¿Se está quedando China sin mano de obra? El año 1989, el empresario taiwanés Hayes Lou trasladó su fábrica de bicicletas, motocicletas y cascos desde Superior, (Mont., EE.UU.), a la ciudad de Dongguan, (Guangdong, China). Durante los últimos 15 años el Sr. Lou y sus socios han abierto otra fábrica de cascos en Jiangmen, y una segunda instalación en Dongguan para fabricar materiales plásticos para embalajes. El rápido crecimiento del negocio del Sr. Lou ha sido posible en gran medida por un elemento: una mano de obra abundante, y baratísima, disponible por la constante afluencia en Guangdong de millones de trabajadores emigrantes rurales. Ahora, para la sorpresa del Sr. Lou y de decenas de miles de otros dueños de fábricas a lo largo y ancho de China, ya no se puede contar con el flujo inacabable de nuevos trabajadores. La fábrica de embalajes del Sr. Lou, por ejemplo, esta operando por debajo de su capacidad porque sólo ha podido encontrar 170 de los 300 trabajadores que necesita. Y aunque ha incrementado los salarios cerca de un 30% desde principios de año, a un promedio de 85 US$ mensuales, el volumen de ingresos se está deteriorando. No es solamente la ciudad de Dongguan la que está sufriendo la escasez de trabajo. Una encuesta reciente del Ministerio de Trabajo y Seguridad (Social Labor & Social Security Ministry) ha demostrado que el Delta del Río Perla al que pertenece esta ciudad necesita más de 2 millones de trabajadores. Otras importantes regiones de fabricación para la exportación, incluyendo algunas zonas de la provincia de Fujian, desde Taiwán, y Zhejiang, lindando con Shanghai, también se están enfrentando a carencias de mano de obra. Implicaciones de la estrechez de mano de obra: un brusco aumento de los salarios que podrían hacer subir una tasa de inflación que ya alcanza un 5% en la China continental. Este hecho se podría traducir en una subida de los precios para las exportaciones chinas lo que haría aumentar la inflación en el mundo entero. Ritmos Rurales Impulsado en parte por una avalancha de inversión extranjera, que se espera que este año supere los 60.000 millones de US$, Los trabajadores fácilmente disponibles en China no son suficientes para dotar en gran número de fábricas que se están construyendo. Al mismo tiempo, también se están construyendo numerosas fábricas en el interior de China, en parte debido al programa de Beijing “Desarrollemos el Oeste”, y también debido a que los fabricantes buscan mano de obra y terrenos más económicos mientras que se abren nuevos mercados en las regiones apartadas de la costa. Este hecho también genera un mercado de trabajo total más ajustado. También se están produciendo cambios estructurales en el trabajo. Un factor clave es la escasez de jóvenes trabajadoras que son el pilar de la mano de obra de fabricación. Según la encuesta del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (Labor & Social Security Ministry), el 8% de las plantas textiles de Fujian informa que sólo contratan jóvenes trabajadoras. Pero después de 25 años de la política china de “un solo niño”, cada día existen menos chicas dispuestas a abandonar la granja e incorporarse al personal de las fábricas. La política de “un solo niño” también ha favorecido el nacimiento de un mayor numero de niños sobre el de las niñas, provocando un aumento de la población masculina. Mientras tanto, las empresas evitan a la gran mayoría de operarios despedidos, que a menudo son personas de más edad con pocas habilidades. Otros factores que reducen la oferta de mano de obra son la mejora de las buenas condiciones en las áreas rurales. Un parte importante de la tasa china de inflación del 5,3% es el aumento de los precios de los productos de alimentación como el grano, la carne, y huevos. Este hecho significa unos mayores ingresos para los agricultores. Por supuesto, los ingresos rurales aumentaron un 16% en el primer semestre de este año, comparado con un promedio de menos del 2% en los dos años anteriores. Los agricultores, también se están beneficiando de las políticas populistas del Presidente Hu Jintao y del Primer Ministro Wen Jiabao, que se están basando en el impulso de sus precursores de mejorar el nivel de ingresos rurales. Desde el comienzo de 2004, el Consejo Estatal de China ha reducido los impuestos agrícolas en una cantidad que se estima en 3.500 millones de US$ y han concedido subvenciones por un valor de 1.400 millones de US$ a los cultivadores de grano en 29 provincias. Loa gastos totales del gobierno en subvenciones y el desarrollo rural se estiman en 18.000 millones de US$ en 2004, lo que constituye una cantidad record. Cambios rápidos La limitación del número de trabajadores provoca una subida de los salarios. Por supuesto, durante los dos años pasados los salarios reales de los trabajadores de fabricación han aumentado más rápidamente que el producto nacional bruto. Este hecho podría tener profundos efectos en la infraestructura económica de China, dado que los altos salarios están precipitando la intensa competencia de precios. ¿Entonces va a perder China su condición de “taller del mundo”? No a corto plazo. Todavía el costo por hora de los salarios de fabricación en China es solamente un tercio de los de Malasia. Y tanto las buenas infraestructuras chinas como su masivo mercado interior seguirán siendo atractivos. También es cierto que, de momento, la mayoría de los aumentos de salarios están afectando principalmente a los más pequeños fabricantes exportadores de Taiwán y de Hong Kong, en vez de hacerlo a las grandes empresas americanas. Los “Motorolas de China”, han venido pagando salarios más altos que el promedio y no tienen un gran problema de volumen de ventas. "Las empresas americanas se perciben en China generalmente como unos patronos sumamente deseables", según manifiesta Patrick J. Powers, director de operaciones en China del U.S.-China Business Council en Beijing. Pero el resto del sector de fabricación confía en continuar con unos márgenes bajos y una mano de obra baratísima, que de repente empieza a no resultar tan económica. El modelo chino cambia rápidamente. Fuente: Business Week Online, 25 de octubre de 2004 Edición y traducción: InterChina Consulting