Consideraciones acerca del material gráfico sobre San Juan

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Ensayo
Consideraciones acerca del material gráfico sobre San
Juan Bautista de La Salle que hay en la Corporación
Universitaria Lasallista y lo que permite vislumbrar sobre
su ideología lasallista.
Nicolás Naranjo Boza1
Considerations on the pictorial art on Saint John Baptist of La Salle that is in the Lasallian Universitary
Corporation and what it shows about the Corporation´s lasallian ideology
Resumen
Abstract
Este artículo se ocupa de la presencia de San Juan
Bautista de La Salle en la Corporación universitaria
lasallista, específicamente en los retratos del santo
que cuelgan en sus paredes. Se establece que es
necesario estudiar constantemente el legado del
santo para seguir viviendo el lasallismo. Se analiza
la importancia del arte pictórico que retrata al santo
en el contexto de nuestra actual manera “visual” de
aprehender la cultura. Se hace una propuesta, adaptada a todos los estamentos de la Corporación, de
manera que haya más arte pictórico sobre la vida y
obra del santo dentro de la sede para que suscite un
mayor conocimiento del santo mismo en los que
laboran en la Corporación. Éste se propone como el
primer paso para conocer mejor la inspiración máxima de este centro educativo.
This article deals with the presence of San Juan Bautista de La Salle (Saint John Baptist de La Salle) in
the Corporación Universitaria Lasallista (Lasallian
Universitary Corporation), specifically in the portraits
of the saint that hang on its walls. It is stated that it is
necessary to constantly study the legacy of the saint
in order to continue living lasallianism. The
importance of the pictorial art with images of the saint
is analyzed in the context of our present “image”
based ways of apprehending culture. A proposal is
made, adapted to all the members of the Corporation,
so that the amount of pictorial art about the life and
works of the saint increases inside the Campus so
that it provides greater knowledge of the saint himself
in those that work for the Corporation. This is the first
step to know better the highest example and
aspiration that this Education Center has.
Palabras Clave: San Juan Bautista de La Salle. Vida
y obra lasallista. Auto-conocimiento institucional. Filosofía institucional. Arte. Comprensión del arte. Galería de arte lasallista para la Corporación universitaria lasallista. Cultura “visual”. Necesidad de estudio de las obras lasallistas.
1
Key words: San Juan Baustista de La Salle. Lasallian
life and works, institucional self-knowledge.
Institucional philosophy. Art. Understanding of art.
Lasallian art galery for the Lasallian Universitary
Corporation. “Image” based culture. The need to study
lasallian works.
Licenciado en Filosofía y literatura, UPB. Magíster en Estudios Hispánicos del Boston Collage de Massachussets. Investigador de la
Corporación Universitaria Lasallista
Correspondencia: Nicolás Naranjo Boza. e-mail: niconaranjo72@yahoo.com
Fecha de recibo: 24/06/2005; fecha de aprobación: 19/07/2005
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Detalle del rostro de uno de los más
conocidos retratos de San Juan Bautista de
la Salle, que hace parte de la iconografía
realizada en 1901 por Giovanni Gagliardi.
Imagen disponible en: http://
www.lasalle2.org/ClipArt/Color/JBDLS.jpg
Planteamiento del problema
Es una verdad bastante sabida, mas no vivida, que
toda universidad o centro educativo debe buscar
un equilibrio entre las ciencias y las humanidades. La Corporación Universitaria Lasallista es
reconocida socialmente como una institución universitaria cuyos programas más importantes se
centran en el quehacer científico. Y la resurgente
Facultad de educación es la encargada de las
humanidades, pero como las ata a políticas educativas restringidas, éstas no poseen la autonomía necesaria para contrarrestar la actividad científica de las demás facultades, que gira en torno
al agro y a la industria alimenticia. Así las humanidades pierden su razón de ser: cuestionar hondamente la actividad humana y lo que hacen es
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prestarle un servicio a las otras áreas del saber
dentro del marco de la institución. ¿Cómo se logra entonces ese equilibrio si un plato de la balanza está cargado y el otro apenas le sirve para que
no se caiga hacia el lado propio debido a su
sobrepeso? La respuesta hay que buscarla en lo
que constituye a la Corporación universitaria
lasallista (entendiendo “constitución” como lo que
la hace en esencia). El único aspecto humanista
que posee para nivelar la balanza es el lasallismo.
Si se acude a la biografía de San Juan Bautista
de la Salle se conocen sus estudios combinados
con lo que aprendió en la “universidad de la vida”.
En realidad era un hombre culto, que para la época, y en su entorno francés, tenía una gran ventaja al estar instruido en el conocimiento de latín.
Así podía estudiar la Historia de la iglesia y entenderse con teólogos y maestros. Y dominaba su
propia lengua. Basta leer uno de sus tratados
teológicos para ver una escritura clara y precisa,
que logra transmitir lo que el autor se propone, o
sea, lo que hace un humanista. La idea del patrón
de los educadores, tan traída y llevada en los actos más importantes de la Corporación universitaria lasallista, de que “el maestro lasallista debe
tener una vocación definida por su ocupación” surgió gracias a un pensamiento apoyado en las humanidades. La directriz lasallista de “enseñanza
de orientación cristiana para los más necesitados” es una construcción filosófica notable de gran
alcance tanto cristiano como pedagógico. Siempre la religión católica está en la base misma de
las ideas del fundador de la Congregación de los
Hermanos de las Escuelas Cristianas como se
explica en n el libro “La Salle (Lectura de unas
lectuas)” de Edgard Hengemüle (fsc).
Por lo tanto surgen preguntas inquietantes: Si el
camino de la ciencia que abunda en el mundo del
presente, industrializado, utilitarista, economizado, regulado por intereses monetarios,
deshumanizado en el que la Corporación universitaria lasallista se despliega debido a las carreras
que ofrece y “en las que puede mostrar resultados” son de orientación cientificista, ello se opone diametralmente a la religiosidad que el
lasallismo implica, entonces, ¿cómo puede la
Corporación armonizar la educación religiosa católica, implícita en su mismo nombre, con un pensamiento tan desprovisto de un credo cristiano
como es el de la ciencia actual? y ¿pueden convivir ambas maneras de vivir en el mundo (ciencia y
lasallismo) sin anularse? En realidad es una cues-
tión muy difícil porque se está lejos de armonizar
ambos mundos. Los clásicos del cristianismo
como el alemán Eckahrt o Santa Teresa de Jesús
aconsejaban desprenderse del mundo de los sentidos para que el alma pueda estar a merced de
Dios. El maestro Eckhart dice: “(...) Lo que el alma
efetúa, lo efectúa mediante sus poderes. Cuando
comprende, comprende por medio de su intelecto. Al recordar lo hace con su memoria. En caso
de amar, lo lleva a cabo mediante su voluntad. En
estos casos trabaja con sus poderes mas no con
su esencia. Es que cada acto exterior está unido
a algún medio. El poder de la visión se pone en
juego sólo a través de los ojos; en cualquier otra
parte ella no puede ni crear ni dotar una cosa tal
como la visión. Y sucede lo mismo con todos los
demás sentidos: sus operaciones se efectúan
siempre a través de un medio u otro. Pero no hay
actividad alguna en la esencia del alma; las facultades con las que trabaja emanan del fundamento de la esencia pero en su fundamento actual
hay una quietud; sólo en ella hay descanso y un
recinto para su nacimiento, este acto, en el que
Dios el Padre habla su Palabra, por que sólo es
intrínsecamente receptiva de la esencia divina, sin
medio alguno. Aquí Dios entra al alma con todo, y
no meramente con una parte. Dios entra a la base
del alma. (Maister Eckhart, p. 4)
La santa de Ávila ofrece esta pauta para la oración: “(...) De los que comienzan a tener oración,
podemos decir son los que sacan el agua del pozo,
que es muy a su trabajo, como tengo dicho, que
han de cansarse en recoger los sentidos; que como
están acostumbrados a andar derramados es harto
trabajo. Han menester irse acostumbrando a no
se les dar nada de ver ni oír, y an ponerlo por obra
las horas de la oración, sino estar en soledad, y
apartados pensar su vida pasada; anque esto,
primeros y postreros, todos lo han de hacer muchas veces.” (La vida, p. 57) Por el otro lado, la
ciencia implica rendirle culto a los sentidos, ejercer el poder de ellos, medir lo que se oye, lo que
se ve, lo que se huele, lo que se toca, lo que se
prueba y tratar de regularlo, de modificarlo a voluntad, etc... Compaginar ambos mundos es para
espíritus muy selectos. Y, en el caso de la institución, es aún más contundente el problema, empezando por el hecho de que al interior de la institución se desconoce mucho el legado del Patrón
de los educadores. Si el lasallismo permite el equilibrio anhelado, hay que fortalecerlo. Por esto es
que preocupa el gran desconocimiento de la vida
y obra de San Juan Bautista de la Salle y de la
tradición lasallista, desde la época de su fundador hasta el presente de parte del estamento administrativo, docente y estudiantil actual (exceptuaría a algunos Hermanos que participan como
docentes o estudiantes en la Corporación universitaria lasallista y, sobre todo, a los de mayor edad,
que están en el Colegio de San José o en la finca
Parmenia). El trabajo de reconstrucción de la historia que he realizado muestra que, a partir de la
rectoría del Dr. Latorre, se descuidó el legado
lasallista que está constituido por su vida y su
obra. Y por la importancia que tiene es necesario
estudiarlo y adaptarlo constantemente en todos
los órdenes de la institución.
La presencia de San Juan Bautista de la Salle
en la actual Corporación Universitaria
Lasallista: Quien se da a buscar el legado
lasallista en la sede encuentra en muchos lugares de la Corporación un retrato enorme del rostro
del santo con un cabello un tanto largo, cano en
su mayoría, excepto alrededor del cuello. Si se lo
observa de frente el santo está mirando a la derecha. Su cabeza está nimbada por un halo naranja. Se ve un trozo de su “Rabat blanc”. Pero éste
retrato es sólo un fragmento de un cuadro de 1696
que José María Valladolid llama “La escuela de
San Sulpicio”, que representa un gran acontecimiento “El Señor de la Chétardye visita las Escuelas de San Sulpicio” (ver “El Fundador de los
Hermanos San Juan Bautista de La Salle”, p. 113
e “Iconografía de Juan Bautista de la Salle” por
Émile Rousset, en “Universidad de la Salle, 40
años 1964 – 2004”, ps. 24-5). En el cuadro original completo el rostro del santo está ubicado en
el centro, es el foco en el que recae la atención
del observador y es, en una perspectiva pictórica
centralista, el punto que irradia a todos los rincones. Para obtener la imagen que abunda en la
Corporación se trazó un rectángulo en torno a su
rostro y se suprimió el resto. Al hacer este “extracto” del original se dejó por fuera al Señor de la
Chétardye que está de pie, al lado de San Juan
Bautista de la Salle que con su mano derecha
indica el aula de clase, mostrando la obra lasallista
y sus progresos.
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El párroco Monsieur de La Chétardye visita la primera escuela de los Hermanos Cristianos
en París, ubicada en la rue Princesse, en la parroquia de San Sulpicio en el año 1696.
(Pintura de Giovanni Gagliardi en 1901). Imagen disponible en: http://www.lasalle2.org/
Spanish/Resources/ClipArt/iconog.php
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También se dejó por fuera la razón de ser de las
Escuelas Lasallistas, o sea los alumnos sentados en sus pupitres con sus textos abiertos ante
ellos. La mayoría ha girado la cabeza y observa al
santo y al visitante que conversan al frente del
salón, al tiempo que un niño, de pie detrás de
ellos, sostiene un libro en alto con su mano, como
esperando continuar con su lección. Las vestimentas de los estudiantes indican que no siempre eran
de las clases más privilegiadas, en sentido económico, en lo que se corrobora la “opción por los
pobres” lasallista. También queda por fuera un
educador que desde una esquina observa el encuentro, el elevado techo de amplias vigas en
madera y los cuadros sagrados que colgaban de
las paredes o el planisferio para la enseñanza de
la geografía, en una época en que los gráficos y
pinturas eran una fuente de conocimiento respetada como tal. En este caso los detalles fueron
dejados por fuera por un desconocedor del poder
del arte para resaltar apenas un rostro y restó eficacia al cuadro entero. La imagen del rostro del
santo se encuentra a lo largo y ancho del campus,
está en los sitios más concurridos como la sala
de las reuniones en la rectoría, algunas aulas, la
casa de Bienestar Universitario, el Aula Máxima,
la Biblioteca J. Ernesto Vélez Escobar, y en los
sitios de carácter más privado como son las oficinas de algunos decanos y profesores. En los centros de la Congregación de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas de Medellín, como lo son la
Casa Provincial y el Colegio de San José, la imagen también es la más frecuente.
La propuesta: Si la Corporación está inspirada
principalmente en San Juan Bautista de La Salle
y se busca un retrato de su rostro, realmente extraña no hallar en su lugar el más famoso de ellos,
el de Pedro Léger de Rúan (“El fundador de los
Hermanos San Juan Bautista de La Salle” p. 197)
que no suprime nada y se limita a retratar al santo. O en la finca “Parmenia” hay un vitral con el
rostro del santo que bien podría sustituir el recorte que ahora se exhibe. Propongo cuadros ya que
en el presente no es fácil que un gran número de
personas ocupadas en sacar adelante sus proyectos en un mundo que cada vez exige más dedicación al trabajo y menos enfoque en las cuestiones intelectuales adquiera los hábitos de estudio del pasado que permitirían estudiar el legado
lasallista. Para el estamento administrativo, profesoral y estudiantil laico actual la época actual es
del uso del scanner, del e-mail, de los attachments
y los programas de computador que agilizan procesos, pero sin ocuparse de pensar el mundo. Las
personas acogen la información sólo si es reducida a una suerte de “imagen”. La lectura, entendida como la lectura de textos enteros, como se
hacía en el pasado (particularmente en las áreas
de humanidades), se descarta ahora en aras del
uso de las vías informáticas electrónicas, o de
ideas como la de que “el tiempo hay que dedicarlo a lo urgente”. Por lo tanto, la fuente principal de
información sobre el santo, los libros de vieja data
que se conservan en la Biblioteca J. Ernesto Vélez
Escobar, no pueden ser estudiados por quienes
participan en el presente, y de modo directo, en la
Corporación universitaria lasallista. Por ello es tan
importante que se recuerde al santo por medio de
los registros visuales. Tener a su alcance los cuadros les ayudará a comprender el ejemplo de todo
lasallista. Una tarea imprescindible de la Corporación universitaria lasallista es lograr que un buen
artista o estudioso de la iconografía religiosa
lasallista (francesa o no) cree una exposición permanente de retratos sobre la vida y obra del santo, acompañándolos de escritos breves que indiquen el período, la importancia del retrato y con
agudeza filosófica, lo que de allí se podría utilizar
en el presente. Un sitio ideal para esta galería de
reproducciones o de originales sobre la vida y obra
del santo podría albergarse en la gran sala de reuniones. El espacioso comedor de la rectoría
podría contar con algunos de ellos. Dada la riqueza de material gráfico sobre el santo, propongo
una galería que incluya el cuadro de Marinani “San
Juan Bautista de la Salle en clase” (“La Salle, un
santo y su obra” p. 39), o “San Juan Bautista de la
Salle distribuye sus bienes a los pobres” de 1684
(“La Salle, un santo y su obra” p. 49 o “El Fundador de los Hermanos San Juan Bautista de La
Salle”, p. 59), o el vitral de Dagrant “San Juan
Bautista de la Salle llegando a la Gran Cartuja”
que se encuentra en la capilla del Colegio de SaintGenès, en Burdeos (La Salle, un santo y su obra,
p. 100), o el conmovedor “Muerte de San Juan
Bautista de la Salle” abril 7 de 1719” (El fundador
de los Hermanos, San Juan Bautista de La Salle,
p. 177) la estatua “San Juan Bautista de la Salle”,
del maestro Lejeune, erigida en Reims sobre la
fachada de la casa natal del fundador, en 1951
(“Universidad de la Salle, 40 años 1964 – 2004, p.
31) ya sea en una lámina o en una reproducción
tridimensional, el vitral “San Juan Bautista de la
Salle enseñando a niños abandonados e indigentes”, obra de J. Benoit. Nancy-Francia, 1934. 4
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mñ. X 2 m., Iglesia de la Santa Cruz, Santa fe de
Bogotá (“Universidad de la Salle, 40 años 1964 –
2004, p. 97), el vitral “San Juan Bautista de la Salle,
Patrono celestial de todos los educadores cristianos”, de 4 m. x 2 m., Iglesia de la Inmaculada
Concepción. Sede la Floresta, Santa Fe de Bogotá, (“Universidad de la Salle, 40 años 1964 – 2004,
p. 77), o tantas imágenes tomadas de “Iconografía de Juan Bautista de la Salle” por Émile Rousset,
(“Universidad de la Salle, 40 años 1964 – 2004”,
ps, 24-25). Todos ellos representan hitos en la vida
y en la obra del Patrono de los educadores. Estos
cuadros expuestos en la Corporación universitaria lasallista cumplirían la función de hacer familiar los logros de San Juan Bautista de la Salle a
los que pertenecen a la institución. De esta manera se puede recordar el pensamiento que debe
guiar la vida institucional y habrá pautas para adaptar a las necesidades del siempre cambiante presente una identidad arraigada en hechos de hace
trescientos años - que la institución misma se ha
propuesto conservar y venerar.
No es de extrañar esta ausencia de una verdadera compenetración con el estudio de San Juan
Bautista de la Salle si ya faltaba en el momento
en que los Hermanos Cristianos realizaron las
decisiones del Capítulo de Distrito, entre 1977 y
1978, para formar la Corporación universitaria
lasallista. Los Hermanos de la Sede Medellín de
La Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas enviaron la notificación a Roma de
que se planeaba crear dicha universidad en el IV
Capítulo de Distrito Lasallista. Como respuesta,
el Hermano Superior General, el Hermano José
Pablo, envió una carta desde Roma, fechada el
27 de febrero 1979, dirigida al Visitador Belisario
Quintero y Visitador a los Capitulares y miembros del Distrito Lasallista de Medellín. Informaba
en ella que quedan aprobadas las decisiones del
Capítulo de Distrito pero a continuación el Hermano José Pablo hacía unas aclaraciones valiosas,
de las cuales la tercera dice:
« Leyendo sus conclusiones se advierte que ella
tocan más las estructuras, organizaciones, comisiones… que los contenidos, los criterios, la animación profunda… Por ejemplo, se habla de tema
tan importante y urgente como la formación: y un
análisis de términos nos descubre que no se nombra a La Salle si no es para nombrar los colegios
o escuelas que llevan ese nombre. Hubiéramos
querido que la reflexión del Capítulo hubiera señalado lo que el Fundador representa para nosotros
hoy como punto focal en todo el período de forma-
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ción y en sus diversas etapas, como referencia
fundamental, como principio de inspiración y de
unidad… y que de tal reflexión hubieran salido unas
directivas más precisas referentes a la
profundización de su mensaje. »
Si desde antes de la conformación de la Corporación ya esta carencia se había hecho palpable en
los pilares que gestaron el centro educativo, en el
presente tiene que dedicarse al estudio profundo
del legado y de la vida lasallista para incorporarlo
a su carácter de Universidad. Tanto los miembros
de ALDEA como la Congregación deben unir sus
fuerzas en esto, ayudados por La Asamblea de
fundadores, el Consejo Superior, el Consejo Académico, el Sr. Rector y toda la comunidad académica y administrativa. Una razón válida para hacerlo es que se está buscando tener el nombre de
“Universidad” y, para tenerlo debe tener claro qué
es, qué busca, sus ideales deben estar perfectamente claros. La vida y obra de San Juan Bautista de la Salle deben hacerse presentes de una
manera mucho más profunda que la del retrato
que apenas es un trocito de uno mucho más complejo, multiplicado en salones de todo tipo y en
paredes, sin cesar. Ese rostro debe volverse mucho más que un rostro, debe adquirir un cuerpo,
debe actualizarse y para ello se requiere conocer
bien lo que ha pasado con el ser del rostro, tal y
como lo dice el Hermano José Pablo en su misiva
desde Roma, hace ya veintisiete años. Los cuadros que sugiero ayudarán en los primeros pasos
de esta “reconstrucción” de sus bases ideológicas. Cuando ello haya surtido efecto, se podrá
pasar al estudio de un libro como lo es “Vida y
pensamiento de San Juan Bautista de la Salle”
(Selección, traducción, introducciones y notas por
Saturnino Gallego) donde se reúne en español
documentación biográfica y obras centrales del
Patrono de los educadores. Más adelante vendrá
el estudio del francés y del latín para leer al santo
en las lenguas que dominaba. Se ahí se partirá
para el estudio de las obras sobre educación y
también de las obras teológicas del santo. Esto
dará pie para formar una escuela de estudios
teológicos que servirá para orientar el quehacer
de la Corporación siempre, del lado de una facultad de educación que comprenda el pensamiento
educativo del Patrono de los educadores. Pero,
por ahora, hay que empezar cambiando el material gráfico con imágenes del santo y dándole cabida a lo que los nuevos cuadros transmitirán.
Unas escaleras se suben peldaño a peldaño, y lo
que propongo es el primero de todos.
En caso contrario, hay que ser justo en el empleo
de los términos y pedir que la institución lleve otro
nombre que no incluya la palabra lasallismo. Y
eso sería imposible dado el ideal y esfuerzo de
los fundadores y de quienes han trabajado en ella
durante casi un cuarto de siglo. Sólo queda, pues,
conocer las bases de la obra.
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8. EL FUNDADOR de los Hermanos San Juan Bautista de La Salle. Medellín: Ed. Bedout; 1970.
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las Escuelas Cristianas. France: Procure Genérale; 1937.
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