesto sobre el patrimonio español, es que este último recae únicamente sobre las personas físicas. Sin embargo, esta particularidad no 80 Cabrillo, Francisco. “La supresión del Impuesto sobre el Patrimonio. Crece el consenso para acabar con un tributo obsoleto, no equitativo e ineficiente”. Papeles Faes, nº 58, 13 de diciembre de 2007. 204 resulta de relevancia para determinar si ella respeta el principio constitucional de capacidad contributiva. Por otra parte, el artículo primero establece que los efectos de dicho impuesto, constituirá el patrimonio neto de la persona física el conjunto de bienes y derechos de contenido económico de que sea titular, con deducción de las cargas y gravámenes que disminuyan su valor, así como de las deudas y obligaciones personales de las que deba responder. La primera diferencia que se extrae de este artículo, es el gravamen del patrimonio total del sujeto pasivo, que supone el impuesto sobre el patrimonio español, en contraste con la individualización de un bien integrante del patrimonio, elegido como hecho generador del impuesto costarricense. Se ha sostenido en la doctrina que los impuestos al patrimonio concebidos como el español, constituyen un doble gravamen a la renta capitalizada y, por este motivo, han ido desapareciendo de los sistemas tributarios para convertirse en impuestos especiales sobre la propiedad, específicamente 205 sobre los inmuebles y los vehículos. Sin embargo, reducir el impuesto a un bien individualizado no hace desaparecer la problemática que se indica. La más importante diferencia existente entre un impuesto al patrimonio como el español y la ley que aquí se analiza, corresponde en que el impuesto al patrimonio español es claro en admitir disminuyan la deducción el valor del de las cargas patrimonio, extraña en la ley en estudio. y gravámenes posibilidad que que se La ley del impuesto solidario para el fortalecimiento de los programas de vivienda, falla en ver el patrimonio de esta manera, como una globalidad, que incluya tanto su valor como sus cargas. En el capítulo Francisco anterior Escribano, se citó catedrático al de Doctor Derecho en Derecho Financiero y Tributario, quien acertadamente defendía que el patrimonio sólo es concebible predicable de un como sujeto, concepto es jurídico decir, en cuanto jurídicamente no sea es concebible de forma definitiva un patrimonio si no es como 206 atributo de un sujeto concreto y específico y ese conjunto de bienes y derechos adquiere su delimitación jurídica en la medida en que se predica de un sujeto respecto del cual se constituye en la medida de su solvencia81. Lo que el impuesto español logra es entender el patrimonio como ese conjunto de bienes y derechos, ligado a sus pasivos, así las deudas u obligaciones personales de las que deba responder el sujeto pasivo; es una concepción inexistente en el impuesto que aquí se estudia. No se omite indicar que, aunque esta tesis considera que el impuesto al patrimonio español acierta en su concepción del patrimonio como hecho generador de obligaciones tributarias, de una forma en que falla el Impuesto Solidario para el fortalecimiento de los programas de vivienda; el único modo de determinar si este logra medir correctamente la capacidad contributiva 81 del sujeto pasivo, Op. Cit. 207 sería analizar la determinación de ese patrimonio neto gravable, según lo dispone su ley. Con el fin de establecer lo anterior, resultaría necesario, en cada caso, identificar los bienes y derechos de contenido económico gravables por el Impuesto, realizar su valoración de conformidad con las reglas que establece la Ley, y por último deducir las cargas, gravámenes y deudas que procedan. Es decir, que la tarea de valoración de los distintos bienes y derechos que conforman el patrimonio, así como la tarea de valoración de los pasivos que afectan el patrimonio, será el punto medular que permita definir si esta legislación contempla el principio de capacidad contributiva. A manera de valoración, ejemplo, se contempladas pueden para los observar bienes las reglas inmuebles, de como parte del patrimonio. La ley establece en su numeral diez, lo siguiente: “Artículo 10. Bienes inmuebles. 208 Los bienes de naturaleza urbana o rústica se computarán de acuerdo a las siguientes reglas: 1. Por el mayor siguientes: comprobado el valor de valor por la los tres catastral, Administración el a efectos de otros tributos o el precio, contraprestación o valor de la adquisición. 2. Cuando los bienes inmuebles estén en fase de construcción, se valor patrimonial efectivamente dicha se las del correspondiente cantidades hubieran construcción devengo estimará como hasta impuesto, valor invertido la fecha además patrimonial que en del del del solar. En caso de propiedad horizontal, la parte proporcional en el valor del solar se determinará según el porcentaje fijado en el título. 209 3. Los derechos sobre bienes inmuebles adquiridos en virtud multipropiedad, parcial o de propiedad fórmulas contratos a de tiempo similares, se valorarán según las siguientes reglas: a. Si suponen la titularidad parcial del inmueble, según las reglas del apartado 1 anterior. b. Si no del comportan inmueble, la titularidad por el parcial precio de adquisición de los certificados u otros títulos representativos de los mismos.” Visto lo anterior, se computarán por el mayor de los tres valores siguientes: el valor catastral, el valor comprobado por la Administración a efectos de otros tributos, o el valor de adquisición. 210 Sobre esta técnica de valoración, indicó la profesora de Derecho Financiero y Tributario en la Universidad de Sevilla, Sofía Borgia Sorrosal: “Esta regla del mayor valor supone la renuncia a que el Impuesto sobre Bienes Inmuebles árbitro sea de el las desaprovechado verdadero y valoraciones, la único se oportunidad ha de transformar al Catastro Inmobiliario en un sistema central y único de valoraciones. Sin embargo la aspiración de la unificación de valores cede aquí ante una recaudador, regla es de decir: claro contenido el más que base imponible proporcione pasando por alto la coherencia, la racionalidad y la proporcionalidad. En resumen no se adopta un criterio único de valoración de los bienes inmuebles sino tres de carácter alternativo, lo que 211 desde luego no contribuye a la seguridad jurídica del contribuyente. No entiendo como pueden reconocer por un lado que el no adoptar el valor de mercado puede ser injusto y justifiquen la no adopción del mismo en la seguridad jurídica. De esta manera va a resultar que bienes de idénticas soportar valor características gravamen intrínseco distinto sea el van a aunque su mismo por el simple hecho de que se transmitan más o menos veces.82” Todo lo anterior supone una potencial desigualdad en las valoraciones, que terminaría por permitir una violación al principio distintas de capacidad sobre contributiva, patrimonios 82 en al esencia establecer cargas idénticos. Sin Borgia Sorrosal, Sofia. La valoración de los bienes inmuebles en el impuesto sobre el patrimonio. Consultado el 28 de abril del 2012. <http://www.derecho.com/articulos/2003/09/15/el-impuesto-sobre-el-patrimonio-delas-personas-f-sicas-vulnera-el-principio-de-igualdad-y-consecuentemente-el-decapacidad-econ-mica-grava-realmente-el-pa/> 212 embargo, no ocupa a esta tesis valorar los métodos de valoración propuestos en esta legislación, sino ilustrar que los impuestos que pretendan gravar al patrimonio, deben contemplar la posibilidad de deducir las cargas que pesan sobre este, si se pretende determinar la verdadera capacidad contributiva. A pesar de lo anterior, subsiste la opinión de que, aún cuando se contemplen las deducciones correspondientes al patrimonio, podría aún considerarse que cualquier impuesto al patrimonio termina por gravar lo adquirido o lo acumulado sobre rentas imposición, al que ya han sido gravadas. Este tipo de desestimular la existencia de patrimonios ajenos a la producción y cercanos a la riqueza, entendida como la acumulación improductiva de bienes, desincentiva a su vez el ahorro y la inversión. El Impuesto Temporal a los Activo Netos (ITAN) En el sistema noventas se tributario han peruano implementado 213 desde la tributos década al de los patrimonio, distintos al impuesto sobre la renta. En el año 1992 se creó el Impuesto Mínimo a la Renta, que gravaba un porcentaje del activo de las empresas. Establecía que los perceptores de renta de tercera categoría83 debían tributar por concepto de renta, un porcentaje sobre el valor de sus activos netos. El Impuesto Mínimo a la Renta estaba regulado por el artículo 118 de la Ley del Impuesto a la Renta. El objetivo del impuesto lo constituían los activos netos de las empresas, existentes al final del período gravado. Este impuesto fue declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional al concluir que era una desnaturalización desproporcionada del Impuesto sobre la Renta. A criterio de la entidad, el impuesto sobre la renta debía solamente gravar los beneficios, ganancias que eran percibidos por el contribuyente; sin embargo, este impuesto cargaba la fuente productora del beneficio, ganancia o renta; es decir, el patrimonio84. 83 La ley sobre el impuesto de Renta Peruana establece cinco categorías para los perceptores de renta. 84 Sentencia del Expediente Nº 646-1996-AA/TC 214 Así, este impuesto quedó derogado en el año 1997, mismo año en que Netos, se creó el entendido Impuesto este como Extraordinario un impuesto a los Activos independiente que gravaba también los activos netos, constituyendo un crédito fiscal contra el Impuesto sobre la Renta. Este impuesto en particular, buscaba obtener ingresos de la manifestación de riqueza que derivada de la simple propiedad de bienes. Peruano En este consideró patrimonio, supuesto, admisible el Tribunal que un Constitucional impuesto grave el siempre y cuando se utilizaran los mecanismos adecuados para ello. El Tribunal Constitucional alegaba que la constitucionalidad de este tipo de impuesto no reside en la posibilidad o no que tenga el legislador para crear impuestos sobre la propiedad, sino en asegurar que el monto del impuesto no violentase confiscatoriedad.85 85 Sentencia del Expediente Nº 2727-2002-AA/TC 215 el principio de no Aunque este impuesto fue declarado constitucional, quedó derogado cuando en el 2003 se aprobó el Anticipo Adicional del Impuesto a la Renta, el cual guardaba amplias similitudes con el derogado Impuesto Extraordinario a los Activos Netos, con la particularidad de ser considerado como un anticipo a cuenta del Impuesto sobre la Renta. En esencia, establecía el deber de pagar anticipadamente el Impuesto sobre la Renta tomando como base los activos netos. En el año 2004, el Tribunal Constitucional Peruano declaró este impuesto como inconstitucional, pues consideró como improcedente calcular un adelanto al Impuesto Sobre la Renta, tomando como base el patrimonio y no rentas antes obtenidas o proyectadas. A criterio de esta entidad, persistía el desatino que llevó a la inconstitucionalidad del Impuesto Mínimo a la Renta, pues cuando se pretendía gravar la renta, en realidad se gravaba el patrimonio. Ahora, después de varios desatinos legislativos, desde el año 216 El Impuesto Temporal a normalmente como el ITAN, los Activos Netos, conocido es un tributo que se encuentra regulado mediante la Ley Nº 28424 y grava activos netos como manifestación de capacidad contributiva no directamente relacionada con la renta. Su artículo cuarto establece como base imponible: “La base imponible del Impuesto está constituida por el valor de los activos netos consignados en el balance general ajustado según el Decreto Legislativo N 797, cuando corresponda efectuar dicho ajuste, cerrado al 31 de diciembre del ejercicio anterior al que corresponda el pago, deducidas las depreciaciones y amortizaciones admitidas por la Ley del Impuesto a la Renta.(…)” 217 La ley permite además que el pago realizado sea utilizable como crédito contra el Impuesto sobre la Renta. La constitucionalidad de este impuesto fue cuestionada; sin embargo, mediante sentencia ampliamente número 03797- 2006-PA/TC, el Tribunal Constitucional Peruano confirmó su constitucionalidad. Mediante dicha sentencia, dicho Tribunal manifiesta que existe una importante diferencia entre el ITAN y sus normas antecedentes declaradas inconstitucionales. Según argumenta, el ITAN es un impuesto autónomo que grava los activos netos como manifestación relacionarnos impuestos origen con su de capacidad antecedentes, en el capacidad Impuesto por lo sobre para contributiva producir renta. contrario, justificaban la pero Renta, sin Los su resultaban gravando el patrimonio. Por ello, el TC concluye que en el caso del ITAN no se da la incongruencia de pretender gravar la renta y terminar gravando el patrimonio. Como se había indicado también en la declaratoria de constitucionalidad del 218 Impuesto Extraordinario a los Activos Netos, el legislador no está imposibilitado de gravar la propiedad como tal. Se mantiene la tesis por parte del Tribunal, que a estos efectos interesa que el impuesto no resulte confiscatorio, y que no se encuentra imposibilitado el contribuyente, según sea su caso particular, a alegar la violación al principio de no confiscatoriedad que pueda resultar de la aplicación de esta ley. Al respecto ha señalado el Tribunal Constitucional Peruano: “La confiscatoriedad no se configura por si misma si un mismo ingreso económico sirve de base imponible para dos impuestos, sino más bien, lo que deberá analizarse es si, a consecuencia de ello, se ha originado tributaria una sobre el afectando negativamente Por tanto, lo las 219 excesiva presión contribuyente, su patrimonio. alegaciones de confiscatoriedad excesivo o imposición, por sí la por no por doble son mismas; afectación de sea o tributo múltiple inconstitucionalidad y, deberá un en cada evaluarse situación caso, su dependiendo económica de cada contribuyente”86. De ello se desprende que el ITAN, a pesar de las diferencias que alega el Tribunal Constitucional trasgredir de igual manera el capacidad contributiva. El Peruano, puede principio constitucional de simple hecho de encontrarse regulado en una ley distinta a la del impuesto sobre la renta, y no hacer referencia a ella, no varía el hecho de que afecta igualmente la fuente productora de ella y no a la renta en sí misma. Lo que sería aún peor, terminaría también por gravar patrimonios que no generan renta del todo y que, por sí solos, no implican necesariamente una capacidad de pago adicional a la que haya podido gravarse ya con el Impuesto sobre la Renta. 86 Tribunal Constitucional Peruano, 220 Tal y como se analizó también en el caso del anulado Impuesto sobre los Activos de las Empresas en Costa Rica, no es procedente gravar los activos por su capacidad de generar renta, sino gravar la renta cuando esta haya sido generada. Si bien el capacidad patrimonio contributiva, puede o implicar puede una haberse determinada generado como resultado de ello, en el caso de este impuesto peruano el patrimonio gravado pertenece al contribuyente con el fin último y principal de llegar a generar renta. Tributos como el estudiado, aunque no se admita como tal en la ley que lo creó, parecen haber sido configurados para gravar la renta, pero se regula de modo tal que lo gravado es la propiedad. Lo anterior fue lo sucedido en los impuestos antecedentes al vigente e implicaba una clara incongruencia, pues dejaba ver la propiedad como renta y esta disociación tornaba impuesto a que el vigente, tributo se fuera pretendió inconstitucional. descartar los En el anteriores desatinos, configurándolo como impuesto independiente a la renta. Sin embargo, inconstitucionalidad, la idea antes que se declarada, 221 deriva se es que excluyó la por transcribir las normas de las leyes anteriores en un texto independiente. Por lo demás, patrimonio y a español, contributiva no el diferencia este marca “patrimonio del anterior como índice neto”, si no impuesto de al capacidad los activos netos. Es razonable indicar que los activos netos por si solos no resultan en indicador de capacidad contributiva completa, como lo es el patrimonio neto. La existencia de los activos no necesariamente implica la existencia de un patrimonio, puede incluso darse que el patrimonio existente sea negativo. Sección V. Análisis del principio de capacidad económica en el impuesto Una vez estudiado el proyecto de ley que impulsó la creación de este tributo, realizar una comparación de esta clase de tributos con similares en legislaciones foráneas y con los impuestos nacionales de bienes inmuebles y del impuesto a los activos de las empresas, se llega al final del análisis sobre 222 la existencia del principio que ha venido desarrollando el presente trabajo. Es importante aclarar, que lo expresado en este trabajo resulta de una investigación académica puesta al servicio del público en general y reseña los hallazgos hechos a lo largo de la misma, las fuentes de donde se esbozan los argumentos y finalmente la posición profesional de los autores, con respecto al problema planteado al inicio de este trabajo. Ha quedado capacidad extranjera, extranjera, claro que, económica, el tanto jurisprudencia es principio reconocido en la constitucional doctrina constitucional como uno de nacional, costarricense de los y límites fundamentales a la potestad tributaria del legislador. Si bien el texto constitucional costarricense no reconoce expresamente el principio, no por ello se puede afirmar su inexistencia o negar su obligada aplicación en la elaboración de todas las normas tributarias, 223 por cuanto ha sido reconocido por el Tribunal Constitucional como uno de los principios integradores del ordenamiento tributario. Ha sido reconocido así por los altos tribunales constitucionales extranjeros como el Tribunal Constitucional Español, que como se indicó, manifiesta que dicho principio “opera como tributaria. un límite Aunque al la poder libertad legislativo de en materia configuración del legislador deberá, en todo caso, respetar los límites que derivan de dicho principio constitucional, que (se) quebraría en aquellos casos supuestos en que la capacidad económica gravada por el tributo sea no ya potencial sino existente o ficticia.”87 En adición a la importancia que contempla el principio de capacidad contributiva para las atribuciones legislativas en materia tributaria, jurisprudencia, que se bajo evidencia este en la principio doctrina se y genera la una obligación del órgano legislativo a contemplar en su labor 87 Tribunal Constitucional Español, Sentencia 221/1992 del 11 de diciembre de 1992. 224 impositiva, la aptitud subjetiva de los eventuales contribuyentes. En otras palabras, debe el legislador tomar en consideración las posibilidades reales y efectivas que tengan los administrados que vayan a ser sujetos pasivos, de contribuir al tributo de que se trate en la cuantía o monto que se fije. Tal es así, que en la Sentencia ya citada de la Cámara Nacional Administrativo de Federal Apelaciones del Perú, situación económica posee tributos, sino aquellas sólo en señalaba aptitud que lo para ponen Contencioso que ser de “no toda gravada con manifiesto la existencia de recursos útiles y escasos que están disponibles a título definitivo.”88 Es por esto que lo que se debe buscar es que aquellos que son o serán sujetos pasivos de determinado tributo, revelen una manifestación de riqueza, concreta, suficiente para que se les pueda considerar como tales. 88 Véase supra nota. 225 y presente Adicionalmente, se ha visto que tanto la doctrina como la jurisprudencia reconocen que un índice de capacidad económica es el patrimonio que un administrado posea. Pero además, se vio que el patrimonio debe estar ligado a determinada persona, a un sujeto concreto, específico, determinado, de ahí que los impuestos a este indicador de capacidad económica deben contemplar esa “subjetividad” del patrimonio, pues este no existe por sí mismo y para sí mismo, sino que responde a una individualidad. Es así como, cuando el legislador se propone gravar el patrimonio, ya sea en forma total o en forma parcial, debe estarse a las condiciones o circunstancias personales de quiénes serán sus contribuyentes. Se reafirma la tesis de que es a través del mismo principio o gracias a él, que la norma debe contemplar las condiciones personales de los sujetos pasivos, ya que de lo contrario se estaría violentando dicho principio. 226 Considerando necesaria esa “personalización” que debe hacerse en los impuestos al patrimonio, no parece viable gravar solo una parte individualizada del patrimonio, un activo. Se falla al seleccionar una parte individualizada del patrimonio, en lugar de tomar como referencia para ello el patrimonio neto del contribuyente y no solo una parte de él. Es claro que, como se ha establecido aquí, un patrimonio neto, al igual que se practica en los impuestos sobre la renta, debe contemplar la deducción de aquellos gastos pasivos que disminuyan el valor del patrimonio. Pero además, el impuesto debe además contemplar aspectos subjetivos del contribuyente. Es por ello que si se establece un tributo que se tase o patrimonio pasivos, calcule neto puede sobre (el la base de solo activo) sin que se existir una violación y una parte del contemplen los al principio de capacidad contributiva. En el caso particular del Impuesto Solidario, creado mediante la Ley de la República No.8683, su objeto es gravar los 227 inmuebles de determinado valor económico con la finalidad de dotar al Estado de recursos para erradicar tugurios. Ahora bien, la gravámenes ley que no contempla pesen sobre la el deducción inmueble de que pasivos se o pretende gravar, sino que por el contrario, si existe este tipo de cargas sirven de base para actualizar el valor del bien y revalorizarlo, de esta forma incrementando el monto a pagar por el tributo. En este impuesto, el legislador ha decidido obviar la posibilidad de que los titulares de estos bienes, puedan demostrar, suficiente y su verdadera presente, y no capacidad una económica, capacidad real, ficticia o inexistente que se obtiene de calcular o cobrar un impuesto directa y exclusivamente sobre el valor de un activo en lugar de hacerlo sobre el monto de un patrimonio neto. De lo anterior se desprende que el legislador se equivoca al aprobar un impuesto el cual, además de ser muy similar al impuesto de bienes inmuebles, generaliza la posesión de un bien inmueble con determinadas características como señal de una capacidad económica adicional, sin que ello lo determine en todos los casos. 228 Si bien la tarifa establecida no resulta confiscatoria, no se deriva indudablemente una capacidad de pago adicional de un sujeto pasivo, por la simple posesión de un bien inmueble. La capacidad económica del sujeto que debe pagar el impuesto, puede ser menor, incluso que la de aquel contribuyente con mayor renta, que no ha capitalizado sus inversiones en un bien inmueble y, por ello, se vería exento de impuestos que gravan fracciones del patrimonio. No obstante lo anterior, después de realizar un análisis de la jurisprudencia constitucional y la doctrina, no resulta sencillo declarar la inconstitucionalidad de dicho tributo a la luz de los fallos de nuestra Sala Constitucional. Puede admitirse, en este punto, que la jurisprudencia de la Sala Constitucional es un tanto permisiva en este sentido. 229 CONCLUSIONES Después de toda una seria y detallada investigación es así como se llega al final del presente trabajo para situarse en los puntos que permiten obtener las presentes conclusiones. Ha quedado claro fortalecimiento construido que el los programas de sobre la base impuesto de un de solidario para vivienda concepto ha de el sido capacidad contributiva que no es compartido por esta autoría. El análisis creación de de capacidad esta contributiva ley, está utilizado basado para meramente la en consideraciones sociales, y hace una errónea valoración el legislador al suponer una capacidad de pago mayor por la posesión de un bien inmueble de determinadas características. Es evidente que el objetivo principal de este impuesto es la redistribución de la riqueza y, los fines de naturaleza política, social y económica que predominan en este país, 230 permiten fácilmente al legislador establecer un impuesto de esta categoría evitando un roce constitucional. La propiedad de un inmueble de determinado valor económico es un indicio de capacidad económica, lo cual puede ser una herramienta para la Administración Tributaria de forma tal que ésta pueda gravar al contribuyente conforme su verdadera capacidad para contribuir, pero el sólo hecho de esa propiedad o titularidad de derecho de uso o usufructo no puede ser un fundamento para declarar la existencia indubitable de capacidad contributiva adicional a aquellos que no hayan invertido sus rentas en un inmueble de estas características. El legislador debe contemplar otros elementos de esa situación jurídica de los administrados, ya que puede existir la posibilidad de que un contribuyente no tenga la liquidez suficiente real y efectiva para pagar el tributo, y el pago anual representa un sacrificio mayor, contributiva que este impuesto le asigna. 231 de la capacidad El impuesto solidario no contempla ninguna clase de deducciones que permitan al contribuyente determinar el valor real de su patrimonio, es decir, el impuesto grava el valor total del inmueble (activo) del contribuyente sin contemplar la situación asume particular simplemente que si del sujeto es titular pasivo. o El legislador propietario de un inmueble de determinado valor, debe ser gravado de manera más fuerte que otros contribuyentes que no han invertido de tal forma sus rentas. Por otra parte, este impuesto grava los bienes inmuebles de uso habitacional de cierto valor, que ya están gravados por el conocido impuesto a los bienes inmuebles, situación que puede considerarse como una doble imposición ya que un mismo bien está siendo gravado bajo supuestos muy similares, tanto en elementos fundamentales de los impuestos como la base imponible y sujeto pasivo. Inicialmente se observa cómo este impuesto estaba diseñado con un fin específico cual es fortalecer los programas de 232 vivienda que impulsa el Gobierno a través del BANHVI para la erradicación de tugurios, y de esta forma se establecía tanto en la exposición de motivos como en el proyecto de ley un plazo de vigencia del impuesto de 10 años. Posteriormente, al cabo de más de un año de vigencia el legislador decidió derogar ese numeral. Desde entonces el impuesto tiene carácter permanente, causando así que su finalidad específica de acabar con los tugurios en una determinada cantidad de tiempo se vea cuestionada, siendo que fue creado inicialmente para financiar esos programas, aduciendo un déficit fiscal y un desorden de las finanzas, que debía ser corregido. No obstante, terminó por implementarse como una solución permanente al mal manejo de los recursos estatales, como se conoce en la jerga un impuesto “parche” para solventar un poco la crisis fiscal del Estado. Este impuesto se ha convertido entonces en una carga permanente más para los contribuyentes descritos como sujetos pasivos, al originalmente, no lo estar cual sujeto vacía gran al plazo parte de establecido contenido exposición de motivos que dio nacimiento a esta ley. 233 la Por ello, el impuesto en estudio establece una carga tributaria mayor sobre sujetos que no necesariamente cuentan con una capacidad contributiva mayor, toda vez que el bien gravado no genera beneficios adicionales que incrementen la solvencia del contribuyente. No se pretende con esto negar que la posesión de un bien inmueble constituya un indicador de riqueza y que, su propiedad o posesión, genere beneficios a quien la disfruta. Del mismo modo, se admite que cada titular de un derecho de propiedad sobre un bien inmueble disfruta en su proporción de beneficios y servicios del Estado, que implican un costo para la Administración. Sin embargo, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles cumple la tarea de recaudar las obligaciones derivadas de este derecho y, más allá de lo debido por este concepto, la tenencia de los inmuebles no se traduce sin distinción en una capacidad de pago superior. Por lo demás, la propiedad del bien inmueble es el resultado de la inversión de rentas que ya fueron gravadas. En el buen funcionamiento del sistema tributario, la riqueza debió ser gravada en el momento que se obtuvo la renta que, al no 234 gastarse sino invertirse, pasó a convertirse en un activo del patrimonio. El impuesto que grave la mera propiedad de este capital, eleva aún más la carga fiscal soportada por el mismo contribuyente. No obstante, constitucional encuentra esta premisa costarricense, tutela especial está ausente y inversión la que pudiera en el como dar texto tal no base a discriminación cualitativa favorable. Por lo tanto, constitucional, aun no cuando es a la posible luz de considerar la jurisprudencia que el impuesto violenta el principio de capacidad contributiva, la manera de respetar dicho principio reside en una correcta aplicación y recaudación del impuesto sobre la renta, que permite una mayor subjetivización de los impuestos, a diferencia de impuestos configurados como el que se ha venido estudiando, que contempla un bien del patrimonio en absoluto desapego a la capacidad contributiva real pagarlo. 235 del sujeto destinado a BIBLIOGRAFÍA Libros Arias Sosa, Luis Albán. (1999). Breves apuntes en materia de principios constitucionales tributarios. San Pedro, Montes de Oca. Fajardo Salas, Gonzalo. (2005).Principios Constitucionales de la Tributación. San José, Costa Rica. Editorial Juricentro. García Vizcaíno, Catalina. (1996). Derecho Tributario, Tomo I, Parte General. Buenos Aires, Argentina. Editorial Depalma. Lozano Irueste, Jose María. (1968). 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