Zeferino González Historia de la Filosofía (2ª ed.) Madrid 1886, tomo

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Zeferino González
Historia de la Filosofía (2ª ed.)
Madrid 1886, tomo 1, páginas 268-271
§ 71
Aristóteles
Corría el año 384 antes de la era cristiana, cuando en una colonia griega
de Tracia vio la luz uno de los genios más poderosos que han aparecido sobre
la tierra, y cuyo nombre brilló y brillará siempre en la historia de la Filosofía.
Apenas es posible hablar de Filosofía y de ciencias sin que acuda a la mente y
a los labios el nombre de Aristóteles, natural de Estagira, colonia de origen
griego. Fue hijo de Nicomaco, médico y amigo de Amyntas II de Macedonia, y
perteneciente a la familia ilustre de los Asclepiades, familia que hacía
remontar su origen hasta Esculapio, y en la que parecía hereditaria y como
vinculada la profesión de la medicina. Muerto su padre, que le había inspirado
la afición a las ciencias naturales, Aristóteles pasó [269] a Atenas {89}, entró
en la Academia y se afilió entre los discípulos de Platón, cuya enseñanza y
lecciones escuchó por espacio de veinte años. Su maestro, que descubrió
pronto el genio superior y el valor extraordinario del nuevo discípulo, solía
apellidarle el pensamiento y el alma de su escuela, sin que esto impidiera a
Aristóteles adoptar tendencias y direcciones doctrinales diferentes de las de
su maestro, meditando y preparando ya desde entonces sus grandes trabajos
filosóficos y científicos. Fundándose acaso en la oposición de doctrinas más
bien que en documentos históricos, hase dicho que ya en la misma Academia
estalló cierta rivalidad entre el maestro y el discípulo. Según tradición, pero
tradición no muy autorizada, dícese que Aristóteles ponía en aprieto a su
maestro por medio de cuestiones capciosas y sutiles, y que a su vez Platón
solía comparar a su discípulo con los pollos, que pelean contra su madre
cuando se sienten ya con fuerza.
Muerto Platón, Aristóteles permaneció tres años al lado de Hermias,
tirano o rey de Atarne en la Misia, con el cual tuvo estrechísima amistad,
tomando por esposa a su hermana Pytias, de la cual tuvo una hija del mismo
nombre. A la muerte de Hermias se retiró a Mitilene, en donde al poco tiempo
recibió la invitación de Filipo de Macedonia para que se hiciera cargo de la
educación de su hijo Alejandro, invitación que [270] no honra menos al rey de
Macedonia que al filósofo de Estagira, y que demuestra a la vez la justa
celebridad que el último gozaba ya por entonces en toda la Grecia y países
adyacentes. Las grandes empresas militares, políticas y científicas llevadas a
cabo o favorecidas por su discípulo, demuestran bastantemente que
Aristóteles supo responder a la confianza de Filipo en la educación y
preparación del que a la vuelta de pocos años debía apellidarse Alejandro
Magno, y formar época en los anales de la historia. Sabido es que el gran
conquistador puso especial cuidado en adquirir, coleccionar y remitir a su
antiguo maestro toda clase de documentos, noticias, libros y objetos capaces
de contribuir al progreso de las ciencias, las cuales debieron mucho, sin duda,
al amor que Aristóteles supo inspirar a su real discípulo.
No le debió menos Estagira, su patria, que había sido destruida y asolada
en las guerras de Filipo; pues consiguió de éste su reedificación, privilegios y
distinciones, entre las cuales sobresale la fundación o establecimiento de un
gimnasio filosófico, apellidado Nymphaeum, donde el futuro conquistado de la
Persia y de la India oyó las lecciones de Aristóteles, en compañía de
Calistenes, Teofrasto y algunos otros, hasta que pasó a vivir en los
campamentos para completar su educación militar {90}.
Mientras que Alejandro llevaba a cabo sus grandes [271] conquistas
asiáticas, Aristóteles volvió a fijarse en Atenas, y el Liceo vio reunirse en
torno del gran filósofo multitud de discípulos y oyentes de todo género.
Dícese que su escuela recibió la denominación de peripatética, a causa de la
costumbre de Aristóteles de enseñar paseándose por las calles de árboles del
Liceo. No hay para qué añadir que el brillo y el nombre del Liceo
obscurecieron bien pronto el brillo y el nombre de la Academia platónica y de
las demás escuelas filosóficas contemporáneas.
A la muerte del vencedor de Darío, el partido macedónico fue objeto de
la persecución y venganza del partido contrario en toda la Grecia, y
especialmente en Atenas. Aristóteles no pudo librarse de esta persecución.
Habiendo sido acusado de ateísmo por Curymedon y Demófilo, se retiró a
Calcis en la isla de Eubea, para evitar a los atenienses un segundo crimen y la
repetición de la tragedia socrática. Al poco tiempo, y en este lugar de
voluntario destierro, falleció a la edad desesenta y dos años, de muerte
natural, por más que algunos autores suponen que murió envenenado {91}.
Según la tradición, Aristóteles tenía voz escasa, ojos pequeños, piernas
delgadas, llevaba anillo y usaba cierta elegancia en el porte de su persona.
Dícese que su amor al estudio le sugirió la idea de dormir con una bola de
cobre en la mano, que le sirviera de despertador al caer en un vaso de metal.
{89} Suponen algunos autores que después de la muerte de su padre,
Aristóteles se entregó en su juventud a una vida de desórdenes, y que,
habiendo disipado su fortuna en éstos, se vio precisado a establecer en Atenas
un comercio de droguería. Pero no existe testimonio alguno auténtico que
confirme esta noticia, la cual, por otra parte, no se halla en armonía con lo
que sabemos de su vida y costumbres.
{90} Dícese que los estagiritas, agradecidos a los muchos beneficios y favores
que recibieron de su compatriota, instituyeron en su honor fiestas y juegos
bajo el nombre de Aristotélica, que se celebraban anualmente.
{91} No merece discutirse, ni apenas mencionarse, la tradición, o, mejor
dicho, la fábula, según la cual Aristótels se precipitó en el fondo del Euripo,
despechado por no poder comprender y darse razón de su flujo y reflujo.
Actividades.
1. Investiga sobre el Fray Ceferino y su importancia en la filosofía
española.
2. Realiza un power point sobre la importancia del aristotelismo en
nuestro país.
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