1/8 Protección de datos y copropiedad Carlos VIGIL FERNÁNDEZ Doctor en Derecho Diario La Ley, Nº 8607, Sección Tribuna, 17 de Septiembre de 2015, Editorial LA LEY LA LEY 5189/2015 I. INTRODUCCIÓN Las formas más frecuentes de copropiedad en nuestro Ordenamiento Jurídico son la comunidad de bienes, la comunidad hereditaria, y la comunidad ganancial, reguladas por el Código Civil, y las comunidades en régimen de propiedad horizontal, regidas por el art. 396 CC y por la Ley 49/1960, de 21 de julio (1) . Debido al normal tráfico jurídico y económico de estas comunidades, la titularidad del derecho de propiedad coexiste con el acceso de los cotitulares a los datos personales de cada uno de ellos. Esto hace necesario relacionar las normas que rigen las actuaciones de los copropietarios, entre sí y con terceros, y la administración y disposición de sus derechos, con las que parten del carácter individual y personalísimo de los datos personales de cada uno de ellos. La defensa de los datos personales se lleva a cabo con la LO 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y su Reglamento aprobado por RD 1720/2007, de 21 de diciembre, que parten de un concepto muy amplio de dato personal. Protegen cualquier información concerniente a personas físicas identificadas o identificables, ya sea numérica, alfabética, gráfica, fotográfica, acústica o de cualquier otro tipo [ arts. 1 LOPD y 5.1 f) RLOPD], siempre que esté organizada o estructurada (2) . Se configura así un derecho a la protección de toda información personal, calificado como derecho fundamental por el Tribunal Constitucional (3) . Para el análisis de esta normativa, se partirá de la distinción entre tratamiento de los datos y su cesión o comunicación (art. 10.1 RLOPD). II. LA COMUNIDAD GANANCIAL La comunidad ganancial está constituida por las ganancias o beneficios obtenidos indistintamente por cualquiera de los esposos (arts. 1.344 y ss.). Diario LA LEY 20/10/2015 2/8 a) El tratamiento de los datos personales de un cónyuge, entendido como organización y posterior utilización o gestión interna, puede hacerlo su consorte cuando sea conveniente para la adecuada constitución, existencia y devenir de la comunidad ganancial. Este tratamiento se produce de una manera natural, como consecuencia de los efectos personales de matrimonio. De hecho, la LOPD no es de aplicación al ejercicio de actividades exclusivamente personales o domésticas [ art. 2.2.a) LOPD]. Pero incluso fuera de este ámbito doméstico, en una esfera externa, tales datos pueden ser objeto de recogida, grabación, conservación, elaboración, modificación o bloqueo por ambos esposos indistintamente [ art. 3 c) LOPD]. Así, están facultados para tratar, conocer y comprobar, por ejemplo, la correcta gestión de la empresa ganancial a nombre del otro, accediendo a la cuenta unipersonal desde la que contribuye a sus gastos, a informes económicos, clientes y proveedores, título de adquisición de los bienes que forman la empresa, situación fiscal y laboral, etc. ( arts. 1383 y 1393.4.º CC). Pero no los datos que ajenos a la comunidad ganancial, como la matrícula del coche privativo de uno de los cónyuges, club deportivo al que pertenecen, afiliaciones políticas, etc. La facultad recíproca de cada cónyuge para hacer la mencionada utilización de los datos personales del otro, sin que ésta haya expresado su consentimiento a tal uso, deriva de la existencia de una relación jurídico-económica entre ellos ( art. 6.2. LOPD). Es cierto que esta relación no se puede calificar propiamente como una relación negocial, y que la comunidad ganancial no surge siempre de pacto de los cónyuges, al ser un régimen económico matrimonial supletorio, aplicable por ministerio de la Ley ( art. 1316 CC). No obstante, la licitud de este tratamiento deriva de que el matrimonio y la aplicación al mismo de un determinado régimen económico son actos libres que caen dentro de la esfera de la autonomía de la voluntad. Y puede entenderse que en las comunidades gananciales existe un consentimiento entre los cónyuges que se equipare al consentimiento o voluntad contractual o negocial ( art. 1261 CC) (4) . b) Por contraposición al uso interno, la cesión o comunicación se produce cuando los datos personales relacionados con bienes gananciales salen del control de los cónyuges, y pasan a ser conocidos por otras personas (5) . Puede ocurrir tanto por un acto de administración como por un acto de disposición de bienes. En ambas situaciones, la comunidad ganancial se rige por la regla general de gestión y disposición conjunta por ambos cónyuges ( art. 1375 CC). Por lo tanto, al cumplir con la preceptiva intervención en los actos de administración y disposición de ambos esposos, se está observando el requisito del consentimiento exigible en la cesión o comunicación establecido en la legislación de protección de datos. Ahora bien, está prevista la posibilidad de actos de administración y disposición de bienes gananciales realizados exclusivamente por uno de los cónyuges sin consentimiento de su consorte. En efecto, son válidos los actos unilaterales encaminados a satisfacer las necesidades ordinarias de la familia, admitidos para cualquier régimen económico-matrimonial ( art. 1319 CC). También lo son los actos de administración ordinaria de bienes y los de disposición de títulos valores realizados por el cónyuge a cuyo nombre figuran o en cuyo poder se encuentran, el ejercicio de derechos de Diario LA LEY 20/10/2015 3/8 crédito por aquel a cuyo nombre estén constituidos, la realización individual de gastos urgentes de carácter necesario, los realizados en el ejercicio de funciones tutelares, o ante la imposibilidad de prestar consentimiento por parte del otro cónyuge, por el abandono de familia, y por una separación de hecho ( arts. 1384 a 1388 CC). Y lógicamente, los actos encaminados a obtener la tutela judicial efectiva (6) . Estas excepciones a la cogestión y a la codisposición, que pueden implicar que una persona trate o ceda los datos personales de su consorte, también tienen cabida en la legislación de protección de datos, bien por constituir el ejercicio del derecho a la tutela judicial efectiva ante los Tribunales de Justicia, o el de acudir al Defensor del Pueblo, Ministerio Fiscal o Tribunal de Cuentas, bien por entender que es necesario para el correcto desarrollo de la relación jurídica existente entre los cónyuges [ art. 11.2.d) LOPD] (7) . Para la licitud de tal cesión de datos, ésta no puede quedar a la libre voluntad del cónyuge no titular cedente, sino que la cesión de datos debe ser necesaria para la correcta administración o disposición. Es decir, la comunicación sólo será legítima en cuanto se limite a la finalidad que la justifique. Por ejemplo, uno de los cónyuges entrega a un banco las nóminas expedidas por la Administración Pública para la que trabaja el otro, con el fin de negociar la financiación de la empresa ganancial. III. COMUNIDAD ORDINARIA Y COMUNIDAD HEREDITARIA La comunidad ordinaria, también llamada romana, nace cuando la propiedad de una cosa o un derecho (real) pertenece pro indiviso, es decir, por cuotas, a varias personas ( arts. 392 y ss. CC). Cuando esta comunidad recae sobre el derecho de propiedad, se denomina copropiedad, o condominio, en el que nos vamos a centrar (8) . La comunidad hereditaria, a diferencia de la comunidad romana, carece de régimen legal específico, y se caracteriza porque las cuotas de propiedad son meramente ideales, de modo que los herederos con cotitulares de un todo, de la masa hereditaria universal (que no puede inscribirse, sino tan sólo anotarse, en el Registro de la Propiedad). Por esta razón, los herederos carecen de un derecho individual sobre cada uno de los concretos bienes que forman el caudal relicto, ni tienen el disfrute de los mismos ( art. 1063 CC), ni pueden disponer de partes indivisas sobre ellos, sino que cada uno ostenta la condición de precarista respecto a estos bienes, cuyos frutos se integran en la comunidad hereditaria, correspondiendo éstos y la posesión legítima a dicha comunidad (9) . a) Cualquier comunero está facultado para el manejo de los datos personales de los demás que sean necesarios para el buen régimen de la comunidad, ordinaria o hereditaria. Es decir, pueden tratar, con efectos internos, los nombres del resto de los comuneros, domicilios, teléfonos, ingresos y gastos que la comunidad les produce, título de adquisición de su condición de comunero, expedientes administrativos seguidos contra cualquiera de ellos por la administración (por ejemplo, por falta de seguridad y salubridad de un inmueble común), etc. Esta posibilidad, al igual que ocurre con el régimen ganancial, deriva la relación jurídica que existe entre los comuneros ( art. 6.2 Diario LA LEY 20/10/2015 4/8 LOPD). Ciertamente, vimos que la norma habla de relación negocial, que incluye los supuestos en los que la copropiedad ha surgido de un contrato, pero deja fuera los supuestos en los que procede, por ejemplo, de una sucesión mortis causa, testada o intestada ( art. 609 CC). El legislador parece haberse olvidado de estos supuestos. No obstante, la LOPD parece utilizar indistintamente las expresiones relación negocial y relación jurídica. En última instancia, aunque la no contempla los vínculos jurídicos surgidos directamente por la voluntad de un testador, o por ministerio de la ley, la adquisición de la herencia o legado es un acto enteramente voluntario y libre. Esta conformidad para estar en comunidad, y el hecho de que nadie está obligado a permanecer en ella ( arts. 988 y 400 CC), implica entender que en las comunidades hereditarias existe un consentimiento entre los coherederos que puede equiparse al consentimiento o voluntad contractual prevista para que exista un contrato ( art. 1261 CC). b) En cuanto a la cesión de datos, puede proceder de un acto de administración que conlleve el conocimiento por parte de terceros de los datos personales de los comuneros. Una vez que éstos decidan sobre un concreto acto de administración de la cosa ( art. 394 CC), este acuerdo obliga a todos a colaborar en el sentido del mismo, o bien a tolerar que los encargados de su ejecución los lleven a cabo, cediendo a terceros, si es preciso, los correspondientes datos personales. La comunicación o cesión de datos personales que en estos casos se produce (por ejemplo, uno de los comuneros entrega al posible arrendatario del local común un plano en el que figura el nombre y apellidos de otro) tiene la cobertura legal de ser actos relacionados con los fines legítimos de los comuneros respecto al bien común ( art. 1258 CC) y, en última instancia, de la libre y legítima aceptación de una relación de copropiedad cuyo desarrollo implica la transmisión de esos datos a terceros. Si la cesión procede de un acto de disposición de bienes (venta, hipoteca, etc.), se pueden aplicar los mismos principios que en la comunidad ganancial: se exige unanimidad ( art. 397 CC), por lo que aun cuando estos actos impliquen la comunicación a terceros de los datos de los comuneros, éstos, al dar su consentimiento al acto dispositivo, acceden también a la cesión de sus datos, sin la cual el acto dispositivo (como la aprobación por un Ayuntamiento de una parcelación urbanística), no podría tener lugar. Y al igual que en la comunidad ganancial, en las comunidades ordinarias y en las hereditarias, existe la posibilidad de actos de disposición aislados, en este caso entroncados con el derecho a la tutela judicial efectiva, como el ejercicio de la acción de la actio communi dividundo ( art. 400 CC) o de la actio familiae erciscundae ( art. 1062 CC). IV. PROPIEDAD HORIZONTAL La comunidad en régimen de propiedad horizontal es la que recae sobre los diferentes pisos o locales de un edificio o las partes de ellos susceptibles de aprovechamiento independiente que son objeto de propiedad separada, que lleva inherente el derecho de copropiedad sobre los elementos comunes de edificio. Llegados a este punto, es importante tener en cuenta que la LOPD omite cualquier referencia a las comunidades, directa o indirecta, pues sólo habla de personas físicas y jurídicas ( arts. 3 LOPD y 4 Diario LA LEY 20/10/2015 5/8 RLOPD) (10) . Partiendo de esta omisión, sólo nos queda reiterar la ausencia de personalidad jurídica de todas las comunidades de bienes, incluidas las constituidas como propiedades horizontales ( art. 1669 CC), como ha reconocido reiteradamente a jurisprudencia (11) . De ahí que sean cuestionables las resoluciones de la Agencia Española de Protección de Datos dictadas en procedimientos sancionadores que defienden una subjetividad jurídica de todo tipo de comunidades de bienes (12) . Si bien algunas normas concretas admiten obligaciones a las comunidades, y que sean titulares de ciertos derechos, como en el de ser parte en un procedimiento judicial, no es éste el caso de la LOPD, que ni se refiere a las comunidades ni a ningún ente sin personalidad jurídica, como una comisión de festejos. Más que forzar la interpretación de la Ley para someter a su ámbito a las comunidades de bienes, entendemos que sería preferible su reforma. a) Para el tratamiento de la información de los copropietarios de un edificio en régimen de propiedad horizontal rigen los mismos artículos de la LOPD ya examinados. Aunque las excepciones al consentimiento del interesado que permiten a los demás copropietarios tener y organizar sus datos tienen muy poca incidencia, pues estas comunidades cuentan con sus propios órganos de administración y representación, por imposición legal. Por tanto, si estas excepciones se basan en que la necesidad de mantener y cumplir con una relación jurídica existente, o al necesario desarrollo, cumplimiento y control de una relación jurídica, difícilmente resultarán aplicables en el ámbito de la propiedad horizontal, en el que la administración y la vigilancia de su buen régimen y desenvolvimiento está atribuida, por la Ley, no a todos los condueños, sino a las personas que ocupen el cargo de administrador ( art. 12 LOPD). b) La cesión o comunicación de los datos debe acomodarse a la misma interpretación restrictiva, y sólo será válida, en principio, cuando esté legalmente admitida: publicación de propietarios que no están al corriente en el pago de las deudas vencidas (art. 16.2. LPH), y consignación en el acta de cada junta de los asistentes y de sus datos que figuren en la misma (art. 19). En cualquier caso, todo tratamiento y cesión deberá de hacerse de acuerdo con el principio de proporcionalidad, sin utilizar los datos para una finalidad distinta para la que fueron recogidos ( art. 4.2 LOPD). (1) Otras formas de copropiedad a las que se pueden extender las conclusiones de este trabajo son la medianería (arts. 571 y ss. CC), la comunidad de pastos en terrenos privados (arts. 600 y ss. CC), la comunidad de aprovechamiento de leñas y demás productos de los montes de propiedad particular (art. 604 CC), y los montes vecinales en mano común regulados por la Ley 13/1989, de 10 de octubre. Ver Texto (2) Siguiendo la Directiva 95/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 24 de octubre de 1995, la organización de los datos y su protección están unidas. Es indudable que el uso de las tecnologías de la información amplia las posibilidades de estructurar los datos. De ahí que las carpetas o conjuntos de carpetas, y sus portadas, que no estén organizadas conforme a Diario LA LEY 20/10/2015 6/8 criterios específicos no están comprendidas en su ámbito de protección. En el mismo sentido puede verse el Informe 0453/2008, de la Agencia Española de Protección de Datos, «Obligaciones del abogado». Ver Texto (3) Tal calificación (basada en el argumento de que la Constitución sólo contiene un catálogo inacabado de derechos fundamentales) se hace en la Sentencia 290/2000, de 30 de noviembre (LA LEY 13/2001). Y en la Sentencia 292/2000, de la misma fecha (LA LEY 11336/2000), tras analizar los arts. 10.1 y 18.4 de la Constitución, el Tribunal Constitucional añade que el derecho a la protección de los datos personales, inicialmente llamado autodeterminación informativa, es un derecho autónomo al derecho a la intimidad o al derecho a la privacidad, y extiende su garantía «a la esfera de los bienes de la personalidad que pertenecen al ámbito de la vida privada». En el mismo sentido la Sentencia de la Audiencia Nacional, Sala de lo Contencioso-administrativo, de 30 de noviembre de 2000 (LA LEY 13/2001). Sobre la evolución de la consideración del derecho a la protección de datos, vid. Sentencia de la Audiencia Provincial de Asturias, Sección 5.ª, de 20 de mayo de 2015 (. Ver Texto (4) El Código Civil no regula el negocio jurídico, entendido como acto integrado por una o más declaraciones de voluntad, dirigido a producir un efecto jurídico, ni califica al matrimonio como un contrato. Ver Texto (5) La Sentencia del Tribunal Supremo, Sala Tercera, de 20 de mayo de 2011 (, entiende la cesión como manifestación o facilitación de los datos a persona distinta del interesado. Y para la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala Tercera, de 17 de septiembre de 2010 (, la cesión a la que se refiere el art. 3.1.i) LOPD implica la acción de revelar datos, sin requerir su entrega material ni la incorporación a un fichero del cesionario. Ver Texto (6) Sobre la licitud de la remisión a órgano judicial de información que excede de la solicitada por éste, vid. Sentencias de la Audiencia Nacional, Sala de lo Contencioso-administrativo, de 22 de julio de 2010 ( y de 12 de marzo de 2014 (. Ver Texto (7) En la doctrina científica, equiparan contrato con relación jurídica MESSÍA DE LA CERDA BALLESTEROS, J. L., La cesión o comunicación de datos de carácter personal, Pamplona, 2003, págs. 121 y ss., y APARICIO SALOM, J., para quien contrato, precontrato, relación laboral o Diario LA LEY 20/10/2015 7/8 administrativa obedecen a un mismo supuesto: la existencia de una relación jurídica (Estudio sobre la Protección de Datos, Thomson Reuters, Pamplona, 2013, pág. 61 y s). Ver Texto (8) La Sentencia del Tribunal Supremo de 14 de noviembre de 1998 (LA LEY 10577/1998), admite las comunidades de créditos, concibiéndolas como comunidades de acreedores, sometidas a las normas de las obligaciones mancomunadas y solidarias y reguladas por los arts. 1.137 y ss. CC. Ver Texto (9) Como afirman las Sentencias del Tribunal Supremo de 25 de mayo de 1992 (LA LEY 3231/1992) y 6 de octubre de 1997 (LA LEY 9983/1997), los herederos tienen derechos indeterminados en la comunidad hereditaria, que no da lugar a una copropiedad sobre cada una de las cosas, sino que en tanto no se practique la partición de la herencia, no puede hablarse de que el bien heredado está en copropiedad. Sobre el régimen jurídico de la comunidad hereditaria, resulta muy ilustrativa la Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 11.ª, de 17 de noviembre de 2014 (. Ver Texto (10) En esto se diferencia de otras normas, como la Ley 1/1994, de 20 de junio, General de la Seguridad Social, que alude a personas físicas o jurídicas o entes sin personalidad (art. 15.3), o la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil (arts. 6.1.5.º y 7.6). Expresamente nombran a las comunidades el Estatuto de los Trabajadores aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo (art. 1.2), y la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria (art. 35.4). Ver Texto (11) Entre otras, vid. Sentencia del Tribunal Supremo de 8 de marzo de 1991 (LA LEY/1377R/1991). Ver Texto (12) Es el caso de las Resoluciones de la Agencia Española de Protección de Datos de 2 de abril de 2009 y 24 de febrero de 2010. Ver Texto Diario LA LEY 20/10/2015 8/8 Diario LA LEY 20/10/2015