incansables vigilantes del horizonte

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Equipo: Prismáticos náuticos
Incansables vigilantes
del horizonte
Los prismáticos son imprescindibles en el equipo de
crucero, de pesca e incluso compitiendo en las regatas
oceánicas del más alto nivel
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(DIEGO FRUCTUOSO)
La moderna electrónica aun no ha superado la sencilla efectividad de los
prismáticos. Esta clásica ayuda a la visión, obligatoria y muy útil en todas las
zonas de navegación, es además un importante elemento de seguridad.
T
an iguales y tan distintos. Los prismáticos son un equipamiento omnipresente
y muy recurrido en cualquier tipo de
barco y estilo de navegación. Los usan los
pescadores, los cruceristas y también los
regatistas, y lo hacen tanto cerca de la costa
como en alta mar.
No es sencillo escoger –ni tan siquiera generalizar- el modelo más apropiado para cada
navegante, y menos hacerlo en un mercado con miles de prismáticos diferentes con
precios que oscilan en una escala de 50,- a
2.000,- euros.
Asumiendo estas limitaciones, vamos a intentar echar una mano en la elección, una
elección que empieza conociendo los distintos tipos de prismático y las características
básicas que los diferencian.
Tipos de prismático
Con prismas tipo Porro: Son los prismáticos
de toda la vida (aparecieron en el siglo XIX) y
se caracterizan a simple vista por su eje de
lentes descentrado en cada ocular. En su interior hay unos prismas que desvían la imagen dos veces en su camino desde el lente
exterior al visor.
Los prismáticos tipo Porro tienen merecida
fama de robustos y fiables. La mayoría de
modelos homologados por los ejércitos son
(eran?) de este tipo. A igualdad de características, son bastante más pesados y voluminosos que los modelos con lente en continuo.
Con lentes continuos (también llamados
Amici o en “tejadillo”): Llegaron a las tiendas hace un par de décadas y han ganado
bastantes adeptos. Los grupos ópticos y
prismas de estos prismáticos están en línea,
lo que permite reducir el volumen y el peso
del prismático hasta modelos que caben sin
mayor problema en el bolsillo de la chaqueta. La contención en tamaño, ventaja en
muchos casos, puede incomodar a quienes
tienen la cabeza grande o mucha distancia
entre los ojos.
El sistema Amici es más delicado y sensible
de montaje (también algo más caro) que los
prismáticos tipo Porro, pero –en principio-
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Equipo: Prismáticos náuticos
Los prismáticos tipo Amici (izq.) tienen sus prismas centrado entre el lente y el visor. Los
prismas tipo Porro facilitan los lentes de mayor tamaño
deja pasar mejor la luz. Al dejar pasar mejor
la luz, los prismátios con lentes continuos
pueden permitirse reducir el diámetros de
sus lentes sin por ello perder luminosidad.
Esta cualidad, sobre todo en los modelos de
primer precio, puede afectar directamente a
la calidad final del prismático. Dicho de otra
manera, si hay que comprar un prismático
barato, mejor que sea tipo Porro, optando por
los modelos de lentes continuos en el caso de
primeras marcas.
Las lentes y sus recubrimientos
La gran mayoría de prismáticos se centran en
dos tipos de material para fabricar sus lentes;
el BAK-4 (al bario) o el BK-7 (al boro silicato).
Las propiedades ópticas del cristal BAK-4
son muy superiores a las del BK-7, proporcionando una visión con colores más nítidos
Las ópticas en línea de los Amici reducen el volumen y el peso del
prismático hasta modelos que caben en el bolsillo de la chaqueta
y contrastados. Es normal ver esta indicación
con el tipo de cristal rotulada en algún lugar
del prismático o su manual de instrucciones.
Si no menciona nada, el prismático llevará
seguramente cristales BK-7.
La calidad de los lentes se nota especialmente en los contornos de la imagen y tiene que ver –evidentemente- con los medios
técnicos de su fabricante. Los cristales
asféricos corrigen parte de estas aberraciones lineales y cromáticas, mientras los
múltiples recubrimientos van mejorando
la nitidez y eliminando brillos o destellos
indeseados.
En general (también depende de cada fabricante), los prismáticos tipo Porro son algo
menos proclives a los destellos internos que
los modelos en lentes continuos. Los recubrimientos coloreados en el lente exterior,
La indicación de cristales BAK-4 garantiza un nivel mínimo de calidad en cualquier prismático
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muy de moda desde hace unos años, no tienen otra función conocida que la meramente
estética.
Los prismáticos en cifras
Aumento: Se indica con un número que es la
relación entre la distancia real del objeto y la
distancia observada a través del prismático.
Un objeto situado a 700 metros, observado
con un prismático de 7x aumentos, se ve como
si estuviera a 100 metros (700/7=100). Si miramos este mismo objeto con un prismático
10x, nos parecería que está a 70 metros.
En tierra y a mano alzada es posible utilizar
prismáticos de hasta unos 10x aumentos. A
partir de 12x es recomendable ayudarse con
un trípode para poder mantener la vista fija
en un objeto sin los imponderables de la falta
de pulso.
Excelente prismático náutico 8x56 tipo Amici de
Zeiss, su precio sobre los 1.800,- € está a la altura de
sus prestaciones
En un barco, y por poco que se mueva, por
encima de 7x aumentos es difícil mantener la
visión perfectamente estable sobre un objeto
con el prismático. Solo los modelos de muy
alta gama, con una exquisita definición y un
amplio campo de visión, pueden saltarse –ligeramente- esta norma y llegar hasta 8x.
Diámetro del lente: Es la segunda cifra que
se cita en la definición de un prismático. Los
modelos para náutica suelen ser 7x50. El 7
–como hemos visto- se refiere al aumento y
el 50 es el diámetro del lente en mm. Cuanto
mayor sea esta cifra, siempre en directa relación con la calidad y revestimientos del objetivo, mayor será el campo de visión y también
mayor la cantidad de luz que pasará por el
prismático.
Ambas prestaciones son fundamentales en
barco, donde los prismáticos son requeridos
en condiciones de movimiento y de escasa luminosidad, incluida la noche cerrada. El problema es que el peso y el volumen del prismático aumentan proporcionalmente con el
diámetro de sus lentes.
La relación entre el diámetro del lente y
el precio del prismático no es tan evidente. Leica y Swarovski, por citar dos marcas
de muy alta gama, tienen pequeños prismáticos 7x35 o 7x42 que son auténticas joyas (incluido su precio) de precisión óptica
y que caben en el bolsillo de la chaqueta.
Pero con estas mismas características hay
prismáticos de primer precio y ópticas muy
simples que con los 30 o 40 mm. de diámetro de lente limitan mucho su luminosidad
en visión nocturna.
Campo de visión: El (amplio) campo de visión es una cifra a tener muy en mente a la
hora de escoger un prismático. Con los movimientos del barco, a menudo cuesta centrar
la visión del prismático en el objetivo. Cuanto
mayor sea el campo visual, más cómoda será
su utilización.
La perfecta y nítida circunferencia del visor es una
primera señal de la calidad del prismático. No ha de
haber deformaciones ni sombreados.
Los prismáticos y la vista corregida
Quienes usan gafas graduadas para ver a distancia han de ser puntillosos eligiendo su
prismático. Básicamente hay dos posibilidades: usar las gafas con el prismático o quitárselas y mirar con los ojos desnudos.
Usar las gafas con el prismático es la opción casi obligada si la graduación de los lentes
es muy alta y/o hay mucha diferencia (más de 3 ó 4 dioptrías) entre ambos ojos.
Con las gafas puestas, las dos prestaciones que se han de buscar en el prismático son
la goma protectora para minimizar entradas de luz laterales y –sobre todo- el ajuste de
distancia del ojo al visor. Esta última prestación –normalmente un ligero movimiento
longitudinal del visor- mejora mucho la visión y el enfoque usando gafas. Otra opción son
los anillos de goma de algunos oculares, que pueden doblarse en una o varias posiciones
para ajustar la distancia de la gafa al visor. Usando gafas bifocales, la visión a través del
prismático suele ser incómoda.
Los usuarios de gafas deben ser puntillosos en la elección de su prismático. Se ha de ir
probando hasta encontrar un modelo que resulte cómodo en su ajuste morfológico con la
cara y en la interdistancia de los ojos. La elección puede llevar cierto tiempo.
Cómo ajustar el corrector de dioptrías
Prescindiendo de las gafas para mirar por el prismático se ha de recurrir al reglaje de dioptrías que llevan la mayoría de modelos en uno de sus visores, normalmente en el derecho.
Esta escala no corrige las dioptrías como hacen las gafas, sino que equipara la diferencia
entre un ojo y el otro, de manera que, al enfocar el prismático, ambos “vean” lo mismo y
el usuario detecte los objetos de forma diáfana.
Para el ajuste, lo primero es poner el dial de dioptrías en la posición “0” o central. Luego
se tapa el lente derecho con la mano o con un cartón y, mirando con el ojo izquierdo, se
gradúa el enfoque hacia un objeto inmóvil a media distancia (70 – 100 m.) hasta conseguir
la visión más clara posible. Lo ideal es hacer esta operación en puerto, tomando alguna
casa o edificio como referencia. Las líneas verticales y horizontales de los edificios son
perfectas para afinar el enfoque.
Una vez ajustado el enfoque en el ojo izquierdo se tapa el lente izquierdo y mirando sólo
con el ojo derecho –sobre todo: sin tocar el enfoque- se va moviendo el anillo de dioptrías
hasta conseguir también la mejor visión posible hacia el objeto seleccionado.
El resultado de este ajuste ha de equiparar el diferencial de dioptrías entre ambos ojos,
consiguiendo la mejor visión posible sin necesidad de usar gafas. Evidentemente, si el
dial de dioptrías está en el visor izquierdo, todo el proceso se hace al revés.
Aunque aparente el mismo efecto, es recomendable tapar los lentes durante el ajuste en
vez de cerrar los ojos alternativamente. Al cerrar un ojo, el flujo sanguíneo e incluso el
globo ocular se alteran temporalmente y la visión tarda en volver a ser real, por cuanto el
reglaje conseguido no será del todo fiable.
Como decimos más arriba, si la miopía no es muy exagerada o se sufre presbicia será
suficiente ajustando el enfoque y el anillo de dioptrías. Con astigmatismo o miopía importantes suele ser mejor utilizar las gafas con el prismático y quienes utilizan lentes
también pueden tener dificultades con los enfoques fijos o automáticos que ofrecen algunos prismáticos.
Con vista corregida, incidimos en la recomendación
de probar distintos modelos de prismático antes de
comprar.
El reglaje de dioptrías no
corrige la visión como las
gafas, sino que equipara la
diferencia entre ambos ojos
de manera que “vean” lo
mismo y de forma diáfana
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(HAMISH HOOPER)
Equipo: Prismáticos náuticos
De día, la mayoría de prismáticos ofrecen prestaciones aceptables. Es en el ocaso y por la noche cuando las mejores ópticas hace valer su calidad y su precio
El campo visual se puede señalar indistintamente mediante un ángulo o con una distancia. En el primer caso es el ángulo efectivo
de visión del prismático, habitualmente entre
6,2º y 7,4º. En el segundo caso es directamente la distancia que abarcan los ojos de
lado a lado a 1.000 m. de distancia.
En los prismáticos 7x50, esta cifra oscila
normalmente entre 110 y 130 metros. Estos
20 m. son un mundo y marcan una de las
fronteras entre los prismáticos de primer
precio y los mejores modelos para náutica.
Cuanto más alta es la cifra (o el ángulo), mucho mejor.
Diámetro de visor o de pupila: La pupila humana tiene un diámetro que oscila entre 2 a
3 mm. de día y unos 7 mm. de noche, cuando
está más dilatada. Pensando en la óptima utilización nocturna, lo ideal es hacerse con un
prismático con 7 mm. de diámetro de visor,
pues así aprovechará al máximo la dilatación
de la pupila y podrá captar el mayor detalle
posible de las escenas von poca luz.
Para conocer el diámetro de visor de un prismático se ha de dividir el diámetro del lente
por el aumento. En un prismático de 7x50, por
citar la combinación más habitual en náutica,
esta división da 7,14 mm. cifra incluso superior a los 7 mm. que buscamos.
En principio, como comentamos en el párrafo anterior, los prismáticos de 7 aumentos y
lentes de 30 ó 40 mm. de diámetro darán peor
resultado en la oscuridad que los de 50 mm.,
por cuanto la calidad de sus lentes será crítica en el resultado final.
La perfecta y nítida circunferencia del visor
(se aprecia mirando con el prismático a cierta
distancia, con los brazos extendidos) es una
primera señal de la calidad del prismático. No
han de haber deformaciones ni sombreados.
La luminosidad relativa: Concepto muy parecido al brillo relativo. Esta cifra se obtiene
elevando al cuadrado el diámetro del visor. En
los prismáticos náuticos de 7x50 (diámetro de
visor de 7,14), esta cifra es pues de más de
50. Cuanto mayor sea la luminosidad relativa
más brillante se verá la imagen.
En uso diurno, un prismático con factor de
El atractivo y coloreado Hydro de Pentax (7x50), con
unas medidas que permiten llevarlo en el bolsillo de
la chaqueta y un precio sobre los 350,- €
Steiner Commander 7x50, un modelo náutico de alta
gama a cerca de 2.000,- euros
El compàs digital interno es una interesante y singular propuesta del nuevo Minox 7x50, a partir de
504,- euros
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Los Bushnell Marine 7x50, estancos, con cristal BAK-4 y un precio sobre los
130,- euros
luminosidad relativa de hasta 10 resulta suficiente, en días nublados una luminosidad de
10 a 16 es adecuada y de noche, lo mínimo es
25, siendo recomendables los modelos que
llegan hasta 50.
Sin embargo y para acabar de complicar los
conceptos, el valor de la luminosidad sólo
se corresponde a la par con el brillo relativo
percibido si la luz que entra a través de los
prismáticos es 100% efectiva, algo que sólo
ocurre si el diámetro del visor es –al menos- del mismo diámetro que la pupila del
ojo. De no ser así, se aplican unos factores
correctores de pérdida de brillo respecto a
la luminosidad.
Factor crepuscular: Tercer medida de la
capacidad de un prismático para reconocer
detalles en condiciones de poca luz. Se basa
en que la luminosidad es inversamente proporcional al cuadrado del aumento utilizado.
Para calcular el factor crepuscular hay que
multiplicar el diámetro del objetivo por el au-
Los pluses de calidad los encontramos en el calibrado de dioptrías, el reglaje preciso del enfoque, la ausencia de reflejos, las bisagras sin juegos muertos, la
estanqueidad, la luminosidad, la amplitud de campo
visual, la ergonomía, . . .
Apretando el botón, el estabilizador de imagen corrige entre 2º y 5º las vibraciones y los movimientos debidos al pulso
mento, y luego extraer la raíz cuadrada del
resultado. A mayor factor crepuscular, más
detalles se ven en la oscuridad. Los prismáticos de 7 x 50 tienen un factor crepuscular
del 18,7. Unas buenas cifras de luminosidad
relativa y factor crepuscular son importantes
usando prismáticos de noche.
Sistemas de enfoque: Hay dos grandes grupos
de prismáticos dependiendo de su sistema de
enfoque: los de foco fijo (llamados erróneamente autofocus) y los de enfoque central.
Los prismáticos de enfoque fijo requieren
un ajuste inicial de enfoque por parte del
usuario y luego quedan permanentemente
enfocados en todas las distancias para este
usuario. El sistema funciona bien en distancias medias y largas, con la gran ventaja de
la inmediatez de utilización y de un menor
número de piezas y componentes requiriendo su impermeabilización.
Su alternativa son los sistemas de enfoque
central, que tienen un dial giratorio de enfoque entre las ópticas. Su precisión es mayor,
sobre todo en las distancias cortas.
Aparte de las preferencias personales, los
enfoques fijos son menos prácticos que los
centrales en prismáticos que van a usarse
por distintas personas en el mismo barco.
Recordar de nuevo que las personas con problemas de visión y/o vista corregida suelen
sentirse más cómodos con los prismáticos de
enfoque central.
Sellado e impermeabilizado: Último en la
lista, pero posiblemente de los primeros factores a considerar. La resistencia al agua y a
la humedad son cruciales en un prismático
de uso náutico.
Como sucede en electrónica náutica, en los
prismáticos también hay distintos niveles de
impermeabilidad, desde la simple resistencia
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a los rociones hasta una estanqueidad a la inmersión de varios días a cierta profundidad.
Esta resistencia al agua está señalada en el
prismático, su caja o en el manual de instrucciones y vale la pena interesarse por la exacta
equivalencia del factor indicado (JIS, IP, etc.)
en caso de que no se explique con detalle.
IPX-6, por ejemplo, significa buena resistencia a las salpicaduras, pero el nivel IPX-7 ya
permite la inmersión a 1 m. durante 20 min.
La impermeabilización afecta –especialmente- a los grupos de lentes. La clave es que se
sustituya el aire del interior de los objetivos
por nitrógeno, sellando luego el conjunto con
juntas tóricas o similares. Así se garantiza a
medio plazo la ausencia de humedad, evitando la corrosión, el moho, la condensación y el
efecto “niebla” que conllevan.
Prismáticos:
Las alternativas electrónicas
Es una segunda y amplia categoría de prismáticos que bien merece un próximo artículo
independiente.
Las principales alternativas electrónicas a
los prismáticos convencionales son tres: los
estabilizados, los de visión nocturna y los
térmicos. Los tres tipos requieren de alimentación eléctrica, normalmente suministrada
con baterías incorporadas al prismático. Su
autonomía es por tanto limitada.
Otro inconveniente genérico de las alternativas electrónicas es una mayor exposición que
los prismáticos tradicionales a los habituales
problemas de convivencia del ambiente marino con circuitos y conexiones. Incluso los
modelos waterproof son delicados en este
aspecto. El tercer inconveniente es el precio,
siempre superior en mayor o menor escala a
las alternativas ópticas.
Equipo: Prismáticos náuticos
Las cualidades a buscar en un prismático náutico
Peso y tamaño: Ni el tamaño ni el peso son cruciales en un prismático usado en un barco. Su utilización no deja de ser ocasional
a lo largo del día y, cuando no está en uso, el prismático tiene
un lugar de estiba asignado a bordo. Cazadores y excursionistas,
por el contrario, cargan con el prismático al alba y lo llevan a
cuestas todo el día. Para ellos, cada gramo y cada centímetro es
un mundo.
Tipo de prismático: Asumiendo que peso y volumen no son importantes, optar por los modelos tipo Porro o Amici es una estricta cuestión de gustos. Personalmente me siento más cómodo con
los prismáticos tipo Porro. Contra lo que pueda parecer, su mayor peso y tamaño me facilita estabilizarlos, pero hay navegantes
que opinan completamente lo contrario.
Compás y regletas de altura integrados: Son detalles exclusivos de los prismáticos náuticos. Hace unas décadas, el compás
integrado tenía su razón de ser para establecer marcaciones y
situarse en la carta de papel. Hoy en día, con la navegación electrónica, la utilidad de estas gradaciones es discutible fuera del
ámbito de las regatas de crucero. Compitiendo, el compás integrado sigue permitiendo un férreo y rápido control de los rivales
en el horizonte.
Los compases externos son muy proclives a recibir golpes y roban campo de visión y luminosidad al ocular. Lo mismo sucede
con las regletas para medir distancias en función a la gradación
de alturas. Utilizado de noche, el compás del prismático requiere
además iluminación artificial, bombillas, pilas, contactos eléctricos… problemas. Los modernos compases digitales integrados,
cuyos datos aparecen en el visor solo a voluntad del usuario, son
una interesante solución a estos inconvenientes.
Los medidores de distancia por laser, habituales en prismáticos
para caza, son normalmente ineficaces en náutica, pues las distancias a medir son demasiado grandes.
Agarre, flotabilidad y estanqueidad: Los recubrimientos de goma
son muy prácticos para manejar los prismáticos sin que resbalen
de las manos mojadas. La flotabilidad es otro plus, si bien puede
obtenerse con una simple correa con espuma.
La estanqueidad, incluyendo la inmersión, es otro detalle buscado en los prismáticos náuticos, pero no olvidemos que muchos
prismáticos para outdoor también la ofrecen, aunque con un menor grado de resistencia. ¿Dejaremos los prismáticos 2 semanas
a 5 m. de profundidad, o sólo queremos que aguanten un buen
roción o una eventual caída al agua? La respuesta a esta pregunta
puede hacer variar cientos de euros la factura final.
Tipos de lentes y aumentos: Los lentes de 7 aumentos, con objetivo de 50 mm. son sin duda la mejor combinación (7x50) en un
prismático náutico. La calidad BAK-4 de los cristales también debería estar en el punto de mira del comprador náutico, sobre todo
si va a navegar de noche o en condiciones de mala visibilidad.
En utilización marina, especialmente cuando incluye la estiba
invernal a bordo, los grupos ópticos sellados y rellenos de nitrógeno para evitar las entradas de moho y humedad son un plus a
buscar para una larga vida de los prismáticos.
Resumen
Acertar con el mejor prismático tiene algunas cuestiones técnicas irrefutables, pero también hay margen para los gustos personales y los imponderables del presupuesto.
La diferencia de calidad de visión entre un prismático de primer
precio (descartados los modelos “de juguete”) y otro con un coste diez veces superior es pequeña en utilización a plena luz del
día. En estas condiciones todos los modelos ofrecen correctas
prestaciones y quienes naveguen estrictamente con luz solar
pueden ahorrarse un buen pico en la factura a sabiendas de
esta consideración.
Los primeros pluses de calidad los encontramos en los detalles:
ajustes calibrados de dioptrías, reglaje preciso del enfoque, ausencia de reflejos mirando la luz tangencialmente, bisagras centrales estables y sin juegos muertos, estanqueidad certificada de
los lentes, luminosidad contrastada, amplio campo visual . . .
Otro juez implacable de los prismáticos es el paso del tiempo.
El buen ajuste y estanqueidad interna de las ópticas y sus reglajes, así como la alta resistencia de lentes y carcasas al duro uso
marino se pagan al contado en la factura, pero no se aprecian de
verdad hasta el cabo de varios años.
Donde los prismáticos de calidad marcan diferencias de forma
clara e irrefutable sobre los modelos más básicos es en condiciones difíciles de luz. Es entonces, mirando a través de la niebla,
en la complicada penumbra del ocaso o por la noche cerrada, cuando la calidad de imagen de los buenos prismáticos justifica sobradamente su precio respecto a los modelos más económicos.
Como consuelo o como aliciente, recordemos que un buen prismático es para toda una vida.
Compás y regletas de altura tenían su razón de ser navegando con cartas de
papel. Hoy, su principal utilidad es el control de los adversarios en regata
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Los prismáticos o cámaras de visión nocturna potencian los focos de luz y los
reflejan en el visor o en la pantalla del MFD
Como alternativa a los prismáticos nocturnos, varios fabricantes de electrónica
proponen pequeñas cámaras a instalar de forma fija en el barco
Flir propone varios modelos portátiles de cámara térmica. Es el camino tecnológicamente más avanzado que hay actualmente para la visión nocturna
La imagen térmica es increíblemente real, incluso a partir de cero luz visible
Prismáticos estabilizados: Su base técnica es
similar a los objetivos fotográficos estabilizados. Lo que vemos por el visor no es una imagen real a través de un lente óptico, sino una
imagen digital. Al activar los estabilizadores,
una memoria interna compensa las vibraciones de las manos hasta 2º o 5º dependiendo
de la calidad del modelo. El estabilizador se
consigue así una visión ponderada y mucho
más estable del objetivo.
Son una solución muy interesante para llevar
a bordo y la estabilización permite optar por
aumentos de 10, 12 y hasta 14x. El precio de
estos binoculares, que oscila entre 1.000 y
3.000 euros, no ayuda mucho en su popularización, con el inconveniente añadido de que,
salvo modelos de alta calidad (y alto precio)
sus objetivos no suelen ser muy luminosos,
por cuanto no son los más indicados para una
utilización nocturna.
Primáticos de visión nocturna: Su funcionamiento se basa en potenciar de manera electrónica las menores fuentes de luz que entran
por el lente. Esta alta sensibilidad en la visión
nocturna es también su inconveniente, pues
estos prismáticos suelen ser del todo inser-
vibles de día si no pueden conmutar a visión
diurna. Los prismáticos de visión nocturna
son genéricamente más económicos que los
prismáticos de imagen térmica, hay modelos
a partir de los 200/300 euros.
Como principales inconvenientes citar su escasa autonomía de baterías, una capacidad
de aumento relativamente pequeña y la eventual exposición de sus componentes electrónicos al medio marino. Últimamente, estos
prismáticos parecen haber entrado en una
vía muerta, seguramente solapados por los
avances de las cámaras térmicas.
Cámaras térmicas: Las cámaras térmicas,
también llamadas infrarrojas, tienen un origen a caballo entre la medicina y el ejército.
En vez de captar los espectros visibles de la
luz, estas cámaras –no se les puede llamar
prismáticos- captan los rayos infrarrojos
(temperatura) y los reflejan en el visor con
distintos tonos cuya silueta es fácil de asociar
con la imagen real que reproducen.
Las cámaras térmicas pueden ofrecer imágenes comprensibles desde cero luz visible,
superando de largo la capacidad de detalle de
las clásicas cámaras de visión nocturna. Sus
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inconvenientes son parecidos: autonomía,
escasa ampliación de imagen, inutilidad de
día y eventual exposición al medio marino, añadiendo un precio exponencialmente
más alto.
Flir, marca líder mundial en esta tecnología
(y propietaria de Raymarine), tiene varios
modelos de cámara térmica portátil, con
precios a partir de los 2.000 U$D. Raymarine y Garmin (de momento) proponen desde
hace unas temporadas instalar su equivalente en forma de pequeñas cámaras de visión nocturna (estándar o infrarrojas) en lugares elevados del barco, como las crucetas
o el flybridge. Estas cámaras, conectadas a
la red 12 v. de a bordo, no tienen problemas
de autonomía y su imagen se transmite y se
orienta desde de las pantallas de los MFD de
la bañera o la mesa de cartas.
Los primeros precios de estas cámaras fijas
están sobre los 3/4.000 euros y se multiplican
dos o tres veces en los modelos más sofisticados, que incluyen hasta la detección y seguimiento de blancos automatizados. n
por: Toni Vernic
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