LEER + - Asociación de militares españoles AME

VIVIR PARA VER
E
UNA GRAN NACIÓN
spaña es una gran nación,
madre de naciones, patria de
ilustres varones y damas
preclaras, cantera de hidalgos y
unidad de destino en lo universal;
perfecto, eso y mucho más entra en
la definición de nuestra tierra,
pero… a pesar de tan lindas prendas
y de lo buenos y benéficos que
somos los españoles, los que nos
gobiernan y los que nos vienen
gobernando desde hace casi medio
siglo, han sido en su mayoría unos
malísimos gestores, cuyos efectos
se traducen en un país arruinado,
una sociedad desorientada y un
ambiente envilecido. ¿Que por qué
comienzo el cuadro con pinceladas
tan lúgubres? por dos razones, por la
tristeza que me presta la experiencia
y por la charla que acabo de
mantener con un viejo colega.
Entrada al local de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios
- ¿Qué te pasa, Luis? Pareces un
alma en pena- Luis fue compañero
de curso allá por el año de
Maricastaña en Alcantarilla.
la Hermandad de Antiguos
Caballeros Legionarios, el conocido
como Casinillo de la Legión,
situado en el centro de Madrid.
-Pasarme, lo que se dice
pasarme, no me pasa nada porque lo
que hubo de pasar ya pasó.
-¿Te pongo, como siempre, el
café bautizado por el padre
Domeq?- Félix, el veterano
camarero, antiguo paraca como Luis
y yo, me saludaba, como en otras
ocasiones, con la tentadora oferta
bebetoria.
-Buena conjugación del verbo
“pasar”.
-Esa impresión que has
apreciado en mí, es exacta, me
encuentro en un mal momento y no
sé qué hacer, si aguantarme, agredir
a alguien o pegarme un tiro; así de
fácil, amigo Piko.
-Adelante con el bálsamo; pero
eso sí, que esté bien cargado de
ambos ingredientes; presiento que
los dos me van a hacer falta esta
mañana.
Este extraño intercambio de
palabras se producía en un ámbito
casi sagrado para un militar, allí
héroes de leyenda nos estaban
mirando desde viejas fotografías, y
por fondo musical se extendían los
sones marciales del Novio de la
muerte. Nos hallábamos en el bar de
Luis se hallaba acodado en un
extremo de la barra, estaba solo
frente a una copa de vino, aunque a
su lado varios parroquianos
charlaban alegremente; era la
estampa pura de la soledad
ignorada, la imagen del hombre
perdido entre los hombres.
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-Bueno Luisito, ya me contarásremovía yo con devota delectación
el azucarillo en la taza que acababa
de ponerme Félix- ¿Se puede saber
cuál es la causa de este careto que te
has agenciado esta mañana?
-Es largo de contar, pero en dos
palabras te resumo mi situación: me
han pillado con las “preferentes” y
estoy en la ruina ¿Te parece
suficiente causa para mantenerme
alegre?
No supe qué decir. Me consta,
como a todos los españoles
medianamente informados, que ese
caso se recordará como el robo
“políticamente correcto” y que está
causando estragos en quienes lo
sufren; pero no había tenido ocasión
de hablar con ninguno de los
afectados. Ahora me encontraba
nada menos que con el más animoso
de los colegas, el siempre optimista
Luisito Gómez, y lo encontraba
VIVIR PARA VER
-Mal asunto, amigo Luis; malo.
Pero tengo entendido que os halláis
ahora en proceso de recurso para
que os devuelvan el dinero. No todo
está perdido.
Distintivo Legionario
hundido, contemplando tal vez sus
propios pensamientos en la
superficie oblonga de la copa de
cristal.
-Anda, coge la taza y vamos a
sentarnos en una mesa, al menos me
desahogaré contigo; si no te
importa-Luis dejó el taburete y se
dirigió al centro del salón con la
copa y el platillo en las manos.
-Cuenta lo que quieras que las
penas compartidas dicen que se
convierten en sólo disgustos.
-Lo dudo, pero ahí va mi historia:
Como sabrás, cuando me pasé a la
Transitoria monté un pequeño taller
de reparación de electrodomésticos.
No me iba mal, sacaba más o menos
lo que perdimos en el sueldo con la
nueva situación. Un día, el director
de la caja donde yo tenía mis cuentas
me ofreció las “preferentes”.
Éramos amigos, al menos así lo
creía yo. Me aseguró que podría
retirar el depósito en cuanto
quisiera, con una mínima
penalización. Firmé el montón de
hojas que me puso delante, fiado en
esa amistad que suponía tener con
él. Al poco tiempo pasó lo que pasó
y perdí los 150.000 euros que había
invertido, todo mi capital. Cuando
alarmado y sin querer creerme lo
que ya era una evidencia, fui a
hablar con Enrique, que así se
llamaba el director, ya lo habían
relevado y en su puesto se hallaba
una joven que decía no saber nada
de nada ni de nadie. La entidad
amparó al golfo que me engañó y
sigue guardando silencio sobre el
robo.
El fundador del Tercio nos
miraba con su único ojo como podía
mirar el padre a un hijo desvalido.
En la cartulina de colores sepia se
apreciaban otras figuras uniformadas con el espartano atuendo de los
primeros legionarios. Estábamos
debajo de una foto histórica y
nuestra imagen de viejos soldados
sin gloria ni uniforme expresaba el
reverso de la cartulina.
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-Todo está perdido por mi parteLuis se echó un sorbo de la copa y
tomó una de las aceitunas que Félix
le había puesto como tapa- Las
desgracias nunca vienen solas y a
esta han seguido otras. Como
consecuencia de haber perdido todo
mi dinero no he podido pagar a
Hacienda los impuestos derivados
de mi taller. He pedido demora, pero
nones. Ayer recibí una notificación
del juzgado informándome del
inminente embargo de local; pero
eso sí, el año anterior, esa misma
Hacienda si me retuvo el porcentaje
de los intereses generados por los
meses que funcionaron las
“preferentes”.
Poco podía hacer yo por aliviar
la angustia de mi amigo y
compañero. La nueva patria que
representa el Poder de nuestro
tiempo estaba cometiendo una de las
mayores injusticias de la Historia al
dejar desamparados a tantos buenos
españoles frente a la moderna
Inquisición monetaria. Me mojé los
labios con el café a modo de
antídoto de la ira.
-¿Y no tienes posibilidad de
recurrir el embargo a tenor de la
situación creada por una entidad
bancaria estatal, como es una caja de
ahorros?
-Es posible, pero para eso
necesito dinero. Debería pagar
abogados, tal vez procuradores, las
nuevas tasas judiciales impuestas
por el Sr Gallardón... Y mientras
tanto llegarán los agentes judiciales,
precintarán el local como si allí se
hubiese perpetrado un crimen, mi
nombre aparecerá en la lista oficial
OPINIÓN
Yo conozco un ágora didáctica
de morosos y además de arruinado
quedaré deshonrado; esta es nuestra
querida España, a la que juramos
“servir hasta morir”.
En ese momento la música de
ambiente amenizaba el local con las
notas patrióticas de la
famosa“Banderita”. Los recuerdos
se me agolpaban sin saber por qué,
un extraño caleidoscopio de
imágenes confusas amenazaba con
aturdirme, la impotencia que
produce la debilidad consciente
apuntaba a la lágrima. Luis se
encontraba mal, muy mal, y yo nada
podía hacer por ayudarle. Se me
ocurrió combatir el mal con otro mal
a modo de vacuna.
-Si te sirve de consuelo te puedo
decir que a mí, hace 48 horas, una
caja de ahorros diferente a la tuya
me ha ofrecido también
“preferentes” pero con otro nombre
“un producto de buena rentabilidad
mensual previo ingreso de 100.000
euros por tiempo indefinido”. Sigo:
un hijo mío ha solicitado una
hipoteca, en banco privado, y al
manifestar su sorpresa ante la
imposición de la “cláusula suelo”
cuya supresión el Gobierno viene
aireando como gran logro social, la
respuesta ha sido “o lo tomas o lo
dejas” Ese mismo hijo, estudiante
brillantísimo, solicitó en su día una
beca (con expediente sobresaliente)
y le fue denegada porque su padre
cobraba 1.600 euros al mes.¿ Sigo?
-No te esfuerces Piko, lo mío
sólo se resolverá cuando me muera.
Lo que siento es la situación de mi
familia, ya sabes mi mujer en casa y
dos hijos, de ellos uno “de
vacaciones” como tantos.
Félix se acercó a la mesa, su
figura ascética de perfiles angulosos
y tez cetrina recordaba a aquellos
viejos legionarios que podíamos
Situada en el Madrid del casticismo
Donde se imparten clases de heroísmo
Con fondo de música nostálgica
Donde además de realizar la práctica
Con leche de pantera y etilismos
De grato efecto para el optimismo
Se puede terminar doctor en táctica
Y si aprovechas bien el calendario,
Te impondrán un chapiri de amistad
Como bonete de universitario
contemplar en las fotos que decoran
las paredes del local. Traía una
nueva consumición que nadie había
pedido.
¿Qué cual es ese centro extraordinario?
La sede donde mora la Hermandad
De Antiguos Caballeros Legionarios.
-Toma, mi sargento- siempre me
llama por el empleo que yo tenía
cuando ambos vestíamos el
uniforme de la boina negra- Estáis
invitados por el coronel…. Y
depositó sobre la mesa un nuevo
carajillo y una copa de Rioja, ahora
con boquerones en vinagre en lugar
de aceitunas.- Que aproveche, y
alegrar esas caras, que parecéis
enterradores, ¡coño!
Por primera vez en la mañana
Luis sonrió de buena gana, y una
lágrima se le escapó mejilla abajo.
-Por esto vengo aquí de vez en
cuando. Si en algún sitio hay que
buscar gente honrada, es en esta
casa- miró al cuadro que teníamos
enfrente, una tabla ovalada con los
retratos de los caballeros laureaos de
la Legión- ¡Qué diferencia ,señor.
Que diferencia! Y apuró de un trago
el contenido de la nueva copa.
-Visto el cambio de humor y de
semblante del bueno de Luisito me
permití recitarle un soneto que
alguien compuso en el mismo local
donde nos encontrábamos.
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-Eres la leche, Piko, ahora me
vas a resultar poeta
-¿Yo?
-Pues ahora voy a poner la
guinda a tu soneto.
Puedo añadir a modo de estrambote
Que esta casa es una escuela de
quijotes.
-Y ahora vamos a tomar otro
morapio, que paga aquí el
desesperado. Aún me queda para
alegrar el alma en compañía de un
amigo ¿De acuerdo, Piko?
-De acuerdo, y permíteme
exclamar así, entre tú y yo:
Vivir para ver.
Sargento Piko