Producto: reseña histórica “Respeto, preservación y difusión

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO
PLANTEL “CUAUHTÉMOC” DE LA ESCUELA PREPARATORIA
PROYECTO INTEGRADOR DE LA ASIGNATURA DE HISTORIA DE MÉXICO
Producto: reseña histórica
“Respeto, preservación y difusión del Patrimonio Cultural:
Convento de San Juan Bautista Metepec.”
Elaboró: M. H. Jesús Josué Severo Sánchez
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Preámbulo
El cuidado del Patrimonio Cultural (mueble e inmueble, tangible e intangible) que
hemos heredado de generaciones que nos antecedieron es un tema pendiente que debemos
tener presente los estudiosos de las ciencias sociales en el siglo que vivimos. Respetar,
preservar, conservar y promover proyectos de carácter social que nos permitan difundir el
valor histórico de todo aquello que denominamos actualmente Patrimonio Cultural es de
vital importancia si buscamos dejar un legado a nuestros descendientes.
En este trabajo se hace énfasis en respetar, preservar y difundir un Patrimonio Cultural
inmueble que se encuentra a escasos 15 minutos de la Ciudad de Toluca, se trata del Convento
Franciscano del siglo XVI denominado “San Juan Bautista Metepec”, el cual está enclavado
en el corazón del municipio del mismo nombre. Una de las inquietudes que me llevaron a
elegir este Patrimonio Cultural es que hace varios años llegue como cualquier migrante al
Estado de México en busca de mejores oportunidades; arribe, me adapte a la comida, a las
condiciones climáticas y a los “toluqueños”, cursé la Universidad pública, trabajé para pagar
la colegiatura –desde luego mis padres nunca me dejaron solo, “Tere” y “Agus” me
alimentaron, me alojaron en un departamento y me ofrecieron su apoyo incondicional–
después de varios años obtuve una licenciatura en Historia, y
más tarde, con mucho esfuerzo conseguí una maestría en
humanidades; indudablemente, Metepec se convirtió en mi
segunda casa, fue el espacio en el que crecí en muchos sentidos
y en el cual trabé amistades entrañables; en este espacio también
me apasioné por la consulta de libros parroquiales, los cuales
eran cruciales como fuente primaria para mi trabajo de tesis de
licenciatura; a pesar del transcurso del tiempo hoy todavía
recuerdo las visitas recurrentes al Convento de San Juan Bautista, tengo presente el acervo
documental que el párroco me permitió consultar; están en mi memoria aún la llegada al
archivo histórico, las horas de consulta y la ardua transcripción manuscrita de actas de
defunciones y de bautismos que tuve que pasar a mi libreta de notas. En fin, son varias las
circunstancias que me movieron a elegir este y no otro Patrimonio Cultural, contarlo todo
daría pie a una novela, lo cual no es objeto de estas líneas. Veamos.
Junio 15 del 2016, en algún sitio de Metepec.
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Contexto Histórico: origen, desarrollo del patrimonio cultural
Después de la conquista militar española sobre los indígenas del centro de México,
la iglesia tendrá la tarea de integrar pacíficamente a los aborígenes y/o “naturales” al mundo
cristiano de Occidente. Esta etapa de sometimiento religioso, denominada “la conquista
espiritual” cumplirá la función social más importante en esta parte de la Historia de México:
la conquista ideológico-cultural de los habitantes originarios de América. Es decir, sustituir
un credo amerindio, una idea Dios por una distinta venida de Occidente (del Viejo Mundo).
En un principio se insistió en traer misioneros a la Nueva España. La orden
franciscana fue la primera en arribar a América y
por ello tendrá la libertad de escoger su territorio
(1524);
particularmente
los
franciscanos
predicarían el evangelio en la zona centro: en los
valles de México, Toluca y Puebla. Más tarde
llegaría dominicos y agustinos.
La jurisdicción eclesiástica y en quien
residía el poder eclesiástico formal eran los
obispados o “diócesis”. La primera diócesis fue la
de México- Tenochtitlan (1527) de la cual Fray
Juan de Zumárraga fue el primero en ocupar el
cargo (1533). Después, el obispado de México fue
promovido a la condición de “Arquidiócesis”
(1546), a esta institución quedarían sujetas –
subordinadas– todas las catedrales de la Nueva España. Cabe mencionar que después también
se erigieron las diócesis de Antequera (1535), Michoacán (1536), Chiapas (1539),
Compostela (1548), Yucatán (1561), Guadiana o Durango (1620), Linares (1777) y Sonora
(1779).
Ahora bien, al interior de la diócesis de México se encontraba el valle de Toluca
donde a mediados del siglo XVI, había diez curatos seculares y siete monasterios cabecera
de doctrina –cinco de franciscanos y dos agustinos–. Pero, te preguntarás ¿qué diferencia hay
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entre curatos y monasterios? Básicamente, los curatos son atendidos por curas –sacerdotes,
religiosos que hoy llamamos “padres”– y los monasterios a su vez estaban administrados por
los frailes –esos hombres que llegaron primero y que comenzaron a convertir al catolicismo
a los habitantes oriundos del continente americano–.
En este valle a los franciscanos les correspondieron los pueblos de Toluca, Metepec,
Zinacantepec y Calimaya, como cabeceras de doctrina.
La cabecera de doctrina de Metepec fue fundada en 1569 bajo la advocación de San
Juan Bautista; contaba con seis pueblos de
visitas que mantuvieron
su
nombre
prehispánico junto al cristiano y que en el
presente podemos reconocer facilmente:
1)
Santa
María
Magdalena
Ocotitlán, cuya festividad se celebra el 22
de julio y que contaba con un barrio:
Yancuitlalpan (palabra náhuatl que se lee
“en las tierras nuevas”).
2)
San
Felipe
Tlalmimilolpan
(palabra náhuatl que se traduce como “en
tierras de sementeras”) cuya fiesta más
importante se celebra el 1 de mayo.
3) San Gerónimo Chicahualco (término náhuatl que se entiende como “lugar de la
fortaleza”) y que festeja el 30 de septiembre a su santo patrón religioso.
4) San Francisco Coaxusco (término náhuatl que se traduce como “en el lindero”)
cuya fiesta principal se considera para el 4 de octubre.
5) San Miguel Totocuitlapilco (que se traduce del náhuatl como “en la cola del
pájaro”); de este pueblo cabe enfatizar que fue bastión mexica antes de la llegada
de los españoles y que estuvo insertado en la zona otomí-matlazinca para evitar
que se unieran los matlatzincas y se rebelaran en contra de los mexicas; su
festividad más importante es el 15 de agosto, día de la “Asunción” en el calendario
liturgico, sin embargo en esta fecha festejaban a San Miguel, santo asociado al
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ciclo agrícola desde el MéxicoAntiguo. Tenía dos barrios San Lucas y San
Sebastian.
6) San Bartolomé Tlatelulco, que fue sitio perteneciente a los tlatelolcas como
recompensa al apoyo prestado a Axayácal –el nombre mexica– en la conquista
del valle de Toluca. Este pueblo tiene su festividad el 24 de agosto.
Ahora bien, del convento se puede agregar que era atendido en aquel momento por
dos frailes residentes: uno se ocupaba de la casa conventual y el otro recorría los pueblos de
visita. A su vez, las capillas de estos eran atendidos por los religiosos rotativamente, cada
quince o veinte días; los pueblos más alejados incluso tenían que esperar un mes o más; al
principio, debido a la falta de frailes para asistir los sacramentos tuvieron que nombrarse, en
cada pueblo de visita. Mandones o fiscales (teopixque que se traduce como”sacerdote”); la
tarea de los Mandones tenía que ver con la vigilancia de la vida espiritual y moral de los
pobladores.
El trabajo de atención religiosa era efectuado en la Nueva España, en general, por los
frailes de las distintas órdenes llamados también “regulares” –se les llama así porque vivían
bajo una regla o reglamento– y por otro lado, por los sacerdotes del clero denominado a su
vez “secular” –que recibían ese nombre porque vivían “en el siglo” y no en convento–. El
clero secular, cuya autoridad es el obispo de cada diócesis, egresa de los seminarios
diocesanos que los prepara para el ministerio. Después, en el siglo XVIII los cleros regular y
secular comienzan a luchar por el control y administración de las parroquias, así fue como
en 1754 ocurrió algo trascendental para la vida religiosa de San Juan Bautista Metepec: el
cura Cayetano Jacinto Sotomayor –luego de una pugna legal contra los franciscanos–
consiguió quedarse con la administración del curato, de los pueblos anexos y de visita y de
los barrios que eran atendidos por el convento. En efecto, la parroquia de Santa María
Guadalupe y San Juan Bautista Metepec que hoy podemos visitar fue obra del padre
Cayetano Jacinto de Sotomayor, quien administró la doctrina desde 1754 hasta 1790. La
fecha que se menciona en los libros de historia sobre la fundación de la parroquia data de
1775 y Cayetano fue su primer párroco.
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En la actualidad la iglesia sigue ofreciendo los sacramentos fundamentales a sus
feligreses (el bautismo, el casamiento, la extremaunción –ese aceite que se aplica a los que
están moribundos–, la celebración de las misas, entre otras.
Este conjunto arquitectónico –la
iglesia de San Juan Bautista y
Santa María Guadalupe Metepec y
el Convento franciscano– fue
declarado monumento nacional el
6 de septiembre de 1934. El
claustro
estaba
cubierto
con
pinturas, si entras al convento aún
puedes observar restos de la
decoración en los muros, que a
resumidas cuentas constituyen un testimonio tangible del pasado virreinal en México.
Destaca, por otra parte, de la iglesia su fachada barroca cóncava, con profusa decoración de
argamasa.
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Conclusiones
Hoy, el Convento esta bajo resguardo del
INAH y se utiliza entre otras cosas para
presentaciones de libros, conciertos de música
clásica, recitales, y otros eventos de carácter
público y “cultural” como el festival Internacional
Quimera,
organizado
anualmente
por
el
Ayuntamiento del Metepec.
En años recientes Metepec fue etiquetado
en una larga
lista
de
municipios
como “Pueblo Magico”, que en terminos turísticos es
positivo, si pensamos que más conacionales y personas
de otros países pueden voltear su mirada a este recinto
colonial que posee un valor histórico significativo; por
otra
parte
habría
que
difundir a los propios vecinos de los distintos
barrios y pueblos sujetos el valor histórico del
Patromonio Cultural que tienen frente a sus ojos; el
compromiso como sociedad es acercar a la familia
a estos espacios que llevan siglos de pie y que que
son motivo de orgullo internacional –que Metepec
no se reduce solo comprar en los corredores
artesanales piezas alusivas a los “Arboles de la
Vida”, probar la garañona en el “Bar 2 de Abril”,
tomar selfies con la Tlanchana de fondo, acudir al
festival Quimera a corear al unisono la musica de banda y otras joyas musicales–. Metepec
es valioso entre otras cosas porque posee espacios ricos en Historia.
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La difusión del valor histórico de este Patrimonio Cultural –Convento franciscano de
San Juan Bautista– debe estar acompañada desde las aulas, es necesario promover visitas
guiadas a los niños y niñas para que conozcan el recinto arquitectónico, que se promuevan
conferencias con especialistas en dode se enfatice el pasado colonial.
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Fuentes bibliográficas:
Severo Sánchez Jesús Josué (2004). Mortalidad diferencial en la parroquia de
Metepec. De la epidemia de 1813 a la endemia de 1823 (Tesis de licenciatura inédita),
Universidad Autónoma del Estado, Toluca México.
México Desconocido. Guía especial: 111 Pueblos Mágicos. Edit. Impresiones aéres,
2016.
Electrónicas:
http://www.mexicoescultura.com/recinto/67432/parroquia-de-san-juan-bautista-metepec.html
http://www.mexicoescultura.com/recinto/67432/parroquia-de-san-juan-bautista-metepec.html
http://www.metepec.gob.mx/wp-content/uploads/2016/03/Convocatoria_Quimera_2016.pdf
Iconográficas:
Las imágenes fueron tomadas el jueves 16 de junio de 2016, por el que suscribe el proyecto
integrador,
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