prevención e intervención en situaciones de riesgo ambiental e

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Participación y educación: prevención e intervención en situaciones
de riesgo ambiental e impactos socio-sanitarios
de los recuperadores urbanos informales (cartoneros)1
Beatriz Irene Goldstein (directora)2
Humberto Lorenzo Persano (co-director)
1. Plan de investigación
Este proyecto está dirigido a mejorar las condiciones ambientales y socio-sanitarias
asociadas al desarrollo de las tareas de los recuperadores urbanos (cartoneros) y de sus
familias en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, en sus diferentes etapas:
recuperación, acopio, reutilización, reciclado y venta de materiales. Los participantes en el
proyecto son: cartoneros o recuperadores informales de los residuos sólidos, vecinos,
tomadores de decisión, estudiantes, docentes e investigadores.
Se trata de: 1. Identificar los riesgos ambientales e impactos socio-sanitarios que sufren
los cartoneros y sus familias. 2. Analizar sus representaciones sobre temas relacionados
con su trabajo. 3. Investigar, identificar y capacitar a los recuperadores en la detección y
abordaje de problemáticas socio-sanitarias a las que están expuestos. 4. Promover las
“buenas prácticas” en el manejo de los residuos sólidos urbanos que demuestren ser
efectivas en la disminución de los efectos perjudiciales respecto de la calidad ambiental. 5.
Diseñar e implementar talleres de capacitación para fortalecer la relación entre los
cartoneros y los vecinos. 6. Diseñar y producir materiales de educación, información y
comunicación dirigidos a recuperadores, sus familias y a los vecinos de los barrios
seleccionados. La complejidad del tema a abordar implica articular el trabajo de
profesionales provenientes de distintas disciplinas.
2. Estado actual del conocimiento sobre el tema
Uno de los productos de nuestras sociedades tecnológicas es la basura. La cantidad
creciente de residuos y desechos en nuestra Ciudad, y la diversidad de su composición,
constituyen la mejor prueba y el eslabón final de la cadena de producción característica de
las sociedades consumistas, revelando también nuestra manera de manejar y utilizar los
recursos (ver Cuadro 1).
Los recuperadores de residuos urbanos o cartoneros constituyen grupos de personas
vulnerables frente a diferentes causas, por el tipo de actividades que desarrollan. Están
expuestos continuamente a situaciones de riesgo de origen muy diverso: químico,
biológico, social, cultural y psicológico, entre otros. En su tarea, basada en el manipuleo
directo de la basura, las consecuencias para la salud dependen de del tipo de residuo, su
composición y de las características de la manipulación por parte de los cartoneros, ya que
se trata de residuos domésticos, pero también hospitalarios e industriales. Para poder
ayudar a los recuperadores y a sus familias a prevenir e intervenir en esas situaciones de
riesgo socio-sanitario y de salud ambiental, debemos acercarnos a sus realidades, partir de
1 Proyectos de Investigación Bienales Renovables, Programación Científica 2006-2009, Código de Proyecto:
0187. Se trata de un proyecto perteneciente a la Categoría A, Área: Humanidades, en la disciplina Educación,
con una especialización en el área de educación y comunicación ambiental. El equipo de investigación está
formado por los investigador formados Mónica Beatriz Castañera, Claudio Eduardo Glejzer, Vali Guidalevich,
la investigadora de apoyo Adriana Zulema Maldonado y el investigador en formación Lisandro Chertcoff.
2
Profesora Regular de “Biología: comportamiento, desarrollo y aprendizaje”, Departamento de Ciencias de la
Educación, investigadora del IICE, directora del proyecto UBACYT F 824, máster en Educación Ambiental.
beagoldstein@yahoo.com.
sus maneras de interpretar sus tareas, de la expresión de sus necesidades, de sus propias
ideas de los problemas y riesgos ambientales y de salud cotidianos.
Desde 1997, la Cátedra de Biología: Comportamiento, Desarrollo y Aprendizaje, a
cargo de la Prof. Beatriz Goldstein (Ciencias de la Educación, FFyL, UBA), ha
implementado talleres de investigación y/o de campo para otorgamiento de créditos de
grado. Partimos del supuesto que sólo si se informa y se concientiza acerca de un
problema ambiental como es el de los residuos sólidos urbanos, se pueden cambiar las
actitudes y los comportamientos respecto a la problemática ambiental, y en particular
respecto de los residuos. [Goldstein y Castañera (2001) y 2002)] En su formación, los
participantes han investigado el nivel de información, de actitudes y de comportamientos
de distintos actores sociales, aprendiendo a investigar investigando (UBACYT TF 57,
1997 UBACYT, F 114, año 2000). Los resultados metodológicos dieron lugar a varias
publicaciones y presentaciones en congresos por parte de los diferentes integrantes del
equipo [Goldstein, Castañera y Ladisa (1996), Goldstein (1998), Goldstein y Guidalevich
(1999), Goldstein y Castañera (2002) y (2003), Guidalevich y Goldstein (2003),
Goldstein, Carsen y Merlo (2004)].
En el presente proyecto, se investigó el circuito informal de clasificación, recolección,
acopio y comercialización de los residuos sólidos urbanos así como de los problemas de
salud de los cartoneros y sus familias que derivan de las condiciones en las que realizan su
actividad, tratándose de un grupo vulnerable. Se incorpora la Cátedra de Psicología de la
Nutrición de la Facultad de Medicina, colaborando en la detección de los impactos sociosanitarios que sufren los cartoneros y sus familias (toxicidad, desnutrición, entre otros).
En nuestro trabajo, el proceso de enseñanza y aprendizaje se basa en informar-aprenderretroalimentar incorporando los “saberes de cada grupo de sujetos sociales” para seguir
informando, diseñando materiales de difusión y didácticos, adecuados a cada grupo e
implementando talleres.
3. Objetivos e hipótesis de la investigación
Los objetivos del proyecto son:
1. Identificar los riesgos ambientales e impactos socio-sanitarios que sufren los
cartoneros y sus familias: contaminación por distintos agentes, enfermedades
infecciosas, toxicidad, violencia, desnutrición, abusos, adicciones, transmisión de ITS
y de VIH/SIDA, entre otras.
2. Capacitar a estudiantes de la carrera de Ciencias de la Educación, de la FFyL,
UBA, en la temática de educación y salud ambiental y socio-sanitaria, a través de la
investigación, la acción participativa y actividades artísticas (arte y educación
ambiental).
3. Analizar las concepciones y las representaciones de los cartoneros y sus familias
sobre temas relacionados con su trabajo y su salud y utilizar los resultados para
organizar su formación.
4. Investigar, identificar y capacitar a los recuperadores en la detección y abordaje y
solución de problemáticas socio-sanitarias a las que están expuestos.
5. Promover las “buenas prácticas” en el manejo de los residuos sólidos urbanos
que demuestren ser efectivas en la disminución de los efectos perjudiciales respecto
de la calidad ambiental.
6. Diseñar e implementar talleres de capacitación para los recuperadores destinados
a reducir los riesgos en su salud y en el impacto ambiental, ayudar a desempeñar sus
2
actividades en la vía pública fortaleciendo la relación entre los cartoneros y los
vecinos.
7. Ayudar a visualizar socialmente los problemas identificados, diseñando y
produciendo materiales de educación, información y comunicación dirigidos a
recuperadores, sus familias y a los vecinos de los barrios seleccionados.
4. Metodología
4.1 Taller de investigación/acción participativa de educación ambiental dirigido a
estudiantes de la FFyL, UBA
Se trata de una investigación participativa, ya que se concibe a la investigación y al
conocimiento como práctica colectiva que lleva implícitos componentes de acción educativa
y animación sociocultural.
Dentro del componente de investigación se incluyen la planificación y el diseño de
estrategias metodológicas para formar capacitadores y multiplicadores de salud ambiental,
a través de talleres de investigación/acción participativa en la FFyL, UBA, para
otorgamiento de créditos de grado.
Los estudiantes participantes de este taller cumplieron un doble rol: como sujetos de
aprendizaje y como capacitadores. Consideramos que sólo si se informan y se
concientizan podrán cambiar y ayudar a cambiar actitudes y comportamientos respecto a
los problemas ambientales que aquejan la salud de los cartoneros o recuperadores en su
trabajo en la vía pública.
La capacitación de los estudiantes que asisten al taller consiste en las siguientes fases:
a. Información técnica de la problemática ambiental y socio-sanitaria a tratar a través
de un documento base previamente elaborado.
b. Sensibilización a la problemática a través de dinámicas lúdicas, sociodramas y
técnicas artísticas.
c. Aprender a investigar investigando. Los estudiantes se concientizan acerca de su
propia transformación, de su propio proceso de aprendizaje, del cambio de sus
actitudes.
Los participantes investigan:
1. Qué tipo de residuos sólidos (diversidad y cantidad) impactan negativamente en la
salud de esta población vulnerable y qué problemas sanitarios se derivan de la
manipulación y el consumo de los residuos urbanos (toxicidad de los residuos,
riesgos para la salud provenientes de la ingesta de alimentos deteriorados, riesgos de
heridas por objetos cortantes o punzantes, etc.).
2. Cuáles son los conceptos estructurantes, es decir, los conceptos científicos
básicos y necesarios para comprender los problemas y aplicar las soluciones
propuestas, y su relación con las concepciones de los recuperadores y su núcleo
familiar acerca de la clasificación, la reutilización, el reciclado y la venta de residuos
urbanos, el impacto ecológico de su transformación y su destrucción.
3. Cuál es el nivel de información, las actitudes y los hábitos de otros actores
involucrados en la temática abordada: vecinos, comerciantes, tomadores de decisión.
4.2 Encuesta-entrevista
La herramienta metodológica básica que se utiliza en esta investigación es una encuestaentrevista oral con preguntas cerradas, semi-abiertas y abiertas que permitirá su análisis
cualitativo y cuantitativo. La encuesta que se propone a los estudiantes del taller es
previamente diseñada a partir de un documento base elaborado para la formación de los
3
participantes del taller. En una primera etapa, esta encuesta preliminar es discutida
grupalmente y luego, cada estudiante toma algunas entrevistas piloto entre diferentes
actores de la misma Facultad, para investigar los obstáculos y dificultades, tanto en el
diseño del cuestionario como las propias, en su rol de entrevistador/a.
La encuesta definitiva o re-elaborada tiene en cuenta el vocabulario y la terminología
fácilmente entendible e interpretable por la totalidad de los actores entrevistados. Cada
estudiante-participante entrevistará a un grupo meta. Se realiza un seguimiento del proceso
de formación de los estudiantes, controlando la calidad de las entrevistas que realizan, y
reflexionando grupalmente en el taller las dudas y los obstáculos que van surgiendo.
Los datos obtenidos, que se analizan cualitativa y cuantitativamente, se utilizan en el
diseño de estrategias de prevención y actividades propuestas, en la capacitación de
multiplicadores, y en el diseño y producción de material de información, divulgación y
didáctico. El material producido se discutirá con los diferentes actores, incorporando las
sugerencias aportadas en el proceso de retro-alimentación. [Sirvent (1999)] De esta
manera, dicho material se propone reflejar no sólo las ideas y las sugerencias de los
estudiantes sino también las de todos los actores entrevistados.
4.3 Proceso de capacitación de los cartoneros y de sus familia a partir de la
investigación previamente realizada
Los materiales producidos se utilizan para brindar no sólo información sino capacitación a
los cartoneros. De esta manera pueden llegar a multiplicar su “saber socio-sanitario ”
entre sus pares.
En los talleres de capacitación, nos centraremos en:
1. Informar e implementar actividades acerca de los problemas ambientales y sociosanitarios que surgen al manipular los residuos sólidos urbanos, investigados y
diagnosticados en los talleres con estudiantes.
2. Facilitar la producción de material didáctico “de cartoneros para cartoneros ”,
donde se propongan comportamientos “saludables” en la realización de su trabajo.
Además se implementan canales de comunicación que faciliten la participación
responsable de todos los sectores involucrados mediante talleres y foros participativos.
5. Investigaciones preliminares (aún no publicadas) relacionadas con el tema
1. En la Argentina del 2001, debido al índice de desempleo y a la falta de recursos
económicos se comienza a considerar y a valorizar ciertos residuos como fuente de
recursos económicos. El aumento de la desocupación, de la pobreza y de la exclusión
hicieron que en estos últimos años miles de familias, los cartoneros, encontraran en la
actividad de clasificación y recolección de residuos una forma para sobrevivir la crisis.
Desde la FFyL, y en particular desde o a través de los talleres de investigación/ acción,
para otorgamiento de créditos de grado, comenzamos una investigación sobre el recorrido
informal de los residuos sólidos urbanos en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores,
con el objetivo de conocer a través de las historias de vida de los cartoneros las diferentes
causas que los habían llevado a dedicarse a esta actividad. Diseñamos para ello diferentes
tipos de cuestionarios adaptándolos a la edad, nivel de escolaridad y vocabulario empleado
por los entrevistados. Además, durante el trabajo, nos contactamos con cooperativas de
cartoneros e investigamos especialmente la cooperativa del llamado “Tren Blanco” y de la
cooperativa “Nuevo rumbo”.
En esta investigación se entrevistaron también a algunos funcionarios relacionados con
la temática, lo que nos permitió conocer sus propuestas para solucionar los problemas
ambientales y socio-sanitarios que implica esta tarea en las calles de la Ciudad. El proyecto
4
de investigación que proponemos nos permitirá continuar esta línea de
investigación/intervención.
2. Una segunda línea en nuestro trabajo es aquella que interrelaciona arte-educación
ambiental-salud humana. Hemos desarrollado trabajos donde investigamos las
percepciones e interpretaciones que niños, jóvenes y adultos expresan respecto de los
cartoneros que se observan diariamente en nuestra Ciudad. Para ello se partió de la
observación de obras del artista Antonio Berni donde aparece el personaje Juanito
Laguna. Parte de esta investigación, aquella relacionada con las percepciones de los niños,
ha sido publicada [Guidalevich y Goldstein (2003)], pero resta la publicación de todo lo
relativo a adultos y, en particular, la investigación realizada a partir del trabajo con docentes
de educación artística de diferentes ciclos escolares.
Los materiales didácticos y de difusión producidos durante el desarrollo del proyecto
facilitarán la posibilidad de multiplicar los conocimientos, las competencias y las actitudes
necesarias para la prevención de accidentes y enfermedades relacionados con la actividad
de recolección, transporte y tratamiento de los residuos, en otras poblaciones o grupos
similares, replicando la experiencia.
Se espera que la formación de los estudiantes, a través de los talleres de investigación,
les permita participar y desarrollar en el futuro nuevas investigaciones. El hecho de que las
investigaciones del proyecto se realicen en las condiciones reales de un grupo en situación
de riesgo y de pobreza permitirá a los jóvenes investigadores desarrollar la metodología, y
sobre todo la sensibilidad social y personal que les permitirá trabajar en el futuro con otros
grupos sociales vulnerables.
6. Algunos resultados
6. 1 Los cartoneros de la ribera del Río De La Plata: investigación e intervención 3
Introducción
La cantidad creciente de residuos y desechos en nuestra ciudad, y la diversidad de su
composición, constituyen la mejor prueba y el eslabón final de la cadena de producción
características de las sociedades consumistas, revelando también nuestra manera de
manejar y utilizar los recursos (ver Cuadro 1).
Históricamente, la Ciudad de Buenos Aires se fue construyendo “de espaldas ” al Río
de la Plata. Hoy, este río presenta un alto índice de contaminación y su biodiversidad se
encuentra amenazada; además, los habitantes de la ciudad no lo pueden utilizar sin correr
riesgos sanitarios. Por otra parte, el manejo inadecuado de los residuos sólidos urbanos
(RSU) contribuye a aumentar la contaminación del río. El problema se ve agravado por la
falta de información y conocimiento de los habitantes de nuestra ciudad acerca de los
valores y servicios que el río brinda. Esto atenta contra la sustentabilidad del ecosistema
río.
El ciclo informal de los residuos incluye diferentes etapas: recuperación, acopio,
reutilización, reciclado y venta de materiales. Los recuperadores de residuos urbanos o
cartoneros intervienen en la recuperación (clasificación y recolección) y muchas veces en
la venta de materiales. En este trabajo nos referiremos a la clasificación y recolección
informal en la ribera del Río de la Plata frente a nuestra Ciudad.
En la Cátedra de Biología: Comportamiento, Desarrollo y Aprendizaje nos planteamos
que sin información es imposible tomar conciencia y cambiar actitudes respecto a un
problema ambiental como la contaminación y la disminución de la biodiversidad del río.
Pero la información no es suficiente. Es necesario adoptar nuevas actitudes y cambiar
comportamientos. Para ello proponemos un proceso educativo de los estudiantes partiendo
3
Beatriz Goldstein, Mónica Castañera y Daniel Cibeira. Véase Goldstein B. y M. Castañera (2008).
5
de la sensibilización y la concientización, que favorezcan estos cambios. [Goldstein y
Castañera (1999)]
En el año 2005 se desarrolló el proyecto “La ciudad y el río: construyendo una relación
saludable” en el taller de investigación/acción participativa, considerando especialmente la
relación de los RSU y la contaminación del Río de la Plata. En este programa se
investigaron las interacciones entre distintos actores sociales y la ribera del río, como
comerciantes, encargados de restaurantes, paseantes, pescadores, estudiantes y docentes de
Ciudad Universitaria, entre otros. En este trabajo, en particular, informamos sobre las
condiciones en que los recuperadores de la ribera –en Costanera Norte y Costanera Sur–
realizan su actividad y perciben la realidad, y acerca del proceso de sensibilización y toma
de conciencia seguido por los estudiantes participantes de esta investigación.
Cuadro 1: La ciudad y su basura
En la Ciudad de Buenos Aires la producción diaria de residuos se estima entre las 12.000 y 17.000
toneladas. Estos residuos sólidos urbanos o basura deben ser dispuestos, obviamente, en forma sanitaria.
Cada uno de nosotros genera en la ciudad, en promedio, entre 600 gramos y un kilo de basura por día. En
Argentina, el reciclaje de mayor importancia es el de papel, cartón, vidrio y latas de aluminio, y en menor
proporción, la hojalata. El proceso de clasificación y comercialización tiene lugar básicamente en un
mercado informal. En la Región Metropolitana de Buenos Aires, se estimaba, en el año 2001, que
alrededor de 25.000 personas trabajaban con la basura y otros residuos depositados en las calles. Más de
10.000 personas recorren la Ciudad de Buenos Aires, todos los días, buscando papel, cartón y otros
materiales reutilizables como vidrio y plástico (PRU, 2004). Por su actividad, los cartoneros constituyen
grupos de personas vulnerables frente a distintas causas. Están expuestos a continuas situaciones de riesgo
de origen muy diverso: químico, biológico, social, cultural y psicológico, entre otros.
Metodología
Desarrollo del taller de investigación/acción participativa
Dentro de la capacitación, los participantes debieron investigar:
1) Qué tipo de residuos sólidos contribuyen a contaminar las aguas del Río de la
Plata frente a la Ciudad: su diversidad y cantidad, qué actores contribuyen.
Para ello, se seleccionaron dos zonas de muestreo en la ribera: Costanera Norte y
Costanera Sur.
2) El nivel de información, las actitudes y los hábitos de distintos actores que
desarrollan sus actividades en la ribera, involucrados en la temática abordada (=
grupo meta). Para esto, la herramienta metodológica básica que utilizaron fue una
encuesta-entrevista oral con preguntas cerradas, semi-abiertas y abiertas que
permitieron su análisis cualitativo y cuantitativo. La encuesta definitiva tuvo en
cuenta el vocabulario y la terminología fácilmente entendible e interpretable por la
totalidad de los actores entrevistados.
Los datos obtenidos en la investigación fueron utilizados en el diseño y producción de
material de información, divulgación y educación.
En el trabajo final del taller, los estudiantes debieron realizar un relato, analizando en
forma cualitativa la totalidad de las entrevistas realizadas.
Los cartoneros
Se entrevistaron a 12 recolectores informales, dos mujeres y diez varones. La edad
promedio fue de 40 años (mínimo-máximo: 21-65 años). Cinco fueron entrevistados en
Costanera Norte, y los restantes en Costanera Sur.
6
Diez entrevistados asistieron a la escuela primaria, dos en forma incompleta. Los dos
restantes habían completado el secundario; uno de ellos es técnico en plásticos (nivel
terciario).
Tres de los entrevistados vivían solos. Los restantes vivían con sus familias (hijos,
cónyuge e hijos) o algún otro familiar. Entre ellos, ocho tenían hijos y en cuatro casos, los
hijos iban al colegio. Respecto a dónde vivían, en Costanera Norte, dos entrevistados
habitaban en un restaurante abandonado y tomado, uno en el asentamiento que se
encuentra detrás de Ciudad Universitaria, y dos en la Provincia de Buenos Aires. En
Costanera Sur, tres entrevistados vivían en la calle, y los cuatro restantes en los siguientes
lugares: un parador en la zona de Retiro, en la Villa 31, en La Boca y en la Provincia de
Buenos Aires.
Respecto a la forma de recolección, nueve entrevistados usaban changuitos, dos carros
y uno tenía una carreta. Cinco entrevistados trabajaban solos, tres trabajaban de a dos, dos
de a tres, y en dos casos de a cuatro personas. Ninguno pertenecía a una cooperativa. En
promedio, recolectaban residuos desde hacía cuatro años (mínimo-máximo: 1-6 años).
Antes de comenzar a “cartonear ”, todos los entrevistados habían tenido trabajo, aunque
dos de ellos haciendo changas: “trabajaba en la constructora de Costanera Norte”,
“trabajaba en una casa de familia” (mujer, 39 años, dos hijos), “como oficial pintor ”,
“era portuario”, “como jardinero en el country Miraflores ”, “era oficial albañil”,
“obrero de la construcción”, “era obrera” (mujer, 40 años, dos hijos), “trabajaba en
Adidas como técnico en plásticos ”, “trabajaba en panaderías fabricando el pan, aprendí de
mirar ”.
Acerca de los horarios de recolección y los recorridos que seguían, en Costanera Norte,
dos de los cinco entrevistados trabajaban durante el día, uno de ellos a lo largo de la
avenida, otro entrevistado sólo trabajaba durante horas de la mañana, coincidiendo con los
horarios en que, en particular, dos restaurantes sacaban la basura. Los dos entrevistados
restantes trabajaban entre las diez de la noche y las cuatro de la mañana, en un caso
recolectando residuos del restaurante más cercano a su vivienda (restaurante abandonado y
tomado), y el otro haciendo un trayecto que abarcaba toda la costanera, desde la altura de
Ciudad Universitaria hasta el Aeroparque.
En Costanera Sur, los horarios, en general, fueron más extensos. En dos casos,
trabajaban desde las 4:30 horas a.m. hasta aproximadamente las 20 horas del día siguiente;
en dos casos, desde las 10 horas hasta las 20 horas; y en los tres restantes, entre las 13-14
horas hasta las 20 horas. En la mayoría de los casos, el recorrido no sólo incluía la zona de
la Reserva Ecológica y Puerto Madero sino algunas zonas del Centro; en un caso, llegaba
hasta Constitución, y en otro, hasta la Facultad de Derecho y Canal 7.
Respecto al tipo de residuos que los entrevistados recolectaban se encontraron algunas
diferencias entre ambas zonas (ver Tabla 1).
Tabla 1: Principales residuos evaluados como la proporción de entrevistados que
afirman recolectar cada tipo particular de ítem, en porcentaje
cartones
papel
vidrios y
botellas
envases
plásticos
o PET
latas
comida
otros
7
Costanera Norte
Costanera Sur
Total
60
86
75
20
100
67
40
100
75
0
100
58
0
29
17
20
29
25
0
100
33
Sólo en Costanera Sur, seis de los siete entrevistados afirmaron tener clientes fijos, con
quienes habían realizado arreglos, pero en sólo cuatro casos, los residuos eran guardados
por separado:
—Hablé con la gente de una clínica y me lo dejan preparado… me guardan
cartón… me lo guardan por separado.
—En los carritos y barcitos de aquí… arreglé conversando con la gente de esos
lugares… junto botellas, papel y envases de plástico… están en bolsas por
separado (a los clientes les avisan que tienen distintos tachos).
—En algunos edificios… conversando con los encargados… junto papel, me los
dan en bolsas separadas
—En algunos comercios y edificios… hablé con los encargados… junto cajas y
papel… me lo dejan en bolsas.
Respecto a si en los bares, restaurantes o puestos era posible conseguir de comer, sólo una
mujer de 39 años, que recorría Costanera Norte en busca de comida, informó que no le
daban en los comercios sino que ella la sacaba de la basura: “cuando la saco de los tachos
viene mezclada con vidrios, cartones, luego en la casa la lavo si es carne, y la comemos ”.
En cambio en Costanera Sur, dos de los siete entrevistados, solían conseguir carne (vacío,
bondiola o chorizo) de los puestos chicos de comida, generalmente durante la mañana:
“hoy, por ejemplo, desayunamos vacío”.
Frente a la pregunta, ¿qué tipos de residuos en particular se encuentran en las veredas
de la Costanera?, cuatro entrevistados, en Costanera Norte, nos informaron que juntaban
botellas plásticas, sin un horario ni día fijo. En cambio, en Costanera Sur, cinco de los
entrevistados, juntaban botellas plásticas y latas, principalmente los fines de semana, hacia
la tarde o la noche.
Los problemas que podían surgir realizando esta actividad fueron “con otros
recolectores, ya que todos quieren tener ventaja”, en un caso en Costanera Norte, mientras
que en Costanera Sur, cuatro de los entrevistados dijeron que podía haber problemas
—Con los cartoneros, por los lugares por donde pasan y con la policía, porque
nos golpean.
—Con la gente de los edificios.
—Con la gente y la policía.
—Con la policía.
La clasificación, separación y venta de lo recolectado fue diferente en ambas zonas.
Mientras que en Costanera Norte la mayoría guardaba lo recolectado y se lo vendía a una
persona que pasaba una vez por mes, en Costanera Sur, cada cartonero clasificaba y
separaba en la calle, cada cartonero tenía un lugar habitual de trabajo, por ejemplo:
—En la calle, en la zona de Estados Unidos y Azopardo.
—En un baldío, entre Costanera Sur y Puerto Madero.
—En un terreno que es como un pasillo por donde no pasa nadie, ahí no
molestamos a nadie.
Luego vendían lo recolectado diariamente a un depósito ubicado en Garay y Ceballos.
En promedio, el cartón se pagaba 20 centavos el kilo, el vidrio entre 70 centavos y un
peso, dependiendo del color, el plástico de 40 a 70 centavos el kilo, y el hierro 10 centavos.
8
En Costanera Norte, dos de los entrevistados llegaban a ganar unos 7 pesos por día (uno
colectaba 40 kilos y el otro 70 kilos). En Costanera Sur, en promedio ganaban 27 pesos
por día. Tres entrevistados que cargaban de 120 a 150 kilos, ganaban aproximadamente 35
pesos por día. Dos, que cargaban 50 y 80 kilos, sacaban 15 pesos y 30 pesos,
respectivamente. Dos, que cargaban unos 30 kilos, ganaban unos 18-20 pesos por día.
Los estudiantes
Trabajando los datos cualitativos, obtenidos en las entrevistas, los estudiantes que
participaron en el taller reflexionaron:
“ Estas encuestas reflejan la problemática de los individuos que ante la falta de
oportunidades laborales en el mercado, la fragilización del vínculo social y su
consecuente exclusión, buscaron en el cartonear la posibilidad de enfrentar esta
crisis, que cada vez los deja más afuera de poder reingresar en la esfera de los
derechos sociales y las redes comunitarias. ”
“ Pienso que la Ciudad y el río siguen dándose la espalda, y que la educación
podría aportar un puente necesario entre medio ambiente y trabajo por un lado,
y los tomadores de decisión por el otro, creando mundos posibles más justos y
democráticos. ”
“ Sería importante tomar conciencia como ciudadanos de la importancia de
aprender a manejar los RSU, colaborando con el reciclado y la sustentabilidad
medioambiental. (…) En realidad, los cartoneros contribuyen al clasificar y
vender lo que recolectan a las empresas, que luego lo comercializan, pero las
condiciones humanas, sanitarias y económicas en las que ellos trabajan son
desfavorables e injustas respecto de los restantes eslabones del negocio de la
basura ” .
“ T odas las historias de los entrevistados reflejan la incertidumbre y la
imposibilidad de proyectar un futuro; generan un vivir el presente sin
alternativa posible de cambio, y por momentos, naturalizan su condición:
quedar fuera de toda cobertura social, comer de la basura ” (ver Cuadro 2:
Historia de vida de Carlos).
“ Me llamó la atención la solidaridad de varios dueños de puestos en Costanera
Sur que les guardan comida a los cartoneros (hamburguesas, carne, otros). ”
Este último estudiante indicaba, además, que es importante sensibilizar y educar a los
ciudadanos, y que la escuela debería tener un papel fundamental, ayudando a construir una
cultura ecológica basada en valores tales como enseñar a respetar respetando.
Cuadro 2: Historia de vida de Carlos
Carlos tiene 34 años. La entrevista tiene lugar en Costanera Sur en horario matinal. XC estaba con un
amigo de 27 años, su hijo de 14 años y una chica de 12 años.
Había terminado la escuela primaria, pero no continuó sus estudios porque no le gustaba. Nunca conoció a
9
su padre, pero de chico nunca le faltó para comer. Se casó a los 20 años y tuvo su hijo, que desde hace dos
meses vive con él en la calle (XC vivió en la calle desde los últimos tres años).
Relata su pasar por el parador de Retiro y su decisión de dejarlo, “ya que era como estar en el penal”. Se
había separado de su esposa en 1998. La mayor parte de sus ingresos provenían del robo: “yo les robaba en
un minuto lo que esa gente había hecho laburando un mes… pero no me importaba, el nene necesitaba
zapatillas y las tenía, era fácil”.
Estuvo detenido y comenta “no quiero volver más ahí… ya no me peleo, estoy menos calentón… antes
me mirabas y te daba para que tengas por las dudas, me calmé bastante…”
Salió a cartonear hace ya casi tres años frente a la imposibilidad de encontrar trabajo, por un lado, y por su
situación penal, por el otro. Aclara que no tiene documentos, “porque los perdió”, y que esto también
influye en su imposibilidad de trabajar o de realizar trámites para recibir ayuda por parte del gobierno.
En un principio le costó “cartonear”, pero luego terminó encontrándole su ventaja: “no tenés patrón y no
tenés que mirarle la cara a nadie”.
Su relación con los vecinos de su recorrido es diversa: “algunos te separan los cartones, las botellas; otros,
en cambio, te dicen que vayas a trabajar, que sos un vago, que no rompas las bolsas, que no ensucies…”
Explica que no integra ninguna cooperativa porque “prefiero la plata en mano y listo”.
Se despide diciendo “ahora no vivo ni mal, ni bien, sobrevivo”.
Los datos de la persona entrevistada no son los reales.
Discusión
La dinámica de la actividad de cartoneo en la ribera del Río de la Plata presentó diferencias
entre Costanera Norte y Costanera Sur. Los cartoneros de Costanera Sur realizaban un
recorrido más largo, de 5 a 10 kilómetros por día, recolectando no sólo en la ribera, sino
también los barrios aledaños. De esta manera, la cantidad total de residuos recolectados
fue sustancialmente mayor que en Costanera Norte. Además, casi todos tenían “sus
clientes” (una clínica, carritos, bares, edificios, comercios). La venta de los residuos
recolectados siguió una pauta diferente en Costanera Norte y Sur. En el primer caso había
un intermediario que compraba lo recolectado in situ. En cambio en Costanera Sur, cada
cartonero vendía sus materiales a un depósito (acopiador) de la zona. Consecuentemente,
en Costanera Sur los ingresos medios de un cartonero fueron de 27 pesos por día,
mientras que en Costanera Norte, sólo alcanzó a 7 pesos por día.
Estos resultados reflejarían una presencia de la actividad de cartoneo más establecida en
Costanera Sur, la que se encuentra integrada a un recorrido más amplio que incluye
edificios, comercios, otros.
De acuerdo a los cartoneros, el mayor volumen de residuos depositados en las veredas
de la ribera se daba en fines de semana, de viernes a domingo, principalmente en Costanera
Sur. Estos residuos (plásticos y papeles) son los producidos principalmente por “los
paseantes de fin de semana”. Podemos preguntarnos: ¿qué rol cumplen los cartoneros, en
cuanto a disminuir la contaminación del agua del río, al evitar que estos residuos sean
arrastrados al agua? Aunque es obvio que ésta no es una función que se propongan los
recuperadores, su importancia es relevante. Sobre todo frente a la falta de evidencias, en las
zonas recorridas, de la existencia de una campaña de sensibilización, información y
educación ambiental dirigida a atender este tema específico. Entonces, la basura generada
por los paseantes, termina en las veredas o en contenedores, o tachos de basura colmados.
Las encuestas realizadas sí reflejan la actividad del cartoneo como una alternativa laboral
a la desocupación en niveles de alta precariedad y marginalidad social. Los entrevistados
en este trabajo no pertenecían ni trabajan en relación con cooperativas porque “de esta
manera recibo el dinero en el acto y no dependo de nadie”. Sus ingresos magros, les
alcanzaban para sobrevivir y para enviar con muchas dificultades a sus hijos pequeños a la
escuela primaria. La actividad de cartoneo constituye, entonces, una manera de subsistir
ante la crisis social que aqueja a la población.
10
En cuanto a los estudiantes, el proceso de toma de conciencia se refleja en algunas de
sus reflexiones. [Goldstein y Castañera (1996)] En sus propias palabras, nos dicen: “Mi
conocimiento respecto a la educación ambiental era escaso, y este Taller me sirvió como
herramienta para tener una pista por donde comenzar a informarme acerca del tema …
antes consideraba la recolección en las calles, por parte de los cartoneros, como algo
grotesco, pero ahora entiendo sus necesidades
—La recolección masiva es producto de la post-crisis que está atravesando el
país, la cual no deja otra opción a los sectores menos privilegiados.
—La información que fui recibiendo en cada clase a través del análisis de las
entrevistas realizadas por mis compañeros, el aporte docente y mi propia
investigación, contribuyeron a poder resignificar el tema de la basura,
entendiendo que no sólo es un problema ecológico sino también económico,
social, político y educativo … quizá la educación pueda ser un puente entre la
acción (falta de conciencia ciudadana respecto al manejo de los residuos que
produce) y sus consecuencias en el tiempo y en el espacio (contaminación,
disminución de la calidad de los potenciales recursos alimentarios del río, de su
valor paisajístico y recreativo), contribuyendo al manejo adecuado de los
residuos sólidos urbanos.
Agradecimientos
A Laura Sandra Godoy y María Eugenia Graciano, quienes como estudiantes participantes
del taller contribuyeron a este trabajo a través de la toma de entrevistas y su posterior
análisis.
6.2 Salud y ambiente
Otro de los productos de este proyecto UBACYT es la edición del libro Salud y medio
ambiente, compilado por Beatriz Goldstein, con el material de base utilizado y producido
durante el presente proyecto. Incluimos uno de los capítulos, escrito por Mónica
Castañera, a modo de ejemplo.
La salud como un derecho humano
La salud es un derecho humano fundamental, que goza de un amplio reconocimiento
jurídico y político a nivel internacional y nacional. Este derecho involucra la garantía de que
el Estado disponga los recursos materiales y humanos, para garantizar a la población las
condiciones necesarias, para mantener un estado óptimo de salud física, mental y social.
Este derecho se reconoció por primera vez, en la Constitución de la Organización
Mundial de la Salud y posteriormente, en la Declaración Universal de Derechos Humanos
y numerosos Convenios Internacionales.
La Declaración Universal de Derechos Humanos es taxativa, al reconocer el derecho a
la salud, como un derecho humano y social vinculado a todas las dimensiones de la vida:
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el
vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene
asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez,
viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad ”. (Artículo 25 DU)
Asimismo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, reconoce expresamente a
la salud como un derecho relacionado, a la integridad del desarrollo humano:
“ L os Estados… reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto
nivel posible de salud física y mental ”. (Artículo. 12 PIDCP)
11
Entonces, encontramos que diversos instrumentos internacionales y locales, establecen que
todo ser humano tiene derecho a vivir en condiciones que le permitan disfrutar del más alto
nivel posible de salud.
La conceptualización de la salud como un derecho humano significa que la población
tiene el derecho de recibir atención integral en salud, así como de acceder a las condiciones
de vida necesarias para estar saludable.
Desde la perspectiva de los instrumentos de derechos humanos, la responsabilidad
social, jurídica y política de garantizar el derecho a la salud, le corresponde principalmente
al Estado, el cual debe destinar los recursos económicos necesarios y suficientes, para
garantizar que todas las personas tengan acceso a la atención en salud.
Si partimos que el “derecho a la salud” es un derecho humano, conviene aclarar
entonces, qué se entiende por derecho a la salud. La noción social y ontológica de la salud
ha evolucionado con los procesos propios de la actividad humana. La actual
conceptualización de la salud, se inscribe en la línea planteada por la Organización de
Naciones Unidas a través de sus agencias especializadas, que parten del reconocimiento de
la salud como un “derecho humano ”, que debe ser interpretado como “el completo
estado de bienestar físico, mental y social” y no solamente como la ausencia de las
enfermedades (OMS). Desde la perspectiva de la OMS, la situación de salud o
enfermedad de una persona, no está determinada sólo por la ausencia de enfermedades,
sino que es el resultado de un estado de bienestar, que comprende la esfera biopsicosocial.
“ La salud en su acepción más amplia incluye todos los procesos sociales que
inciden en el disfrute de una vida saludable. Esto incluiría por supuesto, los
referidos a la seguridad alimentaria, calidad de la vivienda, escolaridad y
educación sanitaria, empleo y ambiente laboral, protección social y otros. ”
[Hernández (2003)]
Entonces, el abordaje del derecho a la salud, desde una perspectiva holística, ha permitido
su vinculación con otros aspectos, que ocupan gran relevancia en nuestro tiempo, temas
como el desarrollo económico, ambiental, humano y social.
La salud desde un enfoque ecosistémico
Así como el concepto de salud como derecho ha sido una construcción social, el concepto
de enfermedad también ha evolucionado. La práctica biomédica de la salud se ha basado
en métodos de diagnóstico y tratamiento de patologías específicas: un patógeno = una
enfermedad. Inicialmente el concepto de enfermedad tenía que ver con determinar qué
patógeno, es decir qué agente infeccioso provocaba la enfermedad. En este sentido, se
concebía que cada enfermedad tenía una única causa, por ejemplo, en el caso del cólera se
trataba de una bacteria, en el caso de la tuberculosis de un bacilo (un tipo de bacteria), o de
un virus, como en el caso de la polio.
Comprender cómo aparece una enfermedad y cómo se dispersa entre los individuos de
una comunidad representó un gran avance. Estudiar cuál es el agente que produce esa
enfermedad y describir cómo se dispersa, es el campo de investigación de la
epidemiología. Los estudios epidemiológicos permiten develar cómo apareció la
enfermedad y cómo se dispersó entre la población y, eventualmente, determinar cuáles son
los factores que la promueven y qué se puede hacer para contraatacarla.
Entonces nos encontramos con que, principalmente durante la segunda mitad del siglo
XX, los descubrimientos en el campo de la salud y el progreso en las prácticas de curación
han reducido considerablemente la tasa de enfermedades infecciosas en los países
industrializados y, en menor grado, en los países en desarrollo. Esto es, con el
descubrimiento de los antibióticos para el control de enfermedades de origen bacteriano, y
12
el desarrollo de muchas vacunas para el control de enfermedades virósicas. Sin embargo,
inicialmente, no tenía en cuenta las conexiones entre la enfermedad y factores
socioeconómicos, tales como la pobreza y la desnutrición y aún menos la relación entre la
enfermedad y el ambiente en donde vive la gente enferma. En general, aún hoy persiste una
falta de atención al impacto de los factores culturales en el comportamiento de alto riesgo
respecto de la salud y acerca de la particular vulnerabilidad de algunos grupos en cuanto a
la atención sanitaria de la población.
Ahora bien, al ampliar nuestro conocimiento de cómo se produce la aparición y la
persistencia de una enfermedad en una comunidad particular, y eventualmente su
dispersión de una comunidad a otra, ha sido necesario dejar de la lado el paradigma “una
enfermedad-una causa” y reconocer que toda enfermedad es multicausal. Así, ha
comenzado a construirse la posibilidad de tener un concepto más amplio, ecosistémico,
que tenga en cuenta no solamente las características de una población particular, las
características económicas en que se sustenta esa comunidad, sino también ver cuáles son
las características ambientales que están interactuando. En esto no todos están de acuerdo,
sino que hay liderazgos tanto dentro de la comunidad científica como en el ámbito político,
es decir, hay algunos que están convencidos, pero hay muchísimos que todavía hay que
convencer.
El enfoque ecosistémico, denominado también de eco-salud, se centra
fundamentalmente en el lugar que ocupan los seres humanos en su medio ambiente,
reconociendo la inextricable interconexión entre los seres humanos y su entorno biofísico,
social y económico, así como la manera en que estas interconexiones se reflejan en el
estado de salud de la población. [Lebel (2005)]
En la Figura 1, resumimos, en forma simple, los diferentes enfoques. En el enfoque
tradicional los procesos económicos se toman por un lado, los procesos de la comunidad
por otro, es decir, nos referimos a cómo la comunidad está estratificada, cómo trabaja,
cómo vive, qué condiciones de infraestructura posee. Y, aunque podemos encontrar una
amplia ligazón entre el mundo económico y el mundo de la población, no ocurre lo mismo
con el ambiente, al que se lo ve como algo aparte. Con el enfoque ecosistémico claramente
estamos diciendo que la salud de los seres humanos resulta de una interacción de estos
tres universos: el universo económico, el de las características de la población y el ambiente
en que esa población se desarrolla.
Figura 1: El enfoque ecosistémico
13
En el enfoque ecosistémico se da igual importancia al manejo ambiental, los factores económicos y las
aspiraciones de la comunidad. Los métodos tradicionales tienen más en cuenta los últimos dos, en detrimento del
ambiente (adaptado de Hancock 1990). Fuente: Lebel (2005).
Veamos un ejemplo en el cual podremos comprender la integración de estos tres mundos:
las características de la población, el ambiente y los factores económicos (Figura 2). En
este ejemplo, el problema de salud que afecta a la población se debe a una intoxicación con
mecurio. El mercurio ataca el sistema nervioso, produce debilidad muscular, pérdida de
noción, puede llevar a la muerte, sobre todo en los más pequeños y en los ancianos. De
modo que estar intoxicado con mercurio representa un problema grave. Éste es un ejemplo
real, es una población canadiense que se dedicaba a la pesca que se encontró ampliamente
afectada por esta contaminación. En el enfoque tradicional, el problema se resolvería con el
tratamiento de la intoxicación en las personas. Pero, si tenemos un enfoque ecosistémico,
el problema no se agotará con tratar la enfermedad; la idea es explicar cuál o cuáles son las
fuentes, cuáles los reservorios de mercurio que afectan a la población teniendo en cuenta
todo el ciclo del mercurio en el área que estamos estudiando. Así se determinó que la
producción de mercurio esencialmente tenía que ver con la actividad industrial. El mercurio
era una sustancia que se liberaba al ambiente en los desechos industriales. El mercurio
podía pasar al agua directamente, porque quedaba contenido como una partícula más en la
atmósfera y luego, cuando llovía, era depositado o sobre el mar o sobre la tierra. La tierra
era permanentemente lavada, y por lo tanto estas partículas podían llegar a las napas más
profundas de agua. De este modo, eventualmente, ya sea por contaminación superficial o
por el agua que se bebía, estaba disponible para enfermar a una persona. Otra forma de
intoxicarse pasaba por la actividad económica de la población, dedicada principalmente a la
pesca. ¿Qué pasaba? El mercurio que llegaba al agua primero era absorbido por los
organismos más pequeños, de los que se alimentan, ya sea directamente o comiendo, peces
pequeños, que a su vez eran el alimento de los peces que tenían importancia comercial. El
mercurio no era degradado metabólicamente por ninguno de los organismos y por lo tanto
se acumulaba, es decir, quedaba en el organismo que lo había absorbido. Cuando los
pequeños organismos eran comidos por peces grandes, el mercurio pasaba a éstos, y
aumentaba su concentración en el pez a medida que éste consumía más y más peces
contaminados. Cuando un tóxico no es degradado por los organismos y pasa de un nivel
trófico a otro, observamos lo que se denomina un fenómeno de bioacumulación en la red
alimentaria. Por lo tanto, el mercurio llegaba a las personas no sólo a través del agua que
se bebía, sino también a través del consumo de pescado.
Con este enfoque ecosistémico podemos comprender mejor la aparición de una
enfermedad, y por qué simplemente el tratamiento de una persona no alcanza para
detenerla. Cuando consideramos nuestra población afectada, nuestro sistema económico y
nuestro ambiente, podemos entender cómo se produjo la circulación de mercurio en el
sistema y cuáles fueron las causas que provocaron la enfermedad. Con una visión o
enfoque tradicional, todo esto se nos escapa.
Otro ejemplo relacionado con el mercurio, tiene un nombre particular, que es el de la
Bahía de Minamata, en Japón, donde se produjo el primer impacto grande por la
contaminación de toda una población costera. En la década del 50 se produjo en esa bahía
un gran derrame de mercurio que ya estaba contaminada por grandes instalaciones
industriales y dicha intoxicación produjo muertes masivas. Para los organismos
ambientales, este caso de Minamata, es paradigmático.
En forma general, la contaminación del agua y las intoxicaciones sufridas por los seres
humanos al consumirla, generalmente están asociadas a derrames industriales y/o con
actividades agrícolas, a través del uso de fertilizantes y pesticidas (herbicidas, insecticidas y
14
fungicidas), llegan al agua, ya sea por vertido directo o por lavado por lluvia. Esta
problemática permite ver la clara interacción entre ambiente, comunidad o sociedad y
actividad económica.
Figura 2: Intoxicación por mercurio en una población canadiense
Análisis de las causas en un enfoque ecosistémico. Fuente: Lebel (2005).
Otro ejemplo donde podemos ver la interacción de una enfermedad con el ambiente y con
los factores sociales y económicos es la enfermedad de Chagas. Es una enfermedad
sudamericana, aunque se han reportado algunos casos en el sur de Estados Unidos, que no
se consideran autóctonos. La vinchuca es el agente vector, pero debemos saber que hay
unas 120 especies de vinchuca en Sudamérica, de las cuales solamente cerca de diez tienen
importancia sanitaria. En nuestro país está una de ellas, la vinchuca negra, triatoma
infestans. En el norte de Brasil tienen al menos tres especies de importancia sanitaria. El
insecto tiene la posibilidad de infectarse con un parásito, un organismo unicelular, cuyo
nombre científico es trypanosoma cruzi. El insecto se alimenta de sangre, es decir es
hematófago, y suele defecar una vez que termina de comer; las heces cargadas de parásitos
quedan sobre la piel del hospedador, y si hay una vía de ingreso al cuerpo, sea por una
lesión o porque el hospedador se lastima al rascarse, el parásito puede infectar, por
ejemplo a un ser humano, en caso de ser éste el hospedador. La importancia de esta
enfermedad, es decir el número de personas infectadas por este parásito, comienza a crecer
fundamentalmente cuando los humanos colonizamos zonas boscosas, al principio
desarrollando pequeños cultivos, o simplemente viviendo del talado de la selva virgen, pero
instalando en esas áreas nuestra vivienda, generalmente precaria, construida con adobe,
15
paja, cañas y/o madera. Este tipo de vivienda, así como la construcción de corrales para
nuestro animales domésticos cercanos a ella, ofreció –y ofrece– a las poblaciones de
vinchuca un hábitat ideal con refugio y alimento que fue rápidamente colonizado. Aunque
existen otras vías de infección, por ejemplo, recibir transfusiones de sangre infectada, el
contacto del hospedador con el vector infectado sigue siendo la principal forma de adquirir
la enfermedad. Así, la enfermedad de Chagas tiene que ver con el ámbito de eco-salud, ya
que afecta a un sector de nuestra población que vive en determinadas condiciones
ambientales y socioeconómicas.
Medio ambiente y salud
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren más de tres millones de
menores de cinco años por causas y afecciones relacionadas con el medio ambiente. El
medio ambiente es, pues, uno de los factores que influyen de forma más decisiva en el
tributo mundial de diez millones de defunciones infantiles anuales, y uno muy importante
para la salud y el bienestar de las madres. El aire interior y exterior y el agua
contaminados, la falta de saneamiento adecuado, los riesgos de toxicidad, los vectores de
enfermedades, la radiación ultravioleta y los ecosistemas degradados son factores
ambientales de riesgo importantes para los niños, y en la mayor parte de los casos para sus
madres también. En particular en los países en desarrollo, los riesgos y la contaminación
ambientales contribuyen de manera muy importante a la mortalidad, la morbilidad y la
discapacidad infantiles asociadas a las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades
diarreicas, traumatismos físicos, intoxicaciones, enfermedades transmitidas por insectos e
infecciones perinatales. La mortalidad y la morbilidad infantiles debidas a causas como la
pobreza y la malnutrición también van asociadas a modalidades insostenibles de desarrollo
y a la degradación del medio ambiente urbano o rural.
Dentro de la estructura de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se ha
establecido el área de Desarrollo Sostenible y Salud Ambiental (SDE), para, como
enuncian, enfrentar los retos que trae consigo el siglo XXI y el nuevo paradigma del
desarrollo sostenible, la seguridad humana y la salud ambiental. Se propone aquí que, a
través de una visión holística e integral de la relación entre salud y enfermedad, trabajar
para fortalecer las políticas públicas, las instituciones y la movilización social, a fin de
mejorar la calidad de vida de la población en la región.
Como vemos, la visión propuesta resulta equivalente al enfoque ecosistémico que
describimos previamente, donde el concepto de salud ambiental, involucra una visión de
salud integral que requiere de la participación interdisciplinaria para comprenderla y de la
acción de distintos niveles sociales e institucionales para lograrla.
En junio de 2005 se desarrolló en Mar del Plata una reunión de ministros de salud y
ambiente de toda América en lo que denominó: “Taller Satélite: Enfoques Integrados de
Salud y Ambiente”. Fue organizado por el IDRC-Canadá, con la finalidad de aportar
información básica de la situación en América a través de indicadores que reflejen la
interacción entre salud y ambiente. En ese encuentro se presentó un documento
denominado: “Salud y Ambiente en las Américas: Recopilación preliminar de indicadores
y desafíos para un enfoque integrador (versión preliminar, mayo 2005), elaborado por
Gabriella Feola Paz. Según la autora, las fuentes consultadas para acceder a los datos de
indicadores correspondieron principalmente a las bases de datos de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y su oficina regional, la Organización Panamericana de la
Salud (OPS), de diferentes agencias de Naciones Unidas, en especial el Programa de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y UNICEF, así como del World
Resources Institute (WRI). Las mismas son, a su vez, fuente de información para muchas
16
organizaciones e instituciones internacionales, regionales y nacionales. A continuación,
veremos algunas tablas que se presentan en este documento.
En la Tabla 1, tomando datos de 2002, de la OPS, se trata de ver cuáles son los efectos en
la salud de la exposición a distintos factores ambientales. Se presenta una lista de esos
efectos, como infecciones respiratorias agudas, diarreas, enfermedad transmitida por
vectores (como en el caso del dengue y el mal de Chagas), intoxicaciones por sustancias
químicas (como vimos con el mercurio), enfermedades de tipo mental, cáncer,
enfermedades respiratorias crónicas y lesiones o incapacidades por antecedentes. Éstos
serían los efectos más importantes sobre la salud que se consideran en este esquema. Si
analizamos los factores ambientales (donde la cruz indica los relevantes), los que se han
tenido en cuenta en este caso son el estado del agua y del saneamiento, los residuos
sólidos, la contaminación del aire, la salud de la vivienda, es decir una vivienda higiénica o
no, los riesgos ocupacionales, el tipo de trabajo que desarrollan las personas, los desastres
naturales y los cambios globales del ambiente.
Vemos, una a una, que las enfermedades son ahora multicausales. Tenemos infecciones
respiratorias agudas, asociadas fuertemente con la contaminación del aire, con la higiene
de la vivienda, con riesgos ocupacionales y con riesgos químicos. Diarreas –recordemos
que en Sudamérica entre un 25% a 30% de niños menores de cinco años mueren por
diarrea– causada por factores ambientales fundamentalmente. Esta patología está asociada
fuertemente con el agua y su saneamiento, con residuos sólidos, con la higiene o la salud
de la vivienda, con riesgos químicos y con desastres naturales.
En el caso de las enfermedades transmitidas por vectores, virus y parásitos, uno de los
dispersores es el agua. Así que el agua y el saneamiento están muy asociados con
enfermedades de tipo infecciosas, los residuos sólidos, la salud de la vivienda, riesgos
químicos, desastres naturales y cambios globales en el ambiente.
17
Con respecto a intoxicaciones, todos los factores ambientales están involucrados, salvo
el tema de desastres naturales (aunque es probable que si el desastre fuera un fenómeno de
vulcanismo tengamos intoxicaciones con sustancias químicas).
Con enfermedades mentales encontramos el factor salud de la vivienda. Observemos
que se trata de un concepto amplio, porque en salud de la vivienda, podríamos no sólo
considerar su condición de higiénica, sino también el tipo de estructura microsocial,
familiar, aquello que tiene que ver con el mundo de relaciones en que esa persona se
desarrolla. Las condiciones de hacinamiento probablemente incidan en la problemática, así
como el tipo de vivienda, cómo está diseñada y con qué tipo de materiales está construida.
Todo esto debería asociase al hablar de la salud de la vivienda. Además, encontramos
factores como las ocupaciones y los desastres naturales, como las inundaciones, y, aunque
no explícitamente incluidas, podríamos considerar las situaciones de guerra.
Respecto del cáncer se presentan diversos factores que lo promueven, como el agua y
su falta de saneamiento puede ser un factor ambiental que promueve el cáncer, la
contaminación del aire, la salud de la vivienda, los riesgos ocupacionales, los riesgos
químicos y los cambios del ambiente global. Debemos aclarar que una persona no se
infecta de cáncer. En algunos casos, se hipotetiza que debido a determinadas infecciones
virales es posible del desarrollo de algunos tipos de cáncer. Pero sucede, en general, que
dentro de nuestro material genético, ya poseemos la información para el posible desarrollo
de algunos tipos de cáncer (oncogenes). Esta información, podríamos decir, se encuentra
apagada, dormida, pero se puede encender, promoviendo el desarrollo de un cáncer,
dependiendo de determinados factores ambientales.
En las enfermedades crónicas respiratorias influyen la contaminación del aire, la
vivienda, la ocupación y el riesgo químico. Y con lesiones ocupacionales: la vivienda, el
tipo de trabajo y los cambios globales del ambiente.
18
A partir de esta tabla, como un primer borrador para empezar a pensar, obtenemos un
panorama que nos permite ver que el enfoque un patógeno = una enfermedad ya no es
admisible para ningún sanitarista, y tampoco lo debe ser para nosotros.
En esta tabla vemos lo que se denomina la carga global por enfermedad asociada a los
riesgos ambientales. Nos informa, por un lado, qué porcentaje de esa enfermedad puede
atribuirse a causas ambientales, y por otro, cuál es el grado de morbilidad y mortalidad
asociado a esa enfermedad (recordemos que la morbilidad es padecer una enfermedad y
que la mortalidad es morirse de esa enfermedad). Lo último lo observamos que en la dos
columnas de la derecha, donde se presenta un valor, en forma de porcentaje, que debe ser
interpretado como la proporción de años perdidos por padecer la enfermedad (para la
población en general, y para los chicos menores de 14 años).
En el caso de las diarreas, observamos que la carga ambiental es del 90%, quiere decir
que se adjudica a los factores ambientales un 90% en la explicación de las diarreas. Lo
mismo sucede con la malaria.
La malaria no existe en la Argentina, pero sí una enfermedad muy parecida, el
paludismo. En el norte argentino se la llama la “enfermedad del chucho”, por los
escalofríos que provoca debido a la fiebre alta. Esta enfermedad es provocada por un
parásito, un organismo unicelular, un plasmodio, que ingresa al torrente sanguíneo y
empieza a romper glóbulos rojos, donde se alimenta y reproduce. Cuando se producen las
rupturas masivas de glóbulos rojos, la persona comienza a tener fiebre, y escalofríos. La
transmisión de persona a persona, requiere de un vector, y en este caso se trata de una
especie de mosquito (anopheles).
19
Siguiendo la propuesta de la información presentada, donde se evalúa en qué
proporción el ambiente favorece que una enfermedad se produzca y persista, vemos que en
las enfermedades respiratorias agudas, es de un 60%, en las crónicas, un 50%, en daños o
traumatismos de un 30%, en el cáncer, un 25%, en infecciones prevenibles, un 10%, y en
cardiovasculares es de un 10%.
En las siguientes columnas, se está calculando cuántos años de vida sana pierde una
persona por estar enferma de esa particular afección. Como ejemplo, veamos que, en la
población general, por diarrea se pierden unos 6,5 años de vida, lo que no es poco.
¿Por qué es importante mostrar la información de esta forma? Porque cuanto más
impactante es la información, más posibilidad hay de que los políticos, las personas que
toman decisiones, se convenzan y deriven los recursos que se necesitan para poder
controlar y/o remediar un problema de salud en la población.
Al respecto, los epidemiólogos han desarrollado toda una línea de trabajo que tiene que
ver con el modelado matemático, que no sólo ha permitido aprender sobre cómo se
desarrollan las enfermedades, sino también la predicción de la cantidad de enfermos que se
producirían, entre otras cosas. Por ejemplo, imaginemos que tenemos 10 mil infectados de
una determinada enfermedad en Buenos Aires, donde la población susceptible de
enfermarse es de 12 millones. Mediante un modelo matemático podríamos investigar en
cuánto tiempo esta enfermedad se va a dispersar, a cuántas personas infectará y
eventualmente, cuánto va a costar desde un punto de vista económico, ya que habrá que
hacer frente al problema sanitario. Seguramente, el costo de prevenir la infección en la
población será más bajo que el costo de hacer frente a una catástrofe sanitaria, pero esto
hay que mostrarlo en números.
Una de las primeras enfermedades en ser modelada matemáticamente fue la malaria. Se
trató de un modelo muy simple pero que produjo un impacto en las personas que tomaban
decisiones de gran importancia, que permitió afrontar con recursos económicos la
necesidad de controlar a las poblaciones de mosquito, de sus criaderos, etc., e instaló el
tema como prioridad sanitaria. Por eso, estos índices tienen importancia, para la difusión
de los datos sobre distintas enfermedades, ya que, todas las propuestas en la tabla –salvo el
cáncer en la mayoría de los casos– son atendibles.
20
En la Tabla 3, podemos ver que directamente se miden porcentajes de defunciones totales
debidas a las distintas enfermedades. Además, se presenta una lista de las condiciones
ambientales, evaluando cuánto aportan para que esos enfermos mueran. Los datos son de
2003, y se refieren a países como México y Brasil, y a regiones como América Central y el
Caribe latino, el Cono Sur, etc. Por ejemplo, para enfermedades intestinales infecciosas,
donde la gente está en contacto con agua contaminada, hay insecticidas que ya no pueden
controlar a determinados vectores, y hay impactos fuertes respecto del cambio climático.
Se considera que estas condiciones representarían casi un 81% de la carga que producen
estas enfermedades y representan de un 4% a un 11% de las muertes totales. Calculemos
cuánto es un 10% en el caso de América Central y Caribe, o qué significa un 5% en una
población de 38 millones de argentinos.
7. A modo de conclusión
El primer objetivo, que consistía en identificar los riesgos ambientales e impactos sociosanitarios que sufren los cartoneros y sus familias, ha sido logrado en sus aspectos
principales. A través de entrevistas realizadas a cartoneros de diferente edad y sexo hemos
logrado identificar aquellos agentes del medio que impactan sobre su salud. Dichos datos
fueron contrastados con los obtenidos en entrevistas a médicos y otros agentes de salud,
en hospitales y salitas.
El segundo objetivo, que consistía en capacitar estudiantes de la carrera de Ciencias de
la Educación, de la FFyL, UBA, en la temática de educación y salud ambiental y sociosanitaria, a través de la investigación, la acción participativa y actividades artísticas (arte y
educación ambiental) fue cumplimentado en un gran porcentaje. Se programaron e
implementaron dos de los talleres descriptos, capacitándose alrededor de 50 estudiantes de
21
grado de Ciencias de la Educación. Se realizó el primer taller de marzo a julio de 2007, y el
segundo, se está desarrollando desde agosto de 2007.
El tercer objetivo, que implicaba analizar las concepciones y las representaciones de los
cartoneros y sus familias sobre temas relacionados con su trabajo y su salud, y utilizar los
resultados para organizar su formación, hasta el momento, se ha logrado indagar y analizar
las concepciones y representaciones a partir de la información obtenida en entrevistas e
historias de vida.
Se ha elaborado también “el documento base” utilizado en los talleres de capacitación,
dirigidos a estudiantes de grado de la carrera de Educación. Los restantes objetivos se han
de completar en el período 2008-2009.
22
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