Queremos lograr efectos Juego de números Los medios de comunicación nos presentan cada día más cifras de las que podemos asimilar. Hace tiempo que, para nosotros, las cantidades muy grandes de dinero han perdido su significado. La diferencia entre 500 millones y 100 mil millones es trivial porque no podemos comprender la verdadera dimensión de esas cifras. Daniel Cima/Cruz Roja Americana Cerca de 8.000 personas mueren diariamente de SIDA, pero como no Programas y llamamiento 2006-2007 2 Queremos lograr efectos viven al lado de nosotros no podemos vincular esta información con nuestro propio mundo. Cada año se pierden decenas de miles de hectáreas de bosque húmedo en todo el mundo, pero no sabemos qué representan miles de hectáreas. Algunas cosas las entendemos perfectamente. Cuando nuestro equipo de fútbol gana dos a uno, saltamos de alegría. Estas son cifras simples, fáciles de captar aunque el hecho en sí no contribuya mucho al desarrollo de la raza humana. El interminable flujo de cientos, miles y millones nos aísla gradualmente de la realidad. Hemos perdido la capacidad de entender que, por más colosal que sea el resultado del proceso de multiplicar, siempre se inicia con un elemento unitario, algo que podemos comprender. El interminable flujo de millones nos aísla de la realidad; olvidamos que el proceso comienza con un elemento unitario Debido al juego de números, ya no reconocemos la importancia de un dígito u otro. En el proceso nos hemos vuelto incapaces de comprender la difícil situación de las personas afectadas por desastres, accidentes, crisis y atrocidades. En el terremoto de octubre de 2005 en el norte de Pakistán y de la India murieron más de de 73.000 personas. Éste fue el total a principios de noviembre después de añadir cifras durante varias semanas. Los teletipos de todo el mundo repitieron esta cifra nefasta día tras día. La escala e importancia de un acontecimiento se define, de algún modo, por el número de personas que murieron y no por el número de las que sobrevivieron y de las que necesitan desesperadamente asistencia. La Cruz El terremoto de Pakistán dejó a más de 3,5 millones de personas sin hogar. Sin embargo, sólo nos enteramos de ello cuando los medios de comunicación comprendieron la grave situación de decenas de miles de sobrevivientes: sin alojamiento; con muy poca comida y agua; y la proximidad del invierno en el Himalaya, con temperaturas muy por debajo de Roja/Media Luna Roja siempre examina cero desde principios de noviembre. Nuevos titulares la situación desde dentro destacaron la posibilidad de que un nuevo número total de víctimas suscitara la atención. La Cruz Roja/Media Luna Roja examina las situaciones de emergencia desde una perspectiva diferente que la de otros actores: lo hacemos siempre desde dentro. Inicialmente nuestros voluntarios son víctimas al igual que sus vecinos. Cuando pasa la tormenta, utilizan su formación y pericia para ayudar a otros. Muy pocas veces la asistencia internacional llega a tiempo para tener efectos importantes en la etapa inmediata de un desastre dirigida a salvar vidas. Los habitantes locales y, sobre todo, los supervivientes del desastre, son quienes salvan vidas. Por ello, la Federación Internacional destaca la importancia de la preparación para desastres en los planos comunitario y nacional en países propensos a desastres. Queremos lograr efectos 3 Programas y llamamiento 2006-2007 Por ejemplo, en una zona propensa a terremotos, los códigos y las inspecciones de edificación deben ponerse en práctica mucho antes de un desastre para asegurar que las casas y las estructuras comunales sean lo suficientemente sólidas para resistir a un terremoto. Lluvias excepcionales pueden provocar el desbordamiento de un río y destruir una aldea río abajo. A menos que se hayan adoptado medidas de prevención y de preparación meses o años antes, Las personas locales, puede ocurrir que no se avise a los pobladores con suficiente sobre todo los supervivientes, antelación y que no tengan tiempo son quienes salvan vidas de ponerse a salvo. Es necesario capacitar a las personas con anticipación para que sepan como reaccionar cuando algo ocurre. Los voluntarios capacitados para respuesta a desastres están in situ y saben qué hacer cuando la naturaleza golpea repentina e imprevisiblemente. En su respuesta, la Cruz Roja/Media Luna Roja se concentra en las necesidades de los supervivientes. Sus necesidades inmediatas son: refugio, alimentos, agua potable, servicios médicos, acceso a los lugares afectados (y salida), y comunicaciones básicas. Una regla de oro es minimizar el efecto invasivo de una operación de emergencia comprando los artículos de socorro en el ámbito local y recurriendo en todo lo posible a especialistas, expertos y recursos humanos locales. Si capacitamos a personas locales para vacunar o gestionar una cadena logística, esas personas conservarán esas competencias incluso cuando ya no estemos. Una regla de oro es utilizar las capacidades, aptitudes y recursos humanos locales en todo lo posible La respuesta da paso gradualmente a la recuperación y reconstrucción, permitiendo que la preparación ocupe un lugar central. Si esta tarea se realiza con personas locales, con la menor injerencia externa posible, se obtendrán mejores resultados. La incorporación de financiación, asesoramiento y expertos externos debería efectuarse cuidadosamente. Es así como la Cruz Roja/Media Luna Roja logra resultados duraderos y efectos reales. Las personas conservarán la capacitación estemos Muchas personas consideran que que les brindemos cuando ya no las actividades internacionales de la Cruz Roja/Media Luna Roja sólo se concentran en responder a desastres y en prepararse para estas situaciones. En realidad, los programas de salud y asistencia constituyen la parte más amplia de sus programas. La mitad del importe combinado de los programas anuales habituales de la Federación Internacional corresponde a esta categoría. Programas y llamamiento 2006-2007 4 Queremos lograr efectos 150 millones de niños vacuna Daniel Cima/Cruz Roja Americana Hace cinco años, la Cruz Roja Americana asumió la iniciativa de lo que podría calificarse como la campaña de salud más eficazmente coordinada de las realizadas hasta la fecha: la Iniciativa contra el Sarampión. Hasta la fecha, 150 millones de niños han sido vacunados en 39 países africanos, y se estima que se han evitado 400.000 muertes. La clave del éxito sin precedentes de la Iniciativa contra el Sarampión fueron los miles de voluntarios de la Cruz Roja/Media Luna Roja que recorrieron el último tramo y convirtieron los planes sobre el papel en niños salvados. Cuatro elementos fundamentales concurrieron en el éxito de la Iniciativa contra el Sarampión: la planificación, la cadena de frío para el suministro, la movilización social y el seguimiento. La Cruz Roja Americana ha patrocinado el proyecto para toda su duración y se encarga de coordinar gran parte de la labor de planificación y preparación. La manera en que se ha reunido a docenas de actores públicos y privados, internacionales y nacionales, bajo un marco único, bien definido, ha constituido un ejemplo para otras futuras y ambiciosas intervenciones. Pero la clave del éxito de la campaña no es que tantos actores importantes se hayan reunido en un esfuerzo común, sino los miles de voluntarios de la Cruz Roja/Media Luna Roja que recorrieron las localidades, una tras otra, para asegurar que los planes sobre el papel se tradujeran en vidas salvadas. Una máquina bien aceitada Toda pretensión de normalidad desaparece cuando la tierra tiembla en la isla de Nias, frente a la costa de Sumatra, Indonesia. Otro terremoto, por “pequeño” que sea, es demasiado para la población de Nias, que ya ha tenido bastantes desastres. La gente sale de sus casas gritando aterrorizada, el aire se llena de sonidos de motos acelerando y partiendo hacia las colinas, y vuelve a formularse la misma pregunta: “¿por qué nosotros?” El jefe de la operación de socorro de la Federación Internacional en Nias, Axel Pawolek, indica que a pesar de que el gobierno le dice a la gente, por altavoces, que no habrá otro tsunami, “las personas siguen temiendo otro terremoto y viviendo fuera de sus casas”. Componentes del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han estado trabajando conjuntamente para ayudar a los habitantes de Nias y hacerles sentir que pueden volver a ser autosuficientes. Inmediatamente después del terremoto del 28 de marzo de 2005, un puñado de voluntarios de una filial local de la Cruz Roja Indonesia (CRI) en Gunung Sitoli empezó a socorrer a las personas y a evacuar a los heridos. Queremos lograr efectos 5 Programas y llamamiento 2006-2007 ados, 400.000 muertes evitadas Gracias a la labor de la Cruz Roja Togolesa y sus voluntarios, la Iniciativa contra el Sarampión pasó de ser un gran plan a ser un gran éxito, y desde entonces la Sociedad Nacional ha consolidado la experiencia. Actualmente, sus voluntarios visitan sistemáticamente los hogares para inscribir a los recién nacidos y las embarazadas a efectos de su vacunación, realizar programas de prevención sobre el VIH/SIDA, el paludismo y la diarrea, vigilar las epidemias, prestar primeros auxilios y promover el saneamiento y la higiene. Conforme a su función de auxiliar de los poderes públicos, la Cruz Roja Togolesa participa en múltiples actividades de salud pública de programas del Ministerio de Salud. La Sociedad Nacional se ha convertido en un asociado muy solicitado debido precisamente a su capacidad única para llegar incluso a las más remotas comunidades del país. La llave del éxito está en el ámbito nacional Su capacidad para llegar a los lugares y actuar no es una coincidencia. La Cruz Roja Togolesa ha obtenido buenos resultados en la introducción, inversión y puesta en práctica de un sistema descentralizado de gestión de voluntarios en los ámbitos nacional y comunitario. El sistema abarca el reclutamiento, formación, supervisión, motivación y mantenimiento de redes comunitarias de voluntarios. La llave del éxito de la Iniciativa contra el Sarampión está en los gobiernos y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de los países beneficiarios. Al día siguiente del terremoto, un equipo de evaluación de la Federación Internacional llegó al único aeropuerto de la isla para efectuar una evaluación. Un médico y un delegado de saneamiento de la Cruz Roja Española se quedaron allí a fin de ofrecer la ayuda tan necesaria para atender a los heridos. Estos dos miembros de la Federación tuvieron que ir en moto a Gunung Sitoli, a 22 kilómetros, porque debido a los corrimientos de tierras enormes rocas bloqueaban las carreteras. Un equipo médico de la Cruz Roja Francesa llegó el segundo día y estableció una unidad de selección en un edificio contiguo a un campo Hacer que las personas sientan que pueden ser nuevamente de fútbol, que se utilizó para las autosuficientes evacuaciones en helicóptero. Cuando un equipo de la CRI se hizo cargo ulteriormente de la unidad, el equipo francés se trasladó al aeropuerto donde instaló un centro médico en el que se preparó a los pacientes para su evacuación médica a Sumatra, y después colaboró con un equipo de cirujanos rusos. Un equipo médico de la Cruz Roja Japonesa que acababa de terminar una difícil misión de tres meses en Aceh y que volvía a Japón, dio la vuelta y se dirigió a Nias. En las semanas siguientes, se hizo cargo del centro médico del aeropuerto, abrió un dispensario en Gunung Sitoli y siguió colaborando con los cirujanos rusos, que atendieron a más de 700 pacientes en menos de dos semanas. Programas y llamamiento 2006-2007 6 Queremos lograr efectos El tercer día llegaron más delegados de la Federación Internacional e inmediatamente adquirieron camiones y planificaron con la Sociedad Nacional la distribución de artículos de socorro, que habían empezado a llegar por avión. Los primeros envíos fueron tiendas familiares y sábanas de la Cruz Roja Canadiense. Durante las semanas siguientes, un equipo de la Cruz Roja Francesa instaló puestos de depuración y distribución de agua en Gunung Sitoli. Luego se trasladó al puerto meridional de Teluk Dalam y, junto con delegados de la Cruz Roja Española, distribuyó 250.000 litros diarios de agua potable. Al finalizar la fase de emergencia, dejaron las plantas de tratamiento y los camiones cisterna en manos de la CRI. Sociedad de la Cruz Roja Japonesa Un equipo médico de la Cruz Roja de Singapur abrió un hospital de campaña en Gunung Sitoli, y en una semana atendió a 660 pacientes. El equipo también organizó el envío a la isla de arroz, agua y alimentos en conserva. Un médico de la Cruz Roja Japonesa atiende a un isleño herido tras el terremoto en Nias de marzo de 2005. La Federación Internacional colaboró estrechamente con la Cruz Roja Indonesia y un equipo de la Cruz Roja Suiza para brindar material de refugio para las zonas más afectadas y menos accesibles de la isla. La Federación Internacional dotó a la CRI con equipos móviles de evaluación y distribución, con motos, (ROAD) y los capacitó en el uso de comunicaciones por satélite y GPS. Estos equipos ROAD de cuatro miembros efectuaron evaluaciones detalladas de daños en aldeas anteriormente privadas de asistencia debido a los daños en carreteras y puentes provocados por el terremoto. Se reunieron con dirigentes locales para organizar distribuciones adecuadas, efectuaron evaluaciones claras de lo que se necesitaba en cada zona y recomendaron que las distribuciones se efectuaran mediante helicópteros o camiones, según las condiciones de acceso. Para el 18 de abril de 2005, en la operación de la Cruz Roja Suiza, la Federación Internacional y la CRI se habían distribuido a las familias más necesitadas en algunas de las zonas más inaccesibles de Nias más de 1.300 tiendas familiares (para las familias cuyas casas habían quedado totalmente destruidas), 1.503 toldos impermeables para los casos en que las casas podían repararse, 1.274 bidones para transportar agua de otras fuentes cuando los pozos habían sufrido daños, 2.611 paquetes de alimentos, así como lámparas, conjuntos de enseres de cocina, queroseno y otros artículos. Queremos lograr efectos 7 Programas y llamamiento 2006-2007 El miedo no se va fácilmente Un joven de barba y mirada seria levanta la vista de su trabajo y se pone de pie para saludarnos cuando entramos a la oficina de la Cruz Roja/Media Luna Roja de Pottovil, ciudad costera de la región oriental de Sri Lanka. Dilshard Ahamed, de 22 años, es coordinador de la unidad de emergencia de la filial de Ampara de la Cruz Roja de Sri Lanka (CRSL). Antes del tsunami de diciembre de 2004, trabajaba en una pensión, propiedad de su familia. Con sus modales tranquilos, explica que si bien su incorporación como miembro del personal de la Cruz Roja es reciente, trabaja con la Cruz Roja desde hace ocho años y en los últimos dos años ha sido voluntario activo. “Me gusta ayudar a la gente y pensé que la Cruz Roja de Sri Lanka estaba haciendo un gran trabajo, así que decidí hacerme voluntario”, dice Dilshard. La CRSL entró en acción en cuanto el maremoto azotó el país. En Trincomalee, donde murieron 361 personas, la filial local envió seis vehículos, dos ambulancias y 100 voluntarios especialmente capacitados en preparación para desastres, que trabajaron día y noche para evacuar a la gente. En Beruwala, voluntarios de la Cruz Roja y comunitarios limpiaron diez casas por día. Su trabajo contribuyó a determinar las necesidades básicas y las soluciones inmediatas, acelerando la recuperación física y psicológica de las comunidades afectadas. Aunque se disponía de mucha asistencia tras el desastre, algunas personas no tenían energía para empezar a reconstruir sus vidas. Los voluntarios de la Cruz Roja de Sri Lanka y comunitarios prestaron un servicio esencial vinculando las necesidades y los recursos. Estuvieron atentos a las necesidades de las personas afectadas y les ayudaron a recuperar el impulso vital. “Las personas se sentían deprimidas porque todo les recordaba el tsunami. Las ayudamos a retirar los escombros y las escuchamos”, indica T.D. Buddika Saman Kumara, voluntario de la CRSL. “Había necesidades materiales, pero las personas también querían hablar de sus experiencias, pesadillas y sentimientos de inseguridad.” Till Mayer/Federación Internacional Basándose en la formación que había recibido en la Cruz Roja en primeros auxilios, socorrismo y, ulteriormente, en distribución de socorro, Dilshard quiso ayudar. “Después de asegurarme de que todos los huéspedes estaban bien, comencé a ayudar en las actividades de rescate. Junto a otros voluntarios, prestamos los primeros auxilios a muchas personas,” recuerda. Los niños necesitan ayuda para superar el trauma del tsunami. Programas y llamamiento 2006-2007 8 Queremos lograr efectos A menudo, los propios voluntarios son víctimas “Mi hermano mayor y yo nos encontrábamos en nuestra pequeña barca pesquera a orillas del mar. De repente, ocurrió algo inusual. Primero, vi que el mar retrocedía hacia el interior del océano dejando tras de sí montones de peces,” recuerda Abdirisak, un muchacho de 11 años de la ciudad de Hafun, en Puntland, Somalia. “Mi hermano saltó entonces de la barca para atrapar una langosta. Mientras se iba alejando de la barca vi unas olas enormes como montañas que venían hacia nosotros a gran velocidad. Mi hermano nunca volvió, fue arrastrado con su red de pesca”, dice Abdirisak, con su voz llena de tristeza. Su vida y la de sus vecinos de Hafun nunca volverá a ser la misma. “Me quedé solo en la barca y de pronto me di cuenta de que la barca flotaba sobre la ciudad. Fue una pesadilla ver el cuerpo de mi hermano tan cerca flotando a la deriva,” recuerda. Su barca-refugio terminó atascándose en el techo de una casa, y Abdirisak permaneció allí hasta la mañana siguiente. Voluntarios de la Media Luna Roja Somalí realizan tareas de limpieza tras el tsunami. Los voluntarios de las filiales de Garowe y Galkayo de la Media Luna Roja Somalí (MLRS) estuvieron entre los primeros que respondieron cuando el tsunami azotó la costa de Puntland. Afortunadamente, unas semanas antes del desastre habían recibido formación en reducción del riesgo. La filial de Bossaso de la MLRS envió 20 voluntarios a Hafun y, ulteriormente, reclutó a 17 personas en el ámbito local a fin de formar un sólido equipo de 37 voluntarios para ayudar a la gente de Puntland. En los primeros días, los voluntarios participaron principalmente en actividades de primeros auxilios y colaboraron en la búsqueda de personas desaparecidas, muchas de ellas, muertas, otras, vivas. Más tarde, empezaron a limpiar y restaurar los sistemas de saneamiento. Los voluntarios de Hafun fueron víctimas del desastre al igual que la comunidad a la que prestaban servicios. Algunas veces, tuvieron que dejar el trabajo para atender a sus familiares o hacer la cola para recibir asistencia de socorro. Lo que les impulsó a seguir adelante fue la cooperación y el reconocimiento de la gente de Hafun. “Esta es una comunidad de personas trabajadoras y honradas, que nos facilitaron mucho la labor,” indicó Daoud, de Iskushban. Para más información, sírvase dirigirse a: Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja Apartado postal 372 - 1211 Ginebra 19 - Suiza Correo electrónico: secretariat@ifrc.org Sitio web: www.ifrc.org 74000 12/2005 S 550 Media Luna Roja Somalí “Estaba convencido de que era el único superviviente del desastre. Finalmente, por la mañana vi a personas que buscaban a sus familiares desaparecidos y, entre ellas, a mi padre. Nos llevó tres días encontrar el cuerpo de mi hermano,” señala el muchacho.