Maneras de ver y usar la televisión: análisis por génerode los hábitos de consumo televisivo de lasaudiencias mexicanas* R;, _ti Aída C~rdaCristerna** , This work studies the way in which Mexican audiencesare exposed to television, andanalyzesthe differences by gender in the interaction with this media. The results of a survey of 2,688 questionnaires applied in the cities of Monterrey (n =986), Mexico (n =802) and Guadalajara (n = 900)are discussedin the paper. The findings seemto indicate that gender makes a difterence in the choice of certain types of TV shows, in the activities done while television is watched, and in the frequency whereuponthe contents of TVshows are commented in family, among other aspecl'i. These data show that gender mustbe interpreted as a cultural category. However, fue findings show that in some variables gender does not seemto have an impacto Estetrabajo busca responder a la necesidadde estudiar la manera enque las audiencias mexicanas se exponen a la televisión, y de analizar los modos de interacción con el medio que, presuntamente, distinguen a cadagénero. Se presentanlos resultados de una encuesta de 2,688 cuestionarios aplicada en las ciudades de Monterrey (n =986), México (n = 802) y Guadalajara (n =900). Los hallazgos parecen indicar que el género funciona como variable para marcar diferencias en el gusto por ciertos tipos de programas~en las actividades realizadas mientras seve televisión, y en la frecuencia con que se comentan en familia los contenidos televisivos, entre otros * Ponencia presentadaen la SO,conferencia de la International Coml1lunication Association "SO years of researchin Communication,Culture, and Cognition". Acapulco,1 al S dejunio de2000. ** Instituto Tecnológicoy de EstudiosSuperioresdeMonterrey. acerda@tec.com,mx Comunicación y Sociedad (DECS,Universidad de Guadalajara), núm. 40, juliodiciembre 2001, pp. 199-244. 200 Comunicación y Sociedad C - aspectos. Laevidencia queofrecen estosdatosdebeinterpretarse conbaseenel hechodequeelgénero esunacategoría cultural.Además, puede concluirse queelgénero noesunavariable quedetermine diferencias o similitudes demanera universal, pues también aparecieron algunas diferencias entreloshabitantes decadaciudad. n ti S La televisión forma parte de nuestravida diaria, al igual que comer, 1 dormir o hablar con otraspersonas.Tanto que no nos damoscuentade ello. La actividad de ver televisiónes una práctica cotidiana, rodeada I de otras tantas. Casitodos los hogaresmexicanostienenpor lo menosun televisor encasa.Secalculabaque en 1998había18millones de telehogares, con 1.2 televisores por hogar en promedio, y que en cada casa la televisión permanecíaencendidasietehoras y media en promedio durante el día (Wright 1999). En 1997, la penetraciónde la televisión abierta en el país era de 97% (Jara Elías 1997). Un año antes, IBOPE reportabaque sólo 1.8% de la poblaciónmexicanano tenía televisión en casa,existiendo 1.8 televisorespor hogar enpromedio, y agregaba que tres cuartaspartesde los aparatosde televisión contabancon control remoto (IBOPE 1996). La ubicuidad y accesibilidadde la televisión puedenconvertirla incluso en un detonadorde nuevastendenciassociales. Por ejemplo, en los últimos años se ha dado una baja generalizadaen la participación de la sociedadenactividadesrecreativasfuera del hogar; pareciera que un amplio segmentode la poblacióntiendea sermáshogareño, y más gente se queda en casa a ver televisión o películas rentadas (Mor1ey 1992; Press 1991; Si1verstone1996). Solamenteel pequeño sectorde habitantesque cuentacon más ingresosy educaciónse mueve contra estacorriente (Mor1ey 1992: 164). Y es que, al menos en cierto grado, la televisión satisfacelas necesidadesde distracción y esparcimientode las personas. . Se sabe que 10 que las audienciasquieren de la televisión es entretenimiento,no información. Estoesválido parapaísescuya oferta de opcionesde recreaciónllega a la saturación,como EstadosUnidos, y tambiénpara aquellos en los que es mínima, como China. Sin importar si viven en un país con régimen socialistao capitalista, en uno más o menosdesarrollado,o si tienenaccesoa muchoso pocoscanales de televisión, las audienciasenumeranlos programasde entreteni-~ c ] CerdaCristerna, Manerás de ver y usar la televisión 201 miento como sus favoritos (LuII1988: 242). Los estudios han demostrado que las audiencias latinoamericanas se comportan de manera similar. Los generos favoritos de las audiencias latinas, de acuerdo con datos del lBOPE(Jara Elías 1997), son telenovelas, deportes y películas. En México se repite el patrón. En un análisis de los 30 programas de la televisión mexicana con mayor audiencia, se encontró que las telenovelas abarcan la quinta parte de la lista de los más populares. Además de este género, el repertorio de programas más vistos por las audiencias nacionales incluye reality shows, programas cómicos y dibujos animados, en su mayor parte (López Islas y Cerda Cristerna 1999). Entre los jóvenes de Monterrey, los programas más populares son series y telenovelas (De la Garza 1996), así como las comedias de situación, las caricaturas y otros programas de ficción (De la Peña 1997). Los programas con mayor auditorio entre los habitantes del Valle de México son telenovelas, series cómicas, películas y programas de concurso (Lozano 1995/96). Los televidentes de Guadalajara gustan sobre todo de los programas de entretenimiento; especialmente las 'telenovelas, preferencia que es compartida por la mayor parte de las audiencias del país (Aceves 1991). ¿Por qué es importante conocer los géneros favoritos de las audiencias? ¿Para qué investigar la manera en que ven la televisión? Porque es una actividad que va más allá del mero acto de estar sentado (o acostado, o planchando, o comiendo, o platicando) frente al televisor. González explica que la telenovela -y esto aplica también para otros tipos de programas- no es solamente lo que ocurre en la pantalla durante el momento de la transmisión: La telenovela como experiencia cultural en sus públicos, es vivida como un universo fragmentado que está en la memoria de las familias, precede la emisión, le acompaña en diálogo constantey comparaciones simultáneas y no desaparececon el fm del capítulo, sino que le sobrevive en múltiples textos, objetos, referencias y discursos despuésde ella. (González 1991: 222). Hobson (1991: 150) coincide al afirmar que el proceso de exposición a la televisión no es una operación pasiva, sino que continúa 202 Comunicación y Sociedad y se extiende en otras áreasde la vida diaria. Este proceso no está completo hasta que la comunicaciónes percibida y entendida por el receptor: La maneraen que las audienciashablanacercade la exposicióna telenovelasy otrasformasdeprogramasde televisiónpopularesindica que una etapaadicionalde comunicacióntiene lugar cuando hablansobrelos programasen.uncontextopor completodistantede la situaciónde exposición.Hablarsobrelos programasde televisión, y confrecuenciade la relaciónde esosprogramasconla vida real de los televidentes,transportaa la televisióna una dimensión complementariade la que termina con el momentode exposición (Hobson1991:167). y¡ M el pl D v " y estadimensióncomplementariade la televisión no sólo se da enlas conversaciones-aspecto que tambiénmencionanotros autores, como Alfaro (1988), Morley (1992) y Uribe (1998)-, sino en muchasotras actividadescotidianas,como los juegos de los niños (Cerda Cristerna 1998; Corona 1989; Cornejo, Urteaga y Viveros 1995), al hacerla tarea de la escuela(Segura1992), al comero cenar en familia, o al hacer quehaceresdomésticos(Covarrubias 1998). Latelevisión es, indudablemente,parte de nuestravida. Debido a la presenciaextendida y continuade la televisión en los hogares,estetrabajo respondea la necesidadde estudiarla manera enque las audienciasmexicanasse exponena la televisión, de acuerdo con los diversosmodosde interacciónque, segúnnuestrasconjeturas, distinguena hombres y mujeres. Las preguntasde investigaciónque guí~nel proyecto son: .¿Cuáles son los hábitosde exposicióna la televisión en general? ¿Quiénes responsableen el hogar de la elección de los programasque seven? ¿Quétanto seda la exposiciónincidental? ¿Quétanto se utiliza la televisióncomo fuente de entretenimiento en comparacióncon otras opciones? .¿Existen diferencias en la maneraque hombresy mujeres ven televisión? ¿Funcionael génerocomo variable para determinar el gusto por ciertostipos de programastelevisivos?¿Cómo ti d s ti 1 r ~ ( ( ( ! CerdaCristema, Maneras de ver y usar la televisión 203 y quién decide lo que les gustaver? ¿Suelenver la televisión soloso en compañíade alguienmás? ¿Realizanotras actividadesmientras se exponena la televisión? ¿Hablansobrelo que ven en televisión? ¿Cómousanla videocasetera? I Televisión y vida cotidiana Mientrasalgunosautorespiensanque la presenciade la televisión en el interior del espaciodomésticoes amenazadora,otros entiendenla presenciade la televisión en el hogarcomo una sumisióna los términosdel discursocolectivo, y a los discursosindividualescuandoéstos varíandel colectivo (Press 1991: 19). Hermes, por ejemplo, dice que "reconocerla importanciade las rutinas en el uso de los medios significa que el texto y el contextono siemprepuedenserdistinguidosuno de otro, consecuentementeel texto mediático como tal nunca llega a sertotalmentesignificativo" (Hermes 1993:504). Sugiereque de tanto entanto nos involucramos en un uso de los mediosno significativo, lo que mueve la atencióndel texto hacia el entendimientode las rutinascotidianasde las que es parte el uso de lbs medios. Paraella, los programasde televisión sonmás importantesen el sentidode "tener algo qué hacer", como parte de las rutinas domésticas, que como texto en sí. Sin embargo,reconoceque no todo el uso que se hace de los medios es no significativo. El uso no significativo de los medios es parte del uso que se hacede ellos en cuanto a que la vida estáorganizadaalrededorde rutinas y no todo lo que sehacelleva consigo una autorreflexión (Hermes 1993: 498). La experienciade ver televisión se encuentrainserta en la vida familiar, ya que el espaciodomésticoes el lugar para ver televisión por excelencia (Alfaro 1988; Lull 1990; Morley 1992; Silverstone 1996; Uribe 1998). Morley (1992: 138) propone la premisa de que la familia u hogar debe ser consideradocomo la unidad básica de consumo de televisión, más que el individuo, pues con frecuenciael hechode que la televisión es un medio eminentementedoméstico, y que en muchas ocasionesse ve en familia, es ignoradoo asumidoen lugar de investigado por sí mismo. Entonces, los estudiosque busquendescribir la 1, ' . 204 Comunicación y- Sociedad manera en que la televisión se ha instaladoen la vida cotidiana deben ubicarse en el hogar. Las pautas en el consumomediático, desdeel momento en que éste se lleva a cabo en familia, se mantienendentro de las mismas relaciones espacialesy temporalesque guían las relacionesque los miembros de la familia mantienencon ellos mismos y con su entorno. Silverstone (1996) exponede maneraclara cómo seda el consumode medios en la vida familiar: ~ me( que aUI de fan tel~ est de Cuandoel consumode los mediosserealizaen familia, ello ocurre enuna situaciónsocialcomplejadondeseexpresan(a travésde los variadossubsistemas de relacionesconyugales,parentaleso fraternales y a través de las relacionesque los miembrosde la familia mantienenentre sí y con el mundo exterior) diferentespautasde cohesióny disgregación, deautoridady sumisión,delibertady constreñimiento.Estasrelacionessedesenvuelven enespaciosdomésticos [...], y tambiéna través de temporalidadesdomésticasque presentandiversosgradosde organización o desorganización, de rutina o decaos(Silverstone1996:64). Debido a su ubicación en el espacio doméstico, la televisión presumeuna audiencia familiar, de maneraque tanto el contenido de los programas como su audiencia supuestase inclinan a reflejar la estabilidadde la familia nuclear (Press 1991: 18). Aunque no es completamenteseguroque la familia actualseala misma descrita por la imagende la familia tradicional (Morley 1992; Press 1991; Silverstone 1996), la noción de familia nuclear con dos padresy sushijos viviendo conellos todavíaretiene su poderideológico en la cultura. Hay razonespara seguirusandoesteconceptocomo equivalentede familia, pues "constituye la imagenprincipal que los emisores (y el gobierno) mantienende las audienciastelevisivas domésticasy que, correspondientemente, aconsejamuchasde las prácticasde horarios de los emisoresy de las regulacionesgubernamentales en esa área" (Morley 1992: 164). Sin embargo, a pesarde lo frecuenteque es escucharpreocupaciones acerca de la televisión en relación con la familia, y aunque algunos autores afirman que ha habido un giro en el estudio de los CO e~ dlS re! mI m( al! es pr ~¡ ti] C pl C la q e: fl a e r ' C t ( CerdaCristema, Maneras de ver y usar la televisión 205 medios hacia la audiencia, el contexto en que se la ve y la maneraen queel uso cotidiano de los medios es significativo (Hermes 1993), aunasísabemosmuy poco acercade cómo las familias, diferenciadas delos individuos (quienes, despuésde todo, viven en su mayoría en familiasu hogaresde algún tipo) interactúancotidianamentecon la televisión(Morley y Silverstone 1994). Uno de los aspectosque los teóricos consideranrelevantesen el estudiode la televisión en familia es la determinacióndel responsable dela eleccióndel programa que se ve. Las decisionessobre la elecciónde un programa dependende complejasactividades interpersonalesque involucran relaciones de estatusdentro de la familia, contexto temporal, número de aparatos disponiblesen el hogar y convencionesde comunicaciónbasadasen reglas(LullI990). Por ejemplo, muchostelevidentesven los programasque aparecenen el canal que estásintonizandoel aparato en ese momento.Con frecuencia ven programasque son seleccionadospor alguienmás en la familia. Si ver televisión es una actividad guiadapor reglas, un tema de estudioevidente debe ser la explicaciónde las reglas que guían este proceso:cómo se estructuranlos patronesde ubicación respecto al aparato,quién mira qué y con quién, quiénelige los programasy qué tipo de conversacionesse consideranapropiadasdurante ellos. Esto con el fm de entenderde qué maneralos medios son incorporadosy puestosen funcionamientodentro de los mundosprivados. Sería necesarioestudiar, entonces,las dinámicasfamiliares, las estructurasde la vida diaria y el sistema familiar (Mor ley y Silverstone 1994). Lull llevó a cabo un estudio en 1990 que buscabadeterminar ! quiénera responsablede la selecciónde los programastelevisivos en i el hogar, cómo ocurría el procesode seleccióny de qué manera influían los roles y los patrones de comunicaciónfamiliares en estas actividades. Por medio de observación y entrevistas a 74 familias estadunidenses,encontró que los padres tenían más control -tanto real como percibido- sobrelas decisionesacercadel programaque se ve, por encima de cualquier otro de los miembros de la familia o combinaciónde ellos. Despuésde los padres, los niños eran quienes tomabanlas decisionessobre encendery apagarel televisoro cambiar de canal, y por último estabanlas madres, que eran quienes tenían ¡ 206 Comunicación y Sociedad menosinfluencia y estabanmenosinvolucradasen estosprocesos.La mayoría de las decisionesfueron tomadaspor un solo miembro de la familia, sin negociaciónobservable.En la mayoríade los hogares,las prácticas televisivas ocurrieron de una manera rutinizada, gobernada por reglas sobrentendidas,que aparentementerequeríande poca conversación, aundurantelas primerassemanasde la temporadatelevisiva (Lull 1990: 93). Seguracoincide al afirmar que los debatessobre la elección del programa no parecenser muy frecuentes,de acuerdo con los resultados de una encuestaque aplicó a 152 familias colombianas;pero también halló que, cuandollegabaa haberdiscusiones,solíandarseentre los hijos y el conflicto era resuelto por la madre (Segura 1992: 197). Lull encontró que los niños veían programasque no eligieron con mayor frecuenciaque suspadres, tendíanmás a discutir acercade cuálesprogramasver, y estabanmenossatisfechoscon la manera en que se tomabanlas decisionesen la familia, incluidala selecciónde lo que se ve en televisión. Los niños son televidentesmenosselectivos; suelen "ver televisión" en general, en lugar de un programa en especial, y están más satisfechoscon la televisión como una forma de entretenimientoque sus padres (Lull 1990:91 y 92). Ver televisiónes un término que no alcanzaa describir la multiplicidad de prácticas y experienciasen que participan las audiencias televisivas (Morley y Silverstone 1994). Por ejemplo, es una actividad que en muchasocasionesno serealizade maneraexclusiva. Cuando las personas están frente al televisor no necesariamenteestán dedicadassólo a ver la televisión. Estar frente al televisor no implica siempre que se esté viendo un programa con total interés. Por eso es importante introducir el grado de atencióncomo una variable al estudiarla recepciónde televisión en el hogar. Es necesarioexplorar "los diferentesniveles de aten- ción dados a diferentesprogramaspor diferentesespectadores, diferencias que son típicamenteenmascaradaspor el hallazgo de que todos ellos 'veían' un programa dado" (Morley 1992: 139). Ver televisión no es unaactividad que necesarianlente excluya a otras. Por ejemplo, en su investigación sobre la dinámica de ver telenovelasen familia, Covarrubias, Bautista y Oribe (1994) encontraron que; en muchasocasiones,las personasrealizabandiversasac- - Cc ' J ( c Z 1 r 1 ¡ ] CerdaCristerna, Maneras de ver y usar la televisión 207 tividadesmientras la telenovelase transmitía, como quehaceresdomésticos,una o varias de las comidas,o platicar con otras personasde la vivienda, sin que se requiriera de su atencióntotal para enterarsede lo queestabapasandoen la televisión. Alfaro (1988: 235-240) clasifica las actividades que puedencompartirse con la exposición a la televisiónen cinco categorías:realizar trabajos (domésticos,laborales,escolares),alimentación, conversación,realizarjuegos y llevar a cabootras actividades(como alistar a los hijos para la escuelao realizarel aseopersonal). Ella dice que el lugar protagónico del medio en la construcciónde la identidadcol~ctivade la familia sedebeprecisa~ mentea la importancia de la televisión en la vida cotidiana, en las rutinasfamiliares y en los gustosy preferencias. Todos vemos televisión p~ro, ¿concuánta atención y con qué gradode involucramiento, respectoa qué tipos de programas, en qué momentos?(Morley y Silverstone1994: 69). y más aún: ¿quécaracterísticasindividuales o socialesinfluyen para modelarnuestrasprácticasde exposición? Morley (1992: 158) apuntaque debemosentender"la fenomenologíade la recepcióndomésticade la televisión, esto es, el significado de varios modos de organización social y física del ambiente domésticocomo el contexto en que la recepciónde televisión se desarrolla". Más allá de lo que se ve en televisión, está el contexto. Es fundamentaltratar de ubicar el hogardentro de un marco de referenciamás amplio. Entonces, si sedeseaestudiarla exposicióna la televisión en la vida cotidiana, es necesariorecurrir al análisis de dicha actividad a la luz de categoríassocialesque definan al hogar respectoa la sociedaden que se encuentra.Por ejemplo, la exposición a la televisión puedeverse mediadapor el sexo de la persona,ya que las convencionesculturales para cada género son distintas y pueden ocasionardiferencias en los patronesde consumo. El presentetrabajo plantea,entonces,la necesidadde estudiarla exposicióna la televisión enla vida cotidianaen nuestropaís,tratando de ubicar a los miembros del hogar respectoa la sociedaden que éste seencuentrainserto, de acuerdoconlos diversosmodosde interacción que, presuntamente,distinguena cadagénero. 208 Comunicación .y Sociedad ~ ¿Por qué?¿Paraqué?¿Hastadónde? . lliJ La televisión es parte integral de nuestrasvidas, a tal grado que no la notamos. La naturalezadiscretade la televisión, reforzada por ellugar que ocupa en la estera de lo privado, puede hacer que sea muy efectiva para estructurar ideologías,porque provee de un flujo constante de imágenessociales que repercute en nuestra concepcióndel mundo y las definiciones acercade quiénessomos(Press 1991: 16). iri a] dc Así, el hechode que la televisióntengaun lugar esencialen lo privado ayudaa que seamás penetrante. .ql La televisión ha colocado a la familia en medio de su flujo de fuerzas ideológicas. En lucha y negociacióncon otras estructurassociales, y con las prácticas de clase y grupo que son inculcados en la familia, estasfuerzasse mezclanconlos sistemasde prácticaso estilos de vida previamenteexistentes(González1991: 224). "La trascendenciadel medio, su capacidadde penetracióny el impacto social de los contenidosque se transmiten en su programa- gé id m in se te lo rn ción, se encuentraníntimamenterelacionadoscon el uso habitual que los televidenteshacendel aparatoreceptor" (Aceves 1991:158). Rodeadoscomo estamosde las imágenestelevisivas, este medio puede n lc llegar a ser más real que las experienciaspropias. Consumimosestas imágenesen la iritimidad de nuestrascasas;la televisiónpuedetraer el mundo público a la privacidad del hogar (Press 1991: 17), ayudada por su carácterordinario, cotidiano,.casiimperceptible. Al hablar de las prácticasde los televidentes,se ha irisistido en g' u l~ il h que la elección de los programasy su iriterpretacióndebenestarpresentesen el estudio de los patronesde uso de la televisión en la vida doméstica. Siri embargo, hastaahora se ha dejado de lado el marco 1 contextual (Morley 1992: 168). En México casino se ha hechotrabajo empírico en este sentido,por lo que es necesarioobtenerdatosque nos hablen sobre la manera en que las audienciasconviven con la televisión en la vida diaria. En este trabajo se pretende ubicar las prácticasde exposicióna la televisiónen el hogardentro del marco de referencia de la sociedadmexicana,por medio de una categoríades.criptiva básica, el género, en las ciudadesmás importantesdel país: México, Monterrey y Guadalajara. 1 C C I ] ' t ,; i CerdaCristerna,Manerasde ver y usar la televisión 209 Ya algunasinvestigacionessobreaudienciasmasculinasy temeninasrealizadasbajo el enfoquede estudiosculturales han tratado de entender de qué maneraciertasprácticasy lecturasllegana serpuntos focalesen la formación de culturas, ideologías y conceptosestéticos femeninoso masculinos (Hay 1992: 371). Se ha planteado que el interésen el génerocomo variable de análisisno se refiere solamente ala maneraen que las tecnologíasde comunicaciónmedianel espacio domésticoy están implicadas en las posicionesde cada uno de los génerosante ellas, sino que también debeinvestigarsela manera en queel consumode la tecnologíase incorpora en la construcciónde las identidadesde los individuos y las familias, y en la relación entre el mundopúblico y el privado (Morley 1992: 248). Sin embargo, esta investigaciónno mide la apropiaciónque se hace del medio, sino que selimita a indagarsobrela exposicióny consumode los programasde televisión,por lo que me ceñiré a la presentaciónde las,diferenciasen :. loshábitosde hombres y mujerescomo televidentes,sin explorar elementossubjetivos más allá de estarelación. Es importante reconocerque los televidentesestánrodeadospor muchosfactores que contribuyena determinarla maneraen que usan los medios de comunicación, de los cualessolamentese analizará el génerocomo fuente de mediación. Esto deja muchaspreguntasabiertas,pero sabemosque la integraciónde la variable género respectoa las prácticas socialeses una de las principales preocupacionesde los investigadoresde estudiosculturales(Press1991), razón por la que se ha elegido tal categoría. La exposicióna la televisiónyel género Existenmuchosejemplosenla literatura que sugierenque haydiferencias entre la manera en que hombres y mujeres usan los productos culturales(Buckingham 1993; De la Garza 1996; Díaz 1995; Lemish 1998; McRobbie y Garber 1975; Morley 1992; Moss 1993; Pérez 1997;Press 1991; Radway 1984; Richards 1993; Sefton-Green1993; Walker 1996), lo que sitúa al génerocomo una dimensiónesencialal tratar de entenderlos usosde los medios. . 210 Comunicación y Sociedad "Género es un conceptosocial, con el cual una sociedaddefine como 'masculino' o 'femenino' un conjunto particular de características y comportamientos y por consiguientesocializa a los niños de acuerdo con él" (Dines y Humez 1995: 570). Tales características puedenvariar a lo largo del tiempo, entre culturasdiferenteso incluso en distintos grupos socialesdentro de una misma cultura. Géneroes la diferencia cultural entre lo masculino y lo femenino. Tiene que ver con la cultura más que con la naturaleza.Muchos argumentosacercade lo que es esencialmentemasculino o femenino con frecuenciajustifican las diferenciasentre los géneroscomo "naturales", pero esta justificación es meramenteideológica (O'Sullivan, Hartley, SaundersMontgomery y Piske 1994: 127). Aunque tanto hombrescomo mujeressonmercadometapara las industriasculturales, lasjóvenesusanmuchosobjetos y actividadesen un contexto diferente del que los usanlos hombres.Las mujeresnegocian espaciospersonalesy de entretenimientodiferentes de los que habitan los hombres (McRobbie y Garber 1975). La organizacióndel espaciodomésticocon baseal géneroes un factor determinanteen el uso de la tecnologíaque hacecadamiembro de la familia (Morley 1992: 227). Las parejas crean y fortalecennociones estereotipadasde géneromediante el ejercicio del poder, aun en una actividad tanordinaria y cotidianacomo ver televisión (Walker 1996). . Morley (1986), en su estudio Family television,encontróque el principio estructural qu~ funcionabapara las 18 familias entrevistadas era el género, hecho que lo condujo a preguntarseacercade las diferencias existentesentre hombres y mujeres en cuanto al poder y control sobre la programación, estilos de ver televisión, exposición planeaday no planeada,cantidadde exposición,pláticas relacionadas con la televisión, uso de la videocasetera,exposiciónsolitaria, preterencias programáticas y de canal, preferencia por noticias locales o nacionalesy preferencia por programasde comedia.Estudioscomo el de Morley ayudan a trazar el diagramade intrincadascircunstancias sociales en las que se organizanlos patronesde consumode medios dentro de las rutinas cotidianasde las personas(Ang 1995: 218). Aunque la muestrade Morley (1986)estuvo formada por familias inglesas, la explicación que él da para el comportamientode sus ~ t ( 1 1 ] ( ] Cerda Cristerna, Maneras de ver y usar la televisión 211 entrevistadospuede aplicar al caso mexicano: el hogar es definido comoun sitio de esparcimientopara el hombre, en distinción con el tiempoque dedica a trabajar fuera de la casa,pero es definido como unaesfera de trabajo para la mujer, independientemente de que ésta laboreo no fuera del hogar. Press(1991: 17) coincide con este conceplocuando afirma que el papelpúblico de las mujeres está menos legitimadoque el de los hombres. Los hombresprefieren ver la televisión en silencio, sin interrupciones, con atención. En cambio, para las mujeres ver televisión es una actividad social, que involucra conversarcon otros miembros de la fa:nilia y realizar otras actividades,entre ellas quehaceresdomésticos. De hecho, sientenque ver televisión exclusivamente,sin hacer alguirnotra actividad, es unapérdida de tiempo, dada su responsabilidad por las labores domésticas,así que es algo que hacenmuy raramen.~ (Morley 1986: 150). Los hallazgosde Hobson (en Morley 1986)en su trabajo sobre hábi1oS de exposicióna la televisiónde las amasde casa, indican que la pc;cepción del hogar como sitio de continuosquehaceresy responsabil.dadeslas lleva a ver la televisiónde forma distinta. Se ven forzadas G.hacerla como una actividad interrumpida, a la que no pueden prestaratención.Esto sugiereque las posicionesdiferencialesde hombres y mujeres en el espacio doméstico, "un lugar de esparcimiento para inos pero, contradictoriamente,un lugar de esparcimientoy trabajo ¡jara otras" (Hobson 1991: 228), determinanla relación que tiene calia uno con la televisión. En algunoscasos, aun los programas tavor;[os de las mujeres, como las telenovelas, deben ser miradas mientras se realizanotras labores (Muñoz 1992). Tanto hombres como mujeres reconocenque son los primeros quieTh~s ven.la televisión por más tiempo. Morley explica que tal vez las mujeres esténdisponiblespara pasarmás horasfrente al televisor, pero susprácticasde exposiciónno requierentanta atencióny concentración como las de los hombres. Esto se debea que hay muy pocos programas que realmente disfrutan y al sentimientode culpa que les da ver televisión mientras estánrodeadasde susobligacionesdomésticas. Las mujeres admitenque hablansobre los programasde televisión con sus amigas y compañerasde trabajo. Por el contrario, los hombresdicenque no lo hacen,con la excepciónúnica de las transmi- 212 Comunicación y Sociedad siones de deportes. Las mujeres ven la televisión con menos atención, pero acostumbran hablar más sobre ella que los hombres, a pesar de que son éstos quienes la miran por más tiempo y con más atención (Morley 1986: 154 y 155). Respecto a esta cuestión, varios autores (Cornejo et al. 1995; González 1991; Hobson 1991; Morley 1986; Orozco 1996) coinciden en que los significados no se elaboran sólo en el momento en que se ve la televisión, sino también después de él, durante un proceso social de apropiación. Entonces, el hecho de que los hombres no acostumbren hablar sobre lo que ven en televisión, mientras que las mujeres sí lo hacen, implica que el consumo del material televisivo es diferente entre unos y otras. Si bien Morley relaciona el estilo de exposición con las relaciones de poder y género en el hogar, Hermes arguye que esta premisa asume de manera implícita que todos seríamos espectadores atentos si estuviéramos en una posición de poder en el hogar. Lo que este autor echa en falta en el análisis de Morley es que puede haber otras explicaciones para las' diferencias en la manera de ver televisión, además de las relaciones de poder entre los sexos, pero que éstas relaciones resultan ser la razón más obvia cuando los sujetos de estudio son las familias "modelo" entrevistadas por Morley. Critica al autor porque: - Cerd ría: ai plf ci< "f in nt c, el p d 1 s < Se enfoca tanto en las dinámicas familiares y las relaciones de género/poder, que las particularidades de la vida diaria y la interacción diaria se pierden de vista y no sonrelacionadas con la manera en que el uso de los medios es algunas veces significativo e interesante, pero otras veces no significa mucho por sí mismo o es aburrido; y probablemente está relacionado con placeres específicos en cada modalidad. Reducir la vida diaria a relaciones de poder significa omitir las particularidades de las rutinas cotidianas que también, en parte, explican el uso de los medios (Hermes 1993: 496). Respecto a esto, Morley argumenta que, aunque no podemos asumir que el género siempre será un factor básico determinante de las prácticas de recepción, podemos, razonablemente, formular la hipótesis de que con frecuencia será uno de los factores: ] CerdaCristerna, Maneras de ver y usar la televisión 213 Sercompletamente abiertos (por ejemplo, no tener hipótesis iniciales acerca de cuáles factores son los que probablemente nos ayudarán a explicar las clasesde diferencias)es abandonarcualquier forma de análisis social, que siempre depende, fmalmente, de categorizaciones. Las categorizaciones son reductoras, por sumisma naturaleza (Morley 1992: 161). Entonces, para este autor la clave reside en qué tipo de categorías usar (aunque sea de manera provisional) para analizar el material a investigar. Es claro que ninguna categorización contiene por completo la identidad social de un sujeto, pero si no se hacen generalizaciones, con todos los peligros que éstas implican, se corre el riesgo de "flotar en un reino infinito de especificidad contextual, una obra de infinita diferencia, en la que estamos renuentes a hacer cualquier generalización por miedo a la crudeza" (Morley 1992: 161-162). En el caso de Family television, Morley argumenta que generaliza con base en el hallazgo de un patrón de recepción distinto entre géneros que parece ser característico del tipo de familias que entrevistó. En materia de preferencias televisivas, Lull encontró que las diferencias en los programas que les gusta ver a los hombres y a las mujeres alrededor del mundo siguen patrones predecibles, por lo que supone que las diferencias no se deben, entonces, al sistema económico-político o a la regulación sobre comunicaciones específicos de cada país. Los hombres prefieren los programas de deportes, acción e información, especialmente noticias (Lull 1988: 248). Los programas de deportes han sido tradicionalmente asociados al público masculino, que se involucra más, y se prepara para ver los partidos con diversos rituales (Lemish 1998: 834). En el estudio de Morley (1986), los hombres dicen preferir los noticieros, los documentales y los programas de ficción realista. Las mujeres, por su parte, prefieren el género dramático (incluyendo series, telenovelas y películas) y programas musicales o de comedia (Lull 1988: 248). Ellas señalan los programas de ficción y romance como sus favoritos (Morley 1986: 162-166). Los hallazgos de Muñoz (1992), en Colombia, coinciden c~n esta tendencia, pues esta autora encontró que el género preferido de las mujeres de clases populares es la telenovela. 214 Comunicación y Sociedad Aunque son los hombresquienesdicen estarinteresadosen las noticias, el patrón cambia en el caso de los noticieros locales. Las mujeres dicen gustarde ellos porqueles interesaestarenteradasde los crímenesque se han cometido en su comunidad, por la seguridadde sus hijos. Esto es, el programa tiene un valor práctico para ellas en términos de sus responsabilidadesdomésticas(Morley 1986: 169). En lo tocante al uso del control remoto, Walker (1996) realizó un estudio en el que encontrópatronessimilaresa los que se describen en otros estudios que relacionanla exposicióna la televisión con el género. Los hombresdominan la selecciónde programasy el uso del control remoto. Con frecuencia cambiande canal sin consultarlo con supareja, y terminanviendo lo que desean,sin importar los deseosde la otra persona. Muy pocasmujeres dicenque les gustaríacambiarla conducta de su compañero. Encontró-también que las mujeres con frecuencia realizan quehaceresdomésticosfrente al televisor. Basándose en entrevistassemiestructuradasa 31 parejas, concluye que los miembros de una pareja que venjuntos la televisión viven estaactividad de manera consistentecon las estructurassociales, y ayudan a mantenerlasdel mismo modo. Morley (1986) encontró que las mujeres no usan el control remoto con regularidad, y explica que este accesoriogeneralmentees una posesiónsimbólica del padre. La operaciónde la videocaseterasueledejarse en manosde los hombres, incluso de los hijos (Lindlof, Shatzery Wilkinson 1988; Lul11988; Morley 1986). Sin embargo, quiénusa los aparatosno es un asunto de complejidad tecnológica pues, aunquelas mujeres no acostumbranmanejar la videocasetera,sí operanotros electrodomésticos con un nivel similar de sofisticación,como lavadoras,máquinas de coser u hornos de microondas.Este aparenterechazoo indiferencia de las mujeres por la videocaseterapuededebersemás bien asu .incorporación con la televisión, que perciben como un dominio de entretenimientoprincipalmente masculino (Morley 1992: 229). Esta ubicación de la televisión en el dominio de lo masculino es algo que tiene raíz años atrás, pues desdelos inicios del medio en los años cincuenta, la televisión como forma de entretenimientofue situada preferentementeen la esferade lo masculino(Van Zoonen y Wieten 1994). CerdaCristema,Manerasde ver y- usar la televisión 215 Podemosver, entonces,que varios autores(Morley 1992;Press 1991;Walker 1996) estánde acuerdo en el sentido de que la mujer encuentraque el tiempo de esparcimientodel hombre en el hogar es máslegítimo porque la identidadmasculinaestárelacionadamás fuertementeque la de ella con el trabajo pagado,fuera del hogar. Aunquehaya diferenciasempíricasentre la maneraen que hombresy mujeres ven la televisión, estono quiere decir que puedanatribuirsea característicasbiológicas esencialesde los sexos, sino que estasdiferencias son más bien resultadode los papelessocialesque hombresy mujeresocupandentro del hogar (Morley 1986:146),como seexplicabaal principio. La televisión forma parte de nuestravida diaria; verla es una prácticarodeadade muchasotras actividadescotidianas.Esto le da un carácterubicuo, pero a la vezdiscreto. Sucapacidadde penetraciónen los hogaresy el impacto social que puedentener los contenidosestán muy relacionadoscon los hábitos de consumode las audiencias,lo quepuedellegar a convertir la televisión en un elementoque modifiquelas tendenciassocialesy, asimismo, en una fuente de imágenes capaces de repercutir en nuestraconcepcióndel mundo. Cadauno de nosotrosacosrumbraver televisión,pero -como se preguntanMorley y Silverstone(1994: 69)-, ¿concuánta atencióny conqué grado de involucramiento,respectoa quétipos de programas, enqué momentos?Resultaimportante conocerqué característicasindividualeso sociales influyen para modelarnuestrasprácticas de exposición,asícomo esnecesarioentenderel contextoenquela recepción de televisión se desarrolla. Por supuesto,no hay que dejar de advertir que los televidentesestán rodeadospor muchos factores que de un modo u otro determinanla maneraen que us~nlos mediosde comunicación. Esto deja abiertasmuchascuestiones,pero el géneroaparece con frecuenciacomo una de las principalespreocupacionesde los investigadores.No obstante,aunqueel géneroes una dimensiónvital al estructurarlos significados y usosde las tecnologías,sabemosque no funciona en forma aislada(Morley 1992: 235); para tenerun panorama completo tendríamosque analizarlaen conjunto con otras categorías sociales, por ejemplo el nivel socioeconómico. Hay que reconocerla inestabilidadde los elementosde la estructura social, y no cerrar el análisismecánicamente,no tratar de prede- .1 I 216 Comunicacióny- Sociedad cir de manera automática el comportamiento con base en la pertenencia a alguna categoría, ya sea de clase o género (Morley 1992: 169). La idea es que estas categorías ayuden a explicar ciertas prácticas te1evisivas específicas de los individuos, pero el análisis debe centrarse en explicar cómo el género o el nivel socioeconómico operan dentro de ciertos contextos específicos, en este caso, el de las tres ciudades más importantes del país. Metodología del estudio 'i'í Con el fin de obtener los .datos acerca de la exposiGión a la televisión necesarios para el presente trabajo, se aplicó una encuesta en Monterrey, ciudad de México y Guadalajara. Los cuestionarios fueron aplicados casa por casa por la Unidad de Estudios Estadísticos del ITESM,entre marzo y abril de 1999. En Monterrey del 23 al 29 de marzo y del 6 al 12 de abril. En la ciudad de México, el levantamiento de información se llevó a cabo del 15 al 19 marzo, y en Guada1ajara del 6 al 10 de marzo de 1999. Para el presente estudio se consideraron las tres ciudades más importantes del país y sus zonas metropolitanas. 1 Sin embargo, en lo sucesivo, cada vez que se hable de estas áreas, se mencionará solamente el nombre de la ciudad que las representa. En cada ciudad se tomaron como marco de muestreo los mapas del Instituto Nacional de Estadística, Geografia e Informática (INEGI) agrupados por AGEB'S.Los AGEB'Sson grupos de manzanas de diferentes tamaños, definidos por el INEGI.Después se relacionó cada manzana con un número aleatorio para que así pudieran elegirse al azar las manzanas necesarias para completar la muestra, del total de manzanas que componen cada ciudad. Se usaron manzanas porque no se contaba con un listado de individuos, de manera que se obtuvo un muestreo 1 Esto significa que al hablar de Monterrey se incluye también a los habitantes de Apodaca, Escobedo, Guadalupe, San Nicolás de los Garza, San Pedro Garza García y SantaCatarina. Para México, la zona metropolitana incluye además las delegaciones Álvaro Obrególl, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, lztacalco, lztapalapa, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Tláhuac, Tlalpan, Venustiano Carranza y Xochimilco. Junto con Guadalajara se consideran Tlaquepaque, Tonalá y Zapopan. \ .' ~ CerdaCristema, Maneras de ver y usar la televisión 217 probabilísticopor conglomerados.En cadacasaseleccionadaseentrevistabaa la personamayor de 15 añosque atendierala puerta. c' El tamañode muestra (n) sedecidió con baseen experienciasde rfestudiosanterioresrealizadospor la Unidad de EstudiosEstadísticos, y enel presupuesto.Pero es necesariodestacarque estadísticamenteel tamañode muestra cubre con holgura los requisitos indispensables, puestradicionalmenteseconsideraque400 observacionesofrecenuna ! muestrarepresentativapara poblacionesinfinitas o mayqresa 100mil. iEn esta investigación el tamaño de muestra para cada ciudad (800 casoso más)es superior a dicha cantidady, por lo tanto, es adecuado para hacer generalizaciones,de acuerdocon las reglas de la estadística,:!ademásde ser suficiente para realizarcomparaciones por género. La proporción de personasde cada nivel socioeconómicono se considerópara hacer estratosal diseñarla muestra, pero el carácter aleatoriodel muestreopermite que estarepresentaciónquedeconfigurada con las mismas característicassociodemográficasobservadasen la población. La cantidadde personasde cadagénerono fue controlada por medio de cuotas. Aunque la aleatoriedadde la seleccióndebería dar lugar a unamuestraconlas mismascaracterísticasdemográficas de la población, en estecasono sucedióasí, y en la muestrahay una cantidad mayor de mujeres que de hombres.3Pero a pesar de esta limitación, hay suficientescasosen cadagrupo como para poder realizar comparacionesentre hombres y mujeres. La cantidadde individuos de cadagénero por ciudad se presentaen el Cuadro 1. 2 3 Un tamaño demue~tra suficiente para una población infinita o mayor a 100 mil,como la de estas ciudades, es de 400 observaciones, de acuerdo con la fórmula n=(z2pq)/ e"=384, donde z=1.96 (para un 95% de confiabilidad), p=0.5, q=0.5 (pues se desconoce la probabilidad de éxito o fracaso) y e=0.05 (para un error de 5%). Por lo tanto. la muestra de 986 casos para Monterrey, 802 para México y 900 para Guadalajara es estadísticamente válida. Ahora bien. si se desea conocer el margen de error específico que se tendría con estos tamaños de muestra, sólo es necesario despejar dicha variable en la fórmula. con lo cual obtendríam(!s que la muestra de Monterrey (/1=986) tiene un error de 3.12%, la de México (/1=802) de 3.46%, y la de Guadalajara (n=900) de 3.26%. Esto se debe a que las entrevistas se aplicaron casa por casa y, de acuerdo con alivia Carrillo, directora de la Unidad de Estudios Estadísticos del ITESM(comunicación personal. 5 de julio de 1999), es común que a.I usar este método par!! levantar la información se presente un ~esgo ocasionado por el hecho de que más mujeres están presentes en casa y porque, aun cuatldo haya hombres, son principalmente ellas quienes tietlden a abrir la puerta y contestar el cuestionario. 218' Comunicación y Sociedad CUADRO 1 Composiciónde la muestrapor ciudad segúngénero Ciudad N n " Total Monterrey México Guadalajara 1,672,144 5,579,531 1,785,~ 2,688 986 802 ~ Género Masculino Femenino 8B) 243 298 319 1,791 740 498 553 da ( Limitac La esc de los sin en del co s re iuda .t-1C Fuente:directa. Nota: la población(N) incluyea laspersonas mayoresde 15añosqueviven en la ciudad y su área metropolitana,y se obtuvo conbaseen datosdel Conteomásrecientedel INEGI (1995). Se realizó una pruebapiloto del cuestionariopara detectarposibles problemas con la formulación de las preguntas.El 27 de febrero de 1999 se aplicaron 40 entrevistasen varias colonias del áreametropolitana de Monterrey. A raíz de esta prueba se realizaron algunos cambios, principalmente en el ordende las preguntas,ademásde que se agregaronalgunasopcionesde respuestaque no habíansido consideradaspreviamente. La unidad de análisis manejadaaquí es el individuo, pues las cuestionesrelacionadascon los hábitosde exposicióna la televisión se preguntarona nivel personal. No obstante,para algunaspreguntasla Unidad de análisis fue la vivienda, como en el caso del número de televisoresdisponibles, la ubicaciónde cada,unode ellos, el tipo de sistemade televisión y la disponibilidadde una videocasetera,puesse deseabaobtenerinformación sobrela presenciade estosrecursosen el hogar. Finalmente, siguiendola idea de reconstruirlas dinámicasque rodeanla actividad de ver televisióndentrode la familia, seincluyeron preguntasen las que la unidad de análisis esmás bien el grupo con el que se compartela vivienda. Es el casode variablescomo: con quién acostumbraver televisión, frecuenciaconquesecomentanengrupo los programastelevisivos y frecuenciaconqueotros miembrosde la familia seleccionanlos programaso canalesque el entrevistadove. ión siem otrec la su (195 to, ] tre pre ton les CU de da eI1 ~ CerdaCristerna, Maneras de ver y usar la televisión Limitaciones 219 del método La escuela culturalista propone estudiar simultáneamente el contenido delos medios y la manera en que los grupos lo reciben e interpretan; sinembargo, este estudio abarca solamente los aspectos cuantitativos : del consumo de televisión. Una ventaja de haber utilizado este método cuantitativo es que los resultados pueden proyectarse al total de la población en las tres ciudadesestudiadas, pues la muestra recabada es estadísticamente significativa para cada una de ellas. No obstante, aunque una investigación se realice de acuerdo con las convenciones científicas necesarias, ; siempre es importante tomar en cuenta sus limitaciones. Por ser una encuesta, el trabajo que se presenta es muy útil para ofrecer datos sobre la exposición a la televisión, pero no para explorar la subjetividad del ejercicio. Una crítica que hacen Morley y Silverstone (1994) es que las técnicas cuantitativas no toman en cuenta el contexto, por lo que pueden servir para establecer conexiones empíricas entre hechos, pero que tales relaciones no proporcionan bases para la predicción o la teoría. Sin embargo, Lozano (1994) comenta que autores reconocidos por su labor de investigación en las ciencias sociales, como Bordieu, e incluso el mismo Morley, han usado técnicas cuantitativas para respaldar sus teorizaciones. Murdock (en Lozano 1994) explica que el trabajo crítico no se define por las técnicas de investigación que emplea, ya que manejar datos numéricos no significa una transacción inevitable con el empirismo: Un buen nÚmero de analistashan prQCedidocomo si los datos "blandos" producto de la observación, la entrevista a profundidad y el testimonio personal fueran la única evidencia admisible, y como si todas las formas de trituración numérica debieran rechazarse por principio. Ésta es una suposición improductiva, que restringe la variedad de problemas que se puedenestudiar (Lozano 1994: 139). El análisis que se haga de distintos tipos o cantidades de datos dependerá de la teoría en que se apoye. Los procedimientos serán "positivistas" si la teoría no desempeña un papel en el ordenamiento I 220 Comunicación y Sociedad 1-< de las variables y la interpretaciónde los coeficientes;la preguntaes, más bien, si la investigaciónbasadaen encuestaspuede ser usadapor levisióD gar en ' quienescreenque hay procesosdesarrollándoseque no se manifiestan obvios ante los ojos del observadorpero que puedenser descubiertos por la teoría y la construcciónde la interpretación(Mar~h 1984: 89). "Los resultadosde una encuestano conducena conclusionesautomáticas sobre el mundo [...]. Pero proporcionanuna prueba (y aúnmás importante, con frecuencia proporcionanla única prueba)de una hipótesisteórica si la teoría es puestade manifiesto" (Marsh 1984: 90). El trabajo de campo del presenteestudio se realizó entre los habitantesmayoresde 15 añosde Monterrey, México y Guadalajara. Aunque las tres son ciudadesreconocidaspor su importancia en el país, un estudio que busque conocer a profundidad las audiencias mexicanastendría que cubrir una zonageográficamás extensay, asimismo, ampliar el rango de edadde los entrevistados. Además, éste es un estudio transversal,por lo que una limitación temporal es que las preferenciastelevisivas y los hábitos de consumo puedencambiar desdeque se llevó a cabo el trabajo de campo hasta el momento de presentaro divulgar los resultados. Pero a pesarde las limitaciones, y aunquela capacidadque tiene el estudio de ser generalizadoselimita a las tres ciudadesque contempla, creo que el presentetrabajo puede ofrecer algunos datos para comenzara explorar de qué maneralas audienciasmexicanasusanla televisión en su vida cotidiana. (11=::80: tos, co tresca~ media res po funcio Hábitl Ocho menl Resultados Los resultadosde estainvestigaciónbuscanrespondera las preguntas planteadasacerca'de los usosque de la televisión hacenlos habitantes de Monterrey, México y Guadalajara.Los datossobre exposicióna la televisión que se presentanen estasección, tanto de la muestratotal como los que se analizanpor género, sonmostradospor separadopara cada ciudad, con el fin de respetar el hecho de que cada una tiene característicasque la distinguende las otras, si bien el presenteestudio no considerala distinción geográficacomo una variable de análisis. ci< de g1 q1 ql n r ti ~ r Cerda Cristema,Manerasde ver y usar la televisión 221 Los entrevistadosdijeron tener alrededorde dos aparatosde televisiónen sus viviendas. En Monterrey hay 1.85 televisorespor hogarenpromedio (n=986, a=0.88); en México la media es de 1.89 (n=802,a=0.93), y Guadalajaratiene el número más alto de aparatos,con2.01 por vivienda (n=900, a=1.07). Sin embargo, en los trescasosla desviaciónestándar(a) esconsiderabledadoel valor de la media(x); esto sucedeporque la variación en la cantidadde televisorespor casa es amplia, pues hay desdeuna hasta ocho televisiones funcionandoen algunoshogares. Hábitosde exposicióna la televisión Ochode cada diez viviendas tienen televisión abierta como única opción disponible (Monterrey=80%, México=81.7%, Guadalajara=78.1 %). Una quinta parte de la muestracuentancon algúnsistema detelevisiónde paga (entre los cuales Cablevisiónes el más mencionado).Esto significa que todos los entrevistadostienenaccesopor lo menosa los canalesabiertosde televisiónnacional. Las audienciasse exponena la televisión con frecuencia. En Monterrey, 76.3% de los entrevistadosdeclararonver el canal 2 de .Televisa todos los días. Los televidentesregiomontanosmuestranuna clarapreferenciahaciaeste canalpor encimade los otros. En cambio, en México (62.5%) y Guadalajara(54.9%) la diferencia en la frecuenciade exposición que existe entre el canal 2 de Televisa y el siguientecanalmás visto es menor, pues 53.4% de los habitantesde México y 47.6% de los de Guadalajaraven el canal 13 de TVAzteca todoslos días (Cuadro 2). Como se mencionabaantes, un tema importante en la exploraciónde las dinámicasde ver televisiónes conocerquiénes responsable de la elecciónde los programasque se ven. Las personaspuedenseguir diferentesmecánicaspara decidir lo que verán en televisión. Hay quieneslo planean con anticipación, y quienesse detienensegún lo que apareceen cada vuelta del control remoto. En Monterrey, poco más de la mitad (56%) de los entrevistadosdijeron conocerlos horarios de sus programas favoritos y los sintonizan segúnla hora, y la tercera parte (31 %) naveganpor los canaleshastaencontrar un programaque llame suatención.Estasdos conductasde decisióntambién 222 Comunicación y Sociedad CUADRO 2 Frecuenciade exposicióna canalesde televisión abierta nacional Ciudad y Canal 2 Canal 5 Cmlal 7 Canal 13 .frecuencia Televisa Televisa TV Azteca TV Azteca % %¡ %, Monterrey Total 100.0 100.0 100.0 100.0 76.3 44.7 49.2 29.4 3 Ó 4 días a la semana 7.4 10.4 12.4 9.6 1 Ó2 días a la semana 4.9 12.4 12.3 12.2 Ocasionalmente 7.4 20.8 18.3 27.8 Nunca 4.0 11.6 7.8 21.0 n=983 n=980 n=980 Todos los días 11=968 Mético 100.0 100.0 100.0 100.0 Todos los días Total 62.5 38.9 43.5 534 3 Ó 4 días a la semana 10.5 21.1 19.3 17.5 1 Ó 2 días a la semana 13.3 20.0 19.1 13.1 Ocasio~lmente 10.3 15.0 13.1 11.8 3.4 5.1 5.0 Nunca 11=802 n=802 n=800 4.2 n=802 Glladalajara Total 100.0 100.0 100.0 100.0 Todos los días 54.9 37.5 35.2 47.6 qu 3 Ó 4 días a la semana 1 ó2díasa la semana 7.5 10.4 12.7 12.0 17.0 14.5 14.5 11.7 pu GI Ocasionalmente 18.3 25.5 25.7 20.0 h~ 9.0 12.3 7.6 6.2 c\ Nunca n=893 11=880 n=877 n=881 qul II " Fuente: directa. son las más usualesen los habitantesde México y Guadalajara,aunque las proporcionesde ambasformas de elecciónque se presentanen estas ciudades se asemejanmás entre sí que en el caso de los regiomontanos(Cuadro 3). a s 1 ( CerdaCristerna, Maneras de ver y usar la televisión ¡ 223 CUADRO 3 ¿Cómoacostumbradecidir lo que ve en la.televisión? Monterrey % Total 100.0 Consultola cartelerade TVdel 7.0 periódicoo del Tele Guía y selecciono los que me interesan. Conozcolos horariosde mis ..40.6 programasfavoritos y los sintonizo deacuerdoa la hora. No tengo un plan definido. Prendo 31.0 laTV. empiezoa ver lo que hay en losdiferentescanalesy me detengoen elprogramaqueme llama la atención. Veo lo que otros miembrosde la viviendadecidieronsintonizar. Variasde las opciones. 3,7 n=986 México Gltadalajara % % 100.0 100.0 4.2 10.5 40.8 42.0 6.5 n=802 4.1 n=896 No parece haber una tendenciamuy clara en la frecuencia con queotro de los miembros de la vivienda, diferente del entrevistado,es quien seleccionay sintoniza los programasde televisión que éste ve, pues los resultados para Monterrey (x=3.25), México (x=3.16) y Guadalajara (x=3.27) coincidenal mostrar una media (x) que tiende hacia el centro (enuna escaladonde1 = Muy frecuentemente,2=Frecuentemente,3=A veces, 4=Rara vez, y 5=Muy rara vez). Además, una desviación estándar(O")que igual dirige el promedio hacia "Frecuentemente" que hacia "Rara vez", impide que se manifieste algunainclinación. Al compararesto con10sdatos anteriores, donde 11 seapreciaque en muy pocasocasionesseve 10que otros miembrosde la vivienda deciden sintonizar (menosde 3 % en cada una de las tres ! " ciudades),se puede suponerque hay dinámicasfamiliares implicadas en la elección de los programas, por lo que a veceses el individuo ; 1 224 Comunicación y Sociedad quiendecide y en otras ocasioneses necesariosometersea las elecciones de otros miembros del hogar. ¿Quétanto se utiliza la televisióncomo fuentede entretenimiento en comparacióncon otras opciones?En las frecuenciaspor canalse puede apreciarque las personasse exponende maneraconsiderablea varios canalesde televisión abiertanacional. Si se sumala frecuencia de exposiciónde los cuatro canalesnacionales,se tiene que todos los 1 entrevistadosse exponenaproximadamentea dos canalesde televisión 1 todos los días. Para haceruna comparación,en el cuestionariose pre- ¡ guntó la frecuencia con que las personasacostumbranir a varios lugares de entretenimiento, y se encontróque la mayoría de las personas no acostumbrair al cine, al teatro, a discotecaso centrosnocturnos, a museoso a conciertos, pues declararonrealizar estasactividadesrara' vez o nunca. Asistir a fiestas, practicar algún deporte e ir al parque son actividadesmás frecuentes,pero aun en ellas predomina el porcentajede personasque rara vez o nuncallevan a caboestasacciones. Al ver que la frecuencia con que las personasrealizan actividades fuera de casano es alta, parecieraque la genteprefiere quedarseen casa, satisfaciendo, al menos en parte, sus necesidadesde esparcimiento con la televisión, como afirmanalgunosautores.(Morley 1992; Press 1991; Si1verstone1996). La idea de que la televisión puede llenar las necesidadesde distracción o esparcimientode la gente se relaciona con el fenómenoampliamenteregistradode que las audiencias prefieren los programasde entretenimientopor encima de otros tipos de programas (Jara Elías 1997; López Islas y Cerda Cristerna 1999; Lull 1988). erda ( En Mc ., Estado insólit( portiv( mujer( cuenc ver pe turas depol mexi( dalaj. dos 1 insól porti med mas inci( Lull gus : te1e los qut má ml pu YI La exposicióna la televisióny el género di: Para sabersi existendiferencias en la maneraque hombresy mujeres ven televisión, se establecieronrelacionesentrelas variables del estudio y el género. Una cuestiónimportantees sabersi el génerofunciona como variable para determinar el gusto por ciertos tipos de programastelevisivos. Al usar la prueba t para distinguir diferenciassignificativas entre las medias, los resultadosparecenindicar que sí existe distinción en la frecuenciacon que seven varios tipos de programas(Cuadro4). P¡ sí ql 5 c ~ 1 1 I i CerdaCristerna, Maneras de ver y u.~arla televisión 225 En Monterrey, los programas cómicos mexicanos, las películas de EstadosUnidos y de otros países,los programasde aventurasy de lo insólito,los programasculturales, los deportesy los comentariosdeportivossonpreferidos en mayor grado por el público masculino. Las mujeresdijeron ver telenovelasy programasde chismescon más frecuenciaque los hombres. Los hombresde la ciudadde México suelen ver películasde EstadosUnidos y de otros países,programasde aventuras y de lo insólito, programasculturales, deportes y comentarios deportivos. Las mujeres prefieren las telenovelas, las películas mexicanasy los programasde chismes. El público masculinode Guadalajaraprefiere programascómicosmexicanos,las películasde Estados Unidos y de otros países, los programas de aventuras y de lo insólito, los programasculturales, los deportesy los comentariosdeportivos. El público femenino suele ver telenovelas,caricaturas,comedia y programas de chismes en mayor grado que su contraparte masculina. En resumen,los programaspreferidos de cadagénerocoinciden con los que han sido listados por otros autores(Lemish 1998; Lull 1988; Morley 1986; Muñoz 1992). Llama la atenciónque los' gustosmasculinosseanespecialmente consistentes enlas tres ciudades. Covarrubias, Bautista y Uribe (1994: 222-226) afinnan que las telenovelasno son un génerotelevisivo privativo de las mujeres, pero los resultadosde estaencuestamás bien parecenreafirmar la idea de i que sonlas audienciasfemeninaslas que aceptantener unapreferencia más marcada por este tipo de programas. En las tres ciudades, las mujeres dijeron ver telenovelasfrecuentemente,mientras que las respuestasque dieron los hombresseacercanmása la opción "Rara vez", y en cada caso se encontrarondiferenciassignificativas entre las medias. ¿Cómo y quién decidelo que les gustaver? Usandoji cuadrada para compararlas muestras,se tiene que en Monterrey y Guadalajara sí hubo diferencia en la maneraen que hombresy mujeres decidenlo que ven por televisión, pero no así en la ciudad de México (Cuadro 5). Morley (1986) dice que los hombres suelenplanear con anticipación lo que verán en la televisión, consultando la cartelera. En Monterrey y Guadalajara, los porcentajes de hombres (13.2% y 14.1 %) que revisan la cartelera del periódico o consultan Tele Guía para seleccionarlos programasque les interesanes mayor que el de I 226 o ~ 'Q) OJ) o ~ C--. ~ ~ ~ OJ) o o. Q) '" 'O ~ 8. o.~ ~'" o o <~ ;:¡~ U.Q) 'O :> --0\0\ ~ .c ~ '" ~ o 'a: ~ ...0\ 'Q) & ...;¡ ;: _ , ~ "a' 1 ~ \:) '~ ~~ ~ ~ ~ ~ ~~ \:) ~ -f'I o ~ o f'I o f'I ~ o f'I ~ f'I Ir. ~ o ¡-.. \O '" ~ --: o ~ o o ~ o ~ o ~~ Ir. f'I o ~ o Comunicacióny Sociedad --: o IX) \O "": --Ir.O "'"!"": ---~ Ir.f'I ~~ "'~ .0\ 00'" r;s IX) ~--f'I ¡-"IX) ~~ ~ 00~--: f'I'" ~ ...o "'"! ~¡-.. ~--: ~o ~--: """ -~ "'Ir. Ir.Ir. IX)0\ -~ "'Ir. -$ o -~ "'Ir. ~Ir. $ o -~ "'Ir. ~f'I ~ --: Ir."'"!"'"! 0\0 ~--: ~~ IX)O\ \O ~ o '" 0~~ -'" "'"!~ """ ' \00\ ~~ 00\Ir. ~~ "'f'I ~ -~ "'Ir. 1"' ~ o IX) '" "'Ir. -, 00 t":1X) \0\0 -~ "'Ir. "": --f'I 0\'" -Ir. ~ o ¡-.. \O -Ir. $ o o ~ Ir.Ir. IX) Ir. "'"!"": o ¡-..oMM Ir.'" \O o "'"!"'"! 0\ -f'I 0\0\ ~f'I f'I~ o~ MC"i Ir.'" IX) -~ "'"!"'"! f'I'" 0\0\ Ir.\O f'I~ \00 C"iM \O~ '" "'"!"": 0\0\ o", ~~ "'~ -¡-.. ~~ o o ~ '" ~ ~ \O o Ir. Ir. ¡-.. '" "":~ ~O\ C"iC"i \O¡-.. f'I~ -0\ ~~ 0\0\ Ir. IX) 0\ '" ~~ ¡-"f'I MC"i ~Ir. f'I~ ~ o ~ -~ \O ..:. ~ o MO';~O ~¡-.. MM~ -o ..:...:.~_..:. ~ ~ ~ Ir. $o M Ir. ¡-.. C"i $o '" -, , f'l0\ 0\0\ ~ o o \O f'I M f'I~ f'I\O MM ..:...:. 9 ¡-..\O ~\O f'I~ -,¡-.. ~ ~ M C"i ~~ M~M ..:...:. ¡-..~ f'I~ 0\0\ M $ o 0\0 M~ ..:...:. -\O o ~ M f'I ~ ~O- ~ Mf'I \OIr. ..:...:. ' o ¡-..¡-.. ~ 'O f'I M ~ ~ ~ t":~o.~~ ... M~ ~ Ü ~~8~--: 'v Ü M M '><M M 8 ¡-.. o ..:...:. ~~ ",:~8~~ 'v ~ f'I '>< f'I M --M -\O ~IX) '" ;::J ~ ;::J ~ 8 t": o ~ .~ ~ ...'" ~..:...:. 'f'I~ ~~ ...Ir. ~ ~ OMOÜMO~MO~M~~f'I\O~O¡-"~~Ir. 0+ Ü 'o 'o Ü ~"'~~>~~O~~O~Mc.s~Mc.s~Mc.sMM ,~u f'I ¡-.. ~ o f'I ¡-.. ,-u f'I ¡-.. .--ü u f'I ¡-.. -= f'I ¡-.. -= f'I ¡-.. '3u f'I ¡-.. 'P v S S ,~ ,'- Z~~~~~u~~u~~~~~~~~~~~ ~ ~ E ~ ~ S - ~ M '" -M d ~ d 8 d 3 -d 8 d 8 227 - M'" 0001 -~ ~M IO~ 01 t-- 01 M ~ - 8o 10 M ~ t-~ ~ ~ 01 ~ I ~~ ~ '" o d ~~ d 8 d ~ 00 M '" .,t ~~ ~M "'~ ~~ ~- 0010 "'01 -~ - M'" '" 8 d M'" 8 d t--t--~ ~~ ~~ t--1O MM t--0I -M o d -01 o M M ~ d 00 M t--;~ ~~ ~~ "'t-- MM ~ ~ 0\ MM """ t--t-~~ ~M MO "'~ ~~ -'" -.,t I ~t--; ~~ ~ ...; I ~--; --- "'10 0101 ~ ",o 00", ~~ ~ M ~ 01 M M d --00 -~ I ~~ 0101 -t-- oo~ "'M -M ~v 00- MM 0101 10 MIO MM 0000 IO~ ~v t--1O ~v 0101 t--M ~~ v~ 0101 o~ ~~ ~M "'10 0101 ~v ~ o ~~ oot-~~ ~ o -00 t-- ~~ - ~ t-- 01 d M -01 t-M o 01 00 M 00 ~ 01 d I 01 ~ ~ ...; d- t-M ~ .n ~t-- t--- " ~~ ...; ~~ M~ ~~ 1010 ~~ ~M ~'" ~v ~~ ~~ MM 000 vt-- OIv ~~ t--~ 100 t--t-- ~-q M.,t ~ .Q: ~ t-- ~~ ~M .a Mv~~OI",MOI vM ~ t-~ ~"."3 ~MUVM ~ t-- MM ~ :o MM -v~-~ VM'-vM ~ t-- ...o t-- oo~ 10", t-- e ~M 00 d ~~ ~~ M- 0101 ~ o 01 01 d I ~~ -q~ oo~ """ ~~ ~ o o t-- ~~ ~--; MM 0101 ~ o M o 00 ~~ ~ ~ I OOM -~ -01 00 ...; I 10M -~ 0001 "'M -t-- ~~ ~IO ~IO ~~ OlIO 100 --000101 0It-t--0I t--~t-- MM MOO "'~ MM MM MM MM M'" "'01 -M M~ d -M 8 ~~ o~ ~ M M'" M'" d M'" o ~ -~ d ~ ~ o 10 .g ~ o o 01 ~ CerdaCristerna, Maneras de ver y usar la televisión ~ ,;' .~ ci5 ..t-- ~ ~ .~ ~ vO OOv ~ ~ MM U > ~M ~- -lJ; ~ o -~ S ~~ 000 ~ ~ t-- M~ '" ~ ~ ~~u~~<~~~~~u~~-~~u~~~~~ .¡: ~OI~=-OO~M~ ...~Md~M"'VM ~ ~ t-- ~ o~ i I 228 Comunicación y Sociedad -:ff ~ o ~ o 00 , .-.o ..., ~ .-., , o, -o .,..,..., N.,.., ...,... \3 ~ ~ ~ '~ o ~ o .,.., ~ ""'. N C'!""'. ~ ~ . N ~ > ~ 10.-. ~~ N..., 010 NO ~~ ~...,...,..., ~~ '" ;Lo ~ 00.,.., .-.~ O\f.-.~ ~ 11 ,.., d> 6 8!::; 6 6 ~ ~ N 0\ ...,.,.., .8 :;:: ~ f-1O .-.~ ...,.,..,...,.,.., .,.., 11 0\ -00.,.., ...o N..., .,..,.-. " ." 0\ 8 -~~ ~ CIÓ ~ ~ > u ~~ < 11 ~~ ~,~ -:-: -:-: -:-: ..., ~ o..., f-1O NM ~O\...,oo NO "':M,.., MM 0000 0000 0000 ~ N~ N~ ~ lIS ~ 6~ 'c: -0\0\ 0\0\ ..N~ ~ =' 0\0\ Lo 11 N lIS . .~ ~ 8 8 6 6 o .,.., f- 0\ ""'. ~ 9 .-.00 ...r--; ~ S ";' ~ N'-' O\",,'-'f- ~ '" .,.., .,.., ...,~ :::"" ...o o>-- ~ Lo 8. o ..., .,.., o ..., ~""'.~ "ON...,...,..., 'c: ~ 0\ ~ 6 E ~ 'c: ~ =' u ~ >=' ~ .,.., ~ ..., f- ~~ ~~ 0\ NN ~ .-Lo ;...,IO",NO\á:j...,OO N'c:~""~~""~~"" -~ N f- E N E '" .-=' 8~~ó~~~~~ f- .u N f1;; 11 '" C .-o .'35'" ~ ~~.c~ á3"'~~ ~ :e E c &~ ..11", 1I:e ~ ~ ~ ~ "" ~+*. ~ ~ ~ .- Cerda Cristerna, Maneras de ver y usar la televisión 229 CUADRO 5 ¿Cómo acostumbra decidir lo que ve en la televisión? Por género Monterrej' ,. ," México Guadalajara" Masculino FemeninoM(/SculinoFemeninoMasculino Femeni 14.1 Conozcolos 49.0 horariosde mis programasfavoritos y los sintonizode acuerdoa la hora. 58.2 No tengo un plan 34.6 definido. Prendola TVy empiezoa ver lo que hay en losdiferentescanales y me detengoen el programaqueme llamalaatención. 29.9 Veo lo que otros miembrosde la 0.4 42.6 47.2 34.2 44.9 45.8 39.6 i 3.0 3.4 1.3 3.3 7.0 6.0 4.7 4.0 n=298 n=498 vivienda decidieron sintonizar. Variasde las opciones. 2.9 n=243 n=740 n=319 Fuente:directa. " p=O.OOl. mujeres (5 % y 8.2 %), aunque, como ~e veía antes, en general no son muchas las personas que usan este sistema de decisión. Sin embargo, en ambas ciudades también es mayor el porcentaje de hombres (34.6% ! j. 230 Comunicación y Sociedad y 45.8%) que enciendela televisión sin un plan definido, sino que empiezaa ver lo que hay en los diferentescanalesy se detiene en el programa que llama su atención. En las mujeres es más común que conozcanel horario de los programasque les gustan y enciendanla televisión e:nel momento de su transmisión(58.2% y 44.9%). Por medio de una pruebat sebuscarespondera la preguntade la frecuencia con que una personadiferente al entrevistadoes quien selecciona y sintoniza lo que él o ella termina viendo (Cuadro 6). Se presentandiferencias significativas en México (x=3.04, a= 1.22) Y Guadalajara (x=3.19, a=I.30, en una escala donde I=Muy frecuentemente,2=Frecuentemente,3=A veces,4 = Raravez, y 5=Muy rara vez) que indican que las mujeresviven con mayor frecuencia esta situaciónque los hombres (x=3.35, a= 1.16 para México, y x=3.38, a = 1.22 para Guadalajara),lo que coincide con las afirmacionesde Morley (1986), Press (1991) y Walker (1996) en el sentidode que los lo! co re m hombres ejercenun mayor poderde decisióncuandosetrata de elegir lo que se verá en una televisión que se comparte. Sin embargo, esta diferencia no apareceen Monterrey. q\ VI ~ n CUADRO 6 ¿Conqué frecuenciano esusted sino otro de los q c miembros de la vivienda el que seleccionay sintoniza lo que termina viendo? Por género t t Ciudad y género n Xii Ó T Significancia Monterrey Masculino 230 3.34 1.17 Femenino México Masculino Femenino 712 3.22 1.23 292 492 3.35 3.04 300 517 3.38 3.19 Guadalajara Masculino Femenino -1.318 0.188 1.16 1.22 -3.454 0.001 1.22 1.30 -2.047 0.041 Fuente:directa. .Media en la escala:1 =Muy frecuentemente, 2=Frecuentemente,3=A veces, 4 = Rara vez, S=Muy rara vez. I Cerda Cristerna, Manera.\'de ver y usar la televisión 231 Se usa tambiénla prueba l para compararla frecuenciacon que se da la exposición incidental en uno y otro género: los entrevistados respondencon qué frecuenciaterminanviendo un programade televisiónqueoriginalmenteno teníanplaneadover. SolamenteenMonterrey hay una diferencia, que indica que las mujeres (x=3.25, 0"=1.04) se exponena programasde televisión que no planeabanver con mayor frecuencia que los hombres (x=3.46, 0"=1.06, en la escala1 = Muy frecuentemente, 2=Frecuentemente, 3=A veces, 4=Rara vez, y 5 = Muy rara vez). En lasotrasdosciudadesla respuestatambiéntiende hacia "A veces", pero no aparecendiferenciassignificativas. Tanto hombrescomo mujeres acostumbranver la televisión solos o acompañadosde susparejas, y es menosfrecuenteque tenganla compañíade otras personas,como amigoso familiares. Aun así, aparecenalgunasdiferenciassignificativaspor género. En Monterrey, las mujeres ven la televisión con sushijos o padrescon mayor frecuencia que los hombres, y en menor frecuencia con amigos. Los hombres ven la televisión en familia con menorfrecuenciaque las mujeres. En : i , ~ ;, México y Guadalajarase da algo similar, pues en ambasciudadeslas mujeres ven la televisión con sushijos o padrescon mayor frecuencia que los hombres, y lo hacenacompañadasde amigos en menor fre- 1 I cuencia que ellos. Varios autoresexplicanque las mujeres suelenrealizar otras actividades, sobre todo quehaceresdomésticos,cuandose exponena la televisión (Covarrubias 1998; Hobson, en Morley 1992; Muñoz 1992), mientras que los hombresgeneralmentela ven con total concentracióq (Covarrubias el al. 1994; Morley 1992). En el cuestionario, la preguntaincluye las actividades:tareas,quehaceresdomésticos, lectura de periódicos, lectura.delibros, conversacióntelefónica, conversacióncon miembros de la vivienda, desayuno,comida, cena, uso de computadorao Internet, juegos de computadorao gameboy;pero en el Cuadro 7 sólo se presentael casode los quehaceresdomésticos, pues sobresalepor ser la única actividad cuya diferencia se repite en las tres ciudades,al hacerla pruebadeji cuadrada.La mayoría de los hombres nunca realiza labores domésticasmientras ve la televisión (Monterrey=64.6%, México=73.8%, Guadalajara=69%), y es bastante marcadala desigualdadcon el porcentajede mujeresque coinciden en esa respuesta (Monterrey=29.2%, México=30.2%, .1 I '1 1 232 Comunicación y Sociedad CUADRO 7 ¿Conqué frecuencia, al ver televisión, hacequehaceresdomésticos? Por género Monterrey Méxicd' Guadalajard' recuencia MastulinoFe"leni/w MasculinoFemenino MasculinoFe/nenino % Total ~,.~.! 100.0 Muy frecuentemente11.4 Regularmente 13.3 Muy rara vez 10.8 Nunca 64.6 n=158 % % % % % 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 38.6 20.5 11.8 29.2 n=723 8.5 9.1 8.5 73.8 n=l64 34.1 23.1 12.6 30.2 n =493 9.4 28'.7 9.4 20.6 12.2 15.~ 69.0 35.2 n=213 n=529 Fuente:directa. .p=O.OOl Guadalajara=35.2%). Ellas, en cambio, dicen que muy frecuentemente o regularmentecumplen con estatarea frente a la televisión. Un aspectoesencialalrededorde la recepcióntelevisiva escono:' cer si las personascomentancon otras acercade lo que ven en televi- . sión (Cuadro 8). Para saber si hay diferencias en el comportamiento que siguenhombres y mujeres en este aspecto,se utiliza la prueba t. Las mujeres regiomontanas (x=2.90, 0'=1.22), las capitalinas (x=2.91, 0'= 1.25) Y las tapatías (x=3..02, 0'= 1.20, en la escala l=Muy frecuentemente,2= Frecuentemente,3=A veces, 4=Rara vez, y 5=Muy rará vez) comentan en familia con regularidad los programas de televisión, ya seadurante la transmisióno despuésde verlos. Los hombres comentandurante los programaso despuésde ellos con menor frecuencia (Monterrey, x=3.24, 0'=1.25; México, x=3.27, 0'=1.26; Guadalajara,x=3.40, 0'=1.16). La televisión se conectade diversasmanerascon otras tecnologías, como la videocasetera(Silverstone 1996: 51). Ésta es, posiblemente, la tecnologíaasociadacon la televisiónde mayor uso entre la población. En Monterrey, 61 % de los entrevistadosdeclararontener una; en la ciudad de México 72 % y en Guadalajara67%. Esta tecnología por lo regular se utiliza para ver películasrentadasy no se le da ~ Cerda Cristerna, Maneras de ver .v usar la televisión 233 CUADRO 8 ¿Acostumbrancomentaren familia los programas que se ven en la TVdurantela transmisiónde los mismos, o despuésde verlos? Por género Ciudad y género Monterrey Masculino Femenino x" ó 241 3.24 1.25 740 2.90 1.22 298 498 3.27 2.91 319 552 t Significancia -3.826 0.001 1.26 1.25 -3.920 0.001 3.40 1.16 4.540 0.001 3.02 1.20 México Masculino Femenino Gundalajara Masculino Femenino Fuente:directa. "Media en la escala: I=Muy frecuentemente, 2=Frecuentemente,3 = Regularmente,4=Rara vez, 5=Muy rara vez. otro uso, como grabarpro.gramas.En general,sólo enla décimaparte de los hogaresseusala videocaseteraunao másvecespor semanapara grabar algún programa de televisión. En ningunade las tres ciudades aparecendiferencias significativas al respectopor género. La operaciónde la videocaseterageneralmentees dejadaen manos de los hombresde la vivienda (Lindlof, Shatzery Wilkinson 1988; Lull 1988; Morley 1986), ya sea el esposo,el padre o alguno de los hijos. Aunque la mayoría de las personasdijo que en su casanunca programanla videocasetera,al preguntarsi el entrevistadoera el miembrode la familia encargadode programarla,.seencuentraque en dos ciudades sí hay diferencia segúnel género. En la ciudad de México, los hombres (14.1%), en mayor medida que las mujeres (5.6%), son los responsablescuando en la vivienda se lleva a cabo estatarea. Lo mismo pasaen Guadalajara,dondelos hombres(29..5%)se ocupande la programaciónde la videocaseteraen másocasionesquelas mujeres (16.2%). Los resultadosquese hananalizadoenestasecciónparecenindicar que el género en efecto funciona como variable para marcardite- 234 Comunicación y Sociedad rencias en algunosusos que las audienciashacende la televisión. Sin embargo, puedeobservarseque no operade manarauniversal pues,a pesar de que existenmuchassimilitudes entre la manera en que funcionapara Monterrey, México y Guadalajara,tambiénse presentaron algunasdiferenciasentre los datosqueofrececadaciudad. Quedapendiente para estudiosfuturos el análisisde la exposicióna la televisión en relación con la zona geográfica, para conocer de qué manera el contexto de la localidad es un factor determinanteen los usos que se hacende la televisión, ya que seha visto que esposible que tambiénla ciudad de residenciaejerza alguna influencia en ellos. Conclusiones La televisión forma parte de nuestravida cotidiana; es una práctica comúnque se rodeade otras actividadestambiéncomunes,rutinarias, y esto la hace a veces imperceptible y le otorga gran capacidadde penetraciónen el hogar. Al haber, en promedio, casi dos aparatosde televisión por vivienda, puededecirseque la televisióntiene una amplia presenciaen los hogaresmexicanos. . Al observarque la frecuenciaconque las personasrealizanactividades fuera de casano es alta, parecieraque la genteprefiere quedarseen el hogar, satisfaciendo,al menosenparte, susnecesidades de esparcimiento con la televisión, como afirman algunos autores (Morley 1992; Press 1991; Silverstone 1996). La idea de que la televisión puede llenar las necesidadesde distraccióno esparcimientode la gente se relaciona con el fenómenoampliamenteregistradode que las audienciasprefieren los programasde entretenimientopor encima de otros tipos (LuI11988). Los programascon mayor auditorio suelen ser telenovelas,series, programascómicos y películas(Aceves 1991; De la Garza 1996; De la Peña 1997; Jara Elías 1997; López Islas y Cerda Cristema 1999; Lozano 1995/96). Debido a la integración tan fuerte de la televisión en la vida cotidiana, es importante conocerqué característicasindividualeso sociales influyen paramodelarnuestrasprácticasdeexposición, asícomo es necesarioentenderel contextoen que sevive la recepciónde televisión. Debemostratar de entenderel significado de los distintos modos de te) 15 Cerda Cristerna, Maneras de ver y usar la televisión 235 de organización social y flSica del ambiente doméstico como este contexto en que la recepción de televisión se desarrolla (Morley 1992: 158). Este trabajo pretende analizar la exposición televisiva según las maneras en que, presumiblemente, se distinguirán las interacciones de cada género con la televisión, para así ubicar a los miembros del hogar respecto a la sociedad en que éste se encuentra. Por supuesto, hay que reconocer que los televidentes están rodeados por muchos factores que de un modo u otro determinarán la manera en que usan los medios de comunicación, lo que deja muchas preguntas abiertas, pero la diferencia en la manera en que hombres y mujeres interactúan con los productos culturales es una de las principales preocupaciones de los investigadores (Press 1991), además de que el género es una característica básica utilizada para ubicar a los individuos en un marco de referencia social. En general, los programas preferidos de cada género coinciden con los que han sido listados por otros autores (Lemish 1998; Lull 1988, Morley 1986; Muñoz 1992). Es notable cómo los gustos masculinos son especialmente consistentes entre los habitantes de las tres ciudades bajo estudio. Los hallazgos parecen indicar que el género funciona como una variable para marcar diferencias en el gusto por ciertos tipos de programas televisivos, por lo que habría que analizar los elementos del contenido de los programas, y la forma en que las audiencias se los apropian, para entender el porqué de estas relaciones. Morley (1986) dice que los hombres suelen planear con anticipación lo que verán en la televisión, consultando la cartelera. En Monterrey y Guadalajara, el porcentaje de hombres que revisan la cartelera del periódico o consultan Tele Guía para seleccionar los programas que les interesan es mayor que el de mujeres, aunque en general no son muchas las personas que usan este sistema para decidir lo que verán. Sin embargo, en ambas ciudades también es mayor el porcentaje de hombres que enciende la televisión y empieza a ver lo que hay en los diferentes canales, para detenerse en el programa que llama su atención. Las mujeres, en cambio, conocen los horarios de los programas que les gustan y encienden la televisión a esa hora, lo que nos habla de cuán integrada está la televisión con sus rutinas diarias. Tanto hombres como mujeres ven la televisión solos o acompañados de sus parejas, pero las mujeres suelen tener la compañía de sus 236 Comunicación y Sociedad Cer hijos o padres con mayor frecuenciaque los hombres. Al compartir el momento de ver televisión, las mujeres de las ciudadesde México y GuadaIajaraviven con más frecuenciaque los hombresla situaciónde queuna personadiferentea ellas seaquienseleccioney sintonicelo que terminanviendo. Esto coincide conlas afirmacionesde Morley (1986), Press(1991) Y Walker (1996)en el sentidode que los hombresejercen un mayor poderde decisióncuandolos géneroscompartenla recepción de televisión. Varios autoresexplicanque las mujeres suelenrealizar otras actividades, sobre todo quehaceresdomésticos,cuandose exponena la televisión (Covarrubias 1998; Hobson, en Morley 1992;Muñoz 1992), mientrasque los hombresgeneralmentela ven con total concentración (Morley 1992). La mayoría de los hombresde Monterrey, México y Guadalajaranunca realizanlabores domésticasmier¡tasven la televisión, y es bastantemarcadala desigualdadrespectoal porcentajede mujeresque coincidenenesarespuesta,que sonpocas.Ellas, en cambio, dicen que muy frecuentementeo regularmenteven la televisión mientras cumplen conesastareas.Estehallazgoapoyala ideamanejada por algunosautores(Morley 1992;Press1991;WaIker 1996)acerca de que la mujer no sienteque el hogar seaun lugar de esparcimiento. legítimo para ella, como lo es para el hombre, ya que la identidad masculinaestámuchomás relacionadaque la suya con el trabajo fuera del hogar y, por lo tanto, no puedepermitirse ver la televisión como actividad única, sino que tiene que compartirla con otras tareasde las cualesse sienteresponsable. Un aspecto esencialrelacionado con la recepcióntelevisiva es conocer si las personascomentancon otras acercade lo que ven en televisión, pues los significadosno se elaboransólo en el momento en que seve la televisión, sino tambiéndespuésde él, duranteun proceso social de apropiación(Cornejo el al. 1995; González 1991; Hobson 1991; Morley 1986; Orozco 1996). Las mujeres regularmente comentanen familia los programasde televisión,ya seadurantela transmisión o despuésde verlos. En cambio, los hombreshablan durante los programaso despuésde ellos con menor frecuencia,lo que puede debersea que ven la televisión con más atención,y tambiéna que no les gusta hablar sobre ésta con sus compañerosde trabajo o amigos, con excepciónde los comentariossobrelos deportesque sontransmi- tidl tur re~ es -- de lu ca la al C ti c , t ( I 1. Cerda Cristerna, Maneras de ver y usar la televisión 237 tidos por televisión (Morley 1986:155). El que los hombres no acostumbren hablar sobre lo que ven en televisión, mientrasque las mujeres sí lo hacen,puedesignificar que el consumodel materialtelevisivo es diferente entre unos y otras. La evidencia que ofrecenestosdatos no es resultado inevitable de las característicasbiológicas de las personas,sino debe verse a la luz de una interpretaciónbasadaen el hechode que el género es una categoríacultural. Lo que nos interesaes "la construccióncultural de las posiciones, subjetividadesy dominiosmasculinosy femeninosy la articulación (o desarticulación)de las tecnologíasen estos dominios culturalmenteconstruidos" (Morley 1992: 230). Durante la presentaciónde resultadosse observaronalgunasdiferenciasentre los habitantesde cadaciudad, pero como esteestudio, desde su defmición, no consideróla distinción geográfica como una variable a analizar, no se obtuvieronconclusionesal respecto. En futuros estudiosdebe analizarsela exposicióna la televisión en relación con la zona geográfica, para conocerde qué manerael contexto de la localidad es un factor determinanteen los usos que se hacende la televisión, ya que los resultadosindican que existe la posibilidad de que tambiénla ciudad de residenciaejerza algunainfluencia en ellos. Lo que puedeconcluirse es que el génerode los individuos no es una variable que determine diferenciaso similitudes de manerauniversal pues, a pesarde que existen muchasafinidadesen la manera en que funcionanpara Monterrey, México y Guadalajara,tambiénsepresentaron diferencias entre los habitantesde cadaciudad. Aún faltan muchascosaspor conoceracercadel lugar que ocupan los medios en la vida cotidiana. Hasta hoy la mayor parte de la investigación que se ha hecho al respectoes acercade la televisión, pero es importante analizar también el uso de los demásmedios con los cualesconvivimos diariamente. Bausinger(en Hermes 1993)dice que al analizar un medio no se lo debeaislar, sino debeconsiderarse dentro del conjunto mediático del hogar. El proceso posterior al momento del consumo de los medios se entiendedentro de un diálogo social mediante el cual es asimilado sucontenido. Los medios no son utilizados con plena concentración, y son una parte integral de lo cotidiano. El autor pone el ejemplo del periódico cuandono llega a la casa,que no es extrañadotanto por sucontenidosino porque rompe la " 238 Comunicación y Sociedad estructura de la vida cotidiana. Así, la vida diaria consiste en estructuras ritualizadas de percepcionesy expectativasque debenser leídas en términos de la capacidadde esasestructuraspara neutralizar y estabilizar. Entonces, al estudiar el consumode los medios debeser desechado el concepto del espectadorsintético promedio, dado que la recepciónde medios estáformada por múltiples procesosy, el contenido de los medios, tiene muchossignificados. 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