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La Panera
REVISTA MENSUAL DE ARTE Y CULTURA
I
Distribución gratuita. Prohibida su venta. 75
SEPTIEMBRE 2016
INTENSA EXPERIENCIA PARA TODOS LOS SENTIDOS
ATTILA NAGY
«PARIS DE NUIT»
La Panera
ÚNETE A NUESTRA COMUNIDAD:
info@lapanera.cl
6
Artes Visuales 8
Las manifiestaciones del Arte Contemporáneo en la antigua Yugoslavia
La adoración al cuadro más robado de la historia
Patrimonio
Platería, la puerta de entrada a la cosmogonía Mapuche
14
16
Cine
Dos estrellas de Hollywood celebran sus cien años en plena salud
18
Ciro Guerra y la maduración del cine colombiano
Música
Sobre los misterios que aún rondan la muerte de san Kurt Cobain
20
22
A diez años de la partida del genio loco que fundó Pink Floyd
24 El nuevo sonido continuo y abstracto de Javier Barría
Arquitectura
28
30
Bienal plantea un retorno crítico a los valores y principios locales
El encuentro que originó el primer grupo artístico-intelectual de Chile
Cómic
Dos obras que cambiaron la industria del cómic
32
Literatura
Los aspectos más significativos que atormentan el alma enamorada
36
40
Gestión Cultural
El «Libro Negro del Emprendedor», de los errores se aprende
Destinos
Visita a Spring, el restaurant que hoy encanta a los londinenses
42
28. BIENAL DE ARQUITECTURA DE VENECIA 2016. El pabellón chileno exhibe la muestra
«A Contracorriente», en la que se presentan 15 proyectos diseñados por estudiantes de la
Universidad de Talca. Fotos: Gentileza Bienal de Arquitectura (oficina de prensa)
PERIÓDICO MENSUAL DE ARTE Y CULTURA
EDITADO POR LA CORPORACIÓN CULTURAL ARTE+
Presidenta Patricia Ready Kattan
Directora General Susana Ponce de León González
Directora de la sección Artes Visuales Patricia Ready Kattan
Editora Jefa Susana Ponce de León González
Coordinadora Periodística Pilar Entrala Vergara
Dirección de arte Rosario Briones Rojas
Diseño Rosario Briones Rojas
Asistente de diseño Simoné Malacchini - Bernardita Espinoza
Colaboradores Sandra Accatino - Jessica Atal - Daniel Canala-Echevarría - Grace Dunlop
Pilar Entrala - María Teresa Herreros - Victoria Jiménez - Miguel Laborde - Pamela Marfil
Andrés Nazarala - Edison Otero - Paola Pino - Marietta Santi - Juan José Santos - Gonzalo Schmeisser
Ignacio Szmulewicz - David Vera-Meiggs - Rafael Valle - Antonio Voland
Ilustradores Alfredo Cáceres - Rodrigo Díaz
Corporación Cultural Arte+ Espoz 3125, Vitacura, Santiago de Chile. Fono +(562) 2953-6210
Representante Legal Rodrigo Palacios Fitz-Henry
Imprenta Gráfica Andes
Servicios Informativos Agence France-Presse (AFP)
44
Observatorio
Chile, dos seres en uno tratando de convivir sin despedazarse
LA PANERA se distribuye en todo Chile y, con el Patrocinio de la
Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores
(Dirac), se hace presente en varios puntos del extranjero (embajadas,
agregadurías culturales, consulados y otros).
A través de la empresa HBbooks llega a las bibliotecas de las
universidades de Harvard, Stanford, Texas (Austin), Minnesota y Toronto,
y del Ibero-Amerikanisches Institut (Berlín). Además, la Biblioteca
Kandinsky del Centro Pompidou de París la ha incorporado a su catálogo
oficial. Y también está disponible en las bibliotecas de la National Gallery
de Londres, de los museos Tamayo de México, Thyssen-Bornemisza y
Reina Sofía de Madrid, y de la Internationella Bibliote ket de Estocolmo.
Premio Nacional de Revistas MAGs 2013, categoría Mejor Reportaje de
arte, entretenimiento, gastronomía, tiempo libre, espectáculos; y Premio
Nacional de Revistas MAGs 2012, categoría Mejor Reportaje de turismo,
viajes y fomento a la cultura chilena, otorgados por la Asociación Nacional
de la Prensa.
20 mil ejemplares de distribución gratuita.
Vea la versión digital de LA PANERA en
www.galeriapready.cl
www.lapanera.miracultura.cl
dirac.minrel.gov.cl
Contacto comercial: Evelyn Vera (eve.vera@lapanera.cl / T.: +56 9 9318-4534)
Suscripciones: Roxana Varas Mora (rvaras@lapanera.cl)
LAS OPINIONES VERTIDAS EN ESTA EDICIÓN SON
DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DE QUIEN LAS EMITE.
El Arte de Mirar
«El taller del artista. Alegoría real que resume siete años de mi vida artística (y moral)»,
óleo sobre tela, 1854-1855,539 x 598 cm., Museo de Orsay, París.
GUSTAVE COURBET
El taller del artista. Alegoría real que resume siete años de mi vida artística (y moral)
(Museo de Orsay, París, 1854-1855)
En la tela que el pintor expuso en 1855 en el Pabellón del Realismo, aparecen los personajes y los hechos que
marcaron su vida durante los siete años que transcurrieron entre la Revolución de 1848 y el final de la Segunda
República. “Es bastante enigmático –escribió el mismo artista– obligará a los espectadores a adivinar”.
POR SANDRA ACCATINO
A
L CENTRO DE LA PINTURA, a
escala real, Gustave Courbet (1819-1877)
aparece sentado y de perfil, con el brazo
derecho extendido, pintando un paisaje. A
su lado, lo observan un niño con suecos y una modelo desnuda, con sus ropas en el suelo. Un gato blanco
extiende, en un juego especular con la pose del artista, su pata hacia una pelota o un cascabel. Quizás
porque esta es la zona más iluminada de la pintura, el
pintor Eugène Delacroix escribió en su «Diario» que,
en ese espacio de clausura que es el taller, el cielo azul
pintado en el lienzo aparecía extrañamente como lo
más real. Más allá de la tela, hacia los lados, los personajes pierden su consistencia y nitidez, como si habitaran antes una dimensión del pensamiento que la
realidad. Aunque están ahí, Courbet parece no verlos.
En una carta de 1854, el artista le escribió al crítico y
novelista Jules Champfleury que los veintisiete personajes
ubicados en ambos extremos de la pintura representan
al “mundo, que viene a mí para ser pintado”. A la derecha están “los amigos, los trabajadores, los aficionados al
mundo del arte… personas que me sirven en mi idea,
que participan en mi acción”. En ese grupo, Courbet incluyó al mismo Champfleury, a su amigo y comitente Alfred
Bruyas, al filósofo Pierre-Joseph Proudhon, a otros amigos
socialistas y al poeta Charles Baudelaire ensimismado en
la lectura, en el margen derecho del cuadro. A la izquierda,
en cambio, representó a “los otros, los que llevan una existencia banal, el pueblo, la miseria, la riqueza, los explotados,
los explotadores, las personas que viven de la muerte”.
Hay un hebreo, un comerciante de telas, un sacerdote, un
payaso, un jugador, trabajadores, una mendiga. En el suelo,
una calavera sobre un diario, una referencia a una frase de
Proudhon –“los periódicos son cementerios de ideas”– y
también una daga, un sombrero con pluma y una mandolina, vestigios del arte romántico, tan irreal como el arte
fomentado por la Academia de Bellas Artes, representado
por el maniquí en pose de martirio.
La Academia, que participó en 1855 en la gran Exposición Universal de París, rechazó exponer en el Palacio de
Bellas Artes «El atelier del artista» y el «Entierro en Ornans», otra pintura de grandes dimensiones que el artista
había pintado unos años antes. Courbet instaló entonces,
frente al palacio, el Pabellón del Realismo, una tienda en
la que expuso éstas y otras telas. Muchas de las pinturas
expuestas eran autorretratos, tal como el mismo Courbet
reconoció en la breve declaración que entregaba a los
visitantes, tras el pago de la entrada: “Quise simplemente
alcanzar el perfecto conocimiento de la tradición y el sentimiento razonado e independiente de mi individualidad”,
escribió. Su esfuerzo, sin embargo, pasó casi inadvertido. A
pesar de haber rebajado el valor del ingreso, el pabellón
no tuvo el impacto en las críticas y en las ventas que el
pintor esperaba. Desdeñado hasta por los caricaturistas
y arrumbado en una bodega, «El taller del artista», que
nació como un manifiesto del Realismo, acabó –antes de
convertirse en 1920 en una pieza de museo– como telón
de fondo en un teatro de aficionados.
SANDRA ACCATINO es académica del departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado. Ha publicado diversos capítulos de libros, artículos y
ensayos sobre pintura europea, arte de la memoria, coleccionismo y artistas chilenos contemporáneos.
Artes Visuales
LA ADORACIÓN
A LA «ADORACIÓN
DEL CORDERO MÍSTICO»
NICOLAS MAETERLINCK / BELGA MAG / BELGA
POR JUAN JOSÉ SANTOS M.
¿P
or qué es tan codiciado este cuadro? ¿Por representar el
paso de la Edad Media al Renacimiento en la pintura? Puede, aunque esta afirmación sea algo exagerada.
Sin duda, los avances se confirman con rotundidad en
estos óleos: las tres dimensiones entran en el formato gracias a los
avances de perspectiva. Se gradúa la pintura al óleo (que algunos calificaron como resultado de alquimias mágicas), pero no fue patente de
los Van Eyck: ya se utilizaba desde tiempos bizantinos. Las mejoras
en la preparación del soporte y en la variación de los estratos de color
aplicados logran un esplendor cromático hasta entonces nunca vistos.
Todos estos aspectos que elevan la obra y la sitúan en un puesto de
relevancia en la Historia del Arte se unen a otros más esotéricos, como
simbologías crípticas, referencias veladas y mensajes ocultos.
En realidad, no es una sola obra, sino dos polípticos compuestos por
8 y 12 tablas al óleo, uno abierto y otro cerrado. En el cerrado, de ocho
piezas, aparecen las figuras del profeta Zacarías, la sibila Eritrea, la sibila Cumana, el profeta Miqueas, e inscripciones relativas a la Venida
de Cristo. En el plano central, la «Anunciación», con dos imágenes de
una estancia; “Ajimez, con vista de ciudad flamenca” y “Nicho con toalla,
escalfador y jofaina”. En la zona inferior, el donante Joos Vyd, San Juan
Bautista y San Juan Evangelista, como estatuas de mármol, y la esposa
del donante, Isabella Borluut. En el abierto, de 12 piezas, Adán, Eva, los
6 I La Panera
El cuadro de Van Eyck es el más robado de la historia:
trece veces. Ha sido tres veces botín de guerra,
codiciado por Napoleón, por Hitler, escondido en una
mina de sal, amputado, quemado, falsificado, censurado,
vendido en el mercado negro.
GANTE, BÉLGICA
El obispo Luc
Van Looy, junto al
rey Philippe y la
reina Mathilde de
Bélgica observan
«La Adoración del
Cordero Místico»
(1432), de Jan y
Hubert van Eyck,
en la Catedral de
San Bavón (16 de
octubre de 2013)
Jueces Íntegros, los Caballeros de Cristo, los eremitas y los peregrinos, y
la famosa escena de «La Adoración del Cordero Místico».
El Cordero emana sangre que es recogida en una copa, que ha sido
relacionada con el Santo Grial. Esa imagen es una exaltación al redentor, empezando por los profetas y las sibilas que predijeron su venida.
Frente al altar, la fuente de la vida, de la que brota un río en cuyo lecho
hay piedras preciosas.
El Cordero como metáfora del arte. La fuente, con las piedras
preciosas, metáfora de la riqueza que se vincula al arte. Y la obra en
conjunto, alegoría del mundo del arte. Quizás podamos interpretar
de esta manera la Adoración de Van Eyck, en vista de las interminables vicisitudes que ha sufrido a lo largo de la historia. Muchas de
ellas recopiladas por Noah Charney en su libro «Los ladrones del
Cordero Místico».
Artes Visuales
IGNACIO SZMULEWICZ R.
ARTE CONTEMPORÁNEO EN LA
ANTIGUA YUGOSLAVIA
POR IGNACIO SZMULEWICZ R.
El país que fue
E
sta es la historia de un país que existió. Sus límites, difundidos en cartografías, se rompieron y desaparecieron. Sus fronteras acogieron la guerra como la solución para separarse los
unos de los otros. Y después vino la nostalgia del país que fue.
A principios del siglo XX, un grupo de pequeños reinos, dominados
constantemente por las fuerzas de imperios mayores –romano, otomano, austro-húngaro– consolidó una hermandad. Esa unión fue bautizada como “el país de los eslavos del sur” o simplemente Yugoslavia.
La euforia posterior a la Segunda Guerra fue comandada por un
líder inigualable: Josip Broz Tito. El caudillo dirigió al país por la
8 I La Panera
senda del socialismo durante cuatro décadas. Eligió amistades donde
otros no se interesaron (Non-Aligned Movement) y cerró sus puertas
a los aliados que reclamaron su lealtad (Stalin). De las cenizas de las
guerras nació un país que soñaba con un destino moderno. Sus ciudades vieron crecer entornos habitacionales que le dieron la fisonomía a
la sociedad naciente.
Cuando esa euforia decantó vio la luz el horror colectivo. El estupor
frente a los asedios y las limpiezas étnicas, la memoria del pasado utópico
o el nacionalismo imperante son los elementos que le dan sentido a la
sensibilidad del arte contemporáneo en el país que fue Yugoslavia.
El salón del Museo
de Arte Contemporáneo Ars Aevi, en
Sarajevo, incluye
obras de artistas,
curadores y teóricos afianzados
por una sed de
conexión, movilidad y crítica.
IGNACIO SZMULEWICZ R.
IGNACIO SZMULEWICZ R.
Colección del
Museo de Arte
Contemporáneo
de Zagreb. A la
izquierda, obra de
Tomislav Gotovac.
Abajo:
Vista exterior del
Museo de Arte
Contemporáneo
de Zagreb. A la
derecha, el Museo
de Historia de
Yugoslavia.
ENTRAR EN BOSNIA ES ABANDONAR
Para penetrar en esa sensibilidad resulta
esencial visitar tres ciudades: Zagreb, Sarajevo y Belgrado. Cada una presenta una
imagen distinta respecto de una historia
compartida y dividida. De norte a sur, las tres
son transparentes en señalar sus diferencias o
similitudes: más cerca o más lejos de la Unión
Europea, del conflicto bélico reciente, del pasado oriental o del nacionalismo.
Zagreb es la más austera y recatada de las
tres. Silenciosa de día y de noche, tiene todas
las piezas de una escena artística bien consolidada. Una de las mejores colecciones de
la zona se puede visitar en el Museo de Arte
Contemporáneo. Rodeado de grandes complejos de viviendas sociales, el monumental
espacio entrega una experiencia sobrecogedora al espectador. Al pasar sus frías puertas
y angostos pasillos se puede encontrar una
abarcadora muestra del arte de la ex–Yugoslavia, con especial atención a Croacia, desde los
años 20 en adelante. El recorrido se inicia con
el Grupo Gorgona, pasando por el Grupo de
los Seis Artistas, hasta llegar a las manifestaciones más actuales.
El lugar central del arte crítico de los sesenta, setenta y ochenta es fundamental. El conjunto de piezas de Tomislav Gotovac, Braco
Dimitrijevic, Sanja Ivekovic, Vlado Martek,
Dalibor Martinis o Ulrike Rosenbach entrega una panorámica sin parangón respecto de
esa fuerte tradición de crítica institucional,
performance, activismo y feminismo, con un
bagaje de experimentación en términos de
lenguaje: nuevas tecnologías, arte conceptual,
procesual y colaborativo.
Una vista a vuelo de pájaro demuestra la
paradojal presencia de dos aspectos: el cuerpo en el espacio público como una manera de
manifestar disidencia en un entorno de control a la libertad de expresión (Gotovac); y el
gesto, el color y el humor como superación
del blanco y negro de una sociedad unidireccional (Ivekovic y Martek).
EUROPA. SUS CARRETERAS PARECEN
HABERSE OLVIDADO DE LA MARCHA
DEL PROGRESO. AL CENTRO DEL PAÍS,
UNA URBE COMO NINGUNA.
IGNACIO SZMULEWICZ R.
Historia de tres ciudades
El tiempo detenido
La esperanza de
que algún día este
acervo pueda
alojarse en unas
paredes libres de
agujeros de balas
parece nublar el
juicio respecto de
la relación entre
las obras, de su
densidad formal y
experimental y, a
la vez, sucumbe
al canon más establecido del arte
internacional.
Entrar en Bosnia es abandonar Europa.
Sus carreteras y vías férreas parecen haberse
olvidado de la marcha del progreso. Al centro
del país, una ciudad como ninguna. Atrapada
por sus montañas, lugar escogido para los snipers del ejército serbio durante el asedio, Sarajevo vibra en sus calles sólo para demostrarle
al mundo las marcas de su antiguo encierro.
Los senderos de los bosques se encuentran
cubiertos por una tupida plantación de minas
antipersonales que dejaron los invasores. Las
colinas han sido consumidas por la voraz naturaleza que incluso ha engullido los pesados
monumentos que dejara Tito –por ejemplo, el
de la II Guerra Mundial.
Sarajevo entrega la apariencia de una ciudad que lucha día a día por empujar las pesadas manillas de un reloj congelado. La
manifestación más loable de ese ejercicio lo
entrega el Museo de Arte Contemporáneo
Ars Aevi. Ubicado en el antiguo conjunto
de las Olimpiadas de Invierno de 1984, este
peculiar museo se ha encargado de mantener
viva la imperceptible llama del arte contemporáneo. En su interior, se puede encontrar
una colección repleta de donaciones realizadas durante y después de la guerra –su símil es
el Museo de la Solidaridad Salvador Allende.
A diferencia de su homónimo en Zagreb, el
Ars Aevi carece de un relato bien consolidado. Se trata de la presentación de lo momentáneo, de un deseo de poder asentarse en un
terreno sólido cuando las arenas siguen siendo movedizas. Quizás por eso mismo, el único desarrollo de los últimos años es el proyecto de Renzo Piano y el puente peatonal que
cruza el río Miljacka, acercando dos planos de
una historia marcada por el asesinato del heredero al trono del Imperio Austro–Húngaro.
La colección del Ars Aevi incluye excelentes piezas de Michelangelo Pistoletto, Joseph
Beuys, Danica Dakic, Jusuf Hadzifejzovic,
Birgit Jürgenssen, Komar & Melamid, Sandor Pinczehelyi, entre muchos otros. La esperanza de que algún día este acervo pueda
alojarse en unas paredes libres de agujeros de
balas parece nublar el juicio respecto de la relación entre las obras, de su densidad formal
y experimental y, a la vez, sucumbe al canon
más establecido del arte internacional.
“Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, dice: ¡Estoy fatigada!”, Proverbio yugoslavo.
La Panera I 9
IGNACIO SZMULEWICZ R.
Artes Visuales
ALEJADOS DEL PODER POLÍTICO SE PUEDEN ATISBAR LOS
SIGNOS DEL PASADO: EL MUSEO DE HISTORIA DE YUGOSLAVIA;
Mural del
colectivo KURS
de Belgrado.
LA ZONA HABITACIONAL DEL NUEVO BELGRADO; LAS
CALLEJUELAS ANTIGUAS DEL ZEMUN AUSTRO-HÚNGARO.
SIN EMBARGO, EL FUERTE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO SE
ENCUENTRA EN EL CENTRO DE LA CIUDAD.
La frontera oriental
Belgrado es la ciudad de la región que ha abrazado una nueva apariencia sin renunciar del todo a su antigua. Sin importarle en demasía
el letargo en que ha caído su Museo de Arte Contemporáneo, la escena se ha consolidado producto de la comparecencia de espacios de
artistas jóvenes. Independiente de todo yugo institucional, el arte en
Belgrado se ha sumado al discurrir impulsivo de una ciudad más allá
de la frontera del área Schengen.
La vida discurre ágilmente en una metrópolis que contiene todos
los ritmos del acelerado mundo neoliberal: los emprendimientos económicos recientes (Belgrade Waterfront) han causado resquemor en la
parte de la comunidad que recuerda con alegría el socialismo, provocando una oleada de manifestaciones. Belgrado no es una apacible
ciudad de Europa, ubicada al centro de los Balcanes, se asemeja a Estambul por su frenesí.
Alejados del poder político se pueden atisbar los signos del pasado:
el Museo de Historia de Yugoslavia; la zona habitacional del Nuevo
10 I La Panera
DEANA PETROVIC / U10 ART SPACE
U10 ART SPACE
IGNACIO SZMULEWICZ R.
Obra de Nemanja Nikolic, de la Galería
U10. A la derecha, proyecto de Maja
Ciric, Vladan Jeremic y Rena Raedle.
Abajo: «Osvrti i Zapazanja», de Svetlana
Radenkovic; «Space Opera», de Milica
Kolaric.
Belgrado; las callejuelas antiguas del Zemun austro-húngaro. Sin embargo, el fuerte del arte contemporáneo se encuentra en el apretado
y convulsionado centro de la ciudad. Las galerías Remont, U10, el
Salón del Museo de Arte Contemporáneo, forman un circuito que
incluye obras de artistas, curadores y teóricos afianzados por una sed
de conexión, movilidad y crítica.
Dos vertientes dominan el debate del arte joven en Belgrado: una
que busca cuestionar la construcción de la memoria reciente y otra
que incorpora los signos de la globalización. Los representantes de
la primera son el colectivo Kurs (Milos Miletic & Mirjana Radovanovic), el proyecto curatorial de Maja Ciric, Vladan Jeremic y Rena
Raedle, las piezas de Valentina Brkovic & Sandra Stojanovic. En la
otra vereda se encuentra el trabajo de Nemanja Nikolic, Marija Sevic,
Iva Kuzmanovic y Milan Antic. Si de anomalías se trata, es posible
encontrar proyectos que abordan temáticas tan lejanas como las de
Latinoamérica en las obras de Lidija Delic o de Isidora Krstic.
Todos los rincones de esa región buscan o bien exaltar los signos de
la separación actual o bien esconder las señales de la unificación pasada –el monasterio serbio ortodoxo de Decan en Kosovo es un ejemplo
de esa paradoja–. El arte contemporáneo sigue luchando por instalar
las temáticas de la memoria, la historia política y la crítica social. Las
grandes muestras colectivas que se han realizado sirven para aglutinar
una imagen de esta zona. «Body and the East», «NSK. From Kapital to
Capital» o «Socialism and modernity» han servido para levantar nuevas
genealogías donde el fragmento y la ruptura han sido las claves dominantes para interpretar el país que fue Yugoslavia.
Cuadro viviente
NICOLAS MAETERLINCK / BELGA / AFP
Y a partir de aquí comienza el sufrimiento
eterno del Cordero. Fue motivo de anécdotas
curiosas, como la representación como cuadro
viviente con ocasión de la llegada a Gante de
Felipe el Bueno (1458), impresionó e influenció a Durero (1521), fue mandado copiar por
Felipe II, que no tenía suficiente dinero para
adquirirlo (1557), retirado al palacio municipal de Gante, para esconderlo de la furia iconoclasta de los calvinistas (1566), retornado a
la Catedral (1584) y restaurado por primera
vez (1663), censuradas las tablas de Adán y
Eva por mandato de un escandalizado emperador José II (1781), los cuatro elementos centrales del interior fueron víctimas de la codicia
de Napoleón, y acabaron en París como parte
del botín (de 1794 a 1816), los postigos fueron
vendidos por los administradores de la catedral al Museo de Berlín, y tras ser restituidas
a Gante, las tablas centrales sufrieron daños
durante un incendio (1822), y los paneles de
los primeros padres comprados por el Museo
de Bruselas (1861).
Iohannes arte secundus
La primera duda aparece ya en el origen.
Quién es el autor. Hubert van Eyck es una
figura que, para muchos especialistas, es
más inventada que real. Pero fiémonos de
las fuentes oficiales. Hubert nació en Masseik en 1366, y se estableció en Flandes,
huyendo del bélico ambiente de su región
natal. Fue pintor del ducado de Borgoña, y
allí se fue instalando como pintor avezado.
En 1425, las autoridades de Gante pagan
dos bocetos para un cuadro, van a su taller, y
conceden una gratificación a sus ayudantes.
Es el documento que acredita que quien comenzó a pintar «La Adoración del Cordero
Místico» fue él. Sus primeros resultados son
interrumpidos por la muerte, en 1426.
A partir de entonces, es su discípulo y hermano, Jan van Eyck, quien continúa con
la obra de su mentor. Así aparece escrito
en una inscripción en el marco de una de
las tablas: “(pictor) Hubertus Eyck maior quo
nemo repertus/Incepit pondusq(ue) Iohannes
arte secundus/(perfeit letus) Iodici vyd prece
fretus/Versv sexta maivos collocat acta tueri”.
Si aislamos las letras pintadas en rojo del
ultimo verso: vvxivllccu, obtenemos la fecha 1432, cuando fue acabado el trabajo. La
traducción quedaría entonces así: “El pintor
Hubert van Eyck, del que jamás se conoció
otro mayor, comenzó esta obra; Jan, segundo en el arte, la terminó a instancias de Joos
Vyd, (que) el 16 de mayo (1432) os invita
con este verso a contemplar la obra”.
El crítico Renders afirma que los versos
son una falsificación del siglo XVII, pero
exámenes paleográficos posteriores la autentificaron. Aunque el políptico –parece
confirmado– se hizo a dos manos, existe una
clara armonía cromática e iconográfica. Por
mucho que Jan van Eyck fuera considerado
“segundo en arte”. El 6 de mayo de 1432,
el Cordero es colocado en la Catedral de
SanBavón, en Gante.
El lado oscuro
Dichos paneles volvieron a sufrir la censura en el siglo XIX, y
los desnudos de Adán y Eva fueron sustituidos por reproducciones vestidas realizadas por el pintor belga Victor Lagye. En
1934 desaparece la tabla con los jueces íntegros, suplidos por
una copia hecha en 1945 por el conservador del Museo de Bellas Artes de Bruselas, Jef van der Veken, pintor especializado
en los maestros flamencos del siglo XV. Van der Veken firmó
en el reverso con este escrito: “Lo hice por amor / y por deber/
Y para resarcirme / tomé prestado / del lado oscuro”.
Hitler (quien creía que el cuadro escondía un mapa oculto
que le llevaría al Santo Grial), Goering y Goebbels se enamoraron de la obra y durante la Segunda Guerra Mundial,
junto a otras siete mil obras de arte, la escondieron en una
mina de sal. Fueron rescatadas por la unidad Monuments,
Fine Arts, and Archives program o Monuments Men, en una
acción comandada por el general Ike Eisenhower, y devuelta
a Bélgica de manera triunfal.
Actualmente está en restauración, y tiene prevista su “nueva
venida” para el 2017. El Cordero seguirá sacrificándose por
nosotros, y la fuente seguirá emanando vida y riquezas. Y los
jueces íntegros, perdidos.
“Si me dan lo que quiero soy mansito como un cordero”, refrán popular.
La Panera I 7
Exposiciones Destacadas
LA EMERGENCIA DEL POP
Museo de la Solidaridad Salvador Allende (República 475. Teléfono: 22689-8761).
Hasta el 25 de septiembre.
POR IGNACIO SZMULEWICZ R.
Nos hemos acostumbrado a considerar que los colores saturados, las líneas certeras o la asociación con la
gráfica pueden ser esclarecidos con el adjetivo de Pop.
Poco sabemos respecto de su historia como sustantivo.
Sus orígenes estuvieron marcados por una ampliación
técnico-material, un nuevo campo de referencias iconográficas y por una valoración inquietante de la superficialidad, la repetición y la literalidad. Todo esto en
una sociedad post II Guerra Mundial, cuyo centro estético había girado desde Fausto a Superman, de Otelo a
Kowalski y de la Quinta Sinfonía a The Beatles.
La muestra «La emergencia del pop. Irreverencia y
calle en Chile», curada por Soledad García Saavedra y
Daniela Berger, busca presentar las diferentes aproximaciones que se dieron desde la segunda mitad de los
sesenta respecto de la cultura de masas y el entretenimiento. Con esa clave, el equipo curatorial ha seleccionado obras de gran calidad, bajo una mirada crítica y un
relato articulado en un entorno museográfico excepcionalmente bien cuidado.
Del cuerpo general de artistas, que incluye a Francisco Brugnoli, Guillermo Núñez, Carlos Flores hasta Guillermo Deisler, tres series dejan al espectador anonadado: los objetos de Valentina Cruz, los textiles de Virginia
Errázuriz y las pinturas de Cecilia Vicuña. Aunque se
trate de artistas emblemáticas para el arte chileno, vale
la pena constatar que su lugar aún no se encuentra
suficientemente estudiado ni valorado. Valentina Cruz
instala tres obras esenciales, donde la relevancia del
cuerpo, su fragmentación, reproducción, contorsión y
puesta a disposición en una modalidad médica, ante-
cede todos los debates sobre la crisis del humanismo.
De Virginia Errázuriz se incluye una serie de textiles de
cuerpos representados en una técnica tradicional que
ha sido subvertida por una acción ágil, libre y poco convencional. La libertad expresiva introduce importantes
modificaciones al proyecto de industrialización del país.
Finalmente, Cecilia Vicuña abraza la complejidad iconográfica como una manera de sobrepasar el debate pictórico en una época de abstractos geométricos
(Vergara Grez o Poblete) y expresivos (Balmes, Barrios,
Pérez y Bonati).
«La emergencia del pop…» es una muestra
de menor escala pero de gran ambición. Su
tono es políticamente incorrecto. Al espectador
no le será difícil reconocer la relevancia de estas creadoras para replantear la convulsionada
década de los sesenta; los cambios en los roles
de género, la modernización industrial, las nuevas
iconografías y la subversión política son sólo algunos de los asuntos que pueden atisbarse en la obra de
esas creadoras. La figuración crítica y experimental será
fundamental para las generaciones posteriores: desde
Dávila, Leppe, Altamirano, Benmayor, Truffa+Cabezas,
hasta Oyarzún (la Nelly Richard de «La cita amorosa»).
En síntesis, y a diferencia de Europa, las imágenes de
la cultura de masas llegaron mezcladas del ferviente
ánimo de independencia cultural y económica que animaba la cueca posterior al asalto al cuartel Moncada.
Cuando la aceptación de esa cultura ha pasado por
terapias de shock, las obras reunidas en «La emergencia
del pop» permiten volver a escuchar los sonidos de los
calurosos debates de antaño.
COLECCIÓN MAC: FUNDACIONAL
Museo de Arte Contemporáneo
(Parque Forestal. Teléfono: 22977-1755).
Hasta el 16 de octubre.
POR IGNACIO SZMULEWICZ R.
El Museo de Arte Contemporáneo, sede Parque
Forestal, presenta una muestra extraña, por decir lo
menos. Su objetivo: aventurarse en el escenario artístico que antecede a su fundación, en 1947. El conjunto
incluye piezas de gran relevancia junto a otras totalmente secundarias, organizadas secuencialmente en
un montaje lineal, excesivamente decimonónico y con
escasa información contextual e histórica. El resultado:
una absoluta decepción.
En un momento de crisis de nuestras instituciones
culturales, parece que los escasos gestos políticos,
como la apertura de un pasillo que une al MAC con
el Museo Nacional de Bellas Artes, tuviesen un nulo
reflejo en relaciones fructíferas. Una vez más el ego y
la premura se vuelven armas de lucha. Luego del emblemático proyecto del Catálogo Razonado, el MAC la
emprende sin pudor con las cartas de ciudadanía de su
vecino, el MNBA. Y, ¿por qué no? ¿Qué más da? Vivimos
en un mundo de escasa solidaridad, de conversaciones
sordas y emprendimientos mezquinos.
Mientras Francisco Brugnoli, su director, se empecinó en criticar al pequeño proyecto del Consejo de la
«Niña Rosa», Henriette Petit; «Altar de la Muerte», María Izquierdo; «Bosques», José Perotti; y «En el mercado», Maruja Pinedo.
Cultura en Cerillos por falta de consulta, su propio local sobrevive como caballo de carreras respecto de su
siamés. Lo mismo vale para el otro lado. ¿Qué ha hecho
el MNBA para vincular sus muestras “contemporáneas”
con el acervo intelectual y con el público del MAC?
¿Será necesario para hacer las pases un revival local de
la famosa cinta «The straight story», de David Lynch?
«Colección MAC: fundacional», título de la mencionada exposición, entrega algunas notas altas. La presencia fenomenal de artistas como Ximena Cristi, Olga
Morel, Maruja Pinedo, Lily Garafulic, Henriette Petit o
María Izquierdo, entre otras. Excepcionales son las telas
«El organillero», de Alfredo Aliaga, sin fecha; «Paisaje»,
de Pedro Luna, sin fecha; «Altar de la Muerte» (1944),
de María Izquierdo; «La riña», de Arturo Gordon, sin
fecha; y «Bosques» (1930-1934), de José Perotti.
Lamentablemente, al espectador se le ha hecho agua
la boca con tanta pregunta que no tiene el menor atis-
bo de respuesta. A las más básicas –¿quiénes son estos
artistas y cuál es su lugar en la historia del arte?– se le
superponen otras de mayor complejidad: ¿qué sucede
con las preguntas por el género, por la representación
del poder, por los inicios de la abstracción, la cita a la historia del arte, los contactos y cruces latinoamericanos?
Ninguna ha llamado la atención del Museo y su mayor
error es excluir de su museografía todos los estándares,
señas y problemas que plantea una institución de corte
“contemporáneo”. Todos los desarrollos historiográficos
de los últimos años no han tenido la mínima repercusión
en la puesta en escena de las obras. Las antiguas y olvidadas palabras del crítico de arte Antonio Romera son
fácilmente aplicables al conjunto expuesto en el MAC
y el rótulo de Academia de Bellas Artes en su frontón
de ingreso a ratos pesa mucho más que la declarada
función “contemporánea”. Para la renovación, el cambio
o la actualización, aún habrá que esperar.
La Panera I 11
Miscelánea
El cuchillo es el utensilio más utilizado
por nuestra especie y sin cuya invención
jamás habríamos conquistado la cadena
alimenticia ni se hubiesen generado
cambios decisivos en nuestra fisonomía.
TECNOLOGÍA
“DE PUNTA”
En 1925, el arqueólogo Howard
Carter encontró dos dagas: una
de hierro y otra con una lámina
de oro, dentro de la envoltura de
la momia de Tutankamón.
En el escritorio de todo calígrafo no podía
faltar la “cortaplumas”, que -como su
nombre lo indica– era una pequeña navaja
utilizada para cortar las plumas de ave.
Navaja multifuncional fabricada en Alemania hacia
1880, Museo Nacional de Historia Americana, Washington DC. (8,89 x 8,89 x 23,49 cm.) Esta maravilla, además de muchos cuchillos y tijeras, incluye lápices, un
espejo, y un mini revólver calibre 22 de cinco disparos.
POR VICTORIA JIMÉNEZ
DESECHABLES ORÍGENES
Hace unos 2,6 millones de años, nuestros parientes homínidos desarrollaron los primeros
utensilios cortantes. Cuando los seres humanos (Homo sapiens) entraron en escena,
emergió una serie de herramientas de última
generación, y el cuchillo llevó la delantera
junto a la necesidad imperiosa del hombre
paleolítico por cortar y desmenuzar la naturaleza para alimentarse, vestirse y abrirse
camino. Estos primeros cuchillos de piedra
se fabricaban a medida que se necesitaban y
luego eran desechados (como las modernas
hojas de afeitar).
Al iniciarse la Edad de Hierro (hace unos
3.500 años), el desarrollo de la minería favoreció el procesamiento y creación de utensilios y
el cuchillo lideró esa carrera tecnológica.
Así, durante un 99,99% del tiempo histórico de la Humanidad, esta herramienta ha
sido una fiel y multifuncional compañera: se
ha usado en los hogares, en el mercado, en la
guerra y en los altares de sacrificio. Se ha empleado para tallar madera, cortar alimentos e,
incluso, para facilitar la higiene personal.
12 I La Panera
Cuchillo de piedra
(4ta dinastía, hacia
2630 a.C. - 2500
a.C.). La pieza
que se muestra
aquí procede de la
zona de El Fayum,
Egipto.
ARMA BLANCA
Junto con los fines prácticos, los cuchillos han
tenido usos icónicos. En Roma antigua, por
ejemplo, era habitual llevar siempre una daga
como símbolo de poder, fuerza, determinación y coraje. Por desgracia, para sus modernos amantes lucir hoy una al cinto sería visto
con suspicacia, pues antes que una herramienta se la considera un arma. En defensa
de este puñal, valga aclarar que los archivos
judiciales revelan que la creatividad humana
puede ser infinita y es posible convertir palas,
taladros, sierras eléctricas y lápices en objetos
tan mortales como las dagas, que tantos mártires han dejado en la historia.
El hallazgo del hierro implicó una gran ventaja tecnológica por sobre las herramientas
anteriores y la coronación material sucedió
cuando el hierro se mezcló con un poco de
ceniza de madera (carbono) y entonces nació
el acero. La capacidad de contar por primera
vez con artefactos de un material tan duro y
flexible, condujo a que éste se convirtiera en el
estándar absoluto para la fabricación de hojas
de cuchillos. Algunos sostienen que el mismo
resplandor “blanco” del acero, condujo a que
se denominara “arma blanca” a las herramientas cortantes –espadas, puñales, navajas–, que
relucían brillantes como las cotas de malla y
arneses caballerescos. Otras fuentes nos ayudan a inferir que todas las armas de punta
y corte pasaron a llamarse así después de la
Edad Media, aludiendo a los objetos que derivaban directamente de las armas “vírgenes”
o “blancas”; aquellas que se mantienen faltas
de bautismo de guerra por parte de los caballeros iniciados.
…Y DE DOBLE FILO
Tal como las dagas, los cuchillos estaban afilados por ambos lados de la hoja, hasta que
el rey Luis XIII, al ver a un comensal mondándose los dientes con uno, decidió tomar
medidas en pro de nuevos y cortesanos modales. Ya en 1630 se prohibió en Francia el
empleo de cuchillos de mesa con punta para
combatir la vulgaridad, evitar cortes y erradicar la limpieza de dientes y uñas durante las
comidas. Si durante la Antigüedad y toda la
Edad Media ese mismo cuchillo de cintura
con el que se destripaba a los enemigos servía
para pelar y llevar los alimentos a la boca, en
el Barroco la costumbre cambió radicalmente, pues emergió el cuchillo de mesa que era
casi idéntico al que hoy conocemos: con una
hoja de acero de un solo filo, punta redonda
y un mango más estilizado. Un cubierto sofisticado y casi inofensivo (que pondría fin a
la vieja costumbre de clavar el cuchillo en las
mesas de las cantinas).
En el siglo XIX, los cuchillos integraban parte de la cubertería que todo hogar de “buen
gusto” poseía. Ya entonces se producían industrialmente en acero o plata, siendo infaltables obsequios matrimoniales hasta muy
avanzado el siglo XX. La cultura culinaria y
el lujo hicieron al hombre olvidar en parte
su capacidad mortal, convirtiéndolos en una
suerte de delicadas espátulas de salón, pero
basta ver colecciones virtuales o físicas para
reencontrarnos con ese cazador-recolector
que hemos sido. Desde los cuchillos más antiguos y rudimentarios, hasta los más lujosos
y ornamentados, estos objetos han sido capaces de aunar nuestra animalidad y sofisticación, pues por un lado fue gracias a ellos que
se potenció nuestro consumo de carne, pero
también gracias a ellos cambió para siempre
nuestra constitución cerebral; nuestros dientes se redondearon y nuestra cavidad bucal se
hizo más pequeña. Homenajear entonces al
cuchillo es rendir tributo a la memoria tecnológica y subrayar su lugar cultural como
verdadera obra del arte de sobrevivir.
Patrimonio
LA PLATERÍA
PUERTA DE ENTRADA A LA
COSMOVISIÓN
MAPUCHE
A partir de una pequeña colección de objetos ornamentales, Jacqueline Domeyko se
embarcó en un viaje que la llevó a reencontrarse con sus antepasados y a descubrir las
huellas que los Mapuche fueron dejando de sus divinidades y de su mundo en cada pieza que
realizaban. Joyas, que antes que un valor económico tienen un valor ritual y ancestral, y que
junto a un grupo de investigadores, artesanos y amantes de esta cultura, se proponen relevar
a su condición de arte desde el espacio Lágrimas de Luna. Un relato que además habla de un
territorio mestizo y pueblos hermanos.
POR PAOLA PINO A.
H
ace 17 años, una pequeña colección de platería mapuche llegó a las manos de Jacqueline Domeyko. Un encuentro que
podría haber sido sólo una experiencia estética más en su
vida, pero que, por el contrario, la llevó a iniciar una búsqueda que la ocupó por completo. Su agenda se llenó de documentos, viajes
y conexiones con las fuentes originales en una travesía en que la platería
operó como el medio para descubrir la cosmovisión de un pueblo arraigado en su territorio, y cuyas expresiones culturales se propuso relevar.
“Me llamó la atención que todas las piezas estaban llenas de símbolos, sólo una no tenía algún ideograma grabado. Entonces empecé a
preguntarme qué sentido tenían”.
La lógica la llevó a bibliotecas y museos, pero ahí sólo encontró
datos relacionados con antigüedad, peso, dimensiones, entre otros,
porque además, como la platería mapuche nunca tuvo una función
utilitaria, la escasa información sólo remitía a una “mirada objetual”.
14 I La Panera
Pero siguió hasta dar con un par de antecedentes claves: “Un ‘pectoral’ podía equivaler a ocho bueyes y, según cronistas como Juan Ignacio
Molina, las mujeres mapuches podían llegar a tener más de 40. Lo
que validó su búsqueda fue preguntarse por la razón de que mujeres
en situación de extrema vulnerabilidad, como la que vivieron en la
guerra de 1882 (en la que perdieron a sus hombres, sus tierras, y no
tenían cómo alimentar a sus hijos), no vendieron aquellas piezas que
equivalían a una riqueza ¿Qué representa un objeto que a pesar de que
tu hijo no tiene qué comer, no lo vendes?”.
Según documentos históricos, las mujeres mapuches sólo entregaron sus piezas de plata a prestamistas judíos y alemanes con la esperanza de recuperarlas en la próxima cosecha. Jacqueline reflexiona:
“En Occidente, lo primero que una mujer se lleva son sus joyas para
venderlas y con ellas reconstruir su destino, porque son entendidas
como una unidad económica. En cambio, las mapuches no las transan,
porque las joyas tienen precio, y la platería mapuche claramente tenía
valor y no precio”.
material representan y conectan con lo mismo, porque el canal de conexión no depende
de su interés económico, sino del relato y, en
el mundo de los símbolos, ese es el verdadero
valor, el intangible”. Jacqueline agrega que en
ningún caso se trata de un arte ornamental,
sino de uno ritual, de un medio para conectarse y dialogar con los ancestros, con las divinidades protectoras, se trata de elementos de
pertenencia y proyección.
LA PÉRDIDA
Para encontrar respuesta a sus preguntas,
recurrió a sus propios antepasados y al libro
de Ignacio Domeyko «Araucanía y sus habitantes: Recuerdos de un viaje hecho en las
provincias meridionales de Chile en los meses de enero y febrero de 1845». En ese diario,
“se cuestiona qué es ser civilizado, si comer
con cubiertos de plata y copas de cristal, o ser
coherente con tu espiritualidad y tu hábitat.
Al término de este viaje, Domeyko le escribió al Gobierno diciéndole que Chile debía
constituirse como una gran nación, ya que en
su diversidad étnica radicaba la riqueza de
nuestra identidad”.
LA RUTA DE 1999
El siguiente paso fue ir a la fuente original
y recorrer el territorio basándose en el mapa
de Domeyko: “No todas las comunidades,
ni todas las puertas que golpeamos nos entregaron información de la misma potencia,
pero cuando no sabes nada, lo básico se vuelve impresionante. Fue un viaje en el que la
platería nos abrió la puerta a la cosmovisión
de un pueblo, a comprender que ese arte representaba la riqueza del Chile ancestral y el
sincretismo de nuestro mestizaje”.
El Mapuche tiene una concepción del
mundo basada en la naturaleza y en sus es-
píritus que desde sus orígenes expresó en palabras y ritos, para luego plasmar en piedra
y telar. Pero con la llegada del español, de la
moneda y del herrero, esta tradición alcanzó
su máximo desarrollo. Eso, a pesar de tener
una economía basada en el trueque, pero bastó un relato para cambiar la historia. Según
el mito, la Luna y el Sol estaban felizmente
casados hasta que el Sol se puso a coquetear
con Venus. Ante los celos de la Luna, el Sol se
enojó y la dejó caer. La Luna, sola y abandonada, comenzó a llorar lágrimas tan ardientes
que se convirtieron en plata, mientras que el
Sol lloró su soledad y su maldad con lágrimas
de oro.
De ahí que cuando los Mapuche se encontraron con las monedas de plata vieron
en ellas las lágrimas de la Luna y, lejos de
asignarles un valor económico, comenzaron
a plasmar en ellas su cosmovisión del mundo: “Es el encuentro de esos dos mundos el
que contiene el relato del Chile ancestral y la
identidad de nuestra raza mestiza”.
Entonces, junto a un grupo de conocedores
y eruditos, entre los que destaca a su maestro,
el médico Raúl Morris von Bennewitz, Jacqueline comenzó a investigar el relato de cada
pieza: “Lo bonito es que, como se trata de un
mundo de divinidades y símbolos, la pieza
más pobre y la pieza más rica en términos de
Lágrimas
de Luna
Nueva Costanera
3110 B, Vitacura.
Lunes a viernes,
de 10:30 a 14:00
y de 16:00 a
19:00 horas.
Sábado, entre
11:00 y 14:00
horas.
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luna.com +562
2 2076173
En su apogeo, los rüxafe u orfebres realizaban más de 500 diseños que no tenían nada
que envidiar a otras culturas americanas dada
su coherencia entre relato y diseño. Pero a
fines del 1800, los historiadores consideran
que el Gobierno mandó a comprar a valor de
saco el 70% de la platería mapuche y la fundió
para convertirla en monedas: “Lo que demostró que para el Gobierno de esa época, la platería mapuche tenía un precio, no un valor”.
Jacqueline estima que se conservaron unos
15 diseños, pero gran parte de ese saber, así
como la excelencia del oficio, se perdió: “La
cultura mapuche se transmite por vía oral,
muchos plateros murieron en la guerra y la
mayoría de las piezas que quedaron fue fundida. Fue el peor escenario para resguardar un
arte”. En ese contexto, los colonos alemanes
jugaron un rol relevante, ya que si bien como
prestamistas habían recibido piezas, muchos
no las entregaron para ser fundidas.
Con este conocimiento nace «Lágrimas de
Luna», un espacio que busca validar el relato
del Chile Ancestral, contribuir a la recuperación de sus diseños, a la vez que generar
oportunidades laborales. La gran fuente es
hoy la Colección Domeyko, que fue abierta
de manera gratuita y ya son doce las familias de artesanos de la región de la Araucanía
y Arauco, quienes –bajo la atenta mirada de
Lágrimas de Luna– están reproduciendo piezas certificadas que conservan la calidad y la
excelencia ancestral. Eso, además de realizar
charlas e incursionar en el trabajo en piedra y,
lentamente, en los telares.
“Los Mapuche nos abrieron todas la puertas. Y así me fui enamorando de un mundo
de una riqueza infinita, que te permite comprender una dimensión más grande del ser
chileno. No es lo mismo sentirte hija de un
territorio ancestral, dueño de una sabiduría
profunda, que ser hija de un país con apenas
200 años. Yo, al menos, vengo de un territorio
milenario. Es un abrazo profundo a toda la
riqueza de nuestro ser mestizo, porque desde
el momento en que todos convivimos en un
mismo territorio, somos mestizos, por ende,
el abrazo más importante es aquel para con
uno mismo, con ese uno entero integrado y
conciliado. ¡Ese es el homenaje a nuestra memoria ancestral!”.
“Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo”, Jaime Sabines (1926-1999), escritor mexicano.
La Panera I 15
Cine
POR VERA-MEIGGS
D
ando claros indicios de su próxima locura, Norma Desmond, interpretada muy cercanamente por
Gloria Swanson, decía: “Las estrellas no tienen edad”. Ocurría en «Sunset boulevard» (1950), espléndido melodrama de la
decadencia de cierto Hollywood que el vienés
Billy Wilder dirigió con filuda mordacidad.
Por lo menos dos estrellas del período siguiente al de Norma parecen haberle hecho
caso y el presente año asiste a sus asombrosos
centenarios. Ambas son la confirmación de
que Hollywood logra mantenerse en la cúspide de la fabricación de sueños humanos, pero
eso no significa que sean los bellos y famosos
los que la llevan, como se dice en Renca. A
veces ha sido la presencia, el carácter, la inteligencia emocional lo más importante. Nunca
ha sido la oficina de prensa, las necesidades
de un estudio o una estrategia mercantil la
que ha estado tras la creación de una estrella.
Ha sido la necesidad de la masa. Son el resultado de una proyección colectiva, una democracia de lo divino. Los ídolos son finalmente
el resultado de una votación popular.
Ni Olivia de Havilland ni su colega Kirk
Douglas podrían haber ganado nunca un
concurso de belleza y sin embargo alcanzaron
un status importante por ser la viva encarnación de una tipología humana en la que nos
podíamos ver representados. Actores fueron
antes que estrellas.
SED DE FILMAR
Douglas debutó en 1946 en «El extraño
amor de Marta Ivers», un melodrama oscuro
en que hacía de marido de Barbara Stanwyck,
16 I La Panera
CENTENARIO
Olivia de Havilland y Kirk
Douglas celebran sus cien
años en buena salud.
Kirk Douglas
en «Espartaco»
(1960) y
«Senderos de
Gloria» (1957),
dirigidas por
Stanley Kubrick.
DE ESTRELLAS
y en el que logró dar una cierta simpatía a un
personaje desagradable, lo que marcaría sus
futuras actuaciones. Su rostro duro, anguloso,
su mandíbula, su sonrisa cínica y glacial, una
mirada que parecía siempre ocultar algo y un
aire de fanfarronería permanente, se repetiría
con pocas variaciones en sus trabajos siguientes. Y ahí habría quedado haciendo roles de
composición o carácter si no hubieran existido por su parte ambiciones mayores en el terreno de la actuación. Él se había pagado sus
estudios dramáticos haciendo de luchador y
había debutado exitosamente en teatro antes
de ser enganchado para su primera película.
A las características anteriores rápidamente
se suman ciertas tendencias muy propias de
la post-guerra: neurosis, violencia, autodestrucción, tentaciones y desafíos y un cierto
vértigo vital que le enreda las opciones que
debe tomar. El personaje se empieza a hacer
más complejo, no por ello más atractivo. Pero
su marcado individualismo y al mismo tiempo su vulnerabilidad terminan por equilibrar
los ingredientes necesarios como para llegar
a roles protagónicos de envergadura. La perplejidad moral que deja asomar es fiel reflejo
de unos valores sociales que atormentan la
época del macarthismo y a los ex soldados
que (como él mismo) de vuelta al hogar, lo
han encontrado intacto en lo material, pero
profundamente descompuesto en lo interno.
De 1949 es su consagración en «El ídolo
de barro», de Mark Robson, la historia de un
boxeador con más de algún elemento autobiográfico, que le vale la primera de tres candidaturas al Oscar. A partir de ahí, Douglas
está completo como personalidad cinematográfica y su carrera le ofrecerá numerosas
variaciones sobre el mismo tema.
Una máscara de oportunismo y abyecta ambición exhibiría en «El gran carnaval»
(1951), de Billy Wilder, en la que parece no
tener límites para sus apetitos monetarios. Lo
interesante ocurre cuando se asoma al hoyo
KOBAL / THE PICTURE DESK
KOBAL / THE PICTURE DESK
en que un hombre está atrapado y al que hace
creer que es su amigo y que lo va a rescatar.
Aquí las miradas de Douglas son puro oro
expresivo, ya que sabe perfectamente que
mantendrá al hombre prisionero mientras lo
pueda explotar como noticia exclusiva, pero
no deja de sentir compasión y culpa al mismo
tiempo.
Violento y decidido, su personaje jamás fue
muy matizado y no admitía bien la pausa y la
sugerencia. Lo suyo era físico más que sicológico y, sin embargo, su Van Gogh ha sido probablemente el punto más alto de su carrera
como actor. «Sed de vivir» (1956), de Vincente Minelli, lo colocó frente a un mito cultural al que físicamente se le parecía, pero cuya
genial irregularidad emocional podía parecer
muy lejana. Douglas se dio una cultura sobre
el personaje y sobre su ambiente que le permitieron ir más lejos de lo que nunca había
ido en fuerza interpretativa. Su Van Gogh es
difícilmente igualable en energía y tensión
neurótica, sólo comparable con el espléndido
Gauguin que hiciera Anthony Quinn en la
misma película.
Después de este filme ya no sería candidato al Oscar, pero quedarían aún grandes
momentos como el militar defensor de los
soldados acusados de cobardía de «Senderos
de gloria», de Stanley Kubrick (1957), al que
Reinhardt. Ella dijo que fue su sueño de verano, literalmente. En poco tiempo la dulce
Olivia ya estaba contratada por la Warner y le
pusieron de pareja al joven Errol Flynn con el
que haría varias películas exitosas. En todas,
Olivia esperaba románticamente que Errol
acabara con los malos para volver a ella que,
pacientemente, le entregaba una azucarada sonrisa
AMBOS SON LA CONFIRMACIÓN
de triunfo. Algún toque de
malicia creaba las variacioDE QUE HOLLYWOOD LOGRA
nes, escasas, que se le perMANTENERSE EN LA CÚSPIDE DE
mitían en aquellos años.
LA FABRICACIÓN DE SUEÑOS
Afortunadamente
fue
sacando sus escondidas
HUMANOS, PERO ESO NO
uñitas para enfrentarse a
SIGNIFICA QUE SEAN LOS BELLOS
las rivales. La más poderosa de todas en su primera
Y FAMOSOS LOS “QUE LA LLEVAN”.
etapa fue la temible Bette
Davis encarnando a la tremenda Isabel I enamorada de Errol Flynn en
«Elizabeth y Essex» (1937), de Michael Curtis. Prestada por la Warner a la Metro para
hacer su papel más emblemático, el de Melanie en «Lo que el viento se llevó», de Victor
Fleming, en el que ella era la contrapartida de
la tempestuosa Scarlet O’Hara: otra vez una
dulce y tierna mujercita fiel y enamorada, en
esta ocasión de Leslie Howard. Olivia empezó a perder la paciencia y sacó definitivamente las uñas: en 1943 le hizo causa a la Warner
por encasillarla y no sólo la ganó, además se
dictó una ley todavía vigente en el estado de
California y que lleva su nombre.
El año anterior había sido candidata al Oscar junto a Joan Fontaine, su hermana odiada
favorita, quien fue la vencedora. La enemistad entre ambas se volvería legendaria. Pero
luego impondría como director de «Esparta- 1 y 2. Olivia de
llegaría el desquite con «La heredera» (1949),
co» (1960), su más ambicioso proyecto como Havilland en
de William Wyler, el que supo sacar chispas
«Elizabeth y Esproductor.
de la tipología clásica de Olivia, respetando
En los 60 dirigiría un par de películas de sex» junto a Bette
su sonrisita y cierta limitación de su sensuaescaso vuelo y tendería a repetir el registro Davis,
lidad. La hizo enamorarse de Montgomery
que más éxito le había dado. Activo hasta e interpretando
Clift, luchar por él, verse abandonada y transmuy anciano, le tocó asistir al triunfo en el a Melanie en «Lo
formarse finalmente en una hembra herida,
Oscar de su hijo Michael como mejor actor. que el viento se
amargada y vengadora. Fue su cenit: ganó el
Le preguntaron si no sentía celos por tal si- llevó».
Oscar y finalmente la fama como actriz dratuación y él respondió: “No. Es lógico que sea 3. Kirk Douglas en mática de amplio registro.
así, es que yo no tuve un padre como el que «El gran carnaval».
La segunda parte de la carrera de Olivia
4. Olivia de
tuvo él”.
exhibiría a menudo garras. Intentando olviHavilland ganó
dar su primera época, la actriz buscó y obtuvo
OLIVIA, LA FIEL
el Oscar por su
papeles dramáticos y tenebrosos en los que
actuación en «La
pudo exponer toda la gama de oscuras paOlivia de Havilland debutó como la dulce heredera» (1949). siones que había ocultado por tanto tiempo
ingenua niña buena que espera en casa el rey logró mantenerse vigente por mucho más
greso de un hombre a menudo ausente por la
tiempo que su hermana. Cuando ésta murió
guerra. Su sonrisa suave, delicada y su mirada
hace un par de años, su comentario fue elosincera y afectuosa corrieron rápido peligro
cuente: «Lo hizo para llamar la atención».
de transformarla en la tonta de la película. Su
Resulta curioso pensar que en «Lo que el
debut en teatro fue a lo grande: hizo de Herviento se llevó» su personaje era el único que
minia en «Sueño de una noche de verano»,
fallecía durante el relato y que hoy la centedirigida por Max Reinhardt en Hollywood,
naria Olivia de Havilland sea la única viva de
que se filmaría al año siguiente con el mismo
ese reparto mítico.
La Panera I 17
ANDRES BARRIENTOS / KOBAL / THE PICTURE DESK
Cine
POR VERA-MEIGGS
C
omo ocurrió con Chile y la candidatura al Oscar de «No», la película que este
año tuvo a Colombia entre los países de
la quina finalista a la Mejor Película Extranjera obliga a revisar lo que sucede en una cinematografía nacional capaz de producir una obra
de reconocimiento mundial. Colombia ha dado que
hablar internacionalmente desde hace unos veinte
años. Nombres como los de Sergio Cabrera («La
estrategia del caracol»), Víctor Gaviria («La vendedora de rosas»), Lisandro Duque («Los niños invisibles»), o Jaime Osorio («Confesión a Laura») han
circulado en importantes circuitos de festivales. Por
lo que el más joven Ciro Guerra (1981) ya tenía
el camino medianamente pavimentado para llegar
aún más lejos. Y es lo que ha buscado hacer desde
que debutara en el cortometraje y sorprendiera a la
crítica con su opera prima.
LA MADURACIÓN DE
CIRO GUERRA
El de Colombia es cine ya digno de la rica tradición
cultural de un país atormentado por sí mismo, verde
como una esmeralda, lleno de mariposas y de música
pegajosa como el clima.
ARCHIVES DU 7EME ART / PHOTO12
«La sombra del caminante» (2004)
18 I La Panera
Se entiende al verla que su
joven autor haya llamado la
atención de la crítica más
que la del público. Un relato
con dos personajes extraños,
patéticos e interiormente
quebrados no puede prometer
mucha amenidad. Que además
sumen miserias y tristezas a sus dobladas espaldas
no ayuda a la seducción, pero a pesar de ello la
película se sostiene por la fuerza de lo que no se
dice y por la originalidad de su propuesta inicial.
Un hombre frágil y miserable, que además es cojo
y está con muchos meses de arriendo atrasado
por falta de un trabajo, encuentra a otro que
se gana algún dinero en forma bastante insólita:
carga a sus espaldas una silla en la que transporta
ocasionales pasajeros. Establecen relaciones de
mutua ayuda para ir descubriendo los recuerdos
trágicos que cada uno arrastra y que los tiene en
la situación en que se encuentran. Que en todo
ello se presente además el drama bélico del país
permite anticipar, quizás con demasiada facilidad,
que las historias de ambos están entrelazadas.
Filmada en general con prudente sobriedad en las
calles de Bogotá y en un blanco y negro de sabor
documental, la película se resiente por la escasa
sutileza de sus actuaciones, problema habitual en
el cine del país, lo que merma verosimilitud al conjunto. Pero posee un cierto delirio poético que la
eleva por sobre el realismo básico de su anécdota
peculiar, permitiéndole llegar a una conclusión melancólica y desesperanzada. Ripios de una juventud
fácilmente superables si se cuenta con un ojo a
menudo certero en descubrir el delirio latente en
la realidad narrada.
«Los viajes del viento» (2009)
que lo hacen revivir.
Lacónico y parco de gestos, con la mirada casi siempre
oculta por un sombrero, el personaje acepta cualquier
cosa que se pueda decir de él, aumentando el misterio de su conducta. El muchacho, por su parte, tiene el
don del tambor y es tan porfiado como el maestro y
ambos terminan coexistiendo a patadas con el mutuo
afecto que el viaje ha terminado por imponer.
La película se toma su tiempo para narrar y a menudo
lo hace en demasía, como si la longitud de los planos
añadiera significados adicionales a lo que vemos, lo
que no siempre ocurre. Que el paisaje proponga bellísimos efectos lumínicos no es raro en un continente
como el nuestro, en el que la naturaleza prevalece
sobre nuestra voluntad de domarla. Pero son los
momentos musicales los puntos fuertes del relato,
especialmente el duelo de acordeones, rítmico desafío
en versos como los que son posibles de ver también
en el ‘canto a lo poeta’ de nuestra tradición campesina.
A veces tiende a ganar el esteticismo sobre la narración. En un duelo a machetazos sobre un puente,
al que el acordeonista debe asistir con su música,
la cámara se engolosina con reflejos en el agua y
encuadres plásticos, como si de publicidad turística
se tratara, sin que ello sirva más que para adornar la
violencia de la escena. Pero, en general, prevalece el
limpio efecto narrativo.
La ambigüedad que empapa lo real ha hecho la gloria
de la literatura de Gabriel García Márquez. Con escaso rigor se le adjudicó a «La sombra del caminante»
una supuesta filiación al realismo mágico. Aquí, la etiqueta, con lo que tiene de reductivo, queda más cerca
de describir el tono real-maravilloso de la película.
acceder a sus poderes. Los relatos se entrecruzan
para reforzar la idea del retorno a los orígenes como
forma de enfrentar el futuro. Ambos se dividen en
capítulos casi cerrados que ofrecen distintos aspectos de la cultura de los pueblos amazónicos y la
amenaza que significa la presencia de los blancos. Un
episodio aparece en los dos tiempos del relato para
describir la total locura que en tal clima produce la
religión católica mal asimilada por sus sometidos y
obligados feligreses. En el primero vemos una misión
en que un fraile solitario intenta adoctrinar a niños
indígenas que tienen prohibido hablar en su propia
lengua y a los que defiende de los explotadores del
caucho, pero al mismo tiempo los castiga cruelmente
si se dejan llevar por sus costumbres ancestrales. En
la segunda, la misión ha degenerado en una secta
dirigida por un mesías pedófilo enloquecido, que
habla una mezcla de latín y español y que ve en los
exploradores a los Reyes Magos.
Rica en observaciones del comportamiento, en
alusiones históricas y culturales, la película marca sin
duda la madurez de su autor. Ya no existen ripios que
entraben la fluidez del relato, ni digresiones formales
o actuaciones poco convincentes. Aquí todo concuerda y eso eleva la sugestión a un nivel mayor que en
las películas anteriores, pero es también porque el
inteligente guión sabe aludir y eludir con equilibrio lo
que es representable y lo que no. Quizás por eso está
filmada en blanco y negro, lo que casi no se nota hasta
que una secuencia breve en color nos recuerda el
hecho. A partir de ahí es fácil ver varias analogías con
«2001: Odisea del espacio», pero ambientada en la
jungla amazónica.
Después de su candidatura al Oscar 2016, la cinta ha
ganado recientemente el premio Platino a la mejor
película latinoamericana.
ANDRES BARRIENTOS / KOBAL / THE PICTURE DESK
Otra historia plena de particularidades, pero en este caso el folclore
parece haber dictado casi todo lo
que Ciro Guerra filmó con notable
preciosismo cinematográfico y con
bastante más enjundia emocional.
Un intérprete de acordeón
que –ignoramos la razón– ya no
quiere saber más del instrumento, decide subirse a un
burro y devolver el aparato a su maestro. Sólo que
éste vive a considerable distancia y el viaje se ve de
muy improbable realización. A él se suma un muchacho que sabedor del talento inigualable del hombre
quisiera saber el secreto de su arte. La película narra
este difícil transcurso hacia un destino que más parece
del otro mundo que de éste. De hecho, las alusiones y
sugerencias que lo que vemos es una imagen simbólica abundan. Se cuenta que el acordeonista recibió el
don del diablo y efectivamente el acordeón tiene dos
vistosos cachos en su parte delantera. En un momento, el protagonista deseando morir despierta y está en
un paisaje blanco y rodeado de hombres vestidos de
blanco, pero se trata de una de las etnias de la zona
«El abrazo de la serpiente» (2015)
Entre «La Odisea» y «Los pasos
perdidos» está la cosa. Nobles
materiales narrativos en los que
la naturaleza manda y el hombre
occidental apenas tiene margen de
acción, pero a menudo ese margen
le ha bastado para destruir lo que
diez mil años construyeron.
«El abrazo de la serpiente» está basado en los
diarios de observación de dos exploradores blancos
de la época del caucho y que recorrieron la misma
jungla con cuarenta años de distancia el uno del
otro. Lo que los relaciona es el chamán de una tribu
a punto de desaparecer por obra de la codicia de
los blancos. En ambos casos está la búsqueda de
una misma planta rara, cuyas flores tienen poderes
de sanación y de expansión de conciencia tales que
requieren muchas pruebas y preparaciones para
“El cine tiene que producir sosiego”, Azorín (1873-1967), escritor español.
La Panera I 19
Música
FRANK MICELOTTA / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / GETTY IMAGES/AFP
NEVERMIND
POR JUAN JOSÉ SANTOS M.
U
na imagen de San Kurt Cobain, patrono del Grunge, en un altar. Vistiendo su
cárdigan verde (ese que se ha vendido
recientemente por 137.500 euros), con
su camiseta con mensaje (“Corporate magazines still
suck”) y sus agujereados jeans. ¿Pero qué lleva como
atributo de martirio?
Una jeringa (por la sobredosis de heroína) y una
escopeta (por el disparo en la cabeza). Sí, está claro. Lo que aún permanece en duda es… Quién
introdujo la aguja en su antebrazo, y quién apretó
el gatillo. Se cumplen 22 años sin el cantante de
Nirvana. Uno de sus atributos de mártir, la escopeta, está de actualidad: la policía de Seattle acaba de
publicar fotos del arma con el que Kurt se suicidó.
Francis Bean, su hija, se acaba de divorciar. ¡Cada
día aparece una noticia nueva! ¡22 años después de
su muerte!
Kurt Cobain (1967-1994) es un mártir posmoderno. No murió y luego fue canonizado, como
Dios manda, sino que primero tuvo un proceso de
canonización, y después, en circunstancias controvertidas, falleció. No quiso tener éxito, pero sí que
sus canciones se escucharan. Es decir, no fama,
20 I La Panera
aunque sí reconocimiento. Llevaba lentes de sol incluso en interiores, cantaba frente a la pared o de
espaldas al público, iba despeinado, con su flequillo ocultándole la cara, mal vestido, desganado. Lo
habría tenido más complicado en el 2015, frente al
exhibicionismo de Justin Bieber o de Miley Cyrus,
en la era de la selfie en el baño y del Facebook. Era
honestamente rebelde, o al menos eso se desliza de
las entrevistas que le realizaban, y de las letras de sus
canciones. Eso sí, la suya era una revolución apática.
Una reivindicación sin valores, una rabia sin sentido. Representaba, aun a su pesar, a una generación
que lo tenía todo, dinero, educación, seguridad. Y
él quería destrozarlo todo. Nirvana, su grupo, no
quería cambiar el mundo. Simplemente quería expresarse. Finalmente lo que sucedió es que su expresión se diluyó, y acabaron cambiando el mundo.
Todo empezó, y finalizó, en 1991. Nirvana publica
«Nevermind» (30 millones de copias vendidas). El
Grunge se hace mainstream. El rock alternativo,
en la MTV. Si usted tiene alrededor de 40 años no
hace falta que le hable de la portada de «Smells like
teen spirit» o de cómo ese disco marcó a una generación a nivel planetario. De cómo modificó la mane-
JASON MERRITT / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP
Frances Bean Cobain (hija del músico)
junto a Courtney Love asisten al estreno
de la serie de la cadena HBO «Kurt Cobain: Montage de Heck», en el Egyptian
Theatre de Hollywood, Los Angeles,
California, el 21 de abril de 2015.
ra de vestir, e incluso de actuar. De cómo influyó a la
escena musical de los noventa. De cómo el Grunge
fue el último gran movimiento musical.
Tres años más tarde, en la cumbre de su fama, Kurt
Cobain se suicida. Deja una nota de despedida. Entre otras cosas, escribe: “Cuando se apagan las luces
antes del concierto y se oyen los gritos del público,
a mí no me afectan como le afectaban a Freddie
Mercury, a quien parecía encantarle que el público
le amase y adorase”. Se inyecta heroína y se dispara con una escopeta. Más de veinte años después, se
estrena el documental «Soaked in bleach» (Benjamin
Statler, 2015), el último cartucho para la teoría de
la conspiración. Aquella que dice que Cobain no se
suicidó, sino que fue asesinado. Y que la sombra que
hay detrás del homicidio es… la de su mujer.
ÚLTIMO CARTUCHO
Courtney Love disfruta del mayor éxito de su
carrera, el disco «Live through this», que se publicó
una semana después de la muerte de Kurt Cobain.
Se encuentra con Hole, su grupo, en el escenario,
en Pittsburgh. Un espectador lanza algo a los pies
Grant, tres veces la cantidad letal, 1,52 mg por litro,
dato que, no lo dice, pero lo obtuvo de un medio de
prensa local), la nota de suicidio (se encontró en el
bolso de Courtney Love una hoja con letras en las que
se intentaba imitar la forma de escribir de Cobain, y
se contrastó con la nota de suicidio: coinciden), y el
cartucho. Según la postura y posición del cadáver, el
cartucho debería estar en el lado contrario al que apareció. Alguien cambió de lugar el cartucho. Es innega-
de la vocalista. Love no se lo puede creer. Es un
cartucho de una escopeta. Rompe a llorar en me- ble (porque aquí no hay interpretación, se escuchan
dio del concierto y abandona la actuación. Se ha las grabaciones reales) que la actitud de Courtney
convertido en la Yoko Ono de Nirvana. Todos la Love fue ilógica, insensible e incongruente. Y que
culpan de la muerte de su marido. La rubia ambi- tenía dos motivos para ver a su marido muerto: la
ciosa, la manipuladora, la envidiosa Courtney Love. fortuna que iba a perder si se ejecutaba el divorcio,
El documental «Soaked in bleach» –que más parece y la fortuna que iba a ganar gracias a la publicidad
una mala versión del programa «Crímenes sin re- en los medios, con un disco a una semana de llegar
solver»– siembra más dudas que certezas. Aunque a las tiendas. Pero el caso se cerró (el mismo día
la balanza se inclina claramente a favor de la teo- en que fue encontrado el cadáver, sin una investigación mínima), la escopeta,
ría conspiratoria. Es muy
destruida, al igual que la
complicado seguir los turestancia en la que tuvo
bulentos acontecimientos
lugar el suicidio (ambas
que tuvieron lugar los días
decisiones ordenadas por
precedentes a la muerCourtney Love). Tamte del músico. Courtney
poco hay dudas de lo que
Love y Kurt Cobain esocurrió después: Love
taban en un proceso de
es hoy una millonaria en
separación. Cobain había
dinero, y en operaciones
solicitado el divorcio y,
quirúrgicas.
por lo tanto, la anulación
del acuerdo prenupcial
RENUNCIO
que tenían. Lo hizo días
“A NADIE PARECE IMPORTARLE.
antes de atiborrarse con
DESGRACIADAMENTE, LOS HECHOS
Renuncio a seguir anaun cóctel de champán y
IMPORTAN MUY POCO AQUÍ; LO
Rohypnol (nombre comerlizando cada gesto y detacial del flunitrazepam) que
lle del documental. Nadie
QUE IMPORTA ES LO QUE ‘CREE’ LA
le mandó a un hospital en
sabrá nunca la verdad. Y
GENTE”. PORQUE SÍ, EL GRUNGE ES
Roma. Love permanecía
me entrego al visionado de
en Seattle. Cobain ingresó
otro documental acerca de
UNA RELIGIÓN, Y KURT COBAIN, SU
en una clínica para rehabila figura de Kurt Cobain
MUGRIENTO SANTO.
litarse, de la que se escapó
estrenado el año pasado.
para volar a Seattle. Aun«Kurt Cobain: Montage
que Love sabía en todo
de Heck» (Brett Morgen,
momento dónde estaba su marido, acudió a una comi- 2015), que tiene una diferencia radical con respecsaría para presentar una denuncia por persona desapa- to al anterior producto. Éste ha sido iniciativa de
recida (firmando con el nombre de la madre de Co- Courtney Love. En él, obviamente, no se habla de
bain), y contrató a un detective privado para buscarle. posibles asesinatos, sino de la frágil y depresiva figura
Tom Grant. El hombre clave.
del cantante de Nirvana. Enseguida han aparecido
Lo es para el documental, que decide contar la his- descontentos. Como Buzz Osborne, fundador de
toria a través de este detective, que, confundido por The Melvins, la banda “colega” de Nirvana y amigo
la actitud y las decisiones de su cliente, decide pasar personal de Kurt Cobain. Acerca de la manipulación
de investigar a Cobain a sospechar de las intenciones biográfica instigada por Courtney Love, Osborne
de Love. Graba cada conversación con ella y así, en afirmó: “A nadie parece importarle. Desgraciada«Soaked in bleach», podemos escuchar la voz de Court- mente, los hechos importan muy poco aquí; lo que
ney Love dudando, mintiendo, y pensando más en la importa es lo que ‘cree’ la gente”. Porque sí, el Grunge
promoción de su cercano álbum que en la salud de es una religión, y Kurt Cobain, su mugriento santo.
su errática pareja. Varias pruebas demuestran –según
“No me puedes despedir. Renuncio”. Es lo que
Tom Grant– que Kurt Cobain no se suicidó, sino que escribió en su nota de suicidio uno de los 68 jóvefue asesinado. Las más evidentes: la imposibilidad de nes que, imitando a Cobain, se han suicidado desde
poder agarrar una escopeta y dispararla con la canti- 1994. Es una frase sacada de una canción de Nirvadad de heroína que Cobain se había inyectado (según na: «Scentless apprentice».
“No soy una mujer, soy una fuerza de la naturaleza”, Courtney Love (1964).
La Panera I 21
Música
Y EL LUNÁTICO SIGUIÓ SONRIENDO
ECOS DE SYD BARRETT
A diez años de la muerte del genio loco que
fundó Pink Floyd, revisamos momentos de su
vida en fragmentos. El legado imborrable de
un explorador del sonido.
POR ANDRÉS NAZARALA R.
A
Uno
lgún bar de Valparaíso, en algún
momento de 1998. El foco infrarrojo de masajes de mi madre en el
centro del escenario como un sol
psicodélico. Cinco adolescentes interpretando, con la postura de científicos en medio de
un laboratorio, una versión libre y extendida
de «Interestellar overdrive». Lo que no podemos hacer en vivo, por falta de un sonidista
propio, es replicar ese efecto final que fascinó
a los fans de Pink Floyd en 1967: el inquieto
paneo de un parlante a otro para reproducir
acaso los efectos de las drogas alucinógenas.
Ese día, en una de las salas de los estudios
Abbey Road, el sonido adquirió la dinámica
de un pájaro que sobrevuela las cabezas sin
encontrar un nido. Esta noche, en Valparaíso,
el estruendo es más bien metálico.
Nadie recuerda ya a Líbido Andrónico, la
banda que integré junto a un grupo de amigos
en los 90 en la Quinta Región, y los registros
de nuestro paso por el mundo no son más que
piezas de arqueología devaluada. Los casetes
que grabamos se perdieron en nuestras habitaciones de adolescencia y, en el mejor de los
casos, hoy se pudren dentro de cajas embaladas. Pero quedan los recuerdos (muchas veces
mejorados gracias al aderezo de la fantasía) y
dos frases pertenecientes a Mauricio, nuestro
único fan, un tipo que comenzó a seguirnos
como si fuésemos una sociedad de chamanes:
“Por suerte que estaban las ventanas cerradas
porque si no hubiésemos salido volando” (la
lanzó como elogio después de una tocata) y
“el mundo no está preparado para ustedes”.
Pero, siendo fiel a la verdad, no habíamos
descubierto la pólvora ni tampoco pretendíamos hacerlo. Tocábamos libremente, metíamos ruido, hablábamos pretenciosamente
de la “expansión de la conciencia” y nos sentíamos solos en una escena musical que no
ofrecía grandes sorpresas, pero estábamos
profundamente anclados al pasado. Sí, porque de alguna manera seguíamos la parábola
de Syd Barrett (1946-2006).
22 I La Panera
Dos
Mientras abrazábamos la psicodelia en algún bar
decadente de Valparaíso, Barrett seguía refugiado
en la casa de su madre, en Cambridge. Dos años
antes, había sido inducido al Rock & Roll Hall of
Fame pero, como era de esperar, no llegó. Como en
un cruel experimento, los organizadores apelaban al
reconocimiento para sacarlo de su ostracismo, viendo si los laureles eran capaces de terminar con una
situación mental que no estaba del todo clara. No
se sabía si Barrett era esquizofrénico o si simplemente había tenido un colapso nervioso motivado
por el consumo de LSD. Conversar con Syd era la
fantasía de fans y periodistas que llegaban hasta su
casa buscando un instante de gloria. En esa época
en que nos conectábamos a internet a través de un
teléfono, ya circulaban fotografías que lo mostraban
gordo y calvo, como un señor de pueblo que sale
diariamente a comprar el pan.
La culpa del peregrinaje masivo la tuvo su talento
pero también Dan Treacy, líder de la banda post punk
The Television Personalities, quien reveló la dirección
del ídolo en uno de sus shows. Muchos la memorizaron.
En 1996, su hermana Rosemary Breen ofreció un
testimonio esclarecedor en el libro «A Fish out of Water», de Luca Ferrari y Annie Marie Roulin. Contó que Syd llevaba una vida tranquila, dedicada a la
pintura y a la jardinería, y que su sueño era tener un
reproductor de CD. Sí, estaba en la ruina financiera.
Según ella, Roger Waters y David Gilmour le habían hecho firmar un contrato según el cual dejaría
de recibir dinero por las ventas de «The piper at the
gates of dawn», el único disco que grabó junto a Pink
Floyd. Syd accedió solamente para desligarse de esos
rufianes que hasta el día de hoy lo homenajean en
escenarios gigantescos con canciones como «Shine on
you crazy diamond» y «Wish you were here».
Cuatro
Si en las primeras sesiones experimentales de
Pink Floyd en el club UFO Barrett nos enseñó el
valor de la libertad sin límites, luego nos mostró el
poder imperecedero de las buenas canciones. Su
ex banda estaba empeñada en depurar el arte de la
construcción de pasajes sonoros cuando, en 1969,
Syd entró a los estudios EMI para grabar un puñado de composiciones desnudas, interpretadas únicamente con una guitarra acústica. No fue pensado
así desde un comienzo, pero se tomó la decisión
luego de que los músicos de apoyo no pudieran seguir sus caprichosos cambios de acordes y ritmos.
A algunas canciones se les agregó posteriormente
baterías, guitarras y bajos. Pero no fue fácil.
El resultado de esos soliloquios musicales son
«The madcap laughs» y «Barrett», álbumes íntimos
y testimoniales que probaron la posibilidad de una
música esencialmente inglesa que se alimenta de
fábulas infantiles, imaginería victoriana, poesía naïf
y el buen uso de la lengua. Esas canciones tendrían
una fuerte influencia en la obra de David Bowie.
Con esos discos, Syd se distanciaría también del
rock sinfónico que cultivaría Pink Floyd tras su
partida. La simpleza de sus composiciones estaba
más cerca del folk psicodélico o de la visceralidad
del punk. Las interpretó solamente una vez en vivo.
Fue el 6 de junio de 1970 en el Olympia Exhibition
Hall, de Londres. Después del cuarto tema, el trovador oscuro abandonó el escenario.
Cinco
Tres
En 1968, Syd Barrett visitó al célebre anti-psiquiatra escocés RD
Laing. En la cita médica aceptó someterse a un tratamiento, pero
cuando llegó el día no quiso salir de su departamento. Pasaba por
su peor momento. Si meses atrás era un tipo radiante, ahora estaba
deprimido, introvertido, incoherente, con la mirada vacía (“como dos
agujeros en el cielo”, poetizaría Waters más tarde). El resto de Pink
Floyd no sabía bien qué hacer. En un show en San Francisco, desafinó
su guitarra en plena actuación; en otras ocasiones se quedaba pegado
en un solo acorde o simplemente contemplaba a la audiencia con sus
brazos en descanso. El animador televisivo Pat Boone quedó helado
cuando le hizo una pregunta al aire y el músico lo observó en silencio. El crítico de rock Nick Kent experimentó una sensación similar
cuando Barrett apareció sobre el escenario completamente desorientado y con el cabello repleto de gel. El periodista se percató de que las
sustancias blancas que se deslizaban por su cabeza eran anfetaminas
molidas.
Pero uno de los instantes más intrigantes, y fundamentales dentro
de la ruptura entre Barrett y Pink Floyd, fue cuando les presentó a sus
colegas una nueva canción llamada «Have you got it yet?» (¿No la tienes
aún?”). Hizo que la banda la aprendiera pero cada vez que la tocaban
Syd cambiaba los acordes arbitrariamente. Estuvieron horas tratando
de entender la estructura del tema. Al final del día, Waters sintió que
les había tomado el pelo. El diamante loco había cobrado su venganza.
Syd Barrett murió a los 60 años, el 7 de julio de
2006, debido a complicaciones con la diabetes. Los
integrantes de Pink Floyd ofrecieron entrevistas en
todos los medios y las revistas llevaron imágenes
del rey de la psicodelia en sus portadas. Los fans
no dudaron en instalarse afuera de la casa de Cambridge, la que fue vendida a una pareja francesa ese
mismo año.Una frase de su canción «Dark Globe»
quedó como gesto emblemático de su partida: “¿No
me extrañarás? ¿No me extrañas en lo absoluto?”.
En la pantalla
«Tonight let’s all make love in
London» (1967)
El documentalista Peter
Whitehead usa un fragmento de Allen Ginsberg como
título de este valioso registro
del Swinging London. Vemos a
Pink Floyd presentándose en
el happening The 14 Hour
Technicolor Dream, mientras
John Lennon, Yoko Ono, Mick
Jagger y Julie Christie deambulan por el lugar. El futuro
brillaba.
«Syd Barrett’s First Trip»
Una rareza sensacionalista
editada en DVD. Una grabación, realizada por un amigo,
que registra el día en que el
músico probó hongos alucinógenos por primera vez.
Seis
Una de mis escenas favoritas dentro de la mitología Barrett es cuando una banda de perfectos
oportunistas le pidió que los acompañara sobre un
escenario londinense en los 70. Syd aceptó, pero,
mientras rasgueaba su guitarra, tuvo una iluminación. Dejó su Telecaster en el suelo, bajó del escenario, se subió a un taxi y se dirigió a la casa de su
madre en Cambridge, donde pasaría el resto de su
vida. Esa noche, Syd durmió en su antigua pieza.
No volvió a pisar Londres. Entendió que el antídoto del rock podía ser el regreso a los orígenes, el reencuentro con el profundo bienestar de la placenta.
Como exclama en la canción «Feel»: “Oh, estoy tan
solo / Quiero irme a casa”.
«The Pink Floyd and Syd
Barrett Story» (2001)
Documental de la BBC que
aborda la historia del músico. Incluye testimonios de
amigos y de los miembros
de Pink Floyd. La hermana
de Syd contó que él lo
vio cuando se emitió por
televisión y que lo encontró
“demasiado ruidoso”.
“Nuestro objetivo era salvar el planeta y alterar la conciencia humana. Eso llevará mucho tiempo, si llega a pasar”, Allen Ginsberg (1926-1997).
La Panera I 23
Música
“ME MIRO COMO
UN EDIFICIO
DEMOLIDO”
Javier Barría abandonó el pulso imparable
del pop para instalar en su disco «Estación
Pirque» un sonido abstracto y continuo. Uno
de los mayores nombres de la música de
nuestros tiempos se da espacio para recordar,
aunque debería decir espacio para olvidar.
POR ANTONIO VOLAND
24 I La Panera
“Un día apareció
la foto de esa
antigua terminal
de trenes y fue
como un signo.
Se convirtió en un
motor creativo”,
sorprende Javier
Barría.
PABLO MONTT
A
menudo referenciado como el más
prolífico solista de la última década, hace dos años Javier Barría se
había internado en un campo en
el que no tenía ninguna experiencia: se quedó creativamente en blanco. Y si se considera
que el suministro de canciones que ha escrito
es siempre continuo, y que ha editado dieciséis
discos entre 2002 y 2014, entonces sí que se encontraba en un problema.
“Perdí las ganas de seguir haciendo canciones.
Lo creativo se vino abajo”, confiesa Barría, ya
más cerca de los 40 que de los 30. “Sé que eso
a veces ocurre. La única vez que me había pasado antes duró tres meses. Esto
era distinto. Pensé hasta en cambiar de oficio y retirarme”, agrega.
Pero como las obras más genuinas nacen de las contingencias,
las fricciones y las explosiones,
hoy Javier Barría está de vuelta
con un nuevo álbum: «Estación
Pirque». “Un día apareció la foto
de esa antigua terminal de trenes
y fue como un signo. Se convirtió
en un motor creativo”, sorprende.
Se refiere a la desaparecida Estación Pirque,
también llamada Estación Providencia, que se
emplazaba en el extremo norte del Parque Bustamante y cuya línea comunicaba la capital con
Puente Alto y Pirque. “Su arquitecto fue Emilio Jecquier, el mismo que levantó la Estación
Mapocho. Era como una Estación Mapocho
pequeña, de dos andenes nada más”, añade el
músico, inspirado a conocer su historia.
Barría define este cancionero como “oscuro
y lúgubre”, pero al que luego alguien le añadió
el concepto de “fantasmagórico”, que ha sido,
por cierto, un término viralizado en reseñas del
álbum. Si ello se ha replicado en entrevistas y
críticas, también es justo señalar que todos los
que han escuchado estas canciones han detectado un elemento más: en «Estación Pirque» no
existen las percusiones.
“No hay batería. No quería una batería y todos
mis discos antes habían tenido pulsos, beats. Lo
quise así desde el comienzo. Creo que lo supe
mentalmente cuando me imaginé el sonido en
una pantalla de computador. Es lo que se llama
transiente: la señal que se dibuja verticalmente
cuando existe un golpe. Aquí yo quería una señal de sonido sostenidamente horizontal”, dice
Barría, considerando de paso que tampoco existe un instrumento predominante. Hay guitarra
pero no es folk, hay piano pero no es pop: “El
instrumento fundamental es la voz. No existe
metrónomo, de manera que el ritmo lo marca
mi respiración”.
INTRODUCCIÓN A LA GEOGRAFÍA
En ese caudal flotan las canciones de Barría a
la deriva. Aquí, con una serie de colaboraciones
ilustres, encabezadas por el dúo peruano que forman Alejandro Rivas y María Laura Bustamante
para «Celoso», la trompeta de Felipe Cadenasso
en «Campo quemado», el saxofón del jazzista
Franz Mesko para «Un país, un solo habitante»,
o la voz de Natisú en «Cajitas de agua».
“«Cajitas de agua» es otro punto geográfico
que encontré alrededor de la estación. Eran
unos estanques que suministraban agua a Santiago. Creo que estaban por donde se ubica la
Escuela de Derecho de la U. de Chile”.
“Lo mismo con la canción «Camino cintura»,
CARAS Y CARÁTULAS
JOSEFINA ECHENIQUE
CARTA DE PRESENTACIÓN
Rutas mexicanas
Javier Barría se encuentra en este momento en
México, donde permanecerá hasta noviembre,
ocupado en uno de los proyectos que lo obligaron a suspender sus actividades de estreno de
«Estación Pirque». “Cuando regrese a Chile vamos
a presentar el disco en un teatro con un concierto bien organizado. Hasta ahora sólo mostré algunas canciones en una galería de arte del Barrio
Italia. Tocamos con Álvaro Zambrano y Sebastián
Iglesias, los músicos que me acompañan. Pero esta
nueva banda quedó suspendida ahora”.
Suspendida por el momento, porque mientras
esté en México, Barría participará en el elenco
teatral que está con funciones de la pieza «La
heroica república del sillón rojo», que ha sido
presentada como una sátira sobre la puesta en
marcha de las democracias en Latinoamérica. Allí
integra un grupo de músicos chilenos que son
parte de la obra y donde incluso tienen intervenciones actorales el trovador Benjamín Walker
y la cantautora valdiviana Carolina Nissen, quien
compuso la música de la obra. La compañía girará
por México y Colombia, ocasión en que los tres
chilenos tendrán oportunidad de mostrar sus
canciones a nuevos públicos.
el perímetro que marcaban entonces Vicuña
Mackenna y Avenida Matta. O el Hospital San
Francisco de Borja, que también despareció,
aunque quedó su iglesia, ahí en el sector donde está el hotel Crowne Plaza. Era una canción
que no terminé. Apenas hay una parte de su
letra: ‘El hospital donde naciste ya no existe’ ”,
sentencia.
–¿Hablas de la historia perdida?
“La gente me conoce por algunas de mis canciones de distintas épocas. Una es «Mi corazón,
su casa», otra es «La misma madera», y otra,
«El día que dejaste de quererme», que es la más
tocada en las radios. Pero, en lo personal, mi
favorita es «Vidas pasadas», que compuse hace
como diez años, y que representa una mirada.
No me preocupo de recordar, porque el testimonio son las canciones. Yo me miro como un
edificio demolido”.
Una larga experiencia como cantante y
compositora, con piezas seleccionadas
para la serie de discos «Música de este
lado del sur», pero sobre todo para los álbumes del grupo
Cántaro, formado en la U. de Chile cuando ella tenía diecinueve
años, Josefina Echenique concreta su independencia musical.
Grabado en parte en Francia, en el estudio de Pájaro Canzani
(ex músico de Los Jaivas), «Maldita bendita» parece una carta
de doble lectura, de sentidos contrapuestos, de idas y vueltas.
Se exponen los contrastes de una trayectoria que tiene episodios en Rancagua, donde nació; en Santiago, donde vivió, y en
París, donde se emancipó.
Josefina Echenique es parte de esa generación transformadora de
la música de las raíces sudamericanas. El propio grupo Cántaro
fue un germen de esta corriente con sus múltiples nombres, y ella
aparece aquí como una cantautora sin miedo a probar. No se pone
límites en lo poético y toma todas las herramientas musicales que
tiene a la mano. Sus conexiones con el folclor argentino y el peruano, con la música brasileña y la cubana, o con el jazz, el tango y el
pop, le abren así un campo para iniciar, ahora en su treintena de
edad, una página nueva de su autobiografía autorizada.
FRANCISCO PINTO
EL AMIGO DE TODOS
La mesa donde antes se sentaban dos
personas, es ahora la mesa donde se
sienta solo una. Una imagen que Francisco Pinto escogió para la portada de su nuevo disco y para
representar el horizonte de una nueva vida. “Es un disco sobre
la separación”, le había dicho al periodista Vadim Vidal acerca
de «Retarded», el tercer álbum de este músico, compositor y
productor musical que en una década ha publicado tres álbumes con el sello Pueblo Nuevo.
Pinto se sumerge en las profundidades de un sonido que hoy
constituye una memoria y un patrimonio del pop. Los sintetizadores mantienen vigente un discurso de ritmos programados
y de climas sónicos ciento por ciento sintéticos. La atmósfera
que consigue Pinto lleva al auditor a alguna fiesta juvenil de los
años 80. «Retarded» alterna piezas instrumentales bailables
(«Time to time», «Fátima», «Melena sónica», «Ébano») con canciones donde otra vez el productor convoca a figuras a quienes
el sonido de época les resulta natural: Fakuta, Entrópica,
Deplásticoverde, Elisita Punto y un viejo conocido de Pinto,
Javier Barría.
[ POR ANTONIO VOLAND ]
DIEGO ERRÁZURIZ
EL SILENCIO HABLA
De las diez horas de música que grabó en
su paso por Alemania el año pasado, Diego
Errázuriz obtuvo 120 minutos que se distribuyeron en los dos volúmenes de «Berlin meditations». Se trata
de un trabajo autoral que viene a mostrar un enfoque genuino y
personal de este pianista, al que deberíamos llamar improvisador o
tal vez compositor en tiempo real. Fuera de la limitación conceptual
que puede suponer el conocimiento de la teoría, la armonía y su
lógica, y sin estudios académicos, Errázuriz goza de gran libertad
frente al piano. Ha construido un largo soliloquio grabado en un
Steinway & Sons de cola completa en los Emil Berliner Studios, en
memoria del inventor del gramófono y fundador del sello alemán
Deutsche Grammophon.
Del silencio al sonido, y no sólo el sonido es el que habla aquí.
Las meditaciones comienzan siempre desde el silencio, porque es
allí donde se encuentran las primeras respuestas. Así, Errázuriz
nos muestra una creatividad abierta a través de una veintena de
composiciones de distintas intensidades, extensiones y desenlaces,
todas en el campo de la “improvisación armónica”, una manera
de tocar muy equilibrada que también fue aprendida de ese genio
llamado Keith Jarrett.
MYSTIC CHANT
LA MÍSTICA PASIONERA
Hace diez años, los hermanos Diego y Hugo
Manuschevich pusieron en marcha el sello
discográfico Mystic Chant Recordz, con el que
editaron grabaciones de free jazz y avant-garde. Fue una vitrina
para esa música extrema que solían tocar desde que se instalaron
en Chile, después de vivir su adolescencia en Estados Unidos. Los
mismos jazzistas se reúnen hoy para registrar junto al contrabajista Javier Valdebenito una sesión que reactiva esa pasión y
recupera esa mística, formando un trío de carácter conmemorativo
al que bautizaron Mystic Chant.
«Concepts and motifs» viene a ser una continuidad de «Tradición
y mística», disco de Valdebenito publicado en 2013 junto a los
propios Manuschevich en saxo tenor y batería. Sin el piano como
soporte, otra vez estos músicos reman juntos por ese océano
ultramarino en el que han quedado a la deriva. Deben recuperar
la armonía utilizando únicamente instrumentos que son melódicos.
En la aventura, incluso le dan a la batería atributos armónicos. Entonces el trío se transforma en un mecanismo de relojería, aunque
avanza levemente detrás del tiempo, generando una permanente
tensión musical.
NOMBRES PROPIOS
MARIO CATALÁN (1913-1979)
Felipe Solís Poblete, investigador de la cueca y recopilador de sus historias y sus misterios, describe a Mario Catalán como uno de los nombres que conectó la música de las calles con la industria
del disco de los años 50. Con más de un metro ochenta de estatura y con parejos 130 kilos, fue
un inconfundible ejemplar de ese reino animal, aplaudido en fondas y conventillos de la Recoleta
chimbera, donde residió casi toda su vida; y en los laberintos de la Vega Central, donde comenzó
a trabajar a los nueve años. Solís Poblete también dice que su canto –agudo, fortísimo y gracioso– se asemejaba mucho al
pregón del vendedor veguino.
Cantor y autor de cuecas, la alianza que inició en 1948 con el Dúo Rey Silva, figuras del folclor mediatizado, le permitió entrar
en un público más amplio que ignoraba su existencia. Grabó sus primeras cuecas en 1951, habituales en festejos de septiembre y del resto del año: «Aló, aló», «Mi caserita», «Desde que vine al mundo» y «Va atracando barco al muelle». Si prácticamente
todos los cultores actuales de la cueca brava reconocen a Nano Núñez o a Baucha Araneda como sus héroes, la figura de
Mario Catalán no debe quedar atrás en la historia de la música popular.
“La duda es el origen de la sabiduría”, René Descartes (1596-1650), filósofo francés.
La Panera I 25
«PARIS DE NUIT»
MÁGICO VIAJE
EN EL TIEMPO
POR MARIETTA SANTI
D
anza, teatro, acrobacia y música. Arte sin fronteras para develar las historias ocultas en la noche parisina en las primeras décadas del siglo
XX: amores fugaces, amantes fugitivos, prostitutas, pintores, labios rojos, ligas y algún trago de ajenjo.
Eso, y más, narrado al ritmo y con la estética del varieté, es
«Paris de Nuit». Un espectáculo de circo moderno firmado
por la joven compañía Recirquel, creada en 2012 en Budapest, que ha renovado la tradición circense de Hungría y es
aclamada entre las mejores de Europa.
«Paris de Nuit», calificado por la crítica internacional como
una intensa experiencia para todos los sentidos, tendrá una
breve temporada de funciones entre el 20 y el 25 de septiembre en la Estación Mapocho, gracias al esfuerzo de la
Fundación Teatro a Mil por acercar el circo contemporáneo
del mundo a Chile.
El público está invitado a vivir el espectáculo como si fuera
el varieté de cualquier cabaret de los años 30 en París. Por
eso, la acción transcurre entre mesas y sillas donde se ubica
parte de los espectadores, en un intento por recrear lo más
fielmente posible ese espíritu y acercar los intérpretes a los
invitados. Además, el hall central de la Estación Mapocho
estará ambientado como una plaza parisina, con mesas, bancas, fotógrafos y músicos, y se instalará una cafetería donde
se venderá croissants, macarrones o crème brûlée, entre otras
especialidades de la gastronomía francesa.
Bence Vági, director del espectáculo, mezcló sus obsesiones acariciadas desde niño con las fotografías del húngaro Gyula Halász, más conocido como Brassaï y llamado también “el ojo de París”. Son las imágenes nocturnas,
elegantes y bohemias de su compatriota (quien llegó a la
Ciudad Luz en 1924 para captar la cara oculta de los artistas y diletantes de la época) las que inspiran la atmósfera
de este espectáculo.
Al teléfono desde Budapest, Vági cuenta que en la puesta
en escena que veremos se combinan varios de sus antiguos
intereses: la creación del coreógrafo Bob Fosse, el circo
contemporáneo y el París de Brassaï. “Fue un proceso largo,
El espectáculo de la
compañía húngara
Recirquel combina circo,
danza, teatro y música en
vivo para volver a la vida
las imágenes captadas por
el gran fotógrafo Brassaï
en el bohemio París de
comienzos del siglo XX.
gría que ha logrado traspasar las fronteras con su banda,
ganando el premio húngaro equivalente al Grammy.
TAMÁS LÉKÓ
CON STANISLAVSKI
porque empecé a trabajar con el material de movimiento
de Fosse. Me enamoré de su obra «Cabaret» y luego seguí
su trabajo. Después me puse a investigar sobre el género
cabaret, no sólo en lo referente a la película sino que también a su historia en Berlín y París, y descubrí que en los
variantes de cabaret hay mucho circo-arte”.
El director posee una acabada formación de bailarín, pero
antes de este espectáculo ya tenía incorporada la disciplina
circense en su quehacer: “Siempre quise experimentar con
las formas del circo contemporáneo, uno más interdisciplinario y que derriba las fronteras entre los artistas y el público. Mi abuela siempre me llevaba al circo y veía todo con
gran curiosidad, cada número, los animales y desde luego a
sus artistas, pero lo que se hace hoy es mucho más que eso.
Cuando era bailarín me encantaba bailar con objetos y en el
circo siempre estás trabajando con objetos, así es que ya tenía
una fuerte conexión con este arte”.
A su puesta en escena, integrada por actores-bailarinesacróbatas, se suma una orquesta de jazz en vivo que interpreta piezas de Péter Sárik, referente de ese ritmo en Hun-
Bence Vági descubrió a Brassaï cuando tenía 17 años y
paseaba con su padre por la capital francesa. Entonces ojeó
uno de sus textos en una librería y quedó impactado por la
sensibilidad y agudeza de sus imágenes. “Me impresionó la
libertad, el desenfado y la elegancia con que mostró el lado
oscuro de la vida en Montmartre. También su curiosidad y
avidez para retratar a los que nadie había captado”, explica.
Para dar forma a «Paris de Nuit» revisó dos libros de Brassaï: «París de Noche» y «París Secreto de 1930». En este
último, el fotógrafo además escribió cuentos cortos para
cada fotografía que incluye, detalle que Vági consideró en el
proceso de creación con sus intérpretes.
“Durante los ensayos, los artistas escogían caracteres
o movimientos que les gustaran y después yo les daba el
cuento que les correspondía. Sumado a eso, ellos también
inventaron historias para los personajes. Así se generó una
mezcla entre lo que ellos habían imaginado y lo que había
escrito Brassaï. Formamos así a los personajes del show y
con la técnica Stanislavski hicimos que
LOS AÑOS 30 cada uno tuviera un cuento corto, como
«Paris de Nuit»,
una storyline en el espectáculo”, precisa.
Recirquel ComEn la puesta en escena, todos tienen
pany Budapest.
alguna relación entre sí y el espectador
Director Artístico:
puede apreciarlos desde dos puntos de
Bence Vági.
vista: “Desde la mirada del propio arEntre el 20 y el 25 tista, o desde el lado oscuro o débil del
de septiembre,
personaje, que es lo que se ve en las imáEstación Mapocho. genes de Brassaï”.
Su idea nunca fue copiar las fotos, lo que
considera imposible (entre otras razones porque su elenco es
mucho más joven que los retratados), sino revivir su feeling y
sus pequeñas historias. Así, «Paris de Nuit» va más allá de ser
un hermoso y glamoroso show estilo Broadway, porque por
momentos entra en la dura realidad de los años 30, esa de las
noches lánguidas de ajenjo, opio y también hambre.
¿Cómo entregar tanto contenido entre acrobacias y teatro físico?
Vági explica que, a diferencia del circo clásico, donde se
expresan emociones básicas, en el circo contemporáneo
(definido como sin animales) se busca gatillar emociones
complejas en el público. Cuenta que en Recirquel trabajan
con la técnica de creación de personajes de Stanislavski,
que el ruso Sergei Ostrenko enseña para bailarines e intérpretes de teatro físico. “Sólo te puedes mover cuando la
emoción te llega, no hay movimiento vacío”, insiste.
Para él, “hacer un circo contemporáneo que acoja otros
lenguajes artísticos y los ensamble es toda una revolución,
porque las antiguas diferencias que había entre el teatro, la
danza y el circo hoy parecen confundirse y desaparecer”.
Y, como se trata de mostrar la noche y a personajes sexies
y sensuales, propios de la bohemia de los años 30, en algunos países «Paris de Nuit» ha sido calificado como “para
adultos”. En Chile, la Fundación Teatro a Mil sólo lo recomienda para mayores de 15 años, pero de ninguna manera
es una clasificación.
Al respecto, Bence Vági cuenta que en cada país se define
de forma diferente y que, a su modo de ver, “el espectáculo es un poco provocador, sin embargo, no pienso que sea
para adultos exclusivamente, pero depende de cómo veas
la pieza”. Como es un varieté nocturno, Vági piensa que
es más comprensible para una generación adulta que para
adolescentes. Ha visto niños entre el público, pero insiste
en que depende de los padres: “Si les molesta ver dos hombres bailando, será demasiado provocador para ellos. Pero
estamos siempre al borde, no hay perversión. Son imágenes
sensuales y sexies, pero de alguna manera tienes la idea de
que cualquier cosa puede suceder, porque ese es el efecto de
las imágenes de Brassaï”.
Gabinete de
Arquitectura
«Breaking the
siege».
FOTO: FRANCESCO GALLI
Arquitectura
LA BIENAL DE ARQUITECTURA DE VENECIA
EN LA ECLOSIÓN DE
LA ACTUAL EUROPA
POR IGNACIO SZMULEWICZ R.
Desde Venecia. Fotos: Gentileza Bienal de Arquitectura (oficina de prensa)
LOS UNOS Y LOS OTROS
Este año comenzó en Europa con un sabor extraño. La capital de su coalición económica y política
fue asolada por atentados terroristas. La tranquila
y apacible Bruselas sufrió la conmoción que sólo
unos meses antes había remecido a París, su hermana mayor del Oeste. Salvo una mínima presencia de
tropas en la calle, Bruselas y París no presentaban
ninguno de los signos de una pesadumbre propia de
la contemplación del horror. Quizás para salvaguardar la imagen de la capital del turismo mundial; tal
vez para mantener la apariencia de tranquilidad y
compostura en el centro del Humanismo occiden28 I La Panera
tal; debido, probablemente, a los resquemores hacia
las recientes acciones desmedidas del gigante del
otro lado del Atlántico. Quién sabe.
En Europa, la relación entre destrucción y reconstrucción se hunde mucho más en el tiempo que la
colosal hecatombe del siglo XX. El movimiento que
empuja hacia la colonización, la conquista, la invasión y el imperio muchas veces ha debido equilibrarse con constantes procesos de descolonización,
sometimiento, transculturización y globalización.
Sus fronteras imaginarias han sido penetradas por
el mundo árabe, el Oriente lejano, todas las caras del
inmenso continente africano y, para qué decirlo, la
América que fácilmente tomaron como suya.
A su vez, resulta admirable constatar que los altos
valores de la Ilustración no hayan alterado en lo más
mínimo la relación de los países de la Europa central
con sus protegidos en los rincones alejados del planeta –industrialización de por medio. La existencia
de colonias aún en los albores de este nuevo milenio
no inquieta a nadie. «Les uns et les autres»,título de
la histórica cinta de Claude Lelouch de 1981, sigue
teniendo una descomunal actualidad. Su épico y sublime final, esperanzador incluso antes de la caída
«Making Heimat. Germany, Arrival
Country». El pabellón de Alemania
genera vistas del paisaje.
del muro de Berlín, suena lejano y cercano a la vez.
Hoy, el trauma colectivo del pasado importa menos
que la actualidad de sus pequeñas diferencias. Historias entrelazadas que se han vuelto difíciles de hilvanar. ¿Qué dice la arquitectura? La respuesta está
al ritmo de las góndolas.
Albania
propone una
traducción hacia la
voz local.
La ciudad de los canales acoge una nueva versión
de la Bienal de Arquitectura, evento que desde inicios de la década de los ochenta marca la tendencia
respecto de la producción y el debate arquitectónico
a lo largo del globo. En la laguna, a sólo pasos de
la icónica Plaza de San Marcos, se encuentran los
recintos que reúnen la exposición central y los pabellones nacionales: el Giardini y el Arsenale.
Fines de mayo es la fecha escogida y, mientras el calor
de verano asciende, sus espectadores se sienten atraídos por la aglomeración incalculable de maquetas,
planos, láminas, fotografías, videos, objetos, volúmenes, construcciones y, especialmente en esta ocasión,
instalaciones escenográficas, proyectos colaborativos
e investigaciones expandidas. Esta Bienal lleva por
título «Reportando desde el Frente» (Reporting
from the Front). Sus intenciones: presentar una selección de arquitectos preocupados por los asuntos y
las necesidades coyunturales del mundo contemporáneo. El arquitecto chileno Alejandro Aravena ha
sido el curador y el resultado ya ha dado que hablar.
Una de las aristas es el renacimiento de los nacionalismos en Europa. Dos polos extremos pueden encontrarse en la Bienal: el monumental Pabellón ruso
y el acotado de Albania –ambos fuera de los límites
de la zona Euro–. El de la antigua Unión Soviética
estudia y exalta el complejo arquitectónico V.D.N.H.
en Moscú. Construido originalmente en la década de
los 30, el conjunto presentaba los logros económicos
del naciente país con una exacerbación inigualable. El
de Albania se llama «I have left you a mountain» y su
centro se encuentra en el proceso de migración que ha
empujado a la mitad de la población a salir del pequeño país del Adriático. Con una instalación sonora, el
Pabellón incluye reflexiones de diferentes autores que
son traducidas a cánticos propios del folklore albanés.
El Pabellón ruso no oculta su interés por instalar las
glorias del pasado, mientras que el de Albania propone
una penosa traducción hacia la voz local.
La reciente crisis de Europa se ha concentrado en
el problema de los refugiados. Sus manifestaciones
inmediatas, cierre de fronteras (Hungría) o retiros
:© KIRSTEN BUCHER
NACIONALISMOS Y REFUGIADOS
Rusia no oculta
su interés por las
glorias pasadas.
inminentes (Gran Bretaña), no han detenido un
conflicto que parece extenderse con facilidad y que,
sin memoria y con amor propio, puede despertar
alguno de los fantasmas del pasado. Dos naciones
han querido enfrentarse al asunto. Austria aporta
«Places for people», que incluye una serie de fotografías de la vida de los refugiados en su país, además
de varias publicaciones que debaten el asunto entre
intelectuales. Académica y ortopédica, sin duda. La
visualización del otro ha sido desmedida y su victimización agota. «Making Heimat. Germany, Arrival
Country», de Alemania, supone una entrega literal y
dudosa. Ha permitido la ruptura de las paredes de
su pabellón para proponer diferentes ingresos que
no suponen ningún gesto para descentrar y desplazarse a los puntos extremos. El pabellón genera vistas del paisaje más que territorios de disputa. Ambos países han localizado su atención en resolver la
necesidad de vivienda de los refugiados. La imagen
del otro, el proceso de desarraigo o el choque cultural están totalmente obviados.
LA RESILIENCIA DE EUROPA
Y EL DO IT YOURSELF
Estamos presenciando un momento en que la imagen de Europa se está desvaneciendo. La epidermis
que tan cuidadosamente se ha mantenido, presen-
El monumental
pabellón ruso.
ta grietas evidentes; unión, cooperación, vigilancia mutua, todos sus valores se han desmembrado
dejando un esqueleto de raíz económica esencial.
No es casualidad que España haya sido el país merecedor del León de Oro. Denominado «Unfinished», el Pabellón ibérico, bastante más tradicional
y ortodoxo en su presentación, da cuenta de cómo
la arquitectura se ha enfrentado a la precariedad
producto de la debacle económica de 2008. Los resultados de doce años de innovación obligada en la
disciplina han sacado frutos excepcionales en todos
los entornos, tipologías, geografías, especialmente
en el replanteamiento del valor local, del aprovechamiento de las condiciones mínimas y del abandono
absoluto por el derroche tecnológico y económico.
El espectador reconocerá esos atributos con bastante facilidad en la exposición principal curada por
Aravena & equipo. Su selección presenta un grupo
selecto de oficinas y proyectos arquitectónicos cuyo
eje central, más allá de los diversos temas planteados, se puede definir como un retorno crítico hacia
los valores y principios locales. Tema de la Posmodernidad de los setenta y ochenta, Aravena no le
hace el quite a reconocer que las respuestas para los
asuntos apremiantes del mundo no pueden encontrarse en los centros económicos ni en los culturales;
hay que quebrar la jerarquía de la ciudad global.
Materiales locales, culturas propias, construcciones
efímeras, tecnologías ancladas en la propia manera
de pensar y hacer de las personas, son algunas de las
principales propuestas que se encuentran en «Reportando desde el frente». En el Giardini, el visitante es recibido por el monumental arco de Gabinete
Arquitectura, la oficina del paraguayo Solano Benítez; y en el Arsenale, por la instalación «Recursos
oscuros», del colectivo Al borde de Ecuador. El caso
de Latinoamérica es ejemplar, y Aravena no parece
esconder su preferencia. Lo mismo de la arquitectura vernácula y el urbanismo alternativo en África
o Asia. Con la crisis de Europa se hace necesario
entender que muchas veces los problemas de unos
son mejor asumidos por otros. La calidad y diferencia de enfoque hacia la arquitectura es algo que
Alejandro Aravena ha celebrado en la 15º versión
de la Bienal de Venecia.
“La música se desarrolla en el tiempo, la arquitectura también”, Le Corbusier (1887-1965).
La Panera I 29
Arquitectura
APUNTES SOBRE EL ENCUENTRO DE
DOS ADELANTADOS
POR GONZALO SCHMEISSER
S
e necesitaría una enciclopedia de varios tomos para hablar de lo mucho
que la circunstancia y los episodios
casuales han sido determinantes en
la construcción de los mitos que modelan la
historia humana. Esos en los que nos apoyamos –casi siempre sin saber– para armar esos
mitos propios que le dan sentido a la existencia. Nuestras citas fugaces, nuestros amores
pasajeros, nuestros dolores; todo aquello que
nos recuerda que estamos vivos.
Para muestra un botón: el mítico encuentro
de Dante con Beatriz (dicen que fueron dos,
a los nueve y a los dieciocho años) y que define alguna de las muchas identidades italianas
30 I La Panera
(desde el romance y la pasión hasta el paisaje
de la Toscana), no sólo fue algo fugaz, sino
que totalmente accidental. El famoso óleo
de Henry Holiday, que refleja el segundo de
estos cruces, así lo demuestra. Muy apoyado
en el antepecho del puente Santa Trinidad
de Florencia, Dante –que parece haber estado ahí hace horas, perdido en alguno de sus
delirios poéticos– la mira con ojos nostálgicos. Beatriz, bella y altanera, camina vestida
de blanco por la Strada de Lungarno Corsini,
ignorándolo.
La siguiente escena, probablemente, sería la
del ilustre poeta solo, con la mirada perdida
en algún fierro del andamio del Ponte Vecchio, fraguando desde el dolor alguno de sus
más notables versos del incombustible «Vita
Nuova», aquellos que legó para la posteridad,
para el anuario humano que algún arqueólogo del futuro leerá después.
En Chile ocurrió algo parecido en 1914, un
encuentro mítico y casual, aunque no romántico, que derivó en uno de los capítulos más
grandes que ha visto nuestra cultura. Aquel
entre Julio y Pedro fue, justamente, el momento de la creación de un mito chileno.
¿Alguien ha escuchado sobre este episodio,
a alguien le suena verdaderamente a mito?
¿Dice algo más si le ponemos apellido a los
encontrados –así como Alighieri a Dante y
Portinari a Beatriz– Bertrand a Julio, y Prado
a Pedro, respectivamente?
Seguramente no.
Arquitectos ambos, uno dedicado al oficio y
otro no tan convencido, su encuentro fue providencial. Para hacerlo más entretenido podemos imaginarnos un puente sobre el Mapocho,
una costanera adoquinada como la del Parque
Forestal, un cerro San Cristóbal detrás, un cielo semi nublado, algún puente en reparaciones.
Dos hombres que conversan, uno que viene llegando de Francia y el otro que da la pelea aquí.
Uno que habla de París y el otro que habla de
Los Andes. Uno que gesticula y el otro que se
deleita. Uno que invita y el otro que acepta.
¿Cuántos hay como tú en Chile? Pregunta el
recién llegado. Unos diez, dice el que resiste.
Listo. Unos diez, unos X, en números romanos. Nace así, informal, tácitamente y sin
contratos de por medio, el primer grupo artístico-intelectual de Chile, la primera vanguardia, los fundadores de la primera cultura
chilena y, de pasada, de la primera –aunque
teórica– arquitectura chilena. La única totalmente original desde la
de las comunidades nativas,
si es que las consideramos
parte de la historia de Chile propiamente.
El Grupo de los X era un
juego de palabras entre el
número que prometió el
arquitecto, escritor, pintor
y poeta Pedro Prado al arquitecto, músico, fotógrafo,
pintor Julio Bertrand, el
retornado; y que resumía en
una palabra la escasez y el
desconocimiento que había
por entonces de quienes se
estaban dedicando al arte y
a la cultura. Había que crear una escena.
A los arquitectos se sumaron el pintor Juan
Francisco González, el periodista Armando
Donoso, el poeta y pintor Manuel Magallanes Moure, el dramaturgo Eduardo Barrios, el
poeta Ernesto Guzmán, el novelista Augusto
D’Halmar; el poeta, escultor y pintor Alberto
Ried; los pintores Juan Francisco González
y Julio Ortiz de Zárate, y los músicos Acario
Cotapos, Alberto García Guerrero y Alfonso
Leng. Todos inclasificables, todos rupturistas,
todos adelantados.
Sabido es que en ese listado se encuentran
varios Premios Nacionales y otros que merecieron serlo. Sabido también es que sus
trabajos traspasaron las fronteras propias de
su ámbito, abriendo el camino del trabajo
en equipo y de la relevancia de lo multidisciplinar. El cruce de ideas que nace de una
conversación casual o planeada, por muy informal que ésta sea y tome la dirección que
tome. Los X se reunían a eso, a conversar.
Organizaban rituales poéticos cargados de
ironía, de donde salían frases notables como
“no encarnamos la esperanza del mundo” o
el mito del albatros que surca los cielos a ciegas, tal como el artista. Luego, largas horas
de charlas sobre el tema que fuera, cualquier
asunto que surgiera era relevante hablarlo,
ponerlo sobre la mesa y disectarlo. Sólo de
este modo era posible acercarse a su espíritu:
a través del encuentro de las ideas.
En esos asuntos cabía el arte en su más amplio sentido: la música y la danza; la performance y el teatro; la poesía, la prosa y la novela; la pintura y la escultura. Y, por supuesto, la
arquitectura, una suerte de cuerda que amarraba todo lo anterior.
¿Qué era la arquitectura entonces para ellos?
Nada más que la reunión de todos los temas
del hombre, todas sus manías, sus emociones,
sus bajezas y altezas, expresadas en su forma
material. Como la tercera piel que nos cubre y
donde se engloba todo, después de la piel misma, esa que sangra, y la ropa, esa que se rompe.
CHILE Y LA TORRE
Volvemos a la idea de encuentro.
Lo que distingue a una torre de cualquier otra
forma arquitectónica es, básicamente, que la
altura es mucho mayor que la superficie. Esto
implica una disposición espacial distinta, erguida más
que extendida, y, por lo tanto, el despliegue amplio de
la vista. Levantarse y mirar
qué hay más allá.
Lo que distingue a Chile de
otros países es que estamos
encerrados, instalados entre
el cordón montañoso más
largo y el mar más grande
y tormentoso del mundo;
flanqueados en el norte
por el desierto más seco de
todos y en el sur por una
tierra quebradiza, repleta
de heladas aguas, hielos y
vientos, imposibles de domar. De algún modo
somos una isla.
¿Cómo reunir ambos conceptos?
Prado y Bertrand, los encontrados, resuelven la
ecuación proponiendo, primero, olvidarnos de
las influencias de Europa. Dejar de asomarnos
por la cordillera y mirar hacia adentro, hay aquí
material suficiente para armar un imaginario:
un paisaje único y variado, una cultura mestiza
que se nutre en la reunión de las culturas de
todo el mundo, una situación geográfica definitoria. Hay que darse vuelta entonces, y reconocer que nuestra vista por naturaleza se abre
hacia el otro lado, hacia el mar. Y ahora hay
que disponerse a mirar lo más allá posible. Ahí
aparece la torre, el elemento construido.
Ocuparon la mítica casa
colonial roja de Santa
Rosa con Tarapacá, añadiéndole –entre otras cosas
y obviamente– una atípica
torre en el centro que quedó inconclusa, pero que
fue como un manifiesto
sobre su ideal, y sobre la
necesidad de ruptura con
la forma anterior y con la
subyugación cultural europea. Una vez ahí, Bertrand y Prado, los arquitectos del grupo, se avocaron a diseñar otra torre a orillas del Océano Pacífico, en Las Cruces
(cruce, ¿otro guiño a la idea del encuentro?)
que sería la síntesis de todo. La arquitectura
que amarra el mundo.
La torre –dispuesta en cinco niveles más una
terraza y un torreón menor en la cumbre–
mezclaba sin empacho elementos del Gótico
tardío con la planta cuadrada de la casa chilena
y sus techos de teja. Pero tal vez lo más notable
es que se situaba no frente al mar, sino que en
el mar, con sus basamentos sobre una pequeña
saliente de roca en pleno océano, que se muestran como algo agitado e inquieto, como hablando de lo que es Chile. Desde ahí, desde esa
arquitectura, había que mirar al mundo.
Nunca se construyó, no estuvo ni cerca de hacerse, pero es lo de menos. Queda el legado,
la fundación de un ideario, la inauguración,
la primera piedra. Además de los preciosos
dibujos de Bertrand y su mano desenvuelta,
sin prejuicios y absolutamente plástica. Desde
ahí nace el arte chileno como tal, original y
puro, libre de toda influencia y con los ojos
puestos aquí mismo, en el terruño.
En 1918 se disuelve moralmente el grupo,
pues muere Bertrand prematuramente. Deja
inconclusas las obras del Palacio Bruna, la
única obra material atribuible al grupo, aún
de pie junto al Parque Forestal. Prado se encarga de terminarla. Y, pese a que estuvo condicionada desde un inicio por el mandante, el
arquitecto escritor –visionario empedernido
que soñó hasta que dejó de respirar– se esforzó por dejar ahí algo de lo que se había
fraguado en cuatro cortos, pero intensos años
de amistad y trabajo. Desde aquel primer día
en esa improbable calle de Santiago, junto al
puente del Mapocho y con el cerro de fondo.
Había que rendirle honores al encuentro.
“El mejor regalo que Dios ha dado en su abundancia fue la autonomía de la voluntad”, Dante Alighieri (1265-1321).
Página opuesta:
arriba, «la Torre
de Los Diez»,
1916; abajo, a la
izquierda, retrato
de Pedro Prado, y a
la derecha, retrato
de Julio Bertrand
(memoriachilena.cl).
En esta página,
arriba, a la
izquierda, «Subida
al Cerro Santa
Lucía», dibujo de
Julio Bertrand;
arriba, a la
derecha, la casa de
Los Diez en Santa
Rosa con Tarapacá,
fotografía de Jo
Novelis; abajo,
dibujo de «La Torre
de Los Diez en Las
Cruces».
La Panera I 31
Cómic
DETRÁS
DE LA
MÁSCARA
Hace 30 años, los superhéroes se
mostraron a rostro descubierto con dos
historietas salidas con meses de diferencia.
«El Regreso del Caballero Oscuro», de
Frank Miller, y «Watchmen», de Alan
Moore y Dave Gibbons, revolucionaron al
género y transformaron sus límites. Más
para mal que para bien, las influencias de
ese estallido genial aún reverberan en el
cómic y el cine.
POR RAFAEL VALLE M.
T
odo partió con la sonrisa de Smiley, esa alegre y minimalista cara amarilla que todos hemos visto alguna vez,
y que venía salpicada con una mancha de sangre. Estaba
en la primera página de «Watchmen» y era el guiño burlón con que el guionista Alan Moore estrenaba en septiembre de
1986 su vuelta de tuerca al cómic de superhéroes, con esa serie de
doce capítulos que con la consigna “Who watches the Watchmen?”
(“¿Quién vigila a los Vigilantes?”) revelaba que bajo los antifaces
y los trajes multicolores había un inquietante, conflictuado grupo de hombres y mujeres. Anormales o demasiado normales para
el canon: entre ellos, un par de sicópatas, un tipo con problemas
sexuales y otro que planeaba un plan de exterminio masivo. Casi
todos fuera de acción tras un edicto gubernamental que los había
sacado del mapa.
Lo mejor del chiste es que Moore, un británico que se hizo
escritor de historietas en revistas under, esa vez no disparó desde
ninguna trinchera alternativa, sino que lo hizo amparado por la
mismísima DC Comics, la editorial de Superman y Batman, y
otros supertipos entonces adormecidos por los clichés y la falta de
ideas frescas. «Watchmen» partía con el asesinato de uno de los
supertipos y lo que venía en adelante era descubrir al homicida y
adentrarse en una intriga siniestra que cambiaría reglas y ampliaría límites en el género.
Lo interesante, también, es que «Watchmen» le pisaba los talones a «El Regreso del Caballero Oscuro», saga de cuatro episodios estrenada en febrero del mismo año con que el estadounidense Frank Miller reinventaba a Batman. El autor se saltaba
toda continuidad en la historia del personaje para dar un brinco al
futuro y mostrarnos a un Bruce Wayne –su millonario alter ego–
32 I La Panera
alcohólico y cincuentón, tras abandonar su traje de
justiciero, derrotado por sus demonios personales.
Lo que seguía era su forzado regreso a las pistas y
en modo ultraviolento, fascistoide, para limpiar las
calles de una Ciudad Gótica devorada por delincuentes y anarquistas. Y la guinda de la torta era
poner fin a la superamistad, con el Hombre Murciélago convertido en irreconciliable adversario de
Superman, presentado aquí como un títere al servicio de la Casa Blanca y sus guerras, en un rol no
muy diferente al del Dr. Manhattan, el héroe con
poderes cuasi-omnipotentes presentado en la serie
de Alan Moore.
Hace 30 años, «Watchmen» y «El Regreso del
Caballero Oscuro» bucearon en las mentes y en la
trastienda de los superhéroes, y se aprovecharon
de los mismos para hacer también crítica y sátira
socio-política en la era de Reagan y Thatcher. Ambas sagas transcurrían en mundos convulsionados,
de calles sucias y héroes proscritos por una nueva
“cacería de brujas”, amenazados por el fantasma
atómico de la Guerra Fría y proféticamente dominados por el poder de los mass media. Con historias
que se movían en distintos niveles, ambas sagas se
ganaron la aclamación unánime de la crítica y del
público, y hoy se les mira con rótulo de clásicos, de
obras mayores, que dejaron una huella que reverbera demasiado en la entretención de las grandes
audiencias.
(otro par de ingleses), que también aplicaron nuevas
fórmulas temáticas y expresivas a estos superhéroes
adultos y para adultos, que se quitaban el disfraz
para ponerse pantalones largos.
EL CREPÚSCULO DEL CREPÚSCULO
Pero con la irrupción de «Watchmen» y «El Regreso del Caballero Oscuro», los superhombres
comenzaron a hiperventilarse. Todos querían una
tajada de la torta y el camino más fácil, el mejor
gancho comercial, eran historias tormentosas y de
vidas al límite. Cierto, nada se construye desde cero,
y Marvel Comics ya anticipaba en los 60 que sus
personajes podían ser imperfectos y de moral ambigua, y en la década siguiente derechamente revelaba
que su Tony Stark/Iron Man tenía problemas de al-
LOS NUEVOS DIOSES
La deconstrucción de género que hicieron «Watchmen» y «El Regreso del Caballero Oscuro» fue
de fondo y de forma al sacudir el medio con modos narrativos hasta entonces poco vistos en él.
Frank Miller, guionista-dibujante, desmadejaba su
historia con una puesta en escena casi cinematográfica y tributaba a su afición por el noir con un
omnipresente relato en off, la voz de la conciencia
del murciélago renacido. Alan Moore, con la vital
ayuda de su compatriota, el ilustrador Dave Gibbons, iba más lejos y su apuesta era aprovechar un
campo amplio y poco explotado para contar otro
tipo de historias. Así presentaba su saga como un
collage donde se mezclaban historieta, otra historieta dentro de la misma, citas de novelas y poemas,
y páginas completas en prosa; unas a otras se retroalimentaban para armar un relato que se movía
entre pasado, presente y futuro. Era el camino para
entender viejas rencillas, pasiones desatadas y hacer, de paso, un viaje casi arqueológico, un vistazo a
los cambios sufridos por un género –el de superhéroes– y sus estereotipos tras su partida en 1938, con
el debut del Hombre de Acero.
Ambas obras cambiaron la industria al ser compiladas, más tarde, en tomos unitarios, en novelas
gráficas que hicieron entrar por la puerta ancha a
ese modo de consumir historietas. Una y otra tienen
hoy categoría de best sellers permanentes y «Watchmen» llegó a ser incluido en 2005 en la lista de las
100 Mejores Novelas jamás escritas.
Miller y Moore se convirtieron en estrellas del
cómic, y en su fulgor abrieron también el camino
para autores como Grant Morrison y Neil Gaiman
¿Superamigos? El Hombre Murciélago y
el Hombre de Acero siguen enfrentados
en las páginas de «El Regreso del
Caballero Oscuro».
Página opuesta: Todo partió con la
sonrisa burlona de Smiley.
Elenco central de «Watchmen», la
historieta que debutó en septiembre de
1986, editada por DC Comics.
coholismo y que su ascendente Wolverine era una
máquina asesina, pero esto era distinto.
La revolución de 1986 fue de algún modo dar la
mano para que muchos agarraran el antebrazo. O el
brazo completo. En los 90, los estudiosos y catalogadores del género ya hablaban de la Edad Oscura
de la historieta de superhéroes. En DC Comics, el
correcto Linterna Verde se convertía en un genocida universal y varios de sus compañeros de trajes
ajustados se transformaban grotescamente en busca
de la reinvención. En Marvel, el paradigma serían
los mutantes X-Men, que vivían sus aventuras entre integrantes que llegaban a empuñar metralletas
y cuchillas, y se daban unos a otros puñaladas en la
espalda con tal de empujar su odisea mutante.
Las cosas no han cambiado mucho desde entonces y, con contadas excepciones, 2016 nos muestra
un mundo de superhéroes que surcan
los cielos aún descontrolados. Personajes que mueren y regresan cambiados
y más rudos, y cuyos universos se desintegran y luego reaparecen para darle
cohesión editorial a una continuidad
que, de verdad, poco importa a estas
alturas. En esa dinámica, la más cruel
paradoja es que DC Comics este año
le dio un nuevo reboot a sus personajes
echando mano a las maniobras cósmicas desatadas en «Watchmen» por el
Dr. Manhattan, el superhombre-casidios que controla el espacio, el tiempo
y la materia. Así, el culpable de todo es,
finalmente, culpado de todo.
Entrevistado por «The Guardian»,
en 2013, un decepcionado Alan Moore
declaraba que los superhéroes “son abominaciones, porque ya no significan lo
que deberían significar, puesto que originalmente estaban en manos de escritores que expandían la imaginación de
su audiencia, compuesta por niños de
entre 9 y 13 años. Eso es lo que estaban
destinados a hacer y lo hacían de forma
brillante, pero actualmente los autores
creen que su audiencia es de gente de
más de 30 años”.
Los ecos del 86 aún se sienten y han
llegado también al cine. «Watchmen»
se convirtió en película hace menos de
una década. Los Vengadores se dan de
tortazos y se persiguen unos a otros por
orden del poder político. El Batman de
Miller es el referente de la trilogía de
Christopher Nolan y del insulso «Batman vs. Superman», de Zack Snyder. Deadpool
nada en las aguas de la incorrección superheroica
absoluta. Con mejores y peores resultados, mayores
y menores matices, todos estos personajes de carne
y hueso beben de premisas manoseadas y, al final,
lucen hoy tan estancados y faltos de ideas como antes de la revolución. Los 30 años de «Watchmen»
y «El Regreso del Caballero Oscuro» cierran así un
círculo tan perfecto como la cara de Smiley, cuya
sonrisa burlona hoy es también una mueca que disimula decepción.
“Los hombres no cambian, se desenmascaran”, Germaine de Staël (1766-1817), escritora francesa.
La Panera I 33
Literatura
“AL ESCRIBIR, SIEMPRE
ESTÁS EXPUESTA,
VULNERABLE,
SIN LÍMITES”
POR GRACE DUNLOP
D
efinitivamente, su público es adulto, aunque sus hijos le
han pedido que escriba un libro sobre ellos. “Me atrae mucho la literatura infantil y juvenil, pero tendría primero
que deshacerme de muchos demonios internos para llegar
a tener la tranquilidad y la sabiduría necesarias para escribir algo que
sea un aporte al espíritu de los niños”, dice Jessica Atal, quien acaba
de lanzar «Carne blanca», su último poemario, y cuyo próximo proyecto la llevará por otros caminos.
A los 26 años, Jessica publicó «Variaciones en azul profundo»
(1991), su primer libro de poesía. Diecinueve años después vendría el
segundo, «Pérdida» (2010), y luego, «Arquetipos» (2013), «Cortina de
elefantes» (2014) y «Carne blanca» (Cuarto Propio, 2016).
–¿Por qué «Carne blanca»? Dices “mi carne no es blanca / sino oliva/ y muchas veces amarga”.
“Carne blanca es una de las varias metáforas que uso para referirme
a la montaña, que a la vez significa diversas cosas, especialmente un
sujeto amoroso y también un discurso amoroso que va dirigido a ese
sujeto ausente. En palabras de Roland Barthes, es un discurso de
‘extrema soledad’, de ausencia. Esta ausencia del ser amado se transforma en experiencias dolorosas de abandono. Y las experiencias de
dolor generan ciertos tipos de neurosis en las personas… Mi libro
se interna en esas áreas dolorosas, quebradas, traumadas, a fin de
cuentas, de la psique humana.
La carne tiene que ver con la materia del cuerpo humano donde se
inserta el corazón, en el sentido de un órgano que regula las emociones. Que la carne sea blanca denota la frialdad del desamor o de
un amor no correspondido.
Por otra parte, el juego que hago sobre los distintos tipos de colores
de la carne, que en este caso es oliva, tiene que ver con mi sangre
árabe. Con mis raíces sirias y palestinas. Con los olivos de aquellas
tierras. Pero la carne a veces también se vuelve roja”.
–¿Te expones en lo que escribes?
“Siempre estás expuesta, así tiene que ser la escritura de verdad. Sin
límites, sin autolimitaciones, sin pensar en el qué dirán. Si no, no se
puede. Ser vulnerable, honesta, a la vez te hace valiente. De eso se trata”.
34 I La Panera
Jessica Atal y la poesía han estado unidas desde que
aprendió a leer, desde que era una niña enamorada,
desde que soñó con ser escritora. Autocrítica, siente que
su trabajo era horrible, que sólo ahora está llegando a
un lenguaje “menos recargado, más honesto, más simple,
en el sentido de no ser tan barroca”.
«CARNE BLANCA»
Jessica Atal
Cuarto Propio
2016
–¿Hay diferencias en esa honestidad desde cuando comenzaste a
publicar?
“Sin duda. Siempre hablo de mi primer libro como un pecado de juventud. Me atreví (quizás para impresionar a un pololo de la época)
a publicar mi primer libro cuando tenía 26 años. Me daba vergüenza hasta mostrarlo y sigue bien escondido. Después, una vez que
renuncié a «El Mercurio», me encontré con una cantidad de cajas,
cuadernos, diarios de vida, papeles sueltos. De todo ese desorden
de diversos escritos logré rescatar algunos poemas o ‘proto-poemas’
que finalmente dieron origen a «Pérdida». Hay, por cierto, una suma
de pérdidas en mi vida real. Cristián Warnken se refirió a ese libro
como a una ‘pérdida encontrada’ ”.
Enseguida vino «Arquetipos», que es el resultado de una mirada
a los arquetipos de la mujer actual. En ese tiempo tuve que editar
uno de los libros de Margarita Ovalle sobre mitología comparada.
Me interesó y me impactó mucho el mito de la diosa. Comencé a
preguntarme qué había pasado con aquella imagen divina, venerada mucho antes que apareciera en la conciencia humana la imagen
de un dios masculino. Definitivamente, poco y nada queda hoy de
aquella divinidad. La mujer es descalificada en muchos espacios y
niveles, transversalmente. Comencé a trabajar los arquetipos de la
madre, la hija, la hermana y pronto se unieron la loba, la llorona, la
ansiosa, la perra, la putamadre, así como la intuición, la esperanza,
la soledad y la poesía. Es un libro que quiero reeditar en el futuro
cercano. Además de agregar nuevas figuras, lo primero que haré será
cambiarle el título. Se llamará «Arquetipas». ¿Cómo me fui a equivocar en eso?
«Cortina de elefantes» nació de la idea de desarrollar ciertos conceptos que para mí significan conectarme con el origen de elementos
que me parecen esenciales a la hora de entender mi propia existencia. Hay poemas allí como «Cosmos», «Caos», «Agua», «Tiempo»,
«Sueño», «Habla», «Palabra», «Silencio» y «Nada»”.
es más matemático. Es una ecuación que no puede llegar a
dos resultados diferentes. En cambio, la narrativa tiene miles
de caminos que puedes recorrer y es difícil acertar y llegar
al correcto. En mi caso, comienzo una y otra vez un cuento,
por ejemplo, y de pronto me estanco. Creo que esta dificultad
tiene que ver con la libertad de dejarme ser, de exponerme
mucho más y romper límites. Eso aún me cuesta, pero es el
desafío diario de un escritor. Escribir de la manera más honesta posible”.
Jessica Atal siente que sus ancestros árabes marcaron su vida. También fueron los que la llevaron al periodismo.
“Estuve en un colegio católico y era ‘la turca’, porque los palestinos que llegaron a Chile bajo el dominio del imperio turcootomano lo hicieron con pasaporte turco. En el colegio yo no
quería saber mucho de mis orígenes porque estaban asociados
a una desvalorización. Mi primer escrito publicado no fue un
libro de poemas ni mucho menos. Fue un reportaje que hice
en 1988 sobre la Intifadah palestina, a menos de un año de
estallar esta revolución en los territorios ocupados por Israel.
Este reportaje llegó a manos de Juan Pablo Illanes, editor de
redacción de «El Mercurio» en ese tiempo. Sin conocerme, lo
publicó de inmediato y me abrió las puertas del diario para
seguir colaborando. Escribí sobre diversos temas y en distintas secciones. Entre medio, tuve una librería. Es decir, me rodeaban libros por todas partes. Los vendía, escribía sobre ellos
como crítica literaria, y el 2000 asumí como editora general
de «El Mercurio-Aguilar». Entonces me tocaba, además de
escribir sobre libros, producir las obras de otros autores.
Como empecé a escribir en la «Revista de Libros», a fines de
los 80, leía poesía y narrativa de autores consagrados, tanto
chilenos como extranjeros. Mi propia escritura quedó marginada. Tenía, como digo literalmente en «Carne Blanca», la
autoestima por el suelo. Fue un período de no creer en mí
como escritora. Raro, después de todo lo que había soñado
con llegar a serlo. Pero todo lo mío, mi creación, la encontraba
mala. No volví a pensar en publicar un libro en mucho tiempo. Sólo volví a mi escritura cuando renuncié al diario para
dedicarme a mis hijos”.
IVÁN PETROWITSCH
–Y ahora viene un nuevo género a tu vida ¿De qué trata tu
próximo proyecto, es relacionado con el teatro?
“Le he dado connotación teatral porque se trata de un diálogo
virtual. Todo ocurre en un espacio inmaterial. La comunicación se proyecta en la pantalla de un celular. No hay ningún
contacto físico con la otra persona,
“MI PRIMER ESCRITO PUBLICADO NO
pero afecta nuestras emociones de
una o mil maneras. Es una conversaFUE UN LIBRO DE POEMAS NI MUCHO
ción por WhatsApp entre un hombre
MENOS. FUE UN REPORTAJE QUE HICE EN y una mujer que transcurre en el período de un mes. Quise reflejar aquí
1988 SOBRE LA INTIFADAH PALESTINA,
el factor neurótico que predomina en
A MENOS DE UN AÑO DE ESTALLAR
este tipo de relación. La soledad que
hay detrás. La distancia. La no comuESTA REVOLUCIÓN EN LOS TERRITORIOS
nicación, finalmente, que resulta de
OCUPADOS POR ISRAEL”.
este tipo de vínculo virtual. Una de
las paradojas de nuestro mundo… La
lanza Uqbar en octubre. Me encantaría que alguien la adaptara al teatro. Es un drama, sin duda, aunque es cómico. Hay
que reírse de uno mismo, hay que vivir así, con mucho sentido
del humor. Revertir las cosas, revertir y dar energía”.
–¿Cuándo surge la poesía? ¿Por qué este género?
“Escribo desde los seis años mis diarios de vida (o de muerte)… Fue
quizás a los ocho que soñé con ser escritora y escribía cuentos. La
poesía surge en la adolescencia. Por supuesto, eran versos y poemas
horribles. Pero hasta hoy me ocurre que encuentro muy malo lo que
escribo una vez que lo dejo ir y aparece publicado. Por eso, rara vez
vuelvo a mis libros. Comienzo a encontrarles miles de fallas. Palabras que sobran, versos muy pretenciosos… ¡Los reescribiría todos!
¿Por qué la poesía? La poesía es lo que he publicado. Pero también
he escrito narrativa. En un par de meses edito con Uqbar una suerte
de obra de teatro virtual. Además, tengo un volumen de cuentos
inéditos y estoy trabajando en un par de novelas. Hay una que está
muy avanzada y espero terminarla este año.
La poesía es lo que me resulta más rápido. Tengo una gran capacidad de síntesis y eso ayuda. De alguna manera, el género lírico
“La vida es misteriosa, los dioses caprichosos y nosotros inconstantes”, Santiago Posteguillo (1967), novelista español.
La Panera I 35
RODRIGO DÍAZ
Literatura
WERTHER Y BARTHES
EL SUFRIMIENTO DEL ALMA ENAMORADA
POR JESSICA ATAL K.
C
uando Roland Barthes escribió
su libro «El discurso amoroso»
(1977), se basó, entre otras obras,
en una de las novelas de amor más
importantes de la literatura universal: «Los
sufrimientos del joven Werther», de Johann
Wolfgang Von Goethe, publicada por primera vez en Leipzig en 1774.
La tragedia amorosa de Werther –explica el
filósofo y teórico de la literatura Georg Luckács (1885-1971)– es una explosión trágica
de todas las pasiones que suelen aparecer en
la vida, si bien éstas ocurren de un modo disperso, particular y a veces abstracto.
Pero lo primero y más significativo que tienen en común la obra del autor alemán y la
del teórico literario francés es que reúnen, de
36 I La Panera
Barthes, exégeta
obsesivo,
encuentra en
Werther la esencia
del discurso
amoroso en todas
sus formas.
manera magistral y revolucionaria, cada una
de modo único y original, los aspectos más
significativos que atormentan el alma enamorada. “Laceración” es una palabra clave
para entender la mente –y la funcionalidad
del cuerpo– de Barthes; un sinónimo melodramático de “herida”. Si bien no se trata de
ser masoquista, Barthes, así como Goethe,
entiende profundamente el concepto de agonía. El amor produce heridas que a veces son
sencillamente incurables. De ahí entonces
la necesidad del acercamiento y la reflexión
constante sobre la obra del escritor alemán
para llegar a escribir, quizás, la más dolorosa
de las obras del francés.
Barthes, exégeta obsesivo, encuentra en
Werther la esencia del discurso amoroso en
todas sus formas. Basada en la propia historia de su amor frustrado, la primera novela
epistolar de Goethe ahonda en los aspectos
más íntimos del amor: las primeras alegrías y
esperanzas que este sentimiento suscita, para
caer después, y trágicamente, en el inevitable
sufrimiento, la ansiedad y la locura del alma
enamorada: “¿Tendría, entonces, que ocurrir
que lo que hace la felicidad del hombre se
haga a su vez la fuente de su desdicha? (…)
Todo el cálido sentir de mi corazón en la viva
Naturaleza, que me invadió con tanta delicia,
convirtiéndome alrededor el mundo en un
paraíso, ahora se me convierte en un tormento insoportable, en un espíritu de sufrimiento
que me persigue por todos los caminos”, escribe el atormentado joven.
En las primeras cartas a su amigo Wilhelm, Werther participa y admira la Naturaleza ardiente y sagrada. Se siente divinizado
en la rebosante abundancia. Las espléndidas
Dos de los más
hermosos y a la
vez complejos
aspectos del
amor en los
que también se
detiene Barthes
son el significado
del corazón y el
estado de “estar
enamorado del
amor”.
como baluarte del Sturm und Drang (Tormenta e Ímpetu), movimiento prerromántico
que pretende la sublevación del sentimiento
y del instinto vital contra la tiranía del entendimiento y la razón. Un grupo de jóvenes,
principalmente en el ámbito literario, busca
romper con las normas morales y estéticas.
Al respecto, escribe Feuerbach: “Que no sea
nuestro ideal un ser castrado, desencarnado,
copiado; sea nuestro ideal el hombre entero,
real, omnilateral, completo, hecho”.
Así, la literatura deja de ser una abstracción
pobre y vacía, y el conjunto de experiencias de
belleza luminosa que se da en un mundo donde “lo único que hace necesario al hombre es
el amor”, como escribe Goethe, permite que el
compromiso con la lengua y la escritura que
emana de su obra siga siendo objeto de análisis en la actualidad: “¡Cómo podrá representar
la letra, fría y muerta, el florecimiento celestial
del espíritu!”, es la queja de Werther que se repite a menudo en la conciencia de escritores
superados por la fuerza de emociones y expe-
EL AMOR PRODUCE HERIDAS QUE A VECES SON
SENCILLAMENTE INCURABLES. DE AHÍ ENTONCES LA
NECESIDAD DEL ACERCAMIENTO Y LA REFLEXIÓN
CONSTANTE SOBRE LA OBRA DEL ESCRITOR ALEMÁN
PARA LLEGAR A ESCRIBIR, QUIZÁS, LA MÁS DOLOROSA
DE LAS OBRAS DEL FRANCÉS.
formas del mundo infinito se mueven en su
alma, animándolo todo. Pero, después de enamorarse de Charlotte (o Lotte, como le dicen
amorosamente) se da cuenta de “lo temible”
de la situación que vive. “El escenario de la
vida infinita se transforma (…) en el abismo
de la tumba abierta eternamente”. La angustia lo ciega. No ve las fuerzas creativas ni del
cielo ni de la tierra, sino una infinitud desolada que devora y rumia eternamente.
En su carta del 21 de agosto observamos
cómo en vano extiende sus brazos hacia ella
cuando amanece de sus pesados sueños; en
vano la busca por la noche entre las sábanas
de su cama… Un torrente de lágrimas brota de su corazón oprimido, llora sin consuelo
ante un oscuro porvenir. Un día más tarde,
escribe a su amigo: “Es una desdicha, Wilhelm: mis fuerzas activas se han destemplado
en una inquieta laxitud; no puedo hacer nada,
y tampoco dejar de hacer. No tengo imaginación, ni sentimiento en la Naturaleza, y los
libros me dan asco. Cuando nos faltamos a
nosotros mismos, nos falta todo”.
Pocas son las novelas que tienen una relación tan estrecha con el origen del yo moderno, con el subjetivismo, como el «Werther». Se
consagró esta obra como una fuerza contraria
a la Ilustración del siglo 18, instaurándose
riencias que no encuentran una salida racional
a sus emociones y movimientos del alma.
De allí que lo que hace Barthes en su «Discurso amoroso» sea, asimismo, tan único, revolucionario y genial. El escritor francés se
sumerge, en pleno siglo veinte, en el lenguaje
que se da en el espacio interno del amante, en
sus balbuceos, tanto en la anatomía dolorosa
del deseo y de la angustia como en el éxtasis y
LOS SUFRIMIENTOS
la riqueza de las delicias del alma.
DEL JOVEN WERTHER
Los aspectos del amor que describe BarJohann Wolfgang
thes,
basándose en la lectura del «Werther»,
Von Goethe
son
varios
y diversos. En primer lugar, está el
Edición de
estallido
trágico
del sentimiento de aniquilaWaltraud Wiethölter
ción
que
afecta
al
enamorado desesperanzado.
y Christoph Brecht
Uno
de
los
temas
clave en la obra de Goethe
Traducción de José
María Valverde
es, justamente, el suicidio. Werther defienPenguin Clásicos.
de su derecho a la autoaniquilación de un
Penguin Random
modo, como explica Luckács, que tiene aún
House Grupo Editorial resonancias revolucionarias. Mucho antes de
Colombia, 2016
haber tomado la decisión concreta de suici220 páginas
darse, Werther sostiene un diálogo “doctrinal”
con Albert, el novio de su amada Lotte. Éste,
un ciudadano común y corriente, niega, aferrándose a sus normas burguesas, que exista el
derecho al suicidio. Pero Werther, entre otras
cosas, le contesta: “¿Llamarás débil al pueblo
que, sufriendo bajo el insoportable yugo de
un tirano, se levante por fin y rompa sus cade-
nas?”, estableciendo, de este modo, la libertad
de acción de la personalidad humana, lejos de
las reglas sociales imperantes en la época.
Otro de los temas que toca Barthes es aquel
del amante que, si no olvida a su objeto amado, si no se desprende de alguna manera de
él, puede llegar a morir de exceso de amor, de
agotamiento, de una tensión insostenible de
la memoria. En el «Werther», la lucha consigo
mismo se refleja en unos apuntes, que probablemente –como explica el narrador– sean el
comienzo de una carta a su amigo Wilhelm:
“Su presencia, su destino, su comprensión por
mí arrancan todavía las últimas lágrimas de
mi cerebro agotado”….
Dos de los más hermosos y a la vez complejos aspectos del amor en los que también se
detiene Barthes son el significado del corazón
y el estado de “estar enamorado del amor”. En
ciertas ocasiones, Lotte aparece como una figura insípida y plana. Este objeto amoroso,
la mujer, es idealizado, adorado, cubierto de
alabanzas, disfrazando quizás el sentimiento
que hay detrás. Esto es que Werther pudiese
estar enamorado no de ella sino de la idea del
amor. Se anula, así, el objeto amado bajo el
peso del “ansia” de estar enamorado.
EL CAMINO DE LA VIDA
El corazón, por otra parte, alude a todo
tipo de movimientos y deseos del alma. Es,
en síntesis, el órgano del deseo. Se expande
o se debilita tal como lo hacen los órganos
sexuales. Y, sin embargo, es objeto de la más
profunda angustia: ¿qué hará el otro o la otra
con mi corazón? ¿Lo acogerá o lo despreciará? Werther aprecia, sin duda, su corazón más
que su mente o sus talentos. De allí que el final
que le espera no sea sino la muerte, el destino
trágico de un amor que no encuentra lugar en
este mundo. Se criticó la obra de Goethe así
como se convirtió en un best seller de la época.
Igual ocurrió con la obra de Barthes. Ambas
son impresionantemente honestas, nacidas de
un corazón sensible que da pasos gigantescos
hacia la evolución de la humanidad. Por eso, y
para terminar, cito una reflexión hecha por un
Goethe ya maduro, lejos del joven de 25 años
que escribiera su novela romántica: “Si bien
se mira, esa fase de Werther de la que tanto se
habla no pertenece a la marcha de la cultura
universal, sino al camino de la vida de todo
individuo que, con innato y libre sentido natural, debe aprender a vivir y a adaptarse a las
formas constrictivas de un mundo anacrónico. La felicidad malograda, la actividad impedida, los deseos insatisfechos no son crímenes
de una época determinada, sino debilidades
de cada hombre, y mal irían las cosas si cada
cual no tuviere, al menos una vez en su vida,
una época en la cual el Werther le parezca escrito precisamente para él”.
“Cómo quieres que te olvide si cuando comienzo a olvidarte me olvido de olvidarte y comienzo a recordarte”, Woody Allen (1935).
La Panera I 37
Popcorn
[ POR DANIEL CANALA-ECHEVARRÍA ]
RETWEET
1. @presidencia_cl: La Pdta. Bachelet comparte el sentir nacional ante
la partida del gran José Balmes. Su vida
y obra son parte esencial de nuestra
historia.
L I B R O «México 86. Mi Mundial, mi verdad»,
de Diego Armando Maradona (Sudamericana, 2016). Lo recomiendo básicamente
porque me gusta el fútbol, pero también
los libros con anécdotas y contados en
primera persona; no necesariamente una
biografía. Además, definitivamente el Mundial de México ’86 es el que más recuerdo,
donde este genio se consagró como el mejor de la historia.
2. @manugarpez: Nos deja su obra
y su compromiso. Gracias maestro José
Balmes.
3. @camila_vallejo: Nunca lo
olvidaremos querido compañero José
Balmes. Gracias por esa vida generosa
y llena de luz
P E L Í C U L A «The Hateful Eight», de Quentin
Tarantino (2015). Me quedo con esta cinta
porque soy fanático de este director, quien
nunca decepciona. Un filme muy al estilo
de sus anteriores producciones, lo que por
sí es un sello de garantía. Excelentes actuaciones y un tremendo guión.
4. @tv_monica: Hoy partió un
grande: José Balmes. Pintor, valiente,
consecuente como pocos. Premio
Nacional de Artes un catalán que se
hizo chileno.
S E R I E «Blindspot» (NBC, 2015-2016).
5. @lcruzcoke: Muere José Balmes,
gran pintor y artista plástico Chileno-Español. Mi sentido pésame a sus amigos
y familiares. +Q.E.P.D.
Entretenida serie que se puede encontrar
en Netflix, sobre una mujer que aparece
después de 25 años, sin recordar quién es y
con su cuerpo tatuado por completo. Una
historia que te atrapa desde el primer segundo. Se la recomiendo a todas las personas con las que converso de series.
6. @baradit: Ptas, José Balmes. Mi
poeta chileno preferido. No era ninguna
de las dos cosas, pero si. :/
D I S C O «Mundo Hostil», de Weichafe (2016).
7. @GrupoCongreso: Lamentamos la muerte del artista visual José
Balmes...
JORGE BRANTMAYER
8. @gteillier: Consternado por
sensible fallecimiento del gran pintor y
querido compañero José Balmes.
Dentro de lo que he escuchado este año,
para mi gusto es el mejor disco de rock. Un
sólido sonido comulga a la perfección con
el concepto detrás del álbum y la puesta en
escena de la banda al tocar en vivo. Excelente desde todo punto de vista.
L E O, V E O, E S C U C H O, V OY
9. @ErnestoOttoneR: Nos ha dejado el inmenso José Balmes, uno de los
más grandes maestros. Recordaremos
tu valentía, tu consecuencia, y tú genio.
TOMÁS OLIVERA
Es uno de los chefs nacionales más aclamados
del último tiempo, siendo incluso elegido en
2008 como el mejor de Chile (Revista «Qué
Pasa»). Lideró las cocinas del restaurant Zanzíbar y del Hotel Ritz-Carlton. Luego se independizó con Caruso, en Valparaíso, y Casamar, en
Las Condes. Publicó este mes de agosto el libro
«La cocina de mi vida» (Grijalbo), una biografía
culinaria. Hoy trabaja en el exitoso programa
MasterChef Chile, de Canal 13. Éstas son sus
recomendaciones.
10. @oleismos: Qué pena José
Balmes... Un tremendo artista.
11. @uchile: Lamentamos muerte del
Pr. Nacional, estudiante y ex académico
de la U. de Chile, José Balmes http://
uchile.cl/u6538
12. @consejocultura: En @
MNBAChile se realiza velorio del Premio
Nacional de Artes, José Balmes.
13. @ramirez_polo: En el 2012 tuve
el honor de conversar con José Balmes y
Gracia Barrios en @RadioDuna
14. @reformacultura: El artista
#JoséBalmes, nacido en España y
refugiado en Chile, murió a los 89 años
por un mal intestinal.
15. @Clape11: Muere un gran
artista, premio nacional de artes 99 ,
refugiado de la guerra civil española
llega a Chile en el Winnipeg. Grande José
Balmes
I
M
P
E
R
D
I
The Onion (@TheOnion)
Es uno de los portales de noticias más importantes
del mundo, que ha destacado por la cobertura de
eventos locales, nacionales e internacionales. Si bien
en sus comienzos (1765) era un periódico impreso
de bajo alcance, hoy The Onion disfruta de una lectoría diaria de 4,3 billones de personas, convertiéndose
en una de las organizaciones más influyentes de la
actualidad. Además, son pioneros en ofrecer humor
por las redes sociales.
B
L
E
O B R A D E T E AT R O «Cerati. Nada Personal»
(Cultura Capital, 2016). Dirigida por Natalia
Grez y con Matías Oviedo interpretando al
cantautor argentino, es por lejos el mejor
musical que he podido ver este año. Si Cerati y Soda Stereo son parte de tu playlist
favorito, ver esta obra es una oportunidad
única de volver a enfrentarte a sus melodías
y letras. Imperdible.
E X P O S I C I Ó N «Sueños en Vuelo»
(Museo Nacional de Bellas Artes, 2016).
Son decenas de coloridos volantines colgantes instalados en el hall central del Bellas Artes, con el sello único e indiscutible del artista
Mono González. Muy ad-hoc para el mes de
septiembre, súper chileno y se complementa
perfecto con ese sentido muy nuestro.
S
Jean Jullien (@jean_jullien)
Graduado en la Central Saint Martins y en The Royal
College of Art de Londres, este francés natural de
Nantes es tan ecléctico que, así como un día puede
estar ilustrando para un libro, un póster o una
camiseta, al día siguiente puedes verlo preparando
una videoinstalación. Resulta complejo explicar por
qué debes seguirlo, pero si ves su trabajo en su web
(jeanjullien.com), probablemente te den ganas de
hacerle “follow”.
Casey Neistat (@CaseyNeistat)
El conocido director y productor de cine primero se
hizo famoso gracias a sus populares trabajos en
YouTube, pero poco a poco ha estado haciendo la
transición a Snapchat para realizar las observaciones
y críticas humorísticas que siempre lo han caracterizado. Además, es cofundador de la red social Beme y,
junto a su hermano Van, son creadores de la serie de
HBO «The Neistat Brothers».
RECOMENDADOS
YO
ESTUVE
AHÍ
DE NETFLIX
PELÍCULA
«Winter in Wartime»
Es el último invierno de la II Guerra Mundial
y en la Holanda ocupada la nieve lo cubre
todo y la comida escasea. Michiel, un chico
de trece años, está deseando colaborar con
la Resistencia, que crece de forma clandestina en respuesta al odio que profesa
por los Nazis. Su oportunidad llega cuando
su vecino Dirk le pide que entregue un
sobre en el nombre de la Resistencia. Filme
postulado por Holanda como candidato al
Oscar 2010 en la categoría de película de
habla no inglesa.
Santiago - Teatro Sidarte
25 de julio de 2016
Mario, Luigi y sus Fantasmas
(@mario_luiggi_y_sus_fantasmas)
977 seguidores
26 Me gusta
COMO OVEJAS Y
LOBOS, TEMPORADA
FINAL/ teatro sidarte
#mesdemarioluiggiysusfantasmas
#teatrosidarte
#marioluiggiysusfantasmas
#comoovejasylobos
ISAAC LAWRENCE / AFP
Dirección: Martin Koolhoven
Duración: 103 minutos
COMO OVEJAS Y LOBOS
I N S P I R AC I O N E S : A N N I E L E I B OV I T Z
SERIE
«The Get Down»
Verano de 1977. Nueva York es una
ciudad decadente y vapuleada. Armados
únicamente con juegos de palabras, bailes
improvisados, algunos rotuladores y tubos
de spray, una banda de adolescentes del
South Bronx sellará un pacto que irá
creciendo y creciendo hasta cambiar sus
vidas –y el mundo– para siempre. La primera temporada se desarrolla a lo largo
de doce episodios. Los seis primeros se
estrenaron el 12 de agosto pasado a través de Netflix, mientras que los restantes
seis lo harán en 2017.
Dirección: Baz Luhrmann y Stephen Adly Guirgis
Duración: 60 minutos (cada capítulo)
S
i hablamos de fotografía contemporánea, indefectiblemente llegaremos al nombre
de esta artista estadounidense nacida en 1949, en el seno de una familia judía. Por
delante de su cámara han desfilado actores, actrices, políticos, escritores y atletas,
transformándose en uno de los nombres más respetados de la industria y en la fotógrafa
mejor pagada del mundo.
Su talento y reputación la han llevado a trabajar para revistas como «Vanity Fair», «Rolling Stone» y «Vogue». Admiradora de grandes nombres de la fotografía como Henri
Cartier-Bresson o Robert Frank, en los últimos años Leibovitz ha pasado de retratar a
personas dentro de determinados contextos a crear contextos alrededor de determinadas personas, mayoritariamente personas famosas.
Es la responsable de algunas de las instantáneas más célebres y representativas de los
últimos treinta años. Suya es la imagen de John Lennon desnudo abrazando a Yoko Ono
unas horas antes de morir, o aquella portada de la revista «Vanity Fair» en la que la
actriz Demi Moore aparecía desnuda mostrando su avanzado estado de embarazo.
Nos encanta Annie Leibovitz. Nos inspira. Su obra forma parte de las colecciones de
museos como el Metropolitan de Arte, de Nueva York; el Smithsonian de Arte Norteamericano, de Washington D.C.; y la National Portrait Gallery, de Londres. Si pasas por
ahí, no olvides visitar su trabajo.
SANFIC 12
Santiago - CorpArtes
24 de agosto de 2016
Guillermo Söhrens
(@nosoyguille)
709 seguidores
92 Me gusta
Texto: Nadie nos pescó
en la alfombra roja de la
inauguración de #sanfic así
que selfi. #sanfic12
F A N P A G E D E L M E S I «Stranger Things»
D O C U M E N TA L
«The Salt of the Earth»
Desde hace cuarenta años, el fotógrafo
Sebastião Salgado recorre los continentes tratando de captar los cambios de la
humanidad. Ha sido testigo de grandes
acontecimientos que han marcado la
historia reciente: conflictos internacionales, hambruna, éxodos, etc. Sin embargo,
ahora decide visitar territorios vírgenes
con grandiosos paisajes y fauna y flora
exóticas. Se trata de un gran homenaje fotográfico a la belleza del planeta.
Participan en el proyecto su hijo Juliano y
Wim Wenders, también fotógrafo.
Dirección: Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado
Duración: 100 minutos
Es indiscutiblemente la serie del momento. Con una sola temporada –desarrollada a lo largo de ocho capítulos–, esta producción original de Netflix se
robó el corazón de todos, principalmente de quienes recordamos los ’80
como una época donde consumimos altas dosis de televisión, ciencia ficción
y música, que nos marcaron hasta hoy. Definitivamente, una puerta abierta
a esos años que jamás olvidaremos.
Dirigida por Matt Duffer, Ross Duffer y Shawn Levy, «Stranger Things» es la
historia de un niño que desaparece del mapa sin dejar rastro. En su búsqueda desesperada, tanto sus amigos y familiares como la policía local se ven envueltos en un enigma extraordinario: experimentos estatales ultrasecretos, fuerzas paranormales terroríficas y una niña muy, muy extraña.
El furor a nivel mundial por esta serie ha sido tal, que no hay día en que no aparezca nuevo material sobre
ella en las redes sociales. Fotografías de los cinco niños protagonistas antes de hacerse conocidos, videos de
ellos bailando o cantando, memes, imágenes graciosas, escenas destacadas, temas no resueltos que podrían
ser abordados en la segunda temporada –ya confirmada por sus creadores–, etc. Todo da pie para ser
relacionado con «Stranger Things», y gran parte de este material se puede encontrar en este fanpage, que ya
tiene cerca de dos millones de seguidores.
Un excelente lugar para reencontrarse con Eleven, Mike, Dustin, Lucas y Will; elucubrar teorías sobre algunos
enigmas de la serie, escuchar el excelente soundtrack y volver a vibrar con esos entrañables años ’80.
WORLD PRESS PHOTO 2016
Santiago - Fundación Telefónica
27 de agosto de 2016
Pablo Ortega
(@pablo.ortegas.ph)
393 seguidores
41 Me gusta
Gran exposición!
#worldpressphoto #2016
#estoyenwpp
Gestión Cultural
Esto es sin asustarse. El «Libro
Negro del Emprendedor» pone
el dedo sobre los Factores
Clave del Fracaso, mientras el
90% de las iniciativas muere
antes de cuatro años.
¡SÁLVESE
QUIEN PUEDA!
POR PILAR ENTRALA V.
T
irón de orejas para quien no está
dispuesto a tropezarse. “No digas
que nunca te lo advirtieron”, es la
bajada del «Libro Negro» con que
el catalán Fernando Trías de Bes (1967) tiene a los emprendedores concentrados en lo
que NO deben hacer para sacar adelante su
negocio. El especialista en mercadotecnia e
innovación se justifica, “sin querer asustar a
nadie”, haciendo hincapié en que aun cuando “el 90% de las iniciativas fracasa antes de
cuatro años, sólo el 3% de los manuales de
empresa se dedica a explicar Por Qué”.
Lo bueno es que el texto pone el ojo en
una idea con la cual todos hemos tenido que
lidiar alguna vez: “de los errores, siempre se
aprende”.
Para marcar la diferencia con el resto de las
lecturas especializadas y mostrar el otro lado
de la moneda, el autor enfrenta los archiconocidos Factores Clave de Éxito (“éstos figuran con 20.900 entradas en el buscador de
Google”) con los rezagados Factores Clave
de Fracaso: “Para los FCF, el Señor Google
ha escupido nada más que dos entradas en
toda la red. Probemos en inglés…. Key Success
Factors ofrece 636.000 entradas en Google, y
Key Failure Factors, 119”, ironiza Trías de Bes.
En Chile, las cifras no están lejos de esta
realidad: “El 80% de los emprendimientos no
alcanza a llegar a los cinco años”, acota Gustavo Toledo Bruzual, experto del Fondo para
la Convergencia Estructural del MERCOSUR, FOCEM, primer mecanismo solidario
de financiamiento propio de los países de ese
bloque, y cuyo propósito es reducir las asimetrías de la región.
40 I La Panera
ALFREDO CÁCERES
PIONEROS Y COLONOS
“No existir motivación inicial, no desear
ser independiente. Tener miedo a la incertidumbre y no ser tolerante a la frustración son
aspectos fundamentales para llegar a concluir
que NO HAY PASTA DE EMPRENDEDOR”, adelanta el técnico venezolano quien, tras
repasar el nuevo libro de
Tries de Bes, acepta rayar
la cancha marcando la diferencia entre el Emprendedor y un Empresario:
“Puede compararse con
la realidad que vivieron GUSTAVO TOLEDO
BRUZUAL
Pioneros y Colonos. Los
FundesLatinoamérica
primeros comienzan a explorar o poblar territorios vírgenes de los cuales se puede saber poco o nada, son osados,
no tienen miedo, vanguardistas, soñadores e
idealizadores. Después vienen los de “adaptación temprana”, son despiertos y quieren
aprovechar la oportunidad encontrada por
sus predecesores. Sólo a partir de ahí vienen
los colonos que enfrentan una nueva tierra
cuando los caminos ya están abiertos, las semillas plantadas y la inseguridad disipada”,
explica el experto radicado en nuestro país.
Luego agrega: “Un emprendedor puede
convertirse en empresario en el momento que
decide darle tranquilidad a su “espíritu” y empezar a gestionar aquello que conquistó o creó.
Un empresario puede gestionar una idea que
otro creó o emprendió, y quizás jamás sufrir
las derrotas y frustraciones del emprendedor.
No quiero decir que la vida del empresario sea
fácil, pero se enfoca en un terreno ya trillado”.
“Batallador y Aperrado”, como se autodefine cuando dicta sus clases en nuestro largo
y desequilibrado territorio, bajo la consigna
“Cómo iniciar mi propia empresa”, este consultor internacional sostiene que todo negocio debiera ser rentable el primer año: “Desde
el primer momento se debe tener un Plan de
Negocio donde se establezcan las previsiones
de ingresos, gastos e inversiones, y si algo no
se cumple se deben establecer las decisiones
a tomar. La evaluación y el ajuste de los elementos clave permitirá orientar el negocio
para obtener beneficios. Éstos son: Segmentos de clientes, Propuesta de valor, Canales de
distribución, Relación con el cliente, Fuentes
de ingresos, Recursos, Actividades, Socios y
Estructura de costes”.
EN LA CUERDA FLOJA
“Crecer es bueno pero no siempre es necesario. Según cuando sea, puede ser la ruina”,
advierte en la web el «Libro Negro», ante lo
cual el “profe” Gustavo Toledo arremete: “Si
no se sabe bien con qué clientes crecer y cómo,
se terminará queriendo crecer con todos y la
obsesión será el crecimiento, pero el resultado
final no garantizará rentabilidad. No necesariamente vender más se corresponde con un
resultado económico mejor. Depende de la
mezcla de clientes y productos rentables que
sean prioridad en las ventas para tener mejor
resultado. En escenarios riesgosos es frecuente que se presente un deterioro de la cartera
de clientes y se eleve el nivel de riesgo de crédito de las empresas en razón a su actividad
comercial y las cuentas por cobrar. La esencia
de los negocios no siempre es crecer, en ocasiones, hay que ser cautos”.
–El emprendedor es libre.
“No logra desconectarse jamás del proceso
creativo. Crear en sentido estricto es producir de la nada, es extraer algo nuevo de
algo que nada contiene, y para él eso genera
disfrute y libertad”.
–¿No fracasan las ideas sino las personas?
“Muchas de las ideas que pueden convertirse en negocio u oportunidad pasan porque
la persona en realidad sea emprendedora”.
–¿La diferencia con un probador de fortunas?
“Emprender es un acto emocional y el emprendedor se debe a él. El caza fortuna le
está dando el ‘palo al gato’ y quizás no tenga capacidad de lucha”.
–“Como un bombero, al gestor lo incierto le
procura especial placer”.
“Nada que agregar. Ambos tienen una misma forma de vida y corren riesgos”.
–¿La prueba de fuego?
“Saber caminar por la ‘cuerda floja’, disfrutar la INCERTIDUMBRE”.
FACTORES CLAVE DEL FRACASO
01. Emprender con un motivo, pero sin motivación
02. No tener carácter emprendedor
03. No ser un luchador
04. Contar con socios cuando en realidad puede
prescindir de ellos
05. Escoger socios sin definir criterios de elección
relevantes (su socio debe tener la misma escala
de valores)
06. Ir a partes iguales cuando no todo el mundo
aporta lo mismo
07. Falta de comunicación y de confianza con
los socios
08. Pensar que de la idea depende el éxito
09. Adentrarse en sectores que no gustan o
se desconocen
10. Escoger sectores de actividad poco atractivos
11. Hacer depender el negocio de las necesidades
y ambiciones familiares
12. Emprender sin asumir el impacto que tendrá
sobre nuestro equilibrio vital
13. Crear modelos de negocio que no dan beneficios
rápidamente y de modo sostenible
14. Ser Emprendedor y no Empresario, y no retirarse
a tiempo
EL “LADO OSCURO” DE LOS NEGOCIOS
Quince serían los “lamentables motivos” para emprender.
• Estar en Paro y tener que salir adelante
• Odiar al jefe
• Odiar la empresa
• No soportar recibir órdenes
• Compatibilizar la vida personal y profesional
• Tener libertad de horario
• Gozar de potestad para decidir la fecha de vacaciones
• Creer que se gana más dinero emprendiendo que
trabajando por cuenta ajena
• Querer recuperar el patrimonio que perdió la familia
• Demostrar algo a los demás
• Demostrarse algo a uno mismo
• Demostrar algo a los padres
• Querer hacerse rico o dar un pelotazo (meter un gol)
• Contribuir “al desarrollo de la región”
• Dedicarse a un tema que gusta y al cual no es posible
dedicarse si no es emprendiendo
MENTIRA
“¿Sabiendo por qué otros tienen éxito usted
evitará su fracaso? Mentira…
¿No es mucho más lógico dar a conocer
las piedras con las que tropieza el 95% de los
emprendedores que analizar un 5% de hombres o mujeres de Éxito?”, concluye la lectura
de la publicación de Fernando Tries de Bes, y
aconseja: “No emprenda para arreglar su vida
personal, sino por la satisfacción que le produce la aventura de emprender”.
A modo de enganche y provocación, al
final del texto se lee: “Si no está de acuerdo con este diagnóstico, puede votar en
www.triasdebes.net”.
USTED NO LO HAGA
“El socio es gratis... ¡Mentira! Es el más caro de todos los
recursos”, se lee en el «Libro Negro del Emprendedor».
Aquí algunos Consejos.
“Si está pensando en tener socios:
-Porque necesita dinero, hable con un banco
-Solo no puede con todo, emplee un trabajador
-Hay un área que no domina, contrate ese servicio
-Necesita comentar ciertas cosas, contrate un coach
- Tiene miedo, haga deporte”.
Por último, si está pensando leer más sobre lo que
NO debe hacer, visite el siguiente link:
www.academia.edu/6142711/128838401-El-LibroNegro-Del-Emprendedor-pdf
“Fracasar no es perder, es no haberlo intentado”, Xavier Gabriel (1957), empresario español.
La Panera I 41
Gastronomía
POR MARÍA TERESA HERREROS
Desde Londres. Fotos: Spring Restaurant
U
bicado en el centro del arte y de la cultura londinense, en la
icónica Somerset House, ha logrado su objetivo de entregar una experiencia gastronómica que no sólo encanta en
la mesa, sino que también permanece en la memoria de sus
numerosos y fieles clientes. El Spring se ha constituido en el restaurant preferido y de moda para la capital inglesa y para todos quienes
tienen la oportunidad de conocerlo.
El agrado comienza al entrar al elegante espacio que fuera un living-room en el siglo XIX y que ha sido restaurado y recién abierto al
público después de ciento cincuenta años. Ahí se instaló el Spring con
comedores decorados en forma luminosa y moderna, bajo altos techos,
amplios ventanales y lámparas grandes y burbujeantes. Una perfecta
escena para elegir entre las delicias de la carta con la cordial ayuda del
equipo de atendedores, amable y conocedor de cada plato, de sus ingredientes y de la forma de su elaboración. Algo
no menor y especialmente apreciado por los haLA CARTA CAMBIA CON CADA
bitués. A lo que se suma el look de los uniformes
de los mozos, cortesía de los diseñadores Egg &
ESTACIÓN, INCLUYENDO,
Trager Delaney, con camisas de franjas blancas
COMO ES DE ESPERAR, LOS
con rojo o azul o verde bajo sus delantales blanMÁS APRECIADOS PESCADOS
cos, que prestan un toque de color a la discreta
elegancia del restaurant.
Y LOS INFALTABLES CERDO Y
En nuestra primera visita resultó memorable
CORDERO QUE TANTO GUSTAN la exquisita entrada de higos con ricotta de búfalo, algo de kohlrabi y de jamón San Daniele, que
A LOS INGLESES.
no pudimos evitar pedir nuevamente cuando
volvimos, algo no tan fácil debido a que el menú
se renueva regularmente. Ya entablada una amistosa cercanía con la
maître, Sarah, nos habló de los demás ingredientes, de los aderezos,
del dorado de las almendras agregadas y de la forma de prepararlas.
Dependiendo del momento del año, también se podrían probar sus
famosas escalopas caramelizadas, con crema fresca y jalea de ají ahumado. Imperdible.
La carta cambia con cada estación, incluyendo, como es de esperar,
los más apreciados pescados (róbalo con hinojo asado, confite de limón
y tomates, aceitunas negras y aioli); y los infaltables cerdo y cordero que
tanto gustan a los ingleses (paletilla de cordero de lenta cocción con
garbanzos, zapallo italiano y pimientos asados). En el Spring se precian
de ofrecer una cocina basada en ingredientes seleccionados, sanos e impecables, preparada por un equipo que se apasiona y lo disfruta como
un privilegio, bajo las órdenes de la afamada chef Skye Gyngell. No se
puede ignorar un detalle que constituye una estrella más del restaurant:
el pan, celebrado como el mejor que uno haya probado y que combina a
las mil maravillas con la mantequilla hecha en casa preparada con kéfir.
Todo finaliza muy bien con una simple y delicada espuma de merengue
acompañada de puré de castañas y una salsa jersey sabrosísima, o cualquiera de los helados de cinco sabores que son especialidad del Spring,
al punto de tener un muy visitado ice-cream bar.
42 I La Panera
SPRING
Imperdible
Centro Cultural
El Spring es uno de los lugares
elegidos por quienes visitan la
señorial Somerset House, ubicada
en el corazón de Londres, entre el
río Támesis y The Strand. Desde su
apertura al público, el año 2000,
en este amplio edificio de estilo
neoclásico se han desarrollado
numerosos programas de conciertos y de cine al aire libre, moda,
diseño y arquitectura, que atraen
anualmente a más de dos millones
de visitantes. A su entrada está
la imperdible Courtauld Gallery,
que exhibe una sobresaliente y
muy apreciada colección de artes
decorativas, esculturas, muebles y
principalmente pinturas y dibujos
europeos que datan desde el
Renacimiento hasta el siglo pasado.
Destaca su colección de las más
grandes figuras del Impresionismo
y Post-impresionismo, con obras
maestras de Manet, Monet, Cézanne, Gauguin, Van Gogh.
EL RESTAURANT QUE
ENCANTA A LOS LONDINENSES
Skye Gyngell es una de las chefs más celebradas y respetadas de Gran
Bretaña. Nacida en Australia, dio sus primeros pasos gastronómicos en Sydney,
siguió en París, donde estudió en la escuela de cocina La Varenne, para radicarse finalmente en Londres. Luego de un período en el Dorchester, asumió
el rol de chef a cargo del celebrado Petersham Nurseries. Ahí se destacó por
su elegante cocina en creación de platos inspirados en el entorno de cada
estación del año y obtuvo una estrella Michelin. Fue crítica gastronómica del
«Independent» durante cinco años y escribió tres libros de cocina, el primero
de ellos premiado como el mejor del año por la Asociación de Escritores
Gastronómicos ingleses. Buenamoza y encantadora, instalada mañana y tarde
en la cocina, su lugar preferido, en el que se siente a gusto para crear y realizar, y donde sólo ella diseña el menú. Desde allí se asoma amablemente a su
ventana para intercambiar comentarios y risas con quienes tienen la oportunidad de saludarla al llegar al Spring.
La carta de vinos, preparada bajo la supervisión del reputado sommelier Frank Embleton, es notable. Desde sus muy creativos cocktails,
sus espumantes –que incluyen el espléndido Champagne Krug– y los
vinos en que predominan los provenientes de Francia e Italia junto
con los mejores de la producción inglesa.
El Spring está abierto diariamente al almuerzo y la comida, excepto la tarde del domingo. Muy concurrido es también a la hora del
pre-theatre, entre las 17:30 y 18:30 (los ingleses acostumbran a comer
antes de la función), cuando el restaurant ofrece un menu simple a
elección que resulta muy apropiado para esas ocasiones. O sencillamente un trago, un helado, un sandwich (el de centolla con manzana
y nueces es una delicia), o sólo un perfecto bicerin con capas de espresso
y chocolate de Turín, servidos en un agradable lugar a la entrada, todo
blanco, con mesitas redondas y adornado con ramajes verdes.
“Para comer bien en Inglaterra es recomendable desayunar tres veces”, François Rabelais (1494-1553), humanista francés.
La Panera I 43
Fundación El Observatorio
POR MIGUEL LABORDE
44 I La Panera
GENTILEZA EDITORIAL ORIGO
C
O M O PA Í S N AC I M O S T E N S O S ,
tironeados entre el rigor científico de la
Ilustración y el aire libre del Romanticismo. Con una obsesión por el orden pero también
necesitados de poesía para soportarlo. Dos seres
en uno, tratando de convivir sin despedazarse.
Fue nuestra inusual geografía la que nos hizo así,
necesitados de disciplina para enfrentar sus energías indomables, pero también poseedores de un
sino poético generado por el aura trascendente
de nuestros paisajes. Como éstos, evocan otros
mundos y dan vida a dimensiones extrañas, no nos
basta el orden, y muchas veces lo detestamos.
Era lógico que la cultura de la Ilustración nos
sedujera, más que el Barroco que reinó sin contrapesos en gran parte de la América Latina. Con
Carlos III, el impulsivo rey Borbón que modernizó España, nos deslumbramos con los lenguajes
de la ciencia y de la técnica, los que prometían
un mundo más racional y eficiente, con inventos
y avances que, a paso firme, asegurarían “la felicidad de todos los vasallos”.
Chile parecía más necesitado de ella que ningún
otro territorio de América, divididos como estábamos por la Guerra de Arauco, agotados por los
enormes esfuerzos económicos de financiar cerca
de 250 fuertes y fortines, deprimidos tras el abusivo terremoto de 1730, que nos echó el país abajo
cuando recién lo habíamos reconstruido, después
de 1647. No queríamos más guerra.
Muchos españoles se fueron, no deseaban tanto rigor, no era la idea al venir a América, pero
fue por eso que los reyes Borbones nos mandaron a los gobernadores más progresistas, como
Amat, Manso de Velasco, Henríquez y Ambrosio
O’Higgins, hombres ejecutivos y lúcidos, capaces
de diseñar estrategias de desarrollo premodernas. Eran duros también, ejecutores contra viento y marea. Con ellos comenzó eso de avanzar
por la razón o la fuerza.
De ser la provincia remota y pobre, la más desgraciada, comenzamos a vivir un nivel de organización que, sin saberlo, nos estaba preparando
para la autonomía independiente.
Pero, nos faltaba algo más, que nos conmoviera.
Latinos americanos, necesitábamos un relato
poético y sensible y es por eso que el ensueño
romántico nos cayó como anillo al dedo. Después de todo, si algo teníamos era una naturaleza
virgen, casi deshabitada, y esa poética surgió, precisamente, en una Inglaterra que, cansada de los
valles de Francia e Italia, tan perfectos como los
del Loira o la Toscana, comenzó a añorar las frías
CHILE, IGUAL A SÍ MISMO
El «Patrimonio artístico en Chile, 1790-1840», último libro de Isabel Cruz,
aporta tierra fértil. Su catastro de esa época, desde medallas y billetes a muebles y
trajes, desnuda los valores de ese medio siglo fundacional; porque los objetos y los
dibujos son imágenes que hablan.
Nos dicen que, después de todo, seguimos luchando contra los mismos enemigos
internos, el mismo peso de la noche, y soñando los mismos sueños de altos
volcanes que arrojan su luz a estos valles pequeños.
GENTILEZA EDITORIAL ORIGO
Foto superior: Bandera del Batallón de Cazadores.
Página opuesta: Escudo de Chile de 1819.
selvas de su zona de lagos, el escenario mítico de
su origen brumoso, sus paisajes adormecidos en
la niebla. Mientras sus ciudades se oscurecían con
las industrias humeantes y las locomotoras a vapor, los poetas huyeron de regreso a los bosques
cercanos a la mítica Gladstone. Como nosotros,
eran hijos extraños, mezcla de tecnología y poesía, mestizos de siquis.
La clave de salida fue latina, sin embargo. La
aportaron los arqueólogos europeos,
casi todos ricos aficionados, los que
comenzaron a desenterrar el mundo
romano con sus columnas y estatuaria,
sus pétreas fuentes y frescos murales,
un mundo que sacó a la luz el cuerpo humano, de nuevo desnudo, para
iniciar un mundo diferente, otro ciclo
histórico.
Su imaginario tomó forma por la
añoranza de un tiempo más natural y
sencillo, cercano a la tierra, aligerado
del peso civilizatorio de la historia, el
que estaba resultando excesivo para
los primeros europeos realmente
modernos. Bajo el influjo romántico, pidieron
más libertad.
No todo era puro ensueño, porque el mundo
industrial todo lo electrizaba como temió la joven Mary Shelley al escribir su Frankenstein; las
señales eléctricas se extendían hasta los confines y el arquetipo del hombre nuevo ensalzó al
hombre de acción.
La cultura se renovó gracias a viajeros capaces
de arriesgar la vida para explorar los territorios
más remotos, a héroes románticos que luchaban
por la libertad en las tierras más lejanas –como
Lord Byron–, a dibujantes que lápiz en mano esbozaban las más exóticas floras y faunas.
Llegaron a Chile, lo que el libro preciso de Isabel Cruz catastra con detalles, cada obra de esos
ingleses, franceses y alemanes que, audaces, hasta
aquí navegaron para ser los creadores del primer
relato del fin del mundo.
Es interesante esa persistencia de la acción física, del viaje en que se arriesga la vida, así como
la exaltación del desnudo grecorromano que se
traslada al dibujo de los nativos. Hasta el estoicismo de los espartanos, o de los romanos antiguos con su disciplina y resistencia, será para
los patriotas americanos un imaginario seductor,
el que incluso se introducirá en la educación de
nuestros países.
«La Araucana», la obra de Alonso de Ercilla, es
paradigmática, y por algo se leyó con avidez en los
años de la Independencia; es un relato fundacional
de América, pero también un ensueño europeo
y romántico. Ercilla, viajero del Viejo Mundo, aquí
encarna los signos de su época.
En un escenario de naturaleza virginal, la selva
FUE NUESTRA INUSUAL GEOGRAFÍA LA QUE NOS HIZO
ASÍ, NECESITADOS DE DISCIPLINA PARA ENFRENTAR SUS
ENERGÍAS INDOMABLES, PERO TAMBIÉN POSEEDORES
DE UN SINO POÉTICO GENERADO POR EL AURA
TRASCENDENTE DE NUESTROS PAISAJES. NO NOS
BASTA EL ORDEN, Y MUCHAS VECES LO DETESTAMOS.
fría del sur, su pueblo rebelde y libertario es un
símbolo muy completo; como exhibe el libro de
Isabel Cruz, las figuras de indígenas son constantes en las obras de arte oficial en esos años. Es
como si los patriotas, también lectores de Rousseau, de pronto descubrieran que “el buen salvaje”, ese ser intocado por los males de la civilización, estaba vivo y vivía en el sur de Chile.
No hacía falta añorarlo en el Lake District, en
el norte lluvioso y salvaje de las Islas Británicas.
En relación a Bernardo O’Higgins y sus años en
Richmond, tan cerca de Londres y en contacto
con artistas e intelectuales que eran ilustrados
y románticos a la vez, surge la curiosidad por saber más al respecto. En especial si, tal como se
recuerda en el texto, el libertador tuvo influencia
inglesa pero luego de crecer en este sur de epopeya, junto a hijos de caciques que fueron sus
amigos y aliados, hablando en mapudungun, origen muy diferente a los santiaguinos hermanos
Carrera y a Manuel Rodríguez, que lo hicieron
en pleno centro de Santiago, a una cuadra del
Palacio de La Moneda, en casas enfrentadas.
O’Higgins cree, romántico, en un ser humano
nuevo y purificado por la naturaleza, sin apellidos
con historia ni linajes entroncados en Europa, sin
discriminación racial tampoco, lo que deriva de
evocaciones grecorromanas y “araucanas” sintetizadas. Cada ciudadano, libre y virtuoso, sería el
creador de su historia, reconocido por su mérito
personal y glorificado por una Orden al Mérito.
Obsesiva aparece la imagen de un sol que se
eleva entre los volcanes andinos, con su dorada
promesa de futuro esplendor para todos los habitantes de esta tierra ya independiente.
Es previsible pero siempre interesante ver
cómo alemanes, franceses e ingleses construyen
un imaginario de Chile a partir de sus propias
culturas; a veces pareciera que nos acercan a
nuestra florifauna y al mundo indígena, pero tal
parece también que nos los ocultan detrás de
sus miradas necesitadas de maravillarse para no
hundirse en el sinsentido de una Europa que estaba perdiendo toda su dimensión mágica, sumida en el desencanto industrializador.
Lo de los ingleses es lo más explosivo, están
aquí de inmediato, se suman oficiales a las batallas,
se apropian de Chile en más de un sentido, comenzando por Lord Cochrane y Maria Graham.
Alemania es Rugendas pero muy especialmente Alexander von Humboldt, figura decisiva
para seducir a Europa con una América pura y
desnuda, virginal, que tácitamente ofrecía al Viejo
Mundo una segunda oportunidad, un regreso al
encanto de lo prístino que ya no era posible allá.
Aquí estaba la potencia todavía, la plenitud del
Paraíso Perdido, aquí es donde el hombre occidental podía escapar y salvarse de las armaduras
inflexibles de una civilización útil y eficiente, pero
también castradora de todo espacio abierto al
Cosmos; América era la plataforma que permitía
entendérselas en directo, tal como en el mundo
antiguo, con el Universo total y la música de sus
esferas. La imaginación no estaba domesticada
en el Nuevo Mundo.
El libro, con toda su prolija persecución de materiales creados en esos 50 años fundacionales
de la República, nos deja con sentimientos encontrados. Permite constatar que el arte europeo –y vinieron creadores de calidad, sensibles a
estos entornos– también nos sedujo. Apenas nos
liberábamos de la presencia de los conquistadores españoles armados, gracias a la Independencia, cuando fuimos capturados por otros de un
modo que, desde las profundidades del arte y la
cultura, nos comenzamos a independizar recién
a fines del siglo XX, cuando los creadores locales, con mano firme, tomaron rumbos propios.
Pareciera que ahora estuviéramos comenzando
a vivir, en estas décadas recientes, la Segunda y
definitiva Independencia.
MIGUEL LABORDE es Director Cultural de la Fundación El Observatorio (Centro de Estudios Geopoéticos de Chile), director de la Revista
Universitaria de la UC, profesor de Urbanismo (Ciudades y Territorios de Chile) en Arquitectura de la UDP, miembro del directorio de la Fundación
Imagen de Chile, miembro honorario del Colegio de Arquitectos y de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, y autor de varios libros.
La Panera I 45
Reflexión
ENTRE EL HIELO Y EL FUEGO
POR EDISON OTERO
E
N L A PÁG I N A 2 0 5 D E L A V E R S I Ó N A L E S PA Ñ O L
de su libro «Diario de la galera», el escritor húngaro Imre Kertész escribe:
“En sus apuntes de los años cuarenta, Wittgenstein no se refiere ni una
sola vez a la guerra. ¿Es de admirar o de extrañar?”. Lo que no es de extrañar es que Kertész se formule la pregunta. Después de todo, conoció en carne propia
los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald. En tanto sabemos de los
horrores que sumó la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el cierre maléfico de las
bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, por supuesto que cabe preguntarse cómo es
que a Wittgenstein no le merecieron ni la más mínima alusión.
No es el único silencio al que uno puede referirse. Martin Heidegger no abrió la
boca por esos mismos años y tampoco dijo palabra en los años que siguieron, considerando que en los años treinta había adherido entusiastamente al Tercer Reich.
No deja de sorprender. Aclaremos que no se trata de que hayan faltado al manoseado compromiso del intelectual que infectó tantos escritos hacia la mitad del siglo.
En los comienzos de su flamante carrera como filósofo europeo, Wittgenstein tuvo
la simpatía, apoyo y admiración de los miembros del Círculo de Viena, conocidos
como positivistas lógicos. De hecho, fueron los editores de su memorable «Tratado
Lógico-Filosófico» (1921) y dedicaron muchas reuniones del círculo para analizar el
texto del pensador. No pudo escapársele el hecho de que la mayoría de los miembros de ese grupo tuviera que salir de las garras del ascenso de los nazis al poder.
¿Sucede, más bien, que una persistente preocupación por la contingencia perturbe
la dedicación filosófica? Es posible. Hacia fines de los años cincuenta, tan cerca de los
olores, los sabores y los chirridos de la Segunda Guerra Mundial, el filósofo francés
Maurice Merleau-Ponty calificaba
con dureza la obsesión por la conLAS TEMPERATURAS INTERMEDIAS
tingencia política, caracterizando las
TIENEN INCONTABLES MATICES. NO
acciones definidas en términos de
tácticas, como esa “serie discontiSIEMPRE ES POSIBLE IDENTIFICAR
nua de actos sin mañana”. El extreQUÉ ES LO SUSTANTIVO Y QUÉ ES LO
mo del fuego del compromiso está
perfectamente representado en
INTRASCENDENTE. CUESTIÓN QUE
Jean Paul Sartre repartiendo panNO SÓLO AQUEJA A LOS FILÓSOFOS.
fletos en las calles de París, mientras militaba en un grupo maoísta,
o en Georgy Lukács que dedicó su libro «El asalto a la razón» a José Stalin, mientras
millones desaparecían en los territorios ilimitados de la Siberia soviética.
No es fácil imaginar a Sartre o a Albert Camus guardando silencio frente a la
ocupación alemana de Francia o la guerra civil en Argelia, así como resulta impensable un Wittgenstein firmando declaraciones públicas contra la persecución
nazi en las universidades intervenidas o repudiando la quema de los libros de la
biblioteca de Sigmund Freud. Si las acciones de Sartre pudieran ser consideradas
como un extremo inútil de inmersión en la contingencia, el silencio de Wittgenstein y Heidegger pueden ser considerados como un extremo de la insensibilidad
y la falta de empatía por el dolor de millones.
No se está obligado a elegir entre el hielo y el fuego, entre otras cosas porque
las temperaturas intermedias entre un extremo y otro tienen incontables matices.
Y porque no siempre es posible identificar qué es lo sustantivo e importante, y
qué es lo intrascendente. Cuestión que no sólo aqueja a los filósofos. Después de
todo, la Iglesia Católica miró para el lado cuando los ejércitos de uno y otro signo
pavimentaban de sangre la Europa de los años cuarenta y hasta se permitió firmar
acuerdos con el Tercer Reich.
Aristóteles fue tutor de Alejandro Magno. Más allá de la anécdota, se trata de
una relación difícil de calificar. Para muchos, Alejandro no fue más que un genocida. Eso hace más digna la reacción de Diógenes, cuando Alejandro acudió a conocerlo en Atenas. Haciendo gala de su poder, el Emperador le dijo que pidiera lo
que quisiera. Instalado en su tonel –según cuentan algunas crónicas de la época–,
Diógenes le pidió que se corriera un poco porque le estaba tapando el sol. Es
el mismo Diógenes que salió a recorrer las calles en pleno día, con una antorcha
encendida. Le preguntaron qué pretendía y respondió que buscaba hombres.
De haberlo hecho en los años cuarenta del siglo pasado, Diógenes habría tenido
serias dudas de identificar como tales a Wittgenstein y a Heidegger.
EDISON OTERO BELLO es Licenciado en Filosofía y profesor titular por la Universidad de Chile.
Se ha especializado en las áreas de la epistemología, el desarrollo del pensamiento crítico y
la teoría de la comunicación.
Agenda Santiago / septiembre
Club Thelonious
Teatro Nescafé de las Artes
Manuel Montt 032, Providencia - Teléfono: 2 2236 -3333 - www.teatro-nescafe-delasartes.cl - www.ticketek.cl
Bombero Núñez 336, Barrio Bellavista - Teléfono ( 2) 2735-7962
«LA NEGRA ESTER»
JAZZ
15, 16 y 17 de septiembre, 20:30 horas. Entradas: $8.000 a $18.000.
13 de octubre, 21.30 horas y 23.00 horas.
Entradas: $4000.
Basada en «Las décimas de la negra Ester», de Roberto Parra, es la historia del puerto de San Antonio
con las vivencias de la vida bohemia en la década
de los 40. Micaela Sandoval Ramírez interpreta a la
negra Ester, que vive en el célebre burdel «Las luces
del puerto». Dirección original y adaptación teatral
de Andrés Pérez Araya. Responsable artística: Rosa
Ramírez.
EVA YERBABUENA
MURGA
21 y 22 de septiembre, 20:30 horas. Entradas: $25.000 a $50.000.
23 y 24 de septiembre, 21:00 horas. Entradas: $12.000 a $32.000.
La coreógrafa y bailaora de flamenco Eva María Garrido (1970) presenta «Sólo para Chile», cante, baile y
toque puro, bajo la dirección musical de Paco Jarana.
Conocida como Eva Yerbabuena, ha sido merecedora
del Premio Nacional de la Danza, la Medalla de Andalucía, el Time Out a Mejor intérprete femenina de danza (Londres 2003), premios MAX y Giraldillo Bienal
de Flamenco de Sevilla. Fue reconocida en 2010 por
el Círculo de Críticos de Arte de Chile.
La murga Agárrate Catalina presenta «Un día de
julio». Fundada en 2001, la compañía uruguaya tiene
cinco discos de oro y uno de platino.
Dirección Escénica: Tabaré Cardozo.
«LA COMADRE LOLA»
30 de septiembre, 1 de octubre, 21:00 horas; 2 de octubre, 19:30 horas.
Entradas: $5.000 a $15.000.
Del dramaturgo Alejandro Sieveking (1937), «La
Comadre Lola» despliega lo mejor del realismo
folclórico-poético chileno. Elenco: Nathalie Nicloux,
Marcela Espinoza, Iñigo Urrutia, Cristián Gajardo, Alex
Vidal, Bárbara Santander, Juan Carlos Cáceres, Hernán
Vallejo, Luis Valenzuela. Banda musical en vivo, integrada por Eduardo Ardiles, Manuel Núñez y Andrés
Viviani. Dirección Artística: Ángela Vallejo.
ÓPERA «TRISTÁN E ISOLDA»
8 de octubre, 13:00 horas.
Entradas: $25.000 (platea alta), $30.000 (platea baja).
Transmisión en directo, full HD, desde la Metropolitan
Opera House, bajo la batuta del director de orquesta inglés Sir Simon Rattle (1955) y régie de Mariusz
Treliński.
La sorpano sueca Nina Stemme (1963) interpretará a
Isolda, y el australiano Stuart Skelton (1968) será Tristán. Los acompañan Ekaterina Gubanova (Brangania),
Evgeny Nikitin (Kurwenal), René Pape (Rey Marke).
Coreografía a cargo de Tomasz Wygoda.
Esta es una coproducción con el Festival Hall BadenBaden, el Teatr Wielki, la Ópera Nacional Polaca, y
el China National Centre for the Performing Arts
(NCPA) de Beijing.
Teatro Municipal
La exponente nacional de jazz
vocal Rossana Saavedra se
presenta en el Club Thelonious con el repertorio de
destacados compositores y
temas originales en formato
cuarteto (reservacasadetodos@gmail.com).
Festival de Jazz
Para mayor información visite www.festivalchilejazz.cl
SEGUNDA VERSIÓN
7, 8 y 9 de octubre en Concepción - Santiago - La Serena
El Festival Chile Jazz reúne al pianista español
Chano Domínguez, el británico Martin Joseph &
Pacific Ensemble, y a los chilenos Ernesto Holman
Etno Jazz Trío, la cantante Francesca Ancarola y el
ensamble Quintessence (Premio Pulsar 2016).
Centro Cultural de España
Providencia 927 - Teléfono: 2 2795-9700 - www.ccespana.cl
MÚSICA ANTIGUA
13 de septiembre, 19:30 horas. Entrada liberada.
Ciclo de Música Antigua organizado por el Departamento de Música y Sonología de la Universidad
de Chile (DMUS). Esta sesión se enfocará en el
Renacimiento y el Barroco. Participan los jóvenes
intérpretes Roldan Cubillos, Ricardo Romero, Víctor
Castillo, Enzo Rissi, Inti Rodríguez, Alonso Díaz, Jorge Cárcamo, y Carlos Zamorano, bajo la dirección
del profesor Romilio Orellana.
Agustinas 794, Metro Santa Lucía - Fono Venta: 800 471000 - Abonos: 2 2463-8888 - Boulevard P. Arauco, Local 352-A Teléfono: 2 2432-9696 - municipal.cl
LA CUECA BLUES
BALLET
«EUGENIO ONEGUIN»
Entre el 27 de septiembre y el 1 de octubre.
La Orquesta Filarmónica de Santiago dirigida por José
Luis Domínguez y el Ballet de Santiago, con la dirección artística de Marcia Haydée, presentan «Eugenio
Oneguin», del compositor Piotr I. Tchaikovsky (18401893). Obra maestra que el destacado coreógrafo John
Cranko, conocido por su habilidad para relatar historias,
creó en 1965 para el Ballet de Stuttgart, basándose en
la novela del mismo nombre escrita por el autor ruso
Alexander Pushkin (1799-1837). Arreglos musicales:
Kurt Heinz Stolze. Escenografía y vestuario: Pablo
Núñez. Iluminación: José Luis Fiorruccio.
Duración: 1 hora 40 aprox. (no incluye intermedios).
46 I La Panera
ÓPERA «LA BOHÈME»
29 de septiembre, 19:30 horas. Entrada liberada.
Entre el 7 y el 16 de septiembre.
Show en vivo para celebrar los 40 años de producción artística de La CuecaBlues Banda (premio
Altazor 2011), conformada por Carlos Basilio (batería), Juan Caballero (bajo), Michel Durot (trompeta) y Luis Le-Bert, con su guitarra de cuerdas
metálicas e inconfundible voz.
Obra maestra de Giacomo Puccini, dirigida por José
Luis Domínguez, basada en escenas de la bohemia parisina del siglo XX del escritor francés Henri Murger
(1822-1861). Con la régie de Patrizia Frini, esta ópera
integra elementos románticos y realistas con toques
impresionistas. Elenco internacional: Aquiles Machado
(Rodolfo), Eri Nakamura (Mimí), Vittorio Prato (Marcello), Catalina Bertucci (Musetta), Oleg Budaratsky
(Colline), Andrey Zhilikhovsky (Schaunard), Cristián
Lorca (Benoit), Claudio Fernández (Parpignol), Cristián
Lorca (Alcindoro), Felipe Ulloa (Aduanero), Francisco Salgado (Sargento). Elenco nacional: José Azócar
(Rodolfo), Paulina González (Mimí), Patricio Sabaté
(Marcello), Yaritza Véliz (Musetta), Sergio Gallardo
(Colline), Javier Weibel (Schaunard), Pablo Oyanedel
(Benoit), José Barrera (Parpignol), Pablo Oyanedel
(Alcindoro), Augusto de la Maza (Aduanero), Cristóbal
Gutiérrez (Sargento). Escenografía y vestuario: Nicola
Benois. Iluminación: Ricardo Castro. Con sobretítulos
en español. Duración: 1 hora 45 aproximadamente
(no incluye intermedios).
SEA ORIGINAL... REGALE
Suscripciones: rvaras@lapanera.cl
CEAC Universidad de Chile
Centro de Extensión Artística y Cultural, Ex Teatro Universidad de Chile, Metro Baquedano, Plaza Italia. Teléfono: 2 2978-2480 /81 - Más info en: ceacuchile.com
CICLO 3
DANZA Y CUENTOS
30 de septiembre, 20:00 horas. Entradas: $8.000 público general, 40% de
descuento estudiantes y tercera edad.
El Ballet Nacional Chileno, BANCH, presenta
«Coreografía», de Carolina Bravo (Chile), basada
en la composición sinfónica «Pedro y el Lobo»
Opus 67, de Serguéi Prokófiev, escrita en 1936;
y reposición de la obra «Pluma», de Annabelle
López Ochoa (Bélgica / Colombia).
La Panera
Agenda internacional / septiembre
FERIA FRIEZE
Londres
5 al 9 de octubre
frieze.com
IMPERDIBLE
La feria internacional de arte contemporáneo Frieze, celebra su décimo
cuarta versión en el Regent´s Park de Londres, bajo la dirección de la joven
especialista Victoria Siddall. Con la participación de más de 1.000 artistas
y la presencia de las 160 galerías más importantes del mundo, esta cita
reúne a los principales coleccionistas en uno de los imperdibles que marcan
anualmente el fin del verano europeo. «The Nineties» (los noventa), a cargo
del curador suizo Nicolas Trembley, es una de las nuevas secciones, donde
se exhibirán obras realizadas en una época marcada por los cambios. Se suman «Focus» y «Live», dos plataformas destinadas a las galerías emergentes y
al montaje de instalaciones a cargo de jóvenes talentos. El programa de este
año contempla la participación del consagrado James Turrell (1943), de la
galería de Los Angeles, California, Kayne Griffin Corcoran, que se presenta
por primera vez con una monumental instalación de luz, mientras que el argelino Philippe Parreno (1964), de la galería londinense Pilar Corrias, exhibe
su nueva serie de esculturas concebidas conjuntamente con la comisión de
artistas de la Tate Modern. Una serie de presentaciones monográficas de
importantes autoras femeninas serán desplegadas en la sección principal de
la feria. Ahí expondrán Goshka Macuga (Galería Rüdiger Schöttle, Múnich),
Latifa Echakch (Mennour Kamel, París), Francis Upritchard (Kate MacGarry,
Londres), Penny Siopis (Stevenson, Ciudad del Cabo) y Channa Horwitz
(Galería Ghebaly). Siguiendo con la fuerte tendencia femenina de este año,
el evento reunirá obras de artistas emergentes como Sophia Al Maria, Rana
Begum, Monir Shahroudy Farmanfarmaian y Huda Lutfi. En una colaboración conjunta entre las Galerías Limoncello (Londres) y Taro Nasu (Tokio),
Ryan Gander presentará el proyecto curatorial «Auto-abstracción». Un
ciclo de debates, mesas redondas y conferencias hacen de este encuentro
una referencia dentro del sector de las artes visuales.
WHITNEY MUSEUM
Nueva York
Hasta el 2 de enero de 2017
whitney.org
48 I La Panera
NUNCA ES TARDE
A sus 101 años, Carmen Herrera desplegará
gran parte de su obra de Expresionismo Abstracto en el Museo Whitney de Nueva York.
Se trata de la primera exposición individual
de la artista en Estados Unidos desde 1998.
Organizada por los curadores Dana Miller
y Richard DeMartini, la muestra incluye 50
piezas, las cuales abarcan desde sus abstracciones tempranas realizadas en París hasta sus
reconocidas series «Blanco y Verde», junto a
una selección de sus más recientes trabajos,
así como de sus obras en tres dimensiones.
“Nunca se es demasiado viejo para convertirse en la mejor versión de uno mismo”, afirma
la artista cubana.
MUSEO DE ARTE MODERNO
Nueva York
Hasta el 22 de enero de 2017
www.moma.org
DE TODO UN POCO
Con el empleo de una amplia variedad de técnicas, Kai
Althoff (1966) es un artista distinto. Su trabajo es una
mezcla heterogénea de pinturas, dibujos, fotografías,
textos, instalaciones e incluso música. «And then leave
me to the common swifts”, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), ha sido curada por el
propio artista e incluye 200 obras, entre monografías,
esculturas, collages, dibujos y fotografías, de las cuales
75 provienen de colecciones privadas de Estados
Unidos y Europa. El creador sobresale por ofrecer una
mirada hacia distintas temáticas relacionadas con la
cultura alemana, desde su interpretación de los postulados góticos hasta la revisión del Expresionismo. Pero
la esencia verdadera de su trabajo reside en la creación
de todo un universo de carácter imaginario con el
que ironiza sobre cuestiones propias de la sociedad. A
pesar de la aparente heterogeneidad de sus propuestas, éstas alcanzan un notable grado de coherencia. El
recorrido invita a descubrir de todo un poco. Desde
el silencio aparente de sus características acuarelas y
pinturas hasta sus instalaciones más complejas.
MUSEO ALBERTINA
Viena
Hasta el 8 de enero de 2017
www.albertina.at
POR LOS CAMINOS DEL PUNTILLISMO
El Museo Albertina de Viena explora el Puntillismo a
través de una selección de obras de grandes pintores
como Georges Seurat, Paul Signac, Henri Matisse,
André Derain, Pablo Picasso, Gino Severini y Van
Gogh, quien ostenta un lugar especial dentro de este
movimiento surgido entre 1886 y 1930. Y es que el
artista holandés no recurría a esta técnica de manera
sistemática, sino que la empleaba con gran expresividad y pasión. Fue él quien introdujo este arte en París
y Arlés, y su influencia es perceptible en muchas de las
generaciones posteriores de artistas. Para la ocasión
han sido seleccionadas 100 obras, entre grabados,
acuarelas y cuadros vinculados a esta corriente.
GALERÍA LELONG
París
Hasta el 8 de octubre
www.galerie-lelong.com
VISIÓN DE CONJUNTO
Las obras de Arnulf Rainer (1929), Jannis Kounellis
(1936) y Antoni Tàpies (1923-2012), se presentan en
la Galería Lelong de París. Los tres artistas centran su
trabajo en la brutalidad de la materia y la energía del
gesto creativo. Cada uno se liberó del concepto de
“escuela” y tuvo que vivir los dramas de postguerra
del siglo XX desde muy joven, junto con enfrentar
los cambios científicos y tecnológicos de ese periodo, así como la emancipación intelectual, artística y
material. La muestra busca paralelismos, coincidencias
y diferencias entre estas figuras clave del arte que
contribuyeron de forma decisiva a la evolución de la
pintura. El catalán Tàpies sobresale con su exploración
de materiales y la inclusión en sus obras de signos y
objetos de la vida diaria; el griego Kounellis, por el uso
de materias primas y escenografías dramáticas; y el
austríaco Rainer se impone por sus obsesivos retoques y sus feroces autorretratos. Cada uno es reconocido internacionalmente y sus piezas son exhibidas en
los más importantes museos del mundo. Para Rainer
el desafío está, según sus propias palabras, en “lo impenetrable, lo fronterizo y la monotonía”.
Mientras a Tàpies le atraían “los motivos que tienen
relación con lo oculto y lo enigmático, y que resultan
difíciles de captar”, Kounellis cambió el marco de sus
cuadros por marcos de camas, puertas, ventanas o los
propios edificios de las galerías de arte.
GALERÍA WHITECHAPEL
Londres
Hasta el 15 de enero de 2017
www.whitechapelgallery.org
CUESTIÓN DE TIEMPO
La Galería Whitechapel de Londres presenta «William
Kentridge (1955):Thick Time». Son seis obras creadas
por el artista sudafricano entre 2003 y 2016, incluyendo dos de las instalaciones audiovisuales a gran escala
nunca antes vistas en el Reino Unido. «La negativa del
Tiempo» (2012) es una instalación multi-sensorial que
explora la transformación del tiempo a través de objetos,
sonidos e imágenes. Inspirado por una serie de conversaciones con el científico estadounidense Peter Galison
sobre las teorías de la época, la obra es una síntesis de
imágenes en movimiento, sonido y rendimiento. Por su
parte, «O Máquina sentimental» (2015), diseñada por
el autor utilizando agua salada, es una crítica en contra
del pensamiento del revolucionario ruso León Trotsky
respecto a que las personas son "máquinas sentimentales
pero programables”. Una serie de videos subtitulados
con los discursos de Trotsky e imágenes sobre su exilio
en Estambul serán proyectados en las puertas de cristal
de esa pieza.
El autor es reconocido por sus animaciones y dibujos,
que además exploran la historia del Colonialismo y el
drama actual de las Migraciones.
BIENAL DE ARTE
Sao Paulo
10 de septiembre al 11 de diciembre
www.bienal.org.br
INCERTIDUMBRE
La versión número 32 de la Bienal de Arte de Sao Paulo se realizará en el Pabellón Ciccillo Matarazzo de esa
ciudad, entre el 10 de septiembre y el 11 de diciembre,
bajo la consigna «Incertidumbre Viva» para poner énfasis en la inestabilidad del habitar humano en este siglo.
Un total de 81 artistas y colectivos centran su mirada
en los tópicos vinculados a la cosmogonía, la inteligencia
emocional, el cambio climático y el enfoque sistémico
hacia la ecología de los espacios naturales. El curador de
la muestra, Jochen Volz, argumenta: “Las clásicas decisiones de los gobiernos durante la historia no se pueden
aplicar en nuestros días, así como tampoco la ética que
ha sido violada en varias partes del globo. Si algunos
de los sucesos que se han predecido para un futuro
cercano en lo social, ecológico, económico y político se
cumplen, las crisis y cambios sacudirán el mundo”. La
mezcla de razas, creencias, mitos que se producen debido a las políticas migratorias, las mezclas de costumbres
y lenguajes, son temas de reflexión que Volz propone
para esta Bienal. Lo acompañará un grupo de curadores
con particulares puntos de vista y distintos campos de
trabajo: Gabi Ngcobo (Sudáfrica), Júlia Rebouças (Brasil)
y Lars Bang Larsen ( Dinamarca).
CENTRO POMPIDOU
París
Hasta el 23 de enero de 2017
www.centrepompidou.fr
REALISMO MÁGICO
Hacía 36 años que el Centro Georges Pompidou de
París no presentaba una retrospectiva en homenaje a
René Magritte (1898-1967). «La traición de las imágenes» es una exposición inédita sobre la obra del artista
belga cuyos trabajos giran en torno al fuego, la sombra,
las cortinas, las palabras y el cuerpo fraccionado. Del
centenar de pinturas, dibujos y documentos de archivo,
destaca su famoso cuadro «La perfidia de las imágenes» (1928-9), donde retrató una pipa y debajo puso
la leyenda «Ceci n’est pas une pipe» (Esto no es una
pipa), cuestionando la realidad pictórica bajo la lógica
de la filosofía. Magritte utilizó el mismo estilo y efecto
en su cuadro «La llave de los sueños», de 1930. El
maestro del realismo mágico presenta los objetos tal y
como los concebimos, pero a menudo los combina de
tal modo que la suma de ellos da lugar a una situación
irreal, absurda, onírica y fantástica.
GALERÍA THADDAEUS ROPAC
Salzburgo, Erwin Würm, hasta el 19 de noviembre
París, Lucinda Childs, hasta el 7 de enero de 2017
ropac.net
MINIMALISMO Y MÁS
Erwin Würm (1954) explora las paradojas de la vida en la Galería
Thaddaeus Ropac de Salzburgo. En «Lost», el artista austríaco ironiza
en torno a la alienación de los bienes en nuestra sociedad, jugando
en sus esculturas hechas en bronce, arcilla o poliester, con las nociones de volumen, peso y ausencia/presencia. Sin perder el sentido del
humor, Würm deja de manifiesto la pérdida de tiempo de nuestras
vidas dedicadas al consumo de bienes materiales. Llaman la atención
los autos que sólo giran a la izquierda, seres estampados en un muro,
gente literalmente enterrada hasta el cuello, casas a punto de caer
desde la altura de un edificio, museos obesos y museos que se están
derritiendo. Otros objetos cotidianos, como un pote de crema, un reloj o un sofá, aparecen para hacerle sentir al espectador nostalgia por
el pasado dentro de un contexto social e histórico. Llama la atención
el color amarillento de «Butter» (un refrigerador a tamaño natural), o
el color blanco cremoso de «Body» (un difusor de crema para el cuerpo gigante). También en la Galería Thaddaeus Ropac, pero en París, se
revive «Dance», obra realizada en 1979 por la coreógrafa y bailarina
(conocida como “la gran dama”) Lucinda Childs (1940), en estrecha
colaboración con el compositor estadounidense Philip Glass (1937),
quien escribió la música de la que hoy es considerada una de las piezas más emblemáticas y representativas del Minimalismo. La misma en
la que también colaboró el artista plástico Sol Lewitt (1928-2007), a
cargo de filmar la coreografía de Childs en una película en formato 35
mm que se superpone al escenario en una pantalla traslúcida, dotando a cada bailarín real de un doble virtual, en un ejercicio obstinado
que mantiene a los danzantes cruzando repetitiva e incansablemente
las calles imaginarias del escenario.
La Panera I 49
[ NOTASCUL | POR PAMELA MARFIL ]
> HISTORIAS EN 360°
C
uarenta imágenes de papel
cortado por láser forman
libros que pueden abrirse en
360° para narrar historias desde
distintos ángulos. La superposición que el arquitecto y diseñador Yusuke Oono realiza de
cada corte, crea espacios mágicos y misteriosos que estimulan
la curiosidad.
Conozca más en: http://www.
loftwork.com/portfolios/
oonoyusuke/page/2
EL ABC DE LOS ARQUITECTOS
Y
a sea para quienes se
inician o para conocedores expertos, el video
«The ABC of Architects» es
un excelente ejercicio para
conocer a los grandes de la
arquitectura o para disfrutar
con los detalles y la síntesis
que logra el diseñador gráfico y artista visual Federico González. Desde Alvar
Aalto a Zaha Hadid, vea la
animación en https://vimeo.
com/56974716
> GEN DEL ARTE EN EL ADN
C
uerpos esbeltos y altos que sirven
de lienzo para un pueblo etíope
que habita el Valle de OMO y que lleva
el gen del arte en su ADN. Abastecidos
por innumerables pigmentos obtenidos
de su geografía volcánica, logran una paleta de colores amplia: ocre rojo, caolín
blanco, verde cobrizo, amarillo luminoso
o gris ceniza. Hombres, mujeres y niños
experimentan con un gesto espontáneo y libre, combinando el color con
elementos de su naturaleza, como ramas, flores, semillas o pieles. El resultado
es tan propio y único que parecieran
creaciones para las pasarelas de moda
más vanguardistas. Para seguir impresionándose, revise la serie fotográfica de
Hans Sylvester, fotógrafo alemán que
por seis años se dedicó a registrar a los
etíopes del OMO: http://es.slideshare.
net/sotos1/the-omo-people-by-hanssilvester
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