Cátedra Marta Traba – “Las Conspiraciones del Placer” Reglas de juego I. Sobre la Cátedra “1. Es muy probable, según nuestras observaciones, que muchos de los alrededor de doscientos cincuenta estudiantes de pregrado que asisten a la Cátedra marta Traba se acerquen a ella porque la ven como la única oportunidad que tendrán en sus estudios universitarios de tener contacto con el arte. La reforma Patiño de la universidad Nacional (1965), que llevó a la inauguración de nuevos edificios de residencias, cafeterías, museo de arte, auditorio León de Greiff y una nueva fase en la historia de la sección divulgación cultural (dirigida, precisamente por Marta Traba) expresaba claramente en sus principios la necesidad estructural de la experiencia cultural en la vida académica de los estudiantes. Hoy, no solamente la sección de divulgación cultural no se manifiesta directamente en la vida cotidiana de los estudiantes, sino que las propias manifestaciones culturales (usamos esta expresión en el sentido más inmediato de la comunicación cotidiana, que se refiere esencialmente a las llamadas “obras de arte” en un sentido ampliado: artes, artes aplicadas, comercio del lujo, farándula, etc.), sobre todo las más vinculadas a la academia, son muy de muy difícil acceso, cuando no manifiestamente hoscas a una aceptación fácil por parte del público. “…En esta dirección, se plantean dos necesidades: la de ofrecer a los asistentes a la Cátedra Marta Traba la oportunidad de tener contacto con obras excelentes en diversos campos artísticos: música, plástica, cine, diseños, literatura, escénicas...; es decir, que la cátedra se constituya en una experiencia memorable para los asistentes, que se prolongue más allá de sus límites y les ofrezca caminos de diálogo con las artes en el futuro. Sin embargo, esta oferta debe complementarse con la formación de públicos: el placer no se reduce a la esfera del deleite inmediato y espontáneo, de hecho, ésta es la menos interesante de sus facetas; el placer tiene un rigor: ninguna obra de calidad se entregará o relatará sus secretos sin un esfuerzo consciente y específico de desciframiento.” Los anteriores extractos de la propuesta original de la Cátedra Las conspiraciones del placer nos señalan las direcciones que tomarán la participación y la evaluación de la misma. 1 II. Participación En todo curso adquiere importancia tanto para su adecuado desarrollo como para su evaluación, la participación; en uno numeroso como éste, dicho factor necesariamente se incrementa: los modos como se percibe y se evalúa la participación deben ajustarse a otras condiciones. En primer lugar es fundamental la asistencia: ella no solamente implica la presencia física en el recinto de la clase: se espera que una presencia activa en el sentido de la percepción y escucha crítica. Hemos por eso insistido (y seguiremos haciéndolo) que este curso exige la no utilización de dispositivos electrónicos (celulares, portátiles, tabletas). La participación en cada sesión no es compatible con conexión simultánea a redes sociales, correo electrónico o la realización de tareas diferentes a las de la Cátedra. En segundo lugar, cada sesión tiene su segmento –más o menos largo- de preguntas que permiten un diálogo directo con los expositores; la interacción no se agota en este segmento, sino que preguntas, comentarios o inquietudes pueden ser formulados a través del correo electrónico o de los foros, de los cuales hablaremos un poco más adelante. La naturaleza de las reacciones a los contenidos de la cátedra es variada: algunas intervenciones u obras pueden suscitar sentimientos, ideas, sorpresas, desconciertos, etc. No esperamos que sus intervenciones sean necesariamente elogiosas o que demuestren haber comprendido o sepan explicarlas. Se trata más bien de dialogar con ellas, de poner en juego la intención de dialogar con ellas. Este diálogo contará con mediadores que los acompañarán durante todo el curso. Estos mediadores son estudiantes de los posgrados de la Facultad de Artes, de manera que tienen una formación de base que les permite acompañarlos en su relación con los contenidos del curso. Más allá de eso, cada uno cuenta con una experticia mayor en algún campo (artes plásticas, escénicas o escrituras creativas, por ejemplo), que amplían sus posibilidades de interlocución. La relación con estos mediadores se llevará a cabo esencialmente a través del sistema de aulas virtuales de la universidad. En el momento estamos a la espera de confirmar si a través de la plataforma Blackboard o Moodle; en general, la comunicación tendrá forma de un foro virtual en el que cada estudiante de posgrado tendrá comunicación con un 2 grupo de entre 8 y 10 estudiantes de pregrado. Como se ve, es un grupo suficientemente pequeño como para que la relación sea fructífera. Se espera que ustedes intervengan en estos foros entre el lunes en la noche y el martes a medio día. En principio, mientras se gana dinámica, si no tienen muy claro cómo intervenir la idea es que “señales de vida”, vale decir, confirmar que asistieron a la sesión haciendo un comentario corto, pregunta o aporte a lo dicho. Los administradores de los foros confirmarán la recepción de este mensaje y decidirán si es el momento de hacer una retroalimentación, alguna sugerencia, informar o sugerir respuestas. Podemos asegurar que todas sus intervenciones serán leídas, aunque no sean necesariamente contestadas. Una función de los administradores de los foros es justamente decidir al respecto. Igualmente, los administradores de los foros les transmitirán preguntas del cuestionario que hemos anunciado y que apunta a construir algunas imágenes preliminares de los estudiantes de pregrado de la Universidad desde una perspectiva más pedagógica y orgánica de lo que los indicadores de la universidad permiten ver. La respuesta a estas preguntas hace parte de los criterios de participación. III Evaluación y calificación Es importante distinguir estos dos conceptos, en la medida en que evaluación implica procesos de seguimiento, acompañamiento y caracterización de los procesos pedagógicos y el de calificación –que se subsume en el primero, pero no lo agota- implica un criterio que se expresa con una nota. En cuanto a lo primero, dichos procesos se relacionan con los modos de participación descritos en el numeral II; en cuanto a lo segundo, se harán dos cortes parciales y uno final a lo largo del curso. Oportunamente se avisará si esos cortes tienen exigencias específicas (entrega de un material, por ejemplo); en todo caso, la asistencia y participación tendrán un peso importante. IV Recomendaciones Muchos de los discursos artísticos, académicos y políticos presuponen el silencio y la pasividad del público asistente y, por la misma vía, prefiguran respuestas y reacciones que 3 garantizan que todo siga igual; desde otro lugar, el público que renuncia a la percepción integral y rigurosa (suponiendo que la percepción distraída es suficiente y que se tiene “eficiencia” para atender simultáneamente más de una actividad) cae fácilmente en esas respuestas predeterminadas y pasivas con que los discursos de poder neutralizan la recepción crítica. El sólo hecho de participar en el juego de escuchar, ver, considerar (que simultáneamente es escucharse, verse, considerarse) con la mayor conciencia posible aporta a un esfuerzo colectivo para transformar dinámicas sociales que pueden y deben ser transformadas. Y ello no solamente no obstaculiza la experiencia del placer del arte y del saber, sino –al contrario- tiende a garantizarlo y ampliarlo. 4