¿Existen las escuelas eficaces? aportaciones para un debate sobre la realidad de la educación en Honduras MSc. Guillermo Pineda Los antecedentes del denominado movimiento de las escuelas eficaces data desde 1966 con el informe Coleman (encomendado a James Coleman) que consistía en hacer un estudio sobre las condiciones socioeconómicas y de desigualdad social en las escuelas de USA. Entre los hallazgos encontrados en el informe se destacan la escasa influencia que ejercían los recursos educativos (bibliotecas, laboratorios) sobre el rendimiento escolar. Aunque los resultados de ese informe fueron posteriormente cuestionados, ese trabajo ha dado lugar al enfoque o perspectiva de las escuelas eficaces. ¿Enqué consiste una escuela eficaz? Una escuela eficaz es aquella en la que los alumnos progresan más allá de lo que debería esperarse tomando en cuenta las condiciones de ingreso (Mortimer, 1991) partiendo de esta definición los alumnos aprenden y muestran mejor rendimiento sin importar las condiciones socioeconómicas adversas de su entorno (pobreza, desnutrición, desempleo, inseguridad etc). Ahora bien qué hace que unas escuelas sea eficaces y otras no. Los impulsores de este movimiento (Murillo y otros) sostienen que una escuela exitosa se caracteriza por hacer interactuar los siguientes componentes: fuerte liderazgo del Director del Centro, altas expectativas de los profesores con respecto a los aprendizajes de sus alumnos, una atmosfera ordenada y segura para favorecer el aprendizaje, un fuerte énfasis en la adquisición de las habilidades básicas, frecuentes evaluaciones y controles de rendimiento. Más o menos las mismas características que se enfatizan en el mundo empresarial y los que promueven la gestión de la calidad total. Es interesante destacar que este enfoque ha servido para realizar investigaciones en Honduras sobre el rendimiento escolar en el nivel primario y se ha tratado de identificar escuelas eficaces y exitosas en nuestro país. Un estudio realizado en el 2010 (Ayerbe, Alas y Moncada) apoyado por la Secretaria de Educación demostró que en Honduras existen diez centros educativos con mejores resultados de aprendizaje promedio en los seis grados en las asignaturas de Matemáticas y Español. Estos centros educativos se ubican en pequeñas comunidades, la gran mayoría rurales en los departamentos de Copán, Ocotepeque, Yoro, Choluteca y Olancho. No es el propósito de este artículo pormenorizar los resultados y estadísticas de ese estudio, sin embargo para realizarlo se tomaron las mismas dimensiones o variables expuestas anteriormente relacionadas con el papel de la dirección del centro educativo, los profesores y la colaboración de los padres de familia. Ya se expuso de manera general la perspectiva de las escuelas eficaces o exitosas, ahora toca comentar y debatir las limitaciones y críticas a ese enfoque. En primer lugar este movimiento sostiene que el centro educativo es determinante no solo para mejorar el rendimiento académico de los alumnos, sino también para eliminar las desigualdades sociales, en segundo lugar un centro educativo es de calidad no importando los factores externos y adversos a la escuela, en tercer lugar se ubica a la escuela como la única responsable de mejorar el aprendizaje, cayendo de esa maneraen un excesivo optimismo pedagógico en el sentido de que la escuela por si sola es capaz de revertir los problemas sociales, discurso muy utilizado por el actual ministro de Educación que seguramente fue influenciado por uno de los principales académicos de este enfoque en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) como lo es Javier Murillo Torrecilla. No ponemos en duda que el liderazgo y los valores compartidos en la escuela pueden influir en un rendimiento académico de los estudiantes, también la adecuada tutoría de los profesores y los padres de familia son pertinentes e importantes. Pero ¿Qué factores conspiran para que en Honduras las escuelas eficaces no lo sean? ¿Qué trasfondo ideológico y político hay detrás de este enfoque? ¿Cómo se puede crear un buen clima laboral y una cultura escolar en un ambiente escolar cargado de incertidumbre por la inestabilidad laboral? ¿Cómo puede existir un centro de calidad conun Estado colapsado con comunidades y centros educativos expuestos al crimen y a la delincuencia? Mirar el cambio educativo y el papel de la escuela desvinculado de la estructura económica política e ideológica de una sociedad es un grave error. ¿Qué hay detrás de todo esto? Para el gobierno, la Secretaria de Educación y otros poderes del Estado encargados de responder a las demandas sociales del pueblo, resulta muy cómodo afirmar que la escuela puede funcionar sin el apoyo de infraestructura básica, recursos didácticos y capacitación docente y olvidarse de su responsabilidad constitucional de velar por la educación como actualmente sucede, bajo esta óptica cualquier escuela de un rincón remoto y olvidado de Honduras o de un barrio urbano marginal puede ser eficaz.Otro aspecto de fondo es culpar de la crisis en el sistema educativo a los profesores y maestros que según este enfoque son los únicos responsables de la calidad de educación, en esa misma lógica se apoya la Ley Fundamental de Educación que premiará a las escuelas exitosas y maestros eficientes. ¿Qué pasará con las escuelas que no lo sean? La mayoría de los estudios y consultorías sobre escuelas eficaces son patrocinados por el BID y el BANCO MUNDIAL que tienen de la educación una visión mercantilista y empresarial apegada a los designios del modelo neoliberal rechazado en muchos países del mundo. Desde nuestra perspectiva queremos que en Honduras existan buenos centros educativos, pero partiendo de realidades concretas de aprendizaje. Un análisis de la realidad educativa en Honduras debe partir considerando lo siguiente: 1. Analizar los fenómenos educativos de manera holista e integral. 2. Concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje mediado por el factor social y cultural. 3. Estudiar el aula como un espacio político donde se reproducen los valores y creencias de la sociedad. 4. Concebir los cambios en educación pero considerando las concepciones y creencias de los docentes y estudiantes.