EL VIAJE El viaje sería largo. Toda una vida esperando. La noche anterior a la partida, había paseado por las calles de mi ciudad natal, había respirado el aire familiar del mar, ese aire húmedo, frío, lleno. Ahora estoy aquí, en el coche, grabando lo que veo, lo que siento. Conducía por una carretera comarcal. Estaba anocheciendo y empezaba a dormirme, así que paré al lado del camino. Un mismo pensamiento azotaba mi cabeza una y otra vez. ¿Por qué, por qué, ....?. No quería morir, no quería dejar de vivir, de pensar, de soñar, de sentir. Alcé la vista y los faros del coche iluminaron un cartel : “Cementerio La Misericordia” y abajo un letrero pequeño que ponía “Se aceptan donativos”. ¿Irónico verdad?, donativos para salvarse, y sin embargo nadie se ha salvado de ella. Nosotros podemos pensar sobre la muerte, tenerla miedo, esperarla, angustiarnos, pero da igual, ella, no es un ser vivo, no se inmuta, no tiene sentimientos, no es tangible, no tiene forma, simplemente actúa, así pues le da igual que la desafiemos. No podemos vivir sin creer que hay alguien que lo controla todo, incluso nuestra muerte, pero sea o no cierto, exista o no, el caso es que acabamos muriendo, de una forma u otra, pero morirnos es nuestro destino. Ni siquiera vale la pena tratar de descubrir cómo va a ser nuestra muerte. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué necesidad tienes de saberlo? ¿La curiosidad? ¿Piensas que con ello, sabiéndolo puedes evitarla y así alargar tu vida e incluso encontrar la eternidad? .¡Pues bienvenido al mundo real, si es que esta es la realidad, porque, créeme, no vale la pena, no pierdas el tiempo, pero si aun así, quieres seguir, !Adelante¡ si eso te hace perder el miedo ¡Vamos! Si te hace sentir más seguro ¡hazlo! Pero luego, no llores por haberlo descubierto, no pidas que te devuelvan el tiempo que has perdido buscando tu muerte, porque no te lo van a dar, eres MORTAL, recuerda, y aunque te reencarnases en otra vida y tu espíritu fuese eterno, no lo sería tu recuerdo, entonces ¿vale la pena seguir viviendo? Sí, claro que sí, pensar, sentir, son cosas que no se puede hacer cuando estás muerto, o al menos no tenemos constancia de ello. Y si algo nos demuestra que hay esperanza, esperanza de felicidad, es el sol, fíjate en él, cada mañana nace, nuevo y reluciente, la luz llega al cenit, a lo más alto y sin embargo aun creyendo que es imposible que tanta belleza no pueda apagarse, al terminar el día, muere, desaparece, y la luna llora estrellas y reina la oscuridad, y cuando creemos que todo está perdido, que el sol ha muerto y con él la luz, vuelve de nuevo, triunfante, victoriosa. Ha pasado una vida y sin embargo sólo han sido unas horas y nosotros no estamos fuera de eso, morimos todas las noches pues dicen que el dormir es morir y aun habiendo muerto y vuelto a la vida, queremos saber más, aprender, descubrir, buscar, pensar, sentir más que nunca, y a medida que pasan los días nuestro saber aumenta, sólo se arrepiente de no haberlo hecho al principio y el que sí se interesó se lamentará de no tener más tiempo para seguir aprendiendo, sintiendo, conociendo, porque es la única forma de apreciar la vida, el saber que después llega la muerte, que acaba y volvemos a empezar. Sin embargo, el no conocer qué hay detrás de la muerte es lo que nos da miedo, y rabia. ¿Seguiremos pensando después de la muerte? ¿Existe la reencarnación? Si es así, si existiera, entonces seríamos eternos, y de qué serviría empezar de nuevo siglo tras siglo, vida tras vida, de qué serviría entonces morir, o es que ¿somos un juego? ¿Somos unas fichas de tablero y alguien nos mueve? ¿Somos un juego tan avanzado que incluso parezcamos seres individuales con nuestros propios sentimientos? ¿Es la historia una mentira? Hemos tocado la luna, ¿pero existe de verdad, o es nuestra imaginación?. Bueno, y ¿por qué te preguntas todo esto? Quizás pienses que no vale la pena aprender, porque ya que vas a morir, por qué sufrir. ¿Por qué complicarse la vida?. Ya, pero te olvidas de algo, nadie ha vuelto para contarte qué hay detrás de la muerte, no lo sabes y por lo tanto nunca sabes si puede servirte lo que aprendes aquí y ahora. Estudia, aprende, analiza, piensa, piensa sobre las cosas y después descansa en paz, no te preocupes de la muerte, deja que venga no intentes esquivarla, no vale la pena, no es malo, no es triste, es una oportunidad, de demostrar que puedes sobrevivir, más que el sol.