113-A-2012. CÁMARA DE FAMILIA DE LA SECCIÓN DEL CENTRO, SAN SALVADOR, A LAS CATORCE HORAS DEL DÍA CATORCE DE AGOSTO DE DOS MIL DOCE. Conocemos del recurso de apelación interpuesto por el Licenciado VÍCTOR MANUEL ZELAYA ORELLANA, como apoderado de la señora […], contra la sentencia pronunciada por el Juez de Familia de Soyapango, Lic. JULIO CÉSAR CHICAS MÁRQUEZ, en el proceso de SUSPENSIÓN DE LA AUTORIDAD PARENTAL, respecto del niño […], promovido por la impetrante inicialmente por medio del Lic. WILFREDO ERNESTO GUTIÉRREZ AYALA, contra el señor […], quien es representado por el Licenciado JORGE ALBERTO MORENO MORÁN. VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDO. I.- La sentencia recurrida de fs. 174/175, dictada a las catorce horas y cinco minutos del veinte de abril de dos mil doce, en el punto apelado declaró sin lugar decretar la suspensión del ejercicio de la autoridad parental que goza el Sr. […], respecto de su hijo […] por no estar suficientemente probados los hechos en que se fundamenta la demanda. El a quo fundamentó su decisión haciendo el análisis que resumimos así: Que se analizó todos los medios de prueba presentados y el dicho de las testigos, quienes son abuelas de […]; quienes han participado en el cuidado personal del mismo de forma directa, las testigos refirieron que el demandado se desatendió de las obligaciones alimenticias para con su hijo y que se le ha rechazado la ayuda por parte de la madre desde septiembre del año dos mil once. Que de la prueba testimonial se desprende que el Sr. […], se encuentra fuera del país, desde el año dos mil ocho, actuando sus padres en representación de él, por medio de poder que incluso les confiere facultades para que puedan ejercer materialmente el cuidado personal de su hijo, que con dicho poder se colige que no existe ánimo de abandonar a su hijo, prueba de ello es además que según contestación de la demanda está en la disponibilidad de aportar alimentos a su hijo, por lo que no se probó que su ausencia sea sin causa justificada. II.- Inconforme con la anterior decisión se alzó el Licenciado VÍCTOR MANUEL ZELAYA ORELLANA, a fs. 186/188, en un extenso y repetitivo escrito, argumentando – en síntesis- que se ha inaplicado los Arts. 7 lit. “i” y 56, asimismo se aplicó erróneamente el Art. 3 Lit. “g”, de la Ley Procesal de Familia, aunque no es específico en la forma en que se han violentado dichos artículos. Que la sentencia le causa agravio porque vulnera el derecho que tiene el hijo de su clienta a ser protegido, educado, asistido y ser preparado para la vida, además para que lo representen, en cuanto al agravio de su mandante es porque tiene que contar con el aval del padre del niño para los actos de representación, lo cual sería imposible ya que el progenitor reside fuera del país. Realiza un resumen del proceso transcribiendo parte de la demanda y extractos de la sentencia, es decir los considerandos de la misma, de las cuales hace sus valoraciones, ataca el dicho de la testigo presentada por la parte demandada, en cuanto al rechazo de la ayuda del demandado, aduce que solo son dichos de la testigo que evidentemente tiene un interés en que no se suspenda la autoridad parental, por lo que puede tergiversar los hechos. Que por otorgar el demandado poder para que lo representen, no se justifica la ausencia tanto moral como patrimonial hacia su hijo, por lo que se debe valorar todos sus deberes inherentes al ejercicio de la autoridad parental, para decretar la suspensión de la autoridad parental, no la pérdida que es diferente. Que se ha probado que el demandado ha sido inconstante en sus obligaciones morales y patrimoniales, pues los testigos han sido enfáticos al manifestar que la asistencia económica ha sido mínima y esporádica y por medio de la abuela paterna, pudiendo hacerlo periódicamente, ya que existen diversos medios para ello. Que la trabajadora social hace una conclusión, en la que manifiesta que la información recabada no coincide con aspectos importantes de la suspensión de la autoridad parental, que es lógico que la información brindada por los padres del demandado no coincidan con la información de la demandante, pues ambas partes tienen intereses contrapuestos, debiéndose analizar no el comportamiento de estos, si no el del demandado, por lo que considera que el informe no es pertinente para ilustrar al juez a quo, además de ser meramente ilustrativo, no vinculante. Que la ausencia se ha probado plenamente al valorar que el poder otorgado por el “demandante”, (quiso decir demandado) fue extendido en Estados Unidos, siendo los testigos unánimes al manifestar que el demandado reside en ese país desde el año dos mil ocho, sin que se presentara prueba que justifique esa ausencia en la vida del niño […]. En cuanto al Régimen de Visitas otorgado considera que ninguna de las partes ha solicitado dicho régimen, lo que implica que es una sentencia extrapetita, pues el juez está obligado a resolver única y exclusivamente los puntos sometidos por las partes. Art. 3 Lit. “g” L.Pr.F. y que dicha decisión es carente de lógica, pues no tendría forma de hacerse efectiva por las condiciones de ilegalidad del demandado, vulnerando con ello el Art. 7 Lit. “e” de la Ley Procesal de Familia. Finalizó pidiendo que se revoque la sentencia dictada en el punto que denegó la perdida de la autoridad parental del Sr. […], respecto de su hijo […], por falta de valoración de la prueba con base a las reglas de la Sana Crítica y se decrete dicha suspensión de la autoridad parental por ausencia no justificada. La Licda. EVA GLADIS BRIZUELA VÁSQUEZ, Procuradora de Familia adscrita al Tribunal a quo, y representante del demandado, contestó los anteriores argumentos a fs. 197, manifestando que es de hacer notar que el niño solo ha pasado un tiempo con su madre, otra parte con la abuela paterna y actualmente con la abuela materna. En el estudio se ha manifestado que el niño […] se ha estado comunicando con el señor […]. La abuela materna ha afirmado que su hijo ha procurado sostener relación con el niño, pero la demandante no lo ha permitido, así también manifestó que mientras el niño estuvo con ella fue su hijo quien lo sostuvo económicamente. Por lo que considera que la parte demandante no ha logrado probar contundentemente el abandono alegado en su demanda, percibiendo la referida licenciada que la parte demandante pretende que se le suspenda la autoridad parental al demandado, a efecto de sacar del país al hijo que tienen en común; no siendo esta la mejor opción, pues no se ha agotado el procedimiento que se debe seguir de conformidad al Art. 12 letra “f” L.E.P.I.N.A.. Terminó su escrito manifestando que esta Cámara resuelva lo más favorable al niño […]. El Licenciado JORGE ALBERTO MORENO MORÁN evacuó su opinión por medio de escrito que corre agregado a folios 199/200, en lo pertinente expresa, que el apelante alega que no se motivó la resolución pronunciada, que tampoco se valoró la prueba con las reglas de la Sana Crítica, además de no haberse resuelto los puntos propuestos, sin embargo el apelante no razona ni fundamenta los motivos de no aplicación de los artículos Art. 3 Lit. “g”, 7 Lit. “e” y 56 de la Ley Procesal de Familia, más bien intenta justificar su apelación al desacreditar a la Testigo […]. Que al haberse otorgado un Régimen de Visitas no solicitado por ninguna de las partes, la sentencia en ese punto es extrapetita, pero con alegaciones sin fundamentos o elementos materiales sólidos que comprueben lo expresado. Que el apelante se ha limitado a transcribir la demanda y a realizar presunciones carentes de razonamientos y argumentos que fundamenten el recurso. Que el apelante ha intentado probar la ausencia no justificada por el hecho de que su representado vive en los Estados Unidos de América, pero ello no representa una ausencia porque a la luz de la experiencia común, muchos progenitores ejercen la autoridad parental y residen en otro país, por lo que no es aceptable que existe ausencia no justificada por el hecho de estar domiciliado en otro país. Cita el precedente 88-2011 de esta Cámara, que en el presente caso esa “otras circunstancias” no se configuran, porque proporciona la ayuda económica para educación, salud, recreación y otros aspectos, asimismo se ha probado el ánimus de comunicación efectiva con su hijo, lo cual no era difícil cuando el niño residía con sus abuelos paternos, pero desde que se fue a vivir con la madre la relación está obstaculizada. En cuanto al régimen de visitas, este se introdujo en la audiencia preliminar y no hubo oposición, por lo que de conformidad al Art. 158 inc. II L.Pr.F. debió ser reclamado ese vicio en su momento para subsanarlo; que no se puede exponer que no se hará efectivo tal régimen por la residencia de su representado fuera del territorio nacional. Finalmente pide a esta Cámara confirme la sentencia apelada. III. La alzada se constriñe a determinar: Si es procedente confirmar, modificar o revocar la sentencia del tribunal a quo, en los siguientes puntos: a) En el que declaró sin lugar la Suspensión de la Autoridad Parental que ejerce el señor […], respecto de su hijo […]; y b) En lo atinente a dejar sin efecto el Régimen de comunicación y trato establecido a favor del señor […]. En lo tocante a la suspensión de la Autoridad Parental del demandado señor […], respecto de su hijo […], reclamada en la demanda, con base en la causal 4ª del Art. 241 C. F., a lo cual no accedió el tribunal a quo, por considerar –entre otros aspectos- que no se han probado los hechos planteados en la demanda, ya que ha sido la madre demandante, quien ha frustrado y rechazado la relación, ayuda económica y comunicación entre el padre y su hijo. Por su parte, el señor […], desde la contestación de la demanda se opuso a esta pretensión, negando los hechos, señalando además que ha sido la madre quien ha impedido la relación con su hijo. Según el Art. 241 C. F., las causas de suspensión del ejercicio de la autoridad parental, son las siguientes: 1ª) Por maltratar habitualmente al hijo o permitir que cualquier otra persona lo haga; 2ª) Por alcoholismo, drogadicción o inmoralidad notoria que ponga en peligro la salud, la seguridad o la moralidad del hijo; 3ª) Por adolecer de enfermedad mental; y, 4ª) Por ausencia no justificada o enfermedad prolongada. Los presupuestos legales señalados, pueden ser considerados como una especie de sanción legal, cuando la madre, el padre o ambos, no son capaces de ejercer y cumplir de forma adecuada los derechos- deberes respecto de sus hijos; teniendo presente además, que la finalidad de su establecimiento responde al interés de proteger y garantizar el desarrollo integral de las niñas, niños o adolescentes. Las figuras legales, abandono y ausencia no tienen contenidos definidos por la Ley de Familia, quedando como conceptos jurídicos indeterminados, por ello se acude a la interpretación analógica y finalista. Resulta de difícil distinción delimitar la línea divisoria entre una conducta y la otra, ya que en ambas situaciones, el elemento fáctico que lo sustenta es la no presencia del padre, madre o ambos, en la vida del hijo(a). Por ello nos auxiliaremos de los criterios sostenidos para el abandono. En ese sentido se ha sostenido que al no existir una definición legal de abandono para los efectos de establecer el presupuesto jurídico previsto, se puede aplicar por analogía el Art. 182 Ord. 1° C.F., relativo al abandono con fines de adopción, el cual señala que "Se considera abandonado, todo menor que se encuentre en una situación de carencia, que afecte su protección y formación integral en los aspectos material, psíquico o moral, por acción u omisión". Doctrinariamente el abandono "es el desprendimiento de los deberes del padre o la madre, o sea, la abdicación total de los deberes de crianza, alimentación y educación que impone la ley, y no simplemente el cumplimiento más o menos irregular de los deberes resultantes de la patria potestad." (Belluscio, César Augusto. Manual de Derecho de Familia. Ed. Astrea. Tomo 2, 2004. Además las normas deben interpretarse en armonía con la Constitución, los Tratados o Convenios Internacionales y esto mediante una interpretación sistemática, integral y teleológica de los preceptos. Arts. 8 y 9 C.F. y 2 L.Pr.F.. En lo referente a la ausencia no justificada –aunque en la demanda se hace referencia a un abandono-, la cual se alega ocurrió desde abril del año dos mil ocho (fecha desde la que no supo la demandante del demandado); señalándose en la demanda, que desde esa fecha el demandado no ha contribuido para los gastos de crianza del niño, ni se ha interesado en el niño como soporte moral. Contrariamente, el demandado ha alegado en la contestación de la demanda que aún residiendo fuera del país se ha contactado telefónicamente con la Sra. […], pero debido a que en septiembre de 2009 ella se fue a residir a España con el padre de su otro hijo, señor […] es que dejaron de comunicarse y que les envío dinero cada cierto tiempo, para lo cual presenta algunos depósitos a favor de la señora […], de los años dos mil cuatro y dos mil cinco, pero encontramos que son en su mayoría del año dos mil siete, siendo los últimos de febrero y abril del año dos mil diez. Que ha sido la madre, señora […], la que no ha permitido la comunicación y ayuda económica con su hijo; agregando que ha intentado comunicarse telefónicamente, desde el extranjero, tal como lo hacía por medio de video llamada en la casa de sus padres, cuando el niño residió con ellos; para ello le compró un celular a su hijo, pero los padres de dicha señora se negaban a recibir las llamadas. En lo atinente al punto en discusión, la testigo […], madre del demandado manifestó que el Sr. […]se fue del país y reside en Estados Unidos desde julio de 2008, que ha visto que el niño ha hablado con su padre por medio de Internet todos los días cuando el niño residió en su casa, durante veinte meses, que cuando se llevaron al niño lo iba a ver cada mes, que su hijo le manda ayuda para su nieto y ella se lo llevaba en especie y dejaba cuarenta dólares en efectivo a San Juan Tepezontes, lugar al que fue siete u ocho veces aproximadamente, que le compró un teléfono (celular) al niño en el 2010, cuando el niño iba a Kinder 5 y no tenia cuenta en Facebook, que en septiembre del 2011 ya no le tomaron la ayuda y desde esa fecha se perdió la comunicación padre e hijo, sin embargo su hijo sigue mandando ayuda económica pero no la ha hecho efectiva porque no tiene forma de hacerlo y ya no lleva ayuda, pues le dijeron que las cosas que llevaba eran vencidas e indeseables, además de manifestarle que el niño ya no reside en San Juan Tepezontes, que reside con su madre, pero no sabe le dijeron a dónde. Al analizar en conjunto la prueba antes relacionada, se puede afirmar, por un lado, que el alejamiento del demandado del país, no podría considerarse como ausencia injustificada –o abandono- hacia su hijo. Y siendo que ambas partes han manifestado que el niño residió por año y tres meses al lado de sus abuelos paternos, consideramos que en dicho tiempo el demandado pudo haber tenido comunicación con su hijo, y fue su padre quien le proporcionó la ayuda económica para su manutención. No acogemos para el análisis del presente caso, el alegato esgrimido sobre la situación migratoria del demandado, por cuanto resulta inútil para el caso, puesto que miles de salvadoreños residen fuera del país, y es un hecho notorio que en su mayoría emigran con el afán de encontrar mejores oportunidades de empleo que aquí no existen; para darles mejores condiciones de vida a sus familias y posteriormente llevárselos para que vivan a su lado, por lo general, en ambientes más adecuados que el que tienen en nuestro país. Incluso la demandante también ha emigrado al extranjero en búsqueda de un mejor futuro, teniendo incluso que sacrificarse dejando a su hijo a cargo de su madre. Precedentes de esta Cámara como lo afirma el apelado, han sostenido que la estadía de un padre en el extranjero, por sí sola no constituye una causa de ausencia injustificada para suspenderle la autoridad parental, si no que en cada caso, deben analizarse las circunstancias que concurren, a efecto de calificar su injustificada ausencia, y en el presente caso dichas circunstancias no ameritan la suspensión solicitada. Por lo que en relación a lo estipulado en la apelación sobre la prueba testimonial vertida en autos y valorada por el tribunal a quo, expresamos: como en reiterada jurisprudencia hemos sostenido, que en atención al principio de inmediatez, los juzgadores están en mejores condiciones de valorar la información proporcionada por los testigos y este Tribunal se pronuncia en contrario, sólo cuando de su análisis se observa que dicha valoración resulta contraria a las reglas de la sana crítica. Por lo tanto, es procedente confirmar la sentencia en este punto. Respecto de la errónea aplicación del Art. 3 letra g) L.Pr.F., exponemos que dicho artículo estipula: "El Juez deberá resolver exclusivamente los puntos propuestos por las partes y los que por disposición legal correspondan". (Subrayado es propio). De ahí que en el fallo "se resolverán todos los puntos propuestos y los que por mandato legal sean su consecuencia" (Art. 122 L.Pr.F.) y la sentencia contendrá un "pronunciamiento preciso y claro sobre las pretensiones deducidas en el proceso y lo que sea su consecuencia". (Art. 82 Inc. 1° letra e) L.Pr.F.). por lo que si los juzgadores resuelven puntos no solicitados por las partes, pero son derechos de la niñez y adolescencia implícitas en la pretensión la Ley les manda a pronunciarse en el interés de los mismos, lo que no constituye una resolución incongruente; es decir que en estos casos las disposiciones mencionadas toman en cuenta en el interés superior del niño(a) o adolescente, anteponiéndolo a los de sus progenitores, lo que implica todo aquello que favorezca el normal desarrollo físico, moral, ambiental, psicológico y social del niño, niña y adolescente (Art. 12 L.E.P.I.N.A.), principio que se concretiza en el efectivo cumplimiento de sus derechos. Pues precisamente lo que se alega es que el padre se ha alejado injustificadamente del hijo, a lo que se contra argumenta que es la demandada la que impide el vínculo paterno filial y de los otros interesados que son los abuelos paternos. De acuerdo a la doctrina procesal, una providencia puede ser incongruente en los supuestos siguientes: 1) Por otorgar el fallo más de lo pedido (ultra petita); 2) Cuando otorga algo distinto a lo pedido (extra petita); y 3) O cuando se deja de resolver sobre algo pedido ( infra petita). En el presente caso el vicio alegado por la apelante (y por el cual interpuso la apelación), es el de extra petita, siendo realmente si procediera la figura de ultra petita; pues alegó que aún y cuando no fue solicitado por las partes el Régimen de Visitas, el Juez a quo terminó pronunciándose sobre el mismo, pese a que es imposible que se cumpla o ejecute esa sentencia por el estatus migratorio del demandado; pues como es sabido hay sentencia de ejecución inmediata y otras de ejecución diferida, por lo que se realiza de esa forma ante la eventual posibilidad de que el padre retorne al territorio nacional además la distancia no impide la comunicación por cualquier medio ya sea epistolar, telefónico electrónico, ni que se relacione con los abuelos paternos y se hagan efectivos los derechos del niño. En conclusión, estimamos que en el presente caso existen suficientes elementos respecto de que el demandado cumplió y trató de cumplir voluntariamente y de manera constante con sus obligaciones paterno-filiales, tanto en lo material como en lo afectivo. Por ello estimamos procedente confirmar la sentencia que declaró sin lugar la suspensión de la autoridad parental que ejerce dicho señor sobre su expresado hijo; como lo solicita la demandante. Sancionar al Sr. […] por no estar físicamente presente en la vida del niño […], equivale a pretender que debería regresarse al país, para que pueda atender sus obligaciones paterno filiales, lo cual, no es congruente con la realidad de vida del grupo familiar in examine.. Por las razones anteriores y tal como razonó el a quo, es procedente confirmar la decisión de desestimar la pretensión de suspensión de la autoridad parental solicitada por no ser injustificada la ausencia del Sr. […]. Por otra parte acotamos que la demandante, señora […], si eran alimentos los que quería hacer efectivos para su hijo, perfectamente pudo promover el proceso de alimentos respectivo, contra el padre, por no proveer a la manutención del niño, o si sus reales intenciones son llevarlo a vivir consigo a España, también puede perfectamente iniciar el proceso respectivo en el Juzgado Especializado de la Niñez y Adolescencia. Por las razones expuestas y con fundamento en los Arts. 216, 217 y 241 Ordinal 4° C. F.; 3 Lit. “g”, 7 Lit. “e”, 56, 82, 161 y 218 L.Pr.F.; Art. 12 L.E.P.I.N.A.. Esta Cámara en nombre de la República FALLA: Confirmase la sentencia apelada que declaró sin lugar la pérdida de la autoridad parental del Sr. […] respecto de su hijo […] y en los demás puntos, por estar dictada conforme a derecho. Devuélvanse los autos al Tribunal de origen con certificación de esta decisión. Notifíquese. PRONUNCIADA POR LAS MAGISTRADAS LICDA. SILVIA GUADALUPE BARRIENTOS ESCOBAR y LICDA. RHINA ELIZABETH RAMOS GONZÁLEZ. A. COBAR. A