SEGUNDA PARTE BREVE HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Genara Castillo Córdova 98 Introducción a la Filosofía I. LA FILOSOFÍA ANTIGUA 99 Genara Castillo Córdova 100 Introducción a la Filosofía 1. HERÁCLITO Y PARMÉNIDES. Heráclito y Parménides son considerados como los filósofos metafísicos, porque se atreven a pensar sobre el fundamento que existe más allá de lo físico. Antes de ellos, los filósofos cosmólogos se habían dedicado justamente a lo físico, y se habían preguntado por el arjé, el principio que está ínsito en todo el cosmos. Ahora en cambio, se va buscando un principio que vaya más allá de lo físico, por eso se llaman filósofos metafísicos. Parménides nació en Elea –actual ciudad italiana de Velia– posiblemente en la segunda mitad del s. VI a.C., hacia (540-470). Allí permanece ocupado también en cuestiones políticas hasta su muerte, hacia mediados del s. V.a.C. Parménides se encuentra con el ser y ese encuentro le deja marcado y entonces se propone el conocimiento del ser. Distingue entonces dos vías para conocer la realidad: la vía de la verdad y la vía de la opinión. La vía que le permite el conocimiento del ser es la vía de la verdad: "Sólo un discurso como vía queda: que el ser es". ¿Qué es el ser, para Parménides?. Es el ser que todas las cosas presentan, tiene un significado unívoco: Todas las cosas son, tienen el ser. Lo radical del pensamiento de Parménides es que según él ser y pensar son lo mismos. ¿Por qué? La razón es que el ser sólo se desvela ante el pensamiento y ese desvelamiento constituye la verdad. Es el primer encuentro de Parménides con la verdad. Se ha "topado" intelectualmente con algo permanente, inmutable: el ser. ¿Qué ha hecho posible ese encuentro? desde luego que alguna capacidad tiene que tener que sea capaz de ir más allá de lo sensible, anecdótico, pasajero, y que se pueda medir con lo permanente de la realidad, el ser; esa capacidad es su inteligencia. Su problema será explicar la variabilidad de las cosas, la multiplicidad de la realidad. Por su parte, Heráclito nacido en Efeso, hacia el s. VI a. de C. (544-484) sostuvo la perenne variabilidad de la realidad. Ve en el fuego el arjé o primer principio de la realidad, el cual representa muy bien ese continuo movimiento. La variabilidad de la realidad es expresada en su conocida frase "nadie puede bañarse dos veces en las aguas del mismo río", porque éstas fluyen, y en la segunda vez las aguas son distintas que las anteriores. Con esto lo que quería decir es que la realidad es cambiante, sujeta al tiempo, que desde que cogimos este libro 101 Genara Castillo Córdova hasta este momento han pasado muchos segundos, y sin embargo, ninguno igual que otro. Un segundo de tiempo es diferente del siguiente, y que los momentos que se viven pasan y no vuelven. De manera que vendrán otros momentos semejantes a aquellos que hemos vividos pero no serán los mismos. ¿Cómo asir aquella realidad que es tan fugaz? Heráclito sostiene que aquella sólo se puede percibir sensorialmente, y que en definitiva no se puede conocer intelectualmente, porque al momento de querer hacerlo, hay que detenerse e inmovilizar la realidad, pero entonces ésta ya se ha perdido, no es posible estabilizar la realidad, ni por un concepto, ni por una generalidad. La realidad, según Heráclito es cambiante, se escurre, como el agua entre los dedos. Por tanto, se le representa a Heráclito llorando por verse incapaz de asir la realidad. 2. LOS SOFÍSTAS Y SÓCRATES a. LOS SOFÍSTAS El surgimiento de la sofística. Los pensadores griegos presocráticos se habían preguntado acerca del principio o arjé de la realidad y habían realizado interesantes averiguaciones. Sin embargo, hacia el siglo V a. C. Atenas, experimentaba una situación muy peculiar que lleva a centrar el pensamiento en torno a una realidad peculiar: el hombre. Esta situación se debía en gran parte a los acontecimientos histórico-sociales de aquel entonces. Durante el transcurso de las Guerras Médicas, Atenas había podido gloriarse de la habilidad y la inteligencia de sus hombres. Gran parte del éxito obtenido en aquellas contiendas se había debido a la perspicacia con la que las habían planeado y conducido. Esto les llevó a una especie de sobrevaloración de sus capacidades. Sin embargo, cuando tuvieron que hacer frente a las Guerras del Peloponeso, no tuvieron el éxito esperado, esto provocó una fuerte crisis hasta poner en duda sus propias capacidades y entonces empezaron a sospechar de su inteligencia hasta ahora indiscutible. Junto con esa sospecha, se debilitó la firmeza y la serenidad para afrontar las derrotas y la crisis. Esto les llevó a continuos cambios en el gobierno de la Ciudad, en la 102 Introducción a la Filosofía desesperación se impuso la tiranía, que pretendía ser la solución a la crisis; pero los ciudadanos no resistían por mucho tiempo un gobierno de esa índole e instauraban de nuevo el régimen democrático, el cual tampoco tenía la firmeza suficiente para sacarles de esa situación, y entonces se vieron sometidos al caos social. En este ambiente surgen los sofistas dispuestos a ocuparse de los llamados "asuntos humanos". Uno de ellos, Protágoras, llega a sostener que "el hombre es la medida de todas las cosas", en el sentido de que la organización de los asuntos de la sociedad tenía que basarse en el ser humano, que era la medida en la que tenían que fundarse, como un sastre cuando hace un traje adecuado al sujeto que lo va a vestir. Los sofistas empiezan pues, por preocuparse de defender y enseñar a defender los asuntos que pertenecen a la Ciudad, a la polis, ocupándose de esos asuntos según la medida de la condición humana. Poco a poco van interviniendo más en la vida política, dentro de la espontánea democracia de la sociedad ateniense. La política y la justicia se realizaba públicamente, y cada ciudadano defendía su propia causa. Evidentemente, en esta situación se hacía muy necesaria la capacidad de saber exponer brillantemente y convencer a los jueces de la propia propuesta. Los sofistas se constituyeron, entonces, en hábiles maestros dedicados a la enseñanza de la retórica y dialéctica, es decir, del arte de exponer, defender y persuadir públicamente; y lo que al principio era una labor desinteresada, después se convirtió en una actividad mercantil. Lamentablemente, algunos sofistas fueron corrompiéndose, y en su afán de hacer valederas sus opiniones o propuestas en la Asamblea Popular, introdujeron los criterios de eficacia en contra de los criterios de verdad que deberían fundamentar sus intervenciones públicas. Características de los sofistas -La sofística no designa una doctrina concreta, sino una manera de enseñar. -El principal valor para el sofista es la erudición, que pone al hombre en posesión de todos los conocimientos útiles a su objeto, y el virtuosismo, que le permite escoger sus temas con oportunidad y presentarlos de modo atrayente. -La característica esencial de los sofistas es, por una parte, ser técnicos que conocen y enseñan todos los saberes útiles al 103 Genara Castillo Córdova hombre; y por otra parte, los maestros de la retórica, que enseñan a captarse la simpatía del auditorio. -Son indiferentes a las investigaciones físicas o del cosmos, por considerarlas inútiles. -Pero el lenguaje es una técnica que requiere mucha ética porque es fácil caer en la tentación de obtener resultados sin tener en cuenta la verdad. Poco a poco los sofistas llegan a basarse en factores subjetivos: la verdad depende de su apariencia respecto del sujeto que la capta. -Las consecuencias éticas a las que llegan es que los principios de actuación no se deben fundamentar en leyes naturales sino en convenciones sociales variables, que dependen de cada ciudad y del dominio de aquel que posea más fuerza de convicción. -Por esto la sofística ha sido criticada duramente. Sin embargo, cuenta entre sus méritos el despertar a los asuntos humanos, que habían sido dejados a un lado por la anterior filosofía cosmológica. c. Los principales sofistas son: * Prótagoras de Abdera (481-411) En Atenas establece relaciones de amistad en los círculos políticos y toma parte en la vida pública. Escribe "Sobre los Dioses" y "Sobre la Verdad". Las líneas principales de su filosofía son: -"El hombre es medida de todas las cosas, de las cosas que son y de las que no son". Esta sentencia de Protágoras se refería a la relevancia de los asuntos humanos, hay que ir hasta la medida humana, a lo que corresponde al ser humano. -Sin embargo poco a poco, el pensamiento rigurosamente verdadero pasa a un segundo lugar y por tanto se pone como secundaria la tarea de alcanzar la verdad única infalible. En esas condiciones, el bien, al igual que la verdad, pierde toda consistencia ontológica: bueno es lo que a cada uno aparece como tal, lo útil, agradable, etc. -El mundo se ve reducido a fenómeno con relación al sujeto que siente y piensa. -La actitud de Protágoras es de un prudente agnosticismo, pero sus seguidores sacarán las consecuencias de ese distanciamiento respecto de la verdad. 104 Introducción a la Filosofía * Gorgias de Leontinos (483-375) Gorgias sostiene que si existiera algo no podría ser conocido y si pudiera ser conocido no podría ser enunciado, por lo cual no hay una coincidencia entre el ser, el pensar y la palabra. Gorgias abandona pronto la filosofía, renuncia al conocimiento objetivo de la realidad y se dedicó enteramente a la oratoria, en la que destaca por poner de relieve la seducción, la ilusión provocada, etc., como técnicas pertinentes a la Oratoria, en la cual igual que en el teatro, se requiere de la capacidad de seducción del actor para tener éxito. La sofística cayó, al final, a comienzos del siglo IV, en el cinismo político y en el puro virtuosismo. Gorgias afirma que el ser uno, eterno, inmutable no existe. Lo único que existe es el no-ser, es decir, el devenir fenoménico, efímero, mudable. b. SÓCRATES Nació en Atenas hacia el año 470. Fue condenado a muerte, tras el "proceso de impiedad", el año 399. No dejó escrito nada, sus discípulos han escrito el legado socrático que consistió especialmente en una filosofía viva que tenía como centro el vivir bien, de acuerdo con la verdad. Sócrates inicia el período llamado humanístico. El hombre ocupa el puesto central en la Filosofía de Sócrates. ¿Para qué conocer el mundo –se pregunta Sócrates– si no me conozco a mí mismo?: "Nada me enseñan la tierra y los árboles, sino los hombres en la ciudad" (Fedro, 230d). En el seno del movimiento sofístico surge Sócrates como una personalidad que conmovió profundamente aquel ambiente y que habrá de ser inspiradora y maestra de los más grandes filósofos griegos del Siglo de Oro. Sócrates no escribió nada y no cobraba por enseñar, se dedicaba al diálogo espontáneo con quienes sinceramente buscaban la verdad y también con aquellos que no tenían tan rectas intenciones. Quizá su gran aporte es devolver su confianza en la razón humana que había sido objeto de sospecha en ese período crítico. Sócrates afirma la razón como medio adecuado para penetrar la realidad. En la historia del pensamiento, desde entonces hasta la actualidad, éste será el primer paso, indispensable para superar las crisis en Filosofía. 105 Genara Castillo Córdova Sócrates viene a decir que la sospecha de que ha sido objeto la razón está mal dirigida. Cuando se cae en errores y se pagan sus consecuencias, eso no debe llevar a rechazar la razón y la verdad. No está ahí la culpa, no se puede declarar inválida la razón y abocarse a la habilidad técnica que lleva al oportunismo y a acogerse sólo a la utilidad práctica como último recurso. El camino adecuado no es ése, de renuncia a la razón y a la verdad, no vale hacer las cosas de cualquier manera sino que hay que identificar cuál es la verdadera causa de los errores y equivocaciones, la culpable no es la razón, sino el mal uso que se ha hecho de ella; por tanto lo que debe hacerse es desandar el camino equivocado y volver a ejercer rectamente la razón, con mayor pasión, con más ahínco y fortaleza que antes. Este, es en rigor, el asunto fundamental del humanismo de Sócrates, el re-descubrimiento de la verdad, porque sin verdad el hombre no es tal, renuncia a lo que tiene de más específicamente humano: su racionalidad. Sin verdad no es posible la vida humana. Claudicar en este asunto invalida cualquier proyecto que un hombre pueda emprender, sin la luz de la verdad, la propia vida y la vida social queda a oscuras, y si ese anhelo por la verdad llega a corromperse y desaparecer adviene el apagón total y no se puede caminar. Si la vida práctica queda desasistida de la vida teórica, el hombre se degrada a sí mismo y la sociedad sucumbiría. Este es el gran aporte socrático: la salida a la crisis no es partiendo de criterios utilitaristas, por más que éstos se constituyan en atractivos señuelos de eficacia y de resultados prácticos inmediatos, que sumen en el engaño y en aciertos ficticios, que a mediano y largo plazo son insostenibles, ya que corrompen profundamente al hombre si no están fundamentados en la verdad. Sócrates fue consciente de esta misión que le había caído en suerte, entiende que aquella tarea le ha sido encomendada por la divinidad y no está dispuesto a traicionarla, aunque ello le tenga que costar la vida. En la "Apología de Sócrates", obra de su discípulo Platón, Sócrates reconoce que le ha sido encomendada una gran misión: "Dios me puso sobre la Ciudad como el tábano sobre el caballo, para aguijonearle, para que no se duerma ni amodorre". Por ello puso su vida al servicio de la verdad. Ese poner la verdad y su correlativo: el bien, en el lugar más alto de los valores e ideales que deben regir la vida humana, le exigió preferir la muerte antes de transigir. Del oráculo de Delfos tomó a la letra el mandato de "¡Conócete a ti mismo!". El culmen de su enseñanza, su 106 Introducción a la Filosofía ratificación, la realizó en su propia vida. De ahora en adelante, sus discípulos tendrán puntos de referencia inamovibles y la fuerza de su ejemplo será acicate para que amen y defiendan la verdad tanto como él lo hizo. El valor de la verdad es tan alto que ninguna vida humana vale sin ella, entonces es preferible la muerte a una vida sin la luz de la verdad. En definitiva, su mensaje consiste en afirmar que es preferible la muerte a la mentira, a vivir sin verdad, porque precisamente lo que alimenta la vida es la verdad, de manera que ¿para qué se quiere la vida sin ella?. Una vida sin verdad no es vida. En el juicio injusto que por "impiedad" le siguieron a Sócrates, se le hace la propuesta, por parte de algunos de sus discípulos, de pagar una fuerte cantidad de dinero con el fin de que escape a la condena de muerte, y que huya al destierro. Sócrates no acepta esta propuesta, no sólo porque para un ciudadano de aquel momento el destierro era tan duro como la muerte, sino porque él no estaba dispuesto a retrotraerse de su defensa de la verdad: en cualquier lugar donde estuviera tenía que defender la verdad y tendría que estar dispuesto a dar la vida por ella. Después de toda una vida en esta tarea no iba a dar un paso atrás, justamente en el momento álgido o final. El legado socrático era pues firme y claro. Toda su vida, hasta el momento de su muerte era toda una enseñanza. En otra obra platónica que continúa a la "Apología de Sócrates" se puede leer lo siguiente: "Al acabar de decir esto, le preguntó Critón: –Está bien, Sócrates. Pero ¿qué es lo que nos encargas hacer a éstos o a mí, bien con respecto a tus hijos o con respecto a cualquier otra cosa que pudiera ser más de tu agrado si lo hiciéramos? –Lo que siempre estoy diciendo, Critón -respondió-: nada nuevo. Si os cuidáis de vosotros mismos, cualquier cosa que hagáis no sólo será de mi agrado, sino del agrado de los mismos y del propio vuestro, aunque no lo conozcáis. En cambio, si os descuidáis de vosotros mismos y no queréis vivir siguiendo, por decirlo así, las huellas de lo que ahora y en el pasado se ha dicho, por más que ahora hagáis muchas y vehementes promesas no conseguiréis nada" Dentro del conjunto de las enseñanzas socráticas se pueden poner de relieve los siguientes aportes: 107 Genara Castillo Córdova 1) El método socrático: la mayéutica -Tal como hemos señalado al comienzo de este curso, el método de Sócrates consiste en la interrogación. Es el método de la investigación y se fundamenta en el arte de la pregunta. La mayéutica es el método de preguntar con el fin de inquirir la verdad en sucesivos y continuas profundizaciones del tema objeto de la pregunta. En la actualidad todavía hay propuestas pedagógicas que lo siguen y lo recomiendan como método adecuado en la enseñanza. -Consta de dos fases o momentos: . En el primer momento se muestra la ignorancia del interlocutor, y se llama "ironía". Por ejemplo, si alguien dialogaba con Sócrates y en algún instante se refería a la vida propia o a la de otros sujetos, él le asaltaba con una pregunta a quemarropa: y ¿qué es la vida?. El interpelado se mostraba perplejo, estaba usando un término que parecía que conocía, pero que en rigor no acierta a decir qué es en esencia. Esta situación de perplejidad no siempre era del agrado del interpelado, porque a veces no se encontraba en buenas disposiciones y su disgusto por encontrarse como ignorante era arrojado contra Sócrates. Pero ésta era la condición que el maestro requería: saber si la intención es recta, la de saber realmente lo que las cosas son. Con esta sinceridad se muestra que el valor de la verdad está en primer lugar por encima del yo, de la soberbia o de la veleidad. Por otra parte este reconocimiento de la propia ignorancia, aunque a uno no le guste, es, en su caso, el primer acto que evita que la inteligencia humana se corrompa. Si uno se niega a aceptar la verdad, porque no es de nuestro agrado, y entonces la niega, ejerce una violencia en su facultad cognoscitiva, la cual queda afectada y su torpeza para acceder a la realidad en los actos posteriores se hace mayor. No debiéramos manosear nuestra inteligencia, la verdad es la verdad, venga de donde viniere, y aunque no nos guste debemos aceptarla, de lo contrario la voluntad se apartaría de su gran acompañante: la inteligencia y quedaría desasistida. La ironía socrática trae en consecuencia la llamada "docta ignorancia", es docta porque es sabia, reconoce que no sabe y entonces está en situación de ponerse en marcha en pos de la verdad, de saber aquello que ignora. Parece que en el caso de Sócrates, este ejercicio daba resultado especialmente entre sus jóvenes discípulos, sin embargo éstos probaban a ponerlo en 108 Introducción a la Filosofía práctica con aquellos personajes de cierto prestigio en la política, o en el arte de la Polis griega; éstos al verse sorprendidos en más de una ocasión se volvieron contra Sócrates, acusándole de "corruptor de jóvenes". El segundo momento recibe propiamente el nombre de "mayéutica": mediante preguntas graduadas, que obligan a discurrir por sí mismo, se va alumbrando la verdad. Si esto se llega a alcanzar se obtiene el "descubrimiento" (aletheia): el hallazgo de la verdad que no es creación de la mente ni habilidad dialéctica, sino descubrimiento de la realidad. Con Sócrates, empiezan, pues, los griegos a afirmar la razón como medio adecuado para penetrar la realidad. Por lo tanto, necesariamente tuvo que enfrentarse en primer lugar contra los sofistas, ya que sostiene que la razón bien dirigida sirve para penetrar en la realidad, no es un instrumento mágico que forja visiones a capricho sin relación con lo que es. En segundo lugar se opondría a los llamados filiesteos de la cultura, es decir a aquellos que en Atenas pasaban como especialistas en una materia sin que una verdadera comprensión de la misma fundamentase aquel conjunto de conocimientos. Los filisteos de la cultura sabían cosas que se las habían enseñado, pero a poco que se les escarbase en su saber se descubría en seguida que estaba montado sobre el aire. Sócrates paseaba por las calles de Atenas y tropezaba con alguien que ostentaba una profesión, entonces le hacía una pregunta sobre cualquier cosa de ella. El interpelado daba una respuesta más o menos acertada; entonces Sócrates le pide una aclaración sobre los fundamentos en que ello se basa, preguntándole simplemente ¿por qué? La mayoría de las veces los interrogados no resisten dos de estas preguntas y comienzan a divagar o a dar respuestas huecas. No hay en ellos verdadera ciencia porque no la han adquirido mediante el ejercicio profundo de la razón sino por la autoridad o la memoria. Esto no sería ningún obstáculo para el saber si aquellos aceptaran su ignorancia, pero lo que ocurría frecuentemente es que no la aceptaban y entonces no podían salir de ella. 2) Teoría del conocimiento: -Sócrates llama la atención sobre el conocimiento, se ha preocupado del problema lógico y metódico de cómo llegar a un saber auténtico y seguro y aunque no llega a aportar un conocimiento sistemático de la realidad, acierta al poner de relieve 109 Genara Castillo Córdova la importancia de los actos cognoscitivos, en cuanto a que constituyen la "llave" que permite el acceso a la realidad. De acuerdo a este legado, posteriormente se llegará a considerar que la realidad "se entrega" según sea el acto u operación cognoscitiva que se realice. Con algunos actos de conocimiento uno adquiere "poca" realidad, con otros se posee más. Así pues, estamos en condiciones de traspasar lo sensible para conocer lo permanente de la realidad. Se trata de pasar de lo sensible a lo intelectual, de lo singular a lo universal, lo cual sería una forma o proceso de inducción, Según Aristóteles, "dos cosas se pueden atribuir a Sócrates: los razonamientos inductivos y la definición universal; y ambas se refieren al principio de la ciencia" (Metafísica, 13, 4, 1078b 28) -De acuerdo con Sócrates es importante tratar de alcanzar lo universal, lo permanente. Se trata de descubrir la importancia del concepto. Lo universal no es algo pasajero, cambiante, sino lo que siempre es. Los conceptos universales no son una representación que aquí aparece así y allí se muestra de otro modo, sino que encierran un contenido de saber siempre igual sea cual sea el sujeto que lo aprehenda. El universal no es lo inventado o imaginado, sino que es encontrado en la misma realidad experimentable. Por esta vía supera Sócrates el relativismo y el escepticismo sofista. 3). La ética socrática -Como decíamos la verdad tiene como correlativo al bien. No existe un bien auténticamente tal para la voluntad si no se fundamenta en la verdad que propone la inteligencia. Sócrates tiene que luchar contra dos concepciones del bien: el bien como útil o utilitarismo, y el bien como lo agradable o hedonismo. -Sócrates demuestra, a través de su método, que debe distinguirse entre placer bueno o malo. Admitida tal distinción, ya no es el simple placer y el apetito el principio del bien moral. -Sin embargo, la postura de Sócrates ha sido calificada como intelectualista, ya que en su afán por rescatar el valor de la verdad, otorga la prioridad exclusivamente a la inteligencia. Según Sócrates basta con saber cuál es el bien para realizarlo. La razón que da sería que nadie es tan tonto como para hacer el mal sabiendo que con ello se dañaría. De acuerdo con este planteamiento nadie haría el mal a sabiendas y el único problema para que los hombres se conduzcan bien es la educación. Sin embargo esto no es así. Es muy 110 Introducción a la Filosofía importante saber lo que son las cosas y cómo conducirse bien, la ignorancia es un gran impedimento; pero no es suficiente. Para darse cuenta de esto no son necesarias grandes disquicisiones basta con la experiencia propia y ajena. Las quiebras humanas en este aspecto son a veces admirables. Por ejemplo, uno a veces se queda sorprendido al ver que hay quien sabe que debe alejar las tentaciones, tal compañía, etc. y sin embargo, no lo hace, queda esclavizado, dándose a sí mismo "razones" para permanecer en esa situación. No basta con saber, hace falta querer, es decir, la inteligencia y la voluntad son facultades diferentes y aquella no sustituye a ésta. En el obrar práctico es necesario que la voluntad acompañe a la inteligencia. Y a la voluntad sólo la mueve el propio sujeto. Se le puede ayudar dándole ejemplo de coherencia, advirtiéndole; pero no podemos creer que eso es suficiente para que el sujeto cambie de actitud. Tampoco es justo desesperar de la verdad y de la inteligencia cuando uno ve que no es aceptada. Uno puede hacer mil y un sacrificios y esfuerzos para "hacerle ver" a alguien que su conducta es dañina o no conveniente. Al final, al darnos cuenta de que no hemos conseguido nada, sino que al sujeto "le gusta" estar así, equivocado, y permanecer en el error, puede asomar una gran tristeza o hasta una gran ironía por ver cuál es la condición humana; Sin embargo, también podemos tener una actitud de mucha compasión y paciencia sin olvidar las grandes posibilidades que tiene todo ser humano de rectificar y aprender de sus errores. 3. PLATÓN (427-347) La empresa socrática de penetrar con las armas de la razón en la realidad que nos rodea y ascender por ella a la serena contemplación de la verdad, ganó para la filosofía a uno de los grandes espíritus de la humanidad: Aristoclés, llamado familiarmente por sus compañeros Platón. Platón nació el año 427 a. C. Pertenece a la nobleza más antigua de Atenas. Es discípulo de Sócrates, cuenta con 28 años cuando muere su maestro. Entiende la política como moral y la moral como realización de sus ideas, pero no obtuvo éxito. Funda la Academia en el 387 la "Academia". Muere en el 347. Su obra es todavía muy estudiada en la actualidad. Es autor de veinticuatro diálogos (contando sólo los de reconocida autenticidad). Para un primer acercamiento a Platón es útil la 111 Genara Castillo Córdova lectura, al menos, de los siguientes: Apología de Sócrates, Crátilo, El Banquete, Fedón, Menón, La República, y las Leyes. Platón supo recubrir su pensamiento con la belleza del mito y de la fantasía; consciente también de que su condición de filósofo -amante de la sabiduría-, huyó siempre del dogmatismo y del sistema cerrado, para atenerse a la actitud humilde del poeta que se expresa por analogías y comparaciones. Este es un gran mérito de Platón ya que después de descubrir la verdad, el problema, mejor dicho, la tarea es ¿cómo expreso esto que he visto?. Se suele decir que la claridad es la cortesía del filósofo, pero lo que se puede llegar a inteligir es a veces, sumamente complejo, y requiere una praxis especial para exponerlo, tratando de no desfigurar aquello que se quiere expresar. Saberle cantar a la verdad es todo un arte y a veces es muy difícil. Por ejemplo, a veces uno lo comprueba cuando trata de explicar cómo es aquella persona maravillosa que conoce y al final las palabras se nos caen de las manos, como pétalos de rosa, y nos resultan insuficientes. Probablemente la felicidad imperecedera será cantar, ante la presencia de la Realidad más plena. Otro mérito de Platón es haber sido coherente intentado poner en práctica su filosofía moral en la vida política de aquel entonces. Esto le lleva a intervenir en los asuntos de la Polis, para poner en práctica sus ideas. Toma parte en la guerra de Corinto. Entre el 399 y el 388 se dedica a viajar. Intenta hacer realidad sus ideales ético-políticos en Siracusa, a través del tirano Dionisio I. Sin embargo, fracasa y está a punto de ser vendido como esclavo. Después de volver a Atenas y fundar la Academia, intenta de nuevo plasmar sus ideales ético-políticos en Siracusa, esta vez a través de Dionisio II, pero vuelve a fracasar. Sin embargo, todo ello le sirvió para aprender y madurar su filosofía política. Las líneas fundamentales de su pensamiento son: a. Interpretación platónica de la realidad En cuanto a la interpretación de la realidad Platón recibió la herencia de los Filósofos metafísicos: Parménides y Heráclito. Estos habían producido una gran desgarradura en su concepción del Universo. ¿Cómo es la realidad, única (permanente), como dice Parménides o cambiante, como dice Heráclito? Platón se pregunta, pues, como Parménides: ¿qué es el ser?, ¿Qué es la realidad?. Sin embargo, sus respuestas serán diferentes a las parmenídea. No considera que el ser sea uno e inmutable, pero tampoco piensa, 112 Introducción a la Filosofía como Heráclito, que toda la realidad se resuelva en un continuo cambio. Según Platón, y como veremos después, existe tanto lo cambiante como lo permanente, lo primero se encuentra en el ámbito del conocimiento sensorial y lo segundo en el ámbito del conocimiento intelectual. Se trata entonces de un planteamiento que no renuncia ni a la experiencia inmediata que le dan los sentidos ni al ejercicio de la razón. Platón trata de sugerirnos su pensamiento acerca de la realidad a través de mitos y hermosas imágenes (especie de parábolas filosóficas). Los principales son el Mito del Carro Alado, con el que nos expone su teoría de las Ideas, el gran problema del arjé o principio de la realidad, y su concepción del universo en general. El otro es el Mito de la Caverna con el que procura explicar cómo están constituidas las cosas concretas, materiales de este mundo. De la mano de su planteamiento sobre lo que es la realidad, está su concepción de lo que es el hombre que es quien en definitiva va a acceder a esa realidad. 1) La verdadera realidad y la teoría de las Ideas: En el Mito del Carro alado, Platón afirma los siguiente: "el alma es semejante a un carro alado del que tiran dos briosos corceles –uno blanco y otro negro- regidos por un auriga moderador" El caballo blanco simboliza el ánimo o tendencia noble del alma; el negro el apetito o pasión baja, bestial. El auriga es la razón que debe gobernar el conjunto. El alma queda así representada, viviendo en un cielo empíreo, donde existe pura y bienaventurada antes de encarnar en un cuerpo y descender a este mundo. Aquel mundo celeste es el lugar propio de las Ideas y junto a ellas el alma se encuentra como en su "elemento" propio. Allí el alma se dedica a la contemplación de las Ideas y no experimenta la contradicción entre la experiencia sensible y la inteligible porque sólo ejerce la contemplación intelectual. Es importante entender lo que para Platón significa Idea. Para nosotros la idea es algo mental, subjetivo: el concepto que puede atribuirse a varios sujetos a los que representa en lo que tienen de común. Para Platón la Idea es algo objetivo. Eidos significa etimológicamente "lo que se ve", es la esencia universal, desprovista de toda individualidad material, pero existente en sí, fuera de la mente, con una existencia purísima, perfecta. En el mundo de las Ideas es donde el alma existió antes de venir a este 113 Genara Castillo Córdova mundo. El hombre en sí, la belleza en sí, son ideas subsistentes del cielo empíreo. De esa realidad participan todas las demás cosas de este mundo: "las cosas tienen ellas mismas su esencia estable, no relativa a nosotros, ni dependiente de nosotros, sino que existen por sí mismas conforme a la esencia que les es natural" (Crátilo). Por otra parte, Platón afirma que "aquel lugar supra celeste, ningún poeta lo alabó bastante, ni habrá quien dignamente lo alabe porque la esencia existente en sí, sin color, ni figura ni tacto, sólo la puede contemplar el puro entendimiento". En la vida celestial de algunas almas sobreviene, sin embargo, una caída. El caballo negro –la pasión–, cuyo tirar es torcido y traidor, puede en un momento más que el blanco –el ánimo esforzado noble– y da en tierra con coche y auriga. Hallamos aquí quizá un eco lejano de la revelación primitiva del pecado original, como se encuentra en muchos de las más antiguas tradiciones de la humanidad. A consecuencia de esta caída el alma desciende a este mundo y se une a un cuerpo, al que permanecerá adherido. En su nuevo y desventurado estado ha olvidado las Ideas que antes contempló intuitiva y directamente. En este nuevo estado estará sujeto a los sentidos corporales y sólo percibirá cosas concretas, singulares. Sin embargo, las cosas que le rodean participan –como el hombre mismo– en la Idea, aunque estén individualizados por su inserción en la materia. Se podría decir que en este mundo las cosas justas, buenas, y en realidad, cualquier cosa, nunca lo son del todo. Lo son por participación (mizexis) de lo justo en sí, del bien en sí, y así de lo demás. Reaparece aquí, de otro modo, el dualismo parmenídeo entre el ser y no-ser, entre realidad verdadera y apariencia. En el Mito de la Caverna, Platón intenta sugerir precisamente lo que son las cosas concretas, materiales, de este mundo. Narra que la condición humana es semejante a la de unos prisioneros que desde su infancia, estuvieran encadenados en una oscura Caverna, obligados a mirar la pared. Por delante de la caverna cruza una senda escarpada por la que pasan seres diversos. El resplandor de la luz que penetra en la Caverna hace posible que se proyecten sobre el fondo de la Caverna las sombras de quienes pasan por arriba de ella. Los encadenados sólo conocen las sombras, dan a éstas el nombre de las cosas mismas y no creen que exista otra realidad 114 Introducción a la Filosofía que la de ellas. Sin embargo, un buen día, uno de los prisioneros logra, con mucho esfuerzo, soltarse de las cadenas y le atrae la posibilidad de escarpar los muros de la Caverna y subir hasta la parte superior y ver qué hay allí. Le cuesta mucho hacerlo hasta que lo logra y entonces descubre que la verdadera realidad está fuera de la Caverna y que lo que ellos han estado mirando han sido solamente las sombras que aquella proyectaba. La significación del mito es sencilla: La Caverna es este mundo nuestro en que vivimos, la luz que entra por la Caverna es la proyección de aquellas realidades inteligibles en sí mismas. La realidad que está fuera de la caverna es el mundo de las Ideas, aquel cielo empíreo en el que existen las Ideas o arquetipos universales de las cosas que participan su ser a las cosas concretas, sensibles, que captan nuestros sentidos, que son en definitiva, las sombras que captamos. Esta idea de participación es muy importante en Platón. Las sombras, las cosas concretas que observamos, tienen, por tanto, un no-ser, por ejemplo, este caballo concreto participa de la Idea de Caballo y esto le hace ser lo que es; pero por otra parte está inserto en la materia y esto le hace no ser la Idea de Caballo-en-sí, el caballo perfecto, esencial, intemporal, sino este caballo, imperfecto, individual, temporal. La materia es para Platón algo negativo, oscuro, elemento de limitación, de individuación. Las cosas materiales, son por tanto, como sombras, débiles, pálido reflejo de aquello que les confiere su única y debilísima entidad: La Idea, que es la verdadera y subsistente realidad. Platón afirma por tanto que cada uno de los seres que existen en la realidad tiene una forma, un logos que manifiesta una cierta racionalidad. Sin embargo, aún con aceptar la existencia de lo sensible y de lo intelectual no llega a unirlos realmente, sino que los separa radicalmente: el mundo sensible no tiene nada que ver con el mundo inteligible, son dos mundos totalmente diferentes. 2) La existencia de dos mundos: Según Platón existe una diferencia radical entre el mundo sensible, mundo de sombras que se proyectan sobre el fondo de una caverna oscura como es este mundo y aquel otro mundo inteligible, aquel cielo empíreo donde existen las Ideas en sí mismas. Las cosas de este mundo sensible no son más que sombras efímeras, transitorias, imperfectas de esas Ideas puras, 115 Genara Castillo Córdova perfectas, inmutables, etc. Las Ideas son los modelos ejemplares al cual las cosas que vemos se ajustan imperfectamente. Las cosas participan de las esencias ideales, cada cosa del mundo sensible tiene su Idea en el mundo inteligible, en el cual existe una jerarquía entre las Ideas, de modo que todas dependen de una Idea: la Idea de Bien. En definitiva, el mundo sensible es opuesto al mundo de las Ideas, sólo asequible a la mente; el mundo del devenir es opuesto al mundo permanente. ¿Cómo conciliarlos? b. El conocimiento humano: Según Platón, el conocimiento sensible no es el verdadero conocimiento. El alma humana al percibir que las cosas concretas son sólo un pálido reflejo de la verdadera Idea o realidad, se siente subyugada, llamada interiormente a la búsqueda de algo muy íntimo que aquellas cosas le sugieren. Se produce entonces una especie de extraña emoción semejante a la que invade a una persona que se encuentra en el lugar en que discurrió su infancia, y que aunque olvidado, evoca en nuestro espíritu el recuerdo vago y la nostalgia del pasado. Prende entonces, en el alma el eros (amor), que es para Platón, un impulso contemplativo. De él nace un impulso para recordar, un esfuerzo que consigue que aflore a la conciencia el recuerdo que estaba latente. El conocimiento intelectual se realiza, según Platón, por recordación (anámnesis). ¿Qué función tienen, entonces, los sentidos?. Las ideas están ahí, sólo resta traerlas a la conciencia por medio del recuerdo, de la reminiscencia. Traer a la conciencia las Ideas es función de los sentidos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Platón por demostrar su teoría de la reminiscencia, sus argumentos dejan siempre una sombra de escepticismo, ya que parecen desproporcionados a la verdad que pretende demostrar. c. El ser humano. Según Platón, la verdadera esencia del hombre es su alma. La doctrina de platón sobre el alma humana se encuentra en sus Mitos, a los que hemos hecho referencia anteriormente. Como ya vimos en el Mito del Carro Alado, Platón sostiene que el alma es semejante a un carro alado del que tiran dos briosos corceles. Uno de ellos, el blanco, simboliza el ánimo o 116 Introducción a la Filosofía tendencia noble del alma, el negro, la pasión baja. El auriga es la razón que debe gobernar el conjunto. El alma pre-existió en aquel mundo celeste, antes de venir a este mundo, una vez que el caballo negro propicia la caída del alma en este mundo y se une a un cuerpo. Con ello, Platón señala que el alma humana está en manos del demiurgo, siendo su naturaleza la de una esencia invisible, inmaterial, espiritual y supraterrena. Es asimismo, motor del cuerpo; por consiguiente es anterior al cuerpo, independiente y subsistente. Para Platón, el hombre es, pues, un alma que hace uso de un cuerpo. En el alma humana se pueden distinguir tres especies de alma: La intelectual, que se muestra en el pensar puro y contemplar suprasensible; la irascible, a la que pertenecen los afectos nobles y la concupiscible que tiende a lo bajo. Sin embargo, Platón, en rigor, no admite más que un alma, aquella que él designa como alma espiritual. esa única alma aparece, no obstante, compuesta de tres fuerzas. Finalmente, Platón considera que la unión del alma con el cuerpo es meramente accidental. Con respecto a la inmortalidad del alma, Platón sostiene que existen tres argumentos para probar su inmortalidad: 1.- El alma humana posee conocimientos innatos de saber. estos conocimientos no han sido adquiridos por la experiencia terrenal, por lo tanto han tenido que ser adquiridos anteriormente. Por ello, el alma ha preexistido. Esta prueba más que demostrar la inmortalidad del alma muestra su pre-existencia. 2.- Por la afinidad del alma con las Ideas: Las Ideas son siempre idénticas en sí mismas. Son las Ideas simples. El alma es el lugar del conocimiento de las Ideas, luego debemos admitir que está configurada según de ellas, es decir de forma simple. Y lo que es simple no se corrompe porque no tiene partes. d. Ética y política. La ética y la Política de Platón son consecuencia de su metafísica. El fin último del alma que ha caído y se ha encarnado en un cuerpo es purificarse de la materia y elevarse a la pura y 117 Genara Castillo Córdova serena contemplación de las ideas. Para lograr esa purificación es preciso de la virtud, que es la perfecta armonía del alma. Platón distingue las siguientes virtudes éticas: La fortaleza, que corresponde al apetito noble; la templanza que controla al apetito inferior y la prudencia que es la que corresponde a la razón, al auriga. Por su parte la política debe constituirse a imagen del hombre. A cada una de las partes del alma corresponderá una clase de la sociedad: a la pasión o apetito inferior: el pueblo, encargado de los trabajos materiales y utilitarios; el ánimo noble: los guerreros o defensores; a la razón, los filósofos, que deben ser los directores del Estado. 4. ARISTÓTELES (384-322) Nace en Estagira en el año 384 a. C. Fue discípulo de Platón durante veinte años. Funda en Assos una especie de Academia platónica. Se ocupa de la formación de Alejandro Magno. En el año 335 forma su propia Academia en Atenas. Muere en el año 322. Sus obras principales son: La Física, Sobre el Cielo, Sobre la Generación y Corrupción. La Filosofía Primera, Del alma, Sobre la Sensación y el Sentido, Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo, La Política. a. Crítica de Aristóteles a Platón: Aristóteles profesa una gran estima a su maestro, Platón. Sin embargo, en bastantes de sus escritos polemiza con él. Tales objeciones son principalmente las siguientes: 1) Duplicación innecesaria de las cosas. Aristóteles muestra que ese mundo de las ideas que Platón construye con el objeto de dar razón de las cosas sensibles, es una duplicación innecesaria de las cosas. Por primera vez, un filósofo griego rompe con la dualidad establecida a partir de Parménides. 2) La doctrina de las ideas no explica la génesis de las cosas. Las ideas en Platón son conceptos, definiciones hipostasiadas. Las ideas no existen en este mundo sino en un cielo 118 Introducción a la Filosofía empíreo y el ser humano puede alcanzarlas post mortem. Sin embargo, para Aristóteles, las ideas platónicas a lo más que pueden llegar, si fuera aceptable la teoría de la participación, es a dar razón de lo que las cosas son, pero en ningún momento a explicar cómo las cosas advienen a ser. 3) El carácter trascendental de las ideas. La más importante objeción que Aristóteles hace a Platón es la de que las ideas son están fuera de este mundo, sino que están en la sustancia. Aristóteles no ve la necesidad de escindir y dividir las ideas de las sustancias, ya que aquellas pueden ser abstraídas de éstas, como luego explicaremos. b. Metafísica y realidad 1) La sustancia y los accidentes: Aristóteles comienza partiendo de la sustancia tal como la vemos y sentimos, es decir, la observación de la sustancia corpórea. Aristóteles distingue dos elementos en la cosa real: la sustancia y los accidentes. La palabra "sustancia" (ousía), tiene en Aristóteles dos significaciones. El sentido estricto de la sustancia es el de la unidad, que soporta todos los demás caracteres de la cosa. La sustancia es la quidditas, aquello de lo cual se predica todo lo que se puede predicar, lo sustante, lo que yace debajo de todo. Esta es la llamada sustancia segunda. El otro significado de sustancia en Aristóteles es el de sustancia primera, totalidad de la cosa, con sus caracteres esenciales y con sus caracteres individuales. En este sentido llama Aristóteles sustancia a lo individual. Los accidentes son las cualidades o propiedades que atribuimos a la sustancia como a su sujeto de inhesión. No son en sí mismos sino en otro, en la sustancia. Con su teoría de la sustancia Aristóteles ha destruido la dualidad del mundo sensible y el inteligible. Ha fundido estos dos mundos en el concepto de sustancia, de la sustancia primera, de la cosa real que está ahí. En el mundo sensible cada cosa tiene una existencia, es una sustancia. Si uno se pregunta ¿Qué es? entonces podemos sacar la forma sustancial a manera de una idea, se trataría de una "sustancia segunda", el concepto, la definición de la sustancia real existente; es decir, la sustancia 119 Genara Castillo Córdova hecha inteligible. Los elementos accidentales no añaden nada a la definición esencial, pero caracterizan la sustancia. 2) Noción de potencia y acto Aunque la teoría aristotélica del acto es muy difícil de explicar en pocas líneas, trataremos de acercarnos a ella partiendo de estas nociones de potencia y acto. Según Aristóteles, las ideas no explican el dinamismo existente entre los seres sensibles. Aristóteles se vuelve a plantear el dilema establecido por Heráclito y Parménides entre el ser y el movimiento, para salvar tanto el principio de identidad como la existencia del movimiento. Para salvar la fundamental unidad de las exigencias intelectuales y los hechos sensibles. Aristóteles hace entrar en juego la idea de "ente en potencia". "Ente en potencia" es irreductible al ente y al no ente. "Poder ser" no es propiamente ser, ni tampoco no ser en absoluto. El ente no excluye el "poder ser". Como consecuencia, el cambio no tendrá por principio el no-ente, sino el ente que hace de sujeto de ese poder-ser. El propio cambio intrínseco es posible si aquel ente a que afecta no es ya en acto cuanto puede ser. La misma explicación es válida para el movimiento cualitativo en el cuerpo físico. 3) Definición de movimiento: El movimiento es el paso de la potencia al acto. El movimiento no es ni el término inicial ni el término final, sino los sucesivos términos intermedios que hay entre ellos. Para ello el movimiento es "el acto del ente en potencia en cuanto está en potencia", es decir, en cuanto está realizando la potencia de estar en proceso hacia su término final. Los principales tipos de movimiento son: El movimiento local o de lugar: el ente móvil sigue siendo el mismo, aun cuando cambie de lugar. Movimiento de cualidad o alteración: también el ente móvil sigue siendo el mismo, aun cuando adquiere una nueva cualidad o altere alguna de las ya tenidas. Movimiento o cambio sustancial: es el propio sujeto el que cambia. En el cambio sustancial llega a ser un nuevo sujeto. 4) Materia y forma: Lo común a los términos del cambio sustancial es aquello "de lo que" se hace la sustancia nueva: la materia. En efecto, la 120 Introducción a la Filosofía sustancia nueva no puede beneficiarse de lo exclusivo y propio de la substancia que se extingue; ello es lo que en el cambio deja de ser. Así pues, el factor común a los extremos del cambio sustancial es aquello de lo que se hace la sustancia nueva que es la materia. En el cambio sustancial, el elemento propio de cada una de las sustancias es la forma. La materia se encuentra siempre revestida de una distinta modalidad de ser, informada de un modo u otro, pues es en sí misma lo determinable. Es algo potencial, de lo que surge, por el movimiento, una sustancia nueva. Un ente es, en consecuencia, sustancialmente mutable si se compone de materia y forma como principios de su entidad sustancial. 5) El hilemorfismo: El término "hilemorfismo" significa que la realidad material tiene una estructura, está compuesta por materia y forma. El cambio sustancial se entiende desde esos dos principios con los que está constituido todo ente material: la materia y la forma. A su vez, existe una distinción entre materia prima y materia segunda; entre forma sustancial y forma accidental. La materia prima es la potencia pura, determinable. La forma sustancial es lo determinante, el acto primero, aquello que hace que un ente sea tal ente y no otro. Materia segunda es la potencia de un ente completo; es lo determinable de una sustancia con respecto a nuevas formas, pero accidentales. La forma accidental es lo determinante, el acto segundo, pero con respecto a la sustancia ya constituida esencialmente. La materia prima, la forma sustancial, la sustancia segunda, la materia segunda y la forma accidental son principios entitativos. La sustancia primera es el individuo determinado y concreto, el ente completo. 6) Las categorías y los predicamentos. Aristóteles afirma la existencia del mundo, y de las cosas que constituyen.¿Cómo es ese ser realmente?. Aristóteles resuelve el problema de la estructura del ser con las "categorías". Estas son lógicas y ontológicas. Desde el punto de vista ontológico, considera a las categorías como las formas elementales de todo ser, como aquellas formas que, impresas en la materia constituyen el mínimo de forma necesaria para que el ser sea. Los predicamentos son pues, los modos supremos de ser. 121 Genara Castillo Córdova Los predicables no son ni sustancia ni entes reales, sino modos de predicar, según un mayor o menor acercamiento a lo específico e individual. Aristóteles afirma su inseparabilidad, es decir, las "categorías" son, al mismo tiempo, elementos primarios de la realidad y elementos primarios del conocimiento. Aristóteles afirma que son diez las categorías. La sustancia es la primera de las "categorías". Ya hemos visto qué es la sustancia. También de algo que es real, de una sustancia podemos predicar la cantidad, la cualidad, la relación, el lugar, el tiempo, la acción, la pasión, la posición y el hábito. 7) La causalidad Aristóteles sostiene que existen cuatro causas principales: la causa material, formal, eficiente y final. La causa material es aquello de lo que está hecha una cosa, la causa formal es la idea o forma (inteligible) conforme a la cual algo es, la causa eficiente es aquello que hace o ha hecho posible que una cosa sea, y causa final es aquello para o por lo cual está hecha una cosa. Es posible ver que desde la filosofía aristotélica hay una apertura a la trascendencia. Para Aristóteles el mundo en que vivimos es sensible y, al mismo tiempo, inteligible. Las cosas han sido hechas inteligentemente, esto le permite la apertura a la divinidad: Acto Puro, Motor Inmóvil, o Primera Causa. c. Filosofía del hombre A diferencia de Platón Aristóteles considera que el hombre es la unidad substancial de cuerpo y alma. Ni sólo cuerpo, ni exclusivamente espíritu. El alma es la forma sustancial del ser vivo, la define como: "Acto primero de un cuerpo natural organizado". El alma humana es no sólo inmaterial sino espiritual en razón de que posee dos facultades superiores que son la inteligencia y la voluntad. El conocimiento humano parte de lo sensible para llegar a lo inteligible. La sensación es el primer acto del proceso cognoscitivo. En la sensación el objeto sensible es sentido en acto y el sujeto es sentiente. Los sentidos externos son clásicamente cinco: vista, oído, gusto, oído, tacto. Entre los sentidos internos están: el sentido común, la imaginación, la memoria, etc. El conocimiento humano empieza por los sentidos, aunque no se queda ahí. El conocimiento sensible da lugar a la imagen sensible, concreta, singular. El intelecto agente es el que se 122 Introducción a la Filosofía encarga de desmaterializar aquella especie y abstraer la esencia, la cual es conocida por el llamado intelecto paciente, tal conocimiento da lugar a la idea, la que se expresa a través de un concepto universal. De este asunto trataremos con más detalle en la última parte, cuando veamos el tema del conocimiento y la verdad. Gracias a la inteligencia el hombre puede ser libre. La órexis humana es por su parte la que hace que el ser humano tienda a la felicidad. Pero esa tendencia a la felicidad no le dice al hombre dónde ni cómo encontrarla, por lo cual se precisa de la razón práctica para iluminar esa tendencia, ciega pero inevitable, a la felicidad. La garantía para alcanzar la felicidad es la teoría de la virtud que según Aristóteles se alcanza cuando se ejerce una actividad racional de gran discernimiento para lograr el punto medio en cada circunstancia. La virtud es un punto medio entre dos extremos, el exceso y el defecto, pero no es una media aritmética o geométrica, sino un culmen. Cuando ese justo medio es logrado es porque se ha producido un acto virtuoso. La razón puede y debe, según Aristóteles, influir en las tendencias sensibles "racionalizándolas", impregnándolas de racionalidad, modelándolas de acuerdo a criterios acertados. Cuando lo hace de esa manera se consigue la templanza, la fortaleza, etc. d. La ética aristotélica 1) La voluntad y los instintos La voluntad es el apetito derivado del conocimiento y tiene primacía sobre los instintos, que se mueven por el conocimiento de lo sensible. El objeto de la voluntad es el bien o fin inteligible. 2) El fin último del hombre: El fin último objetivo es el Acto perfecto, Motor Inmóvil, Bien supremo. El fin subjetivo es la felicidad. En torno al fin no se delibera sino en torno a los medios. El fin último se alcanza con las virtudes. La virtud presupone el acto racional, se forma a través de la enseñanza o el hábito. Las virtudes pueden ser éticas y dianoéticas. Son éticas las que se refieren a la voluntad: prudencia, fortaleza, justicia y templanza; y son dianoéticas las que se refieren a la inteligencia. 123 Genara Castillo Córdova e. La política Aristóteles sostiene que el hombre es un animal social por naturaleza. El Estado no sólo debe garantizar la seguridad ciudadana, sino procurar la felicidad de aquellos. Distingue tres formas de gobierno: la monarquía (gobierno de uno), la aristocracia (gobierno de unos pocos) y la democracia (gobierno de todos). 124 Introducción a la Filosofía II. LA FILOSOFÍA MEDIEVAL 125 Genara Castillo Córdova 126 Introducción a la Filosofía 1. SAN AGUSTÍN DE HIPONA (354-430) La filosofía cristiana comprende dos períodos claramente diferenciados. Uno corresponde a las postrimerías del Imperio romano (siglos I a IV). En él los llamados Padres de la Iglesia sistematizan el dogma y realizan los primeros ensayos de una armonización racional entre la fe cristiana y la filosofía. Estos esfuerzos culminan con la obra ingente –aislada en su magnitud– de San Agustín. Consumada después la división y ruina del Imperio romano, el Occidente europeo conoce siglos de invasión y de incultura, siglos que, desde el punto de vista de la filosofía se han llamado "siglos en blanco". La Iglesia recoge durante ellos en sus monasterios los restos de la cultura grecolatina y los transmite a la posteridad, haciendo así posible que, a través de una larga gestación, renazca una segunda época de la filosofía cristiana en la cultura medieval que abarca del siglo IX al XV. El primero de estos períodos suele llamarse patrística, y el segundo, escolástica, debido a su origen en las escuelas eclesiásticas de la alta Edad Media El primer período de la Filosofía cristiana culmina con San Agustín, que es uno de los pensadores más grandes del cristianismo. Nació en Tagaste (África) en el año 354 d.C. Muere en 430. Estudió retórica en Cartago. Perteneció a la secta de los maniqueos. En Roma enseñó retórica. También en Milán, donde entró en contacto con la filosofía neoplatónica. Se bautizó en Milán. Vuelve a Tagaste. En el año 395, tras ordenarse sacerdote en el 391, es consagrado obispo de Hipona. Sus principales obras son: Las Confesiones, Sobre el Libre Albedrío, Sobre la Trinidad, La Ciudad de Dios, etc. La filosofía de San Agustín representa el esfuerzo de la fe cristiana que busca una mayor inteligencia de su propio contenido, con ayuda de un instrumento filosófico formado sobre todo en base al neoplatonismo de Plotino. Su formación filosóficoneoplatónica procede de los años anteriores a su conversión. Poco a poco se fue sirviendo menos de esa filosofía, que siempre concibió subordinada a la fe. a. La filosofía como itinerario hacia Dios. El pensamiento agustiniano está relacionado con la interioridad y con la búsqueda de la felicidad. Se inspira en el 127 Genara Castillo Córdova anhelo del hombre que busca a Dios en todo y por encima de todo. Dios y la felicidad de encontrarle constituyen el único fin del filosofar. El mundo sólo le interesa en cuanto conduce a la propia interioridad y por medio de ella hasta Dios. El medio para conseguir la felicidad es la posesión de la Verdad. San Agustín es un hombre de una extraordinaria lealtad interior. En la historia de la filosofía existen muchos ejemplos de búsqueda de la verdad, diferentes personalidades y diversas circunstancias. Sin embargo, en San Agustín se manifiesta una búsqueda de la verdad realmente apasionada. Pareciera que no da un paso sin antes plantearse si es o no verdadero. Quizá lo más admirable y valioso de San Agustín es ese afán incanzable de alcanzar la verdad, sin componendas, sin medias verdades, sin medios compromisos. Después de todo, ¿no es esto propio de la filosofía y de los auténticos filósofos?. Ya desde los comienzos de sus especulaciones, se nos presenta un hombre sediento de verdad, que no se deja impresionar fácilmente, que profundiza, y como podemos ver en sus Confesiones, cuando tiene que dejar algo lo deja, aunque le cueste. Después del maniqueísmo, buscó la verdad en el academismo de ese entonces, pero se encontró con un escepticismo casi absoluto que sólo dejaba espacio para la probabilidad. Agustín medita profundamente estos temas y en su indeclinable anhelo de verdad acaba viendo la insinceridad cómoda de esta posición: quien afirma lo probable conoce de alguna manera lo verdadero; la probabilidad se dice en razón de la verdad y carecería de sentido sin ella. No es lícito al hombre encerrarse en una posición de escéptica indiferencia cuando todo su espíritu clama por la verdad y la supone en el fondo de su pensar y hacer. En este momento de su itinerario en pos de la verdad, es esta experiencia, la íntima percepción de su propia existencia, de su espíritu anhelante de verdad, lo que le lleva a superar el escepticismo abandonándolo por incoherente e ilógico. A continuación buscó la verdad en la filosofía neoplatónica, la cual le abrió a la contemplación de las verdades eternas que existen por sí en el mundo del espíritu. Sin embargo, la lejana y abstracta realidad de las ideas no podían satisfacer un espíritu como el de Agustín que buscaba el sentido y el origen– personal– de la realidad. En este punto, gracias a la limpia sinceridad de su alma y a las oraciones de su madre, se produce su conversión al cristianismo. 128 Introducción a la Filosofía Todo este itinerario desde las primeras amarguras de la duda hasta la serena posesión de la verdad, desde la inquietud en el pecado hasta la íntima alegría de la gracia, nos lo refiere San Agustín con emocionante veracidad en su libro Confesiones. La intensidad de la posesión y del gozo una vez encontrada es proporcional a la rectitud y pasión con la que se la ha buscado. Por ello, una vez que Agustín encuentra la Verdad en el Cristianismo se va a dedicar con todas sus fuerzas a comunicarla, a serle fiel, y a luchar contra las herejías. San Agustín estudió las relaciones de la fe y de la razón basada en su propia experiencia espiritual: La fe es como una meta de la especulación, y al mismo tiempo, el punto de partida para nuevas especulaciones. Es conocida su frase: entiende para creer "Intellige ut credas" (demostración de la credibilidad) y cree para entender "crede ut intelligas". El deseo de conocer mejor lo que ya se cree, origina una actitud positiva ante la filosofía. Así mismo, pone de relieve la importancia de la voluntad humana, ya que la inteligencia sola no basta: Para quien quiere creer tengo muchos argumentos, para quien no quiere creer no tengo ninguno. b. El origen del universo San Agustín sostiene que por su mutabilidad, las cosas muestran que han sido creadas por Dios de la nada: entre "El que es" y todas las cosas que no son Dios, media un infinito vacío metafísico que separa la completa autosuficiencia de Dios de la intrínseca falta de consistencia de los existentes creados. Todas las cosas han sido creadas por un acto de la voluntad divina, que las ha sacado de la nada a todas a la vez. Dios ha dejado en el universo sus huellas, una especie de "semillas" divinas. De acuerdo a su herencia neoplatónica, sostiene que las Ideas, consustanciales con la esencia divina, son fundamento y fuente del ser: fundamento inmutable de las realidades mutables y contingentes del mundo sensible y fuente de verdad e inteligibilidad. c. El ser humano. Entre las criaturas, las superiores son los ángeles, cuya existencia conocemos sólo por la fe. El hombre, según San Agustín, en cuanto a su naturaleza es muy poco inferior al ángel. 129 Genara Castillo Córdova El hombre es una sustancia completa, compuesta de alma y cuerpo; pero ya la sola alma es una sustancia racional completa hecha para gobernar un cuerpo, sustancia también completa de suyo. Esto plantea dificultades a San Agustín en su explicación de la unidad sustancial del hombre y a la hora de explicar las relaciones entre alma y cuerpo. El alma está presente toda entera en todo el cuerpo, mediante su continua acción vivificadora sobre él. En la sensación, el alma, que participa de la luz divina, atendiendo a las modificaciones del cuerpo, forma en sí una semejanza de la cosa, ya que el cuerpo no puede actuar sobre el alma. El objeto del conocimiento sensible son las realidades mudables. Por tanto, no pueden proceder de ese ámbito los conocimientos verdaderos en sentido propio, es decir, necesarios y estables. Estas verdades necesarias, inmutables y eternas, las encuentra el alma en sí misma, pero ella no puede ser su fuente, porque juzga según ellas y son, además, algo superior. Esas verdades están en el hombre porque Dios es el Maestro interior y el Sol inteligible que ilumina nuestra inteligencia y le da a participar los mismos objetos inteligibles o ideas (doctrina de la iluminación). A diferencia de todo lo exterior que se capta con la ayuda de los sentidos, el alma se capta por una vía puramente interior. El fin futuro del alma es la visión de Dios. El alma es inmortal, es indestructible, porque es asiento de la verdad inmutable y porque su contrario, el error no es capaz de destruirla. d. El mal y la libertad. San Agustín sostiene que toda realidad es buena en la medida en que es. El mal no puede considerarse ser: el mal se define frente al bien, sin el cual no podría existir, ya que es precisamente privación de ser y bien. Los males naturales o físicos no son propiamente males, sino privaciones parciales queridas por Dios en vista del bien total del universo. El único mal verdadero es el mal moral, el pecado, que procede de la libre voluntad de las criaturas racionales. La voluntad humana considerada en sí misma es buena; sólo es mala en cuanto privada del orden debido, por el pecado. La voluntad creada es falible. El libre albedrío es la facultad de elegir o no una cosa. En sí mismo un bien y condición para la bienaventuranza, pero comporta el riesgo del pecado. La rebelión del cuerpo contra el alma es consecuencia del pecado original, del que proceden la concupiscencia y la 130 Introducción a la Filosofía ignorancia. El alma, orientada desde entonces a lo sensible, se agota al producir imágenes y puede terminar tomándose a sí misma por un cuerpo. San Agustín comprendió la necesidad de la gracia para poder salir del pecado y cumplir la ley de Dios. La gracia restituye al libre albedrío eficacia para hacer el bien. e. Las dos ciudades Las dos ciudades son: la ciudad terrestre, que es la temporal, la que vivimos en este mundo, y la ciudad celeste, es la intemporal y que se puede encontrar post mortem. Las sociedades temporales, afirma San Agustín, están destinadas a conseguir los bienes temporales necesarios para la vida. Además, los cristianos de todos los pueblos y de todos los tiempos, en virtud de su amor a Dios, componen la Ciudad de Dios, cuya construcción es lo que da sentido a la historia universal. Cada una de estas dos ciudades tienen su propia misión, que no debe entrar en colisión con la otra. Esta fue la primera solución al problema de las relaciones Iglesia-Estado, que ha atravesado la historia política de Occidente hasta nuestros días. 2. SANTO TOMÁS DE AQUINO (1225-1274) La doctrina de Santo Tomás representa la más alta obra especulativa de síntesis entre fe y razón. En Santo Tomás cristaliza de modo singular toda la tradición teológica de los Padres de la Iglesia. Santo Tomás pone al servicio de la teología la síntesis más alta de aristotelismo y platonismo. Nació en 1225, es educado por los benedictinos del Monasterio de Montecasino. Estudia en Nápoles, donde se inicia en la filosofía aristotélica. A pesar de la oposición familiar ingresa en los dominicos. Después, es alumno del "Estudio General" de Colonia. Con las enseñanzas de San Alberto, que es su maestro, conoce la doctrina de Aristóteles. Tras su ordenación sacerdotal empieza a enseñar. El primer período italiano de su enseñanza (1259-1268) es el más tranquilo y transcurre trabajando en la Universidad de la Corte Pontificia en Viterbo y Orvieto. El segundo período, (1269-1271) el de su enseñanza en París se caracteriza por la defensa filosófica de la doctrina cristiana contra el averroísmo. En 1272 vuelve a Nápoles 131 Genara Castillo Córdova a reorganizar la enseñanza de teología en la Universidad. Muere en Fossanova en marzo de 1274, de camino hacia el concilio de Lyón. Su obra es muy fecunda. La mayoría son comentarios ligados al método de la enseñanza universitaria, de entre ellos sobresalen los Comentarios del Antiguo y Nuevo Testamento, así como los Comentarios a Aristóteles. Los demás escritos se deben a encargos o necesidades apostólicas, consultas, predicación, etc. El más importante es la Suma Teológica, escrita para facilitar el aprendizaje de la teología. La Suma contra Gentiles se debe al encargo de San Raimundo de Peñafort, general de la Orden. a. Algunas líneas importantes de su pensamiento. - Es el primero en haber concebido la teología como ciencia que tiene como primeros principios recibidos los artículos de la fe, y que a partir de ellos obtiene conclusiones con ayuda del conocimiento natural metafísico. - Logra una distinción rigurosa entre el orden de la gracia y el de la naturaleza, cada uno de los cuales tienen principios propios. Hay unión en el creyente, pero no confusión. - Rechaza el platonismo puro: el mundo no es mera apariencia, sino que tiene una propia consistencia real y verdadera, que es camino para descubrir a Dios. -El hombre ve el reflejo de Dios en este mundo, pero puede obtener el conocimiento de éste por vía natural, gracias a su propio intelecto y no por iluminación divina. -La doctrina tomista del intelecto agente contribuye a ver la consistencia ontológica de la persona capaz de conocer y querer. -Los primeros principios del conocimiento no son innatos, sino fruto de una inducción a partir de lo sensible. b. La metafísica tomista Tomás de Aquino se fundamenta en la metafísica de Aristóteles, por ello no expondremos más que lo propiamente nuevo u original respecto a aquella. Su logro máximo es la distinción real de esencia y acto de ser. Santo Tomás acepta que existen entes o sustancias en el universo, pero aunque considera que la doctrina aristotélica del acto es muy valiosa; sin embargo cabe una nueva concepción del acto y correlativamente sobre la potencia. El acto de ser creado no es sólo perfección intrínseca del ente, como decía Aristóteles, sino 132 Introducción a la Filosofía que se trata de un acto de ser que es participación del Acto Puro y Personal: Dios mismo. A ese acto de ser creado le corresponde una esencia que es potencial respecto del acto. Estos dos principios se distinguen realmente. Observamos que "lo que es" el ente no incluye en sí y de por sí la necesidad de ser, pues podría no haber sido e incluso, a veces, puede dejar de ser lo que es. De ahí se descubre la distinción entre "aquello por lo que una cosa es lo que es", lo cual llamamos "esencia", y aquello por lo que el ente "es o existe" que podemos llamar ser, acto de ser, o según la terminología latina: esse. A esta doctrina del Acto se une la Doctrina de la participación. El ente es por participación, pero ésta no se entiende como un único proceso de degradación a partir de una esencia, sino que la participación del ser en la criatura se da por su recepción en la esencia. Se trata de una relación recipienterecibido, participante-participado, potencia-acto. El acto de ser creado es recibido por la esencia. c. El ser humano El hombre es entonces una criatura que ha recibido de Dios el ser personal, es imagen y semejanza suya y sus operaciones más propias son las espirituales. El conocimiento humano parte de lo sensible y llega a lo intelectual, lo cual corre a cargo del intelecto agente que desmaterializa la imagen sensible y de la inteligencia pasiva que recibe esa esencia conociéndola. De este modo se producen las ideas, con las cuales se forman los juicios y razonamientos. La voluntad por su parte, debe actuar junto a la inteligencia en la acción práctica especialmente. La libre voluntad debe elegir personalmente su Fin Último que es Dios, hacia lo cual apunta todo el orden moral. Con todo, la realidad más plena, Dios, no es objeto de conocimiento natural sino de otro nivel, del sobrenatural, que tiene una naturaleza propia. 133 Genara Castillo Córdova 134 Introducción a la Filosofía III. LA FILOSOFÍA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA 135 Genara Castillo Córdova 136 Introducción a la Filosofía Es difícil explicar en pocas palabras lo que ha sido la filosofía moderna y contemporánea. Lo que hemos visto a través de la Filosofía Antigua y Medieval, son las bases para una perspectiva filosófica acertada, ya que el cambio que se da a partir de la filosofía moderna y contemporánea es radical. 1. El legado de la filosofía tardomedieval. Guillermo de Occam (1295/6-1349/50) es quien da el giro del pensamiento escolástico de manera definitiva. Recibe de su maestro Duns Escoto, el postulado de que es imposible llegar al conocimiento de Dios con la abstracción intelectual. Según Escoto, la capacidad humana no puede medirse con la Realidad Divina. Esta desconfianza de la inteligencia humana les hacen volver la mirada a la simple fe, como único recurso para acceder a ese conocimiento, con lo cual la síntesis que Augustín de Hipona y Tomás de Aquino habían elaborado se vio claramente cuestionada. De ahora en adelante la teología discurre separada de la filosofía. Los planteamientos de Occam, son básicamente los siguientes: -Principio de la economía: Es la llamada la "navaja" de Occam y afirma que se deben simplificar al máximo las explicaciones, eliminando los numerosos conceptos empleados por la escolástica hasta ese momento. -Todo lo que existe es singular, es decir, que no existen naturalezas o esencias universales, comunes a varios individuos. -Prioridad de la experiencia: Se le da la primacía al conocimiento intuitivo del singular. -Nominalismo: El concepto universal no tiene un contenido real, La palabras son puros nombres, voces vacías (flatus vocis) -Voluntarismo: Si la inteligencia se declara incapaz de tener un alcance respecto al conocimiento profundo de la realidad sólo queda la voluntad, hasta tal punto que los mismos mandatos divinos sólo son producto de la omnipotencia divina, Dios mismo es mera voluntad, de manera que si Dios mandara odiarle, habría que hacerlo, es decir, que no hay nada que justifique los mandamientos sino la simple arbitrariedad divina. 137 Genara Castillo Córdova 2. Las revoluciones científicas y culturales. Como se sabe, son muy importantes el movimiento del Renacimiento, y especialmente la nueva concepción del universo, que llevan a cabo Copérnico, Kepler y Galileo, cuya influencia fue enorme. Junto con esto una nueva metodología científica (Bacón), se convierte en el modelo de método a seguir. A todo esto se añade la Reforma protestante (Lutero) y los cambios económicos de está época, lo cual origina una nueva actitud del hombre moderno ante la realidad. 3. Descartes (1596-1650) Es considerado el Padre de la Filosofía Moderna y su método cartesiano, matemático busca extenderse más allá de extenso material. Lo que se busca es la certeza, lo claro y distinto para el propio sujeto. La primera regla del método cartesiano es la de la evidencia según la cual no se considera como verdadero nada que no sea evidente. A la regla de la evidencia le siguen el análisis y la síntesis, junto con la revisión. Sin embargo, con este planteamiento se simplifica el conocimiento de la realidad y reaparece de nuevo el dualismo antiguo: materia-espíritu, ya que según Descartes, las evidencias contundentes, indubitables son dos, por una parte el cogito, el pensamiento, es la res pensante, y por otro la res extensa: la sustancia material. Esta escisión se aplica también al ser humano, originando el dualismo cuerpo-alma A partir de esta ruptura de la realidad y del ser humano hay quienes toman partido por uno u otro extremo con exclusión de su opuesto: el racionalismo por un lado (Leibniz, Spinoza), que toma partido por la res pensante, y el empirismo (Hobbes, Locke, Berkeley y Hume) que defiende la res extensa reduciendo la realidad a sólo lo material cuantificable. 138 Introducción a la Filosofía 4. Manuel Kant, (1724-1804) Es quien realiza el gran intento de unir aquella desgarradura o escisión de la realidad. Kant es un importante pensador alemán que intenta unir la realidad externa con el espíritu humano. En el conocimiento la realidad aporta un flujo de sensaciones que serán ordenadas por unas formas y categorías mentales. Según la filosofía kantiana se trata de responder a tres cuestiones: ¿qué puedo yo saber?, ¿qué debo yo hacer? y ¿qué me cabe esperar? En definitiva Kant llega a considerar que la realidad, en último término, es incognoscible, es la cosa en sí kantiana, que se resiste a ser conocida. De acuerdo con esto la pregunta sobre la filosofía práctica no tiene asidero posible, y Kant llega a formular para la práctica su famoso imperativo categórico: "Obra de tal manera que tu obrar pueda ser erigido como norma de conducta universal". Es decir, si no ha tenido respuestas ciertas en la teoría la práctica no se puede iluminar, más que con la fuerza voluntaria manifestada en el imperativo. Por su parte, la última pregunta tampoco puede ser contestada desde la filosofía, por tanto el recurso a la sola fe es inminente. Kant con su criticismo y su planteamiento cognoscitivo de sujeto-objeto, pone los antecedentes de lo que sería el gran idealismo moderno, representado por Federico Hegel. 5. Federico Hegel (1770-1831) Llega a absolutizar el idealismo crítico kantiano. El problema del idealismo kantiano es pretender que la cosa en sí sea incognoscible y que todavía se la siga conservando y haciéndole caso. Hegel no tiene ningún problema en pasarla por alto, y sostiene que la Razón Absoluta se despliega a lo largo de la historia, aunque un tanto enajenada. El Absoluto procede según un proceso dialéctico: tesis- antítesis, de nuevo tesis, y así superando la antítesis, la negación que ésta conlleva, se puede ir avanzando hasta la síntesis, de modo que se consiga el progreso en la racionalidad, que por otra parte se identifica con lo real: "Todo lo real es racional y todo lo racional es real". 139 Genara Castillo Córdova 6. El post hegelianismo. El idealismo absoluto de Hegel es contestado inmediatamente de una manera muy aguda por Soren Kierkegaard, quien es el antecedente próximo del existencialismo moderno. Según Kierkegaard no hay una verdad en sí misma, sino una verdad "para mí". Lo más importante no será llegar a los conceptos, sino la realidad concreta. Junto a Kierkegaard se le unirá posteriormente Federico Nietszche cuyo voluntarismo es muy acentuado, y también J. P. Sartre y Heidegger. Así pues, después de Hegel hay un desplome del pensamiento, los filósofos post-hegelianos reaccionaron en contra de ese idealismo absoluto y enarbolaron la bandera de la existencia humana, concreta, subjetiva. Mucha gente renunció al esfuerzo de pensar en rigor, si el gran Hegel lo había intentado y había fallado, qué se podía esperar de uno, con condiciones más precarias. Desde ese momento se ha renunciado a las formulaciones potentes, a los grandes sistemas, y la mayoría se ha dedicado a cositas más inmediatas, no tan altas; se ha desistido de pensar con todas sus exigencias y de esa manera se ha ahondado más la crisis presente. La sospecha de la razón, la vacilación, la duda de sí es posible alcanzar la verdad ha cobrado ya muchas víctimas y ha sembrado mucha confusión, dolor y desorientación. Por eso, el reto que tiene planteada la filosofía hoy es la de renacer, la de tomar pie en la Filosofía aristotélico-tomista, entrar en diálogo con los principales filósofos modernos, contemporáneos y actuales e iniciar un período de resurgimiento. El reto es muy difícil ya que el conocimiento se ha hecho más extensivo, así, las ciencias particulares han conquistado cada vez más saber que una nueva y potente filosofía debería saber alumbrar e integrar. 140