a) Si el error no fuera posible, el motivo esencial del recurso formulado por el interno sería directamente rechazable. Pero cabe que se confundan las muestras destinadas a analizar si ha existido consumo de drogas. Es difícil la confusión, porque el Centro Penitenciario adopta sin duda ninguna las medidas oportunas. Pero no cabe descartarla en todo caso, como si fuera imposible. b) A partir de ello, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria no debió desconocer la petición del interno: para probar que no había consumido heroína durante el permiso anterior, solicitó la práctica de cualquier prueba destinada a comprobar que la muestra que dio positivo era la suya (nada cabe objetar a la no práctica de otro análisis, también solicitado por el interno, pues no habría sido significativo a causa del tiempo transcurrido). c) La indefensión se ha producido. Al no resolverse siquiera sobre la petición, el interno queda privado de defenderse frente al motivo determinante de la denegación del permiso posterior: el consumo de heroína durante el permiso anterior. d) Según el expediente, se mantienen los datos que motivaron la concesión de ese permiso: las tres cuartas partes de la pena se cumplirán el año próximo y el interno tiene buena conducta penitenciaria, destacándose que ha obtenido múltiples notas meritorias y le han sido aprobados 798 días de redención extraordinaria. e) Si el único motivo de la denegación es el consumo de heroína durante el permiso anterior y si el interno no ha podido defenderse, sólo cabe estimar el recurso y revocar la denegación impugnada. Ahora bien, como no cabe afirmar que el Centro sufriera ningún error, el disfrute del permiso queda condicionado al resultado de un análisis previo, de forma que quedará anulado si es positivo. Y también se impone la práctica de un análisis al regreso, de suerte que un hipotético resultado positivo inequívoco motivará la denegación de otros permisos. AUTO 1142/99 1.10.99 JVP Nº2 EXP 795/95