Fallece en La Habana Carlos Manuel de Céspedes (Blog de Verbum) 07, enero Nota de Prensa EDITORIAL VERBUM Lamenta el fallecimiento en La Habana de uno de sus autores más queridos, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal, destacada figura de la Iglesia Católica cubana, quien ha muerto de forma repentina a los 77 años, según informó una fuente del Arzobispado de La Habana. En una nota de la Agencia EFE, se amplía: Céspedes García-Menocal, vicario de la zona oeste de La Habana, falleció este viernes de un tromboembolismo y su velatorio se ha instalado en la parroquia de la barriada habanera de San Agustín, donde ejercía el sacerdocio desde hace varios años, según precisó el portavoz del Arzobispado, Orlando Márquez. El Arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, tenía previsto oficiar este sábado la misa funeral de cuerpo presente en la parroquia, y después Carlos Manuel de Céspedes sería enterrado. Nacido en La Habana el 16 de julio de 1936, De Céspedes era ensayista, escritor y una de las personalidades más influyentes y reconocidas de la Iglesia Católica de la isla. Llevaba con orgullo el nombre de su tatarabuelo, Carlos Manuel de Céspedes, conocido como el «Padre de la Patria» y que marcó el inicio de las guerras de Independencia en Cuba el 10 de octubre de 1868. Su familia por parte materna también tuvo una activa participación en la vida social y política de la isla a lo largo de la historia. Carlos Manuel de Céspedes, doctor en Derecho y Filosofía por la Universidad de La Habana, estudió Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, entre 1959 y 1963. Fue ordenado sacerdote el 23 de diciembre de 1961 en Roma y a su regreso en 1963 ejerció como Prefecto de Disciplina en el seminario El Buen Pastor, donde había estudiado, un puesto en el que permaneció hasta 1966. Desde entonces y hasta 1970 fue rector del seminario San Carlos y San Ambrosio, en el que, además, fue profesor de Sagrada Escritura. Como parte de la jerarquía de la Iglesia católica local ocupó los cargos de vicario general de la diócesis de La Habana y fue, además, secretario de la Conferencia Episcopal y consultor del Secretariado Pontificio para los No Creyentes de Roma. En 2006 fue recibido como miembro de la Academia Cubana de la Lengua, en el que ocupó el sillón de la letra U, y se convirtió en el tercer dignatario católico miembro de esta institución desde su fundación en 1926, después del cardenal Manuel Arteaga y el arzobispo de La Habana Evelio Díaz. El portavoz del Arzobispado recordó, asimismo, que monseñor Céspedes era miembro del Consejo de Redacción de Palabra Nueva, revista de la Archidiócesis de La Habana, para la que escribía artículos. En el número de diciembre de 2013 publicó su conferencia titulada «El prolongado tránsito desde los saberes antiguos hacia la modernidad». Entre sus libros figuran la novela «Érase una vez en La Habana», publicada en España en 1998, el volumen de narraciones breves «Zarpazos a la memoria» (2001) y la biografía de Félix Varela «Pasión por Cuba y por la Iglesia». Sus libros publicados en España por Ed. Verbum: página 1 / 2 ÉRASE UNA VEZ EN LA HABANA Érase una vez en La Habana es el título bajo el que se publica una trilogía cuyos géneros se mueven entre la autobiografía, la memoria y la crónica por una parte, y lo que se ha dado en llamar "novela-testimonio" por otra. La voz coral de personajes dolorosamente reales se entreteje para relatar algunas parcelas de la intrahistoria de las últimas cuatro décadas de la realidad cubana, enriqueciendo el testimonio de anteriores autores que han escrito sobre otros aspectos de la misma. ZARPAZOS A LA MEMORIA Zarpazos a la memoriaes una brillante reflexión sobre la realidad iberoamericana actual, y de la cubana en particular, escrita con dolor y esperanza, sin amargura y sin ánimo polémico. Las cuatro narraciones que componen se sitúan en Cuyabara, una isla caribeña de nombre imaginario, y tratan de exorcizar los demonios del autoritarismo, de las políticas y de sus confidentes, de las emigraciones sin retorno y de la violencia de las armas. El autor se sumerge en las heridas profundas de la memoria y, mediante una escritura fluida, barroca, de gran penetración psicológica, reconstruye hechos y episodios trágicos oídos y vividos por él, para ofrecernos una conmovedora, sorprendente y trágica visión de la condición humana herida por la intolerancia. página 2 / 2 Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)