Con tÃ-tulo y sin trabajo: relatos del desempleo entre jóvenes

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Con tÃ-tulo y sin trabajo: relatos del desempleo entre jóvenes profesionales
(06-05-2011 a las 14:53:38) - - Última actualización (06-05-2011 a las 14:54:22)
La oferta sobrepasa la demanda en el mercado laboral venezolano. En
algunos casos, la sobrecalificación dificulta que jóvenes profesionales
se sumen a la fuerza laboral del país
Roberto Torres Luzardo
Unos 400 mil jóvenes (profesionales o no) están desempleados y también desesperanzados.
Foto: Jesse Hernández Luzardo
Se escuchan los 2 apellidos, seguidos por los nombres. Cubierto en su toga negra, el graduando camina con aplomo
hacia el presídium. De manos del rector de su institución recibe una congratulación, un apretón de manos y su título
universitario, ese por el que se esforzó durante 4 o 5 años. Desde el momento en el que abandona el escenario y se
acaba esta familiar escena, comienza la búsqueda laboral.
De cara a una oferta laboral que supera con creces la demanda, los recién graduados venezolanos llegan a las
empresas –públicas y privadas– a colocar sus resúmenes curriculares en una pila cada vez más
creciente.
Por medio de sitios web especializados, se postulan digitalmente a plazas laborales en todo el país, y compiten junto a
otros cientos de candidatos.
La opción de buscar otros destinos más allá de las fronteras venezolanas luce atractiva para muchos, ante la
posibilidad de percibir un sueldo en dólares. Sin embargo, buena parte de los jóvenes que egresan de las casas de estudio
ponen primero el apego a su país y su núcleo familiar y persisten en la búsqueda de trabajo en Venezuela, donde el
18,3% de las personas entre 15 y 24 años se encontraban desempleadas, según cifras del Instituto Nacional de
Estadística, para enero de 2011. Esto es 423.104 jóvenes.
Luego de la caravana, la misa y el acto de grado, Miguel Morales –joven profesional que prefirió ocultar su
identidad real- tomó su título, su currículo y empezó a tocar las puertas de empresas que pudieran contratarlo.
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Generado:25 November, 2016, 00:53
A sus 24 años, pensó que un inteligente graduando de la segunda promoción de Ingeniería en Gas de la Universidad
Nacional Experimental “Rafael María Baralt” –única universidad del país que ofrece esa
carrera– como él no tendría problemas en sumarse a la fuerza laboral.
7 meses más tarde, su búsqueda aún no ha terminado. “He buscado trabajo en Pdvsa, Petrocabimas, en
empresas especializadas de Maracaibo, en empresas mixtas y nada todavía”, lamenta.
Mientras pasan los días, Miguel llena su tiempo –y su resumen curricular– con cursos de inglés y software
afines a su carrera. Paralelamente, revisa sitios web que ofrezcan opciones de trabajo internacionales. “Uno
nunca sabe qué pueda salir por ahí”, dice esperanzado.
Ingeniería Industrial sonaba como una carrera sólida para Paola, cuando empezó a estudiarla en la Urbe. Hace ya un año
desde que tiene en la mano su título y, tras distribuir su resumen curricular entre varias empresas de Maracaibo, ninguna
oferta ha aparecido.
Vía internet también ha aplicado para algunas posiciones, pero sigue sin recibir el mensaje que cambie su rutina diaria.
En el tiempo de espera, se ha dedicado a expresar su vena artística a través de la pintura, esperando que también
contribuya con su situación económica.
Desde el estado Cojedes, un licenciado en Educación Integral de 21 años llamado José Sira relata en Twitter:
“Hola, yo me gradué en julio de 2008 y he metido mis papeles en la zona educativa muchas veces y nunca me
han dado ni una hora”. Dice haberse graduado con buenas calificaciones y mantiene la esperanza de conseguir
un trabajo acorde con su condición de profesional: “No he considerado irme al extranjero porque eso no es fácil y
allá no tengo posibilidades”.
Valentina Tepedino, abogado graduada de la Universidad Católica Andrés Bello en 2005, consiguió un buen trabajo justo
al graduarse. Luego decidió hacer un posgrado en España y, a su regreso, su suerte cambió.
Legislación para el primer empleo
Para enero de este año, unas
423.104 personas con edades comprendidas entre 15 y 24 años se
encontraban desempleadas. Esto es el 18,3%.
Más allá del usual
incremento de comienzo de año, estas cifras revelan la inestabilidad de
la situación laboral venezolana, especialmente entre los más jóvenes. De
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cara a esta realidad, legisladores de oposición y oficialismo han
llevado sendas propuestas ante la Asamblea Nacional (AN) para apuntalar
la situación laboral de este.
Oswaldo Vera, presidente de la comisión
de Desarrollo Social Integral de la AN, manifestó que proponen reformar
la Ley de Régimen Prestacional de Empleo para garantizar que los
jóvenes sean contratados con los mismos beneficios laborales que
cualquier trabajador, y que puedan continuar con sus estudios
universitarios, así como exigir a los empresarios un porcentaje de
contratación de jóvenes que apenas ingresan al mercado de trabajo.
Juan
José Caldera, diputado de la AN por el partido Primero Justicia explicó
que la Ley del Primer Empleo que propone la oposición beneficiaría al
Estado, al sector privado y a jóvenes desempleados entre 18 y 30 años.
"El aporte que le corresponde a la empresa es abrir nuevos puestos de
trabajo, de acuerdo a su capacidad productiva. El aporte del Estado
sería el incentivo de la rebaja fiscal para las empresas que están
tomando esa iniciativa", explicó.
“He echado currículos en todas partes, contactado gente, e ido a mil entrevistas. La respuesta más común ha
sido ‘estás sobrecalificada para el cargo, no podemos pagarte un sueldo acorde a tu perfil’. Les digo que
igual estoy interesada, pero me responden que ya han contratado a alguien más. Y para cargos más altos, no tengo la
experiencia”, relata.
No extraña que, ante casos como este, profesionales venezolanos estén “olvidando” –de forma
deliberada– incluir sus estudios de cuarto nivel en los resúmenes curriculares para no escuchar la respuesta que
profesionales como Tepedino han recibido.
Estas son solo algunas de las historias de quienes se enfrentan con la bizarra realidad laboral venezolana en la que,
para conseguir una plaza, quien está mejor formado tiene menores posibilidades.
Fuga profesional
El usuario Jennberr, en el foro de migración del sitio MeQuieroIr.com, escribe: “Hola a todos. Tengo 33 años, soy
médico con posgrado, pero no me importaría cambiar eso para poder vivir en paz. Me quiero ir a Estados Unidos para
hacer un curso de inglés y después ver qué hago para no regresar a Venezuela porque, aunque quiero mucho a mi
tierra, no aguanto vivir aquí”. Página tras página del foro, voces profesionales hacen eco del deseo de
marcharse.
Ingenieros, educadores, médicos y publicistas son algunos de los profesionales que con más frecuencia escriben al
sitio para solicitar asistencia emigratoria. Como posibles destinos, los más solicitados son Canadá, Australia, España
y Estados Unidos.
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Generado:25 November, 2016, 00:53
Las 2 primeras naciones de acuerdo con un estudio del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe, un centro de
investigación intergubernamental, la emigración de venezolanos altamente calificados de más de 25 años o más se
incrementó en un 216 % entre 1990 y 2007. Cifras como esta les ganaron a los venezolanos el sobrenombre de
“Balseros del aire”, como se titula un reportaje del diario El País, de España.
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Potenciado por Mambo
Generado:25 November, 2016, 00:53
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