ESTUDIO DE CASO Acelerar la empacadora Todo yace en la empacadora Los ingenieros de una de las compañías de fabricación de productos empacados mejor conocidas en el mundo recibieron una orden: incrementar la capacidad entre un 20 y un 25%. “Las oficinas corporativas” quieren que se envíe más de su producto de alta demanda. Los ingenieros de la planta sospechaban que al mover la limitante del equipo corriente arriba, podrían llegar a la solución perfecta. Estaban convencidos que podrían acelerar la línea con modificaciones a la empacadora. El problema es que su máquina tenía diferentes subsistemas y existen múltiples opciones que se pueden intentar. El equipo estaba dedicado a determinar cómo eliminar la limitante en la línea. Los ingenieros de la planta creían que tendrían capacidad en el sistema para incrementar el rendimiento. ¿Podrían hacerlo? Introducción Una solicitud directa: incrementar el rendimiento de la línea 20 – 25%. Los departamentos de comercialización y ventas en una compañía grande de productos de consumo tenían un éxito promocional en las manos y habían incrementado la demanda de su producto. Durante mucho tiempo se había sospechado que la razón del bajo rendimiento de la línea era la empacadora. Si los ingenieros pudieran forzarla para producir con mayor velocidad, la compañía puede incrementar las ventas y por lo tanto, las ganancias. Además de que la misma solución podría desplegarse en muchas otras líneas en su organización. Se llevó a cabo una sesión de lluvia de ideas en la cual los ingenieros identificaron muchas causas potenciales del bajo desempeño de la empacadora. Desarrollan opciones para tratar estas razones. Encuentran algunas: Pre-apilar las cajas – Cargar menos la empacadora pre-apilando el producto Dos alimentaciones – Crear una segunda alimentación Alargar la alimentación actual – Una carrera más larga Reconfigurar la apiladora Reemplazar la empacadora Ninguna de las anteriores Antes de invertir el dinero en cualquiera de las soluciones, necesitaban verificar que fuera viable. Un método que podrían realizar es llevar a cabo una ejecución piloto de la “mejor” solución en una máquina. Esto requeriría capital para ingeniería y modificaciones a la máquina. Además de considerar el tiempo de paro en la máquina a causa de los cambios, así como la producción potencial perdida si la solución no funcionaba de la manera que se esperaba. Fue así que pidieron a un equipo de Haskell que simulara los cambios de prueba y la máquina para ver si funcionan. ¿Es válido? ¿Cómo saber que el modelo de una máquina la representa lo suficientemente bien para predecir de forma precisa el resultado de los cambios? En este caso, la empacadora tenía múltiples subsistemas. Cada uno de estos subsistemas tenía un tiempo de ciclo y espera para cada acción: insertar y extraer un cilindro, por ejemplo. No solo se tuvo que simular cada una de estas acciones, sino que los tiempos de las mismas tenían que ser precisos. El equipo de Haskell recopiló datos de la máquina para cada uno de los subsistemas. Se agregaron códigos para que el tiempo de cada acción de la máquina pudiera ser medido en un periodo de múltiples turnos. Se procesó estadísticamente esta información y se utilizó el resultado para desarrollar el modelo. El equipo conectó entonces el modelo al programa PLC que estaba operando la máquina. La forma más precisa de simular la lógica de cualquier sistema es utilizar el código real. Esto se llama Simulación – el PLC “lee” la entrada del modelo y dirige las salidas para producir acciones en el modelo según la lógica. Los ingenieros y profesionales de operaciones estuvieron de acuerdo en que se había encontrado el modelo. Todos podían avanzar con la confianza que los cambios en el modelo reflejarían el cambio de manera precisa en el sistema verdadero. Seleccionaron la cuarta, reconfigurar la apiladora. Esta opción tendría el costo más bajo y su implementación representaría el menor riesgo. En la simulación, cada uno de los tiempos de ciclo y espera fueron variables para todas las acciones de la máquina. Los ingenieros podían cambiar cualquiera de los tiempos para determinar el impacto que tendría en su operación. Empujar una fila de cajas podría pasar más rápido; el empujador que movía la pila en la máquina podía entrar y salir más rápido y se podría incrementar la velocidad de la transportadora para alimentar las cajas. Con estos cambios completos, se presionó el botón de inicio. El equipo reconoció el éxito instantáneamente. La velocidad con la que las cajas estaban entrando a la máquina se incrementó casi 30%, pero entonces las cosas empezaron a ir más lento. Un subsistema en la máquina se convirtió en una limitante interna y la máquina se desaceleró a su velocidad de diseño original. El equipo ajustó el subsistema y otro se convirtió en la limitante. Esto continuó hasta que el equipo resolvió que era necesaria una reconstrucción completa de la máquina para mantener el incremento de rendimiento del 25 – 30%. Necesidad de velocidad Los ingenieros de la planta y el equipo de Haskell crearon cuatro opciones para una alimentación más rápida: pre-apilar cajas; crear una segunda alimentación; alargar la alimentación actual y reconfigurar la apiladora. Una quinta opción era revisar el caso de negocio para reemplazar la máquina. La sexta opción era no hacer nada. El equipo decidió tomar el método más fácil para simular una alimentación más rápida. Esto ayudaría a determinar si era ése el camino correcto. De ser así, entonces investigarían cada una de las opciones sobre cómo acelerarla. No tiene caso continuar A pesar de la decepción de que sus mejores esfuerzos por incrementar la velocidad de la línea resultaran infructuosos, el equipo estaba convencido de la veracidad de los datos y ahora sabían con certeza que se tendría que reemplazar la empacadora para lograr los resultados solicitados. Entregaron esa opción un poco más adelante mientras se realizaba un presupuesto para modernizar de la línea. Conclusión Algunas veces las mejores decisiones comerciales son las que nunca se toman. Aunque la conclusión de no hacer nada no fue totalmente satisfactoria, el equipo evitó compras que hubieran podido fácilmente sobrepasar medio millón de dólares y ocasionado, potencialmente, una gran interrupción a su producción existente.