Educared Página 1 de 2 Cultura del tercer milenio Ingresar | Registrarse Cultura del Tercer Milenio ¿Los jóvenes han perdido los valores o se rigen por valores diferentes? ¿Los jóvenes han perdido los valores o se rigen por valores diferentes? La lealtad al grupo de pares como valor fundamental ISABELINO SIEDE habla de los adolescentes y sus valores. Explica cómo se da el paso de la autoridad del adulto responsable hacia el grupo de pares. Plantea revisar con ellos los valores que han construido en las condiciones que los adultos les hemos ofrecido y a su vez mostrarles que existen otros valores posibles. La escuela en vez de juzgar a los jóvenes debe entablar diálogo con ellos y con sus familias. Una propuesta interesante para padres y docentes. Entre Padres: Se escucha mucho decir que los adolescentes no tienen valores ¿Qué pasa con la formación en valores en esta etapa? Isabelino Siede*: En principio, la frase "la juventud ha perdido los valores" conceptualmente no tiene sentido. Ninguna persona carece de valores. Puede no tener los valores que para nosotros son valiosos, pero cualquier persona que vive, lo hace de acuerdo a ciertos criterios de preferencia. Cuando un adolescente decide no estudiar, quedarse en la esquina tomando cerveza, seguramente no está valorando la opción del mismo modo que sus padres, pero sí con otros valores. Me parece importante pensar qué tipo de valores tiene un grupo adolescente y por qué los tiene. En principio hay un proceso que es esperable, propio del desarrollo psicológico. Los chicos durante su infancia tienen un tipo de pensamiento moral basado en la autoridad externa. En general es un padre, un líder grupal o el maestro. Alguien que tiene poder le da indicaciones de cómo debe actuar. Y la tensión está entre la autoridad de aquel que plantea una moral y las propias inclinaciones. Los púberes empiezan a salir de esa tensión entre el propio interés y la autoridad externa apostando al grupo, que durante los once o doce años de edad se transforma en la nueva autoridad. Muchas veces los adolescentes se van alejando de la autoridad moral de los padres porque delegan la autoridad en el grupo, y no necesariamente en un líder sino en el grupo de pares, ya que quiere ser reconocido por los otros miembros. La lealtad al grupo se transforma en el valor fundamental. A veces es un valor que está por encima de la legalidad externa. Por eso para los chicos lo peor que puede pasar es que un compañero sea "buchón" porque está siendo poco leal a sus pares. Pero la lealtad sola puede transformarse en el valor de la mafia. En ese caso, se trataría de una lealtad justa hacia el interior del grupo pero se transformaría en totalmente injusta hacia afuera. Este es un proceso esperable que los adultos tenemos que comprender y, a la vez, tratar de tensionar porque en algún momento necesitamos que los adolescentes puedan salir de la legalidad interna del grupo y alcanzar la legalidad externa. Que puedan ver que en ciertos momentos lo que el grupo quiere no es lo mejor para el grupo, ni para cada uno de sus miembros, ni es lo mejor para los que están fuera del grupo. Este es un proceso lento. No se consigue alejándolos del grupo, sino tratando de dar argumentos que cuestionen la lealtad como valor supremo. También, podemos ofrecerles otro abanico de opciones diferente de la que el grupo le muestra. Recuerdo que en un curso de capacitación que dicté hace unos años, unas directoras decían que los adolescentes no tienen valores. Relataban que se la pasan tomando cerveza o drogándose y, a veces, roban para conseguir el dinero con que adquirirlas. Se trataba de un grupo de docentes de una localidad donde hubo un creciente nivel de desempleo. Según estas docentes, los chicos no valoran la vida ya que muchas veces se exponen a que los mate la policía y no les importa, les da lo mismo si se mueren porque ellos viven el presente. Ésta es una situación terrible, pero no diría que no tienen valores. Se hace necesario pensar en lo sucedido en nuestro país en las últimas décadas y en la situación vivida por los padres de esos chicos. En general, vieron que apostaron a la seguridad del empleo, apostaron a que trabajando duro les brindaría una vejez más tranquila y luego los vieron caerse, quedar fuera del sistema, precisamente porque los criterios a los que habían apostado se disolvieron. Siguiendo este razonamiento resulta más comprensible porqué estos chicos viven el presente y tratan de tener satisfacción hoy. Porque, básicamente, no saben cómo va a ser el futuro. Esta actitud no es la que quisiéramos que tengan... pero es razonable que la tengan. Es lo que ellos han podido construir en las condiciones que nosotros los adultos, les hemos ofrecido y no será posible dialogar con ellos si los seguimos considerando carentes de valores, inconscientes. Me parece que se trata de poder discutir con ellos y reflexionar juntos. Y, sin vueltas, destacar que éstos son los valores que han construido a partir de las condiciones de vida que los adultos hemos generado, pero que hay otros valores posibles. Debemos intentar cambiar algunas de esas condiciones. Podemos generar con ellos actividades recreativas, solidarias deportivas que les permitan construir otros criterios de preferencia proponerles ocupar su tiempo libre http://www.educared.org.ar/entrepadres/seccion01/03/index.asp?id=377 25/07/06 Educared Página 2 de 2 solidarias, deportivas, que les permitan construir otros criterios de preferencia, proponerles ocupar su tiempo libre de otra manera. Ayudarlos a ver que el conocimiento puede ser una herramienta de transformación de su realidad y de su propia vida. Tenemos que hacer un cambio en las condiciones de vida que, como sociedad adulta, les hemos generado. Es importante mostrarles que nosotros creemos en esto. Si como adultos dejamos de creer que el conocimiento puede ser una herramienta para transformar nuestras vidas y para transformar la sociedad, entonces difícilmente vamos a poder transmitir este mensaje. Muchas veces, papás muy golpeados por la vida, muy frustrados, se lamentan de lo que le sucede a sus hijos pero no saben cómo reaccionar. Más que juzgarlos desde la escuela creo que necesitamos entrar en diálogo con esas familias. Entender lo que les ha pasado y ayudarlos a no bajar los brazos. *Isabelino Siede es Licenciado en Ciencias de la Educación y maestro, cargo que ocupó por diez años. Se especializa en Formación Ética y Ciudadana y la enseñanza de las Ciencias Sociales. Actualmente coordina equipos de capacitadores en la Escuela de Capacitación-CePA del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ha escrito libros para niños y para docentes sobre Derechos Humanos, valores y acerca de los grupos familiares. Es padre de una hija, actor vocacional y cultor del mate y el buen humor. http://www.educared.org.ar/entrepadres/seccion01/03/index.asp?id=377 25/07/06