Una sociedad inclusiva para una población que envejece: el desafío del empleo y la protección social * EVA MARÍA CES GARCÍA ** SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN.—2. DOCUMENTO PRESENTADO POR LA OIT ANTE LA SEGUNDA ASAMBLEA MUNDIAL SOBRE EL ENVEJECIMIENTO, (MADRID, 8-12 DE ABRIL DE 2002).—2.1. Vejez y desempleo.—2.2. Vejez y formación.— 2.3. La edad y su influencia en el género femenino.—3. LA AMPLIACIÓN DE LA EDAD DE JUBILACIÓN, ¿UN RETO O UNA NECESIDAD? 1. INTRODUCCIÓN E l mercado laboral ofrece una variedad muy rica de relaciones laborales, el mundo del trabajo está en continuo cambio afectando a áreas tan importantes como los Sistemas de Seguridad Social, la necesidad de fomento del empleo, o la prevención de riesgos laborales. Un tema que especialmente ha suscitado la atención de las políticas gubernamentales en los últimos tiempos es la preocupación por los sistemas de pensiones, y en este sentido, los países industrializados principalmente, se enfrentan a una brecha provocada por el envejecimiento. Las personas viven más, tienen menos hijos y se jubilan antes, por lo que la proporción entre los ancianos y los trabajadores en acti- * Documento presentado por la OIT ante la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento. Madrid 8-12 de abril de 2002. ** Licenciada en Derecho. Master en Asesoría Jurídica de Empresas de la Universidad Pontificia de Comillas. Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales. vo crece con rapidez. La consecuencia de todo ello se manifiesta en un desequilibrio en el reaprovisionamiento de los fondos de pensiones y otros mecanismos de la Seguridad Social a medida que aumentan los beneficiarios y disminuyen los cotizantes. Según los expertos, la continuación de este desequilibrio plantea el riesgo de que se produzca en un plazo de quince a veinte años una grave crisis de las pensiones, a la que se ha denominado la «bomba de relojería» vinculada al envejecimiento, por ello, se defiende que el futuro de las pensiones parecería ir ligado a la ampliación del número de años sobre los que se calculan las mismas. Es probable que la manera de afrontar la situación antes referida siga constituyendo una cuestión polémica. La respuesta más comúnmente aceptada consiste en elevar el número de personas que siguen trabajando tras superar la edad de jubilación, o, al menos, después de la edad a la que se producen las jubilaciones en la práctica, que suele ser menor. De este modo, se elevaría el porcentaje entre los perceptores de ingresos y los beneficiarios de las pensiones y, según se REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 209 DOCUMENTACIÓN E INFORMES argumenta, se restaría parte de la presión que soportan los Sistemas de Seguridad Social. En los últimos años, varios países han decidido elevar la edad que da derecho a recibir una pensión pública básica, en su mayoría aplicando esta medida de manera gradual. Japón, por ejemplo, ha elevado dicha edad de los 60 a los 65 años, y Estados Unidos, de los 65 a los 67. Bélgica, Portugal y el Reino Unido proceden a igualar la edad aplicada a las mujeres con la de los hombres. Ahora bien, los obstáculos a los que se enfrentan estos trabajadores de edad avanzada para conseguir empleo y las medidas encaminadas a obligar a estas personas a permanecer más tiempo en el mercado de trabajo, son consideradas por algunos expertos como injustas, y en cualquier caso, las mejoras de las condiciones de trabajo de este colectivo laboral exigirán avanzar hacia tres frentes: la consolidación de la posición de los ancianos en el mercado de trabajo, la lucha contra los prejuicios y los estereotipos, y la ilegalización de la discriminación por razón de edad 1. Las tendencias actuales, parecen inclinarse hacia el incremento del autoempleo, reduciéndose cada vez más la distinción entre empleados y autoempleados. Por otro lado, existe un menor uso de los contratos indefinidos, aumentando por el contrario el uso de los contratos temporales, influyendo en esta situación de manera notable las contrataciones que tienen lugar a través de Empresas de Trabajo Temporal. Según informe de la Comisión Europea, el porcentaje de empleados en la Unión Europea con empleo temporal, parece haberse estabilizado en menos del 15% del conjunto de la masa laboral, siendo aproximadamente de un 2% el incremento del empleo debido a la labor ejercida por las Empresas de Trabajo Temporal. Junto a 1 «¿Soluciones de vanguardia al envejecimiento?». Revista de la OIT. Trabajo, núm. 42, marzo de 2002. 210 estos datos, es necesario hacer notar el aumento de contratos a tiempo parcial, teniendo presente que en el año 2000, más de la cuarta parte de los empleados de la Unión Europea, trabajaba menos de veinticinco horas a la semana, y de este dato hay que destacar, que más del 40% eran mujeres 2. Lo que no cabe duda es que el número de trabajadores no solo aumenta con nuevos individuos que se incorporan al mercado laboral, sino que además, los trabajadores que llegan a una determinada edad de jubilación, no acceden a la misma, sino que continúan desempeñando su trabajo, aunque si bien, como posteriormente analizaremos, varían las circunstancias en que desempeñan su labor. La Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo asegura que los empleos, tanto durante los años ochenta como en los noventa, son estables, si bien el sentimiento de inseguridad en el trabajo ha crecido grandemente, lo cual es explicado por factores institucionales, la velocidad de cambio de las organizaciones, y por la magnitud de los Sistemas de la Seguridad Social. Las reformas en la estructura del mercado por parte de los gobiernos nacionales, se encaminan esencialmente hacia tres objetivos: la disminución de la tasa de desempleo, garantizar la incorporación de las mujeres en el mercado de trabajo, y frenar las jubilaciones anticipadas. Precisamente estos temas han sido objeto de debate en la Cumbre de Barcelona celebrada por los Estados miembros de la Unión Europea durante los días 15 y 16 de marzo de 2002. Igualmente la Organización Internacional del Trabajo [OIT], mediante documento de abril de 2002, presentado ante la Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento ha prestado especial atención al desafío del empleo y la protección social para una población que envejece. 2 «Las nuevas modalidades de relaciones contractuales y su repercusión en la Seguridad y Salud en el Trabajo». Informe de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo de 20 de junio de 2002. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 EVA MARÍA CES GARCÍA Por lo que se refiere a la edad de jubilación de los trabajadores, parece ser sentir común en los gobiernos nacionales la pérdida de fuerza de los sistemas de capitalización, creciendo, por otro lado, cada vez con mayor ímpetu, las problemáticas, retos y esfuerzos por orientar las políticas nacionales hacia el pleno empleo y consecuentemente, mejorar el nivel y la calidad de vida de la población. En la citada Cumbre de Barcelona, los Estados miembros llegan a la conclusión de que han de frenarse las jubilaciones anticipadas, reduciéndose para ello no solo los incentivos a la jubilación anticipada sino también la creación de mecanismos de jubilación anticipada en las empresas. El objetivo deseado es que para el 2010 se intente elevar progresivamente en torno a 5 años la edad media en que se produzca el cese efectivo de un trabajador. Resulta fácil comprender ante esta situación que el problema que consecuentemente se plantea es la inserción de los trabajadores de mayor edad, para ello es importante modificar las pautas de actuación de las empresas, reforzar la autoestima de los trabajadores y ofrecer incentivos para la permanencia en la actividad laboral. Y ello, porque se está detectando un cambio en el reparto del «tiempo social», ya que los trabajadores dedican ahora más tiempo a la formación, menos tiempo al trabajo y un mayor tiempo a la jubilación. Para lograr este cambio es preciso actuar sobre tres áreas principales: 1. Adecuar el momento de la jubilación y la percepción de la pensión al ciclo de vida laboral que combine las diferentes situaciones en las que se encuentra la persona activa. 2. Hay que suprimir los incentivos que alientan la jubilación anticipada y, por el contrario, promover acciones que estimulen la permanencia en el mercado de trabajo de los trabajadores de más edad. 3. Propiciar y estimular un cambio cultural en las organizaciones de forma que se valoren en mayor medida la experiencia y el conocimiento. Las empresas deberán aceptar la responsabilidad social frente a sus empleados 3. Durante el año 1982, la Unión Europea, recomendó la introducción gradual de regímenes flexibles de jubilación. Los Consejos Europeos de Lisboa y Estocolmo, establecieron como objetivos el alcanzar mayores tasas de actividad entre los ciudadanos comunitarios de 55 a 64 años. El Consejo de Laeken lo completó con tres objetivos más: adecuación a fines sociales, viabilidad financiera y adaptación al cambio demográfico. Recientemente, se ha ultimado esta aproximación en el informe de la Comisión sobre «Aumento de la tasa de población activa y fomento de la prolongación de la vida activa» de 24 de enero de 2002 4. El objeto de dicho informe no responde sino a la petición efectuada por el Consejo Europeo de Estocolmo al Consejo y a la Comisión para informar sobre la manera de aumentar la tasa de población activa y fomentar la prolongación de la vida activa. Los patrones de participación activa de la población han variado mucho a lo largo de las tres últimas décadas, manifestación de ello es que desde 1970, la participación de las mujeres de entre 25 y 60 años ha aumentado de manera notable, mientras que la participación de los hombres, independientemente de su edad, ha disminuido. La tasa de actividad 3 Informe de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones. Informe solicitado por el Consejo Europeo de Estocolmo: «Aumento de la tasa de población activa y fomento de la prolongación de la vida activa». Bruselas, 24 de enero de 2002. 4 Conclusiones del Seminario «Prolongación de la vida laboral. Sistemas de jubilación graduales y flexibles» que contó con la intervención de la Comisaria Europea de Empleo y Asuntos Sociales, Anna Diamantopoulou, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales español, Juan Carlos Aparicio, la ministra de Seguridad Social de Suecia, Ingela Talen, los interlocutores sociales, representantes de la Administración y expertos en la materia. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 211 DOCUMENTACIÓN E INFORMES comenzó a ir aumentando a mediados de los años 80 desde un porcentaje ligeramente inferior al 66 % hasta el 69 % en 2000, pero en este marco general caben distinguir tendencias muy diferentes según la edad y el sexo de los individuos, además de diversas situaciones en los distintos Estados miembros y regiones. Varias cuestiones parecen estar en mente de todos al tratar el tema de la participación activa de la población, la primera, y más evidente, se centra en el siguiente aspecto: ¿por qué es necesaria una mayor participación?. Los Consejos Europeos de Lisboa y Estocolmo, como hemos visto, plantearon unos objetivos ambiciosos, si solo atendiéramos al reciente deterioro de la situación macroeconómica que actualmente existe, se podría poner en riesgo la pronta consecución de los objetivos entonces planteados, traduciéndose consecuentemente este panorama en un aplazamiento de las reformas. Dicho de otro modo, se entiende esencial que la estrategia a medio y largo plazo no se vea alterada por consideraciones a corto plazo, de tal forma, que cualquier esfuerzo destinado a gestionar los cambios y lograr un desarrollo económico y social más duradero, necesariamente, debe incluir medidas de aplicación inmediata dirigidas a aumentar la tasa de actividad. Como el propio informe recoge «La consecución de estos objetivos dependerá de la mejora del funcionamiento de los mercados de capital, bienes y trabajo en un contexto de estabilidad macroeconómica que propicie un crecimiento sostenible, necesario para la cohesión social y la viabilidad de los gastos públicos, en particular en los ámbitos de las pensiones y la asistencia sanitaria. Los objetivos se refieren a la tasa de empleo, y aunque es obvio que existe un vínculo directo entre el aumento del empleo y el incremento de las tasas de actividad, la elevación de estas últimas pasa también por la reducción del desempleo». 212 La finalidad perseguida en el seno de la Comisión Europea con los estudios de población activa, el grado de cualificación existente, la demanda de formación, grupos marginados, diferencias entre población masculina y femenina, la edad, etc..., no es otra que la consecución de los siguientes objetivos: 1. Garantizar que las generaciones actuales y futuras de trabajadores permanezcan en activo más tiempo a medida que envejezcan. 2. Atraer al mercado laboral, de manera duradera, a gran parte de las personas actualmente inactivas pero capaces de trabajar, especialmente mujeres. 3. Mantener la participación de los actuales trabajadores de mayor edad, ya que existe un gran riesgo de que los mayores de 50 años adelanten su jubilación 5. La mayoría de los Estados miembros siguen un enfoque fragmentado a este respecto y carecen de una estrategia global para abordar el reto que supone elevar la participación en la población activa. A esto hay que unir que muy pocos han establecido objetivos nacionales para alcanzar los objetivos comunitarios de empleo fijados en Lisboa y Estocolmo, por ello, la Comisión y el Consejo instan a todos los Estados miembros a definir, en función de sus circunstancias, objetivos nacionales de empleo que traduzcan los objetivos fijados en Lisboa en compromisos concretos. Son varios los aspectos en los que se debe influir para que esta tasa de actividad aumente, de manera especial, el propio informe de la Comisión recoge como la formación 5 Informe de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones. Informe solicitado por el Consejo Europeo de Estocolmo: «Aumento de la tasa de población activa y fomento de la prolongación de la vida activa». Bruselas, 24 de enero de 2002. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 EVA MARÍA CES GARCÍA juega un papel prioritario, y es que, cuanto mayor sea la formación, menor es el riesgo de quedar fuera del mercado. De igual modo, otros puntos clave que se ponen de manifiesto en este informe son el aumento de los puestos de trabajo, la calidad en los mismos, y una atractiva remuneración como aspectos esenciales para que una persona decida conservar su puesto de trabajo. En todo caso, las medidas destinadas a aumentar la participación en la mano de obra y prolongar la vida activa deberían tener en cuenta la relación existente con las pensiones y la asistencia sanitaria, incluidos sus objetivos sociales y la viabilidad financiera de los sistemas correspondientes. En este mismo sentido, la OIT apuesta por el aumento de la participación de la mano de obra como medida para combatir los problemas subsiguientes que el envejecimiento de la población activa puede generar en las políticas nacionales. Para los trabajadores de mayor edad, las distintas iniciativas políticas adoptadas por los Estados miembros no parecen haber generado un aumento realmente significativo de su participación en el mercado de trabajo. Esto es en parte reflejo de una cultura de jubilación anticipada profundamente arraigada, de la persistencia de regímenes de jubilación anticipada (que coexisten a menudo con sistemas destinados a prolongar la vida profesional de los trabajadores de mayor edad) y de las actitudes negativas que persisten entre los empresarios, los sindicatos y los responsables políticos. Los sistemas de jubilación anticipada se vuelven atractivos cuando no se dispone de alternativas de empleo. Ante esta realidad, lo que se propone son distintas opciones que permitan la prolongación de la edad de la población activa, y en definitiva, el paso escalonado de la participación en el mercado de trabajo a la jubilación, para ello, se distinguen distintas formas de jubilación y distintos modelos de transición en el mercado laboral para los trabajadores de mayor edad: en primer lugar, un único paso de un empleo a tiempo completo a una retirada completa del mercado laboral. Esta es, con diferencia, la situación más corriente en Europa. En segundo lugar, una jubilación parcial (en la que se combina la jubilación del empleo a tiempo completo con otro trabajo o distintas formas de prestaciones de desempleo e incapacidad, sin retirarse completamente del mercado de trabajo). Esta solución, empieza a ser tratada en algunos países europeos, siendo ya una de las posibles fórmulas a poner en práctica. Datos procedentes de los Estados Unidos sugieren que esta situación es más frecuente en los dos extremos de la escala de calidad del empleo. En tercer lugar, una jubilación —generalmente un despido a causa de reestructuración— en la que se combinan períodos de inactividad (búsqueda de empleo y reciclaje profesional) y períodos de trabajo 6. Entre los factores que influyen en la decisión de continuar o no en el mercado de trabajo, que duda cabe que se encuentran las prestaciones por jubilación, teniendo como característica esencial el ser mayores que las concedidas por desempleo y por supuesto, una prolongación en el tiempo mucho mayor. Es un índice que influye de manera notable en la decisión de un trabajador de continuar o no en el mercado de trabajo, y no puede obviarse que hoy en día las prestaciones sociales constituyen la principal fuente de ingresos de la mitad de las personas de entre 55 y 64 años. En definitiva, se podría decir que el objetivo final al que el informe de la Comisión se encamina es a la necesidad de garantizar que las generaciones actuales y futuras de trabajadores permanezcan en activo más tiempo a 6 Informe de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones. Informe solicitado por el Consejo Europeo de Estocolmo: «Aumento de la tasa de población activa y fomento de la prolongación de la vida activa». Bruselas, 24 de enero de 2002. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 213 DOCUMENTACIÓN E INFORMES medida que envejezcan, así como atraer al mercado laboral, de manera duradera, a gran parte de las personas actualmente inactivas pero capaces de trabajar, especialmente mujeres, y finalmente, mantener la participación de trabajadores de mayor edad. El deseo de la Unión Europea es fomentar el empleo de los mayores de 55 años y la prolongación voluntaria de la vida laboral, enmarcándose la flexibilidad de la edad de jubilación dentro del objetivo de generar confianza en la sostenibilidad de los sistemas de protección social. 2. DOCUMENTO PRESENTADO POR LA OIT ANTE LA SEGUNDA ASAMBLEA MUNDIAL SOBRE EL ENVEJECIMIENTO (MADRID, 8-12 DE ABRIL DE 2002) neracional que incumbe a toda la sociedad, no como algo que atañe únicamente a las personas de edad. Es por ello que el envejecimiento plantea desafíos en lo relativo tanto al mundo del trabajo como a los sistemas de transferencia sociales. A través de este análisis, se hace un estudio paralelo de los desafíos a los que se enfrentan los países en vías de desarrollo, y los desafíos a los que se enfrentan los países desarrollados o industrializados, una comparativa que arroja un resultado muy diferente respecto a los problemas a los que se enfrenta la población activa de uno y otro ámbito. Es fácil comprender que en la actualidad se ha producido una variación de las tendencias que determinan la participación de la población en la vida activa laboral. El origen de esta situación se halla en los diversos factores que se manifiestan según la franja de población en la que nos encontremos, y en todo caso, lo que no cabe duda es que existe una variación significativa de los colectivos de participación si comparamos los existentes en la actualidad con los habidos en 1970. Debemos destacar que la sensibilización de la OIT respecto al tratamiento de los trabajadores de edad no es algo nuevo, asi, en la Recomendación de la OIT sobre los trabajadores de edad, de 1980, se define a los mismos como todos aquellos que, por el avance de su edad, están expuestos a encontrar dificultades en materia de empleo y de ocupación. Junto con esta definición, entonces ya se exhortó a los gobiernos a la adopción de medidas encaminadas a la elaboración de políticas nacionales destinadas a promover la igualdad de oportunidades y de trato entre los trabajadores de todas las edades y a tomar medidas para impedir la discriminación respecto de los trabajadores de edad. La OIT no es ajena a todos estos cambios, y por medio de este documento de abril de 2002, pone de relieve una realidad que se caracteriza por hallarse inmersa en una revolución demográfica donde el ritmo de envejecimiento de la población mundial se encuentra en constante aceleración. Se destaca como la vitalidad de nuestras sociedades depende cada vez más de garantizar que las personas de todas las edades, incluidas por tanto las personas mayores, permanezcan totalmente integradas en la misma. Y se entiende que para lograr esta «sociedad para todas las edades», resulta necesario reconocer y aceptar el envejecimiento como un fenómeno multige- La Seguridad Social también constituyó uno de los temas centrales de debate, así, entre las Conclusiones de la Conferencia Internacional del Trabajo, en la 89.ª reunión celebrada en Ginebra, en el año 2001, relativas a la Seguridad Social, se concretó que el envejecimiento de la población en muchas sociedades es un fenómeno que está repercutiendo significativamente tanto en los sistemas financiados por capitalización y los sistemas basados en el reparto como en el costo de la asistencia médica. Por ello, las soluciones que han de buscarse a esta situación se han de encontrar en el aumento de la tasa de población de las mujeres, las perso- 214 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 EVA MARÍA CES GARCÍA nas de edad avanzada, los jóvenes y los discapacitados. Y en definitiva, lo que se propone es caminar hacia la consecución de una viabilidad financiera en los sistemas de pensiones. Uno de los puntos que se han resaltado en este documento, y que tampoco pasó inadvertido en el informe de la Comisión Europea, es la vertiginosa velocidad con la que está aumentando el número de personas de 60 años o más. La peculiaridad de esta situación se manifiesta de diferente manera según que nos encontremos en países en vía de desarrollo o en países industrializados o desarrollados, es decir, en los primeros, el envejecimiento de la población aun tiene lugar paulatinamente, se podría decir que tienen una población relativamente joven, por el contrario, en el mundo desarrollado, la población envejecerá a un ritmo prácticamente constante planteándose el problema de la dependencia de las personas de edad avanzada. Ahora bien, tras esta realidad que se manifiesta, consecuentemente surge la incógnita de determinar cuáles son las consecuencias sociales y económicas del envejecimiento. En la mayoría de los países industrializados, se ha experimentado una drástica reducción de la edad media de jubilación. El problema de esta situación, es que efectivamente, estos países tendrán que enfrentarse a graves problemas en cuanto a la viabilidad de los Sistemas de Seguridad Social. Por consiguiente, uno de los desafíos principales es mitigar los efectos de una disminución del número de personas en edad de trabajar, aumentando y prolongando la participación de las personas mayores en el mercado de trabajo. La incidencia de la ampliación de la edad de jubilación se ha hecho notar en diferentes áreas sociales, y a medida que la pirámide de población se va invirtiendo, la necesidad de contar con una población de trabajadores activos se hace crucial, en especial, la edad de jubilación ha incidido, e incide, en las siguientes áreas. 2.1. Vejez y desempleo Como recoge el propio documento de la OIT, en los últimos tiempos, y frente al desempleo, una de las soluciones aparentes que se han intentado llevar a cabo en los países desarrollados, es el fomento de la edad de jubilación como una forma de crear puestos de trabajo, pero la realidad se ha encargado de demostrar que tal medida no solo resulta ineficaz sino que no es adecuada al fin que se pretende, puesto que con ello las empresas lo que conseguían era disminuir el número de su plantilla, pero es que además, no puede decirse que mediante estos programas de jubilación se hayan creado puestos de trabajo para los jóvenes, sería incierto sostener tal afirmación, la razón estriba, como apunta la OIT, en que estos flujos de entrada y salida del mercado laboral no suelen darse en los mismos sectores, ocupaciones o empresas. Los programas de jubilación anticipada se han utilizado mucho en el sector de la industria, mientras que la contratación de recién llegados al mercado de trabajo se ha concentrado en el sector de los servicios y en empresas más pequeñas. A escala macroeconómica, no existe por lo tanto razón alguna para pensar que quienes abandonan el mercado de trabajo dejan su sitio en él a los jóvenes que buscan su primer empleo. Distinto panorama es el que se contempla en los países en vías de desarrollo, donde menos del 20 por ciento de la mano de obra se incluye en los Sistemas de Seguridad Social ordinarios, la jubilación es un lujo que pocas personas mayores pueden permitirse. Incluso si el sector estructurado les exige retirarse, las transferencias de ingresos insuficientes obligan a muchos trabajadores mayores a continuar trabajando en la economía informal el mayor tiempo posible. En muchas partes del mundo en desarrollo, el empleo en el sector informal, sector en REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 215 DOCUMENTACIÓN E INFORMES el que se concentra un gran número de las personas de edad, se ha extendido de manera espectacular. De esta forma, se ha manifestado un débil crecimiento del empleo en el sector formal y la necesidad que tienen los trabajadores mayores de complementar o reemplazar los ingresos que perciben en materia de prestaciones de jubilación, si se perciben. Dada la escasez de puestos de trabajo que se observa en el mercado laboral, se suele considerar que los mayores deberían dejar su sitio a los jóvenes con objeto de evitar la frustración y los posibles daños psicológicos que podría motivar el sentirse rechazados por el mundo del trabajo justo al principio de su vida activa. En los países en desarrollo, en los que el empleo formal es muy poco frecuente, resulta difícil para los numerosos jóvenes desempleados encontrar un puesto de trabajo en el sector formal. Se piensa que si los trabajadores de edad prolongaran su vida activa la situación sería todavía peor. En muchos países desarrollados, a menudo se fomenta la jubilación anticipada con la esperanza de poder así mejorar las perspectivas de trabajo de los jóvenes desempleados. No obstante, el que mediante estos programas de jubilación se hayan creado puestos de trabajo para los jóvenes sigue siendo incierto por las razones antes expuestas. 2.2. Vejez y formación Junto al problema del envejecimiento de la edad, y consiguientemente, la viabilidad de los Sistemas de Seguridad Social, se añade otro problema, el relativo al abandono prematuro de un puesto de trabajo a causa de alguna discapacidad. Una desproporcionada parte de los trabajadores de edad que sufren alguna discapacidad han recibido menos educación y cuentan con menos cualificaciones que la fuerza de trabajo en su conjunto. Si bien existen muchos programas de educación y alfabetización, éstos tienden a orientarse hacia niños y jóvenes. Según las investigacio- 216 nes empíricas se prevé que los trabajadores mayores del futuro cuenten con una mejor educación que en la actualidad. Si bien esta tendencia es probable que se dé en los países desarrollados, seguirán existiendo grandes diferencias a escala internacional en la distribución de los niveles de educación. En todo caso, lo que no parece perderse de vista es que los trabajadores mayores no representan una parte significativa de los receptores de empleo público y de los programas de formación pero son un grupo destinatario cada vez más importante, destacando en Europa uno de los programas políticos más integrados para promover la empleabilidad de los trabajadores de edad, el denominado programa nacional para los trabajadores mayores de Finlandia. No faltan tampoco ejemplos en América Latina, y así, el Instituto de Normalización Previsional chileno lleva a cabo en la actualidad diversos proyectos cuyo objetivo es mejorar las capacidades, la calidad de vida, la integración y la participación social de las personas de edad, incluidas aquellas con discapacidad. Un aspecto fundamental que se plantea en el tema de la ampliación de la edad de jubilación reside en el fomento de la formación. En la Resolución sobre la formación y el desarrollo de los recursos humanos de la OIT, adoptada en la 88.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2000, se señalaba el papel vital que desempeñan la educación y la formación de alta calidad al impedir y combatir la exclusión social y la discriminación, especialmente en el empleo. No se pierde de vista por tanto que la clave para lograr la inclusión de los trabajadores mayores consiste en dotarles de las cualificaciones que requieren y de los conocimientos necesarios sobre cómo actualizar las mismas. La creciente tendencia hacia la educación permanente supone un importante activo cultural, así como una necesidad económica. En el concepto de educación permanente está implícito el rechazo a una sociedad estructurada sobre la base de la edad en la que la edu- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 EVA MARÍA CES GARCÍA cación y la formación sean empresas irrepetibles llevadas a cabo en los primeros años de la vida. Dentro de los países europeos pioneros en este campo, se halla el Reino Unido, y junto al mismo, muchos países desarrollados, ya que se considera que es la estrategia que se necesita para lograr un desarrollo continuo. Entre los aspectos que de forma notable están influyendo en esta necesidad de formación se destaca especialmente el campo de las nuevas tecnologías y comunicaciones. En este sentido, se pone de manifiesto la labor realizada por países como Holanda, Alemania o Grecia que apuestan por esta necesidad de formación en personas mayores, y en esta misma línea, incluso encontramos una iniciativa de la Comisión Europea (Plan de Acción eEurope 2002) cuyo objetivo es hacer llegar los beneficios de la sociedad de la información a todos los europeos, incluidas las personas mayores. Como recoge el propio documento de la OIT, la educación permanente es una estrategia preventiva a largo plazo que incluye mucho más que una segunda oportunidad de educación para los adultos que en el pasado no recibieron una educación y una formación de calidad. Para esos adultos, muchos de los cuales son mujeres mayores con educación y formación insuficientes, la educación permanente trata de ofrecer un aprendizaje relevante para el mundo laboral y sentar las bases para seguir aprendiendo. Se podría decir, que la clave para lograr la inclusión de los trabajadores mayores consiste en dotarles de las cualificaciones que requieren y de conocimientos sobre cómo actualizar las mismas. 2.3. La edad y su influencia en el género femenino Otro de los aspectos que se analizan por la OIT se refiere al envejecimiento y su influencia en el género femenino, y así se pone en evidencia que las mujeres forman la mayoría de la población de más de 60 años de edad en muchos países. En comparación con los hombres, es más probable que las mujeres mayores carezcan de las competencias básicas en materia de alfabetización y capacidad de cálculo, especialmente en algunos países en desarrollo. Buena parte de la contribución económica de las mujeres se realiza mediante la actividad doméstica y no estructurada, lo que significa que éstas se benefician menos de los regímenes de pensiones. Juntamente con este aspecto, se analiza el hecho de que al ser mayor la expectativa de vida de la mujer respecto del hombre, es más probable que la misma pase más pobreza al final de sus días, conclusión a la que se llega especialmente en aquellos países en que los sistemas sociales no prevén tipo alguno de previsión o protección respecto de las viudas. Es por ello, que el incremento del número de viudas en los próximos años traerá consigo una serie de desafíos para nuestras sociedades, que consisten en ofrecerles no sólo el urgente y necesario apoyo que requieren sino también oportunidades para que puedan ser autosuficientes. Asimismo, se entiende que las mujeres se enfrentan a un doble reto, por un lado su condición de mujer, por otro lado, el hecho de la edad. A medida que estas trabajadoras envejezcan, parece que es más probable que se prescinda de ellas y cuenten con menos posibilidades de encontrar un empleo alternativo que el resto de grupos en el mercado de trabajo. Por esta razón, algunos gobiernos están adoptando medidas para fomentar la contratación de este colectivo de trabajadores con objeto de combatir los estereotipos y la discriminación. En todo caso, un aspecto que no parece pasarse por alto es la importante y necesaria labor que la mujer desarrolla en la economía de los países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo. En las regiones desarrolladas, está emergiendo un significativo modelo en lo que respecta a las trabajadoras de entre 45 y 60 años, quienes están al cuidado tanto de sus hijos como de familiares más mayores. Del mismo modo, en las regiones menos des- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 217 DOCUMENTACIÓN E INFORMES arrolladas, especialmente en África, también está aumentando el papel que desempeñan, muchas mujeres de edad, quienes deben atender a un gran número de familiares, especialmente a sus hijos y nietos afectados por el VIH/Sida, en ausencia de cualquier tipo de apoyo gubernamental. Íntimamente relacionado con la prolongación de la edad de jubilación, la OIT a través de este documento, hace una serie de reflexiones en torno a temas que necesariamente plantean un reto a los sistemas gubernamentales, entre ellos referimos los siguientes. a) Las condiciones de trabajo seguras y adecuadas Las recomendaciones de la OIT sobre la prolongación de la edad activa de los trabajadores pasa necesariamente por unas condiciones de trabajo seguras, es por ello que la Recomendación sobre los trabajadores de edad, 1980 (núm. 162) de la OIT tiene como objeto determinar y eliminar los peligros relativos a la salud profesional, así como las condiciones de trabajo que aceleran el proceso de envejecimiento y que reducen la capacidad de trabajo de los trabajadores mayores. El modelo de capacidad de trabajo finlandés estimula la flexibilidad del tiempo de trabajo y la rotación en el empleo. La promoción y conservación de la capacidad de trabajo tiene una consideración especial, es por esta razón que se entiende que mejorar la capacidad de trabajo es también un instrumento para prevenir tanto la pérdida prematura de capacidades funcionales como la discapacidad. La flexibilidad del tiempo de trabajo y la rotación en el empleo se consideran elementos fundamentales en el desarrollo del trabajo, de hecho, la reorganización de la jornada laboral brinda oportunidades para reducir el estrés relacionado con el trabajo que padecen algunas personas mayores. Por otra parte, la rotación constituye una parte integral del 218 principio de la educación permanente. Algunas empresas han empezado ya a elaborar medidas encaminadas a aprovechar al máximo la contribución de los trabajadores de edad, haciendo hincapié en la gestión, en la administración y en la organización del trabajo. b) Protección social y envejecimiento Este, es uno de los problemas más acusados en los países en vías de desarrollo. En el África subsahariana y en Asia meridional, se estima que entre un 5 y un 10 por ciento de los trabajadores están cubiertos por la Seguridad Social reglamentaria, porcentajes que en algunos casos están disminuyendo. En América latina, el alcance de la cobertura varía mucho según los países, pasando del 10 al 80 por ciento. Sin embargo, no parece haber un estancamiento general. En el Este y el Sudeste asiáticos, la cobertura puede ir de 10 hasta casi el 100 por ciento y en muchos casos la misma se encontraba, hasta hace poco, en aumento. Dentro de este análisis, se centra el estudio de manera breve en países como Namibia o la India. Concretamente, en Namibia existe un sistema de pensiones universal, el mismo se basa en abonar prestaciones uniformes a ricos y pobres por igual sin tener en cuenta sus ingresos. En este régimen de pensiones universales se incluyen cuatro tipos de prestaciones: de vejez, de discapacidad, para el mantenimiento de los niños y dirigidas a los padres de acogida. Un caso contrario se presenta en la India, donde se proporciona apoyo social a muchos trabajadores del sector formal. Sin embargo, faltan programas institucionales para los pobres. Así, las personas mayores suelen enfrentarse a la incertidumbre de tener que buscar constantemente formas de sobrevivir. Es por ello, que uno de los puntos de mira de mayor preocupación referido a la protec- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 EVA MARÍA CES GARCÍA ción social se centra en el trabajo informal, sobre todo en los países en vías de desarrollo, puesto que el mismo genera puestos de trabajo que se hayan al margen de cualquier tipo de cobertura social, de ahí que dichos trabajadores, a medida que vayan alcanzando una mayor edad, irán enfrentándose a situaciones de mayor pobreza al tener que buscar constantemente cualquier tipo de trabajo para poder sobrevivir. Nuevamente, podemos observar como los sistemas de protección social se manifiestan de diferente manera según que nos encontremos en un país desarrollado o en vías de desarrollo. En contraste con lo anteriormente expuesto, la situación de los países industrializados se torna más alentadora para los trabajadores de edad, donde el alcance de la Seguridad Social es casi de un 100 por ciento. La pobreza entre las personas mayores suele ser menor que entre la población en edad de trabajar, quedando como excepción algunos países en transición. c) Financiación de la protección social Junto con el tema de la Seguridad Social, surge inevitablemente el problema de la financiación de la protección social, y es que una sociedad que envejece no tiene por qué verse inmersa en crisis alguna, siempre y cuando sea capaz de proporcionar puestos de trabajo a los integrantes de la fuerza de trabajo que se hacen mayores. En definitiva, lo que se plantea es que la forma de encontrar una verdadera solución al problema de la cobertura social se haya en el aumento de la participación en la población económicamente activa, sobre todo entre las mujeres, los trabajadores mayores, los jóvenes y las personas con discapacidades y, por consiguiente, mediante la creación de empleo. Por lo que respecta a los gastos, aunque cabe señalar que debería reducirse el número de pensiones de vejez que se conceden, sin embargo, el número de pensiones de invalidez y de sobrevivientes debería aumentar a corto plazo. Suele decirse que los sistemas de financiación de la protección social están mal preparados para afrontar el envejecimiento de las poblaciones. De hecho, todos los sistemas de pensiones, tanto los de reparto, los prefinanciados, como los que combinan ambos, son mecanismos para distribuir los ingresos corrientes nacionales entre los trabajadores en activo y los jubilados. Por esta razón, la OIT pone de manifiesto que si aumenta la proporción de jubilados respecto de la población activa, cambiar los mecanismos de financiación no solucionará el problema del aumento de los costes de las pensiones. Lo que realmente solucionaría este desequilibrio sería la puesta en práctica de medidas tendentes a fomentar la mayor participación de la población activa, y consiguientemente, mediante la creación de empleo entre todos los colectivos de trabajadores, ya sean jóvenes, mayores, hombres, mujeres, o discapacitados. En todo caso, lo que no cabe duda es que es necesario adaptar los métodos de financiación y los sistemas de prestaciones para que hagan frente al reto del envejecimiento, ya que tanto los sistemas de pensiones definidos basados en el reparto, como los sistemas de financiación basados en cuentas de ahorro individuales, se verán afectados por el envejecimiento. Estrechamente relacionado con el tema de la financiación de la protección social y más espinoso resulta el problema del VIH/Sida, que repercute sustancialmente en esta materia. La solidaridad social constituye un elemento esencial para garantizar que se hace llegar toda la ayuda necesaria a las familias, grupos, comunidades y regiones afectadas más directamente por la enfermedad. Es un tema especialmente trascendente si se tiene en cuenta que muchas personas jóvenes fallecen precisamente a causa del VIH/Sida en plena flor de la vida. Por estas razones expuestas, la financiación de los sistemas de protección social es prioritaria y necesaria para poder sostener la cobertura social de las futuras generaciones. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 219 DOCUMENTACIÓN E INFORMES No es de extrañar que en el ámbito de la Unión Europea, el futuro de la protección social se haye configurado como marco europeo de desarrollo prioritario donde el papel fundamental viene centrado en el favorecimiento de todas aquellas medidas que fomenten la participación de la población en el mercado de trabajo y la supresión de incentivos que favorezcan la jubilación anticipada. d) Envejecimiento y atención médica En definitiva lo que se plantea es que las inversiones en asistencia médica resultan cruciales para hacer que los trabajadores gocen de buena salud durante más tiempo. Los costes en concepto de asistencia médica aumentan de modo significativo con la edad, el costo total en concepto de asistencia médica, debido únicamente al envejecimiento, se incrementará un 41 por ciento entre 2000 y 2050. Este aumento será de un 36 por ciento en los países más desarrollados y de un 48 por ciento en los menos adelantados. Se puede decir que no está claro si el futuro aumento del consumo de servicios sanitarios en las primeras edades reduciría el mismo en edades más avanzadas. No obstante un aumento incontenido de la inflación de los servicios médicos de un 1 por ciento anual, o un aumento anual medio de la utilización de tales servicios de un 1 por ciento, tienen mayores efectos en los costes generales de la asistencia médica que el envejecimiento. e) Envejecimiento y migración Es otro tema que también ha sido objeto de tratamiento en esta Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, la emigración puede paliar en gran medida los diversos problemas que las poblaciones de edad avanzada puedan plantear en un futuro, pero en ningún caso parece ser una solución al problema del envejecimiento. Como pone de manifiesto el documento de la OIT, un estudio de las Nacio- 220 nes Unidas ha calculado que, entre 2000 y 2050, en la Unión Europea se necesitarían 47 millones de inmigrantes para mantener el tamaño de población total y 674 millones para mantener la relación entre la población en edad de trabajar (15 a 64 años) y la población mayor (65 años o más), lo que en definitiva estas cifras parecen sugerir es que la inmigración tal vez no sea una solución universal al envejecimiento. También puede convertirse en un arma de doble filo, pues por un lado, la emigración puede hacer que el desequilibrio entre unos países y otros sea más acusado si esta mano de obra activa es privada a países que realmente lo necesitan, por otro lado, si esa migración tiene lugar de áreas rurales a urbanas, también producirá un desequilibrio en las estructuras familiares, que de este modo, se verán privadas de la mano de obra joven, capaz de llevar la iniciativa y sacar adelante a las personas mayores que se encuentran en zonas rurales. f) Progresos alcanzados desde la Primera Asamblea Mundial del Envejecimiento El envejecimiento de la población mundial es un rasgo característico y un problema fundamental del siglo XXI tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. Veinte años atrás, en los debates de fondo de la Primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, celebrada en Viena, se prestó gran atención al envejecimiento en los países desarrollados, y aunque este problema continúe teniendo gran importancia, lo cierto es que la mayor parte de la población de edad vivirá en los países en desarrollo, con lo cual será más difícil para el marco institucional, y para muchos gobiernos, mantener el desarrollo de sociedades que envejecen y asegurar el bienestar en la vejez. Los resultados alcanzados desde la Primera Asamblea Mundial del Envejecimiento han variado mucho de unos países a otros, REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 EVA MARÍA CES GARCÍA por causas evidentes, no cabía esperar que fuera de otro modo, puesto que desde los recursos diferentes y que se hallan presentes en unas naciones u otras, hasta las distintas prioridades que informan a los gobiernos de las distintas naciones, hacen que el balance de esta situación después de veinte años sea tan dispar. El Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, aprobado en la Primera Conferencia Mundial, celebrada en Viena en 1982, contiene recomendaciones para que se adopten medidas en las siete siguientes esferas de interés relativas a las personas de edad: la salud y la nutrición, la protección de los consumidores de edad, la vivienda y el entorno, la familia, el bienestar social, la seguridad de los ingresos y el empleo, y la educación. Es evidente, que ante este reto, los países que más dificultades han encontrado para proceder a su implantación han sido precisamente los países en vías de desarrollo, pues la falta de recursos económicos es una de las causas esenciales que limita la asignación de fondos a este fin. Los resultados indican que se han hecho importantes avances acerca del envejecimiento desde la Primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento celebrada en 1982. Los países han incorporado cuestiones relativas al envejecimiento en sus planes, políticas y programas, si bien en diversos grados. Es cierto que cada vez se reconoce más que los Principios de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad son directrices importantes en la elaboración de leyes y planes a nivel nacional, sin embargo, los avances en la aplicación del Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento no han sido uniformes ni suficientes, especialmente en algunos países en desarrollo y países con economías en transición 7. Informe emitido por el Secretario General de la OIT con ocasión de los Preparativos de la Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento. 7 Para concluir, podemos afirmar que los estereotipos respecto a las personas de edad avanzada son numerosos, el hecho de que se les considere menos productivos, más vulnerables a las enfermedades y las lesiones, dotados de una menor curiosidad intelectual y opuestos al cambio se ha convertido en un mito, irrelevante y en muchos casos sin fundamento, de ahí que diversas iniciativas de gobiernos, empleadores y sindicatos hayan tratado de hacer frente a estos estereotipos. En el Reino Unido, por ejemplo, el Employers Forum on Age (Foro de Empleadores sobre la Edad), una organización patrocinada por los empleadores, facilita a las empresas información y servicios encaminados a promover la diversidad de edades y la superación de la discriminación por razón de edad. 3. LA AMPLIACIÓN DE LA EDAD DE JUBILACIÓN, ¿UN RETO O UNA NECESIDAD? Un reto fundamental en muchos países ha consistido en ralentizar y, en última instancia, invertir la tendencia a la reducción de la parte de la vida dedicada a la ocupación en el empleo y a la ampliación de los períodos de jubilación. Un reto que se ha convertido en necesidad íntimamente ligada a temas como la viabilidad de los sistemas de pensiones o medidas para contrarrestar la inversión que en la pirámide de población están sufriendo las nuevas generaciones. No parece que haya duda en que la disminución de la natalidad y la reducción de la mano de obra joven traerá consigo en un futuro no muy lejano la necesidad de prolongación de la mano de obra de mayor edad, que consecuentemente deberá permanecer durante más tiempo en el mercado de trabajo para cubrir todos los empleos. Toda esta situación pone hoy en tela de juicio la viabilidad de las políticas de jubilación temprana, de esta forma, una prolongación de la vida laboral será una solución para aumentar la mano de obra disponible. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 221 DOCUMENTACIÓN E INFORMES Actualmente en Europa podemos afirmar que la gran mayoría de los mayores de 65 años han salido del mercado de trabajo, sólo una pequeña parte, el 1,5% permanece en activo. La mayoría de los que permanecen en el mercado son hombres y sobre todo menores de 70 años, teniendo este grupo una tasa de actividad del 4,8%, frente al 2,2% de las mujeres de la misma edad y frente al 1% de los hombres con más de 70 años. En la Unión Europea, la tasa media de actividad de los mayores es del 3,4%, del 5,5% para los hombres y del 2% para las mujeres, sólo Francia y Bélgica presentan tasas de actividad inferiores a las de España, el resto de los países presentan tasas de actividad que varían entre el 2,3% de Finlandia y el 3,7% de Suecia, sólo el Reino Unido (5,1%), Grecia (6,7%), Irlanda (8,7%) y, sobre todo, Portugal (16,1%), presentan tasas de actividad claramente superiores a la media. Las tasas de paro a estas edades son muy reducidas, puesto que para los mayores en la Unión Europea, la gran alternativa a la ocupación no es el desempleo, sino la inactividad, gracias a la cobertura que proporcionan los sistemas de pensiones a partir de los 65 años 8. Como podemos contemplar tanto por el informe de la Comisión Europea como por la situación planteada por la OIT, el sentir común de las políticas nacionales es, sin duda alguna, la necesidad de que la mano de obra activa formada por trabajadores de mayor edad, continúe desempeñando su función como una forma de garantizar los sistemas de pensiones. En definitiva, podemos decir que son dos las coordenadas principales sobre las que se sitúa el debate de la edad de jubilación, la primera se refiere a la prolongación de la vida activa de un trabajador, y la segunda, se 8 «Condiciones de vida, vivienda, trabajo y situación económica». Lourdes Pérez Ortiz, prof. titular de Sociología. Universidad Autónoma de Madrid. (http://imsersomayores.csic.es). 222 refiere a la viabilidad de los sistemas de pensiones. Todas las demás cuestiones, en mayor o menor medida, no son sino derivados de estos dos ejes principales. La prolongación de la mano de obra activa y la transición de las mujeres a la jubilación, planteará un nuevo reto a la inserción de la mujer en el mercado de trabajo. Como pone de manifiesto tanto el informe de la Comisión Europea como el documento de la OIT, la jubilación de las mujeres difiere de la de los hombres, esencialmente por su distinta posición en el mercado del trabajo. Las tasas de empleo para las mujeres mayores son todavía más bajas que las de los hombres de su misma edad, aunque las de éstos han bajado considerablemente debido a las políticas de jubilación anticipada. Paradójicamente, en las últimas décadas se ha vivido un proceso imparable de discriminación de los trabajadores de más edad, que han visto perjudicadas por este motivo sus expectativas laborales y oportunidades de empleo. Las empresas, haciéndose eco de una cultura que sublima los valores así como la estética de la juventud, y beneficiándose de la disponibilidad de una mano de obra joven y preparada, se inclinan sistemáticamente por contratar y promocionar a sus trabajadores más jóvenes; y han bajado progresivamente el listón de lo que se considera ser «mayor» en el trabajo, hasta el punto de que con cuarenta o cuarenta y cinco años los trabajadores tienen ya problemas para encontrar un empleo, o retenerlo. Incluso en esta situación, se ha denunciado la práctica de actuaciones sindicales, que involuntariamente, han fomentado esta discriminación dando prioridad en los despidos a las personas de mayor edad y con ello, asegurándoles un acceso a prestaciones por jubilación mediante tratamientos especiales financiados por los poderes públicos 9. «La edad y la discriminación en el mercado de trabajo». Marzo 2002. Página web de la Universidad de Huelva. Miguel C. Rodríguez-Piñeiro. Catedrático de 9 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 EVA MARÍA CES GARCÍA Lo paradójico de esta situación se deriva en una doble vertiente, pues por un lado, se ha generado un colectivo de trabajadores cuya inserción en el mercado laboral se hace difícil a consecuencia de su edad, todo ello sin mencionar que tales problemas se tornan aun más graves respecto a las mujeres, y por otro lado, se ha permitido que las empresas reduzcan su plantilla a costa de personas de mayor edad, e inversamente a lo previsible, tales puestos de trabajo no han generado otros nuevos a favor de colectivos de trabajadores más jóvenes, y por tanto, no ha servido como medida para combatir el desempleo, o si ello ha tenido lugar, su resultado ha sido muy inferior al esperado. Durante mucho tiempo, se ha estado hablando de las jubilaciones anticipadas como una medida que permitiría crear empleo, si bien, la realidad se ha mostrado contraria a este fin, pues esta medida, se ha convertido en un arma para que las empresas puedan reducir su plantilla, a la vez que arrojaba al mercado a una gran cantidad de trabajadores de edad avanzada, que sin llegar a ser jubilados, se hallaban próximos a esta edad, con lo cual el número de desempleados no solo aumentaba, sino que además se generó un colectivo de difícil inserción en el mercado de trabajo. Legislar para proteger a los trabajadores de edad avanzada sigue siendo polémico en numerosos países, y muy pocos Estados han promulgado leyes que prohíban la discriminación por razón de edad. Entre las excepciones, Estados Unidos cuenta con la legislación en este sentido más consolidada. La principal ley federal en este terreno (Ley de discriminación por razón de edad de 1967) prohíbe la discriminación en la contratación, la rescisión del contrato de trabajo y modificación de otros aspectos del empleo, con muy escasas excepciones y exenciones. La mayoría de los países no brindan protección jurídica frente a la discriminación por razón de edad. Además, Derecho del Trabajo y Seguridad Social. Universidad de Huelva. las ideas acerca de las pautas de actuación adecuadas en relación con este factor suelen estar generalizadas: los puestos para principiantes y los períodos de aprendizaje se dirigen a los jóvenes, los cargos de nivel intermedio son para las personas de mediana edad, y no merece la pena impartir formación a los trabajadores de edad avanzada, ya que se jubilarán en breve 10. Como círculo que se cierra en si mismo, junto a esta situación expuesta, reiteramos una realidad que ya hemos puesto de manifiesto anteriormente, esto es, el ineludible envejecimiento de las generaciones que han de ocupar el mercado de trabajo y la disminución de la población activa joven, lo que conlleva plantear la adopción urgente de medidas necesarias para fomentar el equilibrio financiero de la Seguridad Social. Por ello, no es de extrañar que la política gubernamental, especialmente en el ámbito europeo, haya pasado de fomentar las jubilaciones anticipadas como medida para generar empleo, a incentivar la prolongación de la edad de jubilación como medida para garantizar la viabilidad de las pensiones futuras. Se podría decir que todo este problema gira en torno a la necesidad de combinar las medidas de protección social con actuaciones sobre el mercado de trabajo y de política social. El envejecimiento, como recoge el propio documento de la OIT no es una «catástrofe» si bien, planteará un desafío político que los distintos gobiernos nacionales deberán afrontar asegurando especialmente: «• Una transición gradual y flexible de la vida activa a la jubilación, como medio para brindar a los trabajadores mayores la oportunidad de permanecer en activo tanto tiempo como deseen. • El desarrollo de las medidas necesarias para impedir la discriminación en el 10 «¿Soluciones de vanguardia al envejecimiento?». Revista de la OIT. Trabajo, núm. 42, marzo de 2002. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 223 DOCUMENTACIÓN E INFORMES empleo y en la ocupación, prestando especial atención a los trabajadores mayores. • La aplicación de políticas encaminadas a formar y reeducar profesionalmente a los trabajadores mayores a fin de ayudarles a adaptarse a las nuevas demandas y oportunidades, utilizando el principio rector de la educación permanente como estrategia preventiva a largo plazo. • Aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías para ofrecer nuevas posibilidades de empleo y de formación a las personas mayores, incluidas aquellas con discapacidades, así como aprovecharlo en beneficio de la mayoría de personas de edad avanzada del mundo. • La adopción de medidas apropiadas para las condiciones nacionales y de prácticas que permitan a los trabajadores mayores permanecer más tiempo en su puesto de trabajo y que hagan esta posibilidad más atractiva. • El desafío de la Seguridad Social, es decir, dar una respuesta eficaz al cambio de las estructuras familiares y de los estilos de vida garantizando un trato equitativo para hombres y mujeres en lo relativo, por ejemplo, a la edad pensionable y a las prestaciones de sobrevivientes. • La creación de mecanismos que mantengan los sistemas de transferencias sociales en equilibrio financiero al repartir la carga financiera del envejecimiento de forma justa entre las poblaciones activa e inactiva. • Los costos que motiva el envejecimiento en los sistemas de asistencia médica, así como los positivos efectos económicos que trae consigo el que los trabajadores mayores gocen de buena salud. 224 • El alcance y las limitaciones de la sustitución de trabajadores gracias a la migración como solución al envejecimiento de la población. • La toma en cuenta de la importancia de la integración social, los lazos familiares, las relaciones multigeneracionales y los derechos de las personas mayores necesarios para garantizar un envejecimiento decente. • La evolución del trabajo y del medio ambiente de trabajo como aspectos clave para reducir la invalidez a largo plazo, así como para garantizar una jubilación decente y que las personas mayores gocen de buena salud. • Dar con formas de reforzar las redes de seguridad clásicas basadas en la familia a fin de mitigar los efectos negativos del VIH/Sida 11». En definitiva, y como punto final, podemos hacernos eco de que el objetivo perseguido por las políticas gubernamentales va encaminado a que el mercado de trabajo no discrimine a los trabajadores de mayor edad, permita a su vez la formación a lo largo de la vida activa, y facilite la conciliación de la vida laboral y privada, precisando al respecto que para que la implantación de un sistema con estas características tenga éxito necesita la intervención de los interlocutores sociales, a los que la Comisión apela en su informe de 24 de enero de 2002, para que en definitiva permita, la jubilación anticipada cuando sea necesaria, a la vez que promueva medidas motivadoras de la permanencia en activo de las trabajadoras y de los trabajadores mayores cuando la situación social así lo reclame. Abordar la discriminación, promover la formación y la flexibilidad en el lugar de trabajo, Documento presentado por la OIT ante la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento. Madrid, 8-12 de abril de 2002. 11 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 EVA MARÍA CES GARCÍA y modificar las actitudes mediante la educación y la información, son posibles estrategias para tratar de mejorar la situación de las personas de edad avanzada en el mercado de trabajo e impulsar sus tasas de participación. La pertinencia de tales soluciones es tema central de atención y objeto de intenso debate, y no cabe duda de que se trata de cuestiones polémicas. Con todo, lo que no suele discutirse es que, si se mantienen, las tendencias de las últimas décadas darán lugar a un incremento de las presiones sobre las prestaciones de la Seguridad Social, y en especial sobre las pensiones y los servicios de salud. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 42 225