SUMARIO Complicaciones neurológicas y vasculares por cocaína Miguel Ángel Torres Hernández Psiquiatra. Ex-presidente de Socidrogalcohol Benjamín Climent Díaz Especialista en Medicina Interna. Miembro de Socidrogalcohol La toxicidad de la cocaína se debe a su actividad simpaticomimética, que provoca alteraciones en las neuronas, complicaciones psiquiátricas como ansiedad, pánico o crisis paranoicas, y complicaciones cardiovasculares, entre otras E l consumo de cocaína en España es uno de los más elevados de la Unión Europea y presenta unas características propias: afectación de población juvenil, policonsumo de otros tóxicos tanto legales como ilegales, aumento de demanda de consultas para tratamiento, aumento en la incidencia de urgencias médicas y psiquiátricas secundarias al consumo y de la patología orgánica derivada del mismo. Las complicaciones psiquiátricas y neurológicas, junto a las cardiológicas, constituyen los principales problemas secundarios al consumo de cocaína. El sistema nervioso central (SNC) es el sistema diana de la cocaína, por lo que los efectos tóxicos se producen sobre él y sobre el sistema circulatorio. La cocaína es muy lipofílica y atraviesa rápidamente la barrera hematoencefálica. Aunque tiene una vida media relativamente corta, su principal metabolito, la benzoilecgonina, puede continuar siendo eliminado hasta 10 días después en pacientes consumidores crónicos. Tanto la cocaína como sus metabolitos se han asociado a diferentes patologías neurológicas y cardiovasculares: enfermedad cerebrovascular, crisis comiciales, leucoencefalopatía, cefalea, déficits cognitivos, alteraciones del movimiento, infartos de miocardio, arritmias, etc. En el caso de la cocaína, es muy importante la sumación de efectos neurotóxicos con el etanol debido al consumo conjunto, potenciación de efectos y metabolitos comunes (cocaetileno). La toxicidad de la cocaína se debe a su actividad simpaticomimética, que provoca alteraciones en las neuronas, complicaciones psiquiátricas como ansiedad, pánico o crisis paranoicas, complicaciones cardiovasculares como hiperactivación y vasoconstricción, y complicaciones neurológicas como convulsiones, hemorragias intracerebrales y daños cerebrales debidos a las convulsiones o a la hipertermia. El consumo de cocaína en España es uno de los más elevados de la Unión Europea 19 Complicaciones neurológicas y vasculares por cocaína ENFERMEDAD CEREBROVASCULAR POR ACCIÓN CARDIOVASCULAR 20 El infarto cerebral de tipo lacunar o laguna es un infarto isquémico de tamaño no superior a 15 mm producido en el territorio de distribución de una arteria perforante que da lugar a uno de los 5 síndromes clínicos habituales: hemiplejia motora pura, hemisíndrome sensitivo puro, síndrome sensitivo motor, disartria de mano torpe y hemiparesia atáxica. Existen también otros cuadros clínicos que son debidos a infartos de mayor tamaño (infartos lacunares atípicos que cursan con hemicoreas, hemibalismo, distonía, disartria aislada y síndromes alternos del tronco cerebral). La isquemia es una falta de flujo sanguíneo que produce déficits neurológicos de inicio brusco y de corta duración, con alto riesgo de infarto posterior, que puede estabilizarse y mejorar o empeorar. Otro cuadro clínico vascular cerebral es la hemorragia cerebral, que se produce por rotura de vasos a nivel intracerebral. Entre las causas favorecedoras de este tipo de problemas podremos encontrar la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, cardiopatías isquémicas, la arteriosclerosis carotídea, el tabaco, etc. Se determinó que hasta un 6% de los ictus se asocian con la cocaína. Se producen por vasoconstricción arterial, elevación de la tensión arterial, arritmias, arteritis/vasculopatías, endocarditis infecciosas y aumento de la agregación plaquetaria. El uso de alcohol y psicoestimulantes como la cocaína constituye una causa importante de problemas cardiovasculares en adultos jóvenes La patogenia de dichos problemas es la alteración del f lujo sanguíneo en el territorio de distribución de una arteria perforante, que dificulta o impide el f lujo sanguíneo: alteración arterial trombótica, oclusión embólica, estenosis arteriales, espasmos arteriales, disección progresiva de la pared arterial por hipertensión, ruptura de aneurismas, estancamiento de hematíes o alteraciones infecciosas de arterias de pequeño calibre, etc. Los cuadros clínicos asociados a los infartos lacunares son los siguientes: hemiparesia motora pura con déficits sensitivo-visuales, trastornos de conciencia, déficits motores. Otra manifestación de un infarto lacunar es el síndrome sensitivo puro. También pueden producirse hemiparesia atáxica, disartria de mano torpe y síndrome sensitivo-motor con afectación piramidal, déficits sensitivos del hemicuerpo afectado. Como alteración posible para la producción de los accidentes cerebrovasculares (ACV), se argumenta que se deben a obstrucciones carotídeas por disfunciones ventriculares e infartos de miocardio producidos por la cocaína. La drogadicción es una enfermedad compleja que puede causar accidentes cerebrovasculares El uso de alcohol y psicoestimulantes como la cocaína constituye una causa importante de problemas cardiovasculares en adultos jóvenes, ya que los consumos excesivos de los mismos suponen un factor de riesgo para la enfermedad cerebrovascular y las miocardiopatías que relacionan la cocaína con el infarto cerebral, hemorragias intracraneales, arritmias, infartos de miocardio, etc. Estos riesgos son debidos al exceso de catecolaminas con hipertensión arterial, vasoespasmos, trombosis y una aceleración de la arterioesclerosis. Se ha venido utilizando la isradipina para este tipo de daños por cocaína. Otro de los factores de riesgo de ACV y del infarto de miocardio es la hipoperfusión inducida por la cocaína en el cerebro y el corazón que produce una isquemia. Miguel Ángel Torres Hernández, Benjamín Climent Díaz Se ha determinado que los ACV se deben a isquemias debidas a fallos cardiacos por la exposición a la cocaína, por la hipoxia y la excitotoxicidad que ocasiona. Hay daños microvasculares cerebrales y multitud de efectos cerebrovasculares como vasculitis, hemorragia intracraneal, infarto cerebral, que pueden ser producidos por apoptosis de células cerebrales, producidas por la cocaína. Los hallazgos más importantes en RMN son daños hemorrágicos e isquémicos. El abordaje terapéutico de las complicaciones cerebrovasculares secundarias a la cocaína abarca, entre otros, factores de riesgo vascular El mecanismo patogénico parece ser multifactorial estando involucrados vasoespasmo por efecto vasoconstrictor y dopaminérgico, elevación de la presión arterial, efecto trombogénico directo, lesión endotelial y embolismo de origen cardiaco por las alteraciones provocadas: miocardiopatía dilatada, arritmias, cardiopatía isquémica. El bloqueo de recaptación de dopamina inducido por la cocaína produce aumento de dopamina que van a influir en la regulación del flujo sanguíneo cerebral. La dopamina puede inducir vasoespasmo del músculo liso vascular cerebral con una acción en el control del flujo sanguíneo cerebral. La vasoconstricción provocada por la recaptación de otras aminas como la norepinefrina y la serotonina contribuirán a la reducción del flujo sanguíneo cerebral y cardíaco. Este efecto persiste por la presencia de metabolitos activos: benzoilecgonina y la norcocaína. Con PET y SPECT en cocainómanos se ha demostrado hipoperfusión cerebral con predominio en córtex frontal. La cocaína aumenta las plaquetas, su activación y agregación, además de cambios arterioscleróticos, con daño vascular directo debido a las fluctuaciones entre vasoespasmo y vasculitis que facilitará los fenómenos trombóticos. La cocaína puede causar infartos cerebrales con un riesgo hasta 14 veces más elevado cuando se compara con personas de la misma edad no consumidoras. La mayor parte de estos infartos cerebrales son por isquemia cerebral y la mayoría afectan al trayecto de la arteria cerebral media. Afectan a adultos jóvenes sin malformaciones vasculares preexistentes. El abordaje terapéutico de las complicaciones cerebrovasculares secundarias a la cocaína abarca el tratamiento de factores de riesgo vascular (dislipemia, hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes mellitus, obesidad), el tratamiento de patologías concomitantes (arritmias, cardiopatía isquémica, etc.) y el inicio de un tratamiento de la adicción a la cocaína. 21 PET de una persona que consume cocaína El uso de agentes antiagregantes plaquetarios, heparina y anticoagulantes orales en la isquemia vascular cerebral se valorará individualmente en cada caso. Las terapias fibrinolíticas en isquemia cerebral secundaria a la cocaína no están suficientemente estudiadas. La vasoconstricción y la hipertensión arterial se tratan con benzodiazepinas inicialmente. Se puede utilizar fentolamina, un antagonista alfa-adrenérgico, a dosis de 1 mg intravenoso, repetible a los 5 minutos o en infusión a 0,4 mg/min. La nitroglicerina y el nitroprusiato sódico en perfusión pueden ser también utilizados ante cuadros graves de hipertensión arterial. No son útiles los betabloqueantes en el tratamiento de las complicaciones cardiovasculares. El efecto beta-antagonista deja sin oposición el efecto alfa-agonista de la cocaína, por lo que aumentará la vasoconstricción y la presión arterial. Complicaciones neurológicas y vasculares por cocaína La isradipina y los antagonistas del calcio pueden ser coadyuvantes en el tratamiento de las complicaciones vasculares. En relación con la actividad vasopresora de la cocaína, se observa un incremento de la resistencia de las arterias y un aumento de bombeo cardiaco, lo que agrava su toxicidad y su riesgo. El hecho de padecer una cefalea grave postconsumo debería alertar al médico. Podría ser el indicio de una hemorragia intracerebral. La administración i.v. de cocaína podría producir una endocarditis, con producción de émbolos, y llegar a un infarto cerebral, junto a la vasoconstricción arterial focal y vasculitis cerebral. ALTERACIONES CARDIOVASCULARES El dolor torácico es la queja fundamental; también la isquemia miocárdica es frecuente con alteracio- nes ventriculares, arritmias, endocarditis, secciones aórticas y otras complicaciones médicas. CONVULSIONES 22 Las crisis epileptiformes son manifestaciones clínicas paroxísticas (motoras especialmente) acompañadas o no de pérdida de conciencia, debidas a una descarga excesiva y anormal de las neuronas de la corteza cerebral. Las crisis pueden ser simples o aisladas o estados epilépticos. La causa más frecuente de esas crisis sintomáticas agudas sería el consumo de cocaína por efecto simpaticomimético. Aunque el mecanismo fisiopatológico no está aclarado completamente, se relaciona con el bloqueo de la recaptación de catecolaminas. Además de un efecto directo, otros factores como un incumplimiento terapéutico en pacientes previamente epilépticos con hábitos higiénico-dietéticos alterados puede exacerbar un trastorno epiléptico de base. Predominan las crisis comiciales generalizadas tónico-clónicas, pero también se han descrito crisis parciales simples y complejas. Puede aparecer un estatus epiléptico en pacientes que consumen altas dosis de cocaína, incluso sin antecedentes de epilepsia. La aparición de una crisis convulsiva tras el consumo de cocaína puede ocurrir incluso varias horas después del consumo según la vía de administración. Hay que valorar el consumo o la deprivación de otros tóxicos con capacidad de provocar convulsiones, la toma de fármacos y los antecedentes tanto de convulsiones como de patologías orgánicas que pudieran producir una crisis convulsiva. Ante una crisis convulsiva atribuida al consumo de cocaína se debe valorar la posibilidad de que ésta sea secundaria a un ACV tanto de tipo isquémico como hemorrágico. La tomografía axial computarizada (TAC) y el electroencefalograma (EEG) son normales, salvo que haya lesión cerebral. No hay déficits neurológicos posteriores. El tratamiento es el de una crisis convulsiva sin importar la etiología. Se administran benzodiazepinas por vía intravenosa (diazepam, clonazepam). Si la crisis no cede, se debe utilizar la fenitoína, fenobarbital, valproato, etc. En el contexto de un tratamiento integral de la adicción, la administración de fármacos antiepilépticos como oxcarbazepina, gabapentina, lamotrigina, topiramato, etc., puede ser útil, puede reducir el riesgo de nuevas crisis, aportando otras ventajas secundarias al tratamiento: reducción de la neurotoxicidad, mejora en el control de la impulsividad, discreta sedación, etc. CEFALEAS Cefalea es todo dolor localizado en la bóveda craneal, nuca y mitad superior de la cara. Las cefaleas que más frecuentemente se presentan entre los usuarios de cocaína pueden ser de tipo migrañoso, o en racimos, con episodios recurrentes con dolores perioculares, localizados en la región frontoorbitaria, con hiperemia conjuntival y de gran intensidad. Se han identificado diferentes patrones de presentación de cefaleas: Miguel Ángel Torres Hernández, Benjamín Climent Díaz • Cefalea aguda tras el consumo de cocaína, con una duración de entre 2 y 48 horas, predominio occipital y pulsátil, asociada con fotofobia, náuseas y vómitos. • Cefalea de intensidad progresiva durante un episodio de atracón o binge, con una duración de varios días, predominio frontal, pulsátil y acompañada de mareos, náuseas y vómitos. • Cefaleas durante periodos de abstinencia. Se presenta de 1 a 4 días después del último consumo y empeora en los días sucesivos, con predominio frontal, pulsátil, acompañada de fotofobia, náuseas y vómitos. • También las cefaleas en racimos o cluster headache. La cefalea causada por cocaína produce su acción sobre el sistema serotoninérgico, por bloqueo en la recaptación de serotonina El tratamiento de esta cefalea se realiza con fármacos antiinflamatorios no esteroideos La cefalea causada por cocaína produce su acción sobre el sistema serotoninérgico, por bloqueo en la recaptación de serotonina. El tratamiento de esta cefalea se realiza con fármacos antiinf lamatorios no esteroideos y ergotamínicos por su acción serotoninérgica. 23 AGITACIÓN PSICOMOTRIZ El consumo de cocaína, a veces, puede producir crisis de agitación psicomotriz, y cursa con ansiedad, intranquilidad, agitación, pánico, delirio o psicosis tóxicas con alucinaciones. Se produce por aumento de la actividad simpática, con midriasis, taquicardia, hipertensión arterial, sudoración, piloerección, etc. La determinación de cocaína en orina ayudará a realizar el diagnóstico diferencial en estos casos. El tratamiento farmacológico, junto al psicoterapéutico y las medidas de sujeción física, si es preciso, se basa en la administración de benzodiazepinas, preferentemente por vía parenteral. Se debe evitar el uso de fármacos neurolépticos, debido a su efecto anticolinérgico, que puede aumentar la agitación, y porque pueden desencadenar distonías, contribuir a la hipertermia que puede presentarse por el efecto simpaticomimético de la cocaína y reducir el umbral convulsivo. El consumo de cocaína cursa con ansiedad, intranquilidad, agitación, pánico, delirio o psicosis tóxicas con alucinaciones ALTERACIONES DEL MOVIMIENTO Se han descrito diferentes alteraciones del movimiento en pacientes consumidores de cocaína. Éstos abarcan tics, distonías y exacerbación de distonías preexistentes, mioclonías, movimientos coreiformes y coreoatetoides, temblor esencial, etc. También se pueden observar cuadros de agitación aguda y crisis de tipo convulsivo de tipo gran mal. La cocaína en forma de crack se ha relacionado con la aparición de distonías y movimientos coreiformes. Este fenómeno se denominó crack dancing. Está producido por alteraciones en los núcleos, putamen, caudado y globo pálido. Aparecen en las 24 horas siguientes a su consumo y se resuelven espontáneamente, aunque pueden reaparecer con nuevos consumos. Complicaciones neurológicas y vasculares por cocaína Estas alteraciones del movimiento presentan una baja prevalencia. En pacientes con trastornos del movimiento previos al uso de cocaína, el consumo de ésta empeora clínicamente los mismos. La cocaína provoca una alteración crónica en la neurotransmisión dopaminérgica. En los ganglios basales altera las concentraciones de dopamina y altera la regulación de los receptores dopaminérgicos. LEUCOENCEFALOPATÍA POR COCAÍNA La leucoencefalopatía es una lesión estructural de la sustancia blanca en la cual se afecta la mielina. Una causa posible de la misma es el consumo de cocaína. La leucoencefalopatía de origen cocaínico es de tipo espongiforme. Afecta a los tractos de sustancia blanca produciendo manifestaciones clínicas que abarcan desde inatención, alteraciones de la memoria y cambios en la personalidad El consumo de cocaína es una causa posible de la leucoencefalopatía. La leucoencefalopatía de origen cocaínico es de tipo espongiforme 24 hasta demencia, coma y muerte. La clínica dependerá de la gravedad del daño a la sustancia blanca así como de su distribución, que habitualmente es difusa. No se afecta primariamente el lenguaje, la praxis o la percepción. La aparición de signos de focalidad neurológica como hemiparesia, déficits sensoriales y alteraciones visuales son menos frecuentes, a menos que haya necrosis focal de la sustancia blanca. El diagnóstico se basará en sospecha clínica ante la aparición de estas alteraciones neurológicas en un paciente consumidor de cocaína, tras realizar un diagnóstico diferencial con otras causas tanto tóxicas como no, demostrándose por medio de la RMN. HIPERTERMIA La cocaína puede producir hipertermia debido al aumento de la actividad simpática y a la disminución de la pérdida de calor por la vasoconstricción acompañante. Se postula también en la posibilidad de que actúe a nivel de la termorregulación en el hipotálamo. El tratamiento de la hipertermia se realiza con sedación, benzodiazepinas o anestesia e intubación y ventilación mecánica según la gravedad clínica, medios físicos para disminuir la temperatura corporal y ambiental. Se considera hipertermia por cocaína cuando la temperatura es superior a 40,5º, al menos durante 1 hora, y es debida a acción anticolinérgica, estimulantes del SNC, salicilatos y otras. La evolución de los pacientes suele ser adversa, inclusive con casos de muerte o con secuelas permanentes, presentando una hiperactividad muscular y convulsiones que no responden a medicaciones anticonvulsivantes hasta que disminuye la fiebre, ya que esa fiebre es duradera. Las intoxicaciones agudas se asociaron con hipertermia, agitación, ideación paranoide, estatus epilépticos, fibrilaciones ventriculares, infartos de miocardio, coma y muerte por rab- domiolisis y fallo renal agudo, por la propiedad pirogénica de la cocaína y por los ambientes muy caldeados o con calor ambiental. Se ha descrito la aparición de un síndrome similar al neuroléptico maligno en consumidores de cocaína, con hipertermia, alteraciones a nivel de la conciencia y rabdomiolisis, aunque con menor rigidez que en el síndrome clásico. Se deben a una alteración en la neurotransmisión dopaminérgica por los efectos simpaticomiméticos de la cocaína. La hipertermia se puede presentar con la ruptura de las bolsas de cocaína que los portadores o camellos llevan en el aparato digestivo o genital. Se caracteriza por una hiperactividad simpaticomimética, rectorragia, psicosis, coma neurológico, convulsiones, rabdomiolisis, hipertermia, hipocalcemia y un fallo orgánico general que acaba con la vida del paciente por parada cardiorrespiratoria. El tratamiento consiste en sedación con lorazepam y esmolol para la adrenolisis y mejora de la temperatura del afectado, además de mejora de la ventilación. Miguel Ángel Torres Hernández, Benjamín Climent Díaz RABDOMIOLISIS La cocaína puede producir miopatías, destacando por su frecuencia la rabdomiolisis. Intervienen diferentes factores, como la hipertermia y sobreestimulación simpática, la agitación, las crisis convulsivas, la vasoconstricción e isquemia muscular. La precipitación de la mioglobina en los túbulos renales producirá necrosis tubular aguda e insuficiencia renal aguda junto, además de rabdomiolisis. Hay fallo renal tras el uso intranasal de cocaína. La rabdomiolisis produce elevación de creatinfosfoquinasa, GOT y LDH. Clínicamente cursará con mialgias de intensidad variable. Se ha visto que pacientes consumidores de cocaína que se encuentran asintomáticos presentan niveles elevados de creatinfosfoquinasa. El tratamiento consiste en una adecuada hidratación intravenosa y alcalinización de la orina con bicarbonato sódico para evitar la precipitación de la mioglobina. En casos de insuficiencia renal aguda grave, se requiere hemodiálisis. SÍNDROME SEROTONINÉRGICO Es un síndrome clínico que resulta de la excesiva estimulación de los receptores serotoninérgicos centrales y periféricos caracterizado por cambios en el estado mental, en las funciones motoras y autonómicas, por el uso de cocaína. Su causa más frecuente es el uso de sustancias que favorezcan la neurotransmisión serotoninérgica por diferentes mecanismos como los fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina, IMAO, la cocaína y el éxtasis entre otros. Este cuadro se encontró entre los porteadores de cocaína, que sufrían la ruptura de sus bolsas de cocaína tanto en el recto como en la vagina Este cuadro se encontró entre los porteadores de cocaína, que sufrían la ruptura de sus bolsas de cocaína tanto en el recto como en la vagina. Sufrían crisis de hiperexcitabilidad simpaticomimética y un estímulo nervioso sobre el SNC, con taquicardias, hipertermia, arritmias, convulsiones, vasculitis intracraneal y muerte súbita. • Síntomas mentales mayores: confusión, estupor, coma. Menores: nerviosismo, agitación, insomnio. • Síntomas autonómicos mayores: fiebre, diaforesis. Menores: taquicardia, taquipnea, disnea, diarrea, alteraciones de la presión arterial. • Síntomas neurológicos mayores: mioclonias, temblor, rigidez, hiperreflexia. Menores: incoordinación motora, midriasis, acatisia. OTRAS ALTERACIONES NEUROLÓGICAS En la intoxicación aguda se afectan las áreas corticales inicialmente, apareciendo cambios en el estado mental que abarcan desde euforia, excitación, ansiedad, insomnio hasta cuadros de delirio y psicosis paranoide aguda. Inclusive, tras un periodo de tiempo de abstinencia, pueden observarse déficits neuropsicológicos en usuarios de cocaína, como alteraciones de la memoria reciente, dificultades de aprendizaje y cognitivos, alteraciones del humor, anhedonia, síntomas depresivos, etc., por alteración en los receptores de catecolaminas y alteración en la perfusión cerebral. Tras un gran consumo o binge, se ha descrito un cuadro clínico caracterizado por una profunda somnolencia. Los portadores de paquetes intestinales para transporte cuyo contenido sea cocaína (camellos) y los individuos que ingieren precipitadamente papelinas con cocaína pueden sufrir intoxicaciones agudas con sobredosis en las que se presentarán manifestaciones clínicas neurológicas, entre otras. Destacan alteraciones del nivel de conciencia que abarcan desde agitación psicomotriz a delirio y coma, así como crisis epilépticas, habiéndose descrito también cuadros de psicosis tóxica aguda. SIGUIENTE 25