Mundos Diferentes: salud y riesgos sexuales y reproductivos libro

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I N F O R M E D E PA I D E 2 0 0 1
Mundos
diferentes
SALUD Y RIESGOS
SEXUALES Y
REPRODUCTIVOS
Informe de PAI de 2001
Mundos diferentes: Salud y riesgos
sexuales y reproductivos
© Population Action International, 2001
Equipo de redacción e investigación: Nada
Chaya, Beverly Johnston, Robert Engelman,
Sally Ethelston, Margaret E. Greene
El material de la presente publicación y los
materiales que la acompañan pueden
reproducirse siempre y cuando se reconozca a Population Action International como
la fuente.
ISBN: 1-889735-07-8
A
doptar un enfoque más amplio
de la salud y los derechos de
reproducción de los hombres y
las mujeres fue un tema de la
Conferencia Internacional sobre
la Población y el Desarrollo
(CIPD) en 1994, en la cual 179 naciones llegaron
a un acuerdo sobre un plan para transformar—y
financiar—programas de salud reproductiva en
todo el mundo. La CIPD examinó el contexto social
del crecimiento y el tamaño de la población, y
dejó de centrar la atención en el simple control de
la natalidad y el recuento del número de habitantes. El documento final de la conferencia propone que haya acceso universal a un paquete de
servicios básicos de salud reproductiva y medidas
especiales para fomentar el desarrollo humano, en
las que se preste atención particular a la condición
social, económica y de salud de las mujeres. Una
premisa central es que los programas de
población deben basarse en necesidades individuales, no en metas demográficas, y que los programas de planificación familiar deben integrarse
con otros esfuerzos comunitarios para promover la
salud maternoinfantil, mejorar la condición de la
mujer y prevenir la transmisión del VIH y de otras
enfermedades infecciosas.
En Mundos diferentes: Salud y riesgos sexuales y
reproductivos, Population Action International (PAI)
continúa con su labor de medir el progreso de las
naciones en el logro de las metas establecidas en la
CIPD. El gráfico mural que acompaña al informe
clasifica a 133 países, que representan el 95 por
ciento de la población mundial, basándose en un
Índice de riesgo reproductivo (IRR), que consta de
10 indicadores clave de salud sexual y reproductiva. El estudio documenta las grandes diferencias
que existen entre países pobres y ricos, y la necesidad urgente de acelerar el progreso en este campo.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
1
Tendencias de la
salud reproductiva
en el mundo
El siglo pasado fue testigo de mejoras
espactaculares en lo que ahora
llamamos “salud reproductiva”,
especialmente en los países más
desarrollados. En estos, el acceso casi
universal a la atención de alta calidad
en el embarazo y el parto, a
medicamentos que salvan vidas y a
procedimientos quirúrgicos sin riesgo—
incluido el aborto sin riesgo—junto con
altos niveles de uso de anticonceptivos
y baja fecundidad, contribuyen a una
buena salud reproductiva en general.
La situación es bastante distinta en el mundo en
desarrollo. Aquí ocurrieron, en el año 2000, 98 por ciento
de los 3,43 millones de muertes en los adultos por causas
relacionadas con la mala salud reproductiva. La situación
es mucho más grave en África al sur del Sahara. Hace un
decenio, incluso antes del rápido aumento reciente de
casos de infección por el VIH/SIDA, las enfermedades
relacionadas con la reproducción causaban casi 40 por
ciento de todos los casos de discapacidad y de muerte
prematura entre las mujeres en edad fecunda (de 15-44
años de edad) en la región, y aproximadamente 8 por
ciento entre los hombres de edad similar.
Una medida útil de la gran disparidad del estado de
salud reproductiva que existe entre los países ricos y
pobres es la del “riesgo a lo largo de la vida”. En los países
desarrollados, el riesgo de las mujeres es de sólo 1 en
2.125 de morir por causas relacionadas con el embarazo o
el parto a lo largo de su vida. Ese riesgo es 33 veces superior, de 1 en 65, en las mujeres de los países en desarrollo.
Sin embargo, se ha progresado en este campo. El uso
de anticonceptivos ha aumentado en más de diez veces
en los países en desarrollo y las mujeres tienen, en
promedio, la mitad de los hijos que tenían las mujeres
hace 35 años. Las muertes durante el embarazo y el parto
han disminuido considerablemente en algunos países y el
acceso a la atención en el embarazo y el parto ha mejorado en todas las regiones, salvo en África al sur del Sahara.
Sin embargo, más de la cuarta parte de las mujeres
embarazadas de esos países todavía no reciben atención
prenatal y casi la mitad de ellas tienen partos sin ayuda
de personal de salud cualificado.
Mundos diferentes:
indicadores de salud
sexual y reproductiva
El gráfico mural que acompaña a este informe clasifica a
133 países basándose en 10
indicadores de salud sexual y
reproductiva respecto a los
cuales se dispone de datos
nacionales comparables. Los
indicadores reflejan el acceso a
los servicios y los resultados
relativos a fecundidad, regulación de la fecundidad, salud
y supervivencia en el embarazo y el parto, y prevalencia de
la infección por el VIH/SIDA
en las mujeres y los hombres.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
3
Este Índice de riesgo reproductivo clasifica a cada país
asignándole una puntación
basada en el número anual de
nacimientos por 100 mujeres
de 15 a 19 años de edad. Las
tasas de alumbramiento de las
adolescentes son más elevadas
en Angola, República
Democrática del Congo, Liberia
y Sierra Leona, donde más de
una de cada cinco jóvenes de
15 a 19 años de edad dan a
luz anualmente. Las tasas más
bajas son las de Japón, las dos
Coreas, los Países Bajos, Suecia
y Suiza, donde menos de una
de cada 100 adolescentes da a
luz anualmente. En el Reino
Unido, una de cada 34 adolescentes da a luz anualmente; en
Estados Unidos, una de cada
20; estas son las tasas más
altas entre los países industrializados ricos.
Nacimientos anuales
por 100 mujeres de
15-19 años de edad
La reducción del riesgo reproductivo requiere
estrategias múltiples y la coordinación de las políticas de
salud y desarrollo. La clave del éxito es un compromiso
fuerte entre todos los sectores de la sociedad, y a nivel
local, nacional e internacional, para prestar servicios de
salud de buena calidad que incluyan anticoncepción,
aborto sin riesgos, atención obstétrica y el diagnóstico y
tratamiento de las infecciones de transmisión sexual.
Sin embargo, revisten la misma importancia los
esfuerzos para mejorar la condición socioeconómica de
la mujer, la cual influye considerablemente en la mala
salud reproductiva y se ve influida por ésta. La educación
más alta del nivel de la escuela primaria se relaciona
fuertemente con una mejor toma de decisiones en asuntos de salud y un mayor uso de servicios de salud
disponibles, y también con el aplazamiento de la procreación y un número menor de hijos en total. El nivel
educacional de la mujer y su potencial de ingresos también pueden mejorar su condición en el hogar, con lo
cual aumenta no sólo su participación en la toma de decisiones, sino también el acceso a alimentos y a otros recursos que contribuyen a la buena salud.
Procreación temprana y salud
reproductiva de los adolescentes
En todo el mundo, las mujeres de 15 a 19 años de
edad dan luz a aproximadamente 17 millones de los
131 millones de niños que nacen anualmente. Las
mujeres de este grupo de edad registran el 10 por
ciento de los abortos. Las adolescentes tienden a
demorarse en solicitar servicios de aborto, lo cual
hace aumentar los riesgos del procedimiento. Con
frecuencia, el embarazo en las adolescentes limita
más las opciones de las jóvenes al hacer que muchas
de ellas abandonen la escuela.
Las relaciones sexuales y la procreación a una edad
temprana entrañan riesgos considerables para los jóvenes
en todo el mundo. El riesgo de morir durante el parto en
las madres adolescentes es dos veces mayor que en las
mujeres que ya cumplieron los veinte años y, asimismo,
sus hijos son más vulnerables a los riesgos de salud. Cada
año, casi la mitad de los casos nuevos de infección por el
VIH y por lo menos la tercera parte de los nuevos casos
de infecciones de transmisión sexual ocurren en las personas menores de 25 años de edad.
Los factores fisiológicos y socioeconómicos hacen
aumentar los riesgos de salud reproductiva que corren las
jóvenes. La infección por el VIH afecta en forma desproporcionada a este grupo de edad, ya que las adolescentes y
las jóvenes tienen relaciones sexuales con hombres mayores
15
12
Promedio mundial: 6
9
6
3
0
América Latina
y el Caribe
Asia
Oceanía
América del África del Norte
Sudoriental
Norte
y Asia
Occidental
Fuente: División de la Población, World Population Prospects: The 1998 Revision (New York: Naciones Unidas, 1998).
4
África al sur
del Sahara
Asia Central
Meridional
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
Europa
Asia Oriental
M E TA S Y D E F I N I C I O N E S D E L A C I P D
Salud y derechos
reproductivos
En 1994, 179 países se reunieron en El
Cairo en la Conferencia Internacional
sobre la Población y el Desarrollo
(CIPD) para forjar un compromiso internacional a fin de mejorar la salud
reproductiva y proteger los derechos de
reproducción. La siguiente definición de
“salud reproductiva”, adoptada en la
conferencia, ilustra dicho compromiso:
“La salud reproductiva es un estado
general de bienestar físico, mental y
social, y no de mera ausencia de
enfermedades o dolencias, en todos
los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y
procesos. En consecuencia, la salud
reproductiva entraña la capacidad de
disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la
libertad para decidir hacerlo o no
hacerlo, cuándo y con qué frecuencia. Esta última condición lleva
implicíto el derecho del hombre y la
mujer a obtener información y de
planificación de la familia de su elección, así como a otros métodos para
la regulación de la fecundidad que
no estén legalmente prohibidos, y
acceso a métodos seguros, eficaces,
asequibles y aceptables, el derecho a
recibir servicios adecuados de
atención de la salud que permitan los
embarazos y los partos sin riesgos y
den a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos sanos.”*
Según la Organización Mundial de
la Salud (OMS), para alcanzar una
buena salud reproductiva se requiere
prestar atención a las nueve cuestiones
siguientes: desarrollo sexual, maduración y salud, especialmente de los
adolescentes; regulación de la fecundidad; salud materna; salud perinatal;
aborto en condiciones de riesgo; infertilidad; infecciones del aparato reproductor, incluida la infección por el
VIH/SIDA, y otras enfermedades de
transmisión sexual, y el cáncer cervicouterino; la violencia y sus consecuencias respecto a la salud sexual y reproductiva; y la mutilación genital femenina y otras prácticas nocivas.
En la CIPD de 1994, y en una conferencia celebrada en 1999 para
examinar el progreso logrado, se acor* Programa de Acción de la Conferencia
Internacional sobre la Población y el
Desarrollo, párrafo 7.2.
daron las siguientes metas de salud
reproductiva:
Reducir, para el año 2000, en la
mitad las razones de mortalidad
materna (RMM) de 1990 y en otra
mitad para el año 2015. En los países
donde la mortalidad materna es excepcionalmente elevada, la meta es lograr
que haya menos de 60 muertes maternas
por 100.000 nacimientos para 2015.
Proporcionar acceso universal, para
el año 2015, a la gama más amplia
posible de métodos seguros y eficaces de
planificación familiar, entre ellos, los métodos de barrera, y a los siguientes servicios relacionados con la salud reproductiva: atención obstétrica esencial, prevención y manejo de infecciones del aparato
reproductor, entre ellas, las infecciones de
transmisión sexual.
Ampliar los servicios prestados
por personal cualificado a fin de
ofrecerlos a un mínimo del 60 por
ciento de los nacimientos en los países
donde la mortalidad materna es elevada, y al 90 por ciento a nivel mundial,
para el año 2015.
Eliminar la necesidad insatisfecha
de planificación familiar para el año
2015.
Reducir la vulnerabilidad a la
infección por el VIH/SIDA. Para el
año 2010, por lo menos 95 por ciento
de los hombres y las mujeres de 15 a
24 años de edad deben tener acceso a
métodos preventivos como el preservativo masculino y femenino, pruebas voluntarias, orientación y seguimiento. Las
tasas globales de infección por el VIH
en este grupo de edad deben reducirse
en 25 por ciento para el año 2010.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
5
que están infectados. Más de un millón de adolescentes de
30 países son objeto de prácticas tradicionales perjudiciales,
por ejemplo la mutilación genital femenina que las hacen
más vulnerables a la infección por el VIH/SIDA o pueden
producir complicaciones mortales o incapacitantes.
Planificación familiar y
procreación no deseada
Todos los años, ocurren en el mundo casi 80 millones
de embarazos no deseados, y más de la mitad de
esos embarazos terminan en aborto. Se calcula que
150 millones de mujeres de los países en desarrollo
dicen que preferirían planificar el número de hijos
pero que no están usando la anticoncepción y otros
350 millones no tienen acceso a métodos de planificación familiar eficaces.
Los servicios de salud reproductiva, incluida la planificación familiar voluntaria pueden ayudar a las parejas a evitar embarazos de alto riesgo, prevenir el aborto y el embarazo no deseado, evitar enfermedades como la infección por
el VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual, que
pueden causar incapacidad, infertilidad y la muerte.
En todo el mundo, la esterilización femenina es el
método anticonceptivo más común; el 19 por ciento de
las parejas en edad fecunda lo usan. Los métodos que
más se usan después de este son el dispositivo intrauterino (DIU), que usan 13 por ciento de las parejas, la píldora
anticonceptiva (8 por ciento) y los métodos tradicionales
(8 por ciento). La vasectomía y los preservativos son los
únicos métodos masculinos modernos que se pueden
conseguir actualmente y son los métodos que menos se
usan (sólo 4 por ciento a nivel mundial), lo cual es señal
de una enorme disparidad en el uso de la anticoncepción
entre los hombres y las mujeres. En los países en desarrollo, sólo 2 por ciento de las parejas usan preservativos.
El Índice asigna a los países
una puntación basada en la
prevalencia del uso de anticonceptivos; es decir, el porcentaje
de mujeres de 15 a 44 años
de edad que usan un método
anticonceptivo moderno o tradicional. El uso de anticonceptivos es más elevado, es decir,
de 80 por ciento o más, en
Italia, la China, el Reino Unido
y España. En unos 30 países
en desarrollo, el uso de anticonceptivos superó el 50 por
ciento. El uso de anticonceptivos
es el más bajo en Angola y
Afganistán donde menos del
10 por ciento de las mujeres
usan un método de planificación familiar.
EMBARAZO
NO
PLANIFICADO
Y
ABORTO
EMBARAZOS NO PLANIFICADOS
Región
Total de
Embarazos y
Embarazos
Embarazos que
embarazos
nacimientos
que terminan
terminan en
anuales
planificados*
en aborto
nacimiento no planificado**
(en millones) (porcentaje del total) (porcentaje del total)
(porcentaje del total)
En todo el mundo
Países desarrollados
Países en desarrollo
África
Asia Oriental
Resto de Asia
América Latina y el Caribe
Europa Oriental
Resto de Europa
Japón, EE.UU., Canadá, Australia
y Nueva Zelandia
210
28
182
62
51
64
22
36
20
16
13
16
40
40
83
18
11
7
10
70
61
66
48
37
67
55
12
30
17
23
57
21
23
18
9
17
29
6
12
22
* Incluye mortinatos y abortos espontáneos.
** Nacimientos no planificados son nacimientos no deseados o no oportunos.
Fuente: The Alan Guttmacher Institute. Sharing Responsibility: Women, Society & Abortion Worldwide
(New York and Washington: AGI, 1999).
6
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
Políticas del aborto
En todo el mundo, se pone término a más de la quinta parte de los embarazos (cerca de 46 millones). Se
calcula que 36 millones de procedimientos ocurren en
el mundo en desarrollo y 10 millones en el mundo
desarrollado. Veinte millones de estos abortos se
realizan ilegalmente y en condiciones de riesgo.
Salvo pocas excepciones, el aborto es resultado de un
embarazo no deseado. Las mujeres que quieren poner fin
a un embarazo tienden a ignorar la situación legal del
aborto y con frecuencia están dispuestas a someterse a un
aborto en condiciones de riesgo. Sin embargo, en los
países más pobres, las mujeres corren un riesgo mucho
mayor de muerte a causa de un aborto en condiciones de
riesgo. En África, uno de cada 150 abortos produce la
muerte, frente a uno en cada 85.000 procedimientos en
el mundo desarrollado. Este riesgo elevado significa que
casi 70.000 mujeres mueren anualmente—una cada siete
minutos—a causa de un mal aborto. Centenares de miles
más sufren de problemas de salud crónicos.
En los últimos dos decenios, el mundo ha presenciado cierta liberalización de las leyes del aborto, motivada
principalmente por inquietudes de salud. Desde 1994,
Albania, Alemania, Sudáfrica, Burkina Faso y Camboya
han dado más flexibilidad a las restricciones legales
sobre el aborto. Sólo El Salvador y Polonia hicieron más
estrictas las restricciones en ese mismo período. Las
políticas de aborto restrictivas afectan principalmente a
los pobres, quienes dependen del sector público para
satisfacer todas sus necesidades de salud; las mujeres que
tienen medios por lo general pueden obtener servicios
de aborto del sector privado.
El Índice clasifica a los países
basándose en sus políticas oficiales de aborto, que se asignan a cinco categorías. De los
133 países de este estudio, 49
permitan el aborto solicitado
basándose en motivos amplios
sociales y de salud. Sólo 13 de
esos países están en las
regiones en desarrollo e
incluyen a Bangladesh, India,
China, Túnez, Turquía,
Sudáfrica y Cuba. Otros 40
países—entre ellos seis países
desarrollados—permiten el
aborto por razones de salud
limitadas. En los 44 países
restantes, el aborto es ilegal o
se permite sólo en casos de
violación e incesto, o para salvar la vida de la mujer.
Anemia nutricional en el embarazo
Actualmente, la anemia por carencia de hierro es la
deficiencia de micronutrientes más prevalente en el
mundo. Es especialmente común en las mujeres de
edad fecunda y, en particular, durante el embarazo.
La prevalencia de la anemia varía considerablemente de un país a otro y dentro de los países, y
suele relacionarse con la pobreza. Según algunos
cálculos, los niveles entre las embarazadas alcanzan
el 70 por ciento en Asia Meridional. En África al sur
del Sahara, con excepción de Sudáfrica, exceden el
40 por ciento. La situación en América Latina es
mejor y, generalmente, el problema es poco frecuente en los países industrializados. Cabe señalar
que la anemia puede tratarse fácilmente con suplementos orales de hierro.
La anemia suele ocurrir en las adolescentes a causa
de mala nutrición y las exigencias del crecimiento y la
menstruación. El embarazo y la lactancia materna aumentan aún más las exigencias nutricionales que se imponen a
las mujeres, muchas de las cuales empiezan el embarazo
con bajas reservas de nutrientes. La anemia en el embarazo contribuye a la discapacitación y muerte maternas, los
partos prematuros, el bajo peso al nacer y el daño fetal.
La reducción de la productividad de las mujeres que
resulta de este problema ocasiona una carga económica
para las familias, las comunidades y las sociedades.
El Índice clasifica a los países
basándose en la prevalencia
de la anemia, desde baja
(menos del 20 por ciento) hasta
muy alta (más del 60 por ciento). De los 133 países clasificados con el Índice, 29 caen en
la categoría de muy alta y los
otros 46 países se clasifican en
la categoría alta, en la cual
entre 40 y 60 por ciento de las
mujeres embarazadas sufren de
anemia.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
7
Acceso a la atención de salud
durante el embarazo y el parto
El Índice de riesgo reproductivo
clasifica a los países por separado basándose en el porcentaje de mujeres que
reciben atención prenatal y el
porcentaje de nacimientos
atendidos por personal cualificado. Afganistán se clasificó en
el último lugar respecto a
ambos indicadores (sólo 8 por
ciento). En 42 de los países
incluidos en este estudio,
menos del 75 por ciento de las
mujeres reciben atención
durante el embarazo. En 58
países, menos del 75 por ciento de los alumbramientos
reciben asistencia de personal
de salud con conocimientos de
obstetricia. Con la excepción
de Sri Lanka, los países de
Asia Meridional tienen tasas
especialmente bajas de atención de salud prestada por
personal cualificado durante el
alumbramiento, tasas que son
similares a las de África oriental, occidental y central.
MUERTES
POR
Causa de muerte
Se calcula que cada año ocurren 210 millones de
embarazos en el mundo y alrededor de un cuarto de
las embarazadas sufren complicaciones. Más de un
embarazo de cada 350 es mortal. Las complicaciones
que ponen en peligro la vida de la mujer durante el embarazo y el parto producen más de las tres cuartas partes de las
muertes maternas, además de contribuir considerablemente a las muertes y mala salud infantiles. Alrededor del
20 por ciento de las muertes maternas son producidas por
causas indirectas como la anemia y las enfermedades infecciosas, que pueden prevenirse mediante la atención prenatal eficaz. En el mundo en desarrollo, un porcentaje mucho
más bajo de recién nacidos de madres que mueren durante
el parto llega a cumplir el primer año de edad.
Según el Banco Mundial, la atención adecuada
durante el embarazo y, en especial, durante el parto y el
alumbramiento, son las intervenciones más eficaces en
función de los costos para mejorar la salud materna y del
recién nacido. Esas intervenciones podrían prevenir la
mayoría de las muertes perinatales, infantiles y maternas,
y las discapacidades. Sin embargo, en el mundo en desarrollo, unos 45 millones de mujeres no reciben atención
prenatal y 60 millones de nacimientos ocurren sin la asistencia de personal cualificado.
CAUSAS
DE
SALUD
R E P R O D U C T I V A Ca
Total de muertes
Porcentaje de
Porcentaje de
anuales entre los adultos muertes anuales en los muertes anuales en los
(de 15 años de edad y más) países en desarrollo
países desarrollados
VIH/SIDA*
2.500.000
ITS (sífilis, clamidiasis y gonorrea) 178.000
Cáncer cervicouterino
237.000
Embarazo y parto
515.000
TOTAL
3.430.000
99%
99%
85%
99%
98%
1%
1%
15%
1%
2%
* Incluye tanto la transmisión sexual como la no sexual. Sin embargo,
las infecciones que no son de transmisión sexual son relativamente pocas y
representan un porcentaje bajo del total de las infecciones.
Fuentes: ONUSIDA y OMS
Las muertes por causas relacionadas
con la salud reproductiva acortan la
vida productiva de hombres y mujeres,
lo cual socava el desarrollo económico
en los países más pobres del planeta.
Sin embargo, casi todas esas defunciones son prevenibles en gran medida
y se podrían evitar con algunas intervenciones eficaces en función de los
costos; por ejemplo, un mejor acceso a
los servicios de planificación familiar y
de maternidad, incluidos los preservativos masculinos y femeninos para prevenir el VIH y otras infecciones sexuales. Cuesta un promedio de US$20 a
8
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
$25 anuales proporcionar servicios
básicos de planificación familiar a una
persona en un país en desarrollo. La
suma adicional de $10 por cliente proporcionaría acceso a medicamentos
para prevenir hemorragias internas, a
estuches para atender el parto y a tecnologías para la atención en el
postaborto. La detección y el tratamiento de una amplia gama de ITS costarían
menos de $30 por cliente en la mayoría
de los países en desarrollo. No
obstante, incluso esas intervenciones
podrían reducir enormemente los presupuestos de salud de muchos países en
UNA
INFLUENCIA
CRUCIAL
Los hombres como socios
en la salud reproductiva
Tradicionalmente, los programas de salud
reproductiva se han dirigido a las
mujeres. Sin embargo, cada vez más,
estamos reconociendo la influencia que
ejercen los hombres en la salud
reproductiva. Los hombres desempeñan
papeles importantes en apoyar la salud
de las mujeres, prevenir los embarazos no
deseados, frenar la propagación de las
infecciones de transmisión sexual, hacer
que haya menos riesgos en el embarazo y
el parto, y reducir la violencia contra la
mujer. Además, los propios hombres
necesitan acceso a servicios clínicos y a
información sobre salud reproductiva,
necesidad que se debe evaluar en el
contexto de recursos limitados.
En todas partes, los hombres influyen
fuertemente en sus compañeras, al
determinar el momento y las condiciones
de las relaciones sexuales, el tamaño de
la familia y el acceso a la atención de
salud. Las formas en que las
desigualdades de género limitan el
acceso que tienen las mujeres—y a veces
los hombres—a la atención de salud
plantean un desafío a los servicios de
salud reproductiva cuando se trata de
superar tales injusticias.
Cuando los programas de salud
reproductiva no toman en consideración
a los hombres, socavan su propia
eficacia. La salud reproductiva de los
hombres influye directamente en la de
sus compañeras, aunque tuvo que ser la
epidemia del SIDA lo que puso en relieve
esta realidad. Tratar las infecciones de
transmisión sexual únicamente en las
mujeres tiene poco sentido cuando los
hombres que las infectaron no participan
en el tratamiento y la educación de
prevención. Los hombres pueden hacer la
maternidad más segura apoyando la
necesidad de atención prenatal, el
descanso y una mejor nutrición durante
el embarazo, y participando activamente
durante el embarazo y el parto. El apoyo
de los hombres al deseo de limitar el
tamaño de la familia suele permitir que
las mujeres que quieren usar la
anticoncepción o solicitan servicios de
aborto puedan hacerlo.
Hay muchas estrategias para
incrementar la participación constructiva
de los hombres en la salud reproductiva.
Los programas deben promover la
comunicación y el respeto entre hombres
y mujeres en cuestiones de salud
reproductiva para ayudar a desarrollar
las aptitudes de negociación de ambos
sexos. Reviste importancia particular la
necesidad de llegar a los hombres
jóvenes y solteros cuyas ideas en cuanto
a las funciones relativas al género y al
sexo todavía no han quedado
firmamente establecidos. Los programas
pueden mejorar el acceso a los servicios
haciendo que los servicios de salud
reproductiva existentes sean más
receptivos para los hombres: recibiendo
a los hombres (como clientes y como
padres o compañeros que dan su
apoyo), ofreciendo readiestramiento al
personal, ofreciendo información y
servicios a los hombres, contratando y
capacitando a los consejeros de sexo
masculino, e incluso cambiando el
decorado del consultorio. Y al
proporcionar información y hacer
remisiones, los programas de salud
reproductiva pueden hacer más
conscientes a los hombres de las
consecuencias negativas que tiene la
violencia basada en el género.
Los medios de información pueden
desempeñar una función importante al
informar a los hombres acerca de la salud
reproductiva y las funciones que pueden
desempeñar en la protección de su propia
salud y la de sus compañeras. Asimismo,
los medios de información pueden
informar a los hombres respecto a las
formas en que su control sobre los recursos
familiares, la violencia en el hogar, o las
opiniones de la sexualidad masculina o
femenina, por ejemplo, pueden limitar la
buena salud reproductiva. Trabajar con los
hombres que ocupan cargos directivos
que pueden influir en otros hombres y
actuar como promotores de la salud de las
mujeres es otra estrategia importante para
fomentar la participación positiva de los
hombres en la salud reproductiva.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
9
MUNDOS
DIFERENTES:
SALUD
Y
RIESGOS
Estos mapas ilustran la geografía de nuestros “Mundos
diferentes” y ponen de relieve la asombrosa disparidad
que existe entre África al sur del Sahara y otras regiones.
La leyenda de color corresponde a las agrupaciones de los
países del Índice de riesgo reproductivo del gráfico mural
que acompaña a este material.*
*Se incluye en el Índice
de riesgo reproductivo
un total de 133 países.
No se incluyen países
cuya población es de
menos de 2 millones
de habitantes. Somalia,
Hong Kong, Grecia,
Irlanda, Taiwán, Bosnia
y Herzegovina,
Eslovenia, Croacia y
Macedonia no se
incluyeron porque no
se disponía de suficientes datos.
10
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
Riesgo muy alto (60 puntos
o más): En casi todos los 19
países de esta categoría,
más de una de 10 adolescentes dan a luz cada año y
las mujeres tienen un promedio de más de cinco hijos.
Las probabilidades de una
mujer de estos países muera
durante el embarazo y el
parto a lo largo de su vida
son más de 99 veces superiores a las de una mujer de
los países de Riesgo muy
bajo. Todos los países, salvo
tres, se encuentran en África
al sur del Sahara.
Riesgo alto (entre 45 y 59
puntos): Los 26 países de
esta categoría generalmente
tienen bajos niveles de uso
de anticonceptivos, políticas
de aborto restrictivas, tasas
de natalidad altas y mortalidad materna alta. Un total
de 17 países de Riesgo alto
se encuentran en África al
sur del Sahara, mientras
que los nueve restantes se
encuentran entre los países
más pobres en sus regiones
respectivas.
SEXUALES
Y
REPRODUCTIVOS
Infección por el VIH/SIDA en las
mujeres y los hombres
El SIDA es una de las causas principales de mortalidad
de nuestro tiempo. En el año 2000, 4,7 millones de
adultos en el mundo se infectaron con el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) y otros 2,5 millones
murieron a causa del SIDA. Más del 95 por ciento de
estas muertes y las infecciones nuevas ocurrieron en el
mundo en desarrollo. África al sur del Sahara es el epicen-
El Índice de riesgo reproductivo
incluye datos aparte relativos a
la prevalencia de la infección
por el VIH en los hombres y
las mujeres. Las tasas más elevadas de esta infección se registran entre las mujeres y los
hombres de Zimbabwe,
Lesotho, Zambia y Sudáfrica.
En 11 países que fueron objeto
de este estudio, el VIH ha
infectado a por lo menos 10
por ciento de la población
adulta y ha reducido la esperanza de vida en casi un decenio, en un número de años
que se sitúa entre 5 años en
Mozambique y 19 años en
Zimbabwe.
Vivir con el
VIH/SIDA
En estos diez países,
se calcula que el 10
por ciento o más de
la población adulta
(de 15 a 49 años
de edad) estaba
infectada por el
VIH/SIDA en 1999.
Fuente: ONUSIDA,
Report on the Global
HIV/AIDS Epidemic:
June 2000 (Ginebra:
ONUSIDA, 2000).
12
tro de la pandemia (aquí ocurrieron más de 70 por ciento de
todas las infecciones nuevas y 80 por ciento de las muertes
registradas en el año 2000). En algunos países africanos, una
cuarta parte o más de los adultos están infectados con el VIH
y, en toda la región, las mujeres representan el 55 por ciento
de todas las personas infectadas.
El SIDA causa la muerte de la gente que se encuentra en
la cúspide de su vida productiva y fecunda, y a menudo da a
las mujeres tiempo suficiente para tener hijos pero no para criarlos. En los lugares donde la epidemia ha avanzado, ésta perjudica el bienestar de las familias y las economías precarias. El
ONUSIDA, organismo de las Naciones Unidas a cargo de
abordar asuntos relacionados con la infección por el
VIH/SIDA, calcula que, a finales de 1999, 13,2 millones de
niños menores de 15 años habían perdido a su madre o a su
padre y a su madre a causa del SIDA, la mayoría de ellos en
África al sur del Sahara. La mortalidad elevada y la mala salud
general debidas a la infección por el VIH están obstaculizando el crecimiento económico, al incapacitar la fuerza laboral y
al agotar los ya limitados recursos domésticos y públicos. Los
presupuestos de salud de muchos de estos países gravemente
afectados se sitúan por debajo de US$50.00 anuales por persona, cifra que no se acerca al elevado costo de los tratamientos medicamentosos disponibles para las personas infectadas
que viven en los países más ricos.
En África al sur del Sahara, donde las tasas de infección
por el VIH son las más altas del mundo, el uso del preservativo es el más bajo (1 por ciento de las parejas casadas).
Dado el número cada vez mayor de infecciones en las
mujeres debido al aumento de la transmisión heterosexual
del VIH, la necesidad de contar con métodos controlados
por la mujer se ha hecho más urgente. Sin embargo, hasta el
momento, obstáculos financieros y culturales limitan la
disponibilidad y el uso de los preservativos femeninos. Y,
por el momento, los microbicidas—cremas o gelas que las
mujeres podrían usar para protegerse contra la infección
por el VIH cuando no pueden negociar con el compañero
para que éste use preservativo—siguen en la etapa de pruebas de inocuidad.
Por ciento
30
25
20
15
10
5
0
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
Zim Le
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O B S T Á C U L O S PA R A L A F E C U N D I D A D
Infertilidad y la epidemia
oculta de las infecciones
de transmisión sexual
Los servicios de salud reproductiva contribuyen no sólo a reducir el número de
embarazos involuntarios y la propagación
de enfermedades, sino también a ayudar a
las parejas que desean concebir a resolver
problemas de fecundidad. Aproximadamente
una de cada diez parejas en el mundo
tienen dificultades para concebir en algún
momento de su vida. En África al sur del
Sahara, la proporción puede ser de una de
cada tres parejas.
Más del 50 por ciento de los casos de
infertilidad en el mundo resultan de causas
que pueden prevenirse en gran medida,
como las infecciones de transmisión sexual
(ITS), el aborto en condiciones de riesgo y
complicaciones del parto. Las infecciones de
transmisión sexual pueden dar lugar a infertilidad en las mujeres al producir cicatrices en
las trompas de Falopio y al impedir su funcionamiento normal. En los hombres, las
infecciones pueden causar inflamación del
aparato genital y afectar a la producción y
liberación de los espermatozoides. Si bien es
cierto que la infertilidad afecta tanto a los
hombres como a las mujeres, algunas culturas
culpan firmemente a las mujeres, y las consecuencias sociales suelen ser fuertes y punitivas.
Cada año ocurren en el mundo unos 333
millones de casos nuevos de infecciones de
transmisión sexual curables, por ejemplo,
sífilis, gonorrea, clamidiasis y tricomoniasis.
Estas infecciones responden bien a los
antibióticos. Sin embargo, muchas de ellas
no se manifiestan con síntomas y, por lo
tanto, no se detectan ni reciben tratamiento,
lo cual hace que las parejas corran el riesgo
de contraer infecciones del aparato reproductor y sufrir de infertilidad, y que ocurran
muertes prenatales. Las infecciones de transmisión sexual hacen aumentar la susceptibilidad a la infección por el VIH, que también
puede perjudicar la fecundidad de la mujer.
En efecto, nuevos datos de África al sur del
Sahara indican que las mujeres infectadas
por el VIH pueden tener 20 por ciento
menos hijos que las mujeres no infectadas.
La primera relación sexual a una edad
temprana puede relacionarse fuertemente con
la infertilidad. El aparato reproductor
inmaduro de las adolescentes hace que sean
más susceptibles que las mujeres adultas a las
infecciones de transmisión sexual. Por ejemplo,
en Estados Unidos, los jóvenes de 15 a 19
años de edad registran las tasas más elevadas de ITS. Tener varios compañeros sexuales y la mutilación genital femenina también
pueden aumentar el riesgo. Prácticas de parto
en condiciones antihigiénicas y políticas
restrictivas del aborto que limitan el acceso a
servicios de aborto sin riesgo contribuyen a la
infertilidad ya que aumentan las probabilidades de infección.
El tratamiento de la infertilidad es muy
costoso y las intervenciones centradas en la
prevención son las medidas de salud pública
más eficaces en función de los costos, especialmente en las regiones con escasos recursos como África al sur del Sahara. Los consultorios que ofrecen otros servicios de salud
reproductiva también pueden ofrecer servicios—ya sea información o promoción y
suministro de métodos anticonceptivos de
barrera (preservativos) que protegen contra
la mayoría de las ITS—que ayudan a prevenir la infertilidad sin que aumenten los costos considerablemente. Los programas orientados hacia la prevención también deben
concertar esfuerzos para beneficiar a los
adolescentes, puesto que ellos tienen menos
probabilidades que los adultos de utilizar
servicios de salud.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
13
Riesgo de muerte en la procreación
El “riesgo a lo largo de la
vida” (RLV) de una mujer de
morir a causa de complicaciones del parto y del
embarazo está determinado
por el riesgo de muerte que
corre durante un embarazo
dado y la frecuencia de
exposición a dicho riesgo.
Por esta razón, el Índice de
riesgo reproductivo incluye la
razón de mortalidad materna (muertes maternas por
100.000 nacidos vivos) y la
tasa de fecundidad total
(promedio de nacidos vivos
por mujer) como indicadores.
En países como Etiopía,
Sierra Leona y Burundi,
donde la elevada fecundidad
está vinculada a una elevada
mortalidad materna, las
mujeres corren un riesgo a lo
largo de la vida sumamente
alto de morir durante el
embarazo o el parto. En
España y Canadá, donde la
fecundidad y la mortalidad
maternas son bajas, las
mujeres corren un riesgo a lo
largo de la vida bajo.
Todo embarazo entraña un riesgo, especialmente en
los lugares donde la atención de salud es deficiente.
Cada año, más de 500.000 mujeres de todo el
mundo mueren por complicaciones relacionadas con
el embarazo y el parto, y casi todas ellas viven en el
mundo en desarrollo. El número de muertes es una
cifra alarmante; además, un estudio calculó que por cada
muerte durante el embarazo y el parto en el mundo en
desarrollo hay 16,5 casos de enfermedades o discapacidades maternas considerables.
La mortalidad materna mide el riesgo de muerte por
causas relacionadas con el embarazo y el parto, pero también refleja la salud general, la condición social y económica
de las mujeres y el acceso que éstas tienen a la atención de
salud. Las muertes maternas resultan directamente de la
mala salud, la mala alimentación antes del embarazo y
durante éste, los cuidados inadecuados durante el embarazo
y el parto, y el aborto en condiciones de riesgo. De todos
los indicadores de desarrollo, la mortalidad materna es el
que ilustra más claramente la diferencia abismal que existe
entre el bienestar de los habitantes del mundo desarrollado
y el de los habitantes del mundo en desarrollo. Una mujer
de un país en desarrollo tiene una probabilidad de 1 en 65
de morir en el embarazo y el parto, comparada con una
probabilidad de sólo 1 en 2.125 en los países desarrollados.
La mayoría de las muertes maternas podrían evitarse
con medidas poco sostosas. El Banco Mundial y la
Organización Mundial de la Salud estiman que costaría
solo US$3.00 por persona por ano propocionar atención
maternoinfantil estándar a las mujeres en los países de
bajos ingresos. Esta atención incluiría servicios antes del
parto, durante el part y después del parto, así como planificación de la familia después del parto, atención de los
neonatos y promoción de los preservativos para prevenir
infecciones de transmisión sexual.
RIESGO A LO LARGO DE LA VIDA
Probabilidades de que una mujer muera por complicaciones durante el embarazo, el parto o el aborto en condiciones de riesgo a lo largo de su vida
Ethiopía
India
Brasil
Estados Unidos
de América
Italia
España
1
1
1
1
en
en
en
en
7
57
128
3.418
1 en 6.261
1 en 9.058
África
1 en 15
Asia
1 en 105
América Latina
y el Caribe
1 en 150
Europa
1 en 1.895
América del Norte
1 en 3.750
Países desarrollados
1 en 2.125
Países en desarrollo
1 en 65
El mundo
1 en 70
El riesgo de muerte por causas maternas es más elevado en África, que va seguida
de Asia, América Latina y el Caribe. Es más bajo en Norteamérica y Europa.
14
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
LA
VIOLENCIA
BASADA
Violación de la
persona, violación de
los derechos humanos
La violencia basada en el género es la
forma más difundida de abuso de los
derechos humanos en todo el mundo.
Una de cada tres mujeres en el planeta
es víctima de la violencia doméstica, es
forzada a tener relaciones sexuales o
sufre abuso psicológico durante su vida.
Encuestas realizadas en varias partes
del mundo indican que entre el 10 y el
50 por ciento de las mujeres son víctimas
de abuso físico por parte de sus compañeros íntimos durante su vida. Tan sólo
en los Estados Unidos, se calcula que
unos 1,5 millones de mujeres son golpeadas por sus compañeros cada año.
La agresión física suele repetirse e ir
acompañada de abuso sexual y psicológico. La violencia basada en el
género abarca el infanticidio femenino, el
incesto, la violación, el abuso de menores
y la prostitución, y algunas prácticas
tradicionales perjudiciales como el matrimonio a una edad temprana obligado y
la mutilación genital femenina. Entre uno
y dos millones de adolescentes en África,
por ejemplo, son sometidas anualmente a
la mutilación genital femenina.
La violencia basada en el género tiene
repercusiones adversas y duraderas para
la salud reproductiva de la mujer, por
ejemplo, embarazo no deseado, complicaciones durante el embarazo, aborto espontáneo, aborto en condiciones de riesgo,
enfermedades de transmisión sexual (ETS),
incluida la infección por el VIH, y la muerte
materna. Según un estudio de 1999 realizado en Uttar Pradesh, India, las esposas
de los hombres que abusaban de ellas sexualmente tenían más probabilidades de
tener embarazos no planificados y contraer
ETS, porque en parte temían negociar las
relaciones sexuales o el uso del preservativo ante la amenaza de violencia.
Las víctimas de violencia doméstica
también tienen más probabilidades de
sufrir problemas duraderos psicológicos y
de salud; por ejemplo, temor persistente,
poca autoestima, disfunción sexual, dolor
crónico, discapacidad, abuso de drogas,
depresión y suicidio. Entre los hijos de las
mujeres víctimas de abuso hay más probabilidades de bajo peso al nacer, malnutrición, problemas de comportamiento y
una tasa de mortalidad más elevada. El
Banco Mundial calcula que la carga de
EN
EL
GÉNERO
salud, producto de la violencia basada
en el género, que llevan las mujeres de
15 a 44 años de edad es tan onerosa
como la de la infección por el VIH, la
tuberculosis, el cáncer y las enfermedades
cardíacas combinados.
La violencia basada en el género también tiene consecuencias económicas significativas dado que hace reducir los
ingresos familiares y aumentar los costos
de atención de salud, el ausentismo laboral y los costos relativos a la aplicación
de las leyes. Este tipo de violencia también agrava otros efectos de la
explotación económica.
Este tipo de violencia, tradicionalmente
abordado como un asunto familiar privado—e ignorado por las comunidades y
las políticas gubernamentales—apenas
acaba de reconocerse como una cuestión
importante de salud pública y de derechos humanos. La Declaración de 1993
de Naciones Unidas sobre la Eliminación
de la Violencia Contra las Mujeres fue el
primer documento internacional que
incluyó el abuso físico, sexual y psicológico en su definición de la violencia
contra las mujeres.
Los programas de salud reproductiva
han estado entre los primeros que abordaron la violencia basada en el género,
dado que son los que suelen ver y
afrontar las consecuencias de ese tipo de
violencia. Con capacitación, el personal
de salud pueden hablar sobre la situación
y reconocer y ayudar a las mujeres que
son víctimas de violencia en el hogar. Y
los proveedores de fondos podrían dedicarse más a la investigación pertinente,
por ejemplo, sobre microbicidas vaginales, que las mujeres pueden usar discretamente para protegerse contra una
infección cuando no puedan negociar las
relaciones sexuales con sus compañeros.
El sector de la salud por sí solo no
puede hacer frente a esa epidemia silenciosa. Lo único que pondrá fin realmente a
la violencia basada en el género será un
cambio social fundamental, que elimine la
condición subordinada de la mujer. Los
cambios necesarios son, entre otros, eliminar las leyes que discriminan contra las
mujeres y los niños, promover nombramientos de mujeres a cargos directivos y de
toma de decisiones, hacer que las niñas y
las mujeres tengan más acceso a la educación y se sientan con derecho ésta, y dar
a las mujeres mayor acceso a los recursos
económicos y a la información de salud.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
15
Estrategias
para mejorar
la salud
reproductiva
Se prevé que en el mundo entero el
número de mujeres en edad fecunda va
a aumentar en más de 250 millones
entre el año 2000 y el 2015, pasando
de 1.560 millones a 1.820 millones.
Dada la necesidad de protección contra
las enfermedades y el deseo cada vez
mayor de las mujeres—y los hombres—
de posponer el embarazo y tener
familias menos numerosas, tales
proyecciones plantean un reto para las
naciones del mundo en un momento en
el que parecen estar mal preparadas
para aumentar los servicios
proporcionalmente.
No obstante, las marcadas diferencias
de salud reproductiva en el mundo y la
mayor vulnerabilidad de los pobres al
riesgo de la reproducción dan una idea
de las medidas que pueden adoptar
todos los gobiernos, con el apoyo de
otros sectores, para mejorar la salud de
las mujeres y de sus familias.
Ofrecer a las mujeres más opciones en la vida. La
condición social y económica baja de las mujeres y las
niñas sienta las bases de la mala salud reproductiva. Las
sociedades deben abordar necesidades de desarrollo
más amplias y el problema de la desigualdad de acceso a
los recursos. Se deben hacer esfuerzos por ampliar el
acceso a la educación para las niñas y las mujeres, y a
oportunidades económicas y a sus recompensas.
Invertir en la atención de salud reproductiva. La eliminación de las barreras físicas, financieras y culturales que se
interponen al acceso a los servicios constituye un primer
paso importante en la prestación de atención de calidad. El
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
17
TADEPA es un proyecto de compañeros jóvenes en el Perú que
ofrece educación, asesoramiento y
servicios de salud reproductiva a los
adolescentes en zonas rurales aisladas donde el embarazo, la depresión y las tasas de abandono escolar
entre las adolescentes son elevadas.
El proyecto atiende a una comunidad numerosa de adolescentes
mediante representantes que viajan
a las escuelas de la zona y hablan
con los estudiantes acerca de las
dificultades en sus vidas, por ejemplo
sobre relaciones, la escuela y planes
futuros. TADEPA también ofrece a los
estudiantes acceso a los servicios de
salud materna y tratamiento de las
ITS. TADEPA está llegando a más
jóvenes mediante la capacitación de
líderes juveniles locales para que
aborden estas cuestiones con sus
compañeros de clase.
compromiso de mejorar la salud sexual y reproductiva de
las mujeres y los hombres requiere que las comunidades,
los gobiernos y los donantes internacionales financien esos
programas y servicios de manera adecuada y sistemática.
Promover el aplazamiento del inicio de las relaciones
sexuales y los primeros nacimientos. Para beneficiar a
los jóvenes, proporcionarles información completa y exacta sobre salud sexual y orientación y servicios de planificación familiar poco costosos y que den buena acogida a
los jóvenes. Los servicios que dan buena acogida a los
jóvenes y que trabajan para eliminar las barreras—como la
falta de personal de salud capacitado especialmente para
esta labor, horarios poco convenientes, costos y falta de
confidencialidad—son cada vez más comunes.
Ayudar a las parejas a prevenir y manejar el
embarazo no deseado. El mejor acceso a la planifi-
cación familiar de alta calidad, incluidos servicios e información relativos a la anticoncepción de emergencia,
ayuda a prevenir los embarazos no deseados. La reducción del aborto en condiciones de riesgo requiere la promoción de prácticas higiénicas en los lugares donde el
aborto es legal, proporcionando atención de postaborto
para el tratamiento de complicaciones del aborto realizado en condiciones de riesgo, y proporcionando orientación y servicios de planificación familiar.
Hacer todo lo posible por ofrecer acceso universal a
la atención materna. La atención de salud materna de
buena calidad incluye toda una seria de servicios durante
el embarazo, durante el parto y después de éste. Tales
servicios incluyen la promoción de la nutrición materna
adecuada, atención prestada por personal cualificado
18
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
durante el parto, detección y manejo de complicaciones
antes, durante y después del parto, y acceso a atención
obstétrica de emergencia.
Apoyar nuevas tecnologías de salud reproductiva. Se
están elaborando microbicidas que podrían proteger a las
mujeres contra las infecciones de transmisión sexual
(ITS). Se necesitan métodos anticonceptivos más variados
y mejores, incluidos métodos masculinos y de barrera, a
fin de satisfacer las necesidades cada vez mayores y más
variadas de las parejas del mundo. Los preservativos
femeninos ofrecen a las mujeres un medio adicional de
protegerse contra las ITS, incluida la infección por el
VIH, pero siguen siendo demasiado costosos, si es que
están disponibles en el mercado. La anticoncepción de
emergencia podría ayudar a las mujeres a evitar los
embarazos involuntarios, pero en la mayoría de los países
las mujeres y los proveedores no saben que ésta existe.
Intensificar los esfuerzos para abordar la pandemia de
la infección por el VIH. Dado que no existe vacuna, las
medidas preventivas como la educación de salud sexual y
el suministro de métodos de barrera siguen siendo las
intervenciones más eficaces y menos costosas disponibles
para frenar la pandemia de la infección por el VIH. Se
necesita urgentemente promover y elaborar métodos que
las mujeres puedan controlar. Esas estrategias son cruciales
para un enfoque integral para reducir a un mínimo la tragedia humana que plantea la infección por el VIH/SIDA.
La participación
comunitaria es esencial para elaborar, poner en práctica
y evaluar programas, para que éstos puedan ser
sostenibles y eficaces.
Hacer participar a las comunidades.
Crear lazos de colaboración. La creación de lazos de
colaboración dentro de las comunidades y con otros sectores—incluido el sector privado (con y sin fines de lucro),
encargados de elaborar políticas y donantes—puede
ampliar el apoyo para mejorar la salud reproductiva.
Medir el progreso. La recopilación de datos fiables para
vigilar y evaluar los programas de salud reproductiva es
un reto para los países que tienen pocos recursos, particularmente respecto a la mortalidad y morbilidad maternas. Los gobiernos pueden vigilar su progreso empleando otros medios de medición, tales como el seguimiento
de la información sobre el uso y la calidad de los servicios de salud materna prestados.
El Gobierno de Tailandia abordó el problema del VIH/SIDA
entre las embarazadas mediante la integración del asesoramiento, pruebas clínicas y
educación respecto al VIH en
su red nacional de centros de
salud maternoinfantil y de
planificación familiar. Entre las
intervenciones figuran talleres
para las mujeres sobre la
negociación del uso del preservativo con sus compañeros, los
grupos de autoayuda y la educación sobre aptitudes para la
vida. Los proveedores viajaron
a las aldeas para educar a los
miembros de la comunidad
acerca del VIH.
“Stepping Stones” es un taller
comunitario elaborado en África
al sur del Sahara en
reconocimiento de la necesidad
de comunidades enteras de
responder a la epidemia del
SIDA. Los participantes de los
grupos de compañeros hacen un
análisis crítico de las relaciones
entre hombres y mujeres y las
actitudes sociales (respecto a las
funciones de género, los muertos
y los moribundos, el dinero, las
tradiciones y las relaciones sexuales) que promueven la propagación del VIH, desarrollando
nuevas aptitudes analíticas y de
capacitación mediante escenificaciones y otras actividades. Al
final, presentan a sus comunidades sus hallazgos y sugerencias para que se produzcan los
cambios individuales y comunitarios necesarios para controlar
la propagación del VIH.
La disponibilidad de servicios de salud reproductiva,
incluida la planificación familiar, puede ayudar a que
las parejas satisfagan sus metas de procreación y
que la reproducción sea saludable y sin riesgo. Los
aspectos preventivos de los servicios de salud reproductiva adquieren todavía más importancia teniendo
en cuenta la pandemia de la infección por el VIH. A
la larga, la buena salud sexual y reproductiva beneficia a todos, y sus consecuencias no sólo favorecen
a la familia sino a todo el mundo.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
19
Fuentes de datos y
metodología
Cobertura geográfica: En el gráfico mural se clasifican 133 países con una población de 2 millones o
más de habitantes basándose en un Índice de riesgo
de reproducción, que consta de 10 indicadores de
salud reproductiva. Los países del Índice tienen
datos relativos a por lo menos nueve indicadores. Se
excluyó del estudio a nueve países porque no había
datos relativos a dos o más de los indicadores incluidos. Esos países son Somalia, Hong Kong, Grecia,
Irlanda, Taiwán, Bosnia y Herzegovina, Eslovenia,
Croacia y Macedonia.
Fuentes de datos: Se pueden obtener a solicitud referencias específicas relativas al gráfico mural y el folleto. Las fuentes principales para el estudio son la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros
organismos de las Naciones Unidas. Las fuentes
clave son las siguientes:
• The World Heath Report, 1998 de la OMS
• World Population Prospects: The 1998
20
El Índice de riesgo reproductivo combina la TFT y la
RMM para obtener el indicador de Riesgo a lo Largo
de la Vida (RLV) de Muerte Causada por el
Embarazo y el Parto, al cual se aplica una función logarítmica. El RLV indica el riesgo asociado con cada
embarazo y el número de veces que una mujer queda
embarazada. Luego, el intervalo observado de siete
de los nueve indicadores resultantes se transforma en
un intervalo que oscila entre 0 y 100. Respecto a cada
uno de esos siete indicadores, se coloca a cada país
en el nuevo intervalo, y se da al país que se encuentra
en el primer lugar del intervalo de cada indicador una
puntación de 100 y al país que está en el último lugar
del intervalo, una puntación de cero.
Las políticas del aborto se clasifican de A a E y a cada
grado se le asigna una puntación de la siguiente forma:
Política de aborto
Nota Puntación
Disponible a solicitud
A
0
Permitido basándose en razones
sociales y de salud amplias
B
10
Permitido basándose en razones
de salud limitadas
C
50
Permitido sólo en casos
especiales (Violación, incesto,
salvar la vida de la mujer)
D
70
Ilegal o permitido sólo para salvar
la vida de la mujer
E
80
Revision de la División de Población de las
Naciones Unidas
• World Abortion Policies, 1999 de la División de
Población de las Naciones Unidas
• World Contraceptive Use, 1998 de la División
de Población de las Naciones Unidas
• ONUSIDA, Report on the Global HIV/AIDS
Epidemic: June 2000
• ONUSIDA, AIDS Epidemic Update:
December 2000
• World Development Indicators, 1998 del
Banco Mundial
• Demographic and Health Surveys (DHS)
realizadas por Macro International para la
Agencia para el Desarrollo Internacional de
Estados Unidos
• Una serie de bases de datos compilada por la
división de Salud de la Madre y del Recién
Nacido y de la Maternidad sin Riesgo (MSM)
de la OMS
Metodología: Los diez indicadores de salud reproductiva que integran el Índice de riesgo reproductivo
son los siguientes: fecundidad de las adolescentes,
prevalencia del uso de los anticonceptivos, atención
prenatal, atención de parto prestada por un proveedor cualificado, anemia en las embarazadas, prevalencia de la infección por el VIH/SIDA en las mujeres
adultas, prevalencia de la infección por el VIH/SIDA
en los hombres adultos, política de aborto, tasa de
fecundidad total (TFT) y razón de mortalidad materna (RMM). La elección de los indicadores se determinó en parte basándose en la disponibilidad de conjuntos de datos globales comparativos.
Para obtener el Índice de riesgo reproductivo, al RLV
se le da una ponderación de 2 para indicar la importancia de los dos indicadores de los que éste se deriva. La puntación compuesta final del Índice se deriva
dividiendo entre 10 la suma de los ocho valores
escalonados y las dos puntaciones asignadas. El gráfico mural presenta la clasificación de los países basada
en la puntación del Índice de riesgo reproductivo de
cada país. El valor máximo del Índice que puede
tener un país es de 95 porque las puntaciones máximas asignadas a la prevalencia de la anemia y a las
políticas de aborto son de 70 y 80, respectivamente.
Mundos diferentes utiliza los datos más recientes,
fiables y uniformes de que se disponía en el momento de la publicación. En el caso de la mortalidad
materna, se utilizan estimaciones nuevas, pero aún
no publicadas, para calcular el Índice de riesgo reproductivo; el gráfico mural presenta una lista de estimaciones previas debido al embargo con respecto a
las nuevas cifras. Por esta razón, no se presentan
cifras para Slovakia o Yugoslavia. PAI da las gracias a
la OMS por compartir una copia avanzada de sus
nuevas estimaciones de la RMM.
Un informe de PAI de 1995 clasificó el estado de salud
reproductiva de las mujeres en 118 países basándose
en un índice de riesgo reproductivo un tanto similar de
100 puntos. El presente estudio emplea nueve de los
10 indicadores que se utilizaron en el informe de 1995.
El indicador de fecundidad de las mujeres fue reemplazado por la prevalencia de la infección por el VIH
en los hombres, a fin de incluir un indicador relativo a
los hombres y porque los cálculos de la infertilidad no
se han actualizado desde que se publicó el gráfico
mural anterior.
INFORME DE PA I DE 2 0 0 1
Respecto a la prevalencia de la anemia en las
embarazadas, se asignan puntaciones. No se usan
datos reales debido a la posible falta de uniformidad
y coherencia en la notificación. A los puntos medios
de los intervalos de la prevalencia de anemia se les
da puntaciones como se indica a continuación:
Prevalencia de anemia en
as embarazadas
Score
Baja = menos de 20 por ciento
10
Mediana = 20-39 por ciento
30
Alta = 40 y 59 por ciento
50
Muy alta = 60 por ciento o mas
70
Population Action International
Population Action International (PAI) es un grupo independiente elaborador de políticas que trabaja para que
queden en claro los vínculos entre población, salud
reproductiva, medio ambiente y desarrollo. Mediante la
investigación y el apoyo activo, PAI se esfuerza para fortalecer la concienciación del público y el apoyo político
y financiero en todo el mundo para los programas de
población fundamentados en los derechosde la persona.
La esencia de la misión de PAI es su compromiso con el
acceso universal a la planificación familiar y los servicios
de salud afines, y a las oportunidades educacionales y
económicas, especialmente para las niñas y las mujeres.
PAI fue fundada en 1965 y no acepta fondos públicos.
PLANet
PAI es un socio en la campaña de PLANet, patrocinada
por la Fundación David y Lucile Packard y la Fundación
Flora Hewlett. El objetivo de la campaña es hacer que
los estadounidenses se percaten de la función crucial que
desempeña la planificación familiar internacional en la
mejora de la salud de las mujeres, los niños y el medio
ambiente, y fomentar un mayor apoyo estadounidense
de estos programas en todo el mundo. El objetivo final
es salvar las vidas de mujeres y niños y reducir el estrés
en el ambiente que compartimos.
1300 19th Street, NW, Second Floor
Washington, DC 20036 USA
Tel: 202-557-3400
Fax: 202-728-4177
www.populationaction.org
Correo electrónico: pai@popact.org
Pueden solicitarse publicaciones a: pubinq@popact.org
FOTOGRAFÍAS:
Julia Altrocchi (p.18), Scott T. Baxter (p.2),
Keith Brofsky (p. 5), Jim Daniels (pp.6,7,9,12),
Margaret E. Greene (p.13), Peter Johnson (cubierta),
Richard Lord (cubierta), Stephen Simpson (p.18)
Diseño por: AURAS Design, Inc.,
Silver Spring, Maryland
Impreso por: Stephenson Printing, Virginia
INFORME
DE
PA I
DE
2001
Mundos
diferentes
SALUD Y RIESGOS
SEXUALES Y
REPRODUCTIVOS
Este estudio documenta las disparidades enormes
que existen entre países ricos y pobres y la urgente
necesidad de acelerar el progreso en esta esfera crucial e incluye el Índice de riesgo reproductivo que
clasifica a 133 países—donde habita el 95 por ciento
de la población mundial—empleando los datos más
recientes de diez indicadores de la salud
reproductiva y sexual.
Así como el Informe de PAI de 2001, este folleto y el
gráfico mural adjunto son continuación de la serie
que se inició en 1990. Estos Informes abordan diversas cuestiones, entre ellas, la educación de las niñas,
el acceso a la anticoncepción, y el financiamiento de
los programas de salud reproductiva, y son instrumentos útiles para evaluar el progreso hacia los
objetivos fijados en la Conferencia Internacional sobre
la Población y el Desarrollo celebrada en 1994.
Mundos diferentes representa la primera actualización—y una revisión importante—del estudio presentado en un gráfico mural y realizado por PAI en
1995, Riesgo reproductivo: Evaluación mundial de la
salud sexual y materna de la mujer.
1300 19th Street, NW, Second Floor
Washington, DC 20036 USA
www.populationaction.org
ISBN: 1-889735-07-8
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