LA SEXUALIDAD HUMANA, DON DE DIOS Competencia: Reconozco mi responsabilidad en la vivencia de la sexualidad humana, don de Dios a partir de los criterios éticos y morales. El amor es la realización más completa de las posibilidades del ser humano. Es lo más íntimo y más grande, donde encuentra la plenitud de su ser… “¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres! ¡Palomas son tus ojos! ¡Qué hermoso eres, amado mío, qué delicioso! Puro verdor es nuestro lecho”. (Cant. 1, 15-16) El Amor “Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.” ( 1Cor. 13,7) SIGNIFICADO DE LA SEXUALIDAD HUMANA R E S P O N S A B I L I D A D Imagen de Dios Según la Biblia, todo ser humano es imagen de Dios. Pero la Biblia dice más. Aunque cada hombre o mujer es imagen de Dios, la Biblia afirma que la imagen plena es la pareja, hombre y mujer. Con ello nos muestra el sentido profundo de la pareja y, por tanto, de la sexualidad humana: nos dice que la pareja es el retrato de un Dios amoroso y comunitario; y nos enseña que ese amor se expande en la creación de seres libres y solidarios. Cada pareja es un signo llamativo de Dios. Por eso hablamos del matrimonio como «sacramento». Cuando una pareja cristiana se casa con fe y expresa su unión ante la comunidad eclesial, se convierte para sí misma y para los demás en retrato comunitario de Dios y canal o instrumento de su gracia. Colaboradores de Dios Para la Biblia el ser humano es siempre colaborador de Dios por su inteligencia, su voluntad, su creatividad y su trabajo. La creación del universo es un proceso continuado, y el ser humano es creador junto a Dios. Pero en este aspecto ocurre lo mismo de antes. La pareja humana ocupa un lugar especial en el campo de la creación en un sentido personal: la propia educación de la pareja, y la procreación y educación de nuevos seres humanos. Tres notas: tres criterios Para una valoración ética de los comportamientos sexuales, hemos de tomar en consideración tres notas que acompañan a la sexualidad humana. Primera nota, la persona humana. Segunda nota, el amor. Tercera, la dimensión social. Estos son los tres criterios para hacer una valoración de la actividad sexual, desde el punto de vista cristiano. ¿qué quiere decir esto? Que para un cristiano los comportamientos sexuales son éticamente correctos cuando se realizan en consonancia con esos tres criterios. Primera nota: la persona humana El primer criterio para valorar éticamente la sexualidad es la persona humana: más en concreto, si tal actividad es personal o personalizante. «Personal» quiere decir: que nace de la consciencia, la libertad y el sentido de responsabilidad de los sujetos. «Personalizante» quiere decir: que esa actividad o comportamiento los hace más personas. ¿De dónde nace este criterio? Del hecho de que se trata de la sexualidad humana, sexualidad que impregna toda la persona, cuerpo, cerebro, sentimientos, carácter, voluntad. Además ocurre que la sexualidad es un factor decisivo del desarrollo de la personalidad en dos sentidos: el individual y el social. Es uno de los factores principales de la personalidad equilibrada y madura, y de la apertura, la comunicación y la sociabilidad. En consecuencia, es ética o moralmente incorrecta toda actividad sexual que separe sexualidad y persona humana; es degradar la sexualidad humana a sexualidad animal. La degradación y utilización de la sexualidad es degradación y la utilización de la persona humana es la negación de su dignidad. La misma valoración hay que dar de las actividades sexuales que no sean personales y personalizantes, en la forma antes explicada. Este criterio se aplica, por supuesto, a las actividades externas, como los negocios, los espectáculos, la publicidad, la prostitución etcétera. Pero vale igualmente para los comportamientos más íntimos y particulares de cada uno. Segunda nota : el amor El segundo criterio para valorar la actividad sexual es el amor. Hay que afirmar que la actividad sexual sin amor no es humana; no es personal ni personalizante; es una estafa. Por eso es inmoral. Donde no haya amor, la inmoralidad es absoluta y la degradación de la persona humana total. Cuando hay algo de amor, la corrupción moral no es tan absoluta. Pero hemos de añadir que tampoco basta cualquier amor, para que esté justificada la actividad sexual. Es necesario que el Amor sea: Amor totalizante y exclusivo: Las relaciones íntimas son un lenguaje corporal en el que, con o sin palabra, cada persona le dice al otro: Me entrego a ti por entero. Es un gesto que expresa un amor totalizante, un amor en que se da toda la persona, toda la vida de cada uno. Por ser totalizante, ese amor es también exclusivo. No se puede amar con amor totalizante a dos personas, porque la persona amada es alguien ÚNICO para mí. Esa relación intima, ¿no puede ser simplemente signo de amistad? Esa unión expresa mucho más que la amistad. Esta palabra es insuficiente para mostrar todo lo que contiene la unión corporal. En consecuencia, debemos afirmar que el amor, no se refiere a un amor cualquiera, ni siquiera a una gran amistad. Por eso la actividad sexual que no nace de ese amor no es moralmente correcta. La relación sexual sin ese amor podrá resultar gratificante, y hasta parecer positiva; pero está herida de falsedad, porque dice y expresa algo que no existe; expresa un amor totalizante y exclusivo que no hay. Amor estable y duradero : Cuando el amor es totalizante y exclusivo tiende, por su propia naturaleza, a mantenerse y durar indefinidamente. Es también una experiencia de los amantes: se quieren para siempre, quieren vivir juntos siempre. El amante se convierte en alguien imprescindible, sin el cual la vida se quiebra y pierde sentido. De ahí que la actividad sexual exija previamente un amor estable, acompañado de compromiso mutuo. Tercer criterio: Dimensión social El ser humano es social por su propia historia: nace, crece y se realiza en sociedad. La familia es la primera realidad social que, además de dar la vida, provoca poco a poco el despertar y el desarrollo de la personalidad. Al llegar a la adultez, el ser humano, sin salir de la sociedad, forma una comunidad mucho más intensa con su pareja. Toda la vida humana tiene dimensión social. Esta característica impregna también por completo la sexualidad, por ser un elemento esencial de la personalidad. La sexualidad humana tiene también dimensión social. Esto quiere decir que no es un asunto exclusivo de dos personas; sino que la sociedad se entrecruza en la vida de la pareja de mil maneras, y viceversa. Al comienzo del noviazgo, la pareja se encuentra tan dichosa en su propia intimidad que considera como intromisiones molestas las intervenciones de los padres, las interferencias religiosas, etcétera. Es una molestia comprensible, pero no justificada. Porque la verdad es que esas dos personas ya no se relacionan sólo individualmente con la sociedad, sino que, a partir del día en que formalicen su unión, constituyen una unidad dentro de ella: unidad de intereses, de derechos, de obligaciones, que la sociedad debe amparar. No se trata sólo de que la pareja necesite de la sociedad; se trata, además, de que la pareja ha modificado la sociedad, ante todo por su unión; y luego, quizás por los hijos. La dimensión social de la sexualidad humana es algo evidente. La pareja es un nuevo grupo -el mínimo, pero real- dentro de la sociedad. Como es lógico, esa nueva unidad irá creando poco a poco un fuerte entramado social, en el que se entremezclarán, junto a la afectividad y el parentesco, intereses económicos, culturales, educacionales … 1. Lea la cita bíblica de Gálatas 5, 19 -25, analice y responda en su cuaderno: Haga una lista de las inclinaciones de la carne y una lista de las inclinaciones del Espíritu. ¿Qué significa vivir desde el Espíritu? ¿Cómo puede un joven vivir desde el Espíritu sin perder su identidad? ¿Qué enseñanza le deja la Palabra de Dios? 10 Razones para vivir la abstinencia en el noviazgo 1. La pureza ayuda a tener una buena comunicación con tu pareja Cuando una pareja vive la abstinencia sexual, su comunicación es buena porque no se centran solamente en el placer sino en la alegría de compartir puntos de vista y vivencias, además, sus conversaciones son más profundas. Por el contrario, la intimidad física es una forma fácil de relacionarse pero eclipsa otras formas de comunicación. Es un modo de evitar el trabajo que supone la verdadera intimidad emocional, como hablar de temas personales y profundos y trabajar en las diferencias básicas que hay entre ambos. 2. Crece el lado amistoso de tu relación La cercanía física puede llevar a que los adolescentes piensen que están emocionalmente cercanos, cuando en realidad no lo están. Una relación romántica consiste esencialmente en cultivar una amistad, y no hay amistad sin conversación y sin compartir intereses. La conversación personal crea lazos de amistad, y ayuda a que uno descubra al otro, que conozca sus defectos y sus cualidades. Algunos jóvenes se dejan llevar por las pasiones y cuando se conocen en profundidad, se desencantan. Y no se conocieron porque no llegaron a ser amigos, sino novios con derechos. 3. Hay mejor relación con los padres de familia de ambos Cuando el hombre y la mujer que se respetan mutuamente, maduran su cariño y mejoran la amistad con los padres de ambos. Generalmente, los padres de familia prefieren que sus hijos solteros vivan la continencia sexual, y se sienten mal si saben que están sexualmente activos sin ser casados. Cuando una pareja sabe que debe de esconder sus relaciones sexuales, crece en ellos la culpa y el stress. Los novios que viven la pureza se relacionan más cordialmente con los padres de familia propios y de la pareja. 4. Te ves más libre para cuestionar si ese noviazgo te conviene Las relaciones sexuales tienen el poder de unir a dos personas con fuerza, y pueden prolongar una relación poco sana basada en la atracción física o en la necesidad de seguridad. Una persona se puede sentir “atrapada” en una relación de la cual quisiera salir pues en fondo no la desea, pero no encuentra la salida. Una persona casta puede romper con mayor facilidad el vínculo afectivo que lo ata al otro pues no ha habido una intimidad tan poderosa en el aspecto físico. 5. Se fomenta la generosidad contra el egoísmo Las relaciones sexuales en el noviazgo, invitan al egoísmo y a la propia satisfacción, inclinan a sentirse en competencia con otras personas que puede resultarle más atractivas a la propia pareja. Se fomenta la inseguridad y el egoísmo pues, empezar a entrar en intimidades, invita a pedir más y más. 6. Hay menos riesgo de abuso físico o verbal El sexo fuera del matrimonio se asocia a la violencia y a otras formas de abuso. Por ejemplo, se da más del doble de agresión física entre parejas que viven juntas sin compromiso, que entre las parejas casadas. Hay menos celos y menos egoísmo en las parejas de novios que viven la pureza que en las que se dejan llevar por las pasiones. 7. Aumenta el repertorio de modos de mostrar afecto Los novios que vive la abstinencia encuentran detalles “nuevos” para mostrar afecto; cuenta con inventiva e ingenio para pasarla bien y demostrarse mutuamente su interés. La relación se fortalece y tienen más oportunidad de conocerse en cuanto a su carácter, hábitos y en el modo de mantener una relación. 8. Hay más posibilidades de triunfar en el matrimonio Las investigaciones han demostrado que las parejas que han cohabitado tienen más posibilidades de divorciarse que las que no han cohabitado. 9. Si decides “romper” esa relación, dolerá menos Los lazos que crea la actividad sexual por naturaleza, vinculan fuertemente, entonces, si hay una ruptura, se intensifica el dolor que produce la ruptura por los vínculos establecidos. Cuando no se han tenido relaciones íntimas, y deciden separarse, la separación es menos devastadora. 10. Te sentirás mejor como persona Los adolescentes sexualmente activos, frecuentemente pierden autoestima y admiten vivir con culpas. Cuando deciden dejar de lado la intimidad física y vivir castamente, se sienten como nuevos y crecen como personas. Además, mejoran su potencial intelectual, artístico y social. Con el sexo no se juega. Cuando alguien te presione, piensa en lo que vas a responder: “Sólo te lo pido una vez, y no insistiré más” / “Eso es justo lo que me preocupa. Prefiero conservarme para alguien que me va a querer toda la vida”.