Con palicos, cañicas y… mucha cabeza

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Domingo 27.05.12
LA VERDAD
R REGIÓN
GENERACIÓN XXI: PABLO CONESA ZAMORA
GINÉS CONESA
Farmacéutico
Con palicos, cañicas
y… mucha cabeza
S
u investigación molecular, que demuestra
que el carcinoma serrado tiene peor pronóstico que el cáncer de colon convencional, ha merecido que el
cartagenero Hospital de Santa
Lucía sea referente internacional en la caracterización de ese
tipo de tumor y haya obtenido
la acreditación de calidad en patología molecular. También fue
pionero en la determinación del
virus del papiloma que provoca
el cáncer de útero en la mujer. Y
eso que empezaron de cero –«un
flexo y un ordenador»– recuerda Pablo Conesa quien, junto a
un técnico, es el único investigador a tiempo total que tiene
contratado la Consejería de Sanidad para el Área de Salud de
Cartagena. Los proyectos de investigación que dirige también
han permitido descubrir mutaciones en determinados oncogenes, un proceso que ya se realiza rutinarianmente para que
los oncólogos sepan qué tratamiento podrá beneficiar más a
los pacientes con cáncer. «De hecho nuestro hospital tiene la
acreditación de calidad correspondiente al módulo de patología molecular», señala el doctor
Conesa Zamora.
–Es para sentirse satisfecho. ¿Y
qué le impulsó a dedicarse a la
investigación?
–A mí siempre me ha gustado la
historia, el arte y el proceso creativo en general. La investigación
te permite descubrir cosas que
nadie conoce hasta el momento
y que, además, pueden revertir
en un bien a la sociedad. El hacer conjeturas, hipótesis y ver
cómo puedes abordarlas es algo
tremendamente creativo.
–Creativo y que precisa constancia ¿A qué renuncia por la
investigación?
–A la tranquilidad mental. Un
investigador está 23 horas al día
trabajando, dándole vueltas a la
cabeza.
–¿Y qué hace en la hora 24?
–En la hora restante, yoga….
[Sonríe] Bueno lo de las 23 horas es una forma de decir que hay
que hacer algo que te permita
desconectar. Yo vengo muy contento a trabajar y a la vista de los
resultados estamos muy contentos, la verdad, y tenemos un grupo estupendo en Patología [cita
con frecuencia a Pérez Guillermo y a García Solano] pero la investigación te engancha para lo
bueno y para lo malo. Es importante que el investigador sepa
controlarse porque cuando ha-
::
ces una cosa que te engancha
muchísimo, al final es como una
adicción: esa cosa te está controlando a ti. Así que es muy importante saber desconectar, tener
aficiones.
[Con esta reflexión, Pablo Conesa parece haber sabido encarrilar su vida de forma tal que
concilia trabajo, familia y aficiones. Afortunadamente para él,
tiene muchas. De amplia frente y sonrisa pronta, pareciera que
el secreto de Pablo para armonizar obligaciones y hobbies se
concreta en haber encontrado
respuesta a una pregunta bien
planteada: sabe lo que es, investigador, y sabe lo que quiere: ser
persona integral. Así que cuando se le cruzan los caminos de la
investigación y de la vida personal, echa mano de su brújula interior y se orienta: no pone todos los huevos de su tiempo en
el único cesto de la investiga-
JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ / AGM
«Al final, toda conducta
responde a una reflexión
interior. La sociedad se
ha acostumbrado a vivir
por encima de sus
posibilidades y a no
exigir suficiente
profesionalidad a sus
políticos»
Pese a la escasez de
medios, el investigador
cartagenero ha
conseguido que el
Hospital de Santa Lucía
sea referente
internacional en la
detección del carcinoma
serrado de colon
QUIÉN ES
ción. Él lo explica así: «Si te vas
a dormir no te lleves lectura del
trabajo, fórmate como individuo, sé un poco humanista, no
se concreta todo en ser especialista en no sé qué tipo de tumor,
hay que saber de más cosas porque, si no, te estás perdiendo
elementos muy importantes,
que yo creo que incluso repercuten positivamente cuando estás investigando».]
–Es obligado preguntar por los
recortes de dinero para investigar.
–La falta de dinero para contratar personal investigador es
nuestra principal dificultad.
Ideas hay muchas y gente formada para llevarlas a cabo, también. Me da mucha lástima la
persona que tiene ilusión por
algo y no puede trabajar. En esta
situación hay muchos investigadores. ¿Los recortes? Pues si
le ha tocado a la Sanidad y a la
Educación, cómo no le iba a tocar a la Investigación en un país
que, en general, ha prestado tan
poco valor al conocimiento. Es
la triste verdad. Mucha gente
todavía no entiende que la investigación repercute en una
mejor asistencia sanitaria y en
el desarrollo de tecnologías, que
son las que marcan la diferencia entre un país con recursos
propios y otro que todo lo importa, que piensa en el mañana,
pero no en el pasado mañana.
–Seguimos en el ‘que inventen
ellos’ que dijo Unamuno….
–Investigar es una tarea tan vocacional y tan sacrificada, que
apena comprobar que su valor
no se reconozca socialmente.
–¿Culpa del sistema?
–Los políticos y las instituciones tienen que dar ejemplo, claro, pero al final toda conducta
responde a una reflexión interior. A la gente le cuesta mucho
buscarse a sí misma. Hay poca
conciencia del gran valor que
tiene el gesto individual, el grano de arena que se suma a otros
granos. Nos gusta ampararnos
en la masa y tendemos a tipificar demasiado a las personas y
a criticar a quienes piensan o actúan de modo diferente.
–Dicho de otra manera: si quieres conocer a los demás (la sociedad) mírate a ti mismo.
–Pienso que la sociedad se ha
acostumbrado a no exigir suficiente profesionalidad a sus políticos y a vivir por encima de
sus posibilidades. Ahora, en
tiempos de crisis, cuesta mucho
más acostumbrarse a las carencias y a dar más por menos. Creo
que es un buen momento para
pensar en las sociedades subdesarrolladas y en si vivíamos de
acuerdo con lo que le aportábamos. Hemos sido los niños mimados y materialistas del mundo y nos hemos creído que la felicidad es un saco con la letra del
dólar.
Nombre. Pablo Conesa Zamora.
Lugar y año de nacimiento.
Cartagena, 1973.
Profesión. Investigador.
Estado civil. Casado. Tres hijos.
Aspiraciones. «Ser útil a la so-
ciedad trabajando en lo que me
gusta porque creo que así lo
haré mejor».
Aficiones. Leer, viajar, practicar
senderismo, bucear, canto lírico
(estudia en el Conservatorio),
música (toca el piano y el bajo
eléctrico) hacer cerámica y pintar.
Le agrada. La gente sencilla y
con entusiasmo que le gusta el
trabajo en equipo, que es capaz
de ilusionarse con una idea y de
ponerlo todo para materializarla.
Le disgusta. La gente que bus-
ca complicidad y disfrutar a costa de criticar a terceros. Los que,
alegremente, no valoran el trabajo de los demás porque ignora
lo que cuesta hacerlo.
Idiomas. Inglés, italiano, francés.
Breve historial. Doctor en Far-
macia con premio extraordinario
por la Universidad Complutense
de Madrid, Pablo Conesa inició su
investigación en la propia Complutense para continuar en la Universidad de Murcia y Hospital Santa María del Rosell. Como becario
‘Erasmus’ estudió biología molecular en la Universidad de Aarhus
(Dinamarca) y completó su formación como residente en rotación externa del CNIO (Centro
Nacional de Investigaciones Oncológicas). El aprendizaje en la
identificación del carcinoma serrado colorrectal ha permitido que
este tipo de tumores se diagnostiquen en el Hospital de Santa Lucía
de manera rutinaria. Los avances
de su investigación cobran mérito
si se considera que cuando hace 4
años empezó a trabajar en el Rosell, en este hospital no había ninguna experiencia previa de investigación. Circunstancias personales le aconsejaron no hacer estancias en centros extranjeros (salvo
los 7 meses de Dinamarca) por lo
que le ha resultado duro hacer una
carrera científica sin prácticamente salir de la Región. Así ha demostrado que viene muy bien salir
fuera, pero no es imprescindible.
Le gratifica trabajar en su tierra
para gente que conoce. Autor de
una veintena de trabajos, publicados en revistas científicas, ha desarrollado 15 proyectos de investigación y, para allegar fondos, ha
creado, junto a los doctores Pérez
Guillermo y García Solano, la Asociación Cartagenera para la Investigación en Cáncer (ACIC).
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