Equipo: Prismáticos náuticos Incansables vigilantes del horizonte Los prismáticos son imprescindibles en el equipo de crucero, de pesca e incluso compitiendo en las regatas oceánicas del más alto nivel 52 (DIEGO FRUCTUOSO) La moderna electrónica aun no ha superado la sencilla efectividad de los prismáticos. Esta clásica ayuda a la visión, obligatoria y muy útil en todas las zonas de navegación, es además un importante elemento de seguridad. T an iguales y tan distintos. Los prismáticos son un equipamiento omnipresente y muy recurrido en cualquier tipo de barco y estilo de navegación. Los usan los pescadores, los cruceristas y también los regatistas, y lo hacen tanto cerca de la costa como en alta mar. No es sencillo escoger –ni tan siquiera generalizar- el modelo más apropiado para cada navegante, y menos hacerlo en un mercado con miles de prismáticos diferentes con precios que oscilan en una escala de 50,- a 2.000,- euros. Asumiendo estas limitaciones, vamos a intentar echar una mano en la elección, una elección que empieza conociendo los distintos tipos de prismático y las características básicas que los diferencian. Tipos de prismático Con prismas tipo Porro: Son los prismáticos de toda la vida (aparecieron en el siglo XIX) y se caracterizan a simple vista por su eje de lentes descentrado en cada ocular. En su interior hay unos prismas que desvían la imagen dos veces en su camino desde el lente exterior al visor. Los prismáticos tipo Porro tienen merecida fama de robustos y fiables. La mayoría de modelos homologados por los ejércitos son (eran?) de este tipo. A igualdad de características, son bastante más pesados y voluminosos que los modelos con lente en continuo. Con lentes continuos (también llamados Amici o en “tejadillo”): Llegaron a las tiendas hace un par de décadas y han ganado bastantes adeptos. Los grupos ópticos y prismas de estos prismáticos están en línea, lo que permite reducir el volumen y el peso del prismático hasta modelos que caben sin mayor problema en el bolsillo de la chaqueta. La contención en tamaño, ventaja en muchos casos, puede incomodar a quienes tienen la cabeza grande o mucha distancia entre los ojos. El sistema Amici es más delicado y sensible de montaje (también algo más caro) que los prismáticos tipo Porro, pero –en principio- 53 Equipo: Prismáticos náuticos Los prismáticos tipo Amici (izq.) tienen sus prismas centrado entre el lente y el visor. Los prismas tipo Porro facilitan los lentes de mayor tamaño deja pasar mejor la luz. Al dejar pasar mejor la luz, los prismátios con lentes continuos pueden permitirse reducir el diámetros de sus lentes sin por ello perder luminosidad. Esta cualidad, sobre todo en los modelos de primer precio, puede afectar directamente a la calidad final del prismático. Dicho de otra manera, si hay que comprar un prismático barato, mejor que sea tipo Porro, optando por los modelos de lentes continuos en el caso de primeras marcas. Las lentes y sus recubrimientos La gran mayoría de prismáticos se centran en dos tipos de material para fabricar sus lentes; el BAK-4 (al bario) o el BK-7 (al boro silicato). Las propiedades ópticas del cristal BAK-4 son muy superiores a las del BK-7, proporcionando una visión con colores más nítidos Las ópticas en línea de los Amici reducen el volumen y el peso del prismático hasta modelos que caben en el bolsillo de la chaqueta y contrastados. Es normal ver esta indicación con el tipo de cristal rotulada en algún lugar del prismático o su manual de instrucciones. Si no menciona nada, el prismático llevará seguramente cristales BK-7. La calidad de los lentes se nota especialmente en los contornos de la imagen y tiene que ver –evidentemente- con los medios técnicos de su fabricante. Los cristales asféricos corrigen parte de estas aberraciones lineales y cromáticas, mientras los múltiples recubrimientos van mejorando la nitidez y eliminando brillos o destellos indeseados. En general (también depende de cada fabricante), los prismáticos tipo Porro son algo menos proclives a los destellos internos que los modelos en lentes continuos. Los recubrimientos coloreados en el lente exterior, La indicación de cristales BAK-4 garantiza un nivel mínimo de calidad en cualquier prismático 54 muy de moda desde hace unos años, no tienen otra función conocida que la meramente estética. Los prismáticos en cifras Aumento: Se indica con un número que es la relación entre la distancia real del objeto y la distancia observada a través del prismático. Un objeto situado a 700 metros, observado con un prismático de 7x aumentos, se ve como si estuviera a 100 metros (700/7=100). Si miramos este mismo objeto con un prismático 10x, nos parecería que está a 70 metros. En tierra y a mano alzada es posible utilizar prismáticos de hasta unos 10x aumentos. A partir de 12x es recomendable ayudarse con un trípode para poder mantener la vista fija en un objeto sin los imponderables de la falta de pulso. Excelente prismático náutico 8x56 tipo Amici de Zeiss, su precio sobre los 1.800,- € está a la altura de sus prestaciones En un barco, y por poco que se mueva, por encima de 7x aumentos es difícil mantener la visión perfectamente estable sobre un objeto con el prismático. Solo los modelos de muy alta gama, con una exquisita definición y un amplio campo de visión, pueden saltarse –ligeramente- esta norma y llegar hasta 8x. Diámetro del lente: Es la segunda cifra que se cita en la definición de un prismático. Los modelos para náutica suelen ser 7x50. El 7 –como hemos visto- se refiere al aumento y el 50 es el diámetro del lente en mm. Cuanto mayor sea esta cifra, siempre en directa relación con la calidad y revestimientos del objetivo, mayor será el campo de visión y también mayor la cantidad de luz que pasará por el prismático. Ambas prestaciones son fundamentales en barco, donde los prismáticos son requeridos en condiciones de movimiento y de escasa luminosidad, incluida la noche cerrada. El problema es que el peso y el volumen del prismático aumentan proporcionalmente con el diámetro de sus lentes. La relación entre el diámetro del lente y el precio del prismático no es tan evidente. Leica y Swarovski, por citar dos marcas de muy alta gama, tienen pequeños prismáticos 7x35 o 7x42 que son auténticas joyas (incluido su precio) de precisión óptica y que caben en el bolsillo de la chaqueta. Pero con estas mismas características hay prismáticos de primer precio y ópticas muy simples que con los 30 o 40 mm. de diámetro de lente limitan mucho su luminosidad en visión nocturna. Campo de visión: El (amplio) campo de visión es una cifra a tener muy en mente a la hora de escoger un prismático. Con los movimientos del barco, a menudo cuesta centrar la visión del prismático en el objetivo. Cuanto mayor sea el campo visual, más cómoda será su utilización. La perfecta y nítida circunferencia del visor es una primera señal de la calidad del prismático. No ha de haber deformaciones ni sombreados. Los prismáticos y la vista corregida Quienes usan gafas graduadas para ver a distancia han de ser puntillosos eligiendo su prismático. Básicamente hay dos posibilidades: usar las gafas con el prismático o quitárselas y mirar con los ojos desnudos. Usar las gafas con el prismático es la opción casi obligada si la graduación de los lentes es muy alta y/o hay mucha diferencia (más de 3 ó 4 dioptrías) entre ambos ojos. Con las gafas puestas, las dos prestaciones que se han de buscar en el prismático son la goma protectora para minimizar entradas de luz laterales y –sobre todo- el ajuste de distancia del ojo al visor. Esta última prestación –normalmente un ligero movimiento longitudinal del visor- mejora mucho la visión y el enfoque usando gafas. Otra opción son los anillos de goma de algunos oculares, que pueden doblarse en una o varias posiciones para ajustar la distancia de la gafa al visor. Usando gafas bifocales, la visión a través del prismático suele ser incómoda. Los usuarios de gafas deben ser puntillosos en la elección de su prismático. Se ha de ir probando hasta encontrar un modelo que resulte cómodo en su ajuste morfológico con la cara y en la interdistancia de los ojos. La elección puede llevar cierto tiempo. Cómo ajustar el corrector de dioptrías Prescindiendo de las gafas para mirar por el prismático se ha de recurrir al reglaje de dioptrías que llevan la mayoría de modelos en uno de sus visores, normalmente en el derecho. Esta escala no corrige las dioptrías como hacen las gafas, sino que equipara la diferencia entre un ojo y el otro, de manera que, al enfocar el prismático, ambos “vean” lo mismo y el usuario detecte los objetos de forma diáfana. Para el ajuste, lo primero es poner el dial de dioptrías en la posición “0” o central. Luego se tapa el lente derecho con la mano o con un cartón y, mirando con el ojo izquierdo, se gradúa el enfoque hacia un objeto inmóvil a media distancia (70 – 100 m.) hasta conseguir la visión más clara posible. Lo ideal es hacer esta operación en puerto, tomando alguna casa o edificio como referencia. Las líneas verticales y horizontales de los edificios son perfectas para afinar el enfoque. Una vez ajustado el enfoque en el ojo izquierdo se tapa el lente izquierdo y mirando sólo con el ojo derecho –sobre todo: sin tocar el enfoque- se va moviendo el anillo de dioptrías hasta conseguir también la mejor visión posible hacia el objeto seleccionado. El resultado de este ajuste ha de equiparar el diferencial de dioptrías entre ambos ojos, consiguiendo la mejor visión posible sin necesidad de usar gafas. Evidentemente, si el dial de dioptrías está en el visor izquierdo, todo el proceso se hace al revés. Aunque aparente el mismo efecto, es recomendable tapar los lentes durante el ajuste en vez de cerrar los ojos alternativamente. Al cerrar un ojo, el flujo sanguíneo e incluso el globo ocular se alteran temporalmente y la visión tarda en volver a ser real, por cuanto el reglaje conseguido no será del todo fiable. Como decimos más arriba, si la miopía no es muy exagerada o se sufre presbicia será suficiente ajustando el enfoque y el anillo de dioptrías. Con astigmatismo o miopía importantes suele ser mejor utilizar las gafas con el prismático y quienes utilizan lentes también pueden tener dificultades con los enfoques fijos o automáticos que ofrecen algunos prismáticos. Con vista corregida, incidimos en la recomendación de probar distintos modelos de prismático antes de comprar. El reglaje de dioptrías no corrige la visión como las gafas, sino que equipara la diferencia entre ambos ojos de manera que “vean” lo mismo y de forma diáfana 55 (HAMISH HOOPER) Equipo: Prismáticos náuticos De día, la mayoría de prismáticos ofrecen prestaciones aceptables. Es en el ocaso y por la noche cuando las mejores ópticas hace valer su calidad y su precio El campo visual se puede señalar indistintamente mediante un ángulo o con una distancia. En el primer caso es el ángulo efectivo de visión del prismático, habitualmente entre 6,2º y 7,4º. En el segundo caso es directamente la distancia que abarcan los ojos de lado a lado a 1.000 m. de distancia. En los prismáticos 7x50, esta cifra oscila normalmente entre 110 y 130 metros. Estos 20 m. son un mundo y marcan una de las fronteras entre los prismáticos de primer precio y los mejores modelos para náutica. Cuanto más alta es la cifra (o el ángulo), mucho mejor. Diámetro de visor o de pupila: La pupila humana tiene un diámetro que oscila entre 2 a 3 mm. de día y unos 7 mm. de noche, cuando está más dilatada. Pensando en la óptima utilización nocturna, lo ideal es hacerse con un prismático con 7 mm. de diámetro de visor, pues así aprovechará al máximo la dilatación de la pupila y podrá captar el mayor detalle posible de las escenas von poca luz. Para conocer el diámetro de visor de un prismático se ha de dividir el diámetro del lente por el aumento. En un prismático de 7x50, por citar la combinación más habitual en náutica, esta división da 7,14 mm. cifra incluso superior a los 7 mm. que buscamos. En principio, como comentamos en el párrafo anterior, los prismáticos de 7 aumentos y lentes de 30 ó 40 mm. de diámetro darán peor resultado en la oscuridad que los de 50 mm., por cuanto la calidad de sus lentes será crítica en el resultado final. La perfecta y nítida circunferencia del visor (se aprecia mirando con el prismático a cierta distancia, con los brazos extendidos) es una primera señal de la calidad del prismático. No han de haber deformaciones ni sombreados. La luminosidad relativa: Concepto muy parecido al brillo relativo. Esta cifra se obtiene elevando al cuadrado el diámetro del visor. En los prismáticos náuticos de 7x50 (diámetro de visor de 7,14), esta cifra es pues de más de 50. Cuanto mayor sea la luminosidad relativa más brillante se verá la imagen. En uso diurno, un prismático con factor de El atractivo y coloreado Hydro de Pentax (7x50), con unas medidas que permiten llevarlo en el bolsillo de la chaqueta y un precio sobre los 350,- € Steiner Commander 7x50, un modelo náutico de alta gama a cerca de 2.000,- euros El compàs digital interno es una interesante y singular propuesta del nuevo Minox 7x50, a partir de 504,- euros 56 Los Bushnell Marine 7x50, estancos, con cristal BAK-4 y un precio sobre los 130,- euros luminosidad relativa de hasta 10 resulta suficiente, en días nublados una luminosidad de 10 a 16 es adecuada y de noche, lo mínimo es 25, siendo recomendables los modelos que llegan hasta 50. Sin embargo y para acabar de complicar los conceptos, el valor de la luminosidad sólo se corresponde a la par con el brillo relativo percibido si la luz que entra a través de los prismáticos es 100% efectiva, algo que sólo ocurre si el diámetro del visor es –al menos- del mismo diámetro que la pupila del ojo. De no ser así, se aplican unos factores correctores de pérdida de brillo respecto a la luminosidad. Factor crepuscular: Tercer medida de la capacidad de un prismático para reconocer detalles en condiciones de poca luz. Se basa en que la luminosidad es inversamente proporcional al cuadrado del aumento utilizado. Para calcular el factor crepuscular hay que multiplicar el diámetro del objetivo por el au- Los pluses de calidad los encontramos en el calibrado de dioptrías, el reglaje preciso del enfoque, la ausencia de reflejos, las bisagras sin juegos muertos, la estanqueidad, la luminosidad, la amplitud de campo visual, la ergonomía, . . . Apretando el botón, el estabilizador de imagen corrige entre 2º y 5º las vibraciones y los movimientos debidos al pulso mento, y luego extraer la raíz cuadrada del resultado. A mayor factor crepuscular, más detalles se ven en la oscuridad. Los prismáticos de 7 x 50 tienen un factor crepuscular del 18,7. Unas buenas cifras de luminosidad relativa y factor crepuscular son importantes usando prismáticos de noche. Sistemas de enfoque: Hay dos grandes grupos de prismáticos dependiendo de su sistema de enfoque: los de foco fijo (llamados erróneamente autofocus) y los de enfoque central. Los prismáticos de enfoque fijo requieren un ajuste inicial de enfoque por parte del usuario y luego quedan permanentemente enfocados en todas las distancias para este usuario. El sistema funciona bien en distancias medias y largas, con la gran ventaja de la inmediatez de utilización y de un menor número de piezas y componentes requiriendo su impermeabilización. Su alternativa son los sistemas de enfoque central, que tienen un dial giratorio de enfoque entre las ópticas. Su precisión es mayor, sobre todo en las distancias cortas. Aparte de las preferencias personales, los enfoques fijos son menos prácticos que los centrales en prismáticos que van a usarse por distintas personas en el mismo barco. Recordar de nuevo que las personas con problemas de visión y/o vista corregida suelen sentirse más cómodos con los prismáticos de enfoque central. Sellado e impermeabilizado: Último en la lista, pero posiblemente de los primeros factores a considerar. La resistencia al agua y a la humedad son cruciales en un prismático de uso náutico. Como sucede en electrónica náutica, en los prismáticos también hay distintos niveles de impermeabilidad, desde la simple resistencia 57 a los rociones hasta una estanqueidad a la inmersión de varios días a cierta profundidad. Esta resistencia al agua está señalada en el prismático, su caja o en el manual de instrucciones y vale la pena interesarse por la exacta equivalencia del factor indicado (JIS, IP, etc.) en caso de que no se explique con detalle. IPX-6, por ejemplo, significa buena resistencia a las salpicaduras, pero el nivel IPX-7 ya permite la inmersión a 1 m. durante 20 min. La impermeabilización afecta –especialmente- a los grupos de lentes. La clave es que se sustituya el aire del interior de los objetivos por nitrógeno, sellando luego el conjunto con juntas tóricas o similares. Así se garantiza a medio plazo la ausencia de humedad, evitando la corrosión, el moho, la condensación y el efecto “niebla” que conllevan. Prismáticos: Las alternativas electrónicas Es una segunda y amplia categoría de prismáticos que bien merece un próximo artículo independiente. Las principales alternativas electrónicas a los prismáticos convencionales son tres: los estabilizados, los de visión nocturna y los térmicos. Los tres tipos requieren de alimentación eléctrica, normalmente suministrada con baterías incorporadas al prismático. Su autonomía es por tanto limitada. Otro inconveniente genérico de las alternativas electrónicas es una mayor exposición que los prismáticos tradicionales a los habituales problemas de convivencia del ambiente marino con circuitos y conexiones. Incluso los modelos waterproof son delicados en este aspecto. El tercer inconveniente es el precio, siempre superior en mayor o menor escala a las alternativas ópticas. Equipo: Prismáticos náuticos Las cualidades a buscar en un prismático náutico Peso y tamaño: Ni el tamaño ni el peso son cruciales en un prismático usado en un barco. Su utilización no deja de ser ocasional a lo largo del día y, cuando no está en uso, el prismático tiene un lugar de estiba asignado a bordo. Cazadores y excursionistas, por el contrario, cargan con el prismático al alba y lo llevan a cuestas todo el día. Para ellos, cada gramo y cada centímetro es un mundo. Tipo de prismático: Asumiendo que peso y volumen no son importantes, optar por los modelos tipo Porro o Amici es una estricta cuestión de gustos. Personalmente me siento más cómodo con los prismáticos tipo Porro. Contra lo que pueda parecer, su mayor peso y tamaño me facilita estabilizarlos, pero hay navegantes que opinan completamente lo contrario. Compás y regletas de altura integrados: Son detalles exclusivos de los prismáticos náuticos. Hace unas décadas, el compás integrado tenía su razón de ser para establecer marcaciones y situarse en la carta de papel. Hoy en día, con la navegación electrónica, la utilidad de estas gradaciones es discutible fuera del ámbito de las regatas de crucero. Compitiendo, el compás integrado sigue permitiendo un férreo y rápido control de los rivales en el horizonte. Los compases externos son muy proclives a recibir golpes y roban campo de visión y luminosidad al ocular. Lo mismo sucede con las regletas para medir distancias en función a la gradación de alturas. Utilizado de noche, el compás del prismático requiere además iluminación artificial, bombillas, pilas, contactos eléctricos… problemas. Los modernos compases digitales integrados, cuyos datos aparecen en el visor solo a voluntad del usuario, son una interesante solución a estos inconvenientes. Los medidores de distancia por laser, habituales en prismáticos para caza, son normalmente ineficaces en náutica, pues las distancias a medir son demasiado grandes. Agarre, flotabilidad y estanqueidad: Los recubrimientos de goma son muy prácticos para manejar los prismáticos sin que resbalen de las manos mojadas. La flotabilidad es otro plus, si bien puede obtenerse con una simple correa con espuma. La estanqueidad, incluyendo la inmersión, es otro detalle buscado en los prismáticos náuticos, pero no olvidemos que muchos prismáticos para outdoor también la ofrecen, aunque con un menor grado de resistencia. ¿Dejaremos los prismáticos 2 semanas a 5 m. de profundidad, o sólo queremos que aguanten un buen roción o una eventual caída al agua? La respuesta a esta pregunta puede hacer variar cientos de euros la factura final. Tipos de lentes y aumentos: Los lentes de 7 aumentos, con objetivo de 50 mm. son sin duda la mejor combinación (7x50) en un prismático náutico. La calidad BAK-4 de los cristales también debería estar en el punto de mira del comprador náutico, sobre todo si va a navegar de noche o en condiciones de mala visibilidad. En utilización marina, especialmente cuando incluye la estiba invernal a bordo, los grupos ópticos sellados y rellenos de nitrógeno para evitar las entradas de moho y humedad son un plus a buscar para una larga vida de los prismáticos. Resumen Acertar con el mejor prismático tiene algunas cuestiones técnicas irrefutables, pero también hay margen para los gustos personales y los imponderables del presupuesto. La diferencia de calidad de visión entre un prismático de primer precio (descartados los modelos “de juguete”) y otro con un coste diez veces superior es pequeña en utilización a plena luz del día. En estas condiciones todos los modelos ofrecen correctas prestaciones y quienes naveguen estrictamente con luz solar pueden ahorrarse un buen pico en la factura a sabiendas de esta consideración. Los primeros pluses de calidad los encontramos en los detalles: ajustes calibrados de dioptrías, reglaje preciso del enfoque, ausencia de reflejos mirando la luz tangencialmente, bisagras centrales estables y sin juegos muertos, estanqueidad certificada de los lentes, luminosidad contrastada, amplio campo visual . . . Otro juez implacable de los prismáticos es el paso del tiempo. El buen ajuste y estanqueidad interna de las ópticas y sus reglajes, así como la alta resistencia de lentes y carcasas al duro uso marino se pagan al contado en la factura, pero no se aprecian de verdad hasta el cabo de varios años. Donde los prismáticos de calidad marcan diferencias de forma clara e irrefutable sobre los modelos más básicos es en condiciones difíciles de luz. Es entonces, mirando a través de la niebla, en la complicada penumbra del ocaso o por la noche cerrada, cuando la calidad de imagen de los buenos prismáticos justifica sobradamente su precio respecto a los modelos más económicos. Como consuelo o como aliciente, recordemos que un buen prismático es para toda una vida. Compás y regletas de altura tenían su razón de ser navegando con cartas de papel. Hoy, su principal utilidad es el control de los adversarios en regata 58 Los prismáticos o cámaras de visión nocturna potencian los focos de luz y los reflejan en el visor o en la pantalla del MFD Como alternativa a los prismáticos nocturnos, varios fabricantes de electrónica proponen pequeñas cámaras a instalar de forma fija en el barco Flir propone varios modelos portátiles de cámara térmica. Es el camino tecnológicamente más avanzado que hay actualmente para la visión nocturna La imagen térmica es increíblemente real, incluso a partir de cero luz visible Prismáticos estabilizados: Su base técnica es similar a los objetivos fotográficos estabilizados. Lo que vemos por el visor no es una imagen real a través de un lente óptico, sino una imagen digital. Al activar los estabilizadores, una memoria interna compensa las vibraciones de las manos hasta 2º o 5º dependiendo de la calidad del modelo. El estabilizador se consigue así una visión ponderada y mucho más estable del objetivo. Son una solución muy interesante para llevar a bordo y la estabilización permite optar por aumentos de 10, 12 y hasta 14x. El precio de estos binoculares, que oscila entre 1.000 y 3.000 euros, no ayuda mucho en su popularización, con el inconveniente añadido de que, salvo modelos de alta calidad (y alto precio) sus objetivos no suelen ser muy luminosos, por cuanto no son los más indicados para una utilización nocturna. Primáticos de visión nocturna: Su funcionamiento se basa en potenciar de manera electrónica las menores fuentes de luz que entran por el lente. Esta alta sensibilidad en la visión nocturna es también su inconveniente, pues estos prismáticos suelen ser del todo inser- vibles de día si no pueden conmutar a visión diurna. Los prismáticos de visión nocturna son genéricamente más económicos que los prismáticos de imagen térmica, hay modelos a partir de los 200/300 euros. Como principales inconvenientes citar su escasa autonomía de baterías, una capacidad de aumento relativamente pequeña y la eventual exposición de sus componentes electrónicos al medio marino. Últimamente, estos prismáticos parecen haber entrado en una vía muerta, seguramente solapados por los avances de las cámaras térmicas. Cámaras térmicas: Las cámaras térmicas, también llamadas infrarrojas, tienen un origen a caballo entre la medicina y el ejército. En vez de captar los espectros visibles de la luz, estas cámaras –no se les puede llamar prismáticos- captan los rayos infrarrojos (temperatura) y los reflejan en el visor con distintos tonos cuya silueta es fácil de asociar con la imagen real que reproducen. Las cámaras térmicas pueden ofrecer imágenes comprensibles desde cero luz visible, superando de largo la capacidad de detalle de las clásicas cámaras de visión nocturna. Sus 59 inconvenientes son parecidos: autonomía, escasa ampliación de imagen, inutilidad de día y eventual exposición al medio marino, añadiendo un precio exponencialmente más alto. Flir, marca líder mundial en esta tecnología (y propietaria de Raymarine), tiene varios modelos de cámara térmica portátil, con precios a partir de los 2.000 U$D. Raymarine y Garmin (de momento) proponen desde hace unas temporadas instalar su equivalente en forma de pequeñas cámaras de visión nocturna (estándar o infrarrojas) en lugares elevados del barco, como las crucetas o el flybridge. Estas cámaras, conectadas a la red 12 v. de a bordo, no tienen problemas de autonomía y su imagen se transmite y se orienta desde de las pantallas de los MFD de la bañera o la mesa de cartas. Los primeros precios de estas cámaras fijas están sobre los 3/4.000 euros y se multiplican dos o tres veces en los modelos más sofisticados, que incluyen hasta la detección y seguimiento de blancos automatizados. n por: Toni Vernic